SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.20 número2El desafío de editar revistas científicas en Humanidades desde Argentina índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Cuadernos del CILHA

versión On-line ISSN 1852-9615

Cuad. CILHA vol.20 no.2 Mendoza dic. 2019

 

ANIVERSARIO: 20 AÑOS DE CUADERNOS DEL CILHA

20 años de los Cuadernos del CILHA

 

María Luisa Martínez M.

Editora de Atenea Universidad de Concepción. Chile. marluimar@gmail.com


 

Las revistas literarias surgen a mediados del siglo XVIII en Hispanoamérica como un medio de expresión y difusión cultural fundamental en la conformación de la vida intelectual de nuestro continente. Nuestra tradición, las figuras tutelares que la componen y el acervo cultural que nos han legado están estrechamente unidos a la necesidad de plantear una postura política, filosófica, ética y, por supuesto, estética respecto de América Latina y su relación con el resto del mundo a través de publicaciones periódicas. La evolución de las revistas literarias transita desde las primeras gacetas y las publicaciones periódicas tras los procesos independentistas hispanoamericanos, con sus respectivas manifestaciones nacionalistas, hasta las cumbres estéticas y cosmopolitas que primero el modernismo y luego las vanguardias nos descubren a finales del siglo XIX y principios del XX; son los antecedentes y pilares tanto de la consolidación de nuestra madurez identitaria como de las revistas literarias contemporáneas. Hay nombres fundamentales en la apertura de América Latina hacia el ansiado universalismo; nuestro presente y nuestras inquietudes, nuestros deseos y anhelos, nuestros diálogos y nuestras traducciones, nuestros intentos de acercarnos a otras realidades, pensamientos e ideas serían muy distintos, sin lugar a dudas mucho más limitados, sin la visión, la convicción, la capacidad crítica, la inteligencia y el tesón demostrados, por ejemplo, por Manuel Gutiérrez Nájera en la dirección de la Revista Azul, de Victoria Ocampo al mando de la Revista Sur, de José Lezama Lima a la cabeza de Orígenes, de Carlos Fuentes y Emmanuel Carballo en la Revista Mexicana de Literatura, de Roberto Fernández Retamar guiando Casa de las Américas, de Emir Rodríguez Monegal en Mundo Nuevo, de Octavio Paz en Vuelta, de Antonio Cornejo Polar en Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, de Raúl Silva Castro en Atenea o de Cedomil Goic en Revista Chilena de Literatura y Anales de Literatura Chilena.

Hay, sin embargo, diferencias entre las revistas literarias; están las publicaciones que surgen como un medio para dar a conocer la obra de autores emergentes o ya consagrados, y otras, las revistas académicas o especializadas, que crecen bajo el amparo de universidades y academias. El impulso que rige estas últimas es altamente demandante; la dirección de las revistas académicas no sólo exige que éstas recojan el pensamiento crítico del tiempo y lugar que habitamos, que establezcan puentes hacia otros territorios y lenguas, que tejan los hilos de nuestro pasado, de nuestro presente y del futuro que anhelamos, sino que además se inserten en el competitivo ámbito de las indexaciones, de valores cuantificables en visitas, marcaciones, citaciones y otros aspectos que los consejos científicos establecen como fundamentales. América Latina intenta ingresar al mundo globalizado con las dificultades, e incluso precariedades, que a veces nos acechan. Lo que determina la sobrevivencia de nuestras revistas es la voluntad, la fe en un proyecto no exento de fatigas ni de problemas, pero emprendido desde la certeza de proseguir en el empeño e instalarse en el mundo con propiedad de soberanos. Los directores, los comités editoriales y los colaboradores de las publicaciones especializadas son fundamentales en la consecución de este objetivo. Los desafíos son múltiples; visibilizar nuestras culturas, idiosincrasias y obsesiones, pero también dialogar, generar lazos afectivos y amorosos en torno a la literatura y lo que creemos que ésta significa para la construcción de un mundo mejor, más culto, más sensible, más humano. La determinación de sustituir las versiones impresas por versiones exclusivamente electrónicas, a veces impulsada por razones económicas y otras por la imposibilidad de contar con espacios suficientes para albergar las hemerotecas, no ha logrado derribar el sueño de seguir creyendo en una biblioteca infinita, real o virtual, como la soñó Borges.

Cuadernos del CILHA cumple veinte años y es preciso celebrarlo. Muchas revistas se han quedado en un número único y prometían, tanto su dirección como la publicación misma, un vasto territorio por abarcar y conquistar. Las razones de por qué no continuaron exceden estas líneas y son harina de otro costal. Pero sí permiten valorar todavía más el logro alcanzado por el joven, pero maduro, Cuadernos del CILHA. Mis sinceras felicitaciones entonces a todos quienes conforman el equipo de trabajo de esta prestigiosa revista, fundamentalmente a Claudio Maíz, su director y el responsable de orientar un sueño personal, académico y literario que nos alienta y nos hace participar de la esperanza de ser parte de una gran familia guiada por el interés común de creer que, mientras existan la literatura y la crítica en torno a ella, todavía podemos pensar en la creación de un espacio hospitalario que habitar.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons