OBITUARIO

Dr. Axel O. Bachmann
(1927 – 2017)

En casi todas las instituciones prestigiosas hay, a lo largo del tiempo y de su historia, personajes poco comunes que se destacan no solo por sus dotes profesionales sino también por sus cualidades personales. Personajes que dejan su marca inextinguible en los ámbitos donde han desarrollado su quehacer y donde han entregado gran parte de sus vidas. Este el es el caso del Dr. Axel O. Bachmann.
El Dr. Bachmann egresó del Colegio Nacional Buenos Aires y recibió su título de Licenciado en Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, pero su afición por la entomología lo llevó a recibir su segundo título en la misma casa de altos estudios: Licenciado en Ciencias Biológicas. Posteriormente, se doctoró en Ciencias Biológicas también en la Universidad de Buenos Aires. Realizó tu tesis en uno de los temas que lo apasionaba y que lo acompañó casi hasta el fin: Monografía de las Corixidae de la República Argentina (Insecta, Heteroptera).
Se desempeñó como investigador del Instituto Malbrán (1959 – 1969). Fue investigador del CONICET (1963 – 2003), alcanzando la categoría de Investigador Principal. En 1965 ingresó por concurso a la Universidad de Buenos Aires como profesor de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, donde se desempeñó como profesor de Introducción a la Zoología y de Entomología, durante casi cuarenta años. Colaboró con otras asignaturas y dictó cursos de postgrado como los de Nomenclatura Zoológica (desde 1978 hasta su retiro) y Bionomía de insectos acuáticos (desde 1994 hasta su retiro). Dictó también conferencias y cursos fuera de la Universidad. Tan solo por citar algunos: en el Instituto Nacional de Microbiología, Cursos Latinoamericanos de Biología, Cursos Regionales de Biología, Curso Nacional de Biología, Programa de Desarrollo Educativo, en el Instituto Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza de las Ciencias, en el Centro de Biología Marina (auspiciados por la UNESCO), cursos de postgrado en la Universidad del Comahue y en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata, en el Instituto Nacional del Profesorado Secundario, en el Museo Argentino de Ciencias Naturales, en la Sociedad Entomológica Argentina, en la Asociación Argentina de Ciencias Naturales, en la Asociación Ornitológica del Plata, y seguiría una lista casi interminable.
Fue director de la Revista Physis, Presidente de la Sociedad Entomológica Argentina, de la Asociación Argentina de Ciencias Naturales y Presidente Honorario del V Congreso Argentino de Entomología.
Se desempeñó como Jefe de la División Entomología del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (1983 – 2004). Posteriormente siguió colaborando como Investigador Honorario.
Sin abandonar la senda de la entomología, adquirió conocimientos sólidos de botánica, de variadísimos temas de zoología en general, biología marina, nomenclatura, microbiología, comportamiento animal, biogeografía, conservación y protección animal, ornitología y un sinnúmero de asuntos que nunca se agotaron.
En su fecunda vida profesional recibió premios y distinciones de nota, entre otros: el Diploma de Honor por su Trayectoria Científica otorgado por la Asociación de Ciencias Naturales del Litoral (2000), y tres distinciones otorgadas por el DBBE (2007), por el III Congreso Nacional de Conservación de la Biodiversidad (2008) y por el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia” (2013). Recibió el premio Konex de Ciencia y Tecnología y el premio Konex de Platino en la especialidad Zoología (decenio 1983-1993). De este último, se debe resaltar que no concurrió a recibirlo alegando, fiel a su estilo modesto y casi tímido, que no se consideraba merecedor de esa distinción.
Fue un indiscutido investigador, curioso y estudioso sin descanso. Su producción es casi incontable: ciento cuarenta y tres trabajos científicos y veinticuatro capítulos de libro, veintidós tesis doctorales en la Universidad de Buenos Aires y en la de La Plata. Dirigió cuarenta y tres tesis de licenciatura, formó diecinueve becarios del CONICET, la UBA y la CIC, fue jurado de cuarenta tesis en distintas universidades argentinas y dirigió proyectos de investigación de la UBA y el CONICET. Tuvo a su cargo cuatro investigadores y dos becarios, casi hasta el fin de sus días. Jamás admitió participar como autor en los trabajos de sus discípulos, muchas veces habiendo trabajado tan duro como ellos y a la par.
Fue, además, un docente excepcional dotado de una enorme capacidad en enseñanza en todos los niveles. Paciente y solícito, estaba rodeado continuamente de interesados en sus opiniones y saberes. Culto en el más amplio de los sentidos, su conversación era interesante y amena; se podían escuchar de él comentarios sobre arte, literatura, gramática y ortografía, como así también de las novedades más insólitas en cualquier tema. Se podría decir que era un hombre enciclopédico en pleno Siglo XXI.
Pero un día nos dejó. Se fue tan sencillamente como había vivido. Lo que no pudo, ni podrá evitar, es la herencia que dejó no solo científica, sino de hombría de bien, de generosidad y de culto a la modestia. Los demás, deberemos conformarnos con saber que, de aquí a la eternidad, se encuentra entre los grandes de las Ciencias Naturales argentinas.

Dra. Mónica López Ruf