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Revista argentina de radiología

versão On-line ISSN 1852-9992

Rev. argent. radiol. vol.75 no.4 Ciudad Autónoma de Buenos Aires out./dez. 2011

 

HISTORIA

Historia del Hospital Francés de Buenos Aires

 

Claudia Cejas

Hospital Dr. César Milstein (ex Hospital Francés).

Correspondencia: Dra. Claudia Cejas- cejasar@yahoo.com.ar

Recibido: septiembre 2011; aceptado: noviembre 2011
Received: september 2011; accepted: november 2011
©SAR-FAARDIT
 

CONTEXTO POLÍTICO

Luego de los sucesos de mayo de 1810, los conflictos de intereses entre la ciudad de Buenos Aires y el interior empezaron a emerger: los caudillos provinciales se rebelaban frente al unitarismo imperante de Buenos Aires (1). En este sentido, la declaración de la Independencia en Tucumán (1816) no implicó la unificación real de las Provincias del Plata; de hecho, es por esos años que se inician las luchas por definir la orientación de la organización nacional. Para 1820, el desmembramiento del espacio construido en 1810 es irreversible y dos grupos políticos bien definidos quedan enfrentados: por un lado, los unitarios, conformado por centralistas con ideas liberales provenientes de Europa; y por otro, los federales, en su mayoría habitantes de las provincias y áreas rurales, partidarios de una autonomía regional y de la federación de Estados. En este contexto, don Juan Manuel de Rosas (máximo representante del federalismo) se convierte en Gobernador de la provincia de Buenos Aires. Un cargo que ocupará durante 1829-1833 y 1835-1852, y al que sumará el manejo de las Relaciones Exteriores (delegadas en él por el resto del territorio nacional) (2).
A su vez, en Buenos Aires, vivían muchos europeos que habían emigrado de su país de origen escapando de los graves conflictos políticos, económicos y sociales por los que atravesaba el viejo continente. Si bien la tierra a la que llegaron no estaba menos convulsionada, no tardaron en tomar partido por una u otra de las facciones que dividía al territorio nacional. Entre los extranjeros, la comunidad francesa era una de las más importantes y, sin duda, su cultura fue la más influyente entre la intelectualidad rioplatense.
Para el incipiente movimiento cultural de la Argentina, Francia era el ejemplo. Tal es así, que el poeta Esteban Echeverría, a su regreso de Europa, no sólo se vio imbuido por las ideas liberales desarrolladas por los revolucionarios franceses de 1830, sino que, además, en el ámbito literario nacional, fue uno de los iniciadores del Romanticismo (una corriente cultivada en el país galo por Víctor Hugo o Alejandro Dumas -entre otros- que se oponía a la escuela clásica). Así, los jóvenes escritores del Plata (como Mármol, Gutiérrez y el mismo Echeverría), imitando formas foráneas, dieron nacimiento a nuestra literatura nacional.
El papel fundante de Francia, a su vez, se vio traducido en el orden político: la irrupción de las ideas reformadoras de Lerminier, filósofo de moda en la época, y de los ideólogos de la Restauración dieron un marco al autor de "La Cautiva" y el "Dogma Socialista". Él, con la idea de combatir a Rosas también desde la pluma, formó junto a otros intelectuales -conocidos como la "Generación del 37"-, un grupo que llegaría a ser el principal opositor al Restaurador. Frente a sus persecuciones, la mayoría terminaría exiliándose (3) .

ASOCIACIÓN FILANTRÓPICA Y DE BENEFICENCIA

Unos años antes de que Rosas fuera gobernador - más precisamente en 1827-, un joven francés, Jean Baptiste Washington de Mendeville, fue nombrado Cónsul General de Francia en las Provincias Unidas del Río de la Plata en reconocimiento a sus acciones en defensa de los ciudadanos y tripulantes de los navíos franceses que en aquella época debían hacer una parada obligada en el puerto de Buenos Aires antes de continuar viaje hacia las costas del Pacífico o Europa. El diplomático estaba casado con Mariquita Sánchez, viuda de Martín Thompson, una destacada dama porteña de reconocida influencia en los medios sociales y culturales de la ciudad (en su casa se cantó por primera vez el Himno Nacional) (4).
Dado que en 1820 se había promulgado un decreto que establecía que todos los extranjeros residentes en Buenos Aires estaban obligados a incorporarse al Batallón Amigos del Orden (una especie de milicia urbana), el gobierno unitario instó en 1828 a los franceses residentes a que se movilizaran para luchar contra el Partido Federal. En esa oportunidad, Mendeville solicitó la excepción al enrolamiento, pero su pedido fue rechazado.
Ante esta situación de indefensión de los ciudadanos franceses y sin la existencia de ningún tipo de seguridad jurídica, el cónsul fundó, el 17 de septiembre de 1832, la Sociedad Francesa Filantrópica del Río de la Plata (Société Philanthropique Française du Rio de la Plata), que comenzó a funcionar con 35 miembros. En el estatuto fundacional -artículo 5- se describían sus objetivos: "La Sociedad tiene por finalidad, en primer lugar, aliviar o ayudar a los franceses desamparados, luego y proporcionalmente con el desarrollo de los medios de la sociedad todo aquello que podrá resultar de utilidad a favor de la población francesa residente en las Provincias Unidas del Río de la Plata" (5).
Bajo estas ideas, durante sus dos primeros años de existencia, la Asociación auxilió a diez compatriotas y repatrió a otros tantos, pero sobre todo participó como intermediaria entre las compañías de navegación y los franceses que necesitaban ser repatriados. Dentro de sus funciones, también era la encargada de contactarse con los hospitales de Buenos Aires para la atención de los enfermos.
De Mendeville vivió en Buenos Aires hasta 1835, año en que fue designado Cónsul en el Ecuador.

CONFLICTOS CON FRANCIA

Las relaciones entre Francia y Argentina no siempre fueron cordiales. En el año 1838, el gobierno galo entró en conflicto con Rosas y le declaró un bloqueo a Buenos Aires. Si bien en esa ocasión Inglaterra actuó como mediador y la orden se levantó (1840), Francia intentó imponerse de nuevo sobre el gobierno nacional en 1845.
Esta vez se trataba de una escuadra anglo-francesa que, navegando por el río Paraná, se disponía a bloquear el puerto. Rosas, en esta segunda oportunidad, envió al general Lucio N. Mansilla para que les cerrara el paso. Aunque la superioridad de las tropas extranjeras no permitió el triunfo argentino, la defensa heroica en el paraje Vuelta de Obligado sirvió para reafirmar la soberanía argentina. En aquella ocasión, el mismo San Martín, desde Boulogne sur Mer, le escribió al Restaurador para ponerse a su disposición. Finalmente, su intervención no fue necesaria y todo se solucionó cuando los tres gobiernos decidieron conformar una convención de paz y comercio (4,6).

LA CREACIÓN DEL HOSPITAL FRANCÉS

La intolerancia del gobierno de Juan Manuel de Rosas con los adversarios -sobre todo durante su segundo mandato- provocó que numerosos habitantes emigraran a Montevideo y Chile. Mientras muchos ciudadanos franceses corrían la misma suerte y otros eran repatriados, sólo unos pocos se quedaron en Buenos Aires. En 1843, la Asociación Filantrópica (que contaba con 560 miembros de los 3000 que vivían en Buenos Aires y las provincias), decidió en asamblea reformar los estatutos para que el presidente fuera elegido por los mismos socios. En un encuentro posterior, siendo presidente Nouguier Gal, se acordó la creación de una Casa de Socorros con 12 camas.
Así, se alquiló un inmueble en Independencia 172, donde los socios e indigentes podían ser atendidos en forma gratuita (el resto de los pacientes debía abonar 10 pesos, una suma que no cubría sangrías ni operaciones). Su primer director fue el médico francés Hermann Duchesnois (Fig. 1).


Fig. 1
: Dr. Hermann Duchesnois, primer director del Hospital Francés.

Entre 1848 y 1853 (no consta con precisión), la Sociedad Francesa finalmente compró un edificio en la calle Libertad (entre Córdoba y Paraguay) y la Casa de Socorros comenzó a funcionar allí, ya como hospital, hasta 1887 (Fig. 2). El 15 de mayo de ese año fue trasladado a La Rioja 951 (actual ubicación) y pasó a denominarse Hospital Francés (Figs. 3 y 4). Varios años después, en 1863, el gobierno francés envió desde Burdeos a cuatro hermanas de la Caridad para que se hicieran cargo de su dirección (7, 8). Por esas fechas, también se creó el Hogar de Ancianos (Fig. 5).


Fig. 2: Placa donde consta la colocación de la primera piedra fundacional.


Fig. 3: El Hospital Francés en su ubicación actual (1810).


Fig. 4: Vista panorámica del Hospital.


Fig. 5: Hogar de Ancianos.

EL PROTAGONISMO DEL HOSPITAL FRANCÉS DURANTE LAS GRANDES EPIDEMIAS

La fiebre amarilla

Al finalizar la guerra de la Triple Alianza, el flagelo de la fiebre amarilla penetró en la ciudad de Buenos Aires a través del ingreso de los veteranos por la vía fluvial del Paraná. En aquella época, la ciudad no tenía sistema de drenaje ni contaba con agua corriente y los habitantes bebían el agua de la primera napa contaminada por la materia fecal de los "water closet" recién instalados. La epidemia se hizo fuerte en los barrios de San Telmo, Balvanera, San Nicolás y La Boca, donde el flujo de inmigrantes era cada vez mayor. El hacinamiento en los conventillos, las condiciones sanitarias deficientes, el exceso de calor y sequía permitieron el desarrollo descontrolado del mosquito Aedes aegypti.
Durante el verano de 1871, la ciudad de Buenos Aires enfrentó la mayor epidemia que se conoció en nuestro país. Diezmó al 8% de su población, dejando un saldo de 14.000 a 17.000 muertos en tan solo 6 meses (entre ellos, 1384 franceses). El gobierno se encontraba frente a un hecho de magnitud incalculable y sin saber cómo manejarlo. El 10 de abril fue el día más trágico, con un registro de 546 muertes.
Así, por esas fechas, mientras se inauguraba el cementerio de la Chacarita (luego de la clausura del Del Sur), distintos hospitales prestaban asistencia médica: el Hospital General de Hombres, el General de Mujeres, el Militar de Retiro, el de Hombres Dementes y el de Mujeres Dementes; también ayudaban los hospitales de comunidad, como el Hospital Italiano (ubicado en aquella época en Caseros y Bolívar), el Inglés (en Defensa entre Caseros y Brown), el Irlandés (en Riobamba y Tucumán) y el Hospital Francés (en Libertad al 200).
La función vital del Hospital Francés durante la epidemia le valió la felicitación del entonces presidente de la Nación Domingo Faustino Sarmiento, "por su valor y comportamiento durante esos trágicos sucesos" (8). Con sólo 60 médicos diplomados y algunos sacerdotes habían atendido millares de casos. A su vez, como ayuda, el gobierno de Francia había enviado a varias hermanas de la Caridad, siete de las cuales fallecieron a causa de la epidemia.
Ante la emergencia, rápidamente se formó una Comisión Popular de Salubridad Pública y una Comisión Popular de Socorros, constituida por representantes de la prensa porteña, de círculos masones nacionales y de colectividades extranjeras: José Roque Pérez (su primer presidente), Héctor Florencio Varela, Manuel Argerich, Manuel Bilbao, Carlos Guido Spano, Aristóbulo del Valle, Lucio Mansilla, Francisco López Torres, Bartolomé Mitre, José C. Paz, Cosme Mariño, Manuel Quintana, Evaristo Carriego, Adolfo Korn, entre otros, colaboraron en el control de la enfermedad. En el mes de junio, cuando comenzó a disminuir el número de víctimas, el gobierno asumió sus culpas y se tomaron las medidas de salubridad necesarias (si éstas se hubiesen aplicado antes, se habría impedido la dramática propagación de la epidemia) (9-11).
En este sentido, la Figura 6 (obra perteneciente al pintor uruguayo Juan Manuel Blanes) retrata la cotidianeidad espeluznante en la que se vivía: en el cuadro se observa una madre muerta por la fiebre amarilla, su bebe buscando el pecho para alimentarse y, en la cama, muerto también a causa de la peste, el esposo. De pie, se puede apreciar al Dr. Roque Pérez (centro) y a Manuel Argerich (a su derecha), miembros de la Comisión Popular (también víctimas de la fiebre amarilla).


Fig. 6: "Un episodio de la fiebre amarilla, en Buenos Aires" (1871), por Juan Manuel Blanes, pintor uruguayo.

La tuberculosis

En los últimos años del siglo XIX, la medicina argentina adoptó una actitud preventiva y social que se fue acrecentando con el tiempo. Uno de los precursores fue Enrique Tornú, quien impulsó en ese marco la lucha contra la tuberculosis, otro de los flagelos que acechaban a la ciudad de Buenos Aires.
El Dr. Tornú comenzó sus estudios de Medicina en Buenos Aires y emigró posteriormente a Burdeos (Francia), donde se formó como médico. Cuando regresó hizo la revalidación de su título y comenzó a trabajar en el Hospital Francés. Fue el precursor de la Liga Argentina contra la Tuberculosis (12-13).
En 1901 se habilitaron en el hospital dos nuevos pabellones destinados a pacientes con tuberculosis, uno para hombres y otro para mujeres. Esas salas contaban con grandes ventanales para permitir el acceso de la luz (elemento clave para el tratamiento de la enfermedad en esa época). Uno de esos pabellones corresponde actualmente al Servicio de Diagnóstico por Imágenes (Fig. 7) y el otro a una sala de internación general. De esta manera, la Tisiología se convirtió en la especialidad más importante del Hospital Francés.


Fig. 7: Una vista de los ventanales de la sala de hombres que permiten la entrada de luz (usada como parte del tratamiento de la TBC). Actualmente, pertenece al Servicio de Imágenes.

Posteriormente, una ley sanitaria obligó a erradicar la atención de la tuberculosis en el centro urbano, por lo que el Servicio quedó suspendido y sus salas se destinaron a internación de cirugía y otras especialidades (5). Para 1910, se creó el Departamento de Radiología (Figs. 8 y 9).


Fig. 8: Primera Sala de Radiología (1910, Colección Dr. César Gotta).


Fig. 9: Foto del Servicio de Radiología (ca. 1920). A la izquierda se encuentra el Dr. Pedro Maissa, mientras que, en el medio y con guantes, se ve al Dr. A. Valdivieso, jefe del Servicio de Electricidad Médica (¡así se llamaba!), mostrándole un examen radioscópico al subdirector del hospital, Dr. A. Caplane (Colección Dr. César Gotta).

La poliomielitis

En el año 1954 la ciudad se vio atacada por una epidemia de poliomielitis. Sin embargo, esta vez, Buenos Aires y el Hospital Francés estaban organizados y se pudo hacer frente eficazmente a las contingencias de la enfermedad. Se preparó plasma en cantidad suficiente para cubrir las necesidades de la institución y las del Hospital de Niños de Buenos Aires, lo que le valió el reconocimiento de las autoridades nacionales.

LOS JARDINES DEL HOSPITAL

Los jardines constituyen una de las características más salientes del hospital. Su patio central (Patio de Honor - Coeur d´Honneur), el jardín frente al acceso del ex Instituto de Nefrología, la pequeña área verde a la que dan los ventanales del Servicio de Diagnóstico por Imágenes y el amplio jardín posterior por el que se atraviesa para llegar al Centro Neurológico Thompson, son todo un emblema para la institución.
Al ingresar al Patio de Honor, sobre el ala izquierda se halla la "campana" traída por los primeros inmigrantes franceses (Fig. 10). En el centro del patio se encuentra el monumento "A Los Caídos", en homenaje a los soldados franco-argentinos muertos durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial (Fig. 11) y la estatua "Al soldado desconocido" (Fig. 12).


Fig. 10: Campana traída por los primeros inmigrantes franceses.


Fig. 11: En el Patio de Honor está el monumento "A los caídos", en homenaje a los soldados franco-argentinos muertos en la Primera y Segunda Guerra Mundial.


Fig. 12: En el Patio de Honor también se encuentra la estatua "Al soldado desconocido".

Asu vez, en el jardín del ex Instituto de Nefrología se puede apreciar la estatua de "L' Alsace-Lorraine" (Fig. 13), del célebre artista francés Auguste Bartholdi. Existen sólo tres en el mundo y una es la que aún se conserva en el hospital. En el jardín posterior, frente al Centro Neurológico, se erige el busto de Louis Pasteur (Fig. 14).


Fig. 13: Estatua "L´Alsace-Lorraine", por Auguste Bartholdi (Colmar, Francia).


Fig. 14: Busto de Louis Pasteur.

Frente al actual Servicio de Diagnóstico por Imágenes se encuentra un pequeño jardín con plantas exóticas, enviadas en su oportunidad desde diferentes partes del mundo. Muchas de ellas aún están lozanas (Fig. 15).


Fig. 15: Planta exótica: Zamia Pungens mascula. Familia de Cycades. Edad presunta: 400 años (Donación de L. M. Basset).

EL HOSPITAL EN EL SIGLO XX

El crecimiento del Hospital Francés durante el siglo XX fue incesante. Se habilitaron nuevos pabellones, salas de internación, se amplió el área quirúrgica, se creó el Centro Neurológico, el de Nefrología y se abrieron nuevas sedes en la ciudad de Buenos Aires.
En la década del '70, el hospital atravesó una crisis institucional que amenazó con su desaparición. Durante 10 días consecutivos el personal médico y no médico mantuvo un paro que finalizó con la renuncia de los directivos y la intervención del Estado Nacional Finalmente, el orden institucional se restableció con la asunción de un grupo de profesionales de la salud en la Dirección (cargos que ocuparon hasta el 2008).
Pasada la crisis, el hospital continuó en un camino de crecimiento sostenido, sobre todo desde el punto de vista académico, y se convirtió en sede de las Universidades de Buenos Aires y del Salvador en carreras de grado y posgrado. Se establecieron también importantes vínculos con Francia a través del intercambio de profesionales médicos y de enfermería y del envío de médicos residentes para completar su formación en diferentes hospitales universitarios franceses. A su vez, se afianzaron los grupos de trabajo en cada Servicio, con una participación activa en los congresos nacionales e internacionales más importantes. Para los años ´90, ya integraba el listado de los 10 mejores hospitales del país.
Sin embargo, la crisis económica del 2001 no dejó afuera al Hospital Francés. Los insumos en dólares y la economía nacional "pesificada", sumado a la deficiente administración que reinaba en el hospital desde hacía varios años, se conjugaron para acrecentar la problemática del centro.
Con el fin de paliar los graves conflictos generados por el desfasaje monetario y a pesar de haberse intentado una "obra de reingeniería" -según comentaban los directivos en aquellos tiempos-, se realizó la fusión con la Obra Social del Banco Provincia de Buenos Aires, a través de la cual el hospital firmó un acuerdo de cooperación por 25 años, absorbiendo a los afiliados del Banco Provincia. Así, de 60.000 afiliados propios, la institución alcanzó los 170.000 en el año 2002.

EL OCASO DEL HOSPITAL FRANCÉS

Esta fusión, lejos de solucionar los problemas del hospital, los agravó y generó retrasos en el pago a los profesionales a partir del año 2005. Ante esta situación, los paros del personal no médico comenzaron a sucederse hasta forzar la renuncia de las autoridades directivas y obtener una nueva intervención por parte del Estado (en el 2007).
En ese entonces, el presidente Néstor Kirchner anunció formalmente un proyecto de ley por el cual el Hospital Francés pasaría al Estado Nacional. Si bien la decisión final la tendría el Congreso Nacional, la titular del PAMI, Graciela Ocaña explicaba: "Es la forma más rápida para dar una solución definitiva y para resguardar al estado del pasivo de 250 millones de pesos que tiene el Hospital. El proyecto apunta a una transformación del Hospital Francés en un centro especializado en la atención de la tercera edad, bajo la órbita del PAMI".
El 14 de octubre del 2008, finalmente el Hospital Francés pasó a la órbita del PAMI (Instituto Nacional de Seguros Sociales para Jubilados y Pensionados), cambiando su nombre por el de Unidad Asistencial por + Salud "Dr. César Milstein". Del acto participaron la por entonces ministra de Salud Graciela Ocaña y el titular de la Institución Luciano di Césare. Ambos descubrieron una placa con el nuevo nombre, que rinde tributo al argentino (oriundo de Bahía Blanca) ganador del Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1984 (Fig. 16).


Fig. 16: Dr. César Milstein. Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1984.

A lo largo de estos últimos 20 años, la institución cumplió un rol significativo como hospital general, particularmente en las áreas de Neurología, Endocrinología y Reumatología. Su historia, en la que se alternan momentos de brillantez académica y períodos de crisis institucional, no difiere de la de muchas otras instituciones médicas de nuestro país; sin embargo, el caso del Francés muestra no sólo el escaso afán puesto en su preservación y crecimiento, sino también la desidia de alguno de sus dirigentes y la primacía de los intereses económicos y personales por sobre los de sus afiliados, profesionales y del personal en general.

Agradecimientos

Al Prof. Alfredo Buzzi, por haberme facilitado información y fotografías del hospital Al Dr. Luis Martínez por las fotografías del hospital.

Bibliografía

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Bibliografía general consultada

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