INTRODUCCIÓN
El Bosque Atlántico de Sudamérica es uno de los bosques tropicales lluviosos más amena zados de la Tierra, del cual subsiste solamente el 16,8% de su cobertura original (Fundación Vida Silvestre Argentina & WWF, 2017). Es una de las ecorregiones incluidas en las Global 200, un complejo de quince ecorregiones terrestres que recorre la costa atlántica de Brasil y se extiende hacia el oeste por Paraguay oriental y el noreste de la Argentina. Este complejo también ha sido identificado como una de las 25 “zonas calientes de biodiversidad” o “biodiversity hotspots” del mundo por Conservation International (Placi & Di Bitetti, 2005). A pesar de su estado alta mente fragmentado, el Bosque Atlántico es aún uno de los ecosistemas biológicos más diversos de la tierra, pues contiene el 7% de las especies del mundo (Placi & Di Bitetti, 2005). Un 8,2% de su superficie se encuentra bajo algún tipo de protección (Fundación Vida Silvestre Argentina & WWF, 2017). Las características naturales de la selva misionera forman un hábitat extrema damente rico que alberga a un sinnúmero de es pecies de plantas y animales. Al igual que con la flora, la ecorregión sostiene la mayor diversidad del país en cuanto a la fauna (Rodríguez & Silva, 2018).
La Isla Palacio aflora en el embalse forma do por la represa Urugua-í en el departamento de Iguazú, municipio de Puerto Libertad, en el norte de la provincia de Misiones (Fig. 1). La misma pertenece a la empresa Alto Paraná S.A. y en el año 1996 fue declarada Monumento Natural Provincial mediante la Ley Nº 3.302. Se encuentra dentro del “Paisaje Protegido Lago Urugua-í”; es decir, del embalse formado tras la construcción de la presa en la década de 1980 (Bauni et al., 2014).
El Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia (MACN) a fines de la dé cada del ´40 y mayormente durante los ´50, re levó distintos puntos sobre el arroyo Urugua-í, destacándose entre ellos el “Barrero Palacio” en dicha isla, y otras localidades hoy anegadas. Allí trabajaron naturalistas y científicos como Andrés Giai, William Partridge, Jorge Cranwell, Jorge Crespo, entre otros (Giai, 1950; Crespo, 1950; Giai, 1951; Partridge, 1954; Partridge, 1956; Gallardo, 1961; Giai, 1976; Chebez, 1990; Gómez, 2015). De los años ´60, data el primer an tecedente para conservar el área mediante ges tión de los doctores José María Gallardo y Jorge Crespo por el MACN y el Ing. Milan Dimitri por la Administración de Parques Nacionales (APN) ante la firma Pérez Companc S.A. para la pro tección del Barrero Palacio (Chebez & Rolón, 1989). En febrero de 1980, una expedición de la Asociación Pro-Conservación de la Naturaleza Argentina con el apoyo de la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) relevó el área. Posteriormente se sumaron más relevamientos en la década del ´80, como los realizados por FVSA, APN, Andrés Johnson quién redescubrió el pato serrucho, especie de la que no se conta ba con registros desde la década del ´50, entre otros (Chebez & Rolón, 1989). En septiembre de 1985, el MACN firmó un convenio con la provin cia de Misiones para intensificar los estudios en la zona con el fin de crear un Parque Provincial como compensación por la represa (Chebez & Rolón, 1989). Así también la FVSA realizó al gunos viajes de estudio. Entre los relevamientos realizados en esa época se destacan los realiza dos por Gallardo (1986), Forcelli et al. (1985) y Massoia et al. (1987), entre otros. Del arroyo Urugua-í, por ejemplo, provienen los últimos re gistros de pato serrucho (Mergus octosetaceus) para la Argentina, especie considerada “en pe ligro crítico” según MAyDS y AA (2017) y sin registros hace décadas por lo cual se presupone extinta para el país (Johnson & Chebez, 1985). Además, esta zona resultó ser localidad tipo para especies, como la viborita de cristal olivá cea (Ophiodes yacupoi Gallardo, 1966) y la rana Crossodactylus schmidti Gallardo, 1961, entre otras.
En el año 1997, se creó el Centro de Rescate, Rehabilitación y Recría de Fauna Silvestre Güirá Oga a través de un convenio con el Ministerio de Ecología de la provincia de Misiones. Desde el 2005 y hasta el presente la Fundación Azara mantiene dicho convenio con el Ministerio, el cual además cedió el Monumento Natural Provincial Isla Palacio en donde se creó la Estación Biológica Juan Carlos Chebez y la cual se utiliza como un campo de entrenamiento para la rehabilitación y reintroducción de fauna silvestre misionera (Anfuso & Elsegood, 2017).
Considerando la falta de relevamientos en el área tras su modificación, el objetivo del presente trabajo es realizar un inventario de la riqueza de fauna y flora de este relicto de Selva Misionera: Monumento Natural Isla Palacio
MATERIALES Y MÉTODOS
Área de estudio. El Monumento Natural Isla Palacio (MNIP) está situado dentro del lago for mado por la represa Urugua-í, sobre el arroyo homónimo, el cual drena sus aguas al cercano río Paraná, perteneciente a la cuenca del Plata (Fig. 1). El Parque Provincial Urugua-í, con una su perficie total de 84.000 ha se convirtió en la pri mera reserva compensatoria del país, a raíz de la construcción de la represa Urugua-í que ane gó 8.800 ha de selva (Chebez & Canevari, 1984; Bertolini & Gil, 1999). Es el área protegida de mayor superficie de la provincia y conserva un sector de selva y el arroyo Urugua-í, en su cuenca superior.
El MNIP posee una superficie de 160 ha, aun que la misma varía según los regímenes de lluvia desde 90 hasta 250 ha. Se halla cubierta con sel va secundaria en su totalidad y se accede exclusi vamente con embarcaciones. Su carácter insular, previa a la creación del lago artificial, presentaba allí dos brazos: el más corto -el Urugua-í prin cipal- era el izquierdo, mientras que el derecho (norte) daba una larga vuelta contorneando a la isla durante 12 km hasta volver a unirse con las aguas del otro brazo a 100 metros aguas abajo de una cascada; este brazo era denominado arro yo Palacio. Originalmente la superficie insular total aproximada era de alrededor de 1.600 ha (Chebez, 2005). A su vez, la isla contaba con dos barreros, elementos muy raros en la región, don de los animales se acercan a lamerlo dado su alto contenido de minerales. Giai (1976) explica deta lladamente la caza a la espera en los barreros de Misiones y menciona que sobre el Río Urugua-í localizaron seis de estos terrenos salitrosos, de los cuales el más importante es el conocido con el nombre de “barrero” Palacio. Otro está locali zado en el sector norte de la Isla Palacio, lleva el nombre “Dos Leones”, debido a que en aquella oportunidad encontraron en él dos pumas.
Fitogeográficamente el área se ubica dentro de la Ecorregión Selva Paranaense, Subregión Pediplano del Paraná, Complejo Pediplanicie con Paleocauces. El ambiente es de selva húmeda tro pical perennifolia con 4 a 5 estratos verticales, con emergentes perennifolios y semicaducifolios de hasta 24-30 m; subclase o tipo de vegetación acompañante; bosque mixto de latifoliadas y confieras (Rodríguez & Silva, 2018). El tipo de vegetación predominante corresponde al patrón del bosque húmedo subtropical semideciduo. Es, probablemente, la formación de mayor rique za específica vegetal y animal de la Argentina (Cabrera, 1971; Rodríguez & Silva, 2018).
Según Martínez Crovetto (1963) la Isla Palacio pertenece al Distrito de los Laureles den tro del Sector Misionero. Las selvas subtropica les, que ocupan casi la totalidad de la superficie del distrito, se caracterizan por la dominancia del laurel negro (Nectandra angustifolia), asociado al laurel amarillo (Nectandra lanceolata). Para la cuenca del Arroyo Urugua-í fueron citadas 87 especies de árboles y arbustos, de las cuales 17 poseen algún grado de amenaza a nivel nacional o mundial (Bertolini & Gil, 1999).
Desde el punto de vista zoogeográfico la Provincia de Misiones pertenece a la Subregión Guayano-brasileña, Dominio subtropical, Distrito Misionero (Ringuelet, 1961).
Relevamientos. Entre 1998 y 2019 se llevaron adelante relevamientos de flora y fauna dentro del MNIP en los que participaron 13 observado res. Estos últimos se realizaron especialmente días después de intensas lluvias con una perio dicidad trimestral. Para ello se siguieron siete transectas que recorren la isla: dos la atraviesan de norte a sur y cinco de oeste a este (Fig. 2). A lo largo de las mismas se relevó la presencia de signos y rastros de mamíferos (Chebez, 1996; De Angelo et al., 2008). Cuando se detectaban hue llas de especies no citadas previamente en el área se efectuaba la impresión de la misma en yeso para su identificación posterior (Fig. 3A). A lo largo de los años de monitoreo se colocaron seis trampas cámara en lugares rotativos y estratégi cos para registrar las especies presentes (Fig. 3B). Los murciélagos fueron capturados mediante red neblina (Kunz et al., 2009). Los relevamientos in cluyeron los registros de anfibios y reptiles rea lizando búsquedas durante los recorridos (Fig. 3C). Para las aves se realizaron observaciones a lo largo de las transectas complementando las mismas con grabaciones y utilización de la me todología de play-back (Boscolo, 2002; Straneck & Carrizo, 1990). Se trabajó con binoculares Bushnell de aumento 8x40 y 7x50. Se verificó la correcta identificación de las especies con la guía de identificación de aves de Narosky & Yzurieta (1987; 2010) (Fig. 3C). En los relevamientos de flora fueron identificados y listados ejemplares de árboles, arbustos, enredaderas, epífitas, hele chos y orquídeas observadas sobre las transectas. Las mismas fueron verificadas con bibliografía de referencia (Erize, 1997a; 1997b; Gartdland & Bohren, 1996; Johnson, 2001; Santos Biloni, 1990). Toda la información recolectada fue siste matizada en una base de datos.
RESULTADOS
Anfibios. Fueron registradas un total de nue ve especies pertenecientes al órden de los anu ros (Tabla 1). Dentro de las cinco familias registradas, Hylidae es la que mayor núme ro de especies tiene representadas (cuatro). Ninguna especie se encuentra amenazada a nivel nacional (Vaira et al., 2012), sin embar go el escuercito misionero (Proceratophrys bigibbosa) se encuentra cercano a la amena za a nivel internacional (Silvano et al., 2004).
Reptiles. Fueron registradas un total de 16 especies pertenecientes a ocho familias: Trece representantes del órden Squamata, dos Testudines y uno Crocodylia (Tabla 2). Siete es pecies presentan algún grado de amenaza, estan do tres bajo la categoría de conservación “ame nazada”: la yararacusú (Bothrops jararacussu), la coral (Micrurus frontalis) y la falsa coral (Erythrolamprus aesculapii), y cuatro en la cate goría “vulnerable”: coral roja y negra (Micrurus corallinus), ñacaniná-hu (Spilotes pullatus ano malepis), musaraña (Clelia clelia) y tortuga de arroyo o karumbé (Phrynops williamsi) (Abdala et al., 2012; Giraudo et al., 2012; Prado et al., 2012a).
Aves. Las aves registradas en Isla Palacio están representadas por 22 órdenes, totalizando 141 especies (Tabla 3). Las familias con mayor núme ro de representación corresponden a Thraupidae con 12, Accipitridae con 10, y Tyrannidae y Ardeidae con nueve especies. Doce de las espe cies registradas se encuentran bajo algún grado de amenaza: la yacutinga (Pipile jacutinga) y el añapero chico (Chordeiles pusillus) se categori zaron “en peligro”, el yacupoí (Penelope superci liaris), el urú (Odontophorus capueira), el águila viuda (Spizaetus melanoleucus), la lechuza lista da (Strix hylophila), la lechuza estriada (Ciccaba virgata), el chacurú grande (Notharchus swain soni), el arasarí chico (Selenidera maculirostris) se encuentran categorizadas como “vulnerables” mientras que el pato real (Cairina moschata) y la lechuza negra (Ciccaba huhula) se determinaron como “amenazadas” (MAyDS & AA, 2017). En la Fig. 4 se muestran fotografías de algunas espe cies relevadas en la isla. Además se registró la nidificación de Florisuga fuscus y Trogon rufus.
Mamíferos. Se registraron un total de 37 espe cies de mamíferos pertenecientes a nueve órde nes (Tabla 4). Los carnívoros y los roedores re sultaron los mejor representados con once y diez especies respectivamente. Dieciocho especies se encuentran bajo algún grado de amenaza: el ya guareté (Panthera onca) fue categorizado en “pe ligro crítico” (Paviolo et al., 2019), el pecarí labia do (Tayassu pecari) “en peligro”, nueve en estado “vulnerable”: comadreja lanuda (Caluromys la natus), guaiquica (Philander quica), mono aulla dor negro (Alouatta caraya), mono caí (Sapajus cay), ocelote (Leopardus pardalis), tirica (Leopardus guttulus), margay (Leopardus wie dii), tapir (Tapirus terrestris) y corzuela colorada (Mazama americana), y otras siete especies se encuentran “cercanas a la amenaza”: oso melero (Tamandua tetradactyla), tatú grande (Cabassous tatouay), lobito de río (Lontra longicaudis), hurón mayor (Eira barbara), corzuela enana (Mazama nana), paca (Cuniculus paca) y agutí (Dasyprocta azarae) (SAyDS & SAREM, 2019).
Dentro de los proyectos de reintroducción de especies desarrollados por el Centro de rescate Güirá Oga junto al Ministerio de Ecología de Misiones, se realizaron introducciones en la isla, entre ellas de monos aulladores negros a partir del año 2014, yaguarundí (Herpailurus yagoua roundi) desde el año 2004 (existe evidencia de al menos una pareja con registros actuales en cáma ra trampa), tirica desde el año 2010 (existe evi dencia mediante cámara trampa de un ejemplar macho registrado en 2008 y actualmente son nu merosos los registros) y margay desde el año 2003 (se observan numerosos registros de al menos dos parejas mediante cámaras trampas). Algunas especies registradas se muestran en la Fig. 5.
Flora. Durante los relevamientos realizados en la Isla Palacio se registraron un total de 104 especies de 38 familias, incluyendo árboles, ar bustos, orquídeas y otras plantas (Tabla 5). Los árboles se encuentran dominados por el orden Fabales, familia Fabaceae con 13 especies como el incienso (Myrocarpus frondosus), el anchico colorado (Parapiptadenia rigida) y el curupay (Anadenanthera colubrina). La isla cuenta con especies de árboles amenazados a nivel inter nacional como el cedro misionero (Cedrela fissi lis), categorizada como “vulnerable” (Barstow, 2018) y el guatambú blanco (Balfourodendron riedelianum), categorizada como “en peligro” (Americas Regional Workshop, 1998). Dentro de la familia Orchidaceae se mencionan 16 es pecies al igual que en la familia Bignoniaceae.
DISCUSIÓN
Toda la zona de la cuenca baja del arro yo Urugua-í constituyó para los naturalistas y científicos de la mitad del siglo XX, un área de gran valor científico. William Partridge, Andrés Giai, Jorge Cranwell, Jorge Crespo, José María Gallardo, Jorge Navas, entre otros, reunieron allí gran cantidad de materiales que engrosaron significativamente las colecciones del MACN, ampliando notoriamente el conocimiento de la biodiversidad misionera, territorio en esa época muy inexplorado.
En la década del 60 se intentó conservar el área por gestión de los Doctores José María Gallardo y Jorge A. Crespo del MACN y el Ing. Jorge Dimitri por parte de la APN mediante un convenio con Pérez Companc S.A. para la pro tección del Barrero Palacio (Chebez & Rolón, 1989). Dos décadas más tarde siguieron otros in tentos por preservar ese ambiente, destacándose el rol de Juan Carlos Chebez en el marco de la FVSA, con el fin de conservar el último escena rio del pato serrucho (Mergus octosetaseus) y el lobo gargantilla (Pteronura brasiliensis) en la Argentina. Si bien este último también fracasó en su objetivo de impedir la inundación de toda el área, se logró crear la primera reserva com pensatoria de la Argentina, siendo un gran hito en la conservación de los ecosistemas del país, el Parque Provincial Urugua-í (Chebez & Canevari, 1984). Sin embargo y a pesar de todo, fue me recidamente declarada Monumento Natural Provincial, para preservar más que un ecosiste ma, una referencia histórica, folclórica y cultural (Anfuso & Elsegood, 2012).
En la cuenca del arroyo Urugua-í se encuen tran citadas 32 especies de anfibios (Chebez & Rolón, 1989; Bertolini & Gil, 1999; Vaira et al., 2012) y 29 especies de reptiles (Chebez & Rolón, 1989; Bertolini & Gil, 1999).
La provincia de Misiones cuenta con un total de 550 especies de aves (Bosso, 2007), es decir el 53,2% de las aves presentes en la Argentina (MAyDS & AA, 2017). En el cercano Parque Provincial Urugua-í se registraron 346 especies (Rey, 2007), de las cuales 16 se encuentran ame nazadas o cercanas a la amenaza. Además, es im portante señalar que el MNIP se encuentra muy cercano a grandes AICAS (Áreas Importantes para la Conservación de las Aves) como Iguazú y alrededores (MI01), Urugua-í (MI02) y Uruzú y Reserva Forestal San Jorge (MI03) (Bosso, 2007).
Con respecto a los mamíferos, en la Argentina se encuentran registradas 395 especies (SAyDS & SAREM, 2019) de las cuales 120 se encuentran presentes en la provincia de Misiones (Chebez, 1996; Massoia et al., 2012). En particular, en la cuenca del arroyo Urugua-í, se han registrado 77 especies de mamíferos, de las cuales 35 se encuen tran amenazadas o cercanas a estarlo (Massoia et al., 1987, Chebez & Rolón, 1989; Bertolini & Gil, 1999).
En la provincia de Misiones hay registrados un total de 3.418 taxones de flora, lo que corres ponde un 30,92% de toda la flora argentina. El departamento de Iguazú cuenta con 1.248 espe cies identificadas (Zanotti et al., 2020).
Finalmente en la Isla Palacio fueron registra das 104 especies de flora y 203 especies de fauna de vertebrados (sin considerar peces) a lo largo de 21 años de relevamientos. Fueron identificadas 28.1% de los anfibios, 55.2% de los reptiles, 40.8% de las aves y 48,1% de las aves esperadas en el área. Se han registrado especies de importancia para la conservación en la mayoría de los grupos relevados, destacándose la presencia del yagua reté, dado su grado de amenaza y por su carácter de Monumento Natural Nacional (Ley Nacional Nº 25.463) y Monumento Natural de la provincia de Misiones (Ley Provincial XVI - 22, antes Ley Nº 2.589).
Dada la escasa superficie de la isla el número de especies registrado es satisfactorio. Su carác ter insular la convierte en un sitio de difícil ac ceso por lo que permite conservar la fauna local. Sin embargo se han detectado evidencias de caza y pesca furtiva en la isla. La afición por la caza es innata en muchos pobladores locales que la han practicado durante años ya sea para subsistencia o por deporte. Durante los años de estudios rea lizados, y los recorridos, fueron detectados restos de fogones, basura, cartuchos de escopeta y res tos de animales.
El presente inventario complementa y actua liza el plan de manejo del Monumento Natural Isla Palacio (Bauni et al., 2014) revalorizando la importancia de conservar este sitio que ha sido destacado desde hace décadas.