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Mora (Buenos Aires)

versão On-line ISSN 1853-001X

Mora (B. Aires) vol.21 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dez. 2015

 

RESEÑAS

Multiculturalismo, identidad y violencia. Femenías, María Luisa (2013). Rosario: Prohistoria, vol. 2, 151 pp.

 

Micaela Anzoátegui

En su nueva obra, María Luisa Femenías desarrolla la temática de la violencia contra las mujeres desde la perspectiva del lenguaje (entendiendo el discurso en un sentido foucaultiano), las construcciones identitarias, la invisibilización, el multiculturalismo, el fenómeno de la globalización y las nociones de ceguera genérica y ethos anacrónico. Multiculturalismo, identidad y violencia es de especial interés para aquellos que se inician en la perspectiva feminista, ya que establece los nudos básicos para visibilizar y comprender la agresión contra las mujeres en el mundo contemporáneo. Pero también es de interés para lectores más avanzados, dado que expone en detalle algunas problemáticas actuales desde una lectura crítica de sexo-género.

En este libro, segundo volumen de la colección Los Ríos Subterráneos –el primero es Violencias cotidianas (en la vida de las mujeres) y el tercero (próximo a aparecer) se titulará Aspectos del discurso jurídico–, María Luisa Femenías presenta un análisis de tópicos fundamentales para comprender los mecanismos de la violencia contra las mujeres, a fin de visibilizarla y lograr desarticularla. Para ello, parte de la idea de que este tipo de violencia es constante y sostenida a través de geografías, clases sociales, niveles culturales y creencias religiosas, e incluye el maltrato físico explícito (violaciones, golpes, incluso la muerte), el verbal explícito (insultos, gritos, amenazas) y el psicológico (amedrentamiento, descalificación, minusvaloración). Por lo cual insta a preguntarnos ¿cuáles son los factores que favorecen y potencian estas violencias? ¿En qué presupuestos se basan? Y, fundamentalmente, ¿por qué se las minimiza hasta considerarlas "normales"? Tal como señala la autora, cuando nos referimos al sexismo en el lenguaje, no remitimos a expresiones más o menos triviales o misóginas sobre el modo en que las mujeres son ridiculizadas, objetivadas, endiosadas o invisibilizadas de manera general, en los discursos cotidianos o filosóficos. Justamente el sexismo en el lenguaje debe entenderse como consecuencia del sexismo presente en la cultura; pero también como el espacio simbólico que antecede y es condición de posibilidad de la violencia de orden físico; siempre comprendiéndola en su dimensión estructural, ya que la agresión contra las mujeres no es un hecho aislado, dependiente de individuos enfermos o que se encuentran bajo los efectos de sustancias tóxicas como alcohol o drogas. La violencia contra las mujeres, que en muchos casos termina en feminicidio, es tolerada y admitida por las estructuras sociales mismas, de varones que caben dentro de los parámetros de un individuo "normal". Esto implica, no sólo el ejercicio concreto de la fuerza física sino sobre todo el ejercicio de poder simbólico. Tal como explica Femenías: "En primer término quiero llamar la atención sobre el hecho mismo de poder formular la pregunta por la violencia contra las mujeres. En efecto, para poder hacerlo, ha sido preciso que previamente se despejaran las condiciones de su "naturalidad" y un conjunto significativo de normas consuetudinarias y de comportamientos automáticos [...] la violencia ha dejado de ser natural e incontestable, y esto es producto del trabajo sostenido de feministas y otros grupos de concienciación [...]. Si para algunos grupos la violencia sigue siendo natural y normal, para otros es claramente una anomalía" (p. 102).

El libro se divide en siete capítulos: "Las tramas de la heterodesignación", "Cuerpo, poder y violencia", "Poder y violencia sobre el cuerpo de las mujeres", "Construcción y deconstrucción de identidades: algunas observaciones en torno a la violencia", "La construcción política de las identidades: un alerta de género", "Violencia, miopía y complicidad: una lente de aumento" y "Migración, globalización y violencia: las construcciones identitarias". Los textos, originalmente artículos independientes, abordan una amplitud temática considerable, sin perder el foco: la necesidad de dar cuenta de la violencia contra las mujeres en el contexto actual de globalización, donde a casi dos siglos del inicio del movimiento feminista, y una cada vez mayor visibilización de esta perspectiva, aún persiste no sólo la violencia simbólica, sino que hay un aumento constante y sostenido de la violencia física de tipo cruenta. Tal es la magnitud de esta violencia hacia un colectivo específico que, recientemente, se acuñó la palabra feminicidio para dar cuenta del carácter profundamente sexista de los asesinatos de mujeres. Es necesario pensar esta problemática de una manera más amplia y no librarla simplemente a factores como la pobreza, la clase social, la enfermedad mental, la preferencia sexual, el consumo de alcohol, la etnia o la religión (p. 34). Por eso, Femenías explica: "Nos interesa, entonces, perfilar algunos factores de tipo socio-cultural, que llevan a una escalada tan importante como a la que estamos asistiendo" (p. 35).

En "Las tramas de la heterodesignación" buscará mostrar los modos en que la lengua opera en función de invisibilizar la violencia de sexo-género, junto con su capacidad de manifestar y sostener los sistemas de creencias anacrónicas y disciplinantes. Así, algunos esquemas argumentativos generales de uso común en la literatura y también presentes en la vida cotidiana son, en realidad, estrategias de ocultamiento y formas no triviales de sexismo. Este análisis permite dar cuenta de la maniobra lingüística de exclusión que se opera, al negar a las mujeres como parte del colectivo de la humanidad.

En "Violencia, miopía y complicidad: una lente de aumento" señala que la incidencia actual de la globalización y la crisis del sistema económico mundial posee, entre sus múltiples consecuencias, una que incide especialmente en los niveles de agresión hacia las mujeres: la autoestima de los varones entra en crisis, moldeada en valores y prácticas tradicionales a partir de la idea de "figura proveedora privilegiada" que, hoy, son obsoletas y anacrónicas. "La globalización involucra la desnaturalización del ethos tradicional, devenido en anacrónico (antes idealizado e incuestionable) y la consecuente puesta en cuestión de los sistemas habituales de reconocimiento de varones, que implican siempre sistemas de poder jerárquico" (p. 106).

Para abordar la problemática de la globalización y lo que esta trae aparejado son indispensables dos nociones: ethos anacrónico y ethos colectivo. El primero refiere a los sistemas de valores y sus prácticas asociadas, de tipo más tradicionales y que fueron incuestionables y consideradas autoevidentes, pero hoy son anacrónicos a la luz de los nuevos procesos sociales, políticos, ideológicos y económicos. El segundo, en cambio, refiere a los procesos que inscriben sujetos femeninos devaluados, que deben ocupar lugares de subordinación de manera natural, pero que ante cualquier desafío a ese orden, las alternativas parecen dirimirse entre el caos social o entre la "reparación" de ese orden ultrajado, que ejerce quien lleve adelante la violencia; estas respuestas, a la vez, son de orden estructural, y la sociedad las admite y encubre.

Inclusive, las políticas de identidad, hoy en boga en distintos movimientos sociales, favorecen la identificaciones muchas veces anacrónicas que, finalmente, perjudican a las mujeres, ya que dejan de lado consideraciones respecto a la ciudadanía y el ejercicio de los derechos de manera igualitaria, contribuyendo aún más a la vulnerabilidad a la que históricamente está expuesto el colectivo femenino. Por eso, es necesario también pensar en la construcción política de las identidades desde un alerta de género.

De esta manera, el presente volumen recorre diversas temáticas entrelazadas por el eje de la violencia y la exclusión, a la vez que muestra que el feminismo como perspectiva resulta indispensable para abordar problemáticas contemporáneas, capaz de echar luz sobre los nuevos contextos económico y sociocultural. De cara al siglo xxi, se vuelve cada vez más prioritario examinar las sociedades actuales, detectar los mecanismos de exclusión y conocer sus causas a fin de proponer soluciones y modificar la realidad, lo cual es imposible sin una mirada que devele y analice cuestiones como las propuestas.

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