RESEÑA DE LIBROS

Horacio M. Sánchez de Loria Parodi, Indalecio Gómez y su época. Sus ideas político-jurídicas
Buenos Aires, Cátedra Jurídica 2012, 313 págs.

El libro que reseñamos se inscribe en una larga trayectoria del autor en el estudio y divulgación de la vida y obra de católicos comprometidos con los tiempos que les tocó vivir, entre los que destaca Indalecio Gómez por su activa participación en la actividad política del país. Nacido en 1850, y muerto en 1920, este salteño de familia tradicional vivió intensamente los procesos de transformación institucional que, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX, culminaron en la consagración de la república democrática, en 1912, con la profunda reforma electoral que impulsara el Presidente Roque Sáenz Peña, y en cuya concreción tuvo Gómez, como su Ministro del Interior, destacadísima actuación.
Pero mucho pasó antes de llegar a ese momento, tanto en la vida nacional como en la del autor en estudio. Y de ello, con profundidad y claridad, da cuenta Sánchez de Loria Parodi en este libro. Conviene aclarar que no es una biografía. Es mucho más que eso. Indalecio Gómez es el centro de atención desde el que se revisa una época, recortada su figura sobre el fondo de una de las etapas más ricas, cambiantes e innovadoras de nuestra historia. El relato de su vida va abriendo la perspectiva a la comprensión del país, de sus necesidades y cambios, en el tránsito de un siglo al otro, con la particular impronta que la visión de un católico, no exento de impulsos reformistas, aportará a tales transformaciones. Impronta de la visión... que aportará...
Un primer y extenso capítulo revisa su vida entrelazada, como dije, con los acontecimientos políticos con los que estuvo siempre comprometido. Desde sus inicios provincianos, pasando por su formación universitaria y primeras actuaciones públicas en su Salta natal, hasta sus decisivas actuaciones como diputado nacional, diplomático y ministro de Sáenz Peña, el autor nos ilustra sobre la acción y las ideas de Gómez quien, si bien no expuso un pensamiento teórico orgánico dejó, sobre todo en sus intervenciones parlamentarias, líneas claras que permiten hoy reconstruir su ideario.
De éste se ocupa en un segundo capítulo que corona la obra, donde Sánchez de Loria Parodi articula y ordena las reflexiones del salteño en torno a ciertos ejes centrales. El primero y más significativo se refiere a la dimensión religiosa, destacando que "toda su conducta política se entiende a la luz de las profundas creencias religiosas que lo distinguían",lo que impregnaba toda su acción, signada por la preocupación por recuperar el clima ético en la vida política nacional.
No era ajena a esta impronta central su preocupación por el mejoramiento de la calidad institucional del país que, como el autor resalta, se centraba en el respeto a la república representativa, la división de poderes, la independencia judicial, la federación, las garantías individuales, la alternancia de los gobernantes, la sana administración y la moralidad pública. En estos aspectos destaca la influencia de Esquiú, que tiñe de espíritu religioso a un ideario modernista.
Destaca también el talante conservador del salteño, que rechazaba los cambios bruscos y las soluciones extremas, inclinándolo a favorecer las reformas paulatinas, pacíficas, "encauzadas en un orden dinámico y en lo posible conciliadoras". En ese marco se inscribe el compromiso de Gómez con la transformación electoral, verdadera reforma política de fondo que posibilitó, en términos alberdianos, el tránsito de la  República posible a la verdadera y la consolidación de los partidos como fuerzas orgánicas, doctrinarias, "de principios" como solía decirse en la época.
Su preocupación por la educación, la cuestión social, el desarrollo económico, la integración territorial y la proyección continental del país completan los temas que el autor analiza en su reconstrucción del pensamiento de Gómez, completando así la semblanza de este personaje central en la conformación de la Argentina moderna, hoy un tanto olvidado.
Obra recomendable, sin dudas, la que aquí reseñamos. Más aún, inexcusable para todos aquellos que investigan el pensamiento católico argentino comprometido con la acción política, en especial en aquellas primeras décadas del siglo pasado, en que un sincero impulso republicano y democrático inspiraba a quienes se involucraron, desde diversas cosmovisiones, en la regeneración moral de la vida pública.

Carlos Egües
Universidad de Mendoza