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Mora (Buenos Aires)

versão On-line ISSN 1853-001X

Mora (B. Aires) vol.22 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jun. 2016

 

DOSSIER

Emociones, movimientos y política en el norte Argentino: Análisis de la primera disputa pública entre la dirigente Milagro Sala y el senador Gerardo Morales

 

Constanza Tabbush y Mariana Caminotti

 


Resumen

Solo recientemente las ciencias sociales reavivan la pregunta por las emociones en la acción colectiva. Mientras que la literatura existente acentúa el manejo de los afectos grupales al interior de los movimientos sociales –en su conformación y sostén en el tiempo– las experiencias de militancia aquí descriptas ponen a las emociones en movimiento y disipan los límites acartonados entre militancia, intimidad y Estado. A través del ejemplo de un movimiento de sectores populares de la provincia de Jujuy, este artículo propone un giro para conceptualizar los lazos, economías y trabajos afectivos que se imbrican y son constitutivos de distintas prácticas de organización y experiencia política en América Latina. Este estudio empírico analiza los afectos públicos que circulan en medios masivos de comunicación a propósito del escrache de presuntos militantes de la Organización Barrial Tupac Amaru al senador radical Gerardo Morales en el año 2009. Los resultados indican que la circulación del odio en un contexto de confrontación política delimita la figura de la "militancia iracunda" como enemiga a ser eliminada y exclusiva portadora de los rasgos negativos del quehacer político. A su vez, subrayan que el trabajo emocional territorial de esta organización popular corroe los límites entre movimiento e intimidad y abre el interrogante por la regulación del género y la sexualidad en los barrios movilizados.

Palabras clave: Emociones; Movimientos sociales; Argentina; Organización Barrial Tupac Amaru.

Abstract

Social sciences have recently opened questions about emotions in collective action. The existing literature emphasizes the orchestration of group’s affections, their role in the creation and duration of social movements. Yet the experiences here described put emotions in motion and dissipate the rigid boundaries between activism, intimacy and the state. Through the example of a grassroots movement in the province of Jujuy, Argentina, this article suggests new pathways to conceptualize the emotional ties, work and economies that overlap and bring into being organizational and political experiences in Latin America. This empirical study examines the public emotional reactions that circulate in national newspapers on a particular event: the escrache or alleged attack of the senator Gerardo Morales (radical party) perpetrated by member of Organización Barrial Tupac Amaru in the province of Jujuy in 2009. Results indicate that, in a context of political confrontation, the circulation of hate defines the figure of the "enraged activist" as an enemy to be eliminated and as the exclusive carrier of negative traits of political practices. In addition, it stress that the affective labour developed by grassroots organization erodes the boundaries between movement and intimacy, and opens the question of the regulation of gender and sexuality in the neighborhoods controlled by the movement.

Keywords: Emotions; Social Movements; Argentina; Organización Barrial Tupac Amaru.


 

Introducción

Comenzamos por reproducir una de las descripciones más paradigmáticas de la dirigente social Milagro Sala realizada en un medio nacional opositor al kirchnerismo. Esta descripción del 25 de octubre de 2009 se publicó un tiempo después del escrache al senador radical Gerardo Morales, tema de este artículo. Se la retrata de la siguiente manera:

Hija de nadie, coya orgullosa, criada en los bajos fondos de San Salvador de Jujuy, expresidiaria, exadicta, enferma crónica, fanática de los autos, tiradora profesional, madre de dos hijos, incansable e inabarcable, líder indiscutible de la organización popular Tupac Amaru, alias La Milagro, La Flaca o La Gobernanta. A los 46 años, en su cuerpito de menos de 50 kilos se concentra hoy el temor, la fascinación y la más increíble historia sobre la destrucción del Estado y sus consecuencias. Jujuy ya la conoce; ahora, el país.1

Esta descripción pone en evidencia que en la esfera pública afectos, emociones y sentimientos atraviesan de distintas maneras a las organizaciones sociales y al mundo político. Cuando militamos sentimos. Nos frustramos ante ciertas injusticias, nos abrigamos al calor de cuerpos conocidos y extraños; por momentos nos sentimos parte de algo más grande. En particular, los afectos son centrales a los feminismos que, además de sentir al militar, tienen por objetivo transformar el modo en que se organizan la afectividad, la sexualidad y la intimidad en la sociedad.

Por eso mismo, las feministas han problematizado las relaciones de subordinación establecidas en las ciencias sociales entre política, género y afectos. Históricamente se ha utilizado la asociación "natural" entre las emociones y lo femenino; tanto para justificar la exclusión de las mujeres del poder político, como para apuntalar visiones maternales de la acción colectiva. En este escrito nos proponemos avanzar en las diversas conceptualizaciones de las emociones, los afectos y los sentimientos como categorías de análisis del mundo político.2

Tomamos como objeto de estudio el tratamiento mediático de la dirigente social al frente de la Organización Barrial Tupac Amaru. Este movimiento social se destaca en el país por su capacidad de movilización, la magnitud de recursos que gestiona, las obras y servicios que brinda, y por tener como máximo referente a una mujer. En particular, nuestro caso de estudio es un breaching event3 (Benski, 2005) que generó fuertes emociones públicas: las tensiones entre actores políticos provinciales plasmadas en medios nacionales opositores, surgidas a partir del escrache al senador radical Gerardo Morales en el año 2009.4 Este evento no solo catapultó a Milagro Sala a la política nacional, sino que derivó en procesos legislativos5 y en la apertura de causas judiciales que continúan hasta la fecha.6 A su vez, estas narrativas mediáticas se han reiterado en otros breaching events posteriores, como las acusaciones cruzadas en medios masivos con el periodista opositor Jorge Lanata en 2012, a propósito de la agresión por parte de algunos participantes de la Tupac a integrantes del programa Periodismo para Todos emitió por Canal 13.7

Este artículo se organiza en cuatro secciones. La primera describe las principales características de la Organización Barrial Tupac Amaru. La siguiente presenta los afectos públicos que se movilizaron en periódicos opositores de tirada nacional en torno de este suceso de amplia repercusión (el mencionado escrache). Mientras que la tercera explora la construcción del odio en la política de la provincia de Jujuy y describe lo que hemos denominado la figura de la "militante iracunda". Por su parte, la cuarta analiza el uso que Sala hace de las emociones para construir su figura política. El artículo concluye con una reflexión de los aportes que este caso de estudio brinda a las conceptualizaciones de afectos, sentimientos y pasiones en los movimientos de sectores populares.

1. La Organización Barrial Tupac Amaru

Para palpar la magnitud de esta organización social, antes de describir el escrache queremos caracterizarla brevemente. La organización es uno de los movimientos con mayores recursos, capacidad de movilización e incidencia política de la Argentina posneoliberal, que se ha beneficiado de la transferencia directa de recursos federales durante los gobiernos de Néstor Kirchner (Frente para la Victoria, FpV, 2003-2007) y Cristina Fernández (FpV, 2007 al presente) (Moscovich, 2009; Battezatti, 2012). Originada en las protestas contra las reformas neoliberales características de la década de 1990 en el empobrecido noroeste argentino, hoy en día desempeña un papel hegemónico en la articulación de demandas de los sectores populares informales (Battezatti, 2012).8

A modo de ilustración, podemos destacar que en 2009, esta organización administraba alrededor de seis millones de pesos mensuales (casi un millón de usd, al valor de 2009) provenientes de programas federales sociales y habitacionales (Moscovich, 2009: 31). En 2014, contaba con aproximadamente setenta mil integrantes en Jujuy (un 10% de la población provincial) y empleaba a cuatro mil quinientas veintidós personas, lo que la posicionaba como el segundo empleador de Jujuy, luego del Estado provincial y seguido por la industria tabacalera (entrevista a Federico Noro, 2014). Tras este desarrollo, en 2012 la organización crea su propio partido político –Partido por la Soberanía Popular– y presenta candidatos a las elecciones legislativas provinciales de 2013 y logra el 14% de los votos y tres bancas en la legislatura provincial.9 La organización también brinda apoyo a diversos reclamos y luchas por derechos. Se destacan los reclamos y marchas de pueblos originarios e indígenas, y del movimiento de derechos humanos durante los juicios de Lesa Humanidad en Jujuy, en especial el juicio a Pedro Blaquier, dueño del ingenio Ledesma (Tabbush y Caminotti, 2015).

A su vez, en el noroeste argentino, la Tupac Amaru se destaca por su amplio entramado de provisión de bienes, servicios y derechos en las áreas de trabajo, seguridad social y pensiones, salud, educación y recreación para sectores populares informales, otrora desprotegidos por el Estado. Desde el año 2003, con la llegada de Néstor Kirchner (FpV) a la presidencia, la organización construye cuatro mil quinientas viviendas y un barrio propio en San Salvador de Jujuy, ha puesto en marcha cuatro fábricas –de muebles en caño, textil, de bloques y metalúrgica– destinadas al autoabastecimiento y la generación de empleo, y se ha expandido a quince de las veintitrés provincias de la Argentina. Además ha construido una obra social, tiene escuelas de nivel primario, secundario, y un ciclo terciario de formación profesional donde sus integrantes terminan los estudios y obtienen títulos legales. En cuanto a los servicios de salud, cuenta con centros de atención primaria, farmacias y consultorios equipados con tecnología superior a la existente en hospitales públicos, incluye un impactante centro para atención de discapacidades de cinco mil metros cuadrados. Periódicamente, realiza campañas de prevención con ambulancias de alta complejidad y personal propio (Tabbush y Caminotti, 2015).

Como veremos, más crispante aún para las elites provinciales, es que habilita el acceso de sectores populares a lujos antes reservados a pocos: construye centros acuáticos y espacios de ocio placentero y de deporte para los sectores populares provinciales.

Este movimiento y su infraestructura tiene por referente a Milagro Sala una dirigente profundamente admirada, temida, y como veremos, acusada de ser una mujer violenta. Su figura es un ejemplo del creciente protagonismo de las mujeres como cabezas políticas y dirigentes sociales. Y abre la pregunta por las emociones que provoca esta participación de las mujeres en cargos de autoridad en sociedades que históricamente han desincentivado su protagonismo público y acceso al poder. Afectos que, como veremos, aparecen polarizados –de amores y odios– pero que, en su circulación en la esfera pública, definen formas de pertenencia e identidades colectivas.

2. El escrache al senador Gerardo Morales

Nuestra perspectiva se basa en el análisis de afectos colectivos presentes en textos que circulan en el dominio público.10 Aquí abordamos la circulación del odio en el norte argentino. A lo largo del artículo explicamos cómo Milagro Sala es construida como una "militante iracunda" encarnada en un cuerpo con marcas de género, sexualidad y etnia.

Para abordar estas reacciones afectivas, este apartado se enfoca en la conexión que se establece entre la Organización Barrial Tupac Amaru y el contexto social y político en el que actúa (Flam y King, 2005). Inspiradas en el libro de Sarah Ahmed, The Cultural Politics of Emotions (2004), analizamos las tensiones que enlazan y definen al movimiento vis- à -vis medios de comunicación nacionales y diversos actores de la elite política provincial.

Este análisis de los afectos negativos en torno a la dirigente se centra en un suceso definido como un breaching event (Benski, 2005), ya que generó fuertes emociones públicas. El 16 de octubre de 2009, el senador nacional Gerardo Morales (Unión Cívica Radical) va a dar una conferencia sobre control de la gestión del Estado en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Jujuy. Momentos después de ingresar al Consejo, Morales fue insultado por un grupo de manifestantes que comenzaron a arrojar objetos como huevos, piedras, abrochadoras y sillones. El senador señaló a Milagro Sala como jefa del grupo, aunque ella no se encontraba en el lugar ni en la capital jujeña. Él relató lo sucedido de esta forma: "Fueron directamente a atacarme. Rompieron todo lo que encontraban a su paso, ante el temor de los empleados y de la gente que concurría al lugar".11

El senador de la UCR y la dirigente de la Tupac Amaru son rivales políticos en el escenario provincial. De hecho, Morales ya había denunciado a Sala por el supuesto manejo sin control estatal de planes de vivienda. Pero además, en la coyuntura de 2009 marcada por el conflicto entre el gobierno kirchnerista y el sector agropecuario, ambos actores tenían posiciones opuestas respecto de la política nacional.12 A partir del incidente del escrache, el político presentó pedidos de información en la Cámara de enadores y abrió una causa judicial que continúa su curso en la justicia provincial. Asimismo, el escrache a Morales provocó indignación y múltiples notas periodísticas en los medios más importantes del país, movilizando afectos públicos en torno de este breaching event.

Vale aclarar que en la Argentina los escarches son una herramienta del repertorio de la protesta. En el período que analizamos (2009) hubo otros escraches (a la embajadora de EE. UU., al diputado nacional Agustín Rossi), sin que estos hechos tuvieran la resonancia afectiva del episodio supuestamente comandado por la dirigente. Para dar cuenta de la carga afectiva que despertó este evento en la esfera pública, reproducimos abajo una carta de lectores que muestra las pasiones que se movilizaron y produjeron lo que, desde la Tupac Amaru, definen como una campaña de difamación hacia Sala:

Es increíble que hasta hoy no se haya difundido en el país lo que Milagro Sala representa y significa, pese a conformar una peligrosa fuerza de choque antidemocrática, alterar constantemente la paz social y acrecentar diariamente su ya enorme poder económico, político, social, gremial y piquetero, merced a que dispone de cuantiosos fondos públicos y a que goza de impunidad [...] Cabe destacar que la construcción de barrios es una de las actividades principales de Milagro Sala y que los tanques de agua de todas las casas tienen impresas las imágenes del Che Guevara o de Tupac Amaru, lo que es suficientemente elocuente para catalogarla.13

Asimismo, esta circulación de afectos negativos dio visibilidad nacional a la dirigente, y adhiere a su figura política dos cadenas de sentidos que analizamos a continuación: la corrupción y la violencia social.

Marcas de corrupción

Al explorar la primera cadena de sentidos, analizamos las notas periodísticas sobre lo sucedido en diarios opositores al gobierno nacional. En primera instancia observamos los titulares de las notas más destacadas que definen la situación de la siguiente manera: "Financian una organización mafiosa",14 "Jujuy, una provincia bajo el poder de Milagro Sala",15 "Milagro Sala: una comandante K que controla más de doscientos millones de pesos",16 o "Los mecanismos que alientan el clientelismo, otra vez activos".17

Al centrarnos en sentimientos colectivos, nos focalizamos en cómo las emociones fabrican los límites de los "colectivos" (Ahmed, 2004b: 27). En estos titulares, la Tupac Amaru es construida como un "otro" que concentra ilegítimamente el poder y acumula recursos estatales, malversa fondos y logra, por medio de la violencia, perpetuar su poder.

Ahmed propone que el odio es un apego negativo a un otro que uno desea expulsar, tanto de la proximidad social como corporal (2004b: 52). Es decir, el odio, como emoción, alinea ciertos sujetos en contra de otros. ¿Qué sujetos colectivos se están ensamblando en esta circulación de afectos negativos a propósito del escrache al senador?

Como observamos, la siguiente cita hace alusión a un "nosotros" que reclama la posición de la víctima (Ahmed, 2004b: 43) a causa de la conducta de estos militantes y a un despiadado gobierno: "Dirigentes que acompañan a Morales en Jujuy comentaron ayer a La Nación que están persuadidos de que la agresión al senador era "la devolución del escrache al diputado kirchnerista Agustín Rossi durante el conflicto con el campo".18 A su vez, la organización Tupac Amaru es definida como "una verdadera mafia política de armas llevar, alimentada por la "caja" de la Casa Rosada, cuya expansión desborda incluso al propio gobierno jujeño pese a su pátina kirchnerista".19

Monopolio de la violencia

La segunda cadena de sentidos que se inaugura con las denuncias realizadas por el senador gira en torno a la violencia. El amenazante uso de la fuerza por parte de la organización se ilustra en los siguientes titulares a propósito del escrache analizado: "Bajo el imperio de los violentos",20 "La fuerza y la violencia en nuestra democracia",21 "Pesado clima de intrigas y violencia",22 que a su vez, describe a la dirigente y su organización de la siguiente forma: "otra guerra desató Milagro Sala en Jujuy, sobre todo porque develó el poder enorme, violento y opulento que tienen algunos líderes piqueteros",23 "Sala promueve el pánico en Jujuy con sus ejércitos de personas violentas o armadas",24 "Milagro manejaba el narcotráfico, les pegaba a las mujeres, armaba a su gente" (Russo, 2010: 16), y asimismo, se afirma que "Amenaza a opositores, organiza tomas de edificios públicos y hace de la violencia un modus operandi en Jujuy".25

Vemos que se entiende a la dirigente como este "otro" que intimida en un sentido literal, al condensar en su figura el uso de la violencia, la tenencia de armas y el entrenamiento de militantes armados. Dos actores emergen de los relatos del escrache: el conjunto de militantes anónimos, y Milagro Sala en tanto líder social, entendida como una mujer de clase baja y racializada que se apropia del uso de la fuerza y la violencia.

"Removiendo en los submundos de la política"26 se titula una de las notas de opinión. Pareciera que estas emociones violentas se localizan geográficamente y nos llevan hacia "abajo", tanto en la dimensión moral de los afectos como en su estratificación social. Allí "abajo" es donde el odio se desplaza por la historia social posicionando sujetos colectivos que van desde la militante al guerrillero.

En las notas analizadas los militantes se transforman, en primera instancia, en "piqueteros". Con el correr de los días, se percibe a estos sujetos como violentos y empiezan a ser nombrados como fuerzas de choque y grupos violentos. Este pasaje se observa en el titular: "las acusaciones al Gobierno por  ‘financiar’ a los grupos de desocupados y convertirlos en grupos armados",27 y en las acusaciones de Gerardo Morales dirigidas al gobierno nacional por aportar cien millones de pesos a la organización en Jujuy, que él vincula "con la droga y actos ilegales. Al grupo piquetero Tupac Amaru, lo definió como una organización mafiosa vinculada hasta con la droga y la acusó de dirigir una ‘mafia con grupos armados’".28 Se acusa a Milagro Sala de "tener un ejército con quinientas armas en la provincia.29 Es más se propone que: "en Jujuy, la líder piquetera kirchnerista Milagro Sala carga armas. Unos quinientos militantes de su organización también están armados con revólveres y pistolas. La denuncia pública fue formulada por el senador Gerardo Morales, víctima él mismo de un violento escrache en Jujuy el viernes pasado".30

Estas asociaciones se adhieren a una historia de sentidos que alinea y fija el ejercicio de la violencia en figuras políticas específicas. Lo hace, por ejemplo, al preguntarse "¿Es posible que otros dirigentes piqueteros del país, aun los más conocidos, dirijan también a militantes armados?".31 A su vez, se adhiere a los supuestos vínculos entre la organización y movimientos autodefinidos como revolucionarios, tales como Quebracho. Los textos que circulan en la esfera pública toman la presencia de la dirigencia del grupo mencionado en un acto en solidaridad con Milagro Sala para ligar ambas organizaciones: "mostró la alianza de fondo entre los duros piqueteros oficialistas y Quebracho, el grupo insurgente más violento y fanático que existe".32 Las economías afectivas se desplazan de/a los militantes anónimos de la Tupac Amaru como grupos violentos a investirlos con la idea de revolucionarios. Y a su vez, ambos asociados con el antisemitismo: "Ninguna novedad: a Irán y a Esteche (dirigente de  Quebracho que aboga por la causa Palestina) los une el odio a Israel y, aunque de manera menos explícita, al pueblo judío".33

Continúan las asociaciones para definir a los integrantes de la organización por características como el desorden, lo incivilizado y lo antidemocrático.

En cualquier democracia bien ordenada existen y operan las Fuerzas Armadas y la policía. Ambas estructuras conforman lo que llamaríamos la fuerza oficial del Estado, que es legítima a condición de que se sujete estrictamente a la Constitución y las leyes. Esto puede no ocurrir, en un caso, cuando la fuerza se rebela contra el orden democrático, como ocurrió entre nosotros en los años setenta. Fue entonces cuando la fuerza del Estado argentino se desnaturalizó en violencia. Pero a la violencia también se puede llegar cuando, desde fuera del Estado, otras organizaciones armadas pretenden desafiarlo. Esta fue la segunda distorsión que, detrás del ERP y los Montoneros, también nos conmovió en los años setenta […] Lo que hizo Kirchner a partir de 2003, en cambio, fue destruir a las organizaciones legítimas de la fuerza, dejando el campo abierto a la violencia eventual de organizaciones "privadas" cuya vanguardia han sido, desde entonces, diversos grupos piqueteros.34

De esta forma, los afectos públicos enlazan el supuesto uso de violencia en el escrache al senador Gerardo Morales, con esta interpretación de las acciones desarrolladas en los años setenta por agrupaciones que promovían la revolución armada como el ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) o Montoneros. Estas asociaciones son vividas con intensidad o intimidad (son adherentes o pegajosas) y se experimentan hasta en nuestra piel, se nos pone la piel de gallina, por poner un ejemplo. Los participantes de la Tupac Amaru pasan de ser militantes a piqueteros, de piqueteros a grupos violentos, de ahí a revolucionarios, y finalmente se convierten en "guerrilleros".

En resumen, los medios de comunicación nacionales opositores parecen impregnados de afectos que definen al cuerpo militante con características negativas en su forma de hacer política. Lo hacen a través de dos cadenas de sentidos: una centrada en la corrupción que cristaliza acusaciones de clientelismo e ilegalidad, y una segunda en torno al manejo y el uso de la violencia que define a la Tupac Amaru como grupo de choque, armado, revolucionario y/o guerrillero. Por su parte, Milagro Sala en tanto líder social es percibida como una mujer de sectores populares, racializada, que condensa en su figura el uso de la violencia, la tenencia de armas, el entrenamiento de militantes armados y una problemática "ausencia de feminidad".

3. La "militante iracunda" en la provincia de Jujuy

Entonces, ¿cómo desmenuzar el funcionamiento de este odio que circula en torno a esta figura política femenina?

Esta circulación del odio generan un sujeto que está en peligro, que es una víctima, y que peligra a causa de estos "otros" imaginarios cuya proximidad amenaza, no solamente con quitarle algo preciado al sujeto (ya sea trabajo, seguridad, riqueza), sino también con tomar su lugar (Ahmed, 2004b: 43). Observamos que esos "otros imaginarios", encarnados en los militantes de la Tupac Amaru, aparecen erigidos como amenazantes en ambos sentidos. Por un lado, en tanto se proponen atacar los ejes de las desigualdades sociales y así "quitarle objetos preciados al sujeto" (en el caso jujeño pueden ser el trabajo, la seguridad, o la riqueza) a través de negociar planes y programas sociales, luchar contra la discriminación y en pos de una mejor distribución de la riqueza a partir de tomas de tierra, y de construir una organización que provee de trabajo, salud y educación a sus miembros. Por otro lado, las definiciones de la Tupac en su conjunto como "Estado paralelo" y de Milagro Sala como "La Gobernadora" disputan el propio lugar de las figuras de la política representativa y partidaria de Jujuy que ha sido históricamente un dominio elitista y masculino en esta provincia.

En este desplazamiento, la emoción del odio alinea al sujeto particular –Gerardo Morales– con la "elite". Esta emoción sustenta la amenaza de invasión y contaminación en el cuerpo de un individuo que ocupa el lugar del colectivo. En otras palabras, siguiendo a Ahmed (2004b: 53) este encuentro de odio no solamente alinea un "yo" con un "nosotros" (Gerardo Morales,"la elite masculina y blanca"), sino también a un "otro" con un "ellos" (Milagro Sala, "los sectores populares, la militancia iracunda").

Para retomar el argumento general, ¿en qué sentido hace la dirigente peligrar al senador? Como muestra la descripción de ella que aparece en el diario Clarín con la que comenzamos este artículo, los medios de comunicación críticos de su accionar, refuerzan y construyen a Milagro como una mujer violenta que hace uso de una política extorsiva en sus demandas y estrategias de lucha.

Uno de los trabajos más recientes de Ahmed sobre la felicidad considera que ciertos cuerpos son percibidos como el origen de sentimientos negativos, como barreras a la felicidad colectiva (Ahmed, 2010). En su análisis poscolonial de Gran Bretaña, la autora explora el afecto de valor negativo que moldea tres figuras que son esos "otros" a quienes se les atribuye ser la causa de emociones públicas como el miedo, la ira, el odio: el migrante melancólico, el queer infeliz (unhappy) y la feminista killjoy (mata-alegrías). En este artículo, para el contexto argentino proponemos una cuarta figura que es objeto de sentimientos negativos en el dominio público: la "militante iracunda".

Esta figura amenaza a Gerardo Morales ya que, por medio de la utilización de recursos federales y su resignificación de políticas sociales, con la Organización Barrial Tupac Amaru disputa, a partir de 2004, las históricas nociones de derechos y bienestar de la provincia de Jujuy y su organización de la afectividad, el género y la sexualidad.  Asimismo, cuestiona esas jerarquías y las de clase y etnia establecidas en la provincia, y además desestabiliza su distribución de derechos, bienes y obligaciones entre los diversos grupos sociales. En artículos anteriores hemos propuesto que esta arquitectura organizacional se caracteriza por: un anclaje territorial; proveer una red de bienes, servicios y derechos para sus miembros; brindar un sentido de pertenencia colectivo –por medio de retóricas movimentistas, étnicas y/u otras. –; y un proyecto de futuro (Tabbush y Caminotti: 2015).35 Es justamente esta construcción material, simbólica y cultural la que erigen a Milagro Sala y a su organización como un peligro para Morales.

Ahora bien, la figura de la dirigente no solamente pretende arrebatar bienes valorados, sino también desplazar al senador y ocupar su lugar. Esta es la dimensión que despierta mayores afectos negativos ya que interpela la subordinación de las mujeres en la política.

Esta figura cuestiona entonces la división sexual del trabajo en la política. A pesar de la demografía masculina de las dirigencias en movimientos sociales y organizaciones piqueteras (Svampa y Pereyra, 2003; Causa y Ojam, 2008; Di Marco, 2012), ella se posiciona como la dirigente nacional que emerge de la resistencia popular al neoliberalismo en la Argentina.36 Y lo hace en el contexto de la provincia de Jujuy, que se caracteriza por la preeminencia de una elite culturalmente conservadora y la existencia de importantes obstáculos para el ejercicio de los derechos de las mujeres en el dominio público y en el de la intimidad.37 En la esfera política, Jujuy es una de las dos provincias donde los actores políticos bloquearon sistemáticamente durante años la aprobación de una ley de cuotas para favorecer la inclusión de mujeres en las candidaturas partidarias. Mientras el resto de las provincias estableció cuotas de género entre 1992 y 1997 (Caminotti, 2009), esta provincia lo hizo recién en 2010, tras dos décadas de lucha por parte de organizaciones de mujeres.

Milagro Sala describe la disrupción que implica su figura política en Jujuy

En la provincia hay una corporación política, son cinco tipos que han hecho todos los negocios. No se bancan que quien lidere sea una mujer […] es un costo muy fuerte del machismo bancarse que una mujer esté encabezando todo esto […] Ellos prefieren bancar a los hombres con cualquier estupidez.38

En el escenario jujeño se erige como la principal dirigente social surgida de las filas del sindicalismo estatal y el movimiento de trabajadores desocupados en la Argentina. Más aún, a finales de 2012 anuncia la creación de su propio partido político, el "Partido por la Soberanía Popular" que presenta candidatos a las elecciones legislativas provinciales de 2013 y logra el 14% de los votos y tres bancas en la legislatura provincial. Su figura aparece así nuevamente amenazante; disputando el espacio de la política representativa y partidaria en la provincia, históricamente dominada por varones de elite.

4. Apropiarse de los afectos del poder

Milagro Sala en tanto "militante iracunda" reorganiza las emociones sedimentadas (Flam, 2005) de nuestra sociedad al reapropiarse del enojo. Según Horchschild (2003), este sentimiento es un privilegio masculino y un instrumento del poder. Lutz afirma que el enojo masculino –en este caso el de Gerardo Morales– suele ser interpretado como más relevante. Como vimos, su bronca llamó la atención inmediata de la prensa y del público nacional, por ser considerado como un individuo más importante. A su vez, su ira es interpretada como situacional, es decir, explicable por la circunstancia que lo generó: el escrache. Entonces, Milagro Sala, a quien se responsabiliza por la violencia y la ira femenina, "se vuelve el blanco de sanciones negativas" (Flam: 2005). Como consecuencia, el enojo masculino es entendido como situacional y sensible, mientras que la ira femenina –la de Sala– es percibida como un rasgo caracterológico (Lutz, 1986: 299). Ella se apropia de este sentimiento que es el instrumento de aquellos que detentan el poder (ídem, 1986). Y, con ello revierte una de las reglas de las emociones que categorizan al enojo como desviado cuando es expresado por aquellos considerados desfavorecidos (Horchschild: 2003; Flam, 2005: 26).

La "militante iracunda", sin cuestionar la asociación entre lo emocional, lo femenino y lo vulnerable (Lutz, 1986), emerge en un contexto provincial marcado por profundas desigualdades, como una mujer que despliega sus estrategias de lucha. A la luz de la ira, sostiene relaciones de desventaja y privilegio, Sala es una figura excepcional y a su vez, contradictoria. En primer lugar, la dirigente evita presentarse a sí misma como una mujer emocional en el sentido convencional asociado con la vulnerabilidad femenina. Por el contrario, se muestra como una mujer fuerte que se enoja y se manifiesta con frecuencia indignada frente a situaciones de desigualdad e injusticia.

Para resumir, hasta aquí hemos analizado las economías del odio que definen la figura política de Milagro Sala al frente de la Organización Barrial Tupac Amaru. La identificación de las narrativas del odio muestra las pujas de sentidos que genera el creciente poder político de figuras femeninas para la sociedad jujeña. Nos permite, a su vez, observar los mecanismos por los cuales la dirigente –en tanto objeto de las narrativas del odio– es construida como una amenaza para los varones de elite. Con su entrada en la política representativa su figura aparece así, intimidante, disputando el espacio de la política partidaria en Jujuy, históricamente cerrada al ejercicio del poder por parte de las mujeres de sectores populares. Sala se reapropia de la ira, y con ello cuestiona la expresión de emociones legítimas.

Antes de pasar a los comentarios finales, nos gustaría subrayar que en un contexto de antagonismo político provincial como el jujeño, Milagro en tanto "militante iracunda" no es vista como una oponente legítima que propone una plataforma política alternativa. Más bien se transforma, en términos de Chantal Mouffe (2002), en una enemiga que debe ser eliminada. Como consecuencia, el debate político racional pierde protagonismo para dar centralidad a los ataques personales. Un ejemplo lamentable y paradigmático es el reciente atentado a la tumba de Miguel Sala, su padre, fallecido el 29 de abril de 2005. Sus familiares relatan que el feriado del 1° de mayo tomaron conocimiento de que todas las coronas fúnebres depositadas alrededor de su tumba habían sido destruidas y esparcidas en el sitio de la inhumación.39 En un comunicado oficial, la organización repudió el hecho como aberrante debido a que afectaba los sentimientos más íntimos.40 A su vez, los medios de prensa señalaron una motivación política y apuntaron como potenciales responsables al partido de Gerardo Morales, la UCR, que administra la comuna y el cementerio, y a los trabajadores municipales nucleados en el SEOM (Sindicato de Empleados y Obreros Municipales de Jujuy).41 Vemos como, contrariamente a la premisa clásica del feminismo que lo personal es político, en este contexto de antagonismo en el norte argentino el debate político se diluye en ataques personales.

Palabras de cierre

La afectividad ha sido conceptualizada de diversas formas en la acción colectiva, y por varias décadas se la asoció con el mundo de lo irracional y se la escindió de la política (Jasper: 2012).42 A modo de ilustración, Goodwin, Jasper, y Polletta (2000) subrayan que ambas teorías, la del comportamiento colectivo y la de los estudios de los movimientos sociales, comparten el presupuesto de la irracionalidad de las emociones. "Mientras que la primera retrataba a los manifestantes como emocionales para demostrar su irracionalidad, las segundas demuestran su racionalidad al negar sus emociones" (Goodwin, Jasper, y Polletta 2000: 71). Recién en los años noventa, con las teorías culturales de los movimientos, se estudia la afectividad como parte de la movilización y acción colectiva (Jasper: 2012). Marco que propone que estudiar las emociones no implica negar la racionalidad de los participantes o la naturaleza política del activismo (Gould: 2009).43

Gracias a esta apertura, los esfuerzos de investigación se centraron en estudiar las dinámicas emocionales al interior de movimientos y organizaciones. Muestran la relevancia del mundo afectivo para entender la dinámica y duración de los movimientos (Jasper: 2010).44 Asimismo, proveen evidencia de los lazos, trabajos y habitus emocionales que actúan en la creación, consolidación y duración de los grupos, que se ponen en juego en las redes que sostienen proyectos políticos45 o que son parte de las estrategias de las organizaciones de cara al Estado.46

En este contexto de ideas, no queremos dar cierre a este artículo sin preguntarnos por el aporte de este análisis –del escracheal senador Gerardo Morales– a este campo de estudio. Creemos que el análisis de este evento en la provincia de Jujuy subraya la relevancia de considerar el papel de los afectos en la esfera pública y en el espacio urbano.47 Es decir, ir más allá del estudio del funcionamiento interno de las organizaciones. Como enfatizan Flam y King (2005: 11), "las investigaciones sobre movimientos sociales se enfocan demasiado en la movilización en sí misma y muy poco en las reacciones públicas frente a ella".48

Vincular las emociones con el ámbito público nos permite redoblar la apuesta del feminismo en el carácter eminentemente político de los afectos, más allá de su estudio antropológico y/o sociológico. Esta política de las emociones considera el papel de la circulación de sentimientos públicos en delimitar sentidos de pertenencia, y otorgar atributos sociales a un "nosotros" y a un "ellos". Retomemos la estructura de las narrativas del odio donde la "militancia iracunda" de Milagro Sala aparece poniendo en riesgo al sujeto de enunciación, Gerardo Morales. En este caso, la organización propone y lleva a la práctica mecanismos de redistribución de recursos y de reconocimiento identitario. Por medio de ellos, la Tupac Amaru –al decir de Ahmed– amenaza con "quitarle objetos preciados" a este sujeto que representa la histórica elite provincial, y a su vez, con tomar su lugar en la política partidaria.

Chantal Mouffe plantea que una política contrahegemónica precisa crear un régimen diferente de deseos y afectos (2002). En este sentido, el trabajo afectivo territorial de movimientos populares como la organización corroe los límites entre movimiento e intimidad y abre el interrogante por la regulación del género y la sexualidad en los barrios movilizados. En contraste con los nuevos movimientos sociales, tales como el feminismo y el ambientalismo, la Tupac Amaru invita al estudio de las emociones que se hacen carne en un territorio urbano específico y que regulan la intimidad de los participantes del movimiento.

Observamos a lo largo del análisis del caso la relevancia de las reacciones emotivas que provocan las figuras femeninas con poder político en la esfera pública. En particular, ahondamos en el ámbito de la política no-institucionalizada de la provincia de Jujuy con el análisis mediático del escrache de 2009. A lo largo del artículo hemos descripto las economías del odio y la construcción de la figura de Milagro Sala en tanto "militante iracunda" en un contexto de confrontación política. Esta adherencia de afectos negativos a la figura de la dirigente tiene como consecuencia identificarla como exclusiva portadora de los rasgos negativos de hacer política. La corrupción y el ejercicio de la violencia aparecen así como rasgos de carácter de los militantes. En consecuencia, esta circulación del odio tiene como objetivo obturar un debate más amplio sobre las deficiencias en las prácticas políticas del conjunto de los actores políticos provinciales.

En última instancia, esta figura de la "militante iracunda" se basa en definiciones de lo afectivo como irracional para excluir a estos militantes del mundo de la política. Como lo hacían las teorías del comportamiento colectivo previas a la década del setenta, las asociaciones analizadas definen a los integrantes de la Tupac Amaru como una masa desordenada, incivilizada y antidemocrática propensa al comportamiento colectivo disruptivo y violento. El uso de rechazar a los manifestantes como sujetos irracionales es deslegitimar sus demandas y propuestas. Esta dimensión pública de la afectividad nos permite afirmar que esta puja por definir tanto la naturaleza de las emociones –en este caso como irracionales– como quién tiene derecho a expresarlas, no es meramente un problema cultural, sino expresa una disputa material por el poder político.

Notas

1Clarín, 25 de octubre 2009. "Milagro Sala: una comandante K que controla más de doscientos millones de pesos". http://edant.clarin.com/diario/2009/10/25/um/m-02026579.htm

2Desde diversas perspectivas se considera la afectividad ya sea como discursos, tipos de trabajo, reacciones corporales o formas de pertenencia.

3Breaching events se definen como actos que desafían al público ya que no cumplen con las prácticas sociales aceptadas, ni dan por sentadas las definiciones y nominaciones de la realidad compartidas e invitan respuestas negativas del público. Dichas respuestas afectivas expresan la ansiedad, frustración e indignación que los miembros de una sociedad sienten cuando se infringen las definiciones culturales y políticas de la realidad que se dan por sentado (Benski, 2005: 5). 

4 Realizamos un análisis de contenido de los periódicos de distribución nacional Clarín, La Nación y Página12. Este artículo se basa en el análisis de los diarios Clarín y La Nación. Se construyó el corpus de noticias a partir de los buscadores web de los diarios y se seleccionaron todas las noticias, opiniones, cartas de lectores sobre el escrache en un período de un año posterior al evento. A la largo del artículo se citan algunas noticias por ser ilustrativas o paradigmáticas de los resultados encontrados.

5El senador Gerardo Morales presenta ante la Cámara un proyecto de comunicación solicitando al poder ejecutivo que informe sobre las actividades y el financiamiento de la Organización Barrial Tupac Amarú. Número de expediente (S-2922/09).

6En mayo de 2015 la causa se encuentra elevada a juicio, ver: http://www.jujuyonlinenoticias.com.ar/noticia_ampliada.asp?id_noticia=29737

7Los militantes fueron acusados de agresiones y del robo de equipos en al contexto de una visita del programa a la localidad de Alto Comedero en San Salvador de Jujuy. La disputa fue televisada por medios masivos que viralizaron los videos de las agresiones por TN y el programa de Canal 13 Telenoche. Milagro Sala se desvinculó de los atacantes e invitó al periodista a ver las obras de la organización, reunión que también fue filmada por otra emisión del programa Periodismo para Todos.

8 Siguiendo a Batezatti (2012: 28-29), la expresión sectores populares informales refiere "no solo a los trabajadores no registrados, sino también a los desocupados, a las amas de casa, y a todas las personas que, proviniendo de los sectores populares no se encuentran plenamente incluidos en el sistema, ya sea a través de la economía formal o del amparo estatal".

9De esta manera, el 27 de noviembre de 2014, Milagro Sala asume como diputada.

10Según Ahmed, las economías afectivas en estos textos identifican a ciertas personas con colectivos mediante su designación como la "causa" o el "origen" de emociones negativas (Ahmed, 2004b: 1).

11La Nación, 17 de octubre de 2009. "Piqueteros kirchneristas agredieron al senador Morales". http://www.lanacion.com.ar/1187470-piqueteros-kirchneristas-agredieron-al-senador-morales

12En 2008, por medio de la Resolución 125/08 del Ministerio de Economía y Producción, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández (2007-Actualidad) tomó la decisión de incrementar las retenciones a las exportaciones agropecuarias de granos y establecer un sistema móvil. Esta decisión generó conflicto con el sector agropecuario reunido en un espacio ad hoc denominado "Mesa de Enlace", y cuya respuesta fue un lock out patronal, bloqueo de rutas y distintas medidas de acción directa. Más allá del carácter sectorial, el llamado "conflicto con el campo" operó como un catalizador que articuló los intereses de corporaciones económicas, sectores sociales y partidos políticos opositores. De esta forma se crearon dos grandes coaliciones antagonistas: las organizaciones empresariales agrarias y sus adherentes (con la UCR como uno de los protagonistas principales) por un lado, versus el gobierno nacional apoyado por sindicatos oficialistas, intelectuales y  movimientos  sociales entre los cuales se ubica la Tupac Amaru.  

13La Nación. 21 de octubre de 2009. Cartas de lectores. "Agresión en Tucumán". http://www.lanacion.com.ar/1188681-cartas-de-lectores

14La Nación, 22 de octubre, 2009. http://www.lanacion.com.ar/1189155-financian-una-organizacion-mafiosa

15La Nación, 29 de marzo de 2010. http://www.lanacion.com.ar/1248501-jujuy-una-provincia-bajo-el-poder-de-milagro-sala

16Clarín, 25, octubre 2009. http://edant.clarin.com/diario/2009/10/25/um/m-02026579.htm

17Clarín, 25, octubre 2009. http://edant.clarin.com/suplementos/zona/2009/10/25/z-02026142.htm

18La Nación. 18 de octubre, 2009. "Morales culpó al kirchnerismo por la agresión que sufrió". http://www.lanacion.com.ar/1187829-morales-culpo-al-kirchnerismo-por-la-agresion-que-sufrio

19La Nación 25 de octubre de 2009. Opinión. Por Mariano Grondona. http://www.lanacion.com.ar/1190243-la-fuerza-y-la-violencia-en-nuestra-democracia

20La Nación. Domingo 16 de mayo de 2010. Opinión. Por Joaquín Morales Solá. http://www.lanacion.com.ar/1265141-bajo-el-imperio-de-los-violentos

21 La Nación. Domingo 25 de octubre de 2009. Opinión. Por Mariano Grondona. http://www.lanacion.com.ar/1190243-la-fuerza-y-la-violencia-en-nuestra-democracia

22La Nación, 21 de octubre de 2009 Opinión. Por Joaquín Morales Solá. http://www.lanacion.com.ar/1188787-pesado-clima-de-intrigas-y-violencia

23La Nación. 25 de octubre de 2009. "Removiendo en los submundos de la política". Por Joaquín Morales Solá. http://www.lanacion.com.ar/1190244-removiendo-en-los-submundos-de-la-politica

24La Nación. 25 de octubre de 2009. Ídem. http://www.lanacion.com.ar/1190244-removiendo-en-los-submundos-de-la-politica

25La Nación. 07 de octubre de 2010. Un juez jujeño la acusó de utilizar la violencia como un modus operandi. http://www.lanacion.com.ar/1312460-procesaron-a-milagro-sala-por-las-amenazas-a-morales

26Domingo 25 de octubre de 2009. Opinión Por Joaquín Morales Solá. http://www.lanacion.com.ar/1190244-removiendo-en-los-submundos-de-la-politica

27La Nación. 22 de octubre, 2009. Milagro Sala recibió el apoyo de la CTA, Quebracho y Carta Abierta http://www.lanacion.com.ar/1189156-milagro-sala-recibio-el-apoyo-de-la-cta-quebracho-y-carta-abierta.

28La Nación, 22 de octubre, 2009. "Financian una organización mafiosa". http://www.lanacion.com.ar/1189155-financian-una-organizacion-mafiosa

29 La Nación. 30 de octubre de 2009 De Cristina a Milagro: "Seguí trabajando así". http://www.lanacion.com.ar/1192370-de-cristina-a-milagro-segui-trabajando-asi

30La Nación. 21 de octubre de 2009. "Pesado clima de intrigas y violencia". Por Joaquín Morales Solá. http://www.lanacion.com.ar/1188787-pesado-clima-de-intrigas-y-violencia

31La Nación. 21 de octubre de 2009.Ídem http://www.lanacion.com.ar/1188787-pesado-clima-de-intrigas-y-violencia

32La Nación. 25 de octubre de 2009. "Removiendo en los submundos de la política". Por Joaquín Morales Solá. http://www.lanacion.com.ar/1190244-removiendo-en-los-submundos-de-la-politica

33La Nación. 25 de octubre de 2009.Ídem.. http://www.lanacion.com.ar/1190244-removiendo-en-los-submundos-de-la-politica

34La Nación, 25 de octubre de 2009. "La fuerza y la violencia en nuestra democracia". Por Mariano Grondona http://www.lanacion.com.ar/1190243-la-fuerza-y-la-violencia-en-nuestra-democracia

35El análisis del funcionamiento de esta arquitectura señala que los afectos son uno de los pilares de la organización que se evidencia en que: el trabajo afectivo actúa como puente de ingreso a la misma y a su red de protección social; la organización regula las relaciones de género y la sexualidad de sus miembros (como la violencia de género, la paridad en el trabajo productivo, el cuidado infantil); y en la circulación de pasiones –amores y odios– que se adhieren a las mujeres dirigentes (Tabbush, 2014).

36En la Argentina, a pesar de la presencia masiva de mujeres en la protesta social y en las filas de las organizaciones piqueteras descriptas en diversos estudios (Svampa y Pereyra, 2003; Causa y Ojam, 2008; Di Marco, 2012), Milagro Sala es la única dirigente de sexo femenino que emerge de la resistencia popular al neoliberalismo de los años noventa. La demografía masculina de las dirigencias es un rasgo destacado por la literatura que se ocupa del movimiento de trabajadores desocupados (Causa, 2008). Como lo destaca Di Marco (2012: 173), "casi la totalidad de los líderes de las organizaciones piqueteras son varones y esto no ha variado demasiado durante los diez años pasados desde su conformación". En el mismo sentido, Svampa y Pereyra (2003: 163) han destacado que "la gran mayoría de cuadros y dirigentes piqueteros son hombres que provienen del universo militante, tanto político como sindical, [mientras] las mujeres más destacadas se insertan en las organizaciones como ‘cuadros medios’ y/o como referentes regionales".

37En el dominio de la vida intima, en esta provincia la mortalidad materna por abortos provocados y los delitos contra la integridad sexual tienen una alta incidencia, con una tasa 74% más alta que la media nacional (Zigarán y Chalabe, 2011).

38(Entrevista a Milagro Sala, mayo de 2009).

39http://www.telam.com.ar/notas/201505/103630-repudian-el-atentado-contra-la-tumba-del-padre-de-milagro-sala.html

40http://www.tupacamaru.org.ar/nota.asp?wVarID=1958

41http://prensajujuy.com/2015/05/03/jujuy-violenta-aparecio-profanada-la-tumba-del-padre-de-milagro-sala-acusaciones-cruzadas/

42Previo a la década del setenta este campo era monopolio de las teorías del comportamiento colectivo. En ese entonces, Gould (2009) señala que los actos de protesta eran considerados el producto de tensiones estructurales que llevaban a los individuos a estados psicológicos anormales y a un comportamiento grupal violento y disruptivo. Bajo la influencia del psicoanálisis, se consideraba a los manifestantes como propensos a estados de exaltación y susceptibles de perder sus rasgos de personalidad para transformarse en una masa o multitud. En contraposición, entre los setenta y los noventa nace el campo de estudios sobre movimientos sociales que propone paradigmas de la acción colectiva anclados en la racionalidad de sus participantes (Gould, 2009). Con este giro, se intenta superar los retratos psicologizantes y posicionar a las y los activistas como actores pensantes y estratégicos. Ello, con el propósito de avalar desde la academia a los nuevos movimientos sociales –en especial, al de derechos civiles en EE.UU.– como actores políticos y a sus demandas de mayor justicia. En estas décadas florecen dos grandes tradiciones, las teorías de movilización de recursos y los estudios de procesos políticos.

43Las emociones son consideradas parte de la construcción de identidades, marcos y narrativas de los movimientos.

44Por ejemplo, desde el feminismo, Hennesy (2009) investiga las organizaciones de trabajadores de las maquiladoras del norte de México. La autora señala la relevancia de las culturas afectivas de los movimientos, los lazos de amistad, rivalidad, sexualidad y solidaridad para la lucha de clases constitutiva del neoliberalismo de esta frontera; lo que denomina "la marginalidad afectiva de la organización sindical" (Hennessy, 2009: 309).

45Autoras centradas en el movimiento de lucha contra el HIV Sida exploran este sentir al interior de las organizaciones e inspecciona el rol de ciertas emociones específicas, como el duelo, la vergüenza y el orgullo en la lucha en los movimientos por derechos de gays y lesbianas (ACT UP que realiza Gould 2009).

46Al explorar los lazos entre movimientos y Estado, un conjunto de investigaciones observa el uso estratégico de ciertas emociones que realizan las redes por los derechos sexuales y reproductivos en Perú para intentar incidir en las políticas estatales (Coe y Schnabel, 2011). Este uso político se observa, también, en las performances de furia y el escándalo que realizan organizaciones de travestis y transexuales en la ciudad de Buenos Aires para negociar y demandar ante operadores estatales (Cutuli, 2011).

47Dentro del pequeño número de investigaciones empíricas vale destacar el estudio de Vacarrezza sobre los afectos que circulan en espacios virtuales para generar terror por parte de grupos contrarios a la legalización del aborto en la Argentina (2012). Esta autora muestra que estas organizaciones buscan generar en simultáneo un sentimiento de empatía y protección con el feto, engendran terror al aborto y repulsión hacia aquellas mujeres que lo realizan.

48En esta misma línea, Flam (2005) destaca la existencia de una tradición de estudios de micropolítica preocupados por la forma en que los movimientos sociales gestionan y transforman las emociones y los sentimientos de sus integrantes. Frente a dichos enfoques, esta autora plantea que la agenda de investigación sobre movimientos sociales y emociones debería comenzar por explorar las emociones que sostienen las relaciones de dominación y la estructura social para indagar de qué manera los movimientos sociales trabajan para desafiarlas o contradecirlas.

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