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Revista argentina de radiología

versão On-line ISSN 1852-9992

Rev. argent. radiol. vol.72 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires abr./jun. 2008

 

EDITORIAL

Representantes y organizaciones

Son diversos los temas que nos preocupan y que debemos abordar en el futuro inmediato si queremos ser partícipes efectivos de los tiempos que vienen.
Comparto plenamente el diagnóstico del Dr Bruguera en su editorial reciente, su autocrítica y no puedo menos que aplaudir su férrea decisión de no cejar en sus convicciones (1). Nuestras organizaciones madres pueden y deben aprender de las experiencias pasadas. Los padecimientos actuales de los jóvenes integrantes de nuestra profesión son la consecuencia de diversos factores pero dolorosamente atados al mismo origen: la ausencia de una visión clara y compartida, los desencuentros y antinomias de sus dirigentes.
Un médico especialista en Imágenes es un consultor conocedor de los riesgos, beneficios y oportunidad de los exámenes de imagen así como un excelente interpretador de los mismos. Dentro de un marco competitivo personal es deseable una atención óptima, obtener imágenes de alta calidad y entregar los informes a tiempo. Mejor aún si lo hacemos colectivamente. Pero la misión principal de todos es usar las imágenes y los informes para hacer importantes contribuciones al diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades en beneficio de nuestros pacientes y la comunidad. Mantener esa convicción es a su vez la manera de salvaguardar la vigencia de la Radiología a largo plazo. Es impensable que podamos hacerlo si no protegemos la integridad, el bienestar personal y los derechos de los médicos Radiólogos.
Es hora de buscar otras formas o caminos que nos puedan conducir al logro de nuestros principios. Estamos, entiendo, en una transición donde intentamos planificar y elaborar la estrategia que seguiremos. Dentro de esta dinámica es necesario debatir sobre un hecho trascendente: nuestros representantes futuros. Los líderes del mañana. Hoy, necesarios en todos los niveles, desde los servicios privados y estatales, residencias, en las distintas sociedades provinciales o regionales, sociedades afines, hasta las organizaciones nacionales e internacionales. Pero, ¿quiénes deben ser y qué perfil reunir? Sin ser un experto, solo un interesado amateur en el tema, podemos advertir que si bien los estilos varían los más eficientes exhiben una serie de características: confiabilidad (credibilidad), pregonar con el ejemplo, lealtad, coraje, pasión, ética, optimismo, empatía, alto nivel de energía, capacidad para motivar a otros y un fuerte compromiso con los objetivos de una organización. Entonces no es suficiente con las buenas intenciones si no logramos la conjunción de las mismas.
Veamos cómo piensan en otras latitudes y compartamos algunas reflexiones que se hacen en este sentido. ¿No sería importante que las organizaciones eviten dar posición de liderazgo como el próximo paso automático en la carrera de gente exitosa? El simple hecho de que sean triunfadores en su carrera académica o sobresalientes en su práctica clínica ¿significa que serán líderes eficaces? (2). Para liderar se requiere un enfoque diferente con menor énfasis en el éxito y creatividad individual y un mayor enfoque en trabajar para otros y generar consenso. Suele ocurrir que la excelencia académica esté instalada en un eje diferente que el liderazgo. Es decir, pareciera que el conocimiento y habilidades requeridas para un rendimiento de alto nivel como investigador o como radiólogo clínico no son las mismas que para destacarse como líder. No es tan simple como el que "sabe y manda" ni la habilidad y capacidad de individuos excepcionales dotados de carisma. Tener carisma es importante pero no define a un líder. Por fortuna, el liderazgo, tampoco es un don sobrenatural y se puede aprender con la educación y las experiencias sociales. El camino debe comenzar en las residencias introduciendo cursos obligatorios en la currícula. Mucho puede aportar en este sentido nuestra asociación de profesores (AAPUDI).
Es cierto que nos separa una brecha tecnológica y económica con países del Primer Mundo; sin embargo, en muchos aspectos no padecemos males diferentes. Estamos tratando de sostenernos como una especialidad definida e íntegra haciendo frente a intrusiones de otros profesionales deslumbrados con nuestros métodos y su magnífico potencial. ¡Luchamos! para no resultar redundantes en el sistema de salud.
Sigo convencido de que es valioso y alentador el aporte de Conaedi pero todos deberíamos estarlo, sostenerlo y defenderlo como la manera ineludible de evaluar a los pares. Los programas de certificación junto a los de acreditación, guía e indicaciones de las prácticas y estándares técnicos deben ser el respaldo, la garantía visible y transparente ante la sociedad de que nuestros colegas adquieren y mantienen los conocimientos y habilidades necesarios para proveer servicios de calidad y el cuidado de su salud. Hoy es tanto o más importante la protección pública que la legislativa (3). Debemos apuntar a erigirnos en los consejeros de temas cruciales, a veces acuciantes, preocupantes y significativos de la salud. Algunos ejemplos son los concernientes a radioprotección, mama, pulmón, próstata, radiología intervencionista, etc. Debemos ser los referentes ante las autoridades de salud en relación a las políticas pertinentes. No lo lograremos con desencuentros. Para ello es menester darle al público una única cara, una organización con la cual identificarse y en la cual confiar. Una proyección hacia afuera con mensajes claros, coherentes y contundentes.
El desempeño de nuestras organizaciones se reforzará amalgamando las diferentes subespecialidades que surgen con el ánimo de alcanzar una competencia profesional de alto nivel. Son necesarias la coherencia, colaboración y coordinación entre las mismas y la constante revisión del proceso para evitar la fragmentación. Es hora de una entidad nacional fuerte. No es momento de mezquindades, de historias o disidencias pasadas, obstáculos viscerales ni proyectos individuales. Es tiempo de grandezas, de entrega, de elaborar estrategias con una visión unificada, de flexibilidad e innovación. De instalarse como un interlocutor válido y confiable. En fin, una organización líder y respetada dentro de la comunidad médica, la esfera estatal, las obras sociales y la sociedad.

Prof. Sergio Moguillansky
Presidente FAARDIT

Referencias

1. Carlos A. Bruguera. Éxitos y fracasos en la Radiología Argentina. Revista Argentina de Radiología 2007, 71 (4): 385-6.         [ Links ]

2. Gunderman RB, Weinreb JC, Hillman BJ, et al. Leadership in Radiology: the 2007 ACR Forum. J Am Coll Radiol 2008, 5(2): 92-6.         [ Links ]

3. Borgstede JP. 2007 ACR presidential oration: four foundations for our future. J Am Coll Radiol 2007, 4(12): 875-8.         [ Links ]

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