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Cuadernos del CILHA

On-line version ISSN 1852-9615

Cuad. CILHA vol.22 no.1 Mendoza June 2021

 

Dossier

Introducción a Cartografías culturales: entre efectos y afectos de la violencia de género

Introduction to Cultural Cartographies: between effects and effects of gender violence

1Université de Montréal. Canadá. ct.navallo.coimbra@umontreal.ca

2Universidad Nacional Autónoma de México. México. ainhoavasquez@filos.unam.mx

Avanzamos. Es indudable que la marea verde inunda nuestras calles latinoamericanas. En México, en el Estado de Hidalgo, hace apenas unos días se aprobó la despenalización del aborto hasta la semana 12 de gestación. Este Estado es el tercero en México, junto con la Ciudad de México y Oaxaca . En Oaxaca, el Congreso del Estado acaba de declarar los concursos de belleza como una violencia simbólica contra las mujeres y prohibir los fondos públicos que antes eran destinados a este tipo de certámenes en calidad de campañas de promoción turística . Es el primer Estado en el mundo en lograrlo. En la UNAM, la principal universidad mexicana, los cursos de género se convirtieron en materias obligatorias para todos los estudiantes de primer ingreso, a partir del año 2020. Parece que México camina a paso firme hacia el feminismo, mientras en Chile se discute y se escribe una nueva constitución que reemplazará a la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet. La Convención Constituyente, encargada de ello, cumple con el principio de paridad de género y, además, es presidida por una mujer mapuche. Avanzamos hacia la creación de una constitución feminista, pensamos victoriosas . Todo parece indicar que vamos por buen camino hacia una Latinoamérica igualitaria.

Retrocedemos. Desde que comenzó la pandemia por Covid-19, la ONU Mujeres ha alertado sobre la violencia de género que ha venido aparejada. Las restricciones de movilidad, así como el estrés producto del confinamiento y los problemas económicos que ha suscitado esta emergencia mundial, podrían estar intensificando la violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico . Desconocemos, asimismo, el número de mujeres que podrían haberse suicidado por ello, en este intertanto. Todavía no tenemos cifras oficiales ni legalizaciones respecto de este tipo de crímenes, pues el suicidio feminicida aún no está tipificado en la mayoría de nuestros países latinoamericanos. Lo que sí tenemos más identificado, en cambio, es igualmente desalentador. Tan sólo los primeros días de julio en México asesinaron con la máxima crueldad a tres mujeres trans: en Colima, Tijuana y Ciudad de México . En los primeros cinco meses de este año 2021 los feminicidios en México han aumentado en un 7% y las violaciones en un 30% . Mientras, en Argentina, se registra un feminicidio cada 31 horas, lo que da una cifra de al menos 137 en lo que va del año, según el Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación .

Avanzamos y retrocedemos. Así ha sido siempre nuestra historia del feminismo: un constante avanzar un paso y retroceder otra vez. La antropóloga chilena Sonia Montecino, en la reedición de su libro Madres y Huachos, la denominaba en términos de una tensión inclusión/exclusión. Ella lo mencionaba a propósito de los altos puestos de poder político alcanzados por mujeres en Latinoamérica, a la par del aumento de la violencia de género. Así, a pesar de que Michelle Bachelet logró llegar a la presidencia de la República en Chile en el año 2006 y 2014, se mantuvo una débil participación laboral femenina, una desigual remuneración y un aumento en las agresiones contra las mujeres, siendo el feminicidio una de las más visibles. Ello deja claro que podemos ir abriendo paso en el ámbito público, alcanzar cargos importantes a nivel político, sin embargo, se mantienen o aumentan otro tipo de violencias de género.

Este dossier busca evidenciar estas contradicciones, poner el dedo en la llaga, cuestionar los aires triunfalistas y la tentación de pensar que ya está todo resuelto, que ya ganamos. Los artículos -asumidos aquí con un claro compromiso y “cuidado ético”- transparentan esa lucha: tanto la de la fe como de lo que falta por caminar, la de esa potencia feminista y la del deseo de cambiarlo todo, en palabras de Verónica Gago (2019). Abrimos este dossier con agradecimiento a quienes lo hicieron posible, especialmente a María Ezcurra, quien nos envió la foto de la instalación “Ni una más” (foto detalle, 2003-2020). Abrimos con esperanza. El artículo “Apuntes para una memoria feminista: hacia una literatura del nosotras” de Fernanda Laguna y Cecilia Palmeiro nos entrega posibilidades: frente a una historia patriarcal, hoy podemos escribir una historia feminista como práctica de sanación. Asimismo, los artículos de Mónica Albizúrez, “El film La Llorona de Jayro Bustamante: memoria cultural y género en la justicia transicional guatemalteca”; “De crímenes de familia a crímenes de Estado. La figura de la madre en la lucha contra la violencia de género en Crímenes de familia (2020) y Las tres muertes de Marisela Escobedo (2020)” de María Soledad Paz-Mackay y Argelia González Hurtado; “El género de la desobediencia: resistencias al legado familiar en las hijas de represores en Argentina” de Mariela Peller y “Tecno-kitsch. Vogue, violencia y la noche en House of Apocalipstick” de David Tenorio nos otorgan ciertas esperanzas en cuanto a la justicia, la reconciliación, la sororidad y el activismo. La posibilidad de encontrar nuevas formas de afecto y lazos comunitarios para resistir a la violencia histórica y cotidiana.

Sin embargo, también hay episodios dolorosos que debemos contar para no olvidar. Los artículos “Un piano en Bahía Desolación: trata de mujeres y pactos patriarcales en la llegada del capital y el Estado a la Patagonia” de Florencia Abbate; “Suicidio feminicida y masculinidades culpables en Réquiem por Teresa de Dante Liano” de Ainhoa Vásquez; “El narcotráfico como dispositivo de poder sexo-genérico y el engañoso empoderamiento femenino, en Perra Brava” de Magela Baudoin; “Otros cuerpos, otras miradas: Formas de la violencia de género en Montacerdos de Cronwell Jara (1981) y “Sangre coagulada” de Mónica Ojeda (2020)” de Claudia Salazar Jiménez; “Trans-fundar la Argentina. Nación, autoría y masculinidades en Las aventuras de la China Iron de Gabriela Cabezón Cámara” de Luis Enrique Escamilla Frías; “Masculinidad y violencia afectiva en la ficción narrativa de Leticia Obeid y Francisco Bitar” de Guadalupe Maradei y “Pedagogías de la crueldad, feminicidio y régimen de autorización discursiva en relatos de Legna Rodríguez Iglesias: sobre las dificultades del des-aprender las lógicas(violencias) patriarcales” de Fernanda Bustamante Escalona nos refieren a la representación literaria de esa historia traumática que hemos vivido no solo las mujeres sino también las subjetividades de la disidencia sexo-genérica, y que conocemos de sobra y compartimos: de soledad, angustia, violencias de todo tipo, intentos de sublevación y nuevos tropiezos. Una historia que, lamentablemente, no queda en la representación ficcional sino que es igualmente una realidad, como lo demuestran los artículos “Violencia, feminicidios y crimen organizado en Guanajuato, México” de Rocío Rosas Vargas, Marilú León Andrade y Tzatzil Isela Bustamante Lara y “Trans-Urbanismo: economía cuir afectiva en el trabajo sexual por mujeres trans en los años 80 en San José Costa Rica” de Luis Alonso Rojas Herra.

Concluimos este dossier con dos notas que abordan nuevas posibilidades de representación y acción: “Navegando en las intimidades -o no- de Mónica Mayer. El proceso de un libro sobre arte, vida y feminismo” de Katnira Bello Enríquez y “Ecoficción feminista. Rebelión frente al sitio, la conquista y la violación” de Raquel Martínez-Gómez López. Tal como indicábamos al principio de esta introducción este número busca revelar las contradicciones: mostrar la violencia, pero también las formas de paliarla. Visibilizar la violencia de género que sigue presente, tanto en las representaciones ficcionales como en la propia realidad cotidiana, no obstante, abrir paso hacia otras experiencias subjetivas y colectivas. Dar cuenta de que pese a todo y contra todos seguimos caminando juntas en un tsunami que ya no se puede detener.

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