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La zaranda de ideas

versión On-line ISSN 1853-1296

Zaranda ideas vol.18 no.2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires dic. 2020

 

Artículo

ANÁLISIS DE MATERIALES DE LOZA DEL SITIO BOLICHE LUCANERA (GENERAL DANIEL CERRI, PARTIDO DE BAHIA BLANCA).

EARTHENWARE MATERIALS ANALYSIS FROM THE BOLICHE LUCANERA SITE (GENERAL DANIEL CERRI, DEPARTMENT OF BAHIA BLANCA).

Hernán Tomassini

Javier Weimann

1CONICET-Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur. 12 de Octubre y San Juan, 5° Piso (C.P:8000), Bahía Blanca, Buenos Aires,Argentina. E-mail: tomassinihernan@gmail.com

2Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur, 12 de Octubre y San Juan, 5° Piso (C.P:8000), Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina. E-mail: javier.weimann@gmail.com

RESUMEN

El sitio Boliche Lucanera, localizado en la ciudad de General Daniel Cerri (partido de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires), se encuentra en el patio de una vivienda utilizada como comercio para el expendio de bebidas desde fines del siglo XIX hasta la mitad del siglo XX. En los trabajos de campo fueron recuperados materiales industriales como loza, vidrios, cerámicos, metales y restos arqueofaunísticos. A partir del análisis tecnológico, morfológico y funcional realizado sobre la loza se identificó la presencia de los tipos whiteware y pearlware, así como también distintas variantes decorativas. De acuerdo a los sellos y marcas reconocidos, se interpreta que el material proviene principalmente de Holanda, Francia e Inglaterra. Esto permitió observar, en el marco de un proceso de modernización del mundo rural, nuevos patrones alimenticios y de consumo por parte de la sociedad bahiense a partir de la segunda mitad del siglo XIX.

Palabras Clave: Loza; Arqueología Histórica; Pozo de basura; Bahía Blanca; Siglo XIX

ABSTRACT

Boliche Lucanera site is located in General Daniel Cerri (department of Bahía Blanca, Buenos Aires Province). It was discovered in the courtyard of a house used as a store for the sale of beverages from the end of the 19th century until the middle of the 20th century. Industrial materials such as earthenware, glass, ceramics, metal and archaeofaunal remains were recovered in the fieldwork. From the technological, morphological and functional analysis performed on the earthenware, the presence of the whiteware and pearlware types was identified, as well as different decorative variants. According to the seals and brands, the material comes mainly from Holland, France and England. This allowed us to observe, in the framework of a process of modernization of the rural world, new food and consumption patterns of the Bahian society from the second half of the 19th century.

Keywords: Earthenware; Historical Archaeology; Garbage pit; Bahía Blanca; 19th century

Introducción

El análisis de materiales de loza formó parte de los estudios iniciales en la arqueología histórica de la región Pampeana argentina. En sitios urbanos, específicamente en la ciudad de Buenos Aires, puede destacarse el trabajo de Daniel Schávelzon (1991), quien describió a este material como el más importante en estas investigaciones, en tanto funciona como indicador cronológico. La determinación de los materiales según el tipo de pasta que el autor realizó es una clasificación que se continúa utilizando. En estudios posteriores, los objetos de loza se examinaron también como parte de la vajilla por medio de la cual pueden comprenderse las costumbres de mesa, las prácticas culinarias, la moda y los patrones de consumo (Schávelzon, 2000; Schávelzon, Zorzi e Igareta, 2016). A partir de la identificación del sitio Moreno ubicado en la ciudad de Buenos Aires, Miriam Wagner describió, utilizando la misma metodología, el tipo, la decoración y la forma de los materiales. Considerando estos aspectos, su análisis se centró en comprender los modos de vida, las formas de acceso al material y el consumo, uso y descarte que se les dio a los objetos (Wagner, 2011).

Los estudios continuaron y abarcaron distintos espacios del ámbito rural bonaerense. En contextos militares, Facundo Gómez Romero (1999) realizó un análisis consistente en la clasificación y periodificación de fragmentos de loza hallados en el Fortín Miñana (1860-1869) en cercanías a la ciudad de Azul, describiendo los diferentes tipos y su decoración. Desde la arqueología rural, Brittez (2000) comparó tres establecimientos productivos de mitad del siglo XIX en los actuales partidos de Brandsen, General Alvarado y Berazategui. Para este autor, los elementos cerámicos como la loza, interpretados en clave económica y simbólica, permiten ver la importancia que fueron adquiriendo los materiales importados que cada vez se hicieron más presentes en la mesa. Este proceso fue de la mano con el paulatino establecimiento del capitalismo industrial y la conformación de un mercado de fuerza de trabajo libre. En general, estos estudios se caracterizaron por ser descriptivos, identificando el tipo de pasta, asociando al objeto con una función específica y estableciendo las relaciones comerciales presentes a partir de la determinación del lugar de origen.

En los últimos años las investigaciones se profundizaron y abarcaron distintos tipos de análisis. A partir de restos de lozas halladas en contextos urbanos y rurales en el partido de Olavarría (provincia de Buenos Aires), Langiano (2006) realizó una reflexión sobre la circulación de estos objetos en dichos espacios. Además, destacó que estas mercancías poseían un valor simbólico, en tanto funcionaban como marcador de status social. También en el partido de Olavarría, en un contexto rural, Wagner (2006) analizó y caracterizó la loza utilizando un análisis tecno-morfológico que le permitió inferir aspectos cronológicos. Irene Dosztal elaboró un trabajo de caracteristicas particulares (Dosztal, 2013). Mediante el estudio de la loza presente entre los años 1870 y 1875 en la colonia Alexandra Colony (provincia de Santa Fe), interpretó los modos de vida cotidianos a partir de las técnicas de manufactura, y la decoración de dichos materiales. Esto le permitió considerar el status económico y social de los habitantes y los patrones de consumo siguiendo dos niveles de análisis. Por un lado, las características inherentes como tipo de pasta, formas, decoración y fechado y por otro el estudio de la representación, la economía, el status y la función de los objetos. Esta metodología de análisis fue retomada por Pineau y Andrade (2016) en el sitio Mariano Miró (provincia de La Pampa). Allí, las autoras realizaron un estudio preliminar centrado en determinar las características morfológicas, estilísticas y funcionales del material para determinar patrones de uso, status económico y social de quienes utilizaron los objetos, el tipo de relaciones comerciales y las prácticas de consumo en este pueblo de principios del siglo XX.

En el marco de las actuales líneas de investigación mencionadas, el objetivo del presente trabajo es presentar los primeros resultados del análisis de la loza del sitio Boliche Lucanera. A partir de estudios tecnológicos y morfológicos se definieron los distintos tipos de objetos presentes en la muestra a fin de comprender las principales características del sitio (e.g. funcionamiento, proceso de formación, datación). La variabilidad de estilos decorativos, la presencia de sellos, marcas y los distintos objetos recuperados permitieron analizar las relaciones comerciales establecidas a nivel internacional. A su vez, permitieron conocer las pautas y patrones de consumo que se estaban incorporando en la sociedad bahiense hacia fines del siglo XIX y principios del siglo XX. En este sentido, se evaluó el impacto del capitalismo en un espacio periférico local. Las marcas postdepositacionales de los objetos brindaron información sobre los procesos de formación del sitio. Finalmente, la comparación con otros sitios de carácter rural presentes en la región Pampeana para el mismo lapso temporal permitió establecer similitudes y diferencias en relación con los objetos hallados, la circulación de los mismos y las prácticas de consumo asociadas.

El boliche Lucanera en la expansión rural bonaerense hacia fines del siglo XIX

La localidad de General Daniel Cerri se ubica dentro del partido de Bahía Blanca (sudoeste de la provincia de Buenos Aires), en las inmediaciones del estuario de Bahía Blanca, donde desemboca el río Sauce Chico (Figura 1). Si bien existen algunos antecedentes de ocupación estatal en la primera mitad del siglo XIX, fue a partir de la década de 1860 que se produjo una ocupación más intensiva del área por parte de la sociedad criolla con el establecimiento de algunas instalaciones agropecuarias y suertes de estancias en el marco del proceso de expansión estatal, apropiación de tierras e inserción de Argentina en el mercado internacional (Pupio & Perriére, 2013). El origen de la localidad se remonta a la década de 1870, con el emplazamiento del fortín Cuatreros. Este fortín, correspondiente a la línea de frontera de 1876 establecida durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, formó parte de una serie de instalaciones militares localizadas sobre el río Sauce Chico, con el objetivo de aumentar la estabilidad fronteriza y el potencial defensivo sobre dicho curso fluvial (Bayón & Pupio, 2003; Thill & Puigdomenech, 2003). En los primeros años del siglo XX comenzó un proceso de crecimiento urbano e industrial vinculado con la instalación de la Compañía Sansinena de Carnes Congeladas, propiedad del empresario Ernesto Tornquist, y del lavadero y peladero de pieles Soulas et Fils.

Figura 1 Ubicación geográfica del área de estudio. Referencias: a- Bahía Blanca. b- Localidad de General Daniel Cerri. 

El sitio Boliche Lucanera (38º42´44.6” S - 62º24’38.7” O) se encuentra ubicado en el patio de una construcción erigida en la primera década del siglo XX. De acuerdo a datos catastrales obtenidos en la oficina de Planeamiento Urbano de Bahía Blanca, se determinó que su edificación finalizó en el año 1908, bajo la propiedad de José Antonelli. Posteriormente, en abril de 1927, pasó a manos de Juan Lucanera y finalmente fue transferida en sucesión a Humberto Lucanera en el año 1941. Sus descendientes son los dueños actuales de la vivienda. Esta locación fue utilizada para el expendio de bebidas alcohólicas desde sus inicios. Las guías comerciales de las primeras décadas del siglo XX señalan que en el lugar se estableció el comercio Italia (propiedad de J. Antonelli), funcionando como almacén, café, bar, billar y, hacia el año 1922, como depósito de vinos. Con posterioridad a la transferencia a H. Lucanera, el negocio continuó como almacén hasta la década de 1970 (Vecchi, Tomassini & Frontini, 2015). En la actualidad la construcción se encuentra abandonada.

Materiales y métodos

En el año 2015, mientras se realizaban tareas de extracción de un árbol para la apertura de una calle, quedaron al descubierto restos industriales (vidrio, gres, loza, metal) y arqueofaunísticos. Inicialmente, para recuperar los materiales extraídos por la pala mecánica que retiró el árbol, se realizó la limpieza y el tamizado del sedimento removido (35 m3). La acción de la máquina generó un pozo de límites irregulares con un área aproximada de 29 m2. En los sectores NO y NE del mismo se observó la presencia de artefactos y restos arqueofaunísticos en estratigrafía, con presencia también de materiales de construcción (fragmentos de ladrillo) y evidencia de alteración térmica. Posteriormente, con el objetivo de conocer las dimensiones del pozo de basura original, se plantearon 19 cuadrículas de 1 x 1 m con una orientación SE-NO (Figura 2).

Figura 2 Referencias: a- Imagen satelital de Google Earth con detalle del área excavada. b- Plano de la excavación con detalle de las cuadrículas excavadas. Aquellas destacadas en gris representan las de mayor densidad de materiales recuperados, asociadas al pozo de basura original. 

Como resultado de las excavaciones se determinó una secuencia de 23 unidades estratigráficas (UE), ubicadas desde la superficie hasta 120 cm de profundidad (Figura 3). Estas fueron, en algunos casos, secuenciales y, en otros, intrusivas. Al realizar una comparación de la secuencia estratigráfica con aquella presente en los alrededores del sitio se observó una notoria diferencia en la cantidad de capas, composición y espesor de las UE, producto de las modificaciones (e.g. construcción de pisos) realizadas en el patio de la antigua vivienda.

El 28% de los materiales analizados fue recuperado en la UE 21. Esta se encuentra ubicada a 98 cm de profundidad, posee un espesor de 35-40 cm y una longitud de, al menos, 5 m. El sector NE de esta unidad fue afectado por la colocación de un caño de PVC y su posterior cobertura con un relleno compuesto por una mezcla de diferentes tipos de sedimentos y fragmentos de asfalto pertenecientes a la UE 6. Este depósito, que corta de manera longitudinal toda la secuencia estratigráfica fue denominada UE 23. En el resto de las UE los materiales hallados fueron escasos (fragmentos aislados de metal, vidrio o hueso). Aun así, hay aspectos destacables en algunas UE. En la UE 5 se colocó el sistema de desagote de una antigua bomba de agua, realizado con ladrillos y fragmentos de madera. La UE 6 estaba compuesta de una capa de asfalto de unos 5 cm de espesor, cuyos fragmentos fueron localizados en varias de las cuadriculas excavadas. Esta capa de asfalto fue rota con posterioridad para la colocación de una cañería en las cuadrículas 1,5W-4S, 2,5W-4S y 3,5W-4S, a 4 m del punto 0. Finalmente, la UE 10 estaba compuesta por material de relleno, incluyendo fragmentos de ladrillos, asfalto, escombros y algunos restos de vidrio y arqueofaunas.

Figura 3 Secuencia de las principales unidades estratigráficas identificadas. 

Para el análisis de la loza se siguieron las variables sintetizadas por Bagaloni (2014): dimensiones, parte de recipiente (borde, cuerpo, base, hombro), tipo de recipiente (plato, taza, bowl, bacín, entre otros), tipo de loza (creamware, pearlware y whiteware), color de la pasta, marcas de manufactura (craquelado, sellos), tratamiento de la superficie (vitrificación), color, decoración (tipo, lugar y motivos), marcas postdepositacionales (lascado, rayones, fractura, adherencias, manchas de óxido) y relaciones de ensamblaje (reparaciones y/o remontaje).

Por otro lado, la clasificación preliminar sobre los restos faunísticos se realizó a partir de la identificación taxonómica. En el caso de los mamíferos se los agrupo según su tamaño y peso en diferentes categorías (grandes, medianos y pequeños), de acuerdo con los criterios utilizados por otros investigadores (Doval & Tapia 2013; Silveira 1999; entre otros), Finalmente, se evaluaron modificaciones en las superficies óseas teniendo en cuenta la termoalteración.

Resultados

Características generales de los materiales

Los materiales hallados en el sedimento retirado por el accionar de la máquina excavadora y en los trabajos de excavación, corresponden a objetos de vidrio, loza, gres, porcelana, metal, materiales de construcción (ladrillos) y restos faunísticos. Una muestra proporcional del total de los materiales, obtenida a partir de los restos recuperados en la cuadrícula 0,5W-6S de la UE 21, indica que la mayor parte corresponde a restos óseos y vítreos. En menor medida se hallan loza, gres, cerámicos y metales. Otros escasos restos incluyen fragmentos de pipas de caolín y botones de nácar y plástico (Tabla 1). El estado de rotura es variable, hallándose desde objetos completos o casi completos (botellas, vasos y copas de vidrio) hasta fragmentos de tamaño muy pequeño (≤ 1 cm).

Tabla 1 Cantidad de fragmentos y frecuencia porcentual por tipo de material en la cuadrícula 0,5W-6S (UE 21). 

Tipo de material n %
Óseo 1061 58,07
Vidrio 686 37,54
Loza 63 3,39
Metal 11 0,6
Gres 4 0,2
Otros 3 0,19
Total 1828 100

El análisis de los restos arqueofaunísticos de esta cuadrícula permitió determinar la presencia de diferentes especies de vertebrados, tanto doméstica como silvestre. En el caso del primer conjunto se identificaron las siguientes: vaca (Bos Taurus); oveja (Ovis aries) y gallina (Gallus gallus domesticus). Entre los segundos se registró la presencia de venado de las Pampas (Ozotoceros bezoarticus); corvina rubia (Micropogonias funieri) y peludo (Chaetrophractus villosus). Por otro lado, se observó la presencia de restos quemados y calcinados, minoritarios en el total de los restos (21%). También se registraron marcas de corte, probablemente realizadas con objetos metálicos como hachas, serruchos, cuchillos y sierras eléctricas (Romina Frontini, comunicación personal, 2016). El material vítreo incluyó, por un lado, fragmentos de envases de bebidas alcohólicas como vino, whisky, ajenjo, Hesperidina y ginebra. De esta última se logró identificar botellas cuadradas de marca Hoytema and Co. y Jurgen Peters, provenientes de Holanda. Por otro lado, vidrios planos de ventanas, tulipas para lámparas, copas, vasos y frascos de perfume, entre otros. Algunos de estos restos muestran deformación por exposición a altas temperaturas y manchas de óxido producto del contacto con metales luego de su descarte. Los fragmentos de botellas de gres pertenecen a envases de ginebra, cerveza y/o agua mineral. Los fragmentos de metal corresponden a ollas, clavos y tornillos (Vecchi & Tomassini, 2015).

La loza

De la totalidad del material analizado hasta el momento, la loza conforma el tercer grupo en abundancia de objetos en el sitio luego de los restos faunísticos y los vidrios. Se contabilizaron 458 restos que fueron asignados a dos conjuntos diferentes. Por un lado, aquellos extraídos por la máquina excavadora durante la remoción del árbol denominado colección general (n=330) y por otro, aquellos recuperados en estratigrafía durante la excavación (n=128). De los objetos recuperados en la excavación, el 88,2 % (n=113) proviene de las cuadrículas asociadas al área de descarte. De estos, el 79% (n=90) fue hallado en la UE 21, entre 1 y 1,20 m de profundidad (Tabla 2). Las cuadrículas destacadas en la tabla representan las de mayor densidad de materiales recuperados que coinciden con el sector NE del área excavada.

Tabla 2 Relación entre las cuadrículas con las unidades estratigráficas y la cantidad de materiales recuperados. 

Cuadrículas asociadas al pozo de basura 1,5W-5S 1,5W-6S 2,5W-6S 2,5W-5S 3,5W-6S 3,5W-5S 0,5E-8S 0,5E-7S 0,5E-6S 0,5E-5S 0,5W-7S 0,5W-6S 0,5W-5S Total
Base - - - - - - - - 2 - - - - 2
0-60 cm - - - - - - - - - - - - - 6
U 1-9 - - - - - - 1 5 - - - - - 6
U 10 2 2 - - 1 1 - - - - - - - 3
U 11-17 - - - - - 3 - - - - - - - 0
U 18 - - - - - - - - - - - - - 2
U 19 - 1 - - - - - - - - - - 1 0
U 20 - - - - - - - - - - - - - 1
U 21 - 13 1 - - - - - 1 - 11 63 1 90
U 22 - - - - - - - 1 - - - - - 0
U 23 - - - - - - - - 2 1 - - - 3
Total 2 16 1 0 1 4 1 6 5 1 11 63 2 113

La totalidad del material analizado se encuentra fragmentado. De los 458 fragmentos, el 37,3% (n=171) posee un tamaño ≥ 30 mm. Al analizar independientemente el material de la colección general, recuperado de lo extraído por la máquina excavadora, el porcentaje de restos ≥ 30 mm es de 35,7% (n=118). En cambio, si se considera lo recuperado en la excavación, el 41,4% (n=53) tiene un tamaño ≥ 30 mm. El promedio de las dimensiones de las piezas es de 37,1 mm de largo y 32,9 mm de ancho. Si se tiene en cuenta sólo los materiales de colección general el largo es de 36,8 mm y el ancho de 31,8 mm. En el caso de los fragmentos recuperados de la excavación el largo es 38 mm y el ancho de 35,7 mm.

En cuanto a los tipos de pasta identificados (Tabla 3), se reconoció que la mayor parte del conjunto (73%) se corresponde con la loza whiteware y, en menor cantidad (20%), pearlware. Un 7% no pudo ser asignado a ninguna categoría. Dentro de este último subconjunto se incluyen ocho fragmentos de un plato de color amarillo recuperados tanto de la colección general (n=5) como de la excavación (n=3); una de estas piezas de excavación provino de la UE 1 (cuadrícula 3,5W-6S) a 10 cm de profundidad y las otras dos fueron halladas en la UE 3 (cuadrícula 1,5W-3S) a 20 cm del nivel actual de suelo.

Tabla 3 Tipos de loza halladas según las características de la pasta. 

Tipo de loza n % Colección General Excavación
Whiteware 332 73 268 64 (38 en la UE 21)
Pearlware 92 20 39 53 (52 en la UE 21)
Indeterminado 35 7 24 11

En relación con el análisis funcional de los objetos, el 86% corresponde a objetos que pueden ser incluidos dentro la categoría vajilla de mesa (platos playos de distintos tamaños, tazas, pocillos, bowls y fuentes, entre otros) mientras que un 9% pertenece a objetos de higiene personal (bacinillas). En tanto, un 5% no ha podido ser asignado a ninguna categoría funcional debido a su pequeño tamaño. Los porcentajes varían levemente entre los dos conjuntos analizados. En el caso del conjunto de colección general, la vajilla representa el 94,24% mientras que los fragmentos del bacín son el 1,5% (n=5) y los indeterminados el 4,24 % (n= 14). De lo recuperado en la excavación los fragmentos de vajilla son el 63% (n= 81), los correspondientes a objetos de higiene el 28% (n= 36) y los indeterminados el 9% (n= 11). Entre el tipo de vajilla, el 67% de los objetos representados son los platos de distintos tamaños (n=264). En ambos conjuntos, las partes más destacadas son la base y los bordes. En segundo lugar, aparecen bowls y fuentes (21%) y en tercer lugar las tazas y tacitas (11%). De estos objetos la parte predominante es el cuerpo. Por último, un 1% de los fragmentos no pudo ser relacionado con ningún tipo de objeto.

Del total de fragmentos analizados, el 84% (n=384) no están decorados. Esto se corresponde con la mayor parte de los platos y tazas. No obstante, en algunos platos y todos los bowls se observó la presencia de decoración de distintos tipos (Figura 4). La tipología con mayor representación es por transferencia e impresión por debajo del vidriado (González & Pedrotta, 2006). Entre los motivos más destacados aparece la decoración floral azul, floral rosa y floral policroma, visualizada en bowls y fuentes (n=70; 15%). En menor medida, hay objetos decorados de forma anular naranja y floral azul, pertenecientes a platos (1%).

Figura 4 Estilos decorativos presentes: a) Decoración floral polícroma; b) Decoración floral azul; c) Decoración floral rosa; d) Decoración anular naranja; e) Decoración floral azul, posiblemente anular. 

Se observaron distintos tipos de marcas postdepositacionales. Entre ellos se destacan lascados de variado tamaño, adherencias, manchas de óxido y rayones. Estas marcas se encuentran, en muchos casos, combinadas y se presentan tanto en los materiales de la colección general como en los de excavación. La mayor representación está dada por los lascados; en el caso del material de colección general se evidencia en el 64,5% de los fragmentos (n=213) y en lo recuperado de excavación en el 60,9% (n=78). Una cantidad menor de piezas (n=100) presentan manchas de óxido y/o adherencias producto del contacto con metales (Figura 5); la mayoría de las cuales (n=71) pertenecen a la colección general. De los 29 fragmentos restantes, 27 se encontraron en la UE 21. Por último, 4% de los objetos analizados (n=17) presentan manchas negras que evidencian termoalteración, cinco de ellos recuperados en la UE 21.

Figura 5 Fragmentos de platos con adherencias metálicas y manchas de óxido recuperados en la cuadrícula 0,5W-7S (UE 21). 

En cuanto a las relaciones de ensamblaje, se realizaron remontajes de piezas que dieron lugar a la identificación de un número mínimo de objetos, entre los que se destacan seis platos de distintos tamaños, tres tazas, tres bowls y una bacinilla. En algunos casos, esto permitió la identificación de marcas y sellos (Figura 6). Se determinó la presencia de cuatro marcas, siendo la de mayor presencia Petrus Regout and Co. de Maastricht, observada en platos (Tabla 4).

Figura 6 Presencia de sellos y marcas identificados. Referencias: a- Plato playo con sello de esfinge perteneciente a la fábrica Petrous Regout and Company (Maastrich, Holanda). b- Platillo con el escudo de armas real del Reino Unido. Incluye la frase Dieu et mon droit. c- Plato playo con sello Ironstone China de la fábrica J&G Meakey, en Hanley (Inglaterra). d- Platillo con el escudo de armas real del Reino Unido. Incluye la frase Dieu et mon droit. e- Bowl decorado de marca Opaque de Sarreguemines (Francia). 

Tabla 4 Marcas y sellos identificados en diferentes objetos recuperados. 

Marca/sello Objeto Cantidad de fragmentos Número mínimo de objetos Origen Adscripción temporal
Petrous Regout and Co. Plato 16 3 Holanda A partir del último cuarto del siglo XIX
Opaque de Sarreguemines Bowl 3 1 Francia Entre 1875 y 1890
J&G Meakey Ironstone China Plato 1 1 Inglaterra Desde la segunda mitad del siglo XIX
Escudo de armas Reino Unido Platillos 5 2 Inglaterra Segunda mitad del siglo XIX

Discusión y conclusiones

A partir de los tipos de materiales hallados y los datos analizados es posible discutir algunos aspectos relacionados con el origen del sitio, su funcionamiento y los procesos de formación del mismo. En principio hay que destacar que, debido a que la mayor parte del material proviene de lo que dejó al descubierto la pala mecánica, no pudo establecerse una correlación con la secuencia estratigráfica correspondiente. Sin embargo, la alta densidad de materiales hallados en la UE 21, en contraposición a la escasez de objetos en otras UE, nos permite considerar a esta unidad como aquella donde se generó el pozo de basura. El análisis permite interpretar que el sitio se habría originado como basural o espacio de descarte donde se desecharon los distintos materiales de la vivienda-comercio.

Como se presentó en trabajos previos (Vecchi & Tomassini, 2015), los estudios realizados sobre los materiales vítreos y restos de botellas de gres permitieron establecer la cronología del sitio. Por un lado, se identificaron recipientes de bebidas alcohólicas como botellas cuadradas de ginebra (limetas), con marca Hoytema & Co. y Jurgen Peters provenientes de Holanda, así como también de Hesperidina, whisky y vino. Los elementos de gres pertenecen a envases de ginebra y cerveza. Entre estos recipientes hay recipientes monocromáticos y bicromáticos, correspondientes a botellas cilíndricas y sinusoidales (Schávelzon, 1991). La mayor parte del material analizado corresponde a la segunda mitad del siglo XIX.

La función y el uso de los objetos permiten considerar las actividades desarrolladas en el sitio. Por un lado, la mayor parte de los objetos pueden ser asignados a la categoría vajilla de mesa (platos, tazas, pocillos, bowls, fuentes, entre otros), mientras que un porcentaje menor corresponde a objetos de higiene personal (bacinillas). La identificación de al menos nueve platos, tres bowls y tres tazas a partir del remontaje permite comprender con mayor profundidad algunas de las prácticas culinarias que se fueron incorporando en la campaña bonaerense. Los platos, por ejemplo, aunque imprescindibles desde la época virreinal, a partir de la segunda mitad del siglo XIX se transforman en objetos habituales de las mesas rurales sin distinción de poder económico, relevancia social y lugar de la comida (Mayo et al., 2005). Los distintos tamaños que poseen dichos platos podrían estar indicando su uso como parte de un juego de té (asociados a las tazas y pocillos) o para servir postres. Asimismo, los bowls y las fuentes pueden haber sido utilizados para la cocción o para la presentación de los alimentos. Una cuestión a destacar es, en relación con el total de materiales recuperados (principalmente materiales vítreos y arqueofaunas), la escasa cantidad de objetos de loza. Esto podría estar indicando su uso de forma privada dentro de la vivienda y no como parte del espacio comercial. Por otro lado, permite ver la coexistencia de los dos espacios en un mismo contexto de descarte.

En cuanto a los tipos de pastas identificadas, se reconocieron las variantes whiteware y pearlware. La mayor parte se corresponde con el primer tipo, ubicado temporalmente a partir de la década de 1830. Un porcentaje menor (20%) pertenece a la loza pearlware, fabricada con anterioridad. Cabe destacar que 51 de los 52 fragmentos de esta última fueron recuperados en la UE 21. La aparición de estos materiales en ese contexto estratigráfico, que por su ubicación puede interpretarse como el más antiguo, estaría indicando que su descarte se produjo en los momentos de construcción del pozo. En Argentina el uso de esta loza se mantuvo hasta el año 1880, al menos en las ciudades (Schávelzon, 1991), por lo que la presencia de 92 fragmentos sugiere una perduración de estos objetos en un espacio rural hacia los últimos años del siglo XIX y, probablemente, inicios del siglo XX. Si tenemos en cuenta la escasa cantidad de objetos de loza presente en el sitio, en particular pearlware, podemos considerar la existencia de un descarte mucho más controlado de estos objetos en comparación con otros. Esto estaría directamente relacionado con su utilización muchas veces como elementos suntuarios para marcar prestigio (Andrade Lima, 1999). Por lo tanto, eran conservados dentro del grupo familiar y transmitidos a través de las generaciones. Este aspecto se encuentra evidenciado en otros sitios rurales del mismo período, tanto dentro como fuera del espacio pampeano (Brittez, 2000; Casanueva, 2013).

La decoración de los objetos es otra cuestión importante para destacar. Como se mencionó, la mayoría de los fragmentos, incluyendo principalmente platos y tazas, no están decorados. Sin embargo, en todos los bowls se identificó la decoración floral rosa, azul y polícroma. A su vez, dos platos tienen decorados de forma anular naranja y floral azul. Si bien en este trabajo utilizamos el criterio habitualmente establecido en arqueología histórica de describir y analizar a los objetos a partir de las categorías whiteware y pearlware, debemos mencionar que, en el siglo XIX, las lozas eran valoradas, y su precio determinado, por el tipo de decoración que presentaban, por lo que los patrones decorativos constituyen un atributo más adecuado para inferir el estatus de los objetos. Hasta la década de 1850 aproximadamente, el precio de la loza estaba determinado por su decoración y aquellas no decoradas eran las más económicas (Miller, 1991). Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo, las listas de precios comienzan a mostrar una equiparación entre la loza decorada y sin decorar. Teniendo en cuenta que la mayoría del material decorado recuperado es del tipo pearlware (producido desde ca. 1780), podemos interpretar que éstos pudieron haber sido considerados bienes de lujo y utilizados para marcar cierto tipo de status, ya que el valor social de cualquier mercancía está relacionado al precio de ese bien. Asimismo, las razones del consumo de artefactos de loza o porcelana no obedecen sólo a cuestiones de índole económica y comercial. Usar vajilla inglesa era uno de los medios para adquirir prácticas culinarias, comportamientos y estilos encarnados en dichos objetos (Moreyra, 2017).

La identificación de algunos sellos y marcas en la vajilla resulta de importancia ya que, además de confirmar la temporalidad otorgada al sitio, nos brinda información vinculada a su procedencia y las relaciones comerciales establecidas a nivel internacional. El tipo de marca que más aparece representada es Petrus Regout and Co., de Maastricht (Holanda). Las empresas holandesas que fabricaron loza igualaron en calidad a la producción inglesa y comenzaron a tener un mercado de exportación muy importante desde mediados de siglo XIX. Este tipo de lozas solían ser muy comunes debido a su bajo costo, que las transformó en objetos de consumo masivo (Schávelzon, 1991). El tipo de sello con la esfinge permite datarla a partir del año 1879. En relación con la vajilla inglesa, se identificó un plato con el sello Ironstone China J&G Meakey-Hankey England. La fábrica, instalada en Hanley, Staffordshire, produce desde aproximadamente la mitad del siglo XIX hasta la actualidad (Godden, 1988). La presencia del escudo de armas del Reino Unido con la frase “Dieu et mon droit” (traducida como “Dios y mi derecho”) indica por parte de la empresa fabricante un compromiso con el proyecto imperialista británico, así como una pretensión de prestigio. Por otro lado, ese tipo de sello con la palabra “England” indica una adscripción temporal al último cuarto del siglo XIX (Fisher, 1970; Majewsky & O´Brien, 1987). En dos platillos se identificó solamente el escudo de armas real, sin poder identificar exactamente su procedencia. Una tercera marca identificada es la francesa Sarreguemines. Esta marca fue fabricada por diferentes establecimientos de manera continua entre los años 1790 y 2007 (Puebla, 2017). En el caso del sitio analizado, se encuentra representada por bowls y, por el tipo de sello, se la puede ubicar temporalmente entre los años 1875 y 1890.

Una mención aparte merece los fragmentos de plato de loza color amarillo, similar a la creamware. Tres de ellos fueron recuperados en las primeras UE de descarte, a 20 cm del nivel del suelo, por lo que pueden ser interpretados como temporalmente recientes. En efecto, se trata de un producto de elaboración nacional de la marca Boulogne durante la década de 1950 en la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fé. (Schávelzon, 2006; Universidad del Museo Social Argentino, 2016). Probablemente se trate de un plato de loza whiteware teñido de amarillo, práctica común en Inglaterra a partir del año 1930 y replicada en Argentina, cuando se revalorizó la moda de usar lozas creamware (Schávelzon y Frazzi, 1997). Este tipo de materiales aparece también representado en contextos urbanos del mismo período en Buenos Aires, Rosario y Mendoza (Puebla, 2017). Su presencia en el sitio nos estaría indicando una continuidad en cuanto al tiempo que estuvo ocupada la vivienda, por lo menos hasta la segunda mitad del siglo XX. Esta interpretación resulta coincidente con los testimonios orales y la información brindada por los herederos de los dueños (Hernán Pérriere, comunicación personal, 2019).

Las marcas de uso y postdepositacionales observadas en diversos objetos permiten considerar el contexto de descarte. Como se mencionó, la totalidad del material se encuentra fragmentado, aunque no es posible determinar con exactitud el momento de la fractura, es decir, si se produjo con anterioridad o posterioridad a su descarte. Entre los materiales provenientes de ambos conjuntos analizados, se observaron pequeñas diferencias en cuanto a su tamaño. Los materiales extraídos por la máquina resultaron ser levemente menores que aquellos extraídos durante la excavación. Por la escasa diferencia entre ambos conjuntos no es posible determinar con exactitud que la acción de la maquina haya afectado la integridad de los mismos. Por otro lado, la presencia de algunos fragmentos con adherencias y manchas de óxido indicaría que se descartaron en un mismo lapso de tiempo residuos de metal en ese espacio. Por último, la presencia minoritaria de restos quemados evidencia que no se produjo una quema sistemática del material descartado.

Con respecto a la cronología establecida para el sitio, ésta coincide con el inicio de una ocupación intensiva por parte de la sociedad criolla y el estado nacional sobre el área de estudio. Si bien desde el registro escrito el uso de la vivienda y el comercio estaría dado a partir de inicios del siglo XX, la información material indica momentos previos de ocupación, posiblemente vinculados a la instalación militar del Fortín Cuatreros en el año 1877 y a los establecimientos agropecuarios (Figura 7). Los duplicados de mensura realizados sobre la zona aledaña al río Sauce Chico son posteriores al año 1874. En ellos es posible observar la incipiente ocupación que comenzaba a producirse. A partir de este relevamiento se constató la presencia de un núcleo de población (Nueva Roma), dos instalaciones militares (Fuerte Argentino y Fortín Pirán), cinco puestos rurales y, al menos, tres establecimientos productivos. Al igual que en otras áreas rurales de la región, la instalación de los comercios rurales se encuentra ligada al desarrollo de actividades productivas en esa zona y acompaña su crecimiento (Lluch, 2003).

Figura 7 Plano del año 1884 con detalle de los campos pertenecientes a Ernesto Tornquist ubicados en la zona de estudio. Referencias: 1) Fortín Cuatreros. 2) Puestos, pulperías y/o taperas. Modificado de Pupio y Pérriere (2013). 

Un último aspecto a relevar son las diferencias y similitudes con otros sitios de carácter rural de la región Pampeana durante la segunda mitad del siglo XIX (Tabla 5). En principio, la variedad de lozas presentes es similar en todos ellos, destacándose los tipos whiteware y pearlware. Este punto resulta coherente teniendo en cuenta el lapso temporal estudiado, que abarca la segunda mitad del siglo XIX. En general, los objetos representados son los mismos, incluyendo artículos de vajilla de mesa (platos, tazas, pocillos, bowls y fuentes, entre otros) y de higiene personal (bacinillas). La visibilidad arqueológica de estos objetos en diferentes espacios de la región Pampeana estaría indicando la adopción de determinados patrones de consumo por parte de la sociedad, además de permitir observar un proceso de homogeneización en las prácticas de consumo de determinados bienes.

Tabla 5 Comparación con otros sitios de similar cronología en la región Pampeana. 

Sitio Cronología Tipo de loza N fragmentos Tipo de objetos Decoración Marca/Sello Referencias
La Colorada (estancia) Mitad del siglo XIX Creamware-Pearlware-Whiteware 70 Cerámica doméstica A mano; impresa Thomas Hughes (Burslem, Inglaterra) Casanueva, 2004
Estancia El Rosario Mitad del siglo XIX Pearlware-Whiteware 278 Vajilla, porcelana china Loza pearlware con decoración floral Inglaterra, Francia y Holanda Gómez Romero, 2016
Las Toscas (puesto rural) Segunda mitad del siglo XIX Whiteware 28 Plato, taza, bowl y bacín Un fragmento con decoración geométrica azul - Bagaloni, 2014
Máximo Ortiz (puesto rural) Segunda mitad del siglo XIX Pearlware 1 Plato Decoración con flecos - Bagaloni, 2014
Estancia La Libertad Siglo XIX Pearlware- Whiteware 45 Platos, tazas, fuentes y jarros Anular impresa- floral Boch Fréres (Bélgica) Bagaloni, 2014
Posta El Caldén (pulpería) Fines de siglo XIX - - - - - Montanari y Doval 2016
Fortín Pescado Castigado 1858-1863 Pearlware 4 Taza, bowl o bacín Floral polícroma - Bagaloni 2015
Fortín La Parva 1858 Creamware-Pearlware-Whiteware 11 Platos, tazas y fuentes Anular monocroma pintada a mano - Langiano, 2015; Merlo, 2015
Fortín El Perdido 1865 Creamware- Pearlaware-Whiteware 63 Platos, tazas y fuentes Anular monocroma impresa y pintada a mano - Langiano, 2015
Fortín Miñana 1860-1869 Pearlaware 21 - Floral - Gómez Romero, 1999
Fortín Lavalle Sur 1869 Creamware-Pearlaware 43 Platos, tazas y fuentes Sin decoración - Langiano, 2015
Fuerte San Martín 1872 Creamware-Pearlaware-Whiteware 42 Platos, tazas y fuentes Anular polícroma impresa Escudo de armas real Meakin England Langiano, 2015
Fortín General Paz 1869-1876 - 443 - Transferencia - Leoni et al., 2018

En relación con la representación de los sellos y las marcas halladas, no se observan grandes similitudes entre el Boliche Lucanera y los otros sitios considerados. Solamente en el caso del Fuerte San Martín aparece un plato con el escudo de armas real de la fábrica Meakin (Inglaterra). Sin embargo, sí es posible encontrar semejanzas cuando la comparación se realiza con sitios urbanos de la segunda mitad del siglo XIX. Tanto en la ciudad de Buenos Aires (Schávelzon, 1991) como de Mendoza (Puebla, 2017) fueron recuperados objetos de loza de las mismas marcas que se mencionan en este trabajo. Este aspecto puede estar indicando un patrón distinto o más amplio de circulación y consumo de determinados objetos ya que están presentes en espacios tan disímiles como la cordillera y la costa atlántica y en diferentes contextos socioeconómicos. En el caso de Bahía Blanca, la presencia de algunos de estos sellos comerciales (J&G Meakin y Petrous Regout provenientes de Inglaterra y Holanda respectivamente), se encuentra evidenciada en el sitio Basural Norte, correspondiente a un espacio de descarte urbano de fines del siglo XIX y principios del XX (Becher, 2012). Es interesante observar que la circulación y el uso de los objetos en ambos espacios era el mismo. En algún punto, resultaron ser más accesibles para distintos sectores socio-económicos del mundo rural y urbano. De este modo, los vínculos entre ambos espacios en el área de Bahía Blanca hacia fines del siglo XIX eran cada vez más estrechos.

De acuerdo al Anuario Estadístico de la provincia de Buenos Aires, en la sección de comercio especial por Aduanas y receptorías, para 1883 está determinada la importación de “lozas de todas las clases” en Bahía Blanca por un valor de sólo $13 m/n (1883: 292-294). Esto permitiría interpretar que la presencia del puerto de la ciudad no habría tenido una injerencia relevante en la llegada de determinados productos (Archivo Histórico Municipal de Bahía Blanca, 2017). Si se lo compara con otros partidos de la provincia de Buenos Aires en el mismo año resulta un valor poco significativo. Por ejemplo, en Campana la importación de estos productos fue de $170 m/n y en San Nicolás de $1161 m/n. En años posteriores, hasta el año 1896, no hay mención a la importación de lozas en Bahía Blanca no existe, por lo que es posible que las vías de acceso hayan sido otras. En este sentido, y siguiendo la propuesta elaborada por Gómez Romero (1999), era usual que las lozas importadas que ingresaban al país por el puerto de Buenos Aires, fueran utilizadas en dicha ciudad o en otros centros urbanos por cierto tiempo y, posteriormente, llegaran a las zonas fronterizas. Así, los objetos eran descartados varios años después de haber sido manufacturados y adquiridos. La llegada del ferrocarril a la ciudad de Bahía Blanca en el año 1884 marcaría otra de las vías de acceso posibles de estos productos; sobre todo, teniendo en cuenta que este medio de transporte significó una transformación muy grande para las poblaciones rurales, disminuyendo los costos del transporte y posibilitando un acercamiento entre la ciudad y el campo (Lluch, 2003). La conexión de Bahía Blanca con General Daniel Cerri se profundizaría con la construcción de la estación de ferrocarril Villa Olga en el año 1891 (Guerreiro, 2011).

El origen de los productos nos habla de las relaciones comerciales establecidas a nivel internacional, así como también de las pautas de consumo de la sociedad que los estaba utilizando. La mayoría de los materiales recuperados en el Boliche Lucanera corresponden a la segunda mitad del siglo XIX y son de origen extranjero (excepto el plato de producción nacional que pertenece a la mitad del siglo XX): Holanda, Inglaterra y Francia, países que se encontraban en plena industrialización. En tal sentido, la incorporación de productos importados durante todo el siglo XIX se transformó en una especia de moda (Schávelzon et al., 2016) para los sectores sociales urbanos y rurales de distintas clases sociales, por lo que se observa a mediados de siglo indicios de complejización en el mundo rural, donde la introducción de los nuevos productos, preferencias y gustos permiten interpretar cierta sofisticación y renovación en los hábitos alimenticios (Mayo et al., 2005; Wibaux, 2004). El registro arqueológico del sitio Boliche Lucanera muestra estos nuevos patrones alimenticios que marcan el proceso de modernización socioeconómico que se desarrolló en el mundo rural a mediados del siglo XIX, en un contexto de marcada expansión de los circuitos comerciales, de cambios en las vías de transporte, abastecimiento de productos, formas de comercio y de crecimiento de los pueblos de la provincia de Buenos Aires.

Agradecimientos

Los autores deseamos expresar nuestro agradecimiento a Rodrigo Vecchi y a Victoria Pedrotta por la lectura crítica del manuscrito. Agradecemos también a los editores y revisores por las observaciones y sugerencias realizadas que contribuyeron a mejorar sustancialmente el artículo. Al Instituto Cultural de la ciudad de Bahía Blanca por haber apoyado este proyecto con una beca laboral y por su colaboración en los trabajos de campo. A Santiago Jara, director del Museo Fortín Cuatreros quien realizó la identificación inicial de los materiales. El presente trabajo se realizó en el marco de los proyectos de investigación financiados por la Agencia de Promoción Científica y Tecnológica (PICT 2016-0368) y por la Secretaría de Extensión de Ciencia y Técnica-Universidad Nacional del Sur (24/I222).

Referencias citadas

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Recibido: 19 de Abril de 2020; Aprobado: 14 de Julio de 2020

*Autor para correspondencia: Hernán Tomassini, e-mail tomassinihernan@gmail.com

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