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Mora (Buenos Aires)

versão On-line ISSN 1853-001X

Mora (B. Aires) vol.22 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dez. 2016

 

ARTÍCULOS

Una de tantas. Trayectoria vital de una luchadora social en los albores del siglo XX en Chile

 

Isabel Valle*
* Universidad de la Frontera. Instituto de Estudios Interculturales e Indígenas.

Fecha de recepción: 27 de julio de 2014
Fecha de aceptación: 9 de marzo de 2015

 


Resumen
Este artículo plantea la necesidad de discutir los elementos fundantes de la historiografía tradicional del movimiento obrero en Chile, atravesada por cánones masculinos relacionados con la figura del héroe, el mártir y la espectacularidad de sus destinos viriles. Proponemos en cambio, la reconstrucción biográfica de una figura femenina relevante en el movimiento obrero, a través de la cual problematizaremos la posibilidad de repensar los relatos femeninos más allá de la espectacularidad, poniendo especial énfasis en el mundo privado y desconocido de la vida de Carmela Jeria Gómez, fundadora y directora del primer periódico feminista obrero en Chile. Rescatamos entonces, la dimensión privada de su vida como un espacio válido para su estudio histórico y político y proponemos nuevas preguntas metodológicas con el objetivo de ampliar las formas de conocer la situación histórica femenina.

Palabras Clave: Biografía; Feminismo; Movimiento Obrero; Carmela Jería; Microhistoria

Abstract
This article presents the need to discuss the fundamental elements of traditional historiography of the labor movement in Chile, crossed by male canons related to the hero, the martyr and his spectacular manly destinations. We propose instead, the biographical reconstruction of a relevant female figure in the labor movement, through which problematize the possibility of rethinking female stories beyond spectacularity, with special emphasis on the private and unknown world of life of Carmela Jeria Gómez, founder and director of the first feminist worker's newspaper in Chile. We put on value the private dimension of her life as a valid space to its historical and political study and propose new methodological questions with the aim of expanding ways of knowing the female historical situation.

Key Words: Biography; Feminism; Labor Movement; Carmela Jeria; Microhistory


 

Hay hombres que luchan un día y son buenos.
 Hay otros que luchan un año y son mejores.
 Hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos.
 Pero hay los que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.
Bertolt Brecht.

Las citas que encabezan los textos suelen ser referentes ejemplificadores de lo que se dirá, o al menos, de lo que se quiere decir. Las palabras de Bertolt Brecht, en este caso, cumplen la misma función pero al revés. El referente en cuestión nos ofrece dos elementos fundamentales para explicar los tópicos que aquí se desarrollarán. En primer lugar, el juicio de autoridad moral sobre el sujeto que "lucha", en este caso específico, en términos políticos. Y, en segundo lugar, quizás lo más obvio pero muchas veces menos evidente: se habla de hombres. Y más allá de la posible intención universal del autor, en este caso, veremos que esta distinción es sumamente relevante. La inscripción de Carmela Jeria en la historia se encuentra atravesada por ambas cuestiones, por ambas preguntas1 .

Carmela Jeria Gómez fue la fundadora del periódico La Alborada (1905-1907, Valparaíso), y con ello, la primera directora y redactora de un periódico obrero de reivindicación feminista conocido en Chile. Fue una de las figuras claves de lo que hoy conocemos como "feminismo obrero"2 . Inspiró a otras, trascendió a través de sus artículos. Sin embargo, de los ochenta años que vivió, usualmente se rescatan solamente tres. Los que corresponden a su actividad visible. El resto es silencio.

El historial de lucha política pública de Carmela Jeria se reduce a tres años de su larga vida. Para los parámetros del heroísmo y la supremacía del mártir, recurrentes en la historiografía clásica del movimiento obrero3 , es un personaje irrelevante. No alcanza siquiera a ser "muy buena" según las categorías brechtianas, aquí utilizadas explicativamente. No obstante, ¿podría alguien acusarla de no ser "imprescindible"? Lo mismo debemos preguntarnos entonces sobre la segunda idea fuerza de la frase que nos convoca. Trabajar a partir del caso de Carmela no es solo una elección romántica: la masculinización del estudio histórico tiene como elementos fundamentales al mártir, al héroe4 , a la figura viril y sus opciones vitales por diversos factores suelen distar mucho de las posibilidades femeninas.

A través de esta historia, de lo que se sabe y de lo que no, se nos ofrece una excelente oportunidad para analizar diferentes cuestiones y plantear una propuesta esencial: la vida y por lo tanto la historia no solo se componen de elementos espectaculares. El mundo de lo privado, con sus elementos cotidianos, oscuros e íntimos es la materia viva de la cual emana la maravilla de la historia, del recuerdo y el olvido. La complejidad de una mujer del siglo pasado no puede ni debe reducirse a una etapa o rol determinado según los cánones de lo heroico, o lo ejemplificador.

El estudio de la situación femenina durante los primeros años del siglo XX en Chile, y más específicamente, de la mujer inmersa en la llamada "cuestión social"5 ofrece un sinnúmero de problemas a la hora de la construcción historiográfica de una imagen individual o colectiva del rol femenino. En primer lugar, implica explorar un período excepcional de la historia de Chile y del mundo occidental, marcado por numerosas transformaciones vitales: económicas, políticas y sociales.

La migración campo-ciudad, la fábrica y la urbe misma como nuevos escenarios laborales y la germinación de numerosas organizaciones sociales componen una compleja red de acontecimientos, actores y propuestas ideológicas que han sido campo de estudio de múltiples autoras y autores que desde una perspectiva general o específica han abordado la diversidad de temáticas involucradas en este contexto.6

La fuente más utilizada ha sido la prensa obrera, por lo accesible, numerosa y sobre todo por su capacidad de servirnos como puerta de entrada al contexto, la realidad social y a las aspiraciones ideológicas de los diversos grupos e individuos que montaron proyectos periodísticos y propagandísticos.7 Sin embargo, cuando se trata además de acercarse a las individuas obreras, el trabajo se complica un poco. Aun cuando la prensa obrera sigue siendo el principal aliado, escudriñar la situación femenina en el universo político y periodístico monopolizado por las figuras masculinas, requiere echar mano a otras fuentes de acceso.

La hipótesis central de este trabajo se compone de tres elementos. En primer lugar, afirmamos que para aportar en la construcción del conocimiento y análisis de la denominada "cuestión social", es fundamental abordar de manera específica la situación y el rol femenino de la época, pues tal y como el orden social y económico se pone en discusión, la situación de la mujer enfrenta agitados cambios. En palabras de la historiadora Elizabeth Q. Hutchison, específicamente acerca de la situación femenina local: "los tradicionales arreglos sociales y de género estuvieron bajo un intenso escrutinio"8. Y es que, efectivamente, su rol en el hogar, su roce social y sus conocimientos ya no serán nunca más los mismos.

En segundo lugar, postulamos que para explorar este fenómeno general, es necesario generar vías de acceso hacia lo particular, que nos permitan abordar la experiencia de la mujer obrera de modo de no simplificar a partir de patrones generales de estudio, que por lo general se corresponden con patrones y sujetos masculinos. Esto, pretendemos hacerlo desde la reconstrucción biográfica de una mujer obrera y políticamente activa de la época.

Y finalmente, a partir de la construcción del relato biográfico de Carmela Jeria y su figura política en particular, buscamos tensionar el ámbito público y privado, validando ambas dimensiones como igualmente relevantes a la hora de historiar. De alguna manera, nos proponemos desafiar los términos habituales sobre los que se construyen las biografías de los "personajes públicos", especialmente en la situación femenina en la que se tiende a destacar lo "excepcional" en cuanto a su distinción o similitud con los cánones masculinos.

La organización del texto a continuación se podría dividir en dos grandes dimensiones. La primera parte y en pos de generar un análisis completo y comprensivo del caso, situaremos en base a los estudios presentes y pasados la historia de Carmela Jeria, su rol en el trabajo periodístico y el mundo obrero, junto a la importancia de los periódicos La Alborada y La Palanca9 . A continuación, el trabajo se construye a partir de la descripción de la metodología investigativa realizada junto a los pasos seguidos y los descubrimientos que cada uno de ellos significaron, teniendo como centro narrativo la información recaudada de las entrevistas realizadas con su heredera más cercana. Con esto, pretendemos contribuir a la discusión de la necesidad y posibilidad de construcción de una historia que exceda los límites de la espectacularidad. Estas dos secciones principales buscan poner en valor los resultados de la investigación, y de paso contribuir a la construcción de textos historiográficos exploratorios de las individualidades fuera de los cánones de lo extraordinario y espectacular. Se trata de abrir puertas, de sobrepasar límites.

Buscamos reconstruir una imagen más compleja sobre una mujer de la que solo se ha querido conocer su dimensión luminosa. Pero la vida, la trayectoria política y el relato histórico no se componen solo de los espacios luminosos, ni de lo importante, ni mucho menos de lo hermoso y ejemplar. Pesquisar a Carmela Jeria, escarbar en su vida posterior a la "vida pública", es un ejercicio que involucra reconocer en sus actos y decisiones la realidad de una mujer que nacida en el siglo XIX, sobrevivió a la cuestión social, a dos guerras mundiales e incluso presenció el voto femenino. Sobrevivió a su propio tiempo de esplendor. Probablemente no pretendió inscribirse en la historia y, sin embargo, hemos deseado encontrarla y asomarnos a través de ella a la condición femenina en su tiempo y espacio, la de cualquier mujer de aquellos años.

Perspectivas en tensión

Esta investigación no tiene un anclaje teórico único, pues la descripción y reflexión en torno a la trayectoria vital de Carmela Jeria se nutre de diversas fuentes (documentales y orales), que se debaten entre la generación de un relato propio de la microhistoria, de la historia de la vida privada o de una biografía de tipo convencional. Este trabajo es de alguna manera una biografía tradicional de un sujeto de estudio cuya trayectoria total no ha sido considerada relevante históricamente. Por otra parte, se indaga lo callado e ignorado y lo releva como objetivo digno de estudio, y pretende rescatar la experiencia vital de una persona en particular y de la relación con su contexto en términos generales, es decir, dilucidar a partir de su trayectoria las posibilidades individuales de una mujer obrera en el Chile de comienzos del siglo XX, tanto en su veta pública como privada. Se exploran sus experiencias, se especula sobre sus decisiones, se busca finalmente, abrir una puerta hacia la existencia femenina en términos públicos y enfáticamente en términos privados, como ser humano "común y corriente".

El concepto de microhistoria10 , polisémico y aún en nuestros días algo confuso, nos interesa como marco referencial de nuestros objetivos de investigación, pues, como explicaremos en las siguientes líneas, es una de las corrientes historiográficas interesadas en la generación de un conocimiento histórico que preste atención a lo "no considerado" en términos generales en la sociedad11 , -tal y como revisaremos posteriormente en relación a los intereses historiográficos que previamente ha despertado Carmela Jeria- y a las particularidades de casos específicos propios de la cotidianeidad pero a la vez singulares y muchas veces extrañas12 .

Por otra parte, la llamada "Historia de la vida privada", nos interesa en función de difuminar los límites entre lo privado y lo público en cuanto a su importancia para la comprensión de los fenómenos humanos o en este caso, de una existencia en particular, pudiendo acceder a través de la entrevista a su última heredera cercana, a esa zona que él mismo George Duby describe:

una zona de inmunidad ofrecida al repliegue, al retiro, donde uno puede abandonar las armas y las defensas de las que conviene hallarse provista cuando se aventura al espacio público, donde uno se distiende, donde uno se encuentra a gusto, 'en zapatillas', libre del caparazón con que nos mostramos y protegemos hacia el exterior. Es un lugar familiar. Doméstico. Secreto también.

Y finalmente, nos interesa plantear que la construcción del relato biográfico se constituye de una diversidad de fuentes y formas de acceder al conocimiento de la experiencia de un ser humano en particular, por lo tanto, no es posible atribuirle una sola cualidad teórica. Tal y como plantean los autores del estudio Biografía. Métodos, metodologías y enfoques.13 :

…no existe un modelo, enfoque o metodología para escribir una biografía; porque la biografía debe apoyarse en una multitud de ramas y de lenguajes historiográficos para enriquecer la visión imagen, (despertar la imaginación para ver el pasado) y la visión armazón (apoyo conceptual).

A propósito de esto último entonces es que reafirmamos la posibilidad de construir una investigación que no se ancle a una sola perspectiva de estudio, ni a una sola vía de reflexión. Para acercarnos a Carmela Jeria, hemos tenido que asumir que, para escribir una biografía, no queda nada más que "lanzarse a nadar libre y azarosamente en el flujo de los recuerdos y documentos para escuchar atenta y apaciblemente lo que allí se dice"14. Que así sea.

Retratos de una "luchadora social"

Los estudios que se han hecho sobre el tema han transitado en general entre dos ejes: el movimiento obrero y feminista, por un lado, y el rol de Carmela en su interior, por el otro.

Las investigaciones desarrolladas en torno a la figura de Carmela Jeria y en términos más amplios al concepto de "feminismo obrero" en Chile se comenzaron a generar a partir de la reactivación de movimientos feministas de izquierda en la década de 1980 y el desarrollo de los estudios de género y feminismo en las distintas áreas de las ciencias sociales15 . Hasta el trabajo de la historiadora Cecilia Salinas16 , la presencia de Carmela y la existencia de La Alborada y La Palanca eran prácticamente desconocidas. Por lo tanto, recién ochenta años después encontraron un lugar en el relato histórico.

Cecilia Salinas, autora de La mujer proletaria: una historia por contar (1987), abrió puertas para el conocimiento y estudio de la presencia de la mujer y del feminismo en la historia del movimiento obrero chileno al citar a Carmela Jeria y la publicación feminista La Alborada. Salinas pone de manifiesto, por un lado, la existencia de las diversas organizaciones femeninas obreras, y por otra parte, establece la importancia de estas para la propia historia de los movimientos de mujeres en el país. A Carmela la señala como una luchadora social reconocida en los círculos obreros como una activa oradora y agitadora.

Un segundo referente fundamental es el trabajo de Elizabeth Hutchison17 , investigadora estadounidense cuya especialidad es el estudio del movimiento obrero chileno y específicamente la situación femenina en este contexto. Su obra principal es Labores propias de su sexo: género, políticas y trabajo en Chile urbano 1900-1930 (2006), fruto de largas investigaciones, en la cual recoge una amplia gama de oficios y organizaciones obreras femeninas. El artículo "El feminismo en el movimiento obrero chileno: La emancipación de la mujer en la prensa obrera feminista. 1905-1908" (1992), trata de manera específica el desarrollo de La Alborada y La Palanca, ambos periódicos ligados directa o indirectamente a Carmela Jeria. Su estudio se centra en los discursos políticos y su desarrollo durante la publicación de estos periódicos. El retrato que se hace de Carmela se construye a partir de la revisión a sus artículos y las propuestas políticas y morales que esta levanta a través de ellos. El énfasis está puesto pues, en las disputas ideológicas entre socialismo y feminismo. La participación de Carmela se circunscribe también a estas materias.

El primer trabajo cuya atención se centró principalmente en la participación política específica de Carmela Jeria fue el que hizo Ana López Dietz18 en su artículo "Carmela Jeria y los inicios del movimiento obrero feminista" (2008), en el que además de caracterizar el contexto de la cuestión social y las condiciones de organización femenina, construye un relato acerca de la joven tipógrafa, enfocándose en ella como un personaje político complejo, cuyo discurso fue compuesto por diversas aristas que la constituyen en un "ejemplo político".

Finalmente, es interesante mencionar que en un artículo pequeño de una revista feminista chilena de los años 90 llamada "Marea alta"19 , Loreto Bravo (1991) trató el tema centrado en la figura política de Carmela, haciendo uso de la información que se encontraba disponible en ese momento, pero que sirvió a las investigaciones, por ejemplo, de Elizabeth Hutchison. Por último, en "Algunas, otras. Linaje de mujeres para el Bicentenario", con la coordinación de Ximena Zavala (2010), se ubicó a Carmela Jeria dentro de las mujeres chilenas destacadas para la fecha conmemorativa, señalándola como visionaria y luchadora social feminista20 .

En definitiva, Carmela Jeria como personaje histórico ha sido construida por diversas investigadoras con objetivos distintos, históricos y/o reivindicativos. Todas han coincidido en una cosa: centrarse en su discurso político y en el poder reivindicativo de las organizaciones femeninas en el contexto de la "cuestión social". Carmela Jeria ha sido retratada bajo las luces de la espectacularidad, de la extrañeza o el juicio histórico acerca de su discurso. En cierto modo, cada uno de los trabajos mencionados se ha hecho la misma pregunta: ¿Quién fue Carmela Jeria? ¿Cuáles fueron sus reivindicaciones? Y con estas preguntas, se juzga cuán espectacular y extraña fue para su tiempo, cuán feminista era, y si estaba más cerca del socialismo, del anarquismo o de las reivindicaciones burguesas. Son todas preguntas muy interesantes, pero a nuestro juicio, insuficientes.

Siluetas conocidas

El tiempo transcurrido entre 1905 y 1907 fue el más agitado para Carmela en la palestra pública. El punto de partida fue el 10 de septiembre de 1905, fecha de la fundación del periódico La Alborada, auto-catalogado como "Defensor de las Clases Proletarias", y que más tarde tendrá como epígrafe: "Publicación femenina" y luego "Publicación feminista", sutileza interesante en términos ideológicos para el contexto histórico en el que el periódico se desenvolvió.21

La Alborada se caracterizó por contener una amplia colaboración de mujeres, tanto en la redacción como en las propias redes de difusión. Un aspecto por lo demás muy novedoso y significativo. La atención fundamental se daba a la reflexión en torno a la situación femenina, pero específicamente a la situación femenina y obrera, cuestión que distingue su discurso de los relatos anteriores y posteriores usualmente levantados por mujeres pertenecientes a sectores más acomodados.22 Aunque este era el foco principal, La Alborada funcionaba como espacio de discusión social e ideológica, publicación literaria de cuentos y poesía e incluso de publicidad para pequeños negocios o diversos servicios.

En cada uno de los números, hasta el fin, la señalada como directora de la publicación es Carmela Jeria, y es a la cual debe dirigirse la correspondencia. Ella se hace responsable de las declaraciones y propuestas que configuraban la columna vertebral del discurso planteado por el periódico y a la que se dedican numerosas cartas y poesías de admiración de hombres y mujeres.23

A partir de sus propios textos en La Alborada, podemos acceder a datos personales de Carmela Jeria. En algunos casos manifestados explícitamente, pero en otras ocasiones muchos detalles de su vida privada se desprendían de los propios escritos políticos. Así, por ejemplo, en la segunda edición señala que debió renunciar a la Imprenta Gillet, en donde trabajaba por negarse a desistir de publicar La Alborada24

Para construir un panorama general de cuáles eran las temáticas principales tratadas por ella, revisaremos algunos ejemplos. En primer lugar, la reivindicación principal que sostiene durante toda su participación pública, se refiere a la urgencia de educación que aqueja al mundo obrero y sobre todo a las mujeres25.

El desarrollo de una perspectiva específicamente feminista caracterizó de ahí en más el discurso de Carmela Jeria, llamando a la unidad y organización femenina como una de las luchas esenciales a dar, haciendo hincapié eso sí, en la organización y la educación obreras. Es decir, existe un discurso "de clase" comprometido en su discurso. Lo que plantea Carmela en sí, distingue el origen social, y ese es otro de los elementos esenciales que se reconocen en su discurso26 :

Si nuestras compañeras de fábricas y talleres se cobijaran bajo el santo pendón enarbolado; si todas nos uniéramos, no para lamentarnos de nuestra humillante situación de esclavas, sino para pedir estrechas cuentas a nuestros tiranos y al mismo tiempo para estudiar tesoneramente y así independizarnos de las cadenas que nos oprimen; entonces se nos respetaría donde quiera que fuéramos y se daría fin al monopolio de las libertades del hombre 27

Como es posible leer en estas líneas, el discurso feminista, de clase y ligado a lo educativo cuenta con un nuevo elemento: ve en el sujeto varón al tirano. Ciertamente, podemos inferir que se refiere al varón y patrón, que ejerce su tiranía desde la clase y el género, pero también acorde a la evolución discursiva que podemos percibir, establece la necesidad de enfrentar y desligarse de la opresión masculina en sí misma. Como se vislumbra en la siguiente cita:

Y digamos, también, a tanto luchador del mejoramiento social e intelectual del pueblo, que toda la libertad que anhelan, será siempre un fantasma mientras la mitad del jénero humano viva en humillante esclavitud. Tócanos a nosotras mismas, si no nos acompañan con la debida sinceridad, procurarnos nuestro bienestar, para lo cual nos debemos desde luego poner en pié, con decisión y valentía, y parafraseando a un notable pensador socialista, digamos: << nuestra emancipación verdadera está en nosotras, debe ser obra de la mujer misma>>28

Este texto es particularmente interesante a la hora de descifrar el discurso de Carmela. Evidentemente, este enfrentamiento hacia la figura masculina "revolucionaria" y el llamado a las mujeres a la construcción de su propia emancipación, es producto de una lectura de la realidad social de su contexto, es decir, es un testimonio claro y directo de la situación femenina en el mundo social obrero. De esta situación hay investigaciones desarrolladas, al menos para los grupos anarquistas29 en el caso chileno.

La evolución discursiva de Carmela Jeria es interesante pues es sintomática de la situación femenina de la época y sobre todo del sujeto político mujer en el contexto de la "cuestión social" a principios del siglo XX. Nos parece entonces que si bien las reivindicaciones por la educación como agente principal de cambio se corresponden con elementos ideológicos en boga en la época30 , la propia observación de una realidad incluso hostil a la emancipación femenina, conllevan a la readaptación y radicalización de su discurso.

Redes y relaciones

Hasta 1905 no poseemos información relevante sobre su vida privada. Sí sabemos que su padre, Mauricio, fue un agente de policía y ayudante del Primer Juzgado del Crimen de Valparaíso. También participó en dos agrupaciones obreras de la ciudad de Valparaíso, el Centro Balmaceda y la Sociedad "Razón i Justicia", siendo de ambas "socio-accionista". Su madre se llamaba María. De sus hermanos sabemos poco: Rogelio era el mayor, Mercedes, la hermana del medio. Esta última era entonces la viuda reciente de Carlos Jorquera, quien había sido un conocido dirigente popular del puerto en la última década del siglo XIX31 .

Sobre las relaciones personales de Carmela durante su participación en la esfera pública, debiésemos contar principalmente con sus compañeras de trabajo político: Eloisa Zurita de Vergara, agente y corresponsal de La Alborada en Antofagasta, Esther Valdés de Díaz, co-fundadora y presidenta de la Asociación de Costureras "Protección, Ahorro y Defensa", y directora de la revista La Palanca. En términos políticos, la cercanía principal con la que se puede identificar a Carmela Jeria, es la que podemos establecer en los círculos relacionados al Partido Demócrata (fundado en 1887), principalmente a través de Luis Emilio Recabarren y Ricardo Guerrero. La relación política con Recabarren (el "padre del movimiento obrero chileno" como se le llamó desde la historiografía marxista y en los textos de difusión masiva) generó que este la caracterizara de la siguiente manera:

Nos acordamos con tierno cariño de esa novel guerrillera porteña, que se eleva como chispa eléctrica entre las multitudes: Carmela Jeria G., esa chiquilla que aún no baja los vestidos, i que ya empuña con su brazo de atleta el Hacha de la Luz para derribar las montañas de sombras que entenebrecen la mente humana.32

Además, como datos importantes de esta filiación política, conocemos que la impresión de La Alborada en su segunda época era hecha en los talleres de La Reforma, principal publicación de los círculos demócratas. En algún sentido podríamos entender la relación con Recabarren como una especie de apadrinamiento o como una alianza política. Lo que no excluye el hecho de que Carmela cultivara excelentes relaciones con afamados anarquistas de la época, tales como Julio Valiente, Policarpo Solís Rojas, Nicolás Rodríguez, Adolfo Hernández, etcétera.

Con la aparición de La Palanca, el 1° de mayo de 1908, autodenominándose como "época segunda de La Alborada", se desarrolla la única continuación concreta del trabajo realizado por Carmela, aunque esta ya no figure como directora, sino que más bien como colaboradora: "La empresa que hoy iniciamos no es nueva; es sólo la continuación de la interrumpida labor que el 10 de Setiembre de 1905 iniciara en Valparaíso nuestra hermana de lucha Carmela Jeria con la publicación La Alborada."33

La directora de esta publicación será la anteriormente destacada corresponsal de La Alborada, Esther Valdés de Díaz, presidenta y co-fundadora de la Asociación de Costureras (la revista es de hecho la publicación oficial de este grupo). Esta publicación se caracterizará por tener un carácter marcadamente feminista cuyo objetivo fundamental será la emancipación femenina y el "…conquistar en la Sociedad el puesto que por derecho natural nos corresponde." Con estos objetivos definidos, las temáticas a plantear durante el desarrollo de sus números se caracterizarán por contener mayores referencias a la sexualidad y reproducción, en términos de derechos, control y procreación consciente. Sin embargo, comparte como objetivo principal la lucha por la instrucción y la superación de la "ignorancia, fuente de miseria i tiranía". Además, incluye noticias del mundo obrero, instructivos para pronunciar mejor las palabras, artículos de propaganda y reflexión contra el alcoholismo reinante entre los obreros (esposos, padres, hermanos) y reportes sobre charlas de otras feministas destacadas, como por ejemplo Nelly Roussel34 .

En el texto que inicia la publicación nos dan algunas de las últimas noticias de Carmela:

La destrucción del hogar i una serie no interrumpida de desgracias que han oprimido a nuestra hermana, la obligaron a interrumpir su noble cruzada. Hoi, mientras ella se ve abatida físicamente por cruel y larga enfermedad, nosotras sus discípulas poniendo a la unión i organización como apoyo, nos apresuramos a tomar el estreno de la palanca, (momentáneamente abandonada) para derribar ese funesto pasado que pesa sobre nuestros hombros.35

Luego, aparte de las menciones cariñosas para recordarla, Carmela publica en dos ocasiones artículos en la revista: un texto literario y un texto conmemorativo de la actividad de la Asociación de Costureras. Tras ello se extiende el silencio36 .

Señales y especulaciones

La primera pista la encontramos por casualidad. En el periódico La Batalla37 en 1915 se da cuenta de los premios sorteados en una rifa realizada durante un picnic de grupos anarquistas. Para el sorteo de unos zapatones Luis XIV, se da por ganadora a una Carmela Jeria. Antes de conocer la data de su nacimiento y muerte, este fue el primer dato que obtuvimos de su vida post La Alborada y La Palanca, y al menos podemos hacernos una idea de su vida para 1915, diez años después de la publicación de La Alborada. La participación en un "picnic" fue la primera advertencia para descubrir que su vida fue muchísimo más extensa que los pocos años que conocíamos. Un insignificante detalle abría un mundo de posibilidades de investigar y conocer la vida de Carmela.

Una segunda pista nos la proporcionó Cecilia Salinas. Lo curioso es que no se detuvo en ella. Para el mes de mayo del año 1908, el periódico anarquista La Protesta publicó un aviso para recolectar ayuda para una compañera enferma en cama. Esta compañera era nada más ni nada menos que Carmela. Aunque efectivamente esta no sea una de las últimas noticias que tenemos sobre ella, es un detalle interesante al unirlo al episodio mencionado en el párrafo anterior. Más aún, cuando en febrero de 1911 aparece una colaboración suya en Luz y Vida, publicación de la misma corriente y editada en Antofagasta. Sus filiaciones políticas parecen acercarse, a juzgar por los tres acontecimientos, hacia los grupos anarquistas. Son ellos, pues, con quienes podemos relacionar a Carmela en sus últimas participaciones públicas en actos políticos.

Tras ello y para encontrar más, debimos volver al origen, a su familia.

La fecha de su cumpleaños

A un mes de electo como presidente de la República, José Manuel Balmaceda, en el Chile decimonónico y a poco más de dos de los hechos de sangre del 1° de mayo de 1886 en Chicago que dieron origen al Día internacional del Trabajador, nacía la menor de las hijas de María Gómez y Mauricio Jeria, Carmela.

Carmela Jeria Gómez, nació el 16 de julio de 1886. Sobrevivió al parto, suerte que no tuvieron muchas de sus contemporáneas. Recordemos que entonces las tasas de mortalidad infantil en Chile eran unas de las más altas en el mundo.

La fecha de nacimiento nos permite saber que para la publicación de La Alborada, Carmela solo tenía diecinueve años. Este es un importante detalle que no había sido consignado anteriormente. Su edad nos permite imaginarla, dibujarla en la plenitud de su juventud, entre imprentas, encuentros y discusiones. La imaginamos cumpliendo años, atareada y vivaz cuando joven, más tranquila y reflexiva -quizás- en los años posteriores. La fecha de su nacimiento nos ubica de manera exacta para comprender el desarrollo de los distintos momentos de su vida conocida y desconocida.

Un asunto que nunca quedó claro fue el misterioso cese de La Alborada, así como la propia desaparición de Carmela Jeria. Con nuevas fuentes a la mano podemos sugerir que el determinante en todo ello fue la rápida sucesión de tragedias familiares. Carmela, la directora y mujer timón del periódico, tenía a su madre enferma, pronta a morir (lo haría el 3 de agosto de 1907) cuando apenas había pasado el tiempo desde la muerte de su padre. En agosto de 1907, con 21 años recién cumplidos, se encuentra ya huérfana. Esta situación, que no necesariamente habría de ser la principal razón de la desaparición de La Alborada, sí nos entrega luces sobre las posibles razones del fin de la publicación.

Las tumbas hablan

Buscar a quien no se ha querido encontrar por más de un siglo, requiere salir del archivo y leer en otros códigos la información que se nos ofrece. Para acercarnos a Carmela, de la cual no había fotos ni cartas, fue necesario visitar el más allá. Y aunque no recurrimos al espiritismo, en el cementerio y con nada más que su nombre en las manos, fuimos a molestarla a su última morada.

Bajo un joven ciprés, cubierta de hojas y ramas y sin flores ni adornos, yacía la tumba de Carmela. Se inscribían en una misma cubierta seis nombres. Su madre y su hermana y tres nombres de hombre que para ese momento no conocíamos. Ella finalizaba la lista. Al poco rato de mirar, se nos presentaba un nuevo escenario.

Carmela Jeria, famosa periodista obrera y feminista, constituyó una familia, se vinculó con un hombre y tuvo hijos, al menos tres biológicos, y todo indicaba la existencia de una hija no biológica adoptada por la pareja. No conocemos en qué año, dónde y cómo conoció al hombre con el que formó una familia, de hecho, a partir de los datos inscritos en la tumba no pudimos saber más que su nombre: Manuel Schuman Hasin (muerto el 4 de junio de 1956).

Paradójicamente, la última morada se convierte en el origen. Estos datos recogidos desde su tumba, abren la puerta a conocer la vida posterior de Carmela, la vida sin luz, sin el amanecer del 1° de mayo en las calles, sin poemas ni cartas de agradecimiento. El olvido de las páginas de periódicos y publicaciones, el manto oscuro que en esta investigación hemos querido develar.

Al estar frente a la tumba una de las principales emociones que nos embargó fue la de sentir que habíamos llegado lo más cerca de Carmela Jeria que podíamos llegar.

Sonia Schuman Jeria (o "la luz al final del túnel")

Por estos días, Carmela ya estaría próxima a los ciento treinta años. No se conmemoró su centenario ni se recuerda su nacimiento o defunción. Y sin embargo, una parte de ella sigue viva, algo de su sangre aún camina y sonríe en nuestros días a través de Sonia Schuman Jeria38 .


Con Sonia y Enrique, dos de sus nietas (os)
Balneario Las Torpederas (Valparaíso, enero 1946).

Sonia del Carmen Schuman Jeria, una mujer de setenta y dos años es la heredera más próxima de Carmela, y, por tanto, la puerta de entrada a los sesenta años desconocidos de su vida fuera de la palestra pública. Es una de las nietas de Carmela, pero, además de ser la nieta mayor, es la única que ostenta el título de "hija-nieta" como ella misma se define:

Ella fue toda la vida mi mamá. Porque desde que mi padre biológico se fue, me entregó a mi abuela para que me cuidara.

La cercanía de su relato, la apunta como testimonio clave en la reconstrucción biográfica de Carmela Jeria, teniendo desde luego, los resguardos que implica la memoria como fuente histórica. Nos recibe en su hogar en Peñaflor, comuna de la periferia sur de la ciudad de Santiago de Chile. Vive sola y confiesa en un comienzo no comprender cuál es el interés nuestro, incluso insinúa que quizás se trata de un mal entendido. Aclaradas las dudas comenzamos un viaje. Nosotros, a encontrar fotografías e inéditos datos sobre Carmela, y Sonia a descubrir un pasado casi completamente desconocido de su abuela-madre.

Por lo tanto, en este giro investigativo, lo que se pone en valor es el relato de Sonia, desde su perspectiva de hija-nieta. Sin conocer su paso por la palestra pública, nos develó misterios, resolvió dudas y nos entregó nuevos datos. El silencio ya no es total.

Preguntándole por la vida personal de Carmela, en términos de relaciones afectivas, la reconstrucción implicó los siguientes datos: Carmela, la otrora "novel guerrillera porteña", se casó con un inmigrante libanés llamado Manuel Schuman Hasin. Schuman era un refugiado de la Primera Guerra Mundial que llegó a la Argentina y cruzó luego la cordillera a pie para instalarse finalmente en Chile. Sonia no tiene claridad de cómo se conocieron con Carmela ni cómo decidieron formar una familia. Carmela Jeria comienza una vida itinerante con su esposo, viajando de campo en campo por el país vendiendo las telas que este importaba desde sus tierras. Sonia recuerda una broma de Carmela, su abuelita: "tuve un hijo por ciudad en la que anduvimos". Y así, al parecer, fue con sus siete hijos e hijas: Alberto, Amina, Germán y Friné, Gustavo, Fátima y Carlos.


Con Manuel Schuman, su esposo. En el matrimonio de una de sus hijas, Fátima.
Santiago, 25 de noviembre de 1950

La conversación con la hija de Alberto, el primogénito, es una pequeña aproximación hacia la complejidad de una existencia marcada por su tiempo y su condición de mujer; en consecuencia, los matices son múltiples. Uno de esos matices maravillosos es que, pese a la vida nómade exigida por el oficio de comerciante de su esposo, Sonia nos relata cómo Carmela Jeria trabajó hasta muy avanzada edad en diversas imprentas en el centro de la capital, entre ellas la Imprenta Eros. Sonia recuerda haberla acompañado en la década de 1950, donde todavía ejercía su oficio de obrera tipógrafa y linotipista: "Trabajó en varias imprentas. Yo la acompañaba a veces, cuando podía llevarme me llevaba. Porque era linotipista…" Y más aún, recuerda datos previos: "A ella le gustaba mucho la literatura, escribir, leer… Y trabajó desde muy niña en Valparaíso, en la Imprenta Universo… Cuando llegó a Santiago también". En esta última cita, podríamos usar la nomenclatura de "duro y blando" para categorizar los datos entregados. Sonia entrega datos biográficos "duros" (dónde y desde cuándo aproximadamente trabajó) y datos biográficos "blandos": "le gustaba mucho la literatura, escribir, leer", a lo que agrega: "Se colocaba de seudónimo Silvana, por lo que yo me acuerdo." Este dato, que por sí solo y para quien no ha tenido la oportunidad de revisar el periódico La Alborada, no pareciera tener muchas más implicancias que la bonita noticia de Carmela Jeria como escritora aficionada en el hogar. Pero, el seudónimo de Silvana aparece en numerosas ocasiones en el periódico para hacer advertencias prácticas (cuotas a pagar, lugares para encontrarse, etcétera), y especialmente para hacer reflexiones políticas más radicales (atacando a la policía o a las elecciones políticas y sus vicios). Y, por otro lado, Silvana se avocaba a redactar narraciones literarias reflexivas y en la mayoría de los casos, muy tristes, siempre relacionando la pobreza y la problemática social con la condición femenina de su época y clase. Ahondar en la revisión de esos escritos, creemos, requiere de un análisis más profundo y específicamente dedicado a ellas. Pero nos parece relevante la inclusión de este dato como una de las novedades fundamentales de este artículo ¿Por qué? Porque es un punto de encuentro entre sus dos vidas. En el seudónimo Silvana, pensamos, se trenzan su pasado en la palestra pública y su devenir como madre y abuela, se exteriorizan las rebeldías más acentuadas y las reflexiones más profundas. De alguna manera, en el nombre escogido por sí misma, se reconcilian ambas vidas y la transgresión y la tradición presentes en su vida se unen indisolublemente, en ese gesto de resistencia silencioso pero definitivo. Ese "alter ego" mantuvo vivo el pasado y lo reconcilió con lo que fue su presente y futuro final. Y aunque tal y como nos expresa Sonia, los cuentos del pasado a Carmela no le interesaban: "Ella era muy recatada, no hablaba mucho de su pasado", el divorcio entre la memoria familiar y la memoria histórica hasta ahora relevada no es total ni es definitivo.Sin embargo y a pesar de esta unión simbólica, no existe ni existió en su familia un archivo de sus cartas, documentos ni pertenencias que la vinculen a su pasado político ni a sus aficiones literarias, menos algún elemento que la relacione con otros individuos o agrupaciones. Sonia nos menciona un baúl donde guardaba sus escritos, pero nos aclara enseguida que es una búsqueda sin destino ya que se perdió entre cambios de casa y de mano en mano entre familiares.

Durante nuestro último encuentro, tuvimos acceso a diversas fotografías (de las cuales hemos seleccionado dos): Carmela con su nieta en las Torpederas (balneario de Valparaíso), Carmela en el matrimonio de su hija durante el brindis. Nos mira estática pero sonriente desde los únicos registros fotográficos que se han encontrado de ella. Accedemos a ver a sus hijas e hijos, a su marido, a sus espacios de recreación. En los retratos, inmóviles y oscurecidos por el tiempo y el polvo creemos adivinar algunas de sus características en vida. Son los primeros retratos de Carmela Jeria que exceden el espacio familiar y transitan hacia lo público.

Conclusiones

A partir de distintas formas de acercamiento, desde documentos legales hasta la posibilidad de entrevistar a una de sus descendientes, hemos querido reconstruir la biografía de Carmela Jeria, entendiéndola como persona y conformar un estudio más allá de su aparición en la esfera pública y de sus proezas en el mundo político. Hemos intentado validarla como figura histórica desde su propia condición femenina, entendiéndola como un microcosmos en el que cabe lo vivido por otras mujeres en los comienzos del siglo XX latinoamericano y específicamente chileno. Vacilando entre la libertad y la costumbre, su vida pública y privada se podría dividir además, a simple vista, entre su vida de soltera y de casada, de libre y de oprimida. Sin embargo, hemos querido profundizar, ir más allá de estas visiones y no quedarnos con absolutos. A juzgar por las fuentes y testimonios la vida de Carmela Jeria, como la de tantas otras mujeres, se tejió de matices, de consensos y pequeñas rebeldías, de altos y bajos emocionales, profesionales y familiares. Y las elecciones tradicionales hechas al fin y al cabo por sí misma no la nublan como personaje histórico, a nuestro juicio, la complejizan, enriquecen. Desde luego, la ausencia de su voz directa sobre todo aquello que vivió tras lo "público" nos obliga a hilvanar estas limitadas especulaciones.

Hemos relevado con especial énfasis su vida personal, hasta ahora desconocida, con el objetivo firme de reivindicar el mundo privado como campo de estudio necesario, y específicamente, reivindicar a Carmela Jeria como una puerta de entrada a la condición femenina de la primera mitad del siglo XX en Chile, marcada por la "cuestión social", el trabajo en las fábricas y los movimientos sociales y a la vez, arrastrando prejuicios y tradiciones que hasta hoy no hemos podido superar del todo.

Finalmente, y a partir del encuentro clave con Sonia, su "hija-nieta", hemos podido descubrir un elemento que aunque simbólico, nos parece un punto de unión entre ambas vidas tan separadas aparentemente. La mantención del seudónimo Silvana enlaza ambas dimensiones vitales y aparece como un hilo que da continuidad a la trayectoria que hemos intentado trazar en esta investigación. La de una mujer, que fue mucho más que el personaje público otrora conocido.

Notas

1. Agradezco con profundo cariño a Sonia Schuman Jeria por colaborar con su testimonio e imágenes cuyo valor es indispensable e inefable. Agradezco también a Olga Ruiz por su apoyo y confianza y finalmente, agradezco a Víctor Muñoz por ser mi compañero en esta aventura y tantas otras.

2. Ver Isabel Valle, "Como una chispa eléctrica: Carmela Jeria, La Alborada y los orígenes del feminismo obrero en Chile 1905-1908. Tesis para optar al grado académico de Licenciado en Historia con Mención en Ciencias Políticas en el Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Valparaíso, 2013.

3. El concepto de "feminismo obrero" ha sido utilizado por Cecilia Salinas y Elizabeth Hutchison principalmente para referirse a las acciones de grupos femeninos, especialmente periodísticos en la difusión de postulados en pos de la emancipación femenina y la mejora vital de las obreras a principios del siglo XX en Chile, específicamente en Valparaíso y Santiago pero con presencia en distintas ciudades del país. Los ejemplos más notorios son los periódicos "La Alborada" y "La Palanca" a los que nos referiremos posteriormente. Hutchison, Elizabeth Q, Labores propias de su sexo: Género, políticas y trabajo en Chile Urbano. 1900-1930, LOM, Santiago, 2006. Sin embargo, llama la atención que previo a la propia denominación feminista del periódico La Alborada, otros intelectuales obreros ocuparan el concepto de "feminismo obrero": Ya para 1905 aparecerá el siguiente aviso: "La Alborada: Primera publicación feminista obrera en Chile, aparece quincenalmente, dirijida por la compañera Carmela Jeria: Hemos recibido el primer número de esta publicación feminista obrera, que llega al campo periodístico con un empuje varonil que honra altamente a su Directora." Nota en "El Proletario" de Tocopilla (periódico dirigido por Luis Emilio Recabarren), 2 de octubre de 1905. P. 2.

4. Un caso paradigmático es la figura de Luís Emilio Recabarren quien se ha popularizado a través de las hagiografías que lo han perpetuado como el "padre del movimiento obrero chileno". De hecho, en uno de los estudios más recientes y actualizados del comunismo chileno, el autor, Sergio Grez, aunque advierte intentar acabar con los mitos existentes sobre la formación de ese partido, no deja de subtitular su trabajo con la frase "La Era de Recabarren", haciendo referencia al período histórico entre 1912 y 1924.

5. Un ejemplo tradicional es el del "héroe y mártir nacional", especialmente como referente en la construcción del estado-nación, tal y como reflexiona Lorena Armijo: "El héroe se sitúa no sólo como constructor de la identidad nacional, sino además como referente de la identidad personal. La trascendencia de este discurso social radica en el uso de determinados códigos, asociaciones, relaciones y jerarquías que suponen la posición (implícita) de cada individuo en la vida social y una ordenación del mundo dentro de uno o varios esquemas que actúan como puntos de referencia y que no se restringen únicamente a las definiciones y valores en torno a la identidad nacional, sino que llegan a instalarse en complejos entramados simbólicos que asignan valores y patrones de conducta a imagen y semejanza del héroe nacional." Armijo Lorena;"La Centralidad del Discurso del 'Héroe' en la Construcción del Mito Nacional: una lectura de la historiografía conservadora desde el género" Revista de Sociología núm. 21, Facultad de Ciencias Sociales Universidad de año 2007, p. 239

6. Según el sociólogo Robert Castel, esta puede ser entendida como el momento en que "una sociedad experimenta el enigma de su cohesión y trata de conjurar el riesgo de su fractura". En: Castel, Robert; Las metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del salariado, Paidós, Buenos Aires, 1977 (reedición 1997).

7. En un texto referencial del tema James Morris la define como las: "…consecuencias sociales, laborales e ideológicas de la industrialización y urbanización nacientes: una nueva forma dependiente del sistema de salarios, la aparición de problemas cada vez más complejos pertinentes a vivienda obrera, atención médica y salubridad; la constitución de organizaciones destinadas a defender los intereses de la nueva "clase trabajadora"; huelgas y demostraciones callejeras, tal vez choques armados entre los trabajadores y la policía y los militares, y cierta popularidad de las ideas extremistas, con una consiguiente influencia sobre los dirigentes de los trabajadores"En Elites, intelectuales y consenso. Estudio de la cuestión social y el sistema de relaciones industriales en Chile, Santiago, Editorial del Pacífico, 1967, p. 80.

8. Existen muchísimos ejemplos pero me parece muy interesante y novedoso el libro de Alejandra Pinto y Adriana Palomera, Mujeres y Prensa anarquista (1897-1931), Ediciones Espíritu Libertario, Santiago, 2006.

9. Hutchison, Elizabeth Q, Labores propias de su sexo., op.cit., p. 12.

10. La Palanca fue una revista hecha por mujeres obreras, específicamente por la Sociedad de Costureras con el objetivo principal de reflexionar y agitar en torno a la cuestión femenina, asumiéndose como feminista y emancipadora. Abarca una variedad de temas interesantes para la época y el contexto chileno: desde reivindicaciones políticas y educativas hasta numerosos artículos referentes a la procreación consciente y el propio control femenino sobre su fertilidad. Fue publicada durante el año 1908 en Santiago de Chile.

11. Carlo Ginzburg , "Microhistoria: dos o tres cosas que sé de ella" Revista Manuscrits núm. 12, año 1994.

12. Luis González, "Pueblo en vilo: microhistoria de San José de Gracia" (1968).

13. Carlo Ginzburg,, "El queso y los gusanos", Muchnik , España, (1999).

14. Bazant, Mílada (coordinadora); "Biografía. Método, metodologías y enfoques." (2013), México DF. El Colegio Mexiquense. P. .32

15. Frase acuñada por Enrique Krauze en el prólogo escrito para "Biografía. Método, metodologías y enfoques." (2013), México DF. El Colegio Mexiquense. P. .13

16. En el caso chileno, a partir de 1973 se agudizan problemas de todo orden en cuanto a la construcción y reconstrucción de las reivindicaciones políticas en sentido amplio. Esta situación, genera que ya para la década de 1980 se comiencen a generar innumerables talleres de historia que tengan como objetivo la valoración del rol femenino en las capas medias y populares, a través de la recuperación de la memoria y el fortalecimiento de lazos entre mujeres.

17. Cecilia Salinas, La mujer proletaria: una historia por contar, Ediciones Literatura Americana Reunida, Santiago, 1987.

18. Labores propias de su sexo…, op. Cit.; "El feminismo en el movimiento obrero chileno: La emancipación de la mujer en la prensa obrera feminista, 1905- 1908". Flacso, Serie Contribuciones 80.

19. Ana López Dietz, "Feminismo y emancipación en la prensa obrera femenina Chile, 1890-1915", Tiempo Histórico. N°1 /63-83/. Santiago-Chile. 2010.

20. Marea Alta (1990-1994), fue un proyecto periodístico impulsado por mujeres que participaban del movimiento feminista desde los años 80, vinculadas a la Casa de Mujeres "La Morada". Su principal objetivo fue la creación de un "diario para mujeres", que llegó a tener un tiraje total de cuatro mil ejemplares. Para obtener mayor información, recomendamos revisar "¿Un nuevo silencio feminista? La transformación de un movimiento social en el Chile posdictadura" de Ríos, Godoy y Guerrero. Editorial Cuarto Propio.

21. Zavala, X. et al. (2010). Algunas, otras. Linaje de mujeres para el Bicentenario. Santiago de Chile, Andros. P. 106. Investigación producida por la Corporación Humanas y apoyada por la Unesco.

22. Aunque parezca una nimiedad, la diferenciación entre el carácter femenino de la publicación y el "feminista" se relaciona principalmente con la intencionalidad de cada concepto. Una publicación femenina puede dar cuenta simplemente del género de sus integrantes. En cambio, una publicación feminista busca definirse como un referente reivindicativo de la problemática y de las luchas específicas del género femenino. Imaginamos que la diferenciación de conceptos refiere a esta situación.

23. Luego de los breves años de presencia del "feminismo obrero", la acción de las mujeres de las clases populares por la emancipación se ve opacada al menos en su grado público. La nueva generación reivindicativa no vendrá ya del mundo de las obreras, sino más bien, de las mujeres de los "sectores medios", en algunos casos incluso profesionales. Para el año 1935 (treinta años después de la publicación del primer número de La Alborada), se fundaba el MEMCH, grupo femenino que reivindicaba una lucha tanto de género como social, pero que se diferencia del feminismo obrero sobre todo en cuanto a sus integrantes, además de levantar como uno de los principales objetivos el del voto femenino.

24. Solo por dar algunos simpáticos ejemplos: Hombre Cero, colaborador usual en La Alborada le escribe a Carmela Jeria: "¿Quiere que le confiese el concepto que tengo formado de usted? Pues, a fé de humilde proletario, que la considero como tabla de salvación de los náufragos de este borrascoso mar que se llama Chile."La Alborada núm. 6, diciembre de 1905.Y Baudina Pessini, colaboradora habitual desde la zona de Chañaral, dirá también: "Yo mil veces bendigo tu constancia, porque luchas sin reposo y sin doblez sin que jamás el peso del dolor abata tu altiva frente que un ideal ya es." La Alborada núm. 28, enero de 1907.

25. "Como conclusión a nuestra entrevista, me dijo (el jefe) que yo solicitaba permiso, porque tal vez tenía algún NEGOCIO que me preocupaba y que obtara por el taller o por el negocio. Con esto me puso, como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared, es decir, ganar un sueldo con el que apenas alcanzaba para mi subsistencia siendo esclava del taller, no teniendo amplia libertad para mis actos, o sino salir de él para así poder ofrecer mi modesto concurso a la causa mil veces santa de mis hermanos de luchas y sufrimientos."Este pasaje del segundo número de La Alborada es una puerta de entrada a la historia personal de Carmela, y así mismo, a la realidad de las trabajadoras de la época. Por lo pronto, sabemos que a partir de ese momento, la joven mujer se dedica a tiempo completo a la actividad política.

26. En cuanto a la situación femenina en específico, su discurso se radicaliza con el pasar de los números, haciendo referencia específicamente a su género: "Cuando las hijas del pueblo se encuentren libres, por completo, de añejas preocupaciones, de torpes rutinas, entonces caminarán resueltas y serenas, protejidas por sus propias enerjias intelectuales, a conquistar aquellos derechos que hasta hoy han sido monopolio exclusivo del hombre". "Tras el bienestar". Segunda quincena de julio de 1906, núm. 17, p. 1.

27. Ana López Dietz desarrolla este punto en el artículo ya mencionado.

28. "La Sociedad Periodística La Alborada" La Alborada, núm. 34, 3 de marzo de 1907, Santiago, p. 1.

29. "Nuestra situación" La Alborada, núm. 29, 27 de enero de1907, p. 1.

30. Véase el de Hutchison, "From "la mujer esclava" to "la mujer limón": anarchism and the politics of sexuality in early twentieth century Chile", Hispanic American Historical Review, 81 (2001).

31. Sergio Grez plantea y desarrolla la tesis del liberalismo popular en De la "regeneración del pueblo" a la huelga general: génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890), DIBAM, Santiago, 1998.

32. Primera quincena de abril de 1906, N° 11, p. 1. Se describen los funerales y se presenta una fotografía.

33. "La Excursión de Propaganda II", de Luis Recabarren, publicado en el diario El Proletario de Tocopilla, 21 de octubre de 1905. P. 3.

34. "En el Palenque. Henos aquí frente al enemigo!" La Palanca, núm. 1, p.2. 1 de mayo de 1908.

35. Nelly Roussel, librepensadora, anarquista y feminista francesa. Se hizo conocida por participar como oradora en diversos Congresos y Encuentros, tratando principalmente temáticas antinatalistas, feministas y del librepensamiento. Para revisar en profundidad su vida, Elinor Accampo publicó: Blessed motherhood, bitter fruit: Nelly Roussel and the politics of female pain in Third Republic France (2006).

36. "En el Palenque. Henos aquí frente al enemigo!" La Palanca, núm. 1, p.2. 1 de mayo de 1908.

37. Republicación de un texto suyo en Luz i Vida, Antofagasta, noviembre 1911.

38. "El Domingo 9 del presente, se sorteó la rifa iniciada en el último Pic-Nic á total beneficio a "La Batalla" con los siguientes premios: 1.° Premio, N.o 37 perteneciente a Camilo Arcos, agraciado con un objeto artístico; 2.° id, N.o 50, a Rolando G. con otro objeto de arte; 3.° id. N.o 45, un par de zapatones Luis XV para señora á Carmela Jeria G". En "La Batalla", segunda quincena de mayo de 1915, Santiago de Chile. Núm. 57. P. 4. 

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Fuentes consultadas:
Periódicos y revistas

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3. Luz y Vida, Antofagasta, 1908-1916.         [ Links ]

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