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Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales

On-line version ISSN 1853-0400

Rev. Mus. Argent. Cienc. Nat. vol.14 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Dec. 2012

 

NOTAS BICENTENARIO DEL MUSEO ARGENTINO DE CIENCIAS NATURALES

Del Museo Real al Museo Nacional/UFRJ, Rio de Janeiro, Brasil: fragmentos del pasado y del presente

 

Claudia Rodrigues-Carvalho1, Marcelo Araújo de Carvalho2 & Wagner Martins3

1Programa de Pós Graduagáo em Arqueología, Departamento de Antropologia. Directora. Museu Nacional/ UFRJ. claudia@mn.ufrj.br,
2Departamento de Geologia e Paleontologia. Vice-director. Museu Nacional/UFRJ.
3Director Adjunto Administrativo. Museu Nacional/UFRJ.

 


Resumen: Creado el 6 de Junio de 1818 por D. Joáo VI, rey de Portugal, Brasil y Algarve, el entonces Museo Real (posteriormente denominado Museo Nacional) se ideó como el centro de los estudios e investigaciones relativas a las ciencias naturales en Brasil. En su decreto de fundación, la relevancia estratégica de la nueva institución se destacó por el entendimiento implícito de que los conocimientos a ser producidos y sus colecciones depositadas contribuirían al desarrollo económico y cultural del reino. A lo largo de su historia, la institución se expande, establece alianzas, cooperaciones internacionales y sufre diversas transformaciones: desde su nombre, su sede y su posición en la estructura gubernamental. Actualmente está vinculado a la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ) y tiene más de 300 profesionales en su equipo permanente (además de colaboradores y alumnos), el Museo Nacional, mantiene la tradición puntera en las investigaciones dedicadas a la Historia Natural y Antropología, además de haber constituido un inestimable fondo, siempre en expansión.

Palabras clave: Museos Nacionales; Museos Reales; Brasil; Historia de la Ciencia.

Abstract: From Museu Real to Museu Nacional/UFRJ, Rio de Janeiro, Brazil: past and present fragments. Created on June 6, 1818 by D. Joao VI, King of Portugal, Brazil and Algarves, the Museu Real/ Royal Museum (later renamed Museu Nacional/National Museum) designed as the centralizer of studies and research relating to natural sciences in Brazil. In this founding decree, the strategic relevance of the new institution was highlight. There was an underlying understanding that the produced knowledge and deposited collections will contribute to the economic and cultural development of the kingdom. Throughout its history, the institution expanded, established partnerships, international cooperation and undergone several transformations: from its name, its headquarters and its position in the government structure. Currently integrated to the Universidade Federal do Rio de Janeiro/Federal University of Rio de Janeiro (UFRJ) and with over 300 professionals in its permanent staff (plus contracted employees and students), the Museu Nacional, continues the tradition of cutting edge in research devoted to Natural History and Anthropology, and maintain an invaluable collection, ever expanding.

Key words: National Museums; Royal Museums; Brazil; History of Science.


 

INTRODUCCIÓN

El Museo Nacional, primera institución gubernamental dedicada a la investigación científica guardián de fondos en tierras brasileñas, forma parte de la UFRJ en calidad de "(...) instituiçâo nacional destinada á pesquisa, ao ensino, á extensâs e á preservaçâo de material de interesse das Ciências Naturais e Antropológicas (...)" (UFRJ, 2012).
Su misión institucional, su inserción universitaria y su trayectoria histórica se conjugan en el establecimiento de una estructuración académica en la cual la investigación y las colecciones científicas están distribuidas en seis departamentos:
Antropología, Botánica, Geología y Paleontología, Entomología, Invertebrados y Vertebrados. A estos departamentos se suman los servicios técnico-administrativos y los especializados como el Sector de Museología, el Sector de Asistencia a la Enseñanza, el Laboratorio de Conservación y Restauración, entre otros.
Desde el inicio del siglo XX el Museo Nacional ocupa el Palacio de Sao Cristóváo, construcción que sirvió de residencia oficial para la corona portuguesa tras su traslado a Brasil. Lo que comenzó como una casa relativamente modesta fue sucesivamente ampliada hasta convertirse en el palacio en el que vivían los emperadores D. Pedro I y D. Pedro II. Posteriormente fue adaptado para la instalación del Museo Nacional (Lacerda, 1905; Netto, 1870). Al sur del edificio había sido instalado el Huerto Botánico, antigua demanda de la institución que no podía disponer de tales instalaciones en su edificio original (Netto, 1870).
La expansión continua de las actividades y colecciones del museo llevó a la creación de un anexo contiguo al palacio y posteriormente al desarrollo de un plan de ocupación y transferencia de actividades para áreas adyacentes al huerto, donde actualmente están instaladas la Biblioteca, los Departamentos de Vertebrados y de Botánica, secciones del Departamento de Antropología y del Departamento de Invertebrados. A ésta estructura se espera agregar, en el futuro, edificios de todos los departamentos y los sectores administrativos de la institución, dejando finalmente el palacio histórico para actividades volcadas exclusivamente al gran público.
Parte del entorno del edificio histórico se ha preservado como parque de la Quinta da Boa Vista y hoy además del Museo, su huerto botánico y de la extensa área verde existente, el complejo también alberga el Jardín Zoológico Municipal (Figs. 1 y 2).


Fig. 1. Vista aérea del edificio principal del Museu Nacional y su jardín delantero. Siglo XXI. Colección del Museu Nacional.


Fig. 2. Fachada frontal del Museu Nacional en la actualidad. Foto: Antonio Carlos Sequeira Fernandes

Además de los espacios ocupados en la Quinta da Boa Vista el Museo Nacional es corresponsable por la Estación Biológica Santa Lucía en el municipio de Santa Tereza, estado de Espírito Santo. Tal estación, creada en la década de 1940 por Augusto Ruschie, conjuga preservación y educación ambiental con diferentes investigaciones científicas.
En lo que concierne a la educaci ón formal, cuatro programas de post-graduación son mantenidos por la institución: el Programa de PostGraduación en Antropología Social; el Programa de Post-Graduación en Zoología; el Programa de Post-Graduación en Ciencias Biológicas-Botánica y el Programa de Post-Graduación en Arqueología. Las tres post-graduaciones lato sensu son igualmente tradicionales: las especializaciones en Geología del cuaternario, en Lenguas Indígenas Brasileiras y en Gramática Generativa y Estudios de Cognición.
Aunque est á inserto en la universidad, el museo no posee cursos de graduación, pero actúa intensamente en la formación de graduados a través de la incorporación de becarios y de la participación de parte de sus docentes en disciplinas de graduación en otras unidades de la universidad. Un exitoso programa con el Colegio Pedro II hace más de una década permite las prácticas de alumnos de enseñanza media en diferentes áreas de investigación y atención al público, consolidando el Museo Nacional como una institución de formación científica de enseñanza media a las prácticas post-doctorales.
La instituci ón mantiene bajo su guardia un fondo de más de 15 millones de materiales en las áreas de las ciencias naturales y antropológicas, además de instrumentos científicos, algunos objetos de arte, decoración y mobiliario remanente del imperio. Se incluye en ese patrimonio la Biblioteca del museo con más de 300 mil volúmenes, una biblioteca especializada en Antropología con cerca de 30 mil obras, además de un archivo histórico, y otros núcleos de documentación y difusión como el Centro de Documentación de Lenguas Indígenas. Menos del 5% de todo el fondo se encuentra expuesto al público. El área destinada a las exposiciones comprende el hall de entrada y áreas adyacentes en la planta baja y todo el segundo piso del palacio.
La grandeza de este fondo y de la instituci ón es fruto del esfuerzo colectivo de investigadores técnicos y colaboradores que, a lo largo de casi doscientos años, no escatimaron esfuerzos para el engrandecimiento de las colecciones y el desarrollo de las acciones de investigación y difusión científica. En la actualidad el museo cuenta con cerca de 80 docentes y 21 técnicos en su plantilla permanente. A ese contingente se suman cerca de 20 profesores visitantes, post-doctores, becarios (desde la enseñanza media), cerca de 500 alumnos, además de prestadores de servicios (conserjes, vigilantes, encargados de limpieza) contratados. Tal plantilla se encuentra distribuida entre actividades administrativas, custodia, investigación, enseñanza, exposición y actividades dedicadas a la difusión científica e integración con los visitantes.

FRAGMENTOS DEL PASADO Y DEL PRESENTE

El crecimiento social económico y científico de Brasil durante el período colonial tiene un marco fundamental: la transferencia de la Corona portuguesa en 1808 a tierras brasileiras, como consecuencia del inminente conflicto con la Francia de Napoleón Bonaparte. Una vez instalado en Rio de Janeiro, el gobierno tuvo que garantizar los medios de su funcionamiento, transformando profundamente la capital de la colonia. Para eso se creó o se volvió a crear instituciones clave cono el Banco de Brasil, la Prensa Regia, la Real Biblioteca entre otras que habían ido surgiendo gradualmente, por iniciativa gubernamental o bajo sus auspicios (Lacerda, 1905; Sily, 2012). Se restructuraba, así, la trama socioeconómica de la ciudad de donde pasó a emanar el poder del Reino de Portugal y Algarves.
Entre las instituciones creadas en los primeros años de la llegada de la corte, la Academia Real Militar (1810), se hizo presente en la historia del Museo Real. Destinada a formar oficiales no solo de artillería, sino también de ingeniería con conocimientos geográficos, geológicos e topográficos, tenía en su currículum temas de historia natural con fondo propio, en parte oriundo de la extinta Casa de Historia Natural. Parte de ese fondo seria en el futuro transferido para el nuevo museo. De la plantilla de la academia, seria recomendado también el primer director del Museo Real, Frei José da Costa Azevedo, del gabinete mineralógico y físico de la Real Academia (Lacerda, 1905, Netto, 1870).
Una década posterior a la instalación de la Côrte en tierras brasileiras, se fundó el Museo Real a través del decreto con fecha de seis de junio de 1818. La preocupación con el desarrollo del país y el papel de la nueva institución en ese contexto es explicita en el documento firmado por D. Joao VI:

"(...) Querendo propagar os conhecimentos e estudos das Sciencias naturaes no Reino do Brazil, que encerra em si milhares de objectos dignos de observação e exame, e que pódem ser empregados em beneficio do Commercio, da Industria e das Artes que muito desejo favorecer (...) Hei por bem que nesta Côrte se estabelega um Mûseu Real, para onde passem, quanto antes, os instrumentos, maquinas e gabinetes que já existem dispersos por outros lugares; ficando ttudo á cargo das pessôas que Eu para o futuro nomear (...)" (Decreto, 1818)

A pesar de la grandeza de los objetivos definidos en el decreto de fundación y su posición administrativa, el museo comienza con inversiones financieras y de personal bastante modestas. Para el nuevo museo se enviaron equipamientos y fondos dispersos, como materiales etnográficos, objetos de arte e una importante colección mineralógica. El equipo encargado de la institución comprendía apenas cinco personas oficialmente nombradas. De hecho, su equipo es menor de aquel que trabajó en la antigua Casa de Historia Natural, más conocida cono "Casa de los Pájaros", mezcla entre una primera tentativa de construcción de un museo de historia natural en Brasil y almacén de piezas, responsable de las principales preparaciones de artículos biológicos que se enviaban para el Museo de Lisboa (Netto, 1870, Lacerdoa, 1905; Lopes1997). Por iniciativa del Virrey de Brasil, Luis de Vasconcellos, dicha casa fue fundada en 1784 con un director general, dos ayudantes, tres sirvientes y dos cazadores. De acuerdo con Ladislau Netto, los honorarios del director de la "Casa de los Pájaros", en comparación con el Museo Nacional, así denominado cuando fue su director "(...) erao proporeiónalmente superiores á somma dos veneimentos dos quatro aetuaes directores do Museu (...) tres quartos de séeulo depois (...)"(Netto, 1870, p. 13).
A despecho de los escasos recursos y las innumerables dificultades, la relevancia del Museo Real estaba clara para los dirigentes y para la población, aunque el gobierno no siempre había traducido esa importancia en beneficios concretos. Nascimento (2009, p. 24), resalta el hecho de que la institución no fuera "ereada para salvaguardar eoleeeiones antiguas", aunque esas existiesen y fuesen incorporadas a su fondo. En primer lugar la nueva institución es un museo a ser construido sirviendo de ímpetu al crecimiento de las ciencias especialmente aquellas asociadas a la industria y al comercio.
La casa adquirida para alojar el museo sufrió continuas modificaciones a lo largo del tiempo, para adaptarse mejor a la institución en expansión y los diferentes usos paralelos que le fueron impuestos, una vez que otras instituciones también usaran las dependencias del museo para fines diversos (Netto, 1870; Nascimento, 2009).
Con la proclamación de la república, en 1822, el museo pasa a integrar el ministerio del Imperio. Bajo los auspicios del Emperador D. Pedro I y especialmente de su primera mujer, Dona Leopoldina y de su Ministro José de Bonifácio Andrada y Silva el fondo del museo recibe una importante contribución, tanto por la donación de la corona, como por la captación de piezas brasileñas a través de solicitaciones oficiales y de la colaboración de investigadores externos.
A medida que la colección crecía, igualmente crecía el interés popular por el museo. En tiempos de su fundación, éste no era de libre acceso, pero más tarde fue establecido un día de visitas, período que fue siendo gradual y lentamente ampliado a lo largo del tiempo (Netto, 1870; Lacerda, 1905).
Se sumaban las funciones involucradas en la investigación, preparación y custodia de las colecciones, la actuación del museo cono un "gabinete consultivo" sobre productos minerales y cuestiones relacionadas al desarrollo de la industria en el imperio. No por casualidad en las dependencias del museo se fundó en 1825 y funcionó hasta 1840 la Sociedad Auxiliadora de la Industria Nacional (Lobo, 1919; Netto, 1870; Sily, 2012).
En el escenario internacional el museo buscaba establecer relaciones de cooperación y permuta de piezas con instituciones similares, práctica inaugurada en 1827 con el cambio de piezas con el Museo de Berlín. En América Latina, el museo estableció cambios con instituciones argentinas, peruanas y chilenas. Con el Museo de Buenos Aires, se registra una permuta de un perezoso gigante (Scelidotheriun) por materiales biológicos nacionales (Netto, 1870).
En 1842 se publicó la primera restructuración del museo, subdividiendo la institución en cuatro secciones y atribuyendo a cada una un director específico, subordinado a un director general. Igualmente era facultado a cada uno de los directores a tener "adjuntos", de acuerdo con las subdivisiones existentes en cada sección (Decreto, 1842). De la primera organización, de solamente cinco trabajadores, hasta la estructura actual, diferentes cambios fueron implementados en el organigrama del museo. En las cuatro secciones establecidas en 1842 - Anatomía Comparada y Zoología; Botánica, Agricultura y Artes Mecánicas; Mineralogía, Geología y Ciencias Físicas; Numismática y Artes liberales; Arqueología, usos y costumbres de las naciones modernas - se pueden percibir los embriones de los seis departamentos actuales, pero también áreas que fueron interrumpidas, especialmente con la transferencia de fondos en momentos posteriores (Netto,1870; Sily, 2012).
En 1863 una antigua demanda del museo es atendida: la creación de la biblioteca que comenzó ya con tres mil volúmenes por cuenta del reubicación del fondo ya existente. En 1868 el museo pasa del Ministerio do Imperio al Ministerio de Agricultura, consolidando su posición de relevancia en las discusiones sobre el desarrollo económico de la nación.
Bajo el periodo de reinado de D. Pedro II, un reconocido amante de las ciencias, el museo consolida su posición en el escenario nacional. Además de las exposiciones, promueve cursos para la población, contribuyendo substancialmente a la divulgación científica en la capital del Imperio (Sá & Domingues, 1996). Profesionales del museo son seleccionados para colaborar y organizar la representación brasileña en importantes exposiciones y eventos internaciones. Se destaca en ese período la creación del periódico Archivos do Museo Nacional, en 1876, la Exposición Antropológica Brasileña de 1882, realizada en el propio museo, con gran repercusión y participación de la institución en la Exposición Universal de Paris, en 1889, meses antes de la caída del Imperio y la proclamación de la República (Duarte, 2001; Lopes, 1997).
Con la República, la residencia oficial del Emperador se torna sede de la Asamblea Constituyente, en 1890. Tras la finalización de los trabajos, un decreto de enero de 1892, destina el Palacio de Sao Cristóvao al Instituto de Educação Profissional (Decreto, 1892a). En marzo del mismo año, un nuevo decreto revoca el destino del instituto y se transfiere definitivamente el Museo Nacional para el palacio (Decreto, 1892b; Lobo, 1919). Parte del fondo personal del Emperador es incorporado al Museo Nacional, como el conjunto de momias brasileñas de Minas Gerais, la momia egipcia de una cantante del Dios Amon, un ejemplar de Torah, confeccionado en rollo de cuero y varios objetos relacionados a la Historia Natural y la Antropología (Schwarcz & Dantas, 2008).
En 1922 parte del fondo histórico del Museo Nacional es transferido para el Museo Histórico Nacional. Décadas después, en 1940 buena parte del fondo relativo al período monárquico se donó al entonces recién creado Museo Imperial. El propio proyecto de creación de un museo de arqueología y etnología con el desmembramiento del fondo del Museo nacional, existente desde el siglo XIX nunca se llevó a cabo, manteniendo la institución su dedicación a las ciencias naturales y antropológicas (Sily, 2012).
En medio de las transformaciones políticas de la década de 1930, el Museo Nacional pasa a integrar el entonces Ministerio da Educação e Saúde Pública, conforme el decreto del gobierno provisional (Decreto, 1930). Un nuevo decreto reorganiza el Museo Nacional, en 1941, todavía bajo la forma de "divisiones" y "secciones", a saber: División de Geología y Mineralogía; División de Botánica; División de Zoología; División de Antropología e Etnografía; Sección de Extensión Cultural; Sección de Administración; Biblioteca; Laboratorio de Fotografía, de Dibujo, Pintura y Simulación (Decreto, 1941).
Cinco anos después, en 1946 el museo se incorporó oficialmente a la Universidad de Brasil, posteriormente UFRJ (Decreto, 1946). En 1970 la institución pasa a integrar el Foro de Ciencia y Cultura de la misma universidad, entidad con status de centro académico y presidencia del propio Rector. En 1971, con la finalización de la reforma universitaria, las "Divisiones" de la estructura organizacional del muse son finalmente transformadas en departamentos (Escritório Técnico Científico do Museu Nacional, 2003).

DESAFIOS INSTITUCIONALES

El crecimiento continuo de los fondos, el desarrollo de variadas líneas de investigación y el consiguiente aumento de personal, mientras se asegura la excelencia de la institución, conlleva el desafío permanente por la implantación de nuevas instalaciones, actualizaciones constantes en los procedimientos y equipamientos de seguridad y manutención de las colecciones. A mediados del siglo XX el palacio ya no soportaba el tamaño del museo, por lo que fue inaugurado el Anexo Alípio Miranda, contiguo al palacio, en 1957. A partir de la década de 1980 se inicia el proceso de ocupación de las áreas adyacentes al Huerto Botánico (Fig. 2), con la construcción del edificio de la Biblioteca en 1989 (Escritório Técnico Científico do Museu Nacional, 2003).
A partir de 1990 se intensifican en el museo iniciativas de restructuración, recuperación histórica, preparando la institución para el reto constante de la manutención y expansión de su fondo, actualización de las exposiciones, ampliación de la participación popular, en un continuo esfuerzo de mantener su vitalidad delante de los rápidos cambios sociales impuestos por el intenso avance tecnológico en el mundo contemporáneo.
La expansión de las áreas de investigación, enseñanza y guardia de colecciones, aún incompleta constituye, hoy el principal reto de la institución, en vista de los altos costes de la construcción de los edificios, restauración del Palacio, el rediseño de éste para albergar, en sus tres plantas y áreas adyacentes, una nueva exposición de larga duración y áreas de convivencia y servicios generales de atención al público. Un gran camino ya se recorrió en la consolidación de ese plan, que culminó con la creación de la Oficina Técnico-Científica del Museo Nacional, operativa entre nosotros de 2000 y 2003. Su producción y cúmulos anteriores y posteriores sirven hoy de base para el desarrollo de nuevas acciones en pro de la restructuración completa del Museo Nacional.

CONCLUSIONES

A lo largo de casi dos siglos de existencia el Museo Nacional conserva su misión y compromiso con la investigación, la enseñanza, la divulgación científica de sus fondos y la protección de su patrimonio. De la monarquía a la república, del siglo XIX al amanecer del tercer milenio, La institución mantiene y prosigue su trayectoria bajo los auspicios de su mayor patrimonio: su dedicado equipo de investigadores, técnicos, alumnos y colaboradores. Y su público, que honra cotidianamente a la institución con su presencia.

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Recibido: 9-X-2012
Aceptado: 01-XI-2012

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