SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 número1El aprovechamiento de la fauna en el interior del bosque durante el holoceno temprano y medio. El caso del sitio población Anticura, Provincia de Río Negro, ArgentinaFotogrametría:: Un aporte sustancial a la lectura de paramentos del sitio Ingenio Lastenia(Dpto. Cruz Alta, Tucumán) índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


La zaranda de ideas

versão On-line ISSN 1853-1296

Zaranda ideas vol.16 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jan. 2018

 

Artículo

El espacio, el dispositivo y la agricultura: una mirada foulcolteana sobre la configuración del espacio productivo agrícola en el sitio LRA, Valle de ambato, Catamarca, Argentina

The space, the device and agriculture: a foucoltean view on the configuration of the agricultural production space in the LRA site, Valle de ambato, Catamarca, Argentina

Melisa Rodríguez Oviedo1

1IDACOR, Museo de Antropología, Universidad Nacional de Córdoba. Hipólito Yrigoyen 174 (CP 5000), Córdoba, Argentina. Correo: melisa.roviedo@gmail.com

Recibido: Mayo de 2018.
Aceptado: Julio de 2018.


RESUMEN

El Valle de Ambato se sitúa en el centro-este de la provincia de Catamarca, dentro del Departamento que lleva el mismo nombre. Este valle se encuentra delimitado hacia el oeste por el cordón montañoso denominado Ambato-Manchao (4050 msnm), mientras que hacia el este el límite territorial está dado por la sierra Graciana-Balcozna (1850 msnm). A partir de los trabajos de campo realizados durante el 2013-2014, se observaron un conjunto de estructuras y materiales en superficie(i.e. cerámico y lítico). Este nuevo sitio identificado como La Rinconada Arriba (LRA de ahora en adelante), nos invita a plantear que no es posible pensar a este sistema agro-pastoril (que se viene planteando desde el 2010) como un todo homogéneo, sino que es necesario entenderlo con variantes que puedan responder a diversas transformaciones producto de variadas relaciones sociales, políticas, ambientales y/o cronológicas.

Palabras claves: Agricultura; Valle de Ambato; Dispositivo; Espacio; Sistema productivo.

ABSTRACT

The Ambato Valley is located in the center-east of the province of Catamarca, within the Department that bears the same name. This valley is bounded to the west by the mountain range called Ambato-Manchao (4050 masl), while to the east the territorial limit is given by the Serra Graciana-Balcozna (1850 masl). Based on the field work carried out during 2013-2014, a set of structures and materials on th surface (i.e. ceramic and lithic) were observed. This new site identified as La Rinconada Arriba (LRA from now on), invites us to suggest that it is not possible to think of this agro-pastoral system as a homogenous whole, but that it is necessary to understand it with variants that can respond to various product transformations of varied social, political, environmental and/or chronological relationships.

Keywords: agriculture; Ambato Valley; device; space; productive system.


LA AGRICULTURA Y AMBATO, UN RECORRIDO RÁPIDO

Hacia fines de los años '80 y principios de los '90 se sistematizaron los estudios sobre agricultura prehispánica en el NOA. Entre ellos se encuentran los trabajos de Raffino (1973, 1975), Krapovickas et al. (1979), Berberian y Nielsen (1988), Scattolín (1990), Albeck (1992, 1993, 1994). En el Valle de Ambato los primeros trabajos (aunque no sistemáticos) fueron realizados por Migeon (1990) durante la década de 1990 en la zona de Potrero de Tres Quebradas, situada al sur de la localidad de Los Talas. Estos posibilitaron reconocer la presencia de siete sitios (TQ1, TQ2, TQ3, TQ4, TQ5, TQ6 y TQ7), los cuales se emplazan a 1200 msnm y comparten la característica de que sus edificaciones (terrazas de cultivo, represas, etc.) poseen el mismo estilo de construcción, consistente en el agrupamiento de rocas sin la utilización de ligante alguno. En abril de ese mismo año, en una segunda etapa de estas prospecciones, Migeon (1990) amplía el área trabajada hacia el norte de Los Talas, logrando identificar dos sitios: Lomas de Potrerillos Cárdenez y Camino a Humaya. En ambos, se registraron numerosas terrazas de cultivo, canteras de cuarzo, muros de piedra (posiblemente vinculados a viviendas), morteros fijos, manos de moler y tiestos cerámicos. Durante el 2000 y el 2003 se realizaron diversos trabajos por parte de Hierling y Pazzarelli en el sur del valle, específicamente en el sector conocido como Arroyo Gaspar (en Figueroa 2010). En estas ocasiones se recorrieron 418 ha y se lograron identificar 38 concentraciones de estructuras agrícolas en la vertiente occidental del valle. Se indagó sobre el sistema constructivo de los muros de las estructuras agrícolas. Sin embargo, durante ambas campañas realizadas no fue posible registrar artefactos cerámicos, canales, corrales o viviendas, imposibilitando establecer así una vinculación directa entre estas estructuras agrícolas y una ocupación humana en el área. Por su parte los trabajos de Cruz (2004, 2006), si bien no se centraron exclusivamente en la producción agrícola, lograron aportar un importante caudal de información sobre este tema. En este sentido, las labores de campo realizadas durante los años 1999 y 2003 permitieron registrar más de 200 nuevos sitios arqueológicos en todo el valle. Estos fueron clasificados en: sitios de hábitat (unidades de hábitat simples y unidades de hábitat complejas) y sitios asociados con la producción (terrazas de cultivo, canales, recintos, estructuras de almacenamiento y morteros colectivos).

Como podemos observar, se habían registrado estructuras agrícolas en diferentes lugares del valle. Sin embargo, es a partir del 2006 que se comienza a trabajar de manera sistemática sobre este tópico en la región. Estas labores, realizadas sobre ambas vertientes del valle, consistieron tanto en actividades de campo como de laboratorio (prospecciones, excavaciones, análisis de materiales, etcétera) (Figueroa 2008, 2009; Dantas y Figueroa 2009; Laguens et al. 2013; Dantas et al. 2014; Figueroa et al. 2015; Zucol et al. 2015; entre otros). Sobre la base de estos trabajos se planteó que, en el Valle de Ambato, entre los siglos VI al XI dC se desarrolló un modelo agro-pastoril integrado, donde la agricultura y la ganadería configuran una práctica única e indivisible compartiendo un mismo espacio (Figueroa 2010, 2013; Figueroa et al. 2010; Laguens et al. 2013).

ESTRUCTURAS REGISTRADAS

El sitio LRA se encuentra ubicado sobre la ladera oriental del valle (sierra de La Graciana) a 1202 msnm (Figura 1a). Este espacio habría tenido estrecha vinculación con el agrupamiento de asentamiento de tipo aldeano número tres, el cual se ubica a sólo 3,5 km de distancia lineal del sector productivo denominado Los Molina (Figura 2). En base a esta información, creemos que resulta importante retomar los planteos propuestos en trabajos previos (Figueroa 2010, 2013) que mencionan que cada uno de los espacios de producción ubicados en ambas vertientes habría estado articulado con las unidades residenciales emplazadas en el fondo del valle, teniendo como principal función proveer de alimentos y materia prima a los habitantes de las aldeas. Esta cercanía desde el punto de vista espacial habría facilitado no sólo la incorporación de mano de obra a las tareas productivas, sino también el procesamiento y traslado de la producción sin la necesidad de que grupos humanos específicos ocupen el sitio de manera permanente. Los resultados obtenidos de las tareas de prospección, relevamiento y recolección de materiales en superficie, posibilitaron delimitar al menos 9 sectores en LRA, los cuales fueron denominados LRA1, LRA2, LRA3, LRA4, LRA5, LRA6, LRA7, LRA8 y LRA9 (Figura 1b).


Figura 1. a) Ubicación del sitio La Rinconada Arriba (LRA). B) Ubicación de los sectores relevados


Figura 2. Ubicación geográfica de LRA, del agrupamiento aldeano 3 y el sector productiv o denominado Los Molina.

Precisamente, en LRA1, es donde concentramos la mayoría de nuestras tareas. En este sector registramos 37 estructuras agrícolas del tipo de ladera de contorno1, dos de ladera recta2, 13 estructuras circulares de muro de piedra simple, posiblemente silos, y dos construcciones rectangulares de muro de piedra simple (Figueroa et al. 2016), las cuales fueron interpretadas, por su similitud con lo morfológico, las técnicas constructivas y los materiales involucrados como canchones (Cruz 2004; Figueroa 2010).

Una vez prospectado y relevado LRA1, decidimos recorrer zonas aledañas con el propósito de conocer y (re)conocer con mayor precisión la distribución de las estructuras observadas. Esta actividad se dividió en dos sectores de trabajo, el primero denominado LRA2, donde logramos recuperar por medio de recolecciones superficiales 41 fragmentos cerámicos y 11 materiales líticos.

En el segundo, LRA3, que se localiza a 230 m al noroeste, identificamos cuatro recintos: uno rectangular de muro de piedra simple (LRA3R1) (Figura 3a), otro semicircular de muro de piedra doble (LRA3R2) (Figura 3b) y un indeterminado (LRA3R3). LRA3R1, con orientación este-oeste, posee 13 m de largo y 6,30 m de ancho, del cual recuperamos en superficie ocho fragmentos cerámicos. LRA3R2 es de forma semicircular, de 6,30 m por 6 m, en su interior recuperamos tres fragmentos cerámicos. LRA3R3, se encuentra aproximadamente a 8 m de LRA3R2. No fue factible identificar su forma debido a la destrucción que presentaba el recinto.


Figura 3. A) Estructura rectangular de muro de piedra simple-LRA3R B) Estructura circular de muro de piedra doble- LRA3R2. C) Tramo de canal-LRA3C1 noreste-suroeste. El promedio de distancia entre terrazas es de 6,85 m y el de longitud de 11 m (Figura 4d).

Prácticamente adosado a LRA3R1, registramos un tramo de canal (LRA3C1) construido mediante la utilización de piedras clavadas de canto en la tierra. Las tareas de relevamiento efectuadas sobre este último permitieron determinar que esta estructura cuenta con 8,30 m de largo y 35 cm de ancho (Figura 3c). Pudimos establecer que no se asocia a ninguna terraza de cultivo, sino que se dirige hacia el fondo del valle donde se emplazan los núcleos aldeanos. LRA3C1 posee una orientación esteoeste. Su rumbo es de 260°. El canal se encuentra a 220 m aproximadamente de las estructuras agrícolas, característica que ya se viene observando y registrando en el valle. Los canales parecieran no tener relación con los espacios productivos agrícolas.

En estrecha proximidad de estas estructuras se recuperaron en superficie, en forma aislada o como conjuntos de hallazgos, 127 fragmentos cerámicos y 21 materiales líticos.

Asimismo, producto de las prospecciones realizadas, a 170 m hacia el este de LRA1 pudimos registrar tres concentraciones de terrazas de cultivo, denominadas LRA4, LRA5 y LRA6 (Figura 4a). Todas ellas emplazadas en medio de una densa vegetación que impidió determinar fehacientemente su cantidad. La concentración de terrazas de cultivo LRA4 está compuesta por 10 terrazas de ladera de contorno y presenta una orientación esteoeste. En sus inmediaciones también se observaron varias estructuras circulares de muro de piedra simple que en algunos casos comparten sus paredes con las terrazas. LRA5 se encuentra a 118 m al noreste de LRA1. Comparte el mismo sentido de orientación que LRA4. En este caso, la ubicación de LRA5 es sobre una escorrentía estacional y se trataría de al menos dos terrazas de ladera rectas. La concentración restante, LRA6, localizada a 240 m al noreste de LRA1, exhibe una orientación sur-sureste. Aquí, de modo similar a lo ocurrido en los casos anteriores y debido a la espesa vegetación que las rodea, sólo se lograron registrar tres terrazas de contorno que presentaban además un alto grado de erosión.


Figura 4. A) Imagen satelital de LRA4, LRA5 y LRA6. B) Imagen satelital d e LRA7, LRA8 y LRA9. C) Imagen satelital de LRA8. D) Imagen satelital de LRA9

Finalmente, a partir de imágenes satelitales pudimos identificar tres sectores agrícolas más, los cuales fueron denominados: LRA7, LRA8 y LRA9 (Figura 4b). El sector LRA7, se ubica a 158 m de distancia de LRA1. Aquí se reconocieron 10 estructuras agrícolas con orientación este-oeste.

En promedio, su longitud es de 15 m y exhiben una distancia entre terrazas que va desde los 5 a los 10 m. LRA8, por su parte, se encuentra a una distancia de 387 m de LRA1, hacia el oeste. Cuenta con 8 terrazas que tienen una orientación este-oeste. El ancho promedio de estas estructuras es de 36,5 m y poseen una longitud menor a 7 m, aproximadamente (Figura 4c). Por último, LRA9 se encuentra a 488 m de LRA1 hacia el sudeste y cuenta con 4 terrazas de orientación (LRA7, LRA8 y LRA9), las estructuras agrícolas corresponden a las denominadas terrazas de ladera de contorno.

Es importante remarcar que ninguna de estas concentraciones de estructuras agrícolas se encuentra en un radio mayor de 500 m de LRA1.

SÍNTESIS DEL TRABAJO DE CAMPO

A partir de los trabajos de prospección se pudo observar que las estructuras agrícolas relevadas poseen la misma técnica constructiva, que consiste en piedras apiladas combinadas sin preferencia de tamaños, formas ni clases. En este sentido, se pudo constatar que las piedras utilizadas, tales como esquisto, migmatita y gneis3, pueden ser rectangulares, cuadrangulares, triangulares y hasta aproximadamente esféricas. Asimismo, no se logró observar que hayan sido trabajadas, pero sí elegidas intencionalmente para encajar y trabar, ya que no se registró el uso de ningún tipo de mortero o amalgama. Las terrazas registradas poseen una orientación este-oeste y una longitud que varía entre 5 y 60 m. Su ancho oscila entre 30 y 60 cm y su altura fluctúa entre 35 y 50 cm, en tanto que la distancia entre muros es de aproximadamente 5 m. En definitiva, a partir de la información recabada podemos afirmar que 65 de las 67 terrazas registradas pertenecen a las denominadas terrazas de contorno y dos a las rectas.

Por otro lado, en base a los datos obtenidos en el relevamiento efectuado con la estación total y la utilización del programa informático Surfer 10, confeccionamos un plano de LRA1, que representa aproximadamente un 20 % de la totalidad de LRA. A través del análisis del mismo, pudimos dar cuenta de la posición espacial de las terrazas de cultivo, las características de su trazado y cómo éstas se vinculan con otras clases de estructuras, así como con el terreno en el cual fueron emplazadas (Figura 5a). En esta figura puede observarse cómo las terrazas de ladera de contorno siguen las oscilaciones del terreno. El plano, a su vez, nos permitió visualizar diversas asociaciones entre las estructuras registradas. De este modo, podemos mencionar la presencia de 13 recintos circulares con muro de piedra simple distribuidos entre las terrazas de contorno (Figura 5b). Tres de estas construcciones se encuentran directamente adosadas a ellas, conformando agrupaciones de hasta tres estructuras. Las construcciones circulares tienen un diámetro promedio de 5,65 m y no se recuperó material cerámico o lítico asociado a ellas. Además, registramos dos rectángulos de muro de piedra simple que posiblemente se tratarían de cuadros o canchones de cultivo (Figura 5c). Generalmente, la bibliografía del NOA señala que estas construcciones se localizan frecuentemente en los sectores próximos al fondo del valle y presentan, en su mayoría, irrigación artificial (Albeck 1993; Cruz 2004, 2006; entre otros). Sin embargo, en nuestro caso la diferencia radica, por un lado, en que no se identificaron estructuras hídricas destinadas al riego de las mismas y, por otro, que las estructuras comparten muro con las terrazas de cultivo o bien se sitúan en estrecha cercanía a ellas.


Figura 5. A) Plano altimétrico del sitio LRA1. B) Recintos circulares de muros de piedra simple compartiendo muro con las terrazas de contorno. C) Estructura rectangular de piedra de muro simple. Marcado con rojo algunas de las estructuras que comparten muros entre si.

En relación al material recuperado producto de los trabajos de prospección, la alfarería, toda ella fragmentaria, ascendió a un número de 168 fragmentos. Logramos establecer ocho grandes modos o clases tecnológicas (sensu Fabra 2008), todas vinculadas a ocupaciones Aguada en el valle, que repiten su presencia en LRA2 y LRA3, a excepción de la denominada Naranja Alisado que sólo fue registrado en LRA3 (Tabla 1).

Tabla 1. Material cerámico de LRA2 y LRA3.

Los materiales líticos (Tabla 2) estuvieron expuestos a diversos procesos postdepositacionales (como, por ejemplo, diferentes condiciones ambientales y pisoteo de animales y personas). Este conjunto está compuesto por 32 instrumentos líticos (i.e. conanas, manos de conanas, cabeza de hacha, núcleos, percutores, raederas, lascas, alisadores) y desechos de talla realizados sobre diferentes variedades de cuarzo y granito. Por último, el cuerpo de datos obtenidos hasta el momento (clases de estructuras, tipo de emplazamiento, técnica constructiva, material cerámico y lítico recobrado, etc.) nos permite situar, mediante el empleo de una cronolología relativa (Giovannetti et al. 2010), a LRA en algún momento de la ocupación Aguada en el valle.

Tabla 2. Material lítico recuperado de LRA2 y LRA3.

LRA Y EL DISPOSITIVO

Fueron varias las hipótesis que se han planteado para Aguada de Ambato en relación a la configuración del espacio productivo. Una de ellas fue considerar un modelo de prácticas diferenciadas e independientes de cría de animales y vegetales. Este modelo está caracterizado por el uso de un amplio sector de tierras agrícolas en los piedemontes y faldeos, junto a algunos asentamientos dispersos, y de un sector destinado al pastoreo a mayor altitud, más precisamente en los pastizales de altura en las cumbres de ambos faldeos de los valles (Laguens 2004), similar a lo planteado para otras regiones con presencia de la cultura Aguada (Kriscautzky 1996, 1997). El modelo entendía a la producción ganadera como una práctica autónoma y complementaria a la producción agrícola, siendo esta última la que tomaba mayor relevancia. Además, ambas se habrían realizado en espacios diferenciados y excluyentes (Laguens 2004).

A partir del 2006, al intensificarse los trabajos efectuados entre los 1100 y 1600 msnm, se registra un extenso sector destinado a la producción de especies domesticadas, de aproximadamente 800 ha, el cual incluye la combinación de terrazas de ladera y de caucecorrales, viviendas, canales y represas. Estas terrazas habrían funcionado como unidades productivas de recursos animales y vegetales, coetáneos con los asentamientos ubicados en fondo de valle (Figueroa 2010, 2013, entre otros). Estos trabajos permitieron plantear que la configuración de la producción agrícola-ganadera se trató de una única forma de producción que incluía y articulaba simultáneamente, en un mismo espacio y con una misma infraestructura, la reproducción y cuidado de plantas y animales domesticados, constituyendo una práctica integral única de producción animal, agrícola y forrajera. Es decir, que a partir de la infraestructura agrícola y ganadera (registrada) compartiendo el mismo espacio, se puede concluir que el panorama en ambas vertientes del valle, durante la época Aguada, se habría caracterizado por exhibir un espacio de producción compartido, el cual a partir de ese momento fue entendido ya no como un sistema agrícola, sino como un sistema agro-pastoril (Figueroa 2010; Laguens et al. 2013). De este modo, no se trataba de una combinación de dos formas de producción o de dos estrategias en una, ni una complementariedad entre ellas ni de un sistema de producción mixto (Figueroa et al. 2010), sino que consistió en otra forma de producción. Se trataba de una sola práctica productiva que articulaba simultáneamente múltiples componentes materiales, sociales, recursos, temporalidades y espacios, en una extensa trama de relaciones. En consecuencia, no fue una de las estrategias la que impuso un calendario y determinó en cierta forma un modo de vida más orientado hacia alguna de ellas, sino que hubo una imbricación simultánea y/o alternante de actividades, ciclos naturales, cosas, gente y especies en un mismo modo de hacer (Laguens et al. 2013).

Por otro lado, teniendo en cuenta este modelo agropastoril propuesto para el Valle de Ambato, retomaremos la idea que guió este trabajo. La misma estuvo centrada en analizar cómo se configuró la práctica de producción agro-pastoril en el sitio La Rinconada Arriba ubicado en el sector sur de la sierra de La Graciana, durante el lapso temporal bajo estudio. El trabajo llevado a cabo en el lugar nos permitió registrar similitudes y también algunas diferencias en el espacio4, que estarían marcando ciertas particularidades con el modelo mencionado anteriormente.

A diferencia de lo observado en ambas vertientes del valle, los recintos identificados en LRA son escasos: una vivienda (LRA3R1), un corral (LRA3R2) y dos indeterminados (LRA3R3 y LRA3R4). Además, si bien se encuentran en cercanías a las terrazas de contorno, no se asocian de modo contiguo, es decir, no comparten muros entre ellos, como sí ocurre en otros puntos del valle (Figueroa 2010). Otro rasgo característico en LRA1 es que fue posible registrar dos estructuras rectangulares de muro de piedra simple, que posiblemente fueron utilizadas como canchones de cultivo. El canchón es un espacio cerrado por paredes de barro y/o piedra que se construye con la intención de posibilitar el cultivo de ciertas especies vegetales, como por ejemplo papa, zapallo, maíz o poroto. Estas estructuras generalmente eran abonadas con guano y sus límites permitían proteger los cultivos de los animales. Son abundantes en todos los Andes Meridionales (Lechtman y Soldi 1985; Korstanje 2007; Quispe 2014, entre otros). Sin embargo, en el Valle de Ambato, no se encuentra mucha información sobre estas estructuras (esto puede deberse a que muchos de los materiales que se habrían utilizado son perecederos), solo las identificadas por Cruz (2004). Figueroa (2010) tampoco registró estructuras con estas características.

Lo llamativo en LRA1 es que estas construcciones comparten muro con las terrazas de cultivo y con numerosos recintos circulares de muro de piedra simple. En relación a este tema, el análisis de almidones y fitolitos efectuado al sedimento de dos terrazas de cultivo correspondientes al sitio Los Molina, próximo a LRA (Figura 5), permitió identificar restos de maíz y papa (Zucol et al. 2015). Estos resultados son contrastantes con los obtenidos en seis terrazas de cultivo emplazadas en la vertiente occidental, donde sólo fue posible identificar maíz (Zucol et al. 2012; Figueroa et al. 2015), poniendo así en tensión la hipótesis del monocultivo como un atributo distintivo de este sistema productivo (Figueroa et al. 2010; Laguens et al. 2013). Sin embargo, se puede señalar que tanto los recintos como las terrazas de cultivo fueron edificados con igual técnica constructiva y materia prima que en otros puntos registrados para el valle. No obstante, en el caso de los aterrazamientos de LRA, las rocas utilizadas son más grandes y dan la sensación de no haber sido seleccionadas minuciosamente, presentando así una idea de rusticidad que las distingue de las restantes. Por otro lado, dentro del material cerámico estudiado fue posible reconocer prácticamente las mismas clases cerámicas registradas para el resto del valle, las cuales se vinculan con ocupaciones Aguada. Asimismo, el material lítico procedente de las proximidades de los recintos estaría sugiriendo, al menos por el momento, la existencia del mismo tipo de actividades (i.e. procesamiento y consumo de vegetales y animales) que también se llevaron a cabo en otras concentraciones de terrazas distantes a LRA (Figueroa 2010).

En definitiva, si consideramos que las laderas del valle con exposición hacia el oeste y hacia el sur, donde se ubica LRA, poseen un microclima más húmedo que las restantes (Assandri 2007), podríamos interpretar que esta condición habría posibilitado la práctica de una agricultura a secano de envergadura. Mientras que su ubicación, en pleno piedemonte, quizás podría haber beneficiado de sobremanera la producción de vegetales, ya que en este sector los suelos son más ricos y profundos que los de la ladera (Ogas 1993). A todo esto, debe sumarse también la escasa pendiente en donde se disponen las estructuras agrícolas, lo cual habría funcionado como un factor determinante para aumentar la superficie cultivable. De este modo, la escasez de infraestructura ganadera (en este sector de la sierra de La Graciana), la presencia de cultivo de tubérculos en sus cercanías, la baja frecuencia de sitios residenciales, la desagregación espacial entre aterrazamientos y corrales, la amplia superficie destinada al cultivo, la presencia de canchones, la ausencia de cajas y represas, la alta cantidad de silos registrados y la inexistencia de terrazas de cauce, estarían sugiriendo que LRA no se trató de un espacio agro-pastoril integrado como el registrado para el resto del valle, sino que habría estado destinado, principalmente, a la producción agrícola. Esto no implica la nulidad de este modelo agropastoril integrado, más bien nos invita a pensar los múltiples entramados sociales y económicos en los que se encuentran los cultivos y el pastoreo.

A partir de lo expuesto, podemos observar como este modelo planteado para todo el valle no nos estaría permitiendo atender a las particularidades presentes en LRA, a cómo esta forma de habitar y practicar el espacio productivo significa y es re-significado en y a partir de las relaciones sociales en las cuales se encuentra inserto. Es por ello que retomaremos algunos conceptos propuestos por Foucault (1980), quien nos invita a mirar que hay una historia que permanece sin escribirse, la de los espacios "que es al mismo tiempo la de los poderes/saberes- desde las grandes estrategias de la geopolítica hasta las pequeñas tácticas del hábitat. Por lo que es preciso que nos pensemos en términos espaciales. No obstante, antes de continuar, es imperioso que aclaremos qué es lo que entiende Foucault por poder. Este autor rompe con el postulado de propiedad, ya que el poder no es una cosa a ser conquistada, sino más bien es un ejercicio, una estrategia. Sus efectos son atribuibles a disposiciones, tácticas o técnicas, pero no a apropiaciones (Tirado y Mora 2002). Foucault nos invita a deshacernos de una "representación negativa del poder, a que renunciemos a pensarlo en términos de libertad, prohibición y/o soberanía" (Foucault 2007:110).

Por poder, no quiere decir "el Poder" como un conjunto de instituciones y aparatos que garantizan la sujeción de los ciudadanos a un estado determinado. Tampoco entiende por poder un sistema general de dominación ejercida por un elemento o un grupo sobre otro (Foucault 2007). El análisis, para Foucault, en términos de poder, no debe postular como datos iniciales la soberanía del estado, la forma de la ley o la unidad global de dominación, ya que estas son más bien formas terminales (Foucault 2007). Entonces, propone que hay que comprender, primero:

"...la multiplicidad de las relaciones de fuerzas inmanentes y propias del dominio que se ejercen, y que son constitutivas de su organización. El juego que por medio de luchas y enfrentamientos incesantes las transforman, las refuerzan, las invierten. En segundo lugar, hay que comprender los apoyos que dichas relaciones de fuerzas encuentran las unas en las otras, de modo que forman cadenas o sistemas, o, al contrario, los corrimientos, las contradicciones que aíslan a unas de otras. Por último, las estrategias, que las tornan efectivas." (Foucault 2007:112-113 ).

Para resumir un poco esta propuesta, el poder se encontraría en todas partes: no es que lo englobe todo, sino que viene de todas partes. "No es una institución, una estructura, no es cierta potencia de la que algunos estarían dotados, es el nombre que se presta de una situación estratégica en una sociedad dada. Estas relaciones de poder/saber no son formas estáticas sino matrices de transformación" (Foucault 1988:113-114).

Por lo tanto, las relaciones espaciales son acontecimientos colmados de gente, problemas, ideologías, resistencias y devenires. El espacio se configura como el punto de lo visible y lo enunciable. Los espacios son siempre e inevitablemente particulares. El binomio poder/ saber se completa con un tercer elemento: el espacio. La arquitectura tendría la capacidad de articular el saber y el poder, esas técnicas nacidas a partir de condiciones locales y necesidades particulares, que en el tejido social son anónimas, cobran sentido, se vuelven materiales, se exhiben en cuerpos, cosas, se constituyen en ejercicios de poder. La arquitectura deviene política por ser el engarce entre saber y poder (Tirado y Mora 2002).

A su vez Foucault (1984) nos permite retomar el concepto de dispositivo. Si bien omite sistemáticamente en definir de manera explícita el término, podemos decir que lo entiende desde tres niveles: como red, como naturaleza de la red, y como acontecimiento. El dispositivo como red, está compuesto por elementos que pertenecen a lo dicho y lo no dicho. Entre estos dos conjuntos, Foucault distribuye los discursos, las instituciones, las edificaciones, los reglamentos, las leyes, las medidas administrativas, los enunciados científicos, las nociones filosóficas y morales, etc. Siendo el dispositivo aquella red que puede establecerse entre estos elementos. El segundo nivel está vinculado a la naturaleza de la red, es decir la naturaleza del vínculo que podría existir entre estos elementos heterogéneos. Siempre tiene una función estratégica concreta que está inscripta en una relación de poder. Por último, el dispositivo como acontecimiento se ancla en el momento histórico y geográficamente situado en el cual surge (García Fanlo 2011). Un dispositivo no es algo abstracto, se define y es definido en tanto red de relaciones saber/poder situado. Es un complejo as de relaciones que producen sujetos que como tales quedan sujetados a determinados efectos de saber/poder. Sin embargo, el concepto propuesto por el autor, no nos permite entender los procesos de subjetivación que se producen por y a través de los dispositivos. Por ello es que ampliamos su definición a aquella propuesta por Agamben (2006) que explica que un dispositivo no es otra cosa que un mecanismo que produce distintas posiciones de sujetos precisamente por esta disposición en red. No existen, desde la perspectiva de este autor, los dispositivos por un lado y los individuos por otro. Todos estos planteos teóricos nos llevaron a pensar en la configuración del espacio productivo en términos de dispositivo. Un dispositivo que es productor de subjetividades, que tiene la capacidad de controlar, capturar, orientar, determinar, modelar, y asegurar los gestos, las conductas, las prácticas y los discursos (Agamben 2006).

Por lo tanto, y continuando con los planteos de Figueroa (2010), el modelo propuesto para el Valle de Ambato se trató de una sinergia de distintos elementos, conformados en un nuevo objeto, con propiedades emergentes, cuyo resultado aprovechó y maximizó las cualidades de cada uno de los elementos antes independientes. La sinergia tiene como prerrequisito la integración, y ésta debe ser antecedida por la afinidad de las partes, pues de otro modo sería imposible su integración. Sus claves estuvieron en la articulación de una red de relaciones de distintos componentes afines: el uso del espacio, el ciclo productivo, el calendario estacional, la infraestructura, los recursos, la técnica, las tareas, los conocimientos o el saber-cómo y la gente. Esto nos lleva a pensar que el espacio productivo se constituye en un dispositivo de poder. Este espacio sería la red que se establece entre discursos, cosas y sujetos, que cobra significado y es significado en un momento histórico específico, aconteciendo muchas veces para responder a una urgencia5. En este punto, es necesario volver a remarcar que los dispositivos, al igual que los espacios, son dinámicos, que producen y son producidos.

Asimismo, como venimos mencionando a lo largo de este trabajo, LRA presenta un gran sector destinado a la producción agrícola, que a priori pareciera romper con el modelo agro-pastroil integrado. Sin embargo, si lo vemos desde el concepto de dispositivo nos inspira a pensar en que las configuraciones de saber/poder van cambiando, generando nuevas experiencias. El espacio, por tanto, es alterado, modificado, cambiado. Entonces, en esta investigación lo que proponemos es discutir y replantear la presencia de un sistema productivo que combinó en una única trama de relaciones distintos modos de hacer, como son la agricultura en terrazas y el pastoreo de camélidos, y proponer que la trama de relaciones vinculadas a los modos de hacer no sería única, sino que serían múltiples y se van ajustando a las relaciones de saber/poder/espacio. El registro arqueológico da cuenta que corrales, viviendas y canales no se encuentran compartiendo medianera (como puede observarse en otros puntos del valle) aunque sí el mismo espacio (Figuera 2010; Figueroa et al. 2016; Rodríguez Oviedo 2018). Los dispositivos no son algo externo a la sociedad, pero tampoco ésta es externa a los dispositivos, por lo que pensar la relación entre dispositivo y sujeto es nodal.

Pensar a las estructuras agrícolas como un dispositivo social productor de subjetividad nos abre un abanico de posibilidades a nuevos y viejos interrogantes en torno a las relaciones sociales y su vinculación con los territorios que habitaron. El dispositivo productivo no es un todo homogéneo, por el contrario, bajo el sistema agropastoril integrado conviven o existen diversas formas de generar la producción de alimentos, y esas formas se deben quizás a prácticas sociales, políticas, ambientales, cronológicas, que pueden ir cambiando en función de responder particularidades y/o urgencias. Los objetos (y por qué no las estructuras, en este caso, agrícolas) no sólo tienen una función, sino que también cuentan con significados; y para poder entender la función de un objeto es condición necesaria conocer su significado (Hodder 1988, 1989; Acuto y Franco Salvi 2015, entre otros). Un aspecto interesante de esta perspectiva es que todo objeto está significativamente constituido, incluso los más simples y desapercibidos, y no simplemente aquellos relacionados con actividades rituales. Para finalizar y retomando las palabras de Zuccarelli (2014), las relaciones sociales de producción se dan en un espacio que es a la vez físico, social y simbólico, y que es constitutivo y constituido por los grupos humanos en constante cambio a lo largo del tiempo.

NOTAS

1. Las terrazas de ladera de contorno se caracterizan por poseer muros de contención de piedra que continúan las oscilaciones del terreno (Figueroa 2010).

2. Las terrazas de ladera recta corresponden a terrazas que poseen muros de contención de piedras rectilíneos, los cuales cortan de forma transversal la pendiente (Figueroa 2010).

3. Es posible encontrar este tipo de material y técnica constructiva en el resto del valle (Figueroa 2010).

4. Se tomarán en cuenta los aportes en torno a las tres reflexiones epistemológicas sobre el concepto de espacio expuestos oportunamente por Criado Boado (1995). La primera, postula que el espacio no es una entidad física dada, estática, inerte, sino más bien está en continuo movimiento, es creada y recreada. La segunda, se encuentra vinculada a la relación entre espacio, pensamiento y sociedad. Aquí, la construcción del espacio social aparece como una parte esencial del proceso social, que está determinado por un sistema de saber que es compartido con la organización socio-económica y con la definición de individuo vigente en ese contexto. Finalmente, la tercera menciona que el concepto de espacio está cargado de significaciones que cobran sentido en un contexto determinado, no obstante, su abordaje, permite esbozar reflexiones o hipótesis sobre como el mismo pudo haber sido experimentado en culturas diferentes a las occidentales.

5. El carácter de esta urgencia es dinámico e histórica y geográficamente situado, puede ser político, social, económico, ambiental, cronológico o la combinación de varios, entre otros.

AGRADECIMIENTOS

Quisiera agradecer al Dr. Germán Figueroa y a la Dra. Mariana Dantas por su presencia durante el recorrido de este trabajo que dio como resultado mi tesis de grado. A su vez, este estudio fue financiado por subsidios de la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Córdoba y por las Becas de Estímulo a la Vocación Científica del Consejo Interuniversitario Nacional (EVC-CIN) durante el 2015- 2016 y su extensión hasta el 2017.

BIBLIOGRAFÍA

1. Acuto, F. y V. Franco Salvi (Editores) 2015. Personas, cosas, relaciones. Reflexiones arqueológicas sobre las materialidades pasadas y presentes. Ediciones Abya-Yala, Ecuador, Quito.         [ Links ] Agamben, G.

2. 2011 [2007]. ¿Qué es un dispositivo? Sociológica 26(73): 249-264.

3. Albeck, M. E. 1992-1993. Áreas agrícolas y densidad de ocupación prehispánica en la Quebrada de Humahuaca. Avances en Arqueología 2:56-77.

4. Albeck, M. E.1993. Contribución al estudio de los sistemas agrícolas prehispánicos de Casabindo (Puna de Jujuy). Tesis de doctorado, Departamento de Antropología, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad Nacional de la Plata, La Plata.         [ Links ]

5. Albeck, M. E.1994. Sitios agrícolas prehispánicos: la búsqueda de indicadores cronológicos y culturales. Revista del Museo de Historia Natural de San Rafael XIV(1/4):126-128.         [ Links ]

6. Assandri, S. B. 2007. Procesos de complejización social y organización espacial en el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina. Tesis de Maestría en Arqueología, Universidad Internacional de Andalucía, Andalucía.         [ Links ]

7. Berberián, E. E. y A. E. Nielsen 1988. Sistemas de asentamiento prehispánicos en el Valle de Tafí. En Sistemas de Asentamientos Prehispánicos en el Valle de Tafí, editado por E. Berberián, pp. 53-67. Editorial Comechingonia, Córdoba.         [ Links ]

8. Criado Boado, F. 1995. Límites y posibilidades de la Arqueología del Paisaje. Revista de Prehistoria y Arqueología (2):9-55.         [ Links ]

9. Cruz, P. J. 2004. Archéologie de la mort dans la Vallée d'Ambato. Homme et milieu dans le Bassin de Los Puestos (Catamarca- Argentine) durant la Période d'Intégration Régionale (IVe- Xe siècles après J.-C.). Tesis de Doctorado, Universidad de París, I Pantheon Sorbonne, París.         [ Links ]

10. Cruz, P. J. 2006. Complejidad y heterogeneidad en los Andes meridionales durante el Período de Integración Regional (siglos IV-X d.C.). Nuevos datos acerca de la arqueología de la cuenca del río de Los Puestos (dpto. Ambato-Catamarca, Argentina). Bulletinde l'I FEA 35 (2):121-148.         [ Links ]

11. Dantas, M. y G. G. Figueroa 2009. Terrazas y corrales como espacios integrados de producción agro-pastoril en el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina (s. VI-XI d.C.). Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXXIV:343-350.         [ Links ]

12. Dantas, M., G. G. Figueroa y A. Laguens 2014. Llamas in the Cornfield: Prehispanic Agro- Pastoral System in the Southern Andes. International Journal of Osteoarchaeology 24:149-165.         [ Links ]

13. Dantas, M., G. G. Figueroa, A. Laguens y A. Izeta. 2014. Isótopos estables, dieta de camélidos y diferenciación social (Valle de Ambato, Catamarca, Argentina, siglos VI-XI d.C.). Revista Chilena de Antropología 30: 90-97.         [ Links ]

14. Fabra, M. 2008. Producción tecnológica y cambio social en sociedades agrícolas prehispánicas (Valle de Ambato, Catamarca). BAR International Series, Oxford.         [ Links ]

15. Figueroa, G. G. 2008. Los sistemas agrícolas del Valle de Ambato, Catamarca, siglos VI a XI d.C. Intersecciones en Antropología 9:365-367.         [ Links ]

16. Figueroa, G. G. 2009. Agricultura y potencial productivo en el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina (siglos VI a XI d. C.). Revista del Museo de Antropología 2/1:39-52.         [ Links ]

17. Figueroa, G. G. 2010. Organización de la producción agrícola en contextos sociales no igualitarios: El caso del Valle de Ambato, Catamarca, entre los siglos VII y XI d.C. Tesis doctoral inédita, Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba.         [ Links ]

18. Figueroa, G. G. 2013. Estrategias productivas en Aguada de Ambato (Catamarca, Argentina). Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXXVIII:111-135.         [ Links ]

19. Figueroa, G., M. Dantas y A. Laguens. 2010. Prácticas agro-pastoriles e innovaciones en la producción de plantas y animales en los Andes sur. El Valle de Ambato, Argentina, Primer Milenio d.C. International Journal of Southamerican Archaeology 7:6- 13.         [ Links ]

20. Figueroa, G., M. Dantas y A. Laguens. 2015. Producción de alimentos y diferenciación social en el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina (siglos VI al XI d. C.). Una contribución a la problemática a través del estudio de silicofitolitos d.C. Arqueología Iberoamericana S1:3-15.         [ Links ]

21. Figueroa, G. G., M. Rodriguez Oviedo, M. Dantas y A. Laguens 2016. Investigaciones arqueológicas en el sitio La Rinconada Arriba, Valle de Ambato, Catamarca (siglos VI al XI D.C). Revista de Antropología del Museo de Entre Ríos 2(1):1-12.         [ Links ]

22. Foucault, M. 1980. The eye of power: conversation with J-P Barou and M. Perrot. En Power/Knowledge: Selected Interviews and Other Writings, 1972-1977, by Michel Foucault, Editor C. Gordgon, Harvester Press, Herts, pp. 146-165.         [ Links ]

23. Foucault, M. 1988. El sujeto y el poder. Revista Mexicana de Sociología 50(3):3-20.         [ Links ]

24. Foucault, M. 1994 [1984]. La ética y el cuidado de uno mismo como práctica de la libertad. (Entrevista realizada por Raul Fomet-Betancourt, Helrnut Becker y Alfredo Gómez- Muller el 20 de enero de 1984. Revista Concordia n. 6, 1984, pp. 99-116). En Hermenéutica del sujeto, pp. 105- 142. Ediciones de la Piqueta, España, Madrid.

25. Foucault, M. 2007 [1976]. La apuesta. El método. En Historia de la Sexualidad. La voluntad de saber. Siglo XXI Editores, España, Madrid.

26. García Fanló , L. 2011. ¿Qué es un dispositivo?: Foucault, Deleuze, Agamben. Revista de filosofía. A Parte Rei 74.         [ Links ]

27. Giovannetti, M., M. C. Páez, G. Cochero, P. Espósito, G. Corrado, J. Spina y F. Franchetti 2010. Sectorización del espacio, cerámica y cronología relativa. Análisis comparativos en un asentamiento agrícola multicomponente (Los Colorados, Catamarca). En La arqueometría en Argentina y Latinoamérica, editado por Silvana Bertolino, Roxana Cattáneo y Andrés Izeta, pp. 55-60. Facultad de Filosofía y Humanidades, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba.         [ Links ]

28. González, A. R. y J. A. Pérez 1976. Argentina Indígena. Víspera de la Conquista. Editorial Paidós, Buenos Aires.         [ Links ]

29. Hodder, I. 1988. Interpretación en arqueología. Editorial Crítica, Barcelona.         [ Links ]

30. Hodder, I.1989. The Meaning of Things. Harpercollins Academic, Londres.         [ Links ]

31. Korstanje, A. 2007. Territorios campesinos formativos en valles de altura. Una mirada desde el Valle del Bolsón. En Producción y circulación prehispánicas de bienes en el sur andino, A. Nielsen, M.C. Rivolta, V. Seldes, M. M. Vázquez, P. Mercolli (comp.), pp. 196-218. Editorial Brujas, Córdoba.         [ Links ]

32. Krapovickas, P., A. A. Castro, M. Meroni y R. Crowder. 1979. La instalación humana. Sociedad Argentina de Antropología XIII:27-48.         [ Links ]

33. Kriscautzky, N. 1996-97. Nuevos aportes en la arqueología del valle de Catamarca. Shincal 6:27-34.

34. Kriscautzky, N. 1996-97. Sistemas productivos y estructuras arqueológicas relacionadas con la producción agropecuaria en el Valle de Catamarca. Shincal 6:65-70.

34. Laguens, A. G. 2004. Arqueología de la diferenciación social en el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina (S. II-VI d.C.): El actualismo como metodología de análisis. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XXIX:137-161.         [ Links ]

35. Laguens, A., G. G. Figueroa y M. Dantas 2013. Tramas y prácticas agro-pastoriles en el Valle de Ambato, Catamarca (siglos VI y XI d.C.). Revista Arqueología 19(1):131-152.         [ Links ]

36. Lechtman, H. y A. M. Soldi 1985. La tecnología en el mundo andino. Universidad Autónoma de México, México.         [ Links ]

37. Marconetto, M. B. 2008. Recursos forestales y el proceso de diferenciación social en tiempos prehispánicos en el Valle de Ambato, Catamarca, Argentina. British Archaeological Reports S1785, South American Archaeology Series Nº 3, Oxford.

38. Migeon, G. 1990. Informe del recorrido efectuado en las faldas del Valle de Ambato (año 1990). Copia disponible en Museo de Antropología, Universidad Nacional de Córdoba, Córdoba.

39. Ogas, R. R. 1993. Informe parcial: Tema: Estudios de suelos. Estudio integral del Sistemas Pirquitas y manejo de la subcuenca del río Los Puestos. Estudios Básicos. Convenio Consejo Federal de Inversiones. Gob. Catamarca. Etapa 1.         [ Links ]

40.Pérez Gollán, J. A., M. Bonnin, A. Laguens, A. Assandri, l. Federici, M. Gudemos, J. Hierling y S. Juez 1996/97. Proyecto arqueológico Ambato: un estado de la cuestión. Shincal 6:115-124.

41.Quispe, M. 2014. Buenas prácticas: Cultivo de papas en taqanas y canchones. Consultora Nacional FAO Bolivia.         [ Links ]

42.Raffino, R. A. 1973. Las aldeas del Formativo Inferior de la quebrada del Toro (Salta, Argentina). Estudios Atacameños 5:64- 108.         [ Links ]

43.Raffino, R. A.1975. Potencial económico y modelos ecológicos en el NOA. Relaciones de la Sociedad argentina de Antropología Nº IX:21-46.         [ Links ]

44.Rodríguez Oviedo, M. 2018. Recorriendo la Graciana. Aspectos metodológicos y resultados del trabajo de campo del sitio LRA, Valle de Ambato, Catamarca, Argentina. Revista del Museo de Antropología 11(1):99-106.         [ Links ]

45. Scattolin, M. C. 1990. Dos asentamientos al pie del Aconquija: el sitio Loma Alta. Gaceta Arqueológica Andina 5(17).         [ Links ]

46. Tirado, J. F. y M. Mora. 2002. El espacio y el poder: Michel Foucault y la crítica de la historia. Espiral, Estudios sobre Estado y Sociedad IX(25).         [ Links ]

47. Zuccarelli, V. 2014. Primeras aproximaciones al paisaje agrario del norte de la sierra El Alto-Ancasti: un análisis multiescalar. Revista de Arqueología. Arqueología 20(1):115- 141.         [ Links ]

48. Zucol, A. F., G. G. Figueroa y M. M. Colobig 2012. Estudio de microrrestos silíceos en sistemas de aterrazamiento del primer milenio d.C. en el Valle de Ambato (Andes del Sur), Catamarca, Argentina. Intersecciones en Antropología 13:163-179.         [ Links ]

49.Zucol, A. F., M. M. Colobig y G. G. Figueroa 2015. Nuevos aportes al conocimiento de la utilización de terrazas de cultivo del primer milenio d.C. en el Valle de Ambato (Andes del sur, Catamarca, Argentina) mediante el análisis de microrrestos. Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología XL(2):425-454.         [ Links ]

Creative Commons License Todo o conteúdo deste periódico, exceto onde está identificado, está licenciado sob uma Licença Creative Commons