COMENTARIOS DE LIBROS

La ciencia como herramienta
Alberto Carli Buenos Aires, Biblos, 2008

Si bien el título de este libro puede llevar a lucubraciones de variado tipo, y bien conocemos lo que ha significado el desarrollo de la ciencia en ciertas naciones, el subtítulo -que adrede no he colocado- indica a qué apunta: Guía para la investigación y la realización de informes, monografías y tesis científicas. Sin embargo, es mucho más. Cuando nos adentramos en los conceptos textuales nos damos cuenta de que se trata de un acabado desarrollo de la epistemología que, si bien sienta determinada tendencia axiológica, no omite pasear por todo el marco de esta disciplina. Los capítulos "Conocimiento e investigación" y "El proceso de investigar" llevarán de la mano a aquel que quiera embarcarse en empresa tan ardua, sobre todo en los subcapítulos de los capítulos 2 y 3, respectivamente, titulados "Epigénesis del conocimiento científico" y "Condiciones para la realización de una investigación". Con simples ejemplos de la vida cotidiana, Carli afronta los mecanismos inferenciales que debe utilizar el investigador, tales como la analogía, la deducción, la abducción y la inducción y, desde ya, porque lo resalta, el método hipotético-deductivo. Tengo que reiterar mi felicitación al autor (ya lo hice cuando presenté la obra en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires) por el esmerado cuidado del idioma. Lo hizo con prestancia y, además, en muchas ocasiones apeló a mostrar su origen semántico. Por ejemplo, como lo señalé en la ocasión mencionada, empleó el término abarcador frente al cansancio que me produce observar la utilización, sobre todo por parte de los políticos, del neologismo abarcativo. Carli, en ese sentido, hace un uso idiomático poco frecuente en nuestra profesión. En la metodología del trabajo que postula Carli encuentro una profundidad de conceptos, como no podría ser de otra manera en un epistemólogo capaz, que no son habituales en estos tipos de textos que, dicho sea de paso, constituye la médula del mismo, más enfocado en la investigación. Tema este que debe ser preponderante en nuestra Facultad que, desde sus comienzos, tuvo un sesgo más destinado a la producción de médicos prácticos que a la formación de investigadores -como el modelo alemán o francés- a pesar de los esfuerzos de Bernardo Houssay y de Alfredo Lanari. No obstante, en los últimos capítulos no se descuidan los temas de confección de monografías y tesis y de búsqueda bibliográfica. Solamente tendría un punto de controversia con Carli: yo hablaría de ciencias duras y "disciplinas" blandas, en virtud de que estas últimas habitualmente no tienen la categoría de ciencias. Espero que este libro llegue a las manos de las jóvenes generaciones de médicos y de los estudiantes más adelantados de medicina, porque los puede estimular, despertar vocaciones e introducir en el apasionante campo de la investigación, que el autor se encargó de revalorizar. Diez capítulos y una selecta bibliografía componen esta obra de 166 páginas.

Prof. Dr. Federico Pérgola

Profesor Consulto Adjunto de la Facultad de Medicina de la UBA. Director del Museo de Historia de la Medicina "Bernardo Houssay"