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Mora (Buenos Aires)

On-line version ISSN 1853-001X

Mora (B. Aires) vol.17 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Sept. 2011

 

REGISTRO

Los usos periodísticos de la violencia1 

 

Silvia Chejter

 

"¿Qué es una noticia de violación? ¿Qué es lo que hace que una violación sea noticia? ¿Hasta dónde la noticia no es más de lo mismo? Las violaciones son difundidas solo cuando están asociadas a ciertos contextos y hechos colaterales a la violación misma, que son los que en verdad determinan su discusión; entonces, una violación es 'noticiosa' cuando está asociada a otros delitos u otras circunstancias que la hacen "noticiable". El homicidio –para dar un ejemplo de las noticias que analicé– representa aproximadamente el uno por ciento del total de noticias de violaciones, que instala que toda violación puede culminar con la muerte. Esto da una imagen bastante distorsionada de la realidad de las violaciones que ocurrren.
     Trabajé con los diarios Clarín, La Nación y Crónica en un período de aproximadamente cinco años y pude relevar que Crónica había publicado cuatrocientas noticias de violación, Clarín había publicado ciento cuarenta y La Nación había publicado setenta. Entonces, una cosa es estar leyendo que hay una violación cada cuatro semanas, otra es estar leyendo que hay una violación todos los días y otra leer que hay una violación cada ocho meses: esto va construyendo una determinada sociedad. Las noticias tienen una determinada función, que es hacer presente que las violaciones existen, que hay que cuidarse, que no hay que salir de noche, que las mujeres a ciertos lugares no tienen que ir, o que no tienen que ir de cierta forma.
     Por otro lado, existen mecanismos de selección mediática que funcionan en los procesos de selección determinando qué violaciones merecen o no ser divulgadas y representando ideologías que jerarquizan ciertas violencias. Claro que esto no es válido solo para el discurso periodístico; en otras palabras, tanto este discurso como el histórico y el sociológico se inscriben en dispositivos más amplios de poder, de control o de descalificación. Por otra parte, las violaciones en los campos de concentración y tortura en nuestro país recién ahora se han dicho en un estrado público, es decir, han sido incluidas como parte de la tortura. Los modos y razones del encubrimiento se solapan muchas veces con mecanismos ideológicos; las violaciones quedarán encubiertas en la medida en que estén íntimamente inscriptas en relaciones de dominación naturalizadas (por ejemplo, en las relaciones de servidumbre, esclavitud o prostibularias).
     El caso de María Soledad Morales, ocurrido en Catamarca en 1990, ejemplifica esta situación. El tema estuvo en la prensa durante siete años y pone de manifiesto que su violación y homicidio fue solo el detonante de un hecho mediático en el que –luego de los primeros dos o tres días– su cuerpo asesinado, mutilado y violado pasó absolutamente a segundo plano: los acontecimientos noticiosos eran sobre los hechos que se desencadenaron a partir del hallazgo del cuerpo de María Soledad. Ustedes recordarán que en Catamarca hubo marchas de 30.000 personas, en una ciudad donde había 80.000 habitantes. Eran marchas para reclamar justicia, una vez por semana durante muchos meses, hasta que culminaron con la destitución del gobernador, la intervención de la provincia, un proceso judicial que duró siete añosy dos personas presas: María Soledad se convirtió en el estandarte de una lucha política que la trascendía. La noticia fue el enfrentamiento entre quienes buscaban la verdad y aquellos que pretendían ocultarla. Una vez más, la violación era noticia en la medida en que estaba involucrada en luchas de poder, en las cuales María Soledad fue 'utilizada' en un sentido. Por eso cabría preguntarse ¿la historia (periodística) de María Soledad es una historia de violación? Sí, pero también es una historia de corrupción y de impunidad y al mismo tiempo una historia de resistencia popular a ese poder corrupto.

Notas

1Este texto es parte de la intervención oral de Silvia Chejter.

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