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Población y sociedad

versão impressa ISSN 0328-3445versão On-line ISSN 1852-8562

Poblac. soc. vol.28 no.2 San Miguel de Tucumán jun. 2021

http://dx.doi.org/https://doi.org/10.19137/pys-2021-280211 

Artículos

Trayectorias ocupacionales de varones adultos jóvenes residentes en el Área Metropolitana de Buenos Aires

Occupational trajectories of young male adults residing Buenos Aires’ Metropolitan Area

Ruth Sautu1  ruth.sautu@gmail.com

1Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Argentina.

Resumen

El artículo analiza las trayectorias ocupacionales de 10 varones adultos jóvenes residentes del AMBA en el contexto histórico-económico en el cual transcurrió su vida laboral. Los datos provienen de entrevistas abiertas a personas que previamente habían respondido a una encuesta aleatoria de 1065 miembros de hogares. En la primera parte se describen los casos, la perspectiva teórico-metodológica de historias de vida y el contexto histórico-económico en el cual transcurren las trayectorias. A continuación, se analiza el inicio de la vida laboral, los tipos de trayectorias que se infieren de las entrevistas, y las actividades económicas y mercados de trabajo en los cuales transcurrieron las trayectorias. En la última parte se discute la contribución de un estudio de casos a la comprensión histórica y a la construcción de teoría.

Palabras clave clase social; trayectoria ocupacional; mercado de trabajo; estudio de casos

Abstract

The article analyzes the occupational trajectories of 10 young male adults that reside in the Metropolitan Area of Buenos Aires and the historical-economic context in which their working lives took place. The data comes from open interviews with people who had previously answered a random survey of 1,065 household members. The first part describes the cases, the theoretical perspective and the Argentine historical-economic context of the period studied. Subsequently, we analyze the beginning of their working life and the types of trajectories as inferred from the interviews, as well as the insertion into their respective economic activities and labor markets. The last part discusses the contribution of a case study to historical understanding and theory construction.

Keywords social class; occupational trajectories; labor market; case studies

Introducción

La fluctuante economía argentina y la creciente fragmentación de sus mercados laborales aparecen expresadas en la diversidad de tipos de empleos, incluyendo los informales temporarios, de bajos ingresos y alta rotación, especialmente en las primeras etapas de algunas trayectorias ocupacionales. El objetivo de este artículo es analizar como esas trayectorias constituyen una fotografía estilizada que refleja los mercados laborales en los cuales tuvieron lugar. Se trata de un intento de comprender la trama que vincula la economía y mercados de trabajo con el decurso de la vida laboral de la gente, y concomitantemente encontrar indicios de los modos en que el patrón de regularidad de esas trayectorias contribuye a la reproducción y continuidad de esos mercados laborales.

La perspectiva del estudio es la de cursos de vida (Giele y Elder, 1998) insertos en su entorno de relaciones sociales en el contexto de los mercados laborales. En su enfoque multi-nivel los ejes analíticos longitudinales son la edad, cohorte y el contexto histórico-económico. Mientras la edad muestra la ubicación cronológica en el tiempo de vida, la cohorte comprende los sistemas de ideas y normas prevalentes en las etapas formativas de las personas; comprenden asimismo lo que Bellah et al. (1985) denominan la “comunidad de memoria, narrativas constitutivas que contienen significados” (citado en Corsaro, 1994, p.2), los cuales constituyen modos de interpretar al mundo.

El paradigma de cursos de vida no determinista, no solo incorpora a los actores sociales y a las situaciones en las cuales participan, sino que también los ubica en su contexto socio-histórico más amplio. Los entornos conforman una red de interconexiones que interactúan con los individuos a través de un sistema de roles, relaciones, y en un engranaje de actividades que los vinculan a la sociedad a lo largo de las trayectorias de vida (Alwin 1996). Las entrevistas en profundidad permiten desplegar la reconstrucción selectiva de las experiencias laborales de los actores sociales y sus interpretaciones de situaciones consideradas significativas; ellas nos muestran cómo ven y significan su propio curso de vida laboral.

Los datos provienen de los relatos de trayectorias ocupacionales de 10 varones jóvenes residentes del Área Metropolitana de Buenos Aires y del registro y sistematización de bibliografía sobre el contexto histórico-económico del periodo en el cual transcurrió su vida laboral. Los 10 casos fueron seleccionados de un conjunto de 23 entrevistas abiertas realizadas a personas que previamente habían respondido a una encuesta aleatoria realizada en 2015-2016 en esa misma zona. De la base de 1065 encuestas se seleccionaron casos para ser re-entrevistados durante 2019. La tarea no resulto sencilla debido a los rechazos. Los intentos recientes (año 2020) de entrevistas virtuales, son difíciles de realizar. La principal razón es la desmotivación de los entrevistadores, jóvenes miembros del equipo de investigación, ante los reiterados rechazos de los potenciales entrevistados.

El artículo comienza presentando la perspectiva teórica-metodológica de los cursos de vida, abordaje en la cual se ubica el análisis cualitativo de trayectorias. Aquí se intentará además mostrar la relevancia de un análisis cuyo propósito es conocer la intrincada trama que conecta lo que se denominan procesos macro-sociales y el microcosmos de la vida cotidiana. Subsecuentemente se describen los rasgos más salientes de la economía en el periodo estudiado; y a continuación se describen los procedimientos del estudio de casos usado para construir y analizar las trayectorias. En las siguientes secciones se analizan el inicio de la vida laboral, los tipos de trayectoria que emergen de las entrevistas y los rasgos que caracterizan los mercados laborales en los cuales muy probablemente se insertaron esas trayectorias. En las conclusiones se discute la pertinencia de un estudio de casos y su aporte a la comprensión histórica y a la construcción de teoría.

Las trayectorias ocupacionales en las historias de vida

La investigación de trayectorias ocupacionales en los cursos de vida se apoya en la trilogía edad, cohorte/generación y periodo histórico, lo cual permite comprender cómo la dinámica de sus interconexiones afecta a la gente y cómo la gente a su vez construye su entorno.

Los individuos construyen su propio curso de vida a través de elecciones y acciones que ellos toman dentro de las oportunidades y limitaciones de la historia y las circunstancias sociales. Su curso de vida esta incrustado y es modelado por el tiempo histórico y los lugares que ellos experimentaron durante el tiempo de su vida (Elder, Johnson y Crosnoe, 2004, p.11).

En su versión cualitativa, esa trilogía es desplegada en narrativas interpretativas de las situaciones y eventos vividos y recordados por los/las entrevistados/as los cuales conforman una secuencia (no lineal) en la cual el entorno histórico es descripto e interpretado.

Edad, cohorte y período están integrados en lo que Elder (1994) define como cuatro temas centrales del paradigma de curso de vida: la interacción simétrica entre la vida humana y los tiempos históricos, la temporalidad de las vidas, las interconexiones entre las vidas y la agencia humana. Los cuatro temas mantienen una relación que conforma la base para comprender las historias de vida. Así, las trayectorias ocupacionales son moldeadas por la trama de nexos entre mercados laborales heterogéneos y las políticas y regulaciones institucionales. Las clases de empleos y las entidades, organizaciones o ámbitos en los cuales son desempeñados son parte constitutiva de esa trama. Aun cuando las decisiones laborales en parte obedecen a razones personales o familiares (en las cuales la agencia humana define decisiones y elecciones), las circunstancias del entorno, las posibilidades y limitaciones, según la clase social, el género y la etnia, influyen tanto en el acceso inicial como en las secuencias ocupacionales de la vida adulta.

En el microcosmos de la vida de las personas tienen lugar sus posibles elecciones y decisiones de acceder a recursos/servicios (según su clase social, género y etnia), las cuales pueden ser tomadas a partir de un rango de opciones (chances de usar, actuar, inclusión/exclusión), en el marco de las oportunidades disponibles en el sistema que conforman el contexto macro-social en el cual se generan las oportunidades (Thomson et al., 2002). En ese marco de opciones y oportunidades, se intersectan las biografías personales y familiares con el nivel meso-social de organizaciones e instituciones que definen a los mercados laborales, dentro de los contextos socio-históricos en los cuales transcurren. Justamente, los estudios centrados en los procesos de movilidad ocupacional destacan la importancia de tener en cuenta el inter-juego entre la estructura de los mercados que afectan las oportunidades de empleo y los recursos individuales (tales como la educación y experiencia), ya que ambos explican cómo los cambios afectan las trayectorias ocupacionales y salariales (Kalleberg y Mouw, 2018).

El análisis del ensamblaje de vínculos entre el nivel macro-social de los mercados laborales en su entorno económico y las trayectorias ocupacionales implica transferir regularidades/observaciones desde un dominio de análisis a otros. Se asume la existencia de conexiones necesarias entre eventos/sucesos simultáneos o sucesivos (Hage y Meeker,1988) práctica que en ciencias sociales se suele utilizar como justificación de razonamientos inductivos que vinculan sucesos o políticas con sus posibles consecuencias (Maxwell, 1974). Asumir los nexos procesos/eventos y sus consecuencias puede dar lugar a la crítica por sus posibles sesgos determinísticos. No es fácil de resolver excepto recordar que las personas con sus iniciativas y desempeños van transformando la sociedad en la cual viven (Mouton,1994). Los sutiles hilos de la trama no son fáciles de identificar; sí podemos asumir que cierto tipo de trayectoria o de inserción ocupacional en alta probabilidad se corresponde con determinados rasgos de los mercados laborales en los cuales tienen lugar. Son relaciones iterativas, como en un cilindro en el cual el tiempo histórico y el tiempo de vida se combinan y ensamblan longitudinalmente en el espacio.

El contexto macro-social histórico de la economía argentina

Las características de los mercados de trabajo en el que se desarrollan las trayectorias aquí analizadas, será descripto más adelante. El contexto histórico más amplio se ubica principalmente entre fines del siglo XX y el presente siglo. La economía, como cualquier proceso histórico, ocurre en capas (como las geológicas) que se van superponiendo, reemplazando a las que van desapareciendo y creando nuevos elementos. Excepto en periodos revolucionarios estos movimientos son permanentes, se ven claramente cuando en varios cortes transversales de las actividades económicas se observa el cambio sectorial de la economía, el tipo de empresas predominantes, la distribución por capacidades y nivel educativo de las personas activas, y también en la distribución del ingreso y niveles salariales.

Entre 1976-1983, la apertura y políticas del gobierno militar resquebrajaron la estructura propia del modelo de industrialización por sustitución de importaciones, la que había empezado a mostrar fisuras dado ya había avanzado el proceso de terciarización de la economía argentina. No obstante, se mantuvieron las empresas del estado en los servicios públicos e industrias básicas del hierro, acero y petróleo y petroquímicos; todas bajo control de las fuerzas armadas (Sautu, 1993).

Durante medio siglo las grandes empresas del estado constituyeron un elemento fundamental en el desarrollo de su industria manufacturera, en las ramas de la metalmecánica de equipos y herramientas, la industria automotriz terminal, algunos productos finales electrónicos y plásticos. La consecuencia más importante fue el crecimiento de una clase media de pequeños y medianos industriales que contaban con protección arancelaria, políticas de crédito y para el sector de la metalmecánica y petroquímica insumos subsidiados. El crecimiento del mercado interno protegido significo asimismo la formación de una fracción de clase media comercial y el crecimiento de una clase obrera calificada y semi-calificada.

Un cambio de rumbo importante tuvo lugar a principios de los noventa con la privatización de las empresas del estado (emprendimientos productivos y servicios públicos) y con la apertura económica; las consecuencias más importantes fueron una aun mayor concentración y financiarización de la economía, la menor participación de la industria manufacturera en el producto y el empleo, el aumento en la terciarización de la economía y el sector informal. Un nuevo cambio tuvo lugar con la crisis post-convertibilidad del 2001.

Superada en buena medida la crisis, entre 2002-2008 la economía argentina creció a una tasa promedio de 8% y creció también el empleo registrado; sin embargo, el sector informal continuó alto (estimado en 36,1% en 2010, Castillo, Brizuela, y Schleser, 2012). El desempeño positivo de las variables de empleo tuvo lugar entre 2002-2008 (Beccaria y Maurizio, 2017); después de la crisis de ese último año, la tendencia ha sido hacia un crecimiento de los trabajadores por cuenta propia (la mayoría sin seguridad social) proceso que se explica por la subcontratación y tercerización del empleo en la economía argentina (Bertranou y Maurizio, 2011).

Entre mediados de 2002 y fines de 2012 el empleo total creció. Aun cuando la producción industrial había crecido, prácticamente se mantuvo su porcentaje de participación en el empleo total. Tal proceso se explica por el crecimiento de la inversión en bienes de capital, mayor ratio capital/trabajo, crecimiento de las industrias tecnológicamente intensivas e incremento en el empleo de técnico-obreros altamente calificados. La desaceleración en el crecimiento del empleo total comenzó en el 2007; principalmente en el sector privado de la economía (Beccaria y Maurizio, 2017).

En 2017 disminuyeron las tasas de empleo y aumentaron las de desempleo, subempleo y sobre todo las tasas de inactividad, porque muchos desocupados desalentados dejaron de buscar trabajo debido a la reducción de la oferta de empleos (Neffa, 2017).

Durante el periodo cubierto por nuestro estudio crecieron los niveles de concentración económica en grandes corporaciones transnacionales, y la financiarización de la economía argentina (Kulfas, 2001; Kulfas y Schoor, 2000). Un impacto de estos procesos sobre los mercados laborales ha sido la tercerización y subcontratación en muchas actividades económicas y la rutinización de la mano de obra (Sautu, 2016), así como la potenciación del fenómeno histórico del empleo informal (Busso, 2006).

Cinco grandes conjuntos de actividades económicas caracterizan al sector informal: la construcción, principalmente las obras de menor envergadura y las reparaciones domiciliarias; la tercerización de servicios complementarios contratados por grandes y medianas empresas; el trabajo a domicilio; los servicios personales y el servicio doméstico. La transitoriedad y el empleo no registrado son dos rasgos compartidos por la mayoría de estas ocupaciones. Con frecuencia también existe una elevada rotación laboral, cambios en los lugares de trabajo y también en las tareas desempeñadas (Busso, Longo y Pérez, 2011).

Procedimientos metodológicos

La trayectoria ocupacional está constituida por una serie sucesiva de sucesos y circunstancias entretejidas en la participación de una persona en el mundo del trabajo; son complejas situaciones que jalonan la secuencia de experiencias y transiciones en los roles/posiciones desempeñados a lo largo de la vida económicamente activa (Arosio, 2004). En su discusión de la movilidad ocupacional Kalleberg y Mouw (2018) señalan que las carreras ocupacionales son secuencias de trabajos que pueden tener lugar dentro de una misma o entre distintas organizaciones económicas o sectores de actividad económica.

En este análisis definiremos trayectoria como la secuencia de ocupaciones desempeñadas en los sucesivos empleos/trabajos tal como han sido reconstruidos retrospectivamente por las personas entrevistadas. En el procedimiento de análisis tratamos inferir categorías a partir de los datos (Dey, 1993) En la interpretación de las descripciones de los empleos y tareas desempeñados se tuvieron en cuenta las categorías que son de aplicación usual en la investigación sobre ocupaciones y estructura ocupacional (por ejemplo, Kalleberg y Berg, 1994; Ganzeboom y Treiman, 1996; Goldthrope y McKnight, 2006).

El presente es un estudio que describe cada caso como un todo, centrándose en la interacción de sus partes, situándolo en el tiempo e incorporando su contexto y las interacciones con otros sistemas complejos entre los cuales está situado y con los cuales se intersecta (Byrne, 2013: p.2; resumiendo el pensamiento de Ragin & Becker, 1992). “El método del estudio de caso es apropiado cuando los investigadores desean definir tópicos de manera amplia, no estrecha; y cubrir las condiciones contextuales y no solo el fenómeno estudiado” (Sautu, 2019, p.153, citando a Yin, 1993).

Los 10 casos de este estudio son de varones adultos jóvenes, cuya vida económicamente activa transcurrió en las décadas de los noventa y dos mil. Nueve de las personas nacieron entre 1976 y 1985, edades entre 34 y 43 años, y uno de ellos tiene 47 años; lo hemos incluido porque su perfil de trayectoria es compatible con este conjunto de entrevistados el cual es bastante distinto de los que componen el conjunto de personas de mayor edad.

Las 10 personas seleccionadas pertenecen actualmente a las franjas del medio de la estructura de clase; son casos que podemos ubicar en el amplio 70% comprendido por profesionales, administrativas, docentes, de servicios y reparaciones y también algunas vinculadas la producción manufacturera de la clase obrera consolidada (Sautu, 2020). En la encuesta aleatoria de 1065 varones y mujeres que sirvió de base para la selección de los casos a entrevistar en profundidad, la mayoría se ubica en el sector comercio y servicios; el 83.85% de los encuestados trabajan en comercio, administración pública, educación y salud, transporte y comunicaciones y restos de servicios sociales y comunitarios. En la reconstrucción de la estructura de clase realizada con esos datos se utilizó como indicador de clase social la ocupación categorizada a cuatro dígitos con el CIUO-08 (Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones), y se le adiciono el código correspondiente a condición de ocupación (asalariados de diverso tipo, empleadores, cuenta propia, etc.) y el código de posición de autoridad y posesión de capacidades y know-how (Sautu, 2020).

Durante la entrevista se trató que las personas hablaran de sus familias de origen, su educación, los lugares en las cuales había transcurrido y por sobre todo reconstruyeran sus recuerdos de los puestos de trabajo, lugares y empresas en los cuales habían participado. Se trató además de saber cómo representaban el entretejido entre las acciones personales y las condiciones macro-sociales económicas del contexto histórico.

Las entrevistas fueron transcriptas verbatim; se sistematizaron señalando la fecha, la edad en la cual se iniciaba en cada puesto de trabajo, sus tareas, la empresa o entidad en la cual se desempeñaba, y la duración de ese empleo. En el lado izquierdo de la planilla consignamos los sucesos del entorno que los propios entrevistados mencionaban, y lo completamos con la información histórica que nos permitía conocer las condiciones económicas y de los mercados laborales en esos años.

A partir de las lecturas reiteradas de las planillas fuimos proponiendo tipos de trayectorias. Esta es una tarea inductiva interpretativa; requiere proponer tipos y ver como se ajustan a los datos. Repetir tantas veces la operación hasta decidir el contenido de nuestras interpretaciones. El análisis de las trayectorias nos mostró la importancia de la clase social de origen y la edad en la cual se comienza a trabajar económicamente; por lo tanto antes de describir las trayectorias analizaremos el comienzo de la vida laboral de nuestros entrevistados.

El comienzo de la vida laboral

El hogar es un nido en el cual se nutren los niños y jóvenes; cuánto obtiene cada una/o dependerá de la situación socio-económica de los adultos y sus disposiciones hacia sus retoños. Más allá de las voluntades y actitudes individuales, la clase social y asistencia escolar afectan las decisiones sobre el inicio de la vida laboral.

Nuestros casos no conforman una muestra aleatoria, sin embargo cuando analizamos los relatos sobre el inicio de la vida laboral encontramos que responden a un patrón común que surge de estudios sobre inserción juvenil en sus etapas iniciales (Maceira, 2009, Jacinto y Chitarroni, 2010; Muñiz Terra y Roberti, 2018). En la planilla consignamos para cada caso el año y la edad del primer trabajo, la ocupación del padre, madre o padrastro, la educación máxima alcanzada por nuestro entrevistado y las tareas desempeñadas.

Como lo hemos señalado antes, aunque todos nuestros entrevistados pertenecen a las fracciones centrales de la estructura de clase, en el inicio de su vida laboral existen diferencias entre aquellos cuyos padres pertenecían a clase media-baja o baja respecto de aquellos con padres en ocupaciones de la clase media-media o profesional.

Julián y Norberto comenzaron a trabajar teniendo 11/12 años el primero y 14 años el segundo; su padre y padrastro trabajaban respectivamente de taxista y en una herrería propia. Julián llevaba comidas a domicilio y con 14 años trabajaba en el verano en una heladería y en invierno repartía volantes para un remisería. Luego de dos años de trabajar con su padrastro Norberto con 16 años se empleó en un lavadero de autos. Leónidas se inició siendo muy chico, ya a los 8 años ayudaba a su padre que en su hogar fabricaba para una empresa partes de zapatos; a los 15 años hizo changas de pintura y arreglos de techos. Tanto Norberto como Leónidas dejaron al inicio la escuela secundaria; Julián en cambio, trabajando y estudiando, la terminó, siguió estudios terciarios y se graduó en una escuela vocacional de teatro.

En el otro extremo Luciano y Edelmiro obtuvieron su primer empleo cuando ya tenían 21 y 25 años respectivamente, ambos son graduados universitarios. Sus padres también lo fueron, trabajaban respectivamente en administración de empresas y como abogado. El padre de Damián era comerciante, él desde los 19 años ayudaba en el negocio de la familia; concluyó estudios universitarios.

Hernando terminó el ciclo medio-técnico pero abandonó el terciario luego de cursar en distintos disciplinas e instituciones de educación superior; su padre era empleado en Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (SEGBA). A los 19 se empleó como profesor de natación y guardavida en un club del barrio.

Entre los 16 y los 17 años iniciaron su vida laboral el resto de los entrevistados. Armando, hijo de una madre que era costurera, terminó los estudios de bachiller; su primer trabajo fue en limpieza en una panadería. Marcelo que dejo la escuela técnica antes de recibirse, y Darío que abandonó en el primer año de la secundaria luego de varios años la termino en una escuela de adultos. Ambos comenzaron a trabajar como repartidores. El padre de Marcelo era obrero en la fábrica Pirelli, el de Darío taxista.

Con la excepción de Darío, hoy tiene 47 años, todos los entrevistados iniciaron su vida activa en la década de los noventa, o a principios de los 2000; Luciano y Edelmiro iniciaron su vida laboral en el 2004 cuando ya la economía argentina se estaba recuperando.

El barrio, los amigos y la familia conforman el espacio en el cual se dan las posibilidades de acceder a un trabajo en los años adolescentes y preadolescentes; son lo que se denomina la estructura de oportunidades que el mercado de trabajo ofrece a distintas clases de oferentes. Los que dejaron la escuela tempranamente o siguieron estudiando mientras trabajaban, encontraron allí empleos temporarios informales.

El barrio le permitió a Hernando enseñar a nadar en un club, a Armando limpiar en una panadería, y a Julián hacer mandados y atender el teléfono en una heladería. Esto es posible porque los negocios del barrio existen y subsisten en un mercado de bienes y servicios que provee a las demandas de los hogares que son su clientela.

Los lazos en la familia y entre amigos para acceder a un empleo son un recurso que aparece en los relatos aquí analizados. El análisis de la encuesta aleatoria de la cual los seleccionamos indica que se trata de un patrón común en todas las clases sociales (Paredes, Carrascosa y Lazarte, 2020); difieren en la clase de recursos que se movilizan. Es la amiga de la madre de Marcelo que lo recomienda para ingresar a Coto, o los vínculos del padre de Darío los que le dan la oportunidad de repartir revistas entre suboficiales del ejército. También es el caso de Luciano que se inició en periodismo (a nivel muy elemental) por recomendación de un amigo.

La ayuda en el trabajo o negocio familiar aparece en el relato de Leónidas quien a los 8 años pegaba suelas de zapatos en el taller de su padre; en el de Norberto que barría la herrería de su padrastro; y también en el de Damián que ayudaba en el negocio de su padre.

Barrio y lazos familiares y de amistad conforman un síndrome que sostiene actividades mini-mini y que en su mayoría subsisten porque hacen uso del empleo informal de jóvenes y de no tan jóvenes. Existe una amplia bibliografía sobre los efectos negativos acumulativos de vivir en un barrio pobre (O`Rand, 2009). En nuestro análisis podríamos pensar en un efecto paradójicamente, a nivel individual, positivo de la convivencia barrial, de los lazos sociales y de una economía que contribuye a la reproducción de la desigualdad social.

Trayectorias ocupacionales: historias de cambios y estabilidad

Los casos analizados en este estudio no representan necesariamente la posible distribución de situaciones laborales existentes en el universo. Sí, como en todo estudio de casos, ellos son instancias válidas que existen en ese universo. Son personas con ciertas características de inserción de clase, género, edad y residencia que reproducen un patrón o tipo de comportamiento laboral que entre otros es posible encontrar en el universo del cual provienen.

Aunque la edad en que comienzan a trabajar varía mucho entre los diez casos analizados, todos ellos en el inicio de su experiencia laboral realizan trabajos temporarios. La diferencia fundamental es que algunos se insertan tempranamente en empleos más estables y relacionados en buena medida con la educación formal recibida; son trayectorias sin grandes saltos ocupacionales. Otros en cambio comienzan como repartidores, realizan tareas de limpieza o ayudan a los padres en su trabajo a domicilio. Este patrón de inserción temprana en el mercado de trabajo aparece también en el análisis de los datos de la encuesta-base de la cual se seleccionaron los casos.

En la construcción de las trayectorias tuvimos en cuenta la edad en que comenzó la vida laboral, los empleos desempeñados y también los cambios de empleo y los tiempos de experiencia laboral. Construir una tipología a partir de datos cualitativos requiere varias pruebas de ensayo y error. Se trata de identificar patrones típicos a partir de rasgos/situaciones que aparecen repetidamente en los casos que se están analizando. Hemos identificado esos rasgos/situaciones siguiendo a Boyatzis (1998) quién construye casos típicos del desempeño gerencial de científicos e ingenieros analizando datos de una investigación de historias de vida. Su procedimiento fue registrar los temas que aparecían en todos los casos. “Actividades, afectos, pensamientos y emociones son considerados como temas potenciales para delinear las historias de vida. Estos tipos de ítems son seleccionados como particularmente relevantes porque la investigación es acerca de habilidades individuales y competencias” (Boyatzis, 1998, p.70). Así, hemos construido dos grandes tipos de trayectorias ocupacionales: Busca Vida y Trayectoria Lineal, en cada una de las cuales señalaremos algunos sub-tipos de trayectoria.

La trayectoria ocupacional Busca Vida se caracteriza por un ingreso temprano al mercado laboral, el abandono de la educación formal (aunque en algunos casos sea retomada varios años después) y el desempeño de ocupaciones informales-temporarios, y varios cambios, en particular durante los primeros años de la vida laboral. Es una rotación entre empleos diferentes y en ocupaciones que requieren para su desempeño pocas calificaciones. En general, después de varios años de desempeñar ocupaciones por cortos periodos, se emplean en puestos de trabajo que pueden considerarse estables, por lo menos por ahora. La estabilidad laboral generalmente se adquiere alrededor de los 25-30 años de edad.

Las ocupaciones informales-temporarias demandan competencias básicas cuyo aprendizaje no requiere un entrenamiento formal sino que generalmente es transmitido a nuevos reclutas por los que saben hacer algo. Ellas son: las vinculadas con el cuidado cotidiano y la limpieza (servicio doméstico, limpieza de oficinas e instalaciones); las vinculadas con tareas de distribución y ventas al menudeo (repartidores, distribuidores, acarreadores); las básicas de registros administrativos (tomar pedidos en un negocio); las de reparaciones domiciliarias en pintura, electricidad o sanitarios, y la fabricación de prendas textiles o partes por encargo como son el armado de aros o el de tacos para zapatos; estas últimas actividades siempre han existido categorizadas como trabajo a domicilio, que dependen de una empresa/patrón que provee los materiales y el trabajador utiliza sus propias herramientas (por ejemplo la máquina de coser).

El periodo de la vida en la cual transcurre la trayectoria ocupacional de los cinco casos que hemos categorizado como Busca Vida cubre alrededor de una década, excepto Leónidas (40 años) que comenzó a trabajar a los 8 años y hoy sigue encarando trabajos informales. Darío y Marcelo cambiaron trabajos durante 12 años para eventualmente estabilizarse a los 27-28 años. A una edad más temprana, 22-23 años, Norberto y Julián encontraron mayor estabilidad; los cambios de empleo tuvieron lugar durante 9-10 años. Norberto desempeñó algunos trabajos en los cuales permaneció varios años; Julián a partir del 2006 hizo suplencias docentes durante 13 años y fue nombrado efectivo recién en 2019 (ver Anexo).

Las Trayectorias Lineales se caracterizan porque la vida laboral se inicia más tarde que en el caso de los Busca Vida; también difieren porque los trabajos temporarios y cambiantes se desempeñan durante el tiempo en que están recibiendo educación formal o formación para adquirir competencias laborales. Es el caso típico de estudiantes universitarios o terciarios, personas jóvenes que se están formando en instituciones educativas, y simultáneamente se emplean en trabajos temporarios. El ingreso al mercado de trabajo tiene lugar a partir de los 17-19 años y aunque en los inicios desempeñan trabajos temporarios cuando concluye la etapa formativa acceden a ocupaciones estables. Un caso especial es la Trayectoria Lineal Profesional que se diferencia de la primera en que el inicio de la vida laboral tiene lugar aún más tarde y sobre todo por el desempeño de ocupaciones profesionales de clase media y media-alta (ver Anexo)

El desempeño de empleos estables tiene lugar en las Trayectorias Lineales, luego de 1 a 4 años (en un caso fueron 5 años) de iniciada la vida económicamente activa. La estabilidad ocupacional puede tratar de empleos formales continuos en la misma entidad o en el desempeño del mismo tipo de competencias (periodismo, encargado de edificios, el ferrocarril, o los puestos en la administración pública).

En las secciones que siguen describiremos los casos transcribiendo en bastardilla las palabras de las personas entrevistadas.

Cómo son las trayectorias ocupacionales de los Busca Vida

Julián, 34 años (nació en 1985), tenía 11/12 años cuando comenzó “llevando los pedidos de la casa de comidas de la esquina, lo hacía en el verano. Después cuando empecé primer año venía rápido de la escuela, lo hacia una hora o dos horas, me acuerdo que me pagaban dos pesos la hora” (alrededor de 1997). Y continúa: “a los 14 en la esquina de mi casa había una heladería, atendía el teléfono, llevaba algunos pedidos que estaban cerca”.

El reparto a domicilio es también el caso Darío (nació en 1972) quien por medio de un conocido de su papá a los 16 años comenzó “a repartir cartas y después fui saltando por distintos otros trabajos muy si, este, como decirte precarios”.

Saltar de trabajo en trabajo, en una variedad de empleos que demandan competencias básicas que aunque distintas son de fácil acceso, ha sido la experiencia laboral inicial de Julián y Darío; también lo ha sido la de Marcelo (nació en 1977), Norberto (, nació en 1985) y Leónidas (nació en 1979), quienes con experiencias diferentes en sus trayectorias muestran igualmente muchos cambios a lo largo de sus vidas.

Marcelo comenzó como cadete y luego repartidor a domicilio de Coto; fue un periodo (1993) en el que estaba permitido emplear pasantes jóvenes; tenía 16 años. “Era cadete, estuve en el reparto caminando y después me subieron a la camioneta, repartía con camioneta. Y después me ascendieron a encargado de cadete y ahí fue todo lo que estuve en Coto después ya no porque, tenía una política que ya no…no, no iba conmigo, ¿viste? Querían que forree a la gente ¿viste? Y no, no, no se podía, ¿viste?”

En 1996, Marcelo relata “entré en un restaurant. Y laburé unos cuantos años en el restaurant, ya me dedicaba más a la cocina [...] empecé como ayudante y después me quedé a cargo de todas las freidoras. Estuvo dos, tres años: ahí me fui y estuve en Shell, dos o tres años, de ahí me fui por una cuestión de seguridad porque yo laburaba de noche […] una noche entraron a robar, y mi vieja dijo no acá no, acá no, ándate”. Luego de una experiencia de dos años en una pizzería y casa de comidas donde “hacia el reparto y ayudaba a tender las mesas”, y de un año y medio comprando y vendiendo ropa, se estabilizo en 2005 cuando comenzó a confeccionar partes de prendas de vestir en su domicilio; industria que se caracteriza por la tercerización de parte, o toda, la prenda de vestir. En la actualidad ha tenido que hacer frente a un nuevo cambio ante la disminución de la demanda de confecciones de sacos; complementa sus ingresos con viajes de remise.

Como Marcelo, Julián y Darío, luego de muchos cambios, también han encontrado una ocupación estable. Julián como docente en una escuela dando clases de teatro y Darío como empleado en el Registro de Automotores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Ambos coinciden en que sus trayectorias han sido particularmente movidas; 10-12 años de cambios; pero difieren profundamente en la manera como llegaron a acceder a un puesto de trabajo formal.

Entre 1997 y 2006, Julián salto de trabajo en trabajo. A los 14 años repartía volantes de una remisería, “me iba caminando para tomar el tren”; y luego de nuevo caminado hasta la remisería; “lo mismo a la vuelta para ahorrarme 4 colectivos. Después de volantear, a los 16 me acuerdo que me puse a hacer licores con mi novia […] vendíamos en algunos restaurants del barrio, amigos, familiares. Al año siguiente nos pusimos a hacer ensalada de fruta [era el 2001/2002]”. Cirugéo durante un tiempo y los 16 o 17 años terminó quinto año de la secundaria (2003) y estuvo trabajando con un orfebre en la fabricación de aros. “Me acuerdo me llevaba laburo a mi casa para el armado de aros. Después ya entré al primer laburo formal, que fue en una zapatería. No, antes de la zapatería trabaje una semana en un local de comida árabe. La zapatería fue, si, fines de 2004, todo 2005 trabaje de cadete y en 2006 empecé en la docencia tomando suplencias y en marzo de 2007 ya agarre mi primer escuela fija, en el Bajo Flores dando teatro”. Julián había cursado talleres de formación artística en el Instituto Vocacional de Arte. “Esos fueron 4 años a la par del secundario y después de terminar el IVA me anoté en la EMAD [Escuela Metropolitana de Arte Dramático] que es un terciario donde estudie la formación del actor y cuando terminé eso me dedique a estudiar la certificación pedagógica en el nivel medio para poder llevar mi título de actor a profesor de teatro”.

Darío, actualmente de 47 años, comenzó a trabajar a los 16 años (1988) y hasta los 33 años cambio frecuentemente de trabajo. Había dejado la escuela comercial en primer año, cuando comenzó a repartir revistas del Circulo de Suboficiales del Ejército. “era medio temporario; a los 17 años sí me acuerdo también una semana en una panadería […] cuando me dijeron que tenía que venir a las cuatro de la mañana ahí ya se complicó todo”. De allí en un negocio de telefonía, “era cadete y ayudaba, a veces ayudaba a instalar las centrales telefónicas [...] a engrampar cables en la pared”. Estuvo un año y entro en una fábrica de zapatos y zapatillas “todo así dos meses como mucho. Después empecé a hacer serigrafía con un amigo”. Sus trabajos se intercalaban con tiempos desempleado “había saltos, dejaba de trabajar hasta que por ahí conseguía otra cosa o salía algo pasaban varios meses. No es que salía de uno y entraba al otro”. Después de las serigrafías pasó “a laburar en la imprenta. El laburo en la imprenta ya era más específico, había más plata, ganaba más plata”. En 1993 entra en la obra social del Ministerio de Economía. “Mira, como mi papá trabajaba ahí yo conocía a muchos”.Trabaja allí, primero como camillero y luego en la cocina. Milita sindicalmente, “terminamos conformando un sindicato para organizarnos para tratar de darle pelea a los despidos (...) Ahí estuve un par de años hasta que vino lo que todos temíamos que era el cierre de la clínica”. Fueron años de intensa participación sindical, de desarticulación de la obra social; de despidos (especialmente el 2001). En el gobierno de Kirchner “había un resurgir dentro del estado. Y así fue, conseguimos pases a” organismos del estado.“O sea reincorporamos o reubicamos a 50 y pico, 60 compañeros. (..) Entonces yo tuve la suerte de ingresar a la AFIP; ingresé en abril de 2005 que es mi trabajo actual. Chofer de funcionario” (de 2005 a 2013); al principio en planta transitoria y eventualmente planta permanente. “Ahora estoy en la parte administrativa del servicio de automotores”.

Una serie de circunstancias permitió en los tres casos descriptos que ellos luego de cambiar frecuentemente, finalmente encontraran un empleo con altas probabilidades de estabilidad. Marcelo a través de sus vínculos familiares aprendió el oficio de confección de ropa, Julián permanentemente se estuvo formando en lo que era su interés, el teatro, y Darío hizo el secundario de adultos y lo termino a los 26 años (año 1998).

Distinta ha sido la trayectoria de Leónidas (nació en 1979); ya los 8 años ayudaba a su padre quien luego de haber estado empleado en una fábrica de zapatos comenzó a fabricar tacos de zapatos en su domicilio. “Nosotros éramos pibes, 8 años y ya estábamos ahí mandando el cemento, que tenés que ir pegando, cortando con la cuchilla los bordes que antes venían con una cuerina”. Hizo primer año de la secundaria, repitió y abandonó; “el primer trabajo que tuve, fue, bueno venía haciendo changas antes de eso viste, salía un laburo de pintura...eh... salía un laburo que había que desarmar un techo, íbamos y laburábamos, yo ya tenía 15 años”. A los 16 años ingresa a una fábrica de galvanoplastía, “te hacen las piezas de las hebillas de cinturones, de zapatos, las manijas de las alacenas. Estuve dos años ahí 2 años... me explotaron un rato y... después cuando pedí aumento me dijeron ‘nos vemos’".

Leónidas, a través de la pareja de su hermana que tenía varios locutorios “me metió en un locutorio ... y ahí estuve unos cuantos años, ahí estuve 8 años trabajando, hasta que ya no quería saber más nada y dije bueno, algo tengo que hacer [...] conozco un muchacho que era jardinero … había un vivero en la esquina. Yo jamás agarré, no sé lo que es una planta [...] y ahí empecé a practicar [...] y estuve laburando como dos años. Era dale que dale allí abajo del rayo del sol, y dije ya basta”. Luego de un tiempo sin trabajo comenzó a podar árboles “y me fui haciendo de clientes”. Estuvo en la jardinería desde 2005, cuando Kirchner muere en 2010 “ella [su esposa] no tenía laburo, yo laburaba de vez en cuando, estábamos mal […] cuando a mí me bajaba el laburo, yo que sé, estaba una semana, diez días sin laburar [...] bueno algo tengo que buscar, y estoy aquí en Mataderos, esta toda la carne, así que dije me voy a meter a armarme un reparto y me estoy armando un reparto mío”.

Su nuevo empleo lo comenzó recientemente, entrega listas de precios de carne a posibles clientes, toma pedidos que los adquiere en las carnicerías y entrega los pedidos. “Yo soy independiente. [...] lo que hago me gusta igual eh, lo que hago me gusta. Por ahora no, a menos que bueno, no da para más y lo tendré que dejar y buscar otra cosa... porque olvídate, no tengo estudios, y, y tenemos que laburar en lo que sale, o lo que podemos... por lo general es lo que podemos y no lo que queremos, es así”.

A pesar de su juventud, Norberto (nació en 1985) ya se ha desempeñado en 7 trabajos distintos. Comenzó con 14 años en 1999. Su papá había fallecido y su mamá formó nueva pareja “que yo considero como mi papá, eh, y a los 14 años dije no estudio más. Empecé a trabajar acá en el taller, herrería y a los dos años estuve un tiempo y me fui y buscar otra cosa, pase a un lavadero de autos […] y dije no, esto tampoco es para mí. Y me anote en un colegio de la vuelta [...] ahí terminé el secundario y empecé a trabajar enfrente en el hospital que fue mi primer trabajo en blanco, ya tenía 18 años. Hacia tareas de limpieza”. Estuvo un año en ese empleo y paso a trabajar en seguridad privada para el gobierno de la Ciudad; allí estuvo cinco años. Contrajo matrimonio y “me salió la oportunidad de ser encargado de edificio” .2008).“Ahí habré estado dos años [...] conseguí otra portería un poco más grande y ahí estuve cuatro años más”. Desde 2014, Norberto trabaja en la herrería con su padrastro. “Laburamos juntos. Mi viejo tiene 74 años y sigue laborando acá [...] Ya está un poco cansado pero sigue laburando igual”.Recapitulando sobre su vida, Norberto “hoy encontró lo que le gusta. Me levanto a la mañana contento, no renegando tengo que ir a trabajar”.

Para algunas personas el mercado de trabajo es como una carambola; es cuestión de esperar a ver dónde se para la aguja. En los cinco casos descriptos el cambio de empleo depende de circunstancias personales y coyunturas sociales. Como bien lo dice Leónidas “tenemos que laburar en lo que sale”. Los empleos poco calificados, que demandan grandes esfuerzos y están pobremente remunerados no son atractivos para nadie. Los relatos muestran una inquietud, una búsqueda a veces larvada. Cuando nos detenemos a mirar las razones que las mismas personas dan para explicar sus cambios nos encontramos en muchos casos con una mezcla de esperanza de lo por venir y de frustración por lo que no se alcanza. Algunos, como Norberto, parecen haber logrado una meta que los tiene satisfechos, otros como Leónidas siguen buscando. Marcelo tiene sus dudas; después de haber logrado armar un proyecto en confecciones la dura realidad del país ha golpeado sus expectativas y debió recurrir a trabajar part-time como remisero. Julián y Darío han encontrado en el sector púbico un empleo estable.

La trayectoria Busca Vida es eso, una búsqueda constante que se manifiesta en los cambios de empleo pero que se enraíza en el desfasaje entre lo que los personas tienen para ofrecer y lo que el mercado de trabajo puede ofrecerles.

Como son las trayectorias ocupacionales lineales

Cuando no se están cursando estudios superiores, todos los jóvenes en los comienzos de su vida laboral muy probablemente toman empleos transitorios que pueden o no estar relacionados con las competencias en las cuales se han formado o se están formando. La diferencia con la trayectoria Busca Vida es que el inicio en el trabajo tiene lugar más tarde, en general a partir de los 19 o 20 años, y se estabiliza más temprano.

Armando (nació en 1978) comenzó a trabajar a los 17 años; “fue en una panadería. Estaba haciendo trabajo de ordenanza y limpieza y ayudaba en la cuadra”. Estuvo allí un año y medio y consiguió el empleo de mozo en una Galería donde trabajo durante otros dos años. “Después de ahí dejé y me fui a una fábrica de carabinas y aire comprimido. Eso me permitió por los horarios y todo terminar el secundario. Iba a la fábrica a la mañana y después iba al vespertino a la tarde a estudiar”. Después de trabajar unos meses en una estación de combustible “entre al ferrocarril cubriendo vacaciones en boletería [...] Pasaba por todas las estaciones, iba cubriendo vacaciones. Cubría las vacaciones del personal”. Entro al ferrocarril en el 2000, año en el cual también concluyó la escuela secundaria.

En 2017, Armando llego a encargado en una estación, controla la boletería, el personal, la limpieza y el mantenimiento. Durante 17 años fue suplente en las boleterías. “Se dieron vacantes. Antes estaba el supervisor nada más. Se abren las vacantes de encargado en el año 2009 más o menos que empiezan a abrir vacantes, y yo con el tiempo, bueno, esperé hasta que me postulé y subí en el año si mal no me falla 2017. Yo trabajé en ventanilla antes durante muchos años”.

Durante 5 años Armando cambia varios empleos; a los 22 años con su ingreso al ferrocarril inicia una trayectoria lineal, dentro de un rubro, una actividad que demando competencias vinculadas entre sí. Adquirir conocimientos y especializarse en competencias que se demandan en el mercado de trabajo es, a tenor de nuestros datos, un mecanismo eficiente para construir una trayectoria lineal.

Ese ha sido el caso de Hernando (nació en 1976) quien en 1994 concluyo sus estudios de Técnico Electromecánico en Energía Eléctrica, se anotó en ingeniería en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), y abandonó, realizó estudios de analista de sistemas, hizo todos los cursos de Oracle e ingeniería en informática, pero no concluyó para obtener un título.

En 1993, “a partir de los diecisiete años empecé a enseñar y a trabajar como guardavidas paralelamente iba estudiando en la facultad, este, yo trabajaba en un natatorio ¿no? en el club”. En la entrevista menciona dos edades, 17 y 19 años. Probablemente comenzó en forma irregular en el natatorio; a los 19 años cuando concluyó sus estudios secundarios se empleó de manera permanente. Simultáneamente hacia arreglos eléctricos para los vecinos.

A los 23 años se “decía ‘mira yo soy técnico electromecánico’. Y... Iba a las entrevistas, ¡las entrevistas de trabajo eran, con exámenes! Exámenes terribles y no es que no quedaba pero te pagaban dos pesos con cincuenta y tenías que viajar capaz que toda la mañana. En el noventa y... ocho, noventa y nueve yo ya había cambiado de rubro. Pude ir a trabajar en un negocio de materiales eléctricos, ahí empezó otra etapa de mi vida; eso, me permitió conocer lugares porque, tuve que manejar, yo atendía el negocio y hacía repartos. Cobraba, hacía repartos, todo ¿no?”

Hernando trabajó durante siete años en el negocio de materiales eléctricos hasta que a través de un primo se vinculó a DBA. “Ahí iba a ser administrador de base de datos. DBA lo que llaman DBA. Y bueno, ahí estuve no sé, estuve varios, muchos meses, no llegue a un año prácticamente. No llegue a cumplir el año justo eh, pero, me la hicieron padecer ¿no? la verdad que muy duro, [...] una persecución desde el, desde recursos humanos donde se veía si uno se integraba o no se integraba al, al grupo de trabajo”. De este empleo, a raíz de disputas internas en la empresa, lo despiden.

Luego del despido: “me tomé dos días de descanso prácticamente y voy a parar a NOSIS, Laboratorio de Investigación y Desarrollo. NOSIS era codependencia del Veraz. Luego de un tiempo, me llaman de Telefónica, y fui a la entrevista y... Y no pasó nada, eso fue ya a los seis meses que estaba trabajando yo ahí en NOSIS y a los seis meses me vuelven a llamar de vuelta de Telefónica. ‘buscan un empleado para, eh, para un área de seguridad’, ¿de qué área? me dice ‘de control de fraudes’, a mí me llamó la atención eso, ¿y qué están buscando?, y, estamos buscando una persona de sistemas. Soy empleado de Telefónica. De Movistar”. Comenzó a trabajar en las oficinas en 2007, actualmente .rabaja desde su casa. [...] “mirá soy un seudo analista de fraude en realidad manejo toda una plataforma, pero en realidad soy el que, el que programa todo eso para que funcione o, o sea un fraude yo trabajo para la detección y la prevención”.

Las trayectorias lineales se caracterizan porque a partir de un cierto momento se estabiliza y cesa el rumbo de cambios. Armando a los 22 años y Hernando a los 23 acceden a puestos de trabajo estables en los cuales se desempeñan en tareas para las cuales están capacitados, por sus estudios o por haberlos adquirido en el trabajo. Si retomamos nuevamente a los Busca Vida veremos que también entre ellos el acceso a una posición ha sido el resultado de un aprendizaje en el sistema formal y en el ejercicio de actividades laborales, aunque esto ocurrió después de más de una década de cambios. La excepción es Leónidas quien aún hoy (2019) con 40 años sigue buscando un medio de vida.

Las trayectorias lineales profesionales

La educación tiene lugar, preferentemente, en los primeros años de la vida de las personas. Cuando este periodo formativo antecede al inicio del primer trabajo porque ha cubierto los tres grandes ciclos educativos, la trayectoria laboral puede ser caracterizada como lineal profesional. Esto significa que la formación educativa ha estado relacionada de alguna manera a la probabilidad de inserción laboral. Se diferencia de la trayectoria lineal simple en que, como hemos visto, el acceso a un trabajo estable es el resultado de la combinación de la educación formal y el aprendizaje en el propio mundo del trabajo.

Damián (nació en 1978) hizo su escuela secundaria en una escuela privada. Comenzó a trabajar en el negocio de su familia cuando tenía 19 años, antes había realizados algunas tareas, “pero no era tan, tan de corrido. Trabaje en el negocio familiar, o sea haciendo reparto, digamos, repartiendo mercadería con una camioneta, también en un club y varias changas [...] hasta los 20 y algo,, no me acuerdo pero 20 y algo”. En 2004 se empleó como no docente en una facultad de la Universidad de Buenos Ares, “como no docente era administrativo únicamente [...] administraba turnos del lugar, de televisión, de fotografía que había y también bueno, asesoraba técnicamente y nada, estaba ahí para atender al público, básicamente”.

A los 20 años, 1998, había ingresado al Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires (CBC) dio clases en una universidad privada y se recibió con 26 años. En el año 2009, con 31 años, “me postulé a una CONICET, y me salió la beca doctoral. Hice la tipo 1, después la tipo 2; después hice el Post-Doc y después, bueno, acá estoy. Bueno y, además, en el medio conseguí laburo de docente y esas cosas”. Actualmente da clase en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de San Martín. “Soy investigador-docente si se puede decir, como se llame en la jerga como convenio digamos, pero… técnicamente y sin entrar en muchos detalles [...] técnicamente soy investigador-docente pero… realmente me están pagando como un, como un docente y no como un investigador, hoy en día”.

Edelmiro (nació en 1979) luego de concluir la escuela secundaria a “los 18 me vine a vivir acá a estudiar” el CBC en el área disciplinaria de exactas y naturales, pero cambió a la carrera de sociología (1998). A los 25 años “habré empezado a trabajar, empecé de changas sociológicas como hacer encuestas telefónicas, call center a los… 2004 ponele. En la consultora ahí conocí como, como todo un circuito de encuestas por timbreo, encuestas por teléfono […] después me llamaron de otra consultora y después de ahí fui como haciendo trabajos siempre como changas, por unos meses […] nunca tuve un trabajo estable digamos […] agarrando por ahí alguna tarea ya más adelante alguna tarea de consistencia de una base (de datos) como changuitas si vos querés”.

Entre 2004 y 2008 hizo encuestas; ese año “arranqué a trabajar en el Ministerio de Educación de la Nación (…) también consistiendo una base, haciendo trabajos… pero era una dirección de estadística (...) después de trabajar unos meses me pidieron, me ofrecieron quedarme y me quede trabajando en esa unidad hasta 2017”.

Entre 2014 y 2017 trabajo en el Área de Estadísticas de la Nación y de la Ciudad de Buenos; “estaba haciendo 11 horas de laburo porque estaba 8 en Nación y 3 en Ciudad entonces me ofrecieron más horas en Ciudad y dije si, adiós”. Continua actualmente en el mismo trabajo; “nosotros estamos contratados por horas-cátedra en general; yo tengo que cumplir una determinada cantidad de horas semanales y creo que tengo 42 o 43 horas cátedra”.

Edelmiro, como el resto de las personas entrevistadas en este estudio, comenzó su vida laboral en empleos transitorios, pero a diferencia de otros casos siempre realizo tareas vinculadas a las competencias en las cuales se formó, en sus estudios y también en sus empleos, encuestas, construcción de bases de datos estadísticos. En la misma línea se ubica su trabajo actual.

Esa ha sido también la experiencia de Luciano (nació en 1983), quien realizó sus estudios secundarios en un colegio privado de elite y obtuvo su título en comunicación social en una universidad privada. En la mitad de su carrera universitaria “más o menos en tercer año empecé a hacer algunas changas”. En el 2004-2005, “mi primer trabajo fue en una editorial que tenía dos revistas, fue mi primer trabajo de verdad digamos...era part-time… fue mi primer trabajo periodístico si querés. Después me fui a otro que nada que ver con el periodismo por un tiempo. Era en el área de sistemas habré durado siete u ocho meses [...] Bueno después con el tiempo volví al periodismo”.

“Veinti... 23 o 22 y bueno de ahí me fui a esta Asociación de Productores Agropecuarios como responsable de prensa [...] ahí vino 2007, 2008 el conflicto del campo con el gobierno [...] entré en contacto con los periodistas y con los editores de todos los medios y en un momento empecé a colaborar con [un gran diario], en paralelo colaboraba”. Luego de un viaje a Europa de seis meses a su regreso se incorporó a ese diario, era 2010. “Estuve 4 años en la redacción [...] conocí mucho el interior del país… y después de 2014 decidí que me quería ir de la redacción”. Desde entonces trabaja desde su casa actualizando todas las mañanas la web rural. Este año, 2019, “empecé a hacer radio los viernes y los sábados a la mañana [...] es de entrevistas a gente de cualquier palo digamos. Políticos, artistas, muchos artistas, gente de la cultura, científicos, investigadores, pensadores, filósofos, hay de todo”.

Trayectorias laborales en el contexto histórico-económico

Entre fines de los años noventa y durante el dos mil ha trascurrido la vida económicamente activa de las 10 personas cuyas trayectorias hemos analizado en la sección anterior. Teniendo en cuenta sus características personales, la situación económica y las condiciones del mercado de trabajo en ese periodo conforman el contexto histórico en el cual debemos interpretar sus trayectorias. Aun cuando están vinculados, no nos detendremos en los procesos poblacionales, sociales o políticos.

Mirar la trayectoria de la gente es también mirar la sociedad que los rodea. En la planilla de registro de las trayectorias consignamos las actividades económicas en las cuales se desarrollaron. Son tres décadas de historia en las que hemos identificado cuatro conjuntos de actividades económicas. El primer conjunto, mayoritario, está compuesto por un número apreciable de actividades de servicios y comercialización; en la mayoría de los casos encontramos mencionados los comercios, las casas de comida, los restaurants, pizzerías, y las remiserías. En los noventa aparecen los locutorios. El segundo conjunto pertenece al sector manufacturero; ellas son las industrias textiles y confecciones y la fabricación de zapatos. Las herrerías que sirven clientes domiciliarios podrían ser incluidas en este sector (algunos censos las incluyen en reparaciones). El tercer conjunto son actividades tercerizadas (sub-contratación) por empresas grandes; tal es el caso de control y vigilancia, construcción de sistemas de datos y periodismo, y también publicidad free-lance. El cuarto conjunto está conformado por los empleos en el sector público.

El contexto del primer conjunto de actividades económicas está constituido por el sector informal.

Si bien en los países desarrollados tal situación (se refiere a la crisis económica post-convertibilidad), conduciría al desempleo,[1] en los países en desarrollo da lugar al surgimiento y la persistencia de una concentración del empleo en unidades pequeñas de baja productividad (Beccaria, Groisman y Monsalvo, 2006, s/p).

En Argentina siempre había sido importante la presencia de pequeñas empresas en todo el espectro de su economía. Las políticas implementadas a principios de los noventa (privatización de las empresas del estado, apertura económica) significo el incremento en el nivel de concentración y corporativización de la economía argentina, y el crecimiento del desempleo particularmente en el caso de los jóvenes. Como señalan Jacinto y Chitarroni (2010, s/p) en su investigación de trayectorias laborales juveniles, la transición hacia el trabajo de jóvenes, entre 19 y 29 años, “se caracteriza por la diversidad, la inestabilidad y la precariedad de las experiencias laborales, y está influída no sólo por la inestabilidad estructural del mercado de empleo sino también […] por ser joven”.

El segundo conjunto de actividades es el trabajo a domicilio. Ellas comprenden la fabricación a domicilio de partes (o la totalidad) de prendas de vestir y de zapatos.

En 2011 en Argentina había 51.000 trabajadores costureros registrados y 120.000 no registrados que se desempeñan tanto en fábricas como en medianos y pequeños talleres domiciliarios; ellos producen de forma tercerizada para fábricas y grandes marcas. Se estima que existen aproximadamente cinco mil talleres clandestinos en Capital Federal y el Gran Buenos Aires (Egan, 2015, s/p).

El trabajo a domicilio en confección de prendas existió en Argentina desde los años veinte y treinta del siglo pasado; se trataba de una actividad en el hogar, regida por la ley y con cobertura sindical, que empleaba una mayoría de mujeres. Con la instalación de grandes fábricas en los cincuenta declinó la demanda de ese tipo de mano de obra para reaparecer con nuevos estilos durante la crisis que afectó a sector textil en los setenta, cuyo nivel el sector nunca recobró.

La industria del calzado en Argentina hasta entrados los años ochenta se caracterizaba por la fabricación a facón de partes las cuales eran ensambladas centralmente en la empresa que luego los comercializaba. La reducción de la protección arancelaria y para-arancelaria de los años noventa y las inversiones (con patentes de marcas extranjeras) que introdujeron nuevas tecnologías de fabricación continua, sobre todo en zapatillas, golpeó duramente la industria old-fashioned del calzado.

El trabajo a domicilio sobrevive porque como actividad no registrada puede evadir impuestos y cargas sociales; también influye de manera definitoria que se trate de una actividad que se realiza en el hogar normalmente con instrumentos de trabajo propiedad de los propios trabajadores y cuentapropistas (Jelín, Mercado y Wyczykier, 1998). El hecho de que trabajen los miembros del hogar y la evasión fiscal explica que comparativamente los costos para el fabricante propietario final sean menores. Se trata de un fenómeno mundial conocido que ha venido ocurriendo desde los setenta en que las grandes corporaciones comenzaron a tercerizar en países en desarrollo la producción de partes en una gran variedad de industrias (Sautu, 2016).

Comercio y servicios y trabajo a domicilio, constituyen los principales conjuntos de actividades refugio en las cuales, en particular los Busca Vida encontraron una fuente de empleo. Otras actividades mencionadas han sido hacer serigrafías, fabricar licores y ensalada de fruta, fabricar aros y trabajar en una herrería. En 2014-2015 en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en el conjunto de los no asalariados (trabajadores independientes, cuenta propias) el 80,8% se desempeñaba en el sector micro-informal (Maceira, 2018).

Dos actividades mencionadas por nuestros entrevistados pertenecen al tipo de empleo creado por pymes subsidiaras de grandes empresas. La primera pertenece al campo de la creación y manipulación de bases de datos; tal es el caso de Hernando que trabaja desde su casa en seguridad informática de control de fraudes. La segunda es el trabajo en periodismo free-lance. En ambos casos muy probablemente figuran como independientes que facturan como monotributistas. Esta es una modalidad que se aplica también en algunas dependencias del estado para los contratados por tiempo determinado; aun cuando con el paso del tiempo y las renovaciones podrían llegar a jubilarse en ese trabajo.

Con la excepción de Leónidas quien está tentando suerte como intermediario en la venta de carne, el resto de nuestros entrevistados se encuentra actualmente ocupado de manera estable en actividades predominantemente terciarias. Aun cuando el nivel de actividad se ha reducido, Marcelo continúa fabricando piezas de indumentaria y Norberto desde el 2009 se ha instalado en la herrería junto a su padrastro. Armando es supervisor en una estación de ferrocarril, Hernando se ocupa de la base de datos para control fraudes en Movistar, y Luciano es free-lance en periodismo. El resto de nuestros entrevistados está ocupado en el sector público. Julián y Damián son docentes, Edelmiro trabaja en una dependencia de la Secretaría de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y Darío en el Registro de Automotores de la AFIP.

Cuatro personas sobre diez se desempeñan en el sector público; ellos forman parte de la base de datos de nuestro proyecto cuantitativo original (muestra aleatoria de 1065 hogares) quienes fueron re-entrevistados. En dicha muestra, el 62,81% de los entrevistados se desempeñaba en la administración pública, comercio y servicios En el Proyecto Programa de Investigación sobre la Sociedad Argentina Contemporánea (PISAC, Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación Productiva) (Piovani y Salvia, 2018) cuyo trabajo de campo sobre una muestra aleatoria de personas principal sostén del hogar (PSH) se llevó a cabo en 2014-2015, se estima que en el AMBA el 24,8% de los ocupados económicamente se desempeñaba en el sector público (administración central, salud y educación); el 30,1% en comercio y servicios y solo el 12,5% en industrias manufactureras (Maceira, 2018).

Estudios de casos para analizar trayectorias ocupacionales

En la investigación cualitativa de estudio de un caso o múltiples casos no se utiliza en su selección técnicas de aleatorización propias de los métodos cuantitativos, aunque si podría hacerse (Stake, 1998). Como ya dijimos, el núcleo del procedimiento adecuado es que los elegidos sean instancias válidas de casos que en su conformación reproducen en sus rasgos claves las situaciones que pueden ser observadas en otros casos similares. No todos los tipos de casos posibles son incluidos en la selección; para acercarse a la representación de los casos posibles en el universo es necesario realizar una investigación cuantitativa aleatoria.

En el presente estudio se analiza la manera como las personas, varones adultos jóvenes, hilvanaron su vida laboral que transcurrió en los noventa y dos mil en el AMBA. El foco son las trayectorias y como ellas se insertan en su contexto histórico-económico; esto nos brinda una imagen, aunque parcial, de los varios mercados de trabajo en los cuales se desarrollaron sus experiencias laborales. El análisis nos habla de la sociedad en la cual vivimos, y nos habla desde la perspectiva de las personas miembros de esta sociedad.

A diferencia de la investigación cuantitativa, los estudios de casos no pretenden reproducir todos patrones de relaciones o distribuciones predominantes en un universo. Su aporte es profundo, nos permite comprender como los procesos sociales ocurren cuando los miramos desde los actores sociales. En la descripción de trayectorias vemos reflejadas las empresas y las actividades económicas que tienen lugar en nuestra economía. Dos temas discutiremos en estas conclusiones. Primero, mostraremos la consistencia entre las conclusiones de este estudio cualitativo y el análisis cuantitativo de las 1065 encuestas aleatorias de varones y mujeres residentes del AMBA.Y segundo, reflexionaremos acerca de la generalización teórica en los estudios de casos.

En nuestro análisis de redes de todas las trayectorias ocupacionales de 1065 varones y mujeres residentes del AMBA fue posible identificar aquellas ocupaciones (categorizadas por el CIUO-08) que constituyen nodo-canales en el conjunto de todos los nexos entre ocupaciones en la red. La unidad de análisis es cada ocupación en la totalidad de trayectorias; el software usado permite categorizarlas según atributos del titular de la trayectoria, incluyendo su pertenencia a clase social. Tres de sus conclusiones, que muestran a los mercados laborales, son sostenidas por el presente análisis de casos: la presencia de ocupaciones del sector terciario, la alta rotación ocupacional y la predominancia de vínculos entre ocupaciones adyacentes que demandan capacidades compatibles en el desempeño (Sautu, Paredes y Carrascosa, en prensa). El análisis cualitativo de casos nos da información acerca de los caminos en los cuales ocurren esos nexos ocupacionales.

En el análisis transversal de los datos de la misma encuesta aleatoria fue posible identificar los conjuntos ocupacionales que en mayor proporción tienden a reproducirse cuando comparamos las ocupaciones desempeñadas a los 25 años de edad con la actual; se tuvieron en cuenta género y cohorte de nacimiento (Sautu y Carrascosa, en prensa). Aunque no ha sido su objetivo específico, el estudio cualitativo nos aporta información sobre cómo se reproduce o cambia la inserción ocupacional cuando se comparan momentos en la trayectoria ocupacional; una de sus conclusiones es que alrededor de los 25 años se estabilizan las trayectorias. Los cambios frecuentes tienden a ocurrir en las etapas iniciales de la vida laboral con mayor incidencia en algunas ocupaciones de clase media y clase popular; conclusión esta que es consistente con el análisis cuantitativo de los datos de la encuesta (Sautu y Carrascosa, 2020)

La generalización teórica a la que pueden dar lugar los estudios de casos como el nuestro se asientan en la potencialidad de llevar a cabo tres procedimientos. Primero, la inferencia de regularidades empíricas, patrones de asociaciones, y la sistematicidad en la ocurrencia de ciertos hechos. Segundo, su inserción en un cuerpo de teoría dentro del área temática a la cual correspondan conceptos y regularidades. Y tercero en la consistencia entre sucesos de la vida individual y los sucesos históricos del periodo en el cual tienen lugar.

Durante el artículo hemos sugerido algunas conclusiones generales. Las más importantes son consistentes con los resultados de estudios que nos preceden. Tal es el caso del papel que juega la clase social, estimada aquí por la ocupación del padre, en el inicio de la vida laboral; el abandono de la escolaridad formal y la incorporación temprana al mercado de trabajo; y la importancia de los lazos sociales en el acceso ocupacional.

Aunque en este artículo no hemos tratado el papel de la agencia, ella se cuela en los relatos. Aparece cuando a través de la acción sindical se participa de las negociaciones con entidades públicas, también en los esfuerzos por aprender nuevas competencias; o instalarse por cuenta propia. Ellos no son comportamientos automáticos, sino que requieren reflexión y una acción orientada a fines. El contexto debe estar allí, la toma de la oportunidad es una acción individual.

El análisis también nos dice que la vida está repleta de circunstancias externas a nosotros que marcan o reorientan nuestras vidas. Estas experiencias nos muestran que los comportamientos humanos no son producto exclusivo de motivaciones y decisiones, que existen hechos externos a él que influyen en sus vidas, aun cuando él o ella no son títeres que actúan al unísono con su contexto.

Como conclusiones más generales que nos servirán para futuros estudios, merecen señalarse dos. Primero, el papel del aprendizaje y experiencias adquiridos en las primeras etapas de la trayectoria ocupacional. Excepto Leónidas, todos los casos llegan a una edad adulta más madura y se estabilizan laboralmente. Posiblemente deberíamos pensar en la posible existencia de un efecto en cascada de las ventajas acumulativas de la experiencia.

Segundo, el análisis de los casos ayuda a comprender la articulación entre los procesos micro y macro-sociales. Cuando los participantes de la acción social, y en la interacción entre ellos, relatan sus experiencias y describen las situaciones en las cuales tuvieron lugar están haciendo referencia directa o indirectamente al contexto histórico y a las entidades y colectivos intermedios. El trabajo informal existe porque hay mini-empresas y espacios para el cuentapropismo. Y estas actividades subsisten, entre otras cosas, porque existe una mano de obra disponible que responde a esa demanda.

Anexo

Fuente: entrevistas en profundidad.

Cuadro 1. Datos personales 

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Notas

1López-Andreu (2014) en su investigación de trayectorias laborales señala que en España se observa la existencia del reemplazo de situaciones de desempleo por el desempeño de empleos precarios.

Recibido: 06 de Noviembre de 2020; Aprobado: 03 de Junio de 2021