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Mora (Buenos Aires)

versión On-line ISSN 1853-001X

Mora (B. Aires) vol.18 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires ene./jul. 2012

 

RESEÑAS

Llanos M., Bernardita (ed.) (2006). Letras y proclamas: la estética literaria de Diamela Eltit, Santiago Centro (Chile), Cuarto Propio / Denison University, 202 págs.

 

     La producción literaria de la escritora chilena Diamela Eltit provoca un sinfín de críticas literarias y de ensayos teóricos en relación con las conexiones fundamentales entre la escritura, el género y el lugar de resistencia y oscilación que ocupan los personajes femeninos, principalmente, dentro de un sistema de poder dominante y exclusivo. La autora construye una escritura que fisura los discursos hegemónicos y deconstruye el modelo de representación convencional femenino relacionado con la subjetividad, la familia, el matrimonio, la maternidad y el trabajo. De esta manera, intenta desestabilizarlo al proponer nuevas representaciones de mujeres en su obra.
     La autora realiza un cuestionamiento hacia el núcleo de la familia y la nación chilenas que se encuentran en crisis y corroídas a partir de la Dictadura Militar y, luego, por la crisis neoliberal. En este contexto, Eltit le otorga relevancia al cuerpo y a la palabra oral; estos son centrales en su producción y le permiten construir nuevas subjetividades mediante una mirada estética y política que transgrede con el lenguaje y la imagen.
     Letras y proclamas reúne seis ensayos de diferentes autores/as de la academia chilena y estadounidense con el objetivo de analizar y abordar la producción estética de Diamela Eltit desde diversos enfoques. Estos artículos, que dialogan entre sí, instalan la obra literaria de la autora en el centro del canon nacional chileno tomando la escritura y las imágenes como un espacio privilegiado para la representación y articulación de la experiencia de grupos marginados que están nucleados entre relaciones de poder y de prácticas discursivas y políticas.
     La escritora Eugenia Brito, en el artículo titulado "Utopía y quiebres en la narrativa de Diamela Eltit", parte del análisis de la novela Lumpérica (1983) e inicia un recorrido por la obra de Diamela Eltit, donde examina la tensión del lenguaje y el cuerpo en un espacio de representación que llega hasta la novela Mano de obra (2002). Señala Brito que la utopía y fisura literarias planteadas por Eltit se encuentran en relación con la posibilidad de poner en escena un lenguaje diferente que permita otro modelo de ser y que señale otras enunciaciones y nuevas figuraciones en el canon literario chileno. Y esto se vislumbra en la representación corporal de los protagonistas de las novelas donde el cuerpo se vuelve escenario de la palabra. El cuerpo marginado, excluido y errante inicia un recorrido hacia la propia descolonización a partir de las propias articulaciones de las diferencias.
     Representar el cuerpo en este relato implica la deconstrucción del relato mismo y de la concepción de la identidad. Para llevar a cabo este proceso es preciso que el personaje construya un deseo provocativo y transgresor que lo lleve a su calidad de itinerante, de nómade, como una condición necesaria de su devenir mujer.
     Observa con criterio Eugenia Brito cómo Lumpérica genera su propio dispositivo de lectura que enfrenta el discurso autoritario para desestabilizarlo luego, inaugurando, de esta manera, un rasgo distintivo en la narrativa de Eltit: "... la escritura como una práctica política y utópica" (p. 23) donde la letra se inscribe en la diferencia y se replantean los lazos entre la literatura, el arte y la historia.
     Eugenia Brito divide en dos momentos la producción narrativa de Diamela Eltit y señala el quiebre que produce esta obra. El primer momento integra las novelas Lumpérica, Por la Patria y El Padre Mío, donde predominan los espacios abiertos y los cuerpos nómades que bordean los márgenes. El segundo momento incluye Cuarto mundo, Vaca sagrada y Los vigilantes, donde se cuestiona el modelo de familia y se profundiza en la escritura como espacio de resistencia. Finalmente, en la misma etapa se señala a Los trabajadores de la muerte, que aborda el incesto y el crimen, y Mano de obra, que concluye con el ciclo y donde la propuesta es llegar a la zona cero de la utopía que propone Eugenia Brito. La obra de Eltit, afirma la escritora, se organiza a partir del origen de la subjetividad que, desde la letra y el cuerpo, logra embestir al lenguaje dominante que impera en este "cuarto mundo" desde su fisura y desde la fuga de la voz. Así, la punzante resistencia que manifiesta cada personaje que deambula por el universo eltiano escapa por el intersticio.
     En "El 'hambre de ciudad' de Diamela Eltit: forjando un lenguaje del Sur", Gwen Kirkpatrick retoma el tópico norte/sur y la palabra y el cuerpo como grafitis urbanos que generan espacios de resistencia. Subraya la autora que el Sur es el lugar de exclusión y de marginación en los textos de Eltit. El Sur delimita no solo al continente suramericano, sino también a Chile como país austral y al sur de la ciudad de Santiago. Enfatiza que "en un sentido metafórico, el Sur es una condición de exclusión de los centros de poder económico y cultural nombrados por el Norte" (p. 35).
     Kirkpatrick analiza las torceduras del lenguaje y los ejes temáticos que recorren la producción narrativa de Eltit en relación con las crisis que se articulan en ella: la referida a la nación chilena, la del sujeto, la de las sexualidades, la del consumo y la crisis del sur como un territorio aislado y lumpen. Donde la ciudad es un escenario turbulento, el sujeto se presenta escindido y el lenguaje chileno se reinscribe en una nueva enunciación que interpela a los lectores, a veces desde el ser femenino, otras desde el lugar del desplazado, el loco o el marginal.
     La autora concluye que Diamela Eltit explora el territorio del Sur como una zona en la que convergen cuerpos y voces que pueden hablar y actuar para hacerse visibles.
     El trabajo de Mary Beth Tierney-Tello, "Testimonio, ética y estética en Diamela Eltit", establece la problematización del género testimonial que se presenta en la producción de Eltit, como la inclusión y la representación de los personajes marginados en El Padre Mío y El infarto del alma. Ella señala la inserción de los discursos fragmentados y el quiebre producido en las estructuras narrativas para destacar la "dignidad humana".
     Expresa Tierney-Tello que los trabajos de la escritora son estéticos, pero también políticos y éticos. Es decir, estos relatos hacen que el lector pueda reconocer la voz de los marginados que se acercan a los márgenes culturales.
     En el análisis que efectúa sobre El Padre Mío enfatiza el reconocimiento de las zonas periféricas y de sus habitantes, que lo hacen de manera digna. Resalta la condición de ininteligibilidad que lleva el discurso en la novela en contraposición con los discursos testimoniales latinoamericanos que intentan ser claros y transparentes. Este recurso utilizado por Eltit manifiesta la resistencia a ser comprendido por el hablante común y a su vez relaciona este mensaje incomprensible, asimilado a la sociedad chilena en épocas de la Dictadura, haciendo de la lectura no un testimonio sino, como bien menciona Tierney-Tello, una alegoría nacional. Señala que El infarto del alma pone en escena un recurso similar, con la forma testimonio. En esta obra, la imagen de la fotografía que refleja el amor entre personas vulnerables es esencial. Ambos textos refuerzan el trabajo de la escritora chilena en sus aspectos éticos.
     La doctora Bernardita Llanos M., en "Pasiones maternales y carnales en la narrativa de Eltit", también plantea un punto de vista crítico respecto de la mirada que desacraliza los códigos culturales narrativos en los relatos de Diamela Eltit. En este artículo, la crítica señala cómo los cuerpos en el mundo eltiano se constituyen en un territorio material y simbólico atravesados por diversos sistemas de poder. Eltit busca transgredir con la representación de los cuerpos periféricos el paradigma masculino/femenino, como así también el modelo hegemónico sexual.
     Destaca cómo en un discurso mixto e híbrido "se articulan los límites del sujeto y su relación con su intimidad familiar y de la pareja", donde los integrantes de la familia encarnan diversos mitos que tienen como protagonista al cuerpo femenino que se transforma en un cuerpo grotesco y excesivo. Además, Eltit rescata la figura de lo monstruoso y de lo diferente como parte de una escritura crítica y reflexiva que produce una ruptura en la manera de narrar chilena. Eltit lleva a cabo otra ruptura en cuanto desmantela el modelo hegemónico y discursivo de familia tradicional y dictatorial chilena para dejar al descubierto los mecanismos de violencia y de poder desigual que ocultan estos estereotipos. Esto incluye fundamentalmente a las madres que recorren la obra de Eltit, señala Bernardita Llanos, las cuales pueden dividirse en la madre ancestral, la madre sacrificial y monstruosa y la transgresora; así, el cuerpo femenino recobra mayor importancia y exhibe diferentes facetas representativas y discursivas.
     En "Eltit y su red local/global de citas: rescates del fundo y del supermercado", Rubí Carreño expone las diferentes redes de la novelística de Diamela Eltit y explora los diversos textos de la literatura chilena con los que dialoga su obra; por ejemplo, con la novela escrita por José Donoso, El obsceno pájaro de la noche (1970), o Aguas abajo (1943), de Marta Brunet. Señala también cómo los discursos constituyen un punto de partida relevante para entramar arte y política en distintas etapas de la historia chilena.
     La doctora Carreño resalta el desmembramiento familiar y nacional en la "red local" que enuncia Eltit para exponer los abusos y la violencia que sus discursos generan sobre los cuerpos sometidos y fragmentados por el dolor.
     En este ensayo se propone leer la obra eltiana como una bisagra en el canon chileno, un antes y después del golpe de Estado, ya que la escritura de Eltit politiza los discursos estéticos y, al mismo tiempo, se construyen en memoria literaria y contramemoria estatal de los últimos treinta años en Chile.
     El último trabajo es el análisis de las representaciones de la muerte y la alienación que presenta Fernando A. Blanco en "Poéticas de alienación y muerte en Mano de obra". El objetivo de este trabajo es recorrer, a través de la novela Mano de obra, la desarticulación de los derechos de los obreros que trabajan en el supermercado y analizar la manera en la que se desampara al obrero hasta producir un sujeto vulnerable, que subsiste en una comunidad precaria atravesado por la ambigüedad y la incertidumbre con respecto al futuro en un contexto pobrísimo y extremadamente violento.
     Para ello, Blanco realiza un recorrido histórico de la conciencia obrera en el siglo XX en relación con la novela mencionada.

Paula Daniela Bianchi

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