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Revista SAAP

On-line version ISSN 1853-1970

Revista SAAP vol.4 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires Jan./June 2010

 

NOTAS

¿Todavía un voto de clase? Elecciones porteñas de 2009

Jorge Raúl Jorrat

CEDOP / UBA / CONICET
jrjorrat@mail.fsoc.uba.ar

I. Consideraciones iniciales

Se intenta aquí un primer ejercicio sobre las elecciones porteñas de 2009 en base a datos agregados, que se inscribe en una trayectoria de investigación sobre clase social y voto en la Ciudad de Buenos Aires en la que he estado involucrado desde hace ya un largo tiempo.

Las referencias a la vinculación clase-voto se encuentran en diversos escritos previos colaborativos (Canton y Jorrat, 2001, 2005, 2007). Recordemos de pasada la polémica sobre las discusiones acerca de la muerte, o supuesta muerte, de las clases, en particular en cuanto a su capacidad de explicación del comportamiento electoral1. El interés de este debate está fresco todavía, aunque, señala Goldthorpe (2007: 125), parece en estos momentos "haberse proseguido hasta el punto de un rendimiento decreciente".

En la amplitud de la bibliografía para dar cuenta del voto suelen distinguirse, entre otras, "tres grandes" variables u orientaciones en las exploraciones: la percepción de la economía (voto económico), la clase social y la tradición electoral, o la identificación político-electoral, o la ideología. O sea, la economía, la clase y los antecedentes político-ideológicos importan. El tema es en qué medida lo hacen, cuál es la fuerza de cada una de ellas.

Esa pregunta está lejos de poder ser evaluada en particular aquí, a partir de datos de los actuales 167 circuitos electorales de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Sólo podemos circunscribirnos a exploraciones sobre la persistencia o no de una pauta de clase en el voto, según asociaciones "ecológicas", es decir, con datos agregados. Añadiremos alguna evaluación del peso de la clase en el voto, a partir de estimaciones a nivel individual según datos agregados, usando propuesta y software desarrollados por King (1997). Nótese que lo que sería una especie de hipótesis-guía ya supone la existencia histórica de una pauta de voto de clase. La "competencia" de la clase con otras variables explicativas requeriría de diferentes aproximaciones al tema.

Resumiendo: proponemos en esta nota evaluar en particular, para estas elecciones de 2009, la persistencia de una pauta de voto obrero por el "peronismo" vis-a-vis otras fuerzas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), indagando sobre si la presencia de nuevas —y no claramente definidas aún— alianzas políticas habría desdibujado pautas preexistentes.

II. Datos y metodología

Los datos son resultados electorales de diputados nacionales de 2009 por circuito (167) en la CABA, considerados como porcentajes del total de votantes. Se descansará en los datos del padrón masculino, por sus mejores posibilidades para construir categorías ocupacionales o de clase, además de permitir —lo que no ocurre con el padrón femenino— considerar la variable edad2.

La variable "clase social" fue construida estonces a partir de las ocupaciones de los padrones masculinos de 2009. Tales categorías las utilizamos en múltiples oportunidades y son: 1) obreros no calificados, 2) obreros calificados, 3) oficios cuenta propia, 4) agricultores (de muy escasa presencia), 5) técnicos, 6) comerciantes, 7) empleados, 8) estudiantes jóvenes (aquellos con hasta 29 años en 2009), 9) estudiantes mayores (los de 30 años y más en 2009) y 10) profesionales y empresarios. Dejamos fuera los jubilados, pensionados, fuerzas armadas, religiosos, además de los que aparecen como "sin ocupación". También consideramos en algún momento, además de ocupación, la variable grupos de edad.

Presentamos resultados de correlaciones y regresiones "ecológicas" para las cuatro fuerzas principales, además de estimaciones del porcentaje de trabajadores manuales (suma de las categorías 1 a 3) y no manuales (resto de las categorías) que votaron por el Frente para la Victoria (Heller; FPV en adelante) y por el Proyecto Sur (Solanas; SUR en adelante), según la mencionada propuesta de King. Se supone que estas dos fuerzas disputaban el electorado peronista tradicional, disputa en la que no habría que descartar esfuerzos de Propuesta Republicana (PRO en adelante) en ese sentido. Tales estimaciones primero obtienen el porcentaje de manuales y no manuales votantes y luego el porcentaje de manuales y no manuales votantes que se inclinaron por un partido. Estos resultados nos permiten calcular el tradicional índice de Alford (1962), obtenido como la diferencia entre el porcentaje de trabajadores manuales (en general clase obrera) que votan a un partido y el porcentaje de clase media que vota al mismo partido3.

III. Primeros análisis de los datos según correlaciones simples

Una advertencia previa: por una "licencia del lenguaje" y para simplificar la lectura, hablaremos muchas veces de "apoyos" y "rechazos", cuando en realidad se trata de asociaciones, vinculaciones o efectos en el nivel agregado, que muestran cómo varía el porcentaje de votos por una fuerza a los largo de los circuitos, a medida que varían los porcentajes de ocupaciones o de grupos de edad.

El Cuadro 1 muestra las correlaciones simples por circuito entre ocupación y las cuatro fuerzas principales. El Acuerdo Cívico y Social (ACS en adelante) y el FPV muestran exactamente caras opuestas: asociación positiva significativa con trabajadores manuales y empleados, y negativa significativa con otras ocupaciones de clase media o media-alta el FPV, la situación inversa el ACS. El PRO tiene pautas relativamente similares al ACS, pero en un nivel menos marcado. La pauta de SUR es más variada, cercana al FPV. Parece lograr apoyos de los trabajadores manuales más calificados, de los empleados y de los técnicos, siendo la única fuerza que muestra asociación positiva significativa con estudiantes jóvenes (que se presumen auténticos estudiantes). Por otro lado, no parece haber sido rechazado por la categoría media o media-alta de más peso en el padrón, constituida por los estudiantes mayores (que se podría presumir que, en porcentajes relevantes, se convirtieron en empleados medios y altos, además de técnicos y profesionales).

Cuadro 1
Coeficientes de correlación simple de ocupación y voto, 167 circuitos de la CABA.Elecciones de Diputados de 2009, voto de varones

* La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Fuente: Las ocupaciones son categorizaciones propias por circuito de datos de los padrones electorales masculinos de la CABA (2009), mientras que los resultados electorales son resultados oficiales masculinos por circuito. Los primeros son porcentajes sobre total de inscriptos, los segundos sobre total de votantes.

Si por un momento dejamos de lado los temores de cometer la "falacia ecológica", se podría decir que en la Ciudad de Buenos Aires en 2009 las pautas de clase y voto habrían sido las siguientes:

a) apoyo de trabajadores manuales y empleados al FPV y a SUR (aunque en este último caso se excluyen los manuales no calificados) —mucho más marcado para FPV—, rechazo de los sectores medios (excluidos los empleados —asalariados no manuales rutinarios—) y medio-altos a los mismos (estudiantes mayores, profesionales y empresarios, aunque los estudiantes jóvenes se asocian a SUR);
b) apoyo de los sectores medios (excluidos los empleados) y en particular medio-altos a ACS y PRO, rechazo de los trabajadores manuales y empleados a estos últimos (en menor medida al PRO).

Recuérdese, de todas formas, que lo que un coeficiente de correlación lineal simple nos dice en realidad —por ejemplo una correlación positiva significativa entre obreros y FPV—, es que a medida que crece el porcentaje de obreros a lo largo de los circuitos, crece también el porcentaje de votos por el FPV.

Cuando se considera la edad (Cuadro 2), los jóvenes parecen inclinarse por el FPV y, en menor medida, por SUR, rechazando a las otras dos fuerzas. En general, los de menos de 60 años se asocian más con el voto por el FPV. A contrario sensu, los de cerca de 60 años y más se inclinarían por estas últimas dos fuerzas rechazando al FPV y, en menor medida, a SUR. Hay que señalar que las categorías más jóvenes concurrieron más a las urnas que los de mayor edad. En estas elecciones, presumiblemente en parte por su adelantamiento al invierno y el temor a la Gripe A muy sentido en ese momento, aumentó el porcentaje de abstención electoral (26 por ciento no votó en la CABA en 2009).

Cuadro 2
Coeficientes de correlación simple de grupos de edad y voto, 167 circuitos de la CABA. Elecciones de Diputados de 2009. Voto de varones

* La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

Fuente: Los datos de edad por circuito corresponden al padrón electoral masculino de la CABA (2009). Los grupos de edad son porcentajes sobre el total de inscriptos.

Cerrando estos primeros análisis, se muestra la "afinidad" de las fuerzas políticas entre sí, a partir de las correlaciones simples entre ellas (Cuadro 3). Tal afinidad sería marcada para el electorado de ACS y PRO, en bastante menor medida para FPV y SUR.

Cuadro 3
Coeficientes de correlación simple de los partidos entre sí, voto varones, 167 circuitos de la CABA

** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
Fuente: Datos electorales oficiales (masculinos) por circuito; son porcentajes sobre total de votantes.

IV. Análisis ulteriores de los datos: ecuaciones de regresión lineal múltiple

Intentamos avanzar ahora en el análisis, vía la exploración de ecuaciones de regresión lineal múltiple, con el voto de varones por las principales fuerzas como variable dependiente, las categorías ocupacionales como variables independientes4. Los resultados se presentan en el Cuadro 4.

Cuadro 4
Coeficientes de regresión lineal múltiple, con voto por principales fuerzas como variables dependientes, ocupaciones como independientes. Luego, introducción de votantes más jóvenes como control. Elecciones de Diputados 2009, 167 circuitos de la CABA. Padrón masculino

º p < 0,10
* p < 0,05
** p < 0,01
*** p < 0,001

Fuente: Para ocupaciones y grupos de edad por circuito, padrón electoral masculino de la CABA (2009). Resultados electorales oficiales, voto masculino.

Cuando el conjunto de las distintas categorías ocupacionales es tenido en consideración para dar cuenta del voto en un modelo de regresión múltiple, se obtienen algunas especificaciones. Según los coeficientes de regresión, el rechazo a ACS provendría de los empleados y de los oficios cuenta propia, no siendo relevante el rechazo obrero asalariado. Por su lado, el apoyo al FPV, cuando se toma en cuenta la presencia de las otras categorías ocupacionales, parecería descansar básicamente en los obreros sin calificación, no en el conjunto de la clase obrera. Puede observarse un cierto acercamiento de los obreros sin calificación al PRO (p < 0,10) y un fuerte acercamiento de los obreros calificados a esta fuerza, mientras se nota un fuerte alejamiento de SUR de las dos categorías obreras, siempre teniendo en cuenta la presencia de las otras categorías de clase.

En términos de apoyos, como ya lo mostraban las correlaciones simples, los sectores medios y medio-altos excluidos los empleados se inclinarían por ACS. El FPV continúa exhibiendo el rechazo de los sectores medio-altos, sin que se observe ahora la presencia positiva significativa de los empleados. En cuanto al PRO, es aquí donde se observan especificaciones más notorias. Se insinúa un apoyo de los obreros sin calificación y hay una fuerte presencia positiva de obreros calificados. Los oficios cuenta propia son negativos sin alcanzar significación y hay ausencia de vinculación con empleados, mientras los comerciantes mostrarían fuerte rechazo. Se sigue observando apoyo de los sectores medio-altos. Los oficios cuenta propia y los empleados básicamente apoyarían a SUR. Es decir, esta fuerza contaría con el apoyo de los sectores medios más típicos —independientes, básicamente manuales— y asalariados no manuales rutinarios. Se mantiene el rechazo obrero y de profesionales y empresarios.

Cuando se introduce el grupo de votantes más jóvenes —aquellos nacidos en 1970 o después—, se afecta la categoría de estudiantes, particularmente estudiantes mayores, sin que el resto de las categorías se afecten particularmente. En tal sentido, desaparece la presencia significativa positiva de los estudiantes mayores para ACS y PRO, la negativa para FPV.

Atendiendo a los resultados precedentes, cuando en un modelo el peso o efecto de una clase se evalúa frente a la presencia simultánea de las otras categorías de clase —sin considerar los controles por edad—, se observa:

a) sectores medios independientes, como oficios cuenta propia y comerciantes, serían los apoyos de ACS, además de los sectores medio-altos;
b) los apoyos del FPV descansarían particularmente en los obreros sin calificación;
c) el PRO aparecería como una especie de "alianza" de obreros —fundamentalmente calificados— y sectores medio-altos (perfil que algunos asociarían a una construcción poco definida y caracterizada como "neoperonismo"5);
d) SUR, por su parte, descansaría en los sectores medios manuales como los oficios cuenta propia y en los rutinarios no manuales como los empleados;
e) en el único caso en que la presencia de jóvenes nacidos en 1970 o después tiene un efecto significativo, positivo —respecto de los mayores—, es para el FPV.

Como se podría pensar que las categorías con poco peso porcentual tomadas individualmente son quizás de interés limitado en las regresiones, presentamos ahora los resultados para tres categorías básicas, con presencia porcentual relevante en el padrón: a) trabajadores manuales como suma de obreros no calificados y calificados más oficios cuenta propia, b) los empleados propiamente dichos y c) los estudiantes, profesionales y empresarios, como suma de estudiantes mayores, de profesionales y de empresarios6. Además, tal visión tripartita del mundo simplificará la lectura.

Primero presentamos las correlaciones simples (Cuadro 5) y luego las regresiones (Cuadro 6).

Cuadro 5
Coeficientes de correlación simple de ocupaciones agregadas y voto, 167 circuitos de la CABA. Elecciones de Diputados de 2009. Padrón masculino

** La correlación es significativa al nivel 0,01 bilateral.
* La correlación es significante al nivel 0,05 bilateral.

Fuente: Padrones electorales masculinos de la CABA (2009) y resultados electorales masculinos oficiales.

Cuadro 6
Coeficientes de regresión lineal múltiple, con voto por principales fuerzas como variables dependientes, ocupaciones agregadas como independientes. Elecciones de Diputados 2009, 167 circuitos de la CABA. Padrón masculino

º p < 0,10
* p < 0,05
** p < 0,01
*** p < 0,001

Fuente: Padrones electorales masculinos de la CABA (2009) y resultados electorales masculinos oficiales.

Los Cuadros 5 y 6 permiten una visión simplificada. Para ACS, el Cuadro 5 muestra rechazos obreros y apoyos medio-altos, altamente significativos. Sin embargo, cuando se toman en conjunto las tres variables en una ecuación de regresión múltiple, el apoyo del sector medio-alto alcanza escasa significación (p<0,10).

Para complementar esta mirada, dadas ciertas "discrepancias" entre los coeficientes de correlación simple y los coeficientes de regresión múltiple, se obtiene la correlación parcial entre las fuerzas consideradas y las categorías ocupacionales de interés. En particular para el FPV y PRO, se analiza la relación entre trabajadores manuales y dichas fuerzas, controlando por empleados y estudiantes, profesionales y empresarios. Para el caso de ACS y SUR, se considera la relación entre estas fuerzas y estudiantes, profesionales y empresarios, controlando por trabajadores manuales y empleados.

El coeficiente de correlación parcial entre ACS y estudiantes, profesionales y empresarios, controlando por las otras dos, es 0,136 (p = 0,081), lo que muestra que en ese caso sólo alcanza significación a niveles menores a 0,10 (Cuadro 6a). SUR muestra consistencia para trabajadores manuales y empleados (Cuadros 5 y 6), mientras que los sectores medio-altos que tenían una correlación negativa significativa (p<0,05) muestran en este caso un coeficiente de regresión positivo significativo (p<0,001). Esta nueva lectura se desprende de que la correlación parcial entre SUR y estudiantes, profesionales y empresarios, controlando por las dos remanentes, muestra un valor positivo altamente significativo de 0,311 (Cuadro 6a).

Cuadro 6a
Coeficientes de correlación parcial entre una de las tres ocupaciones y voto, controlando por las otras dos, 167 circuitos de la CABA. Elecciones de Diputados, 2009. Padrón masculino

Fuente: Padrones electorales masculinos de la CABA (2009) y resultados electorales masculinos oficiales.

Por su lado, el FPV, que en el Cuadro 5 muestra alta asociación positiva con trabajadores manuales y empleados y rechazo del sector medio-alto, en el Cuadro 6, cuando se toman en conjunto las tres variables sólo es relevante el rechazo del sector medio-alto (y negativos no significativos los trabajadores manuales y empleados). Puede observarse, a partir de que la correlación parcial entre FPV y trabajadores manuales controlando por las otras dos, que el coeficiente es negativo no significativo (Cuadro 6a).

El PRO muestra correlaciones negativas significativas con trabajadores manuales y empleados, positivas significativas con el sector medio-alto (Cuadro 5). La regresión múltiple, Cuadro 6, muestra que el coeficiente de regresión de los trabajadores manuales es ahora positivo significativo. Esto se expresa de alguna manera a partir de que la correlación parcial entre PRO y trabajadores manuales, controlando por las otras dos, muestra un valor positivo significativo de 0,191 (Cuadro 6a).

Como se fue indicando, las correlaciones parciales (Cuadro 6a) ayudan a mirar las particularidades que se observan al pasar de las correlaciones simples a las ecuaciones de regresión múltiple.7

Un resumen del Cuadro 6 permite señalar, para las categorías agregadas, que:

a) lo destacable en el ACS es el no apoyo de los sectores manuales y de los asalariados no manuales rutinarios;
b) para el FPV se destaca el no apoyo del sector medio-alto;
c) en el PRO es la "alianza" o apoyo simultáneo de trabajadores manuales y sectores medio-altos lo relevante;
d) y en SUR la presencia destacada de empleados y sectores medio-altos.

Hablando estrictamente de "apoyos", el PRO lo lograría entre trabajadores manuales y sectores medio-altos, SUR entre empleados y sectores medio-altos. No hay una categoría ocupacional (amplia) de presencia positiva en las otras dos fuerzas, siendo lo destacado para ACS y FPV el "rechazo" a los primeros de trabajadores manuales y empleados, el "rechazo" a los segundos del sector medio-alto.

V. Una última vuelta de tuerca sobre apoyos de trabajadores manuales y no manuales

Ya señalamos el interés de la alternativa de considerar el peso de trabajadores manuales y no manuales en el voto, a partir de estimaciones propuestas por King, siendo tales estimaciones obtenidas a partir de un software elaborado por este mismo autor.

Las estimaciones necesitan de cuatro variables: a) el porcentaje de votos por una determinada fuerza, b) el porcentaje de votantes, c) el porcentaje de trabajadores manuales (u otra ocupación) y d) el número de inscriptos. Los resultados se presentan en el Cuadro 7.

Cuadro 7
Estimaciones de los trabajadores manuales y no manuales votantes que habrían apoyado a cada fuerza, incluyendo cálculo del índice de Alford, 167 circuitos de la CABA. Elecciones de Diputados de 2009. Padrón masculino

Fuente: Datos ocupacionales por circuito de los padrones masculinos de la CABA (2009) y resultados electorales masculinos oficiales.

El proceso de estimación se realiza en dos etapas, primero estimado los trabajadores manuales y no manuales votantes y luego el apoyo de estos manuales o no manuales votantes a una determinada fuerza. Se aclara primero que las estimaciones indican que habría votado un 68 por ciento de trabajadores manuales y un 76 por ciento de no manuales. Los porcentajes estimados de ambos sectores votantes que apoyaron a un partido se presentan en el cuadro siguiente.

Puede observarse que el FPV y SUR compiten por el apoyo de los trabajadores manuales, siendo mayor el porcentaje logrado por SUR. Como el apoyo no manual a SUR es superior al del FPV, el índice de Alford es similar para ambas fuerzas. Desde otro ángulo, la composición de trabajadores manuales votantes del FPV es mayor que la del electorado de SUR, particularmente por la menor cantidad de votos que obtienen los primeros. Así, si bien es mayor el apoyo de manuales votantes a SUR, dicho sector ocupacional (votante) daría cuenta de un porcentaje más alto en el caso del electorado del FPV. Por lado del PRO, el casi 8 por ciento de apoyo de manuales votantes que obtiene sólo da cuenta de un 3 por ciento de su electorado. No hay valores relevantes para ACS.

Nótese que los no manuales votantes se inclinan más por PRO y luego, en proporciones similares, por ACS y por SUR.

Una digresión aquí. Debe advertirse que no necesariamente una fuerza tiene que mostrar correlaciones positivas significativas con trabajadores manuales para lograr un apoyo relevante de estos últimos o muy superior al que le brindan las clases medias o media-altas. Entre otras cosas, hay que ver también la composición del electorado de cada una de estas fuerzas en términos ocupacionales (manuales y no manuales), descontando que además están compuestos por personas no activas desde el punto de vista ocupacional. Recuérdese que los trabajadores manuales (sin distinguir si eran votantes) exhibían una alta correlación positiva significativa con FPV y una positiva no significativa con SUR. Y que, además, cuando se consideraban tres grandes agrupamientos de ocupaciones compitiendo entre sí en una regresión múltiple, el único coeficiente positivo significativo de trabajadores manuales correspondía al PRO.

VI. Observaciones finales

El porcentaje de voto peronista porteño, expresado en el voto al FPV, crece a medida que crece la presencia del porcentaje de trabajadores manuales y no manuales asalariados rutinarios (empleados), a los largo de los 167 circuitos de la Ciudad de Buenos Aires, decreciendo a medida que aumenta el porcentaje de sectores medio-altos. Una pauta similar y menos marcada, excluyendo a los obreros sin calificación, es mostrada por SUR. La cara opuesta nítida de esto es el voto por ACS y de forma menos marcada por PRO. Esta visión dicotómica —FPV y SUR por un lado, ACS y PRO por el otro— se repite para aquellos que no alcanzaron lo 60 años y para los de 60 años y más: los de menor edad se asocian a FPV y SUR, los de mayor edad a las otras dos fuerzas.

El panorama es más variado y se obtienen algunas especificaciones cuando la relación de categorías ocupacionales específicas con voto tiene en cuenta la presencia de otras categorías ocupacionales agrupadas. En tal caso, la presencia en una ecuación de regresión de empleados y sectores medio-altos muestra que en ese caso la presencia de trabajadores manuales no se manifiesta para FPV y SUR, sigue siendo negativa para ACS y se vuelve positiva significativa para PRO. Esto último se debería a que la correlación parcial de trabajadores manuales y PRO es positiva significativa cuando se controlan empleados y la categoría de estudiantes mayores, profesionales y empresarios. Lo destacable para ACS sería el no apoyo de manuales y no manuales rutinarios, a la par del no apoyo de los sectores medio-altos para FPV. En esta parte, el PRO aparecería como una especie de "alianza de trabajadores manuales y sectores medio-altos", SUR como una "alianza de sectores medios asalariados y medio-altos"8.

En este primer ejercicio sobre las elecciones porteñas de 2009, el FPV y SUR, en distintas partes del análisis, parecen expresar el voto de clase tradicionalmente asignado al peronismo. Pero cuando se consideran las categorías ocupacionales (agrupadas) ante la presencia simultánea de las otras, o de la edad, es el PRO el que exhibe un peso positivo altamente significativo de los trabajadores manuales. Si bien algunos podrían ver al PRO como la base de una especie de "neoperonismo", entre otras cosas como un intento de "salvar" la hipótesis del voto de clase, más allá de tales especulaciones existen relevantes indicios empíricos en esta exploración para apoyar la presencia de un voto de clase, ya sea a favor del peronismo "más oficial" (FPV) o de una fuerza (SUR) con un candidato —Pino Solanas— de histórica, aunque crítica, vinculación con la tradición peronista. Lo mismo vale para la contracara de esta tendencia, que es la pauta de asociación de las clases media-altas en el apoyo a las otras fuerzas. El ejercicio según propuesta de King, y el correspondiente cálculo del índice de Alford, constituyen un importante ejemplo en este sentido. En cuanto a la pauta que parece perfilarse para el PRO, lo que se ha aventurado en llamar "alianza de trabajadores manuales y sectores medio-altos" de la Ciudad de Buenos Aires, requerirá ulteriores y más detalladas exploraciones en la investigación futura, en particular a partir de datos individuales.

Notas

1 La bibliografía es muy amplia; algunas menciones básicas son Clark y Lipset (2001); Evans (1999, 2000); Hout, Brooks y Manza (1995); Kingston (2000) y Pakulski y Waters (1996). A nivel local, hay una elaboración de Jorrat y Acosta (2003).
2 En nuestra experiencia en el pasado, usualmente no hay diferencias relevantes en las pautas de voto según sexo en el nivel agregado. Por otro lado, la edad no figura en los padrones femeninos.
3 No nos referiremos a la amplia discusión que tuvo y tiene lugar alrededor de este índice de Alford. Baste señalar que la experiencia local e internacional indicaría que lo que a grandes líneas marca este índice suele repite por lo general en lo que muestran aproximaciones más elaboradas.
4 En realidad, no es tanto que uno cuenta con "diversas" variables independientes sino con varias categorías de una misma variable. Como la suma de las mismas daría cerca de 100 por ciento, se eliminan además algunas de ellas para realizar las estimaciones. Aunque el cálculo del porcentaje de ocupaciones se realiza para el total de empadronados en cada circuito, que toma en cuenta también los no activos —y así las ocupaciones no suman 100 por ciento—, de todas formas hemos eliminado agricultores y técnicos, categorías de menor relevancia cuantitativa.

5 El 8 de octubre de 2008 se leía en el diario Crítica de la Argentina: "Que Mauricio Macri convoque a un encuentro denominado 'Proyecto Peronista' ya es mucho. Pero que Mauricio Macri lance su campaña presidencial para 2011 con una bandera de Perón y Evita de fondo, parece demasiado. Ni que hablar de que al final de su discurso, de apenas cinco minutos, se cante —o se balbucee— la marcha del General".
6 La distribución porcentual es la siguiente: 1) obreros no calificados (6,1 por ciento), 2) obreros calificados (3,1 por ciento), 3) oficios cuenta propia (4,3 por ciento), 4) agricultores (0,8 por ciento), 5) técnicos (1,2 por ciento), 6) comerciantes (1,8 por ciento), 7) empleados (15,0 por ciento), 8) estudiantes jóvenes (6,8 por ciento), 9) estudiantes mayores (44,1 por ciento) y 10) profesionales y empresarios (2,2 por ciento). Ello suma 85,4 por ciento. Obsérvese, como indicador de la desactualización de los padrones, el peso de los estudiantes mayores. La correlación simple entre obreros no calificados y calificados es 0,81; con oficios cuenta propia es 0,67; la de obreros calificados con cuenta propia es 0,92. Por su lado, la correlación entre estudiantes mayores y profesionales y empresarios es 0,74.
7 Nótese, como indican Agresti y Finlay (1997: 415), que la correlación parcial de ryx3, x1,x2, "tiene el mismo signo que b3 en la ecuación de predición de Y (sombrero) = a + b1X1 + b2X2 + b3X3". En el caso actual, se consideró X3 igual a "estudiantes mayores, profesionales y empresarios" para ACS y SUR, e igual a "trabajadores manuales" para FPV y PRO. La diferencia en R2 de la regresión múltiple con las tres variables y el R2 de la regresión múltiple sólo con empleados y estudiantes, profesionales y empresarios (0,390), dividido en 1 menos el último R2 (0,610), es igual al R2 de correlación parcial de PRO con trabajadores manuales, controlando por empleados y estudiantes, profesionales y empresarios (0,036). La diferencia en R2 de las dos regresiones "es el incremento en la proporción de varianza explicada por agregar X3 [trabajadores manuales] al modelo. El denominador 1-R2y(x1,x2) es la proporción de variación no explicada cuando X1 y X2 son los únicos predoctores en el modelo" (Agresti y Finlay, 1997: 414). Debe señalarse que es poco lo que agregan los trabajadores manuales para explicar el voto PRO (0,022) cuando se los agrega al modelo, y es mucho lo que queda por explicar (0,610) (no se considera FPV porque tiene coeficiente de correlación parcial no significativo). Todo esto sugiere la necesidad de una
exploración más amplia del "comportamiento electoral" de los trabajadores manuales porteños (varones) en 2009.
8 Aunque para PRO y SUR el ajuste de la ecuación no sería tan relevante como en los otros dos casos, si se acepta a R2 como indicador de variabilidad explicada. Mientras una combinación lineal de las tres variables consideradas daría cuenta de más del 80 por ciento de la variabilidad del voto de ACS y FPV, para PRO sería algo más del 40 por ciento y para SUR algo más del 50 por ciento.

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