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Revista SAAP

On-line version ISSN 1853-1970

Revista SAAP vol.9 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires May 2015

 

ARTICULOS

"De Néstor y Cristina. De Perón y Evita". Reflexiones sobre lo acontecido con la militancia kirchnerista y la identidad peronista desde 2003 hasta hoy

 

María Dolores Rocca Rivarola

Instituto de Investigaciones Gino Germani, Argentina doloresrocca@gmail.com

 


Este trabajo se propone interpretar lo ocurrido con la relación sostenida entre la militancia kirchnerista y la identidad peronista desde 2003 a la actualidad, postulando la siguiente periodización: a) un primer momento de desperonización en las apelaciones kirchneristas, especialmente en 2004 y 2005, que se habría dado en forma de despejotización; b) un segundo momento de breve y, de algún modo, fallida repejotización, con la reorganización formal del PJ y la asunción de Kirchner a la cabeza del mismo, entre otros elementos; c) un tercer momento, en el que asistimos a una nueva mutación de los sectores "privilegiados" dentro del conjunto oficialista —con el ascenso meteórico de La Cámpora dentro de esa relación de fuerzas, y la proliferación, especialmente desde 2010, de numerosas y heterogéneas organizaciones kirchneristas, mayoritariamente juveniles, y con distintas denominaciones pero no agrupadas bajo un paraguas orgánico partidario— y a una suerte de reperonización del oficialismo —con el retorno de la simbología e iconografía peronista, y nuevamente una centralidad la tradición peronista, aunque reapropiada por parte de la militancia no PJ—.

Palabras clave Kirchnerismo - peronismo - La Cámpora - PJ - militancia

Abstract

This paper intends to interpret the evolution of the relationship between kirchnerist activism and the peronist identity from 2003 to the present, postulating the following periodization: a) a first moment of de-peronization (desperonizacion) in the kirchnerist vocabulary, especially bewteen 2004 and 2005, under the shape of a party de-alienation (despejotizacion); b) a second moment of brief, that somehow failed, re-encounter with the Peronist Party (repejotizacion), with its formal reorganization and Kirchner conducting it, among other elements; and c) a third moment of re-peronization when we witness a new mutation of the "privileged" groups within the government-supporting ensemble —with the rise of La Campora and the proliferation, especially since 2010, of many heterogeneous organizations, mostly juvenile, but not organized under an organic political party front— and a return of peronist iconography and peronist traditional symbols, but this time re-appropriated by activism that did not belonged to the Peronist Party.

Keywords Kirchnerism - Peronism - La Campora - Justicialist Party - activism


 

-El libro se va a llamar "El último peronista" -le digo al presidente, respondiendo al pedido del ministro-. Kirchner se inclina apenas, tiempo que emplea económicamente para rescatar una respuesta: -Ah, pero ojo, no te equivoques. Mirá que hace mucho que dejé de serlo, eh.
Walter Curia (El último peronista, Sudamericana, 2009)

"Ya de bebé / En mi casa hay una foto de Perón en la cocina Ahora de grande / Unidos y Organizados junto a Néstor y Cristina Yo voy a seguir / La doctrina peronista porque yo no tengo dudas Yo voy a seguir / La bandera de Evita de la cuna hasta la tumba Fui peroncho siempre"
Fragmento de canción "Ya de bebé", acuñada en actos kirchneristas, 2013

 

I. Introducción

La relación entre el kirchnerismo y el peronismo, que porta, por lo menos, dos aristas —el vínculo concreto de los líderes, Néstor y, luego, Cristina, con el peronismo organizado en las redes territoriales del Partido Justicialista, por un lado, y el lugar que le ha cabido a la identidad peronista en las apelaciones kirchneristas y en la militancia, por otro— no ha sido, desde la asunción de Kirchner como presidente, meramente un interrogante académico, sino que ha suscitado preocupaciones, reclamos y reflexiones entre los propios actores, especialmente a partir de las elecciones legislativas de 2005, cuando Cristina Fernández de Kirchner (CFK) encabezó la lista de senadores por la provincia de Buenos Aires bajo el sello Frente para la Victoria, compitiendo contra Hilda "Chiche" González de Duhalde, quien estaba a la cabeza de una lista bajo el sello PJ.

Este trabajo, que se inscribe en el marco de una investigación cualitativa más amplia sobre las concepciones acerca de la militancia política en organizaciones oficialistas en Argentina y Brasil desde la llegada al poder de Lula y Kirchner, se propone interpretar, para el caso argentino, lo ocurrido con la relación sostenida entre la militancia kirchnerista y la identidad peronista desde 2003 a la actualidad (2014). Para ello se ha valido del análisis de entrevistas semiestructuradas realizadas para esta investigación en curso sobre la militancia (desde noviembre de 2013) y también para otra previa (entre 2005 y 2010), dedicada al estudio de las definiciones de pertenencia y dinámicas al interior del conjunto oficialista aglutinado alrededor de Néstor Kirchner durante su propio gobierno (ver Anexo I y II para el detalle de las mismas). Las entrevistas, con militantes y dirigentes de distintas organizaciones oficialistas, fueron llevadas a cabo en la ciudad de Buenos Aires y en distintos municipios del conurbano bonaerense (especialmente, para las entrevistas hasta 2010, en La Matanza, distrito con un voto históricamente volcado al peronismo y con un vasto desarrollo de redes territoriales del PJ). Por ello, cabe destacar que, aunque podrían tener un carácter sugerente para pensar la situación nacional, las observaciones vertidas en este trabajo refieren solo a la relación entre la militancia kirchnerista y la identidad peronista en el ámbito de la ciudad de Buenos Aires y del conurbano bonaerense, donde ha sido desarrollado el trabajo de campo, y no a lo que sucede con esa relación en otras provincias del país.

Además de la lectura de documentos elaborados por las propias organizaciones que pertenecían o pertenecen aún al oficialismo, las notas de trabajo de campo, registradas durante la observación participante de distintos actos políticos desde 2005 (ver Anexo III para el detalle de los mismos), han constituido otro insumo valioso para examinar, a lo largo de la década kirchnerista, la relación entre su militancia y la identidad peronista1.

Se argumentará aquí que esa relación puede ser pensada en términos de tres momentos diferentes: a) un primer momento de desperonización en las apelaciones kirchneristas, que se habría dado en forma de despejotización, durante el gobierno de Néstor Kirchner; b) un segundo momento de breve y, de algún modo, fallida repejotización, entre 2007 y 2009; y c) una suerte de reperonización del oficialismo, especialmente desde 2010, en el que vuelve la simbología e iconografía peronista, en el que adquiere nuevamente centralidad la tradición peronista, aunque esta vez reapropiada por parte de la militancia no PJ.

El objetivo de este trabajo, como se verá, no es el despliegue de un relato histórico y detallado de los años de gobiernos kirchneristas en términos de la totalidad de vaivenes que exhibió la estrategia de construcción de apoyos y alianzas. Tampoco es una reconstrucción de la trayectoria de la relación de cada una de las organizaciones mencionadas con la identidad peronista y los símbolos de esa tradición. Se procurará, en cambio, una reflexión analítica acerca de los tres momentos mencionados que dé cuenta de la complejidad de la relación actual entre la militancia kirchnerista por fuera del PJ, la identidad peronista, y las redes del peronismo organizado o justicialismo.

II. Peronismo y kirchnerismo: algunos antecedentes

Tal como sostiene Sidicaro, "las vinculaciones entre el partido peronista y los gobiernos kirchneristas presentan la suficiente complejidad como para desconcertar a no pocos observadores de la realidad argentina" (Sidicaro, 2011: 74). Sin pretender exhaustividad, podríamos distinguir, por lo menos, dos grupos de interpretaciones acerca del vínculo entre el primer gobierno kirchnerista y el PJ: 1) trabajos que han concebido aquella relación como una continuidad histórica, o al kirchnerismo como equivalencia con el peronismo organizado en el Partido Justicialista, aunque con transformaciones experimentadas por ese partido en los últimos años; y 2) otros que, con diversos matices entre sí, por supuesto, han enfatizado cierto relega-miento de las redes del Partido Justicialista durante el período (2003-2007), un liderazgo desprendido de mediaciones partidarias y la apelación gubernamental a otros sectores extra PJ. Una línea alternativa o intermedia a estas dos interpretaciones tal vez sea la de Scherlis (2012), en su análisis sobre las designaciones de funcionarios durante el gobierno de Néstor Kirchner, que, por un lado, muestra un fenómeno de declive del criterio de pertenencia partidaria para esas designaciones frente a los criterios de conocimiento personal por parte del presidente, y, por otro, lo interpreta como un mecanismo alternativo de Kirchner para sostener el partido en el gobierno (en vez de relegarlo u omitirlo), configurando así "el partido en el gobierno como entramado de redes estatales" (Scherlis, 2012: 71); siendo, de ese modo, el conjunto de redes de funcionarios no solo la cara dominante del partido sino su única cara existente (Scherlis, 2012: 72).

Dentro del primer grupo mencionado, el que enfatiza cierta continuidad, podríamos ubicar a Cavarozzi (2011) que, aunque no analiza en detalle la relación Kirchner-PJ, presenta al gobierno de aquel como "el peronismo", como surgido entre tres candidatos, en 2003, "que el Partido Justicialista presentó", como habiendo logrado disciplina partidaria, etc. En el mismo grupo, De Luca (2007) inscribe la experiencia del Frente para la Victoria en una tendencia histórica del peronismo a presentar diversas listas para procesar sus propios conflictos internos:

En cuanto a la creación de una nueva herramienta para la competencia electoral, el Frente para la Victoria, que no solo cuenta con el apoyo de Kirchner sino que confronta abiertamente con el PJ "oficial" (y hasta lo derrota, como ocurrió en 2005 en el estratégico distrito de la provincia de Buenos Aires), cabe señalar que la abierta división del peronismo en la arena electoral tampoco constituye una innovación: los antecedentes se remontan inclusive a la experiencia del primer peronismo (1946-1955). Más cerca en el tiempo, la pugna entre "ortodoxos" y "renovadores" también derivó en la presentación de dos (o más) listas peronistas en los años del gobierno del radical Raúl Alfonsín (1983-1989) y, asimismo, se registraron algunos casos en los Q90. Entre las causas del desdoblamiento puede identificarse a cierta incapacidad "genética" del peronismo para procesar internamente sus conflictos. Por otra parte, la creación de frentes electorales —con claro predominio del PJ— es propio del "estilo peronista" de competir por los votos: en 1973 la candidatura de Perón por el Frente Justicialista de Liberación (Frejuli) sumó a pequeños partidos como los desarrollistas (MID) y conservadores populares (PCP), en 1989 la postulación de Menem por el Frente Justicialista de Unidad Popular (Frejupo) aglutinó también a estos mismos sellos y al Partido Intransigente (PI). El FPV, como etiqueta-insignia de una coalición electoral, no es demasiado diferente (De Luca, 2007: 7).

 

La interpretación de Malamud (2011) también sostiene esa continuidad, identificando un bipartidismo sistémico argentino de radicales y peronistas durante el kirchnerismo, aunque con asimetría en términos de sus capacidades de movilización. Con cierto matiz, Zelaznik (2011), en la misma obra colectiva que Malamud, describe coaliciones kirchneristas innovadoras en su composición en términos sociales pero aún ancladas en el partido en términos legislativos y electorales. Ollier (2010), por su parte, entiende las elecciones legislativas de 2005 como una oportunidad de la que Kirchner se valió para quedar como líder indiscutido del PJ, afirmando que "el presidente apela a una táctica conocida: ganar una elección general por fuera del PJ para disciplinar adentro" (Ollier, 2010: 142). También pasible de ser clasificado dentro de aquellas interpretaciones de continuidad, el trabajo de Arzadun (2008) concibe lo hecho por Kirchner durante su presidencia como un proyecto de colonización del PJ, de imposición de su propio control sobre el partido, a través de una confrontación inicial con liderazgos locales díscolos y también de la reformulación de las relaciones internas de poder partidario y de algunas bases ideológicas y doctrinarias del peronismo: "Kirchner se disponía a implementar estos cambios ante la necesidad de contar con el aparato peronista como organización de base orientada a sustentar su propia supervivencia política" (Arzadun, 2008: 257). En los términos del autor, "la estigmatización del PJ que caracterizó el discurso oficialista original debe ser interpretado como parte de la estrategia de disciplinamiento partidario planificada por el kirchnerismo para colonizar a esta organización" (Arzadun, 2008: 257). Para Arzadun, todo ello fue parte de un proceso de adaptación, por parte del presidente, de la organización partidaria a los nuevos tiempos, mientras promovía la estabilidad, permanencia y reproducción de las nuevas relaciones de poder intrapartido. Sin embargo, es dudoso que las imágenes de estabilidad, permanencia y consolidación organizativa (aunque disciplinada al líder) que concibe el autor como parte de la estrategia presidencial puedan ser evocadas para analizar lo ocurrido con las redes del PJ desde 2003, incluso después de que Kirchner asumiera la presidencia del partido en 2008.

Por último, Novaro (2007) considera que más allá de la declamación de formar una nueva coalición que trascendería las barreras partidarias tradicionales, en la práctica, los resultados de la estrategia kirchnerista fueron similares a los del menemismo en su propio intento de convocatoria a sectores extrapartidarios: el efectivo control del partido. Se pregunta, de modo similar a De Luca, si las etiquetas electorales asumidas por el kirchnerismo (FPV, Concertación Plural) constituyeron "algo más que reediciones del frentismo tradicional del PJ, que matemáticamente desemboca en la deglución de los socios menores en el océano peronista" (Novaro, 2007: 82). Pero, en otro trabajo posterior (Novaro, 2008), el autor sitúa a los dirigentes peronistas en la ambigua situación de seguir identificándose como tales habiendo ya perdido la capacidad de actuar dentro del marco de una organización común. Esto último denota algo de lo sucedido con la estructura o redes justicialistas durante el gobierno de Kirchner. Y para describir el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el autor (Novaro, 2011) afirmaría que se produjo durante el mismo una peronización del kirchnerismo —cabe entender que en comparación con el período previo—.

Un segundo grupo de trabajos —de gran heterogeneidad interna, de todos modos— ha examinado para la administración de Néstor Kirchner lo que interpreta como una novedad, una apelación y convocatoria política, por parte del presidente, a sectores por fuera de su propia fuerza partidaria, y cierto relegamiento de la estructura de su partido de origen, tanto a nivel simbólico —de iconografía peronista, por ejemplo— como a nivel organizativo (Cheresky, 2006; Natanson, 2004; Mocca, 2008; Montero, 2009; Rodríguez, 2005). Incluso se ha llegado a la caracterización del período de Néstor Kirchner como un gobierno de "líder sin partido" (Sidicaro, 2010)2. Altamirano, entrevistado por Natanson (2004) por ejemplo, describe aquel fenómeno de desprendimiento inicial de la tradición y símbolos peronistas del siguiente modo:

Es un presidente que procede del peronismo pero no actúa como un presidente peronista. (...) Este gobierno no solicita la identificación peronista de sus simpatizantes. No dice que para apoyarlo deben cantar la marcha [la marcha peronista] o adherir a la mitología peronista. De hecho, la iconografía no ocupó ni ocupa un lugar relevante (Altamirano, en Natanson, 2004: 65-67).

Y entre los numerosos trabajos sobre las organizaciones sociales kirchneristas provenientes del espacio piquetero, y tan solo a modo de ejemplo, Pérez y Natalucci (2010) se refieren también a esa convocatoria extrapartidaria, denominada por los propios protagonistas y la prensa como "transversalidad", y la caracterizan como un espacio alternativo a la estructura del PJ que "abría un doble juego de oportunidades: por un lado, le permitiría a la coalición de gobierno contrarrestar el peso electoral del PJ y, por otro devolvía a las organizaciones el imaginario protagónico en la reconstrucción del movimiento nacional y popular" (Pérez y Natalucci, 2010: 101).

Más allá de los vaivenes y de los límites —por lo menos organizativos— que mostró la estrategia transversal3, el "tercer momento" que identificará este trabajo —caracterizado por una galaxia de organizaciones kirchneristas por fuera del PJ, incluso más numerosas que en el gobierno de Kirchner, y con una agrupación de crecimiento meteórico tanto a nivel interno como de presencia institucional en el Estado (cargos, recursos, posicionamiento en listas legislativas) como La Cámpora— tal vez sea una de las evidencias más tangibles de que lo sucedido durante el gobierno de Néstor Kirchner ("primer momento") no era una mera continuidad frentista del peronismo, ni tampoco un intento de disciplinamiento interno del PJ para luego controlarlo y valerse del mismo como fuerza propia o como herramienta política fundamental4.

III. Los tres momentos

A lo largo de los años de gobiernos kirchneristas el lugar de la identidad y la tradición peronista en la militancia kirchnerista o, en otros términos, la relación entre ambas no ha tenido el mismo carácter. Podríamos periodizar esa relación en términos de tres momentos diferentes.

Desperonización bajo la forma de despejotización:
ausencia de iconografía, transversalidad,
organizaciones sociales y concertación

Aunque la campaña presidencial de Kirchner en 2003 estuvo, en las recorridas proselitistas en la provincia de Buenos Aires, muy abocada a asociar la figura del candidato con distintos intendentes paradigmáticos de la estructura justicialista; y luego la conformación de listas para las elecciones legislativas de octubre de 2003 estuvo marcadamente definida por la presencia de candidatos provenientes de la estructura partidaria y por el uso del sello PJ en varias provincias, desde 2004 asistimos a un proceso que podría ser identificado como el primer momento de la relación a examinar.

Este primer momento, que podríamos caracterizar como de cierta desperonización en las apelaciones kirchneristas (tanto las de Néstor Kirchner como presidente, como de Cristina Fernández de Kirchner como diputada y luego candidata a senadora en 2005), está marcado por diversos elementos.

Por un lado, los reiterados llamados públicos del propio Kirchner a reconfigurar el electorado transversalmente, es decir, más allá de las identidades partidarias tradicionales radical y peronista, y hacia dos polos de centroizquierda y centroderecha, y su tendencia a evitar valerse del clivaje peronismo-antiperonismo. La cuestión de la presencia de la identidad peronista entre los transversales (muchos de ellos habían hecho alguna experiencia, décadas atrás, en el partido o se consideraban a sí mismos, en términos personales, peronistas), de hecho, es parte de esa misma tendencia. Es decir, aunque muchos de los transversales se autodefinieran individualmente como peronistas, esa identidad no se planteaba, en las entrevistas realizadas, solo como irreductible y más amplia que el partido, sino incluso como externa a la dicotomía peronismo-antiperonismo: había una pretensión de instituir eventualmente aquel nuevo clivaje que Kirchner había sugerido para la sociedad argentina.

Ello sumado a las definiciones peyorativas del presidente sobre el denominado "pejotismo" (vertidas ya desde 2003)5, su ausencia del Congreso Nacional del partido, el 26 de marzo de 2004, y la tensión observada en el mismo entre Hilda González de Duhalde, que criticó al proyecto transver-sal6, y CFK, que describió al PJ como una "cáscara vacía".

Asimismo, un elemento que ya fue mencionado en este trabajo, y señalado por Altamirano, la ausencia casi sistemática de iconografía justicialista en los actos oficialistas y en los afiches proselitistas del gobierno, se verificaba en el trabajo de campo realizado. Incluso, en este punto, es significativo el contraste, advertido en La Matanza7, entre los actos que eran organizados por el gobierno nacional y los actos de campaña o políticos de carácter meramente municipal, organizados por figuras locales. Estos últimos sí exhibían las clásicas representaciones visuales y liturgia peronista tradicional (logo PJ, fotos de Eva y Perón, frases típicas, canto de la marcha peronista con audio, etc.). Y los entrevistados de distintas redes locales del PJ —tanto de sectores que apoyaron la lista kirchnerista en 2005 como de los que la enfrentaron— remarcaban esa ausencia (curiosamente, en muchos casos, sin ser preguntados sobre la cuestión, como si ya hubieran venido conversando sobre el tema en el entorno local), manifestando disconformidad y perplejidad ante aquel fenómeno. Un coletazo, anecdótico pero significativo, de aquello fue que las agrupaciones peronistas de La Matanza, conscientes del relegamiento de la liturgia en los actos oficiales, "impusieron" en varias oportunidades, y al acabar los mismos, el canto espontáneo y a capella de la marcha peronista, como si se tratase de una disputa latente entre esas redes militantes del peronismo organizado y la estrategia presidencial8. En el malestar de esos entrevistados, al relegamien-to de la iconografía partidaria se sumaba la presencia dentro del conjunto oficialista de actores no peronistas (radicales, socialistas, etc.) —de difícil digestión, tal como expresaban, "para el militante histórico"— y de aquellos provenientes del espacio piquetero9. La preocupación de esas redes militantes del PJ por el rol que le cabía a éste dentro del conjunto oficialista, su sensación de que el presidente no los reconocía como actor hegemónico dentro del oficialismo, como el único capaz de garantizar gobernabilidad, de proveer una máquina electoral y territorial aceitada para sustentar al gobierno, aparecía dramáticamente ilustrada por el discurso de Alberto Balestrini, ex intendente de La Matanza y entonces referente político máximo del distrito, en un acto partidario por el día del militante:

Se están sentando a la mesa de esta nueva Argentina muchos actores. A mí me gusta mencionarlos como lo decía Juan Domingo Perón: Se están sentando las organizaciones libres del pueblo. Pero, compañeras y compañeros, tenemos que tomar conciencia, todos nosotros, de que la única fuerza nacional y popular capaz de respaldar el proyecto de Néstor Carlos Kirchner es el peronismo [aplausos], y no debemos dejar que nos ocupen los lugares que por derecho propio nosotros pudimos tener (...). Ésta es la etapa de volver a luchar y sufrir en el convencimiento de que la Argentina va a cambiar cuando el movimiento nacional peronista vuelva a ponerse de pie y sea la columna vertebral de la transformación que está llevando Kirchner [aplausos]. Sean bienvenidos todos aquellos que entiendan esta transformación, pero juramentémonos un día como hoy, el 17 de noviembre, nuestro día, el día del militante, que no vamos a dejar espacio a ningún interesado que quiera ocupar lo que legítimamente nos corresponde: el centro de la escena de la revolución en paz que Kirchner está llevando (Registros de campo. Acto por el día del militante. 17/11/06. Ciudad Evita, La Matanza).

Un elemento ineludible para caracterizar este período es el hecho de que el PJ, fUerza de la que provenía el presidente, permaneció intervenido formalmente y acéfalo durante gran parte del gobierno de Néstor Kirchner.

Las elecciones legislativas de 2005 son un hito de este período, pero no porque los sellos con los que compitieron CFK y Chiche Duhalde, FPV y PJ respectivamente, representasen un efectivo enfrentamiento entre el kirchnerismo y el PJ como estructura. De hecho, una gran parte de las redes del PJ de la provincia de Buenos Aires se alinearon con el gobierno nacional.

Los comicios de 2005 son una suerte de hito en tanto incorporaron en la composición de las listas también a sectores que no provenían de la estructura partidaria (transversales, organizaciones sociales, etc.); la campaña revistió un carácter claramente desperonizado (Rodríguez, 2005) —salvo en La Matanza (Rocca Rivarola, 2006)—; y los adversarios del oficialismo concibieron el proceso, al menos en su propia retórica, como una embestida contra el peronismo, convirtiendo su propia campaña en una suerte de cruzada para protegerlo10. Aunque no se tratase de una verdadera embestida, es significativo que le asignaran ese cariz.

Las elecciones de 2007, en cambio, constituyen una suerte de transición entre este primer momento y el segundo, portando elementos de ambos, que veremos a continuación.

Breve repejotización: las elecciones de 2007
y la reorganización formal del PJ

El segundo momento, que podría denominarse de repejotización breve, aparece inaugurado por las elecciones de 2007. En realidad, como ha sido mencionado, esos comicios fueron una bisagra o transición entre el primer y el segundo momento, dado que contenían elementos de ambos períodos. Por un lado, y como anticipo de lo que sucedería más tarde, la composición de las listas legislativas para la provincia de Buenos Aires ya exhibía cierto avance de figuras más tradicionales del PJ en comparación con los comicios anteriores. A su vez, entrevistados de las organizaciones sociales manifestaban disconformidad por el retroceso de su presencia (en cargos y en manejo de programas) en el Estado respecto de los municipios controlados por el PJ (por ejemplo, en el ministerio de educación) después de las elecciones. Y transversales del espacio político-partidario (es decir, no de las organizaciones sociales) manifestaban en las entrevistas realizadas en ese año su miedo a que el kircherismo "se pejotizara"11.

Por otro lado, en aquellos comicios el kirchnerismo se presentó bajo el formato de la Concertación Plural, en una fórmula con un candidato a vicepresidente radical, y armando listas provinciales conjuntamente con gobernadores provenientes de la UCR12. Asimismo, la estrategia desde arriba de habilitar, en la provincia de Buenos Aires, la posibilidad de las denominadas "listas colectoras" (abriendo el sello electoral FPV a aceptar varias listas a nivel local que pudieran, todas, ir colgadas de la boleta presidencial y provincial oficialista) aceleró la disputa entre las redes de los PJ locales, así como entre éstas y otros sectores por fuera del PJ, y profundizó el malestar presente en los entrevistados justicialistas acerca de la composición del conjunto oficialista y el lugar que en él le cabía al partido (malestar agravado por las apelaciones kirchneristas en tono de concertación13).

La reorganización formal del PJ (o "normalización", como la denominaban algunos entrevistados) en 2008, en cambio, ya es un proceso paradigmático del segundo momento. El propio Kirchner, ya finalizado su propio mandato presidencial, asumía la conducción del partido, que había permanecido hasta entonces sin autoridad formal. Sin embargo, los resultados y repercusiones de ese proceso a mediano plazo no serían los esperados por quienes habían promovido e insistido que Kirchner asumiera la presidencia del partido: no se produjo una revitalización organizativa y del funcionamiento partidario14. El Partido Justicialista (PJ) como organización no experimentó desde 2008 hasta hoy un marcado crecimiento (en cantidad de afiliados15, presencia barrial y territorial, etc.), ni siquiera con la recuperación de la popularidad del gobierno y de la imagen positiva de Cristina Fernández de Kirchner luego de la muerte de Néstor Kirchner16, que se tradujo más bien en un crecimiento sideral de otras organizaciones (no del PJ), sobre todo de la agrupación La Cámpora, como veremos para el tercer momento, en términos de sus dimensiones, presencia territorial y presencia en cargos estatales.

Dos episodios, sin embargo, podrían ser identificados como inflexión hacia el tercer momento. 2008 no solo fue el año de la asunción de Kirchner como presidente del PJ, también fue el escenario del conflicto entre el gobierno y las entidades agropecuarias de la denominada Mesa de Enlace17 por la Resolución 125, que establecía retenciones móviles a las exportaciones de soja18. Más allá de los avatares del conflicto y las apelaciones movilizadas por el gobierno, que iniciaron una reactivación del clivaje peronismo-antiperonismo de diversos modos (tan solo a modo de ejemplo, CFK llegó a comparar, en un acto en la Casa Rosada en cadena nacional, y a través de la proyección de un video, el contexto de protestas y cortes de ruta de estas organizaciones con el bombardeo de la Plaza de Mayo en 1955 contra el gobierno de J. D. Perón), las redes provinciales y locales del PJ exhibieron una relativa disposición a movilizarse en defensa del gobierno (en las numerosas ocasiones en las que éste hizo algún tipo de convocatoria), y, mientras tanto, otras organizaciones se hacían presentes con columnas significativas en las carpas instaladas por el oficialismo frente al Congreso, en las movilizaciones y en los actos. Un año después, la derrota electoral del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires (con Néstor Kirchner como primer candidato a diputado) se producía luego de una campaña que muchos actores del kirchnerismo no PJ leyeron como el escenario de un doble juego por parte de algunos intendentes locales para no ser arrastrados a la eventual derrota provincial del oficialismo19. Es a partir de estos dos episodios que asistimos a una mutación de los sectores privilegiados dentro del conjunto oficialista (en realidad, ya en las elecciones de 2009, la composición de las listas legislativas exhibirá esa progresiva transformación, a partir de la presencia, por primera vez, de algunos militantes de La Cámpora en varias listas20), lo que nos lleva al tercer momento.

Reapropiación intensa de la identidad peronista fuera del PJ:
La Cámpora y la galaxia de movimientos, agrupaciones,
corrientes y espacios kirchneristas

Con algunos antecedentes, como veíamos ya durante el conflicto con las entidades agropecuarias en 2008 y durante la campaña electoral y el proceso de conformación de listas en las elecciones legislativas de 2009, los elementos característicos del tercer momento aparecen consolidados de modo más evidente a partir de 2010, con una foto paradigmática en las exequias de Néstor Kirchner el 27 de octubre de ese año.

Asistimos, en este tercer momento, a una nueva mutación en la relación de fuerzas al interior del oficialismo y en su composición, con un ascenso meteórico de la agrupación La Cámpora y con la proliferación de numerosas y dispersas organizaciones kirchneristas (de distintos tamaños y características), en su mayoría juveniles o con amplios sectores juveniles en su interior.

Este período conllevó una suerte de reperonización del oficialismo, adquiriendo nuevamente centralidad la tradición peronista en la militancia kirchnerista, aunque todo ello fuera del PJ y de "los partidos", y dándose más bien en el formato de diversos espacios organizativos (corrientes, agrupaciones, pero no estrictamente en el sentido de las agrupaciones tradicionales del PJ, movimientos, etc.). Cabe resaltar entonces, cuatro aspectos acerca de este período: el ascenso de La Cámpora; la reperonización identitaria mencionada —por fuera de la estructura del PJ—; la interacción y superposiciones que, de todos modos, se advierten entre esas organizaciones kirchneristas y las redes del PJ; y el interrogante sobre el avance en la organización y consolidación de una fuerza política propia kirchnerista en torno al frente Unidos y Organizados.

Por un lado entonces, un elemento indisociable de lo que ha sido denominado aquí el tercer momento en la relación entre la militancia kirchnerista y la identidad peronista es el ascenso de agrupación Héctor J. Cámpora, ya conocida como "La Cámpora". El análisis de esta organización en sí misma merecería un capítulo aparte. La cuestión de su propio origen reviste por sí sola complejidad21. Pero lo que nos concierne en el presente trabajo es el proceso de crecimiento acelerado de la misma, tanto en términos de: a) sus dimensiones (aunque los números anuales de miembros no son claros, dado que no cuenta con afiliaciones formales ante el Poder Judicial de la Nación por no tratarse de un partido político, parece haber experimentado un crecimiento exponencial a partir de la muerte de Néstor Kirchner), b) su presencia en territorio (a través de, por ejemplo, la presencia de locales de la agrupación), c) su absorción de otras organizaciones (como el movimiento Martín Fierro, en febrero de 201422), d) su presencia en las listas legislativas en las elecciones de 2011 y 2013, e) su presencia en cargos institucionales en el Estado23. Todo ello también queda plasmado en el tamaño relativo de las columnas de la agrupación en las movilizaciones de los últimos años (es decir, en comparación con el resto de las organizaciones asistentes), tanto en las callejeras en la vía pública, como en los actos políticos cerrados24. En los entrevistados de otras organizaciones, la referencia a La Cámpora oscilaba entre la crítica a su supuesta pretensión de hegemonizar Unidos y Organizados, la caracterización de su militancia como demasiado superestructural (atada al Estado y con una insuficiente construcción territorial y de base propia) y la defensa de sus militantes ante lo que se considera un ataque mediático desmedido a los mismos.

Un segundo elemento característico del tercer momento es una suerte de reperonización de la militancia kirchnerista. Ello en términos de la iconografía, las apelaciones simbólicas y la identidad con la que los militantes se definen a sí mismos y a su organización de pertenencia. En otros términos, el tercer momento es el escenario de una reapropiación de la tradición peronista por organizaciones que se encuentran fuera del PJ y que critican la trayectoria de éste, aunque, como veremos, tampoco se trata de compartimentos estancos sino de una interacción compleja y cambiante entre estos actores colectivos. Vuelve así a los actos oficialistas la marcha peronista —aunque sin un audio centralizado y con una estrofa agregada, en el caso de La Cámpora, que le permite colocarse en primera persona con una referencia a la década del noventa y a la década kirchnerista—25. Cobran centralidad, también, los actos del día de la lealtad (17 de octubre) y del día del militante —peronista— (17 de noviembre)26. Y las canciones de la militancia kirchnerista, más allá de la marcha justicialista, aluden mucho más a la tradición peronista que durante el gobierno de Néstor Kirchner — la canción citada al inicio de este trabajo es un ejemplo ilustrativo—. De ese modo, una diferencia clara entre el primer y el tercer momento analizados aquí es que si bien el militante de las organizaciones kirchneristas que han proliferado por fuera del PJ no se ha afiliado a éste para pertenecer a las mismas ni es persuadido por sus dirigentes a hacerlo, sí se encontrará a sí mismo cantando canciones cuyas letras hablan de una identidad propia y personal peronista, de la tradición peronista como propia (desde siempre o adquirida). Militará, asimismo, en locales rodeado de afiches y circulando documentos en los que se advierte una reapropiación de la identidad peronista. Todo esto exhibe un contraste marcado en relación con el primer momento de apelaciones gubernamentales transversales (aunque algunos o varios militantes de organizaciones sociales o políticas de aquel momento provinieran de una trayectoria personal peronista)27.

Un tercer elemento a mencionar es que, aunque la militancia kirchnerista aparece en el formato de una galaxia de organizaciones nacidas por fuera del PJ, ello no equivale a una escena de compartimentos estancos, sino que se advierte una variedad de superposiciones e interacciones (no plenamente orgánicas, de todos modos). Dos ejemplos, relatados por los propios entrevistados: algunas de esas organizaciones —como Kolina y el Movimiento de Unidad Popular (MUP)— y sus dirigentes locales (aunque no todos) participaron el 15 de diciembre de 2013 de las elecciones internas del PJ de la provincia de Buenos Aires, con candidatos propios en ciertos municipios. De este modo lo explicaban Camila, una dirigente nacional del MUP y Héctor, militante local de Kolina:

Camila: Vamos a participar [en las internas del PJ] como agrupación. De hecho Federico [Martelli, secretario general del MUP] en la lista de unidad de La Plata quedó como candidato a secretario de Juventud. Esos compañeros, hay muchos que son afiliados al PJ, otros no. Los afiliados al PJ van a participar de la elección, los no afiliados no. Nosotros como organización tomamos la decisión de ser una parte activa del partido. Dolores: ¿En 2008?

Camila: No, no. Se fue tomando paulatinamente. Nosotros hoy nos reivindicamos dentro del peronismo, peronistas. Todo el movimiento no está afiliado al partido, hay muchos que sí lo estamos. Y consideramos que la disputa hay que darla desde adentro, en los lugares donde se puede. Hay provincias, distritos, donde el partido está alambrado y no entra nadie. Y hay lugares donde los compañeros se acercan a construir el movimiento siendo parte o miembros del partido, y no tienen en el partido un lugar de discusión política. Muchas veces en muchos lugares el partido está cerrado y no tiene una vida partidaria o de discusión política, sino que simplemente es una herramienta electoral que se moviliza en las elecciones (Camila, dirigente del Movimiento de Unidad Popular, ciudad de Buenos Aires).

Héctor: Yo estoy afiliado al PJ. Sigo afiliado porque ahora hay elecciones internas y vamos a participar en la lista de congresales.

Dolores: ¿Hubo una decisión política de Kolina de participar en las internas del PJ ahora?

Héctor: No, pero una compañera de Kolina está como candidata a vicepresidenta en esta lista de unidad. No es orgánico. Nosotros como agrupación y compañeros de otras organizaciones dijimos que quiénes están afiliados participen. Porque también hubo una depuración de compañeros que no aparecieron en los padrones. Yo estaba en el padrón y fuimos a ver. Porque suponemos que hoy es un momento de estar. De estar en el partido, y de dar la pelea ahí, que se va a dar, porque en el Frente Renovador también están afiliados al PJ (Héctor, militante de Kolina en San Martín, provincia de Buenos Aires).

Miembros de La Cámpora también participarían en las internas del PJ en la ciudad de Buenos Aires ese año. El proceso descripto ilustra interacciones no necesariamente orgánicas y fenómenos de doble pertenencia, organizaciones que están por fuera del PJ pero que exhiben intersecciones parciales y de carácter no lineal con las redes partidarias.

Asimismo, en la ciudad de Buenos Aires algunas actividades importantes de organización de la campaña electoral de 2013 coordinadas por Unidos y Organizados fueron realizadas en sedes locales del PJ. Así lo recordaba, Aldo, un joven militante de la Corriente Nacional de la Militancia (CNM), que había participado de esas actividades y que curiosamente se había afiliado a los 18 años al PJ para luego comprobar que no había allí espacios de participación juvenil activa y alejarse por ello del partido y de la militancia hasta confluir años después en la Corriente. Y La Cámpora participó activamente del Congreso del PJ bonaerense que tuvo lugar en diciembre de 2013 en La Matanza, y del encuentro del PJ en Santa Teresita en febrero de 2014 (con una presencia predominante en la carpa donde debía funcionar la Comisión de Juventud).

Para finalizar, un cuarto elemento propio del tercer momento es la conformación de Unidos y Organizados, frente lanzado en 2012 con un lema pronunciado por la presidenta en un acto en Ferro. Aunque se trata de un proceso aún en curso, cabe interrogarnos acerca del carácter y potencialidad de este conglomerado para constituirse como fuerza oficialista estructurada e instancia de articulación permanente de la heterogénea y atomizada galaxia de organizaciones y militancia kirchnerista. Por un lado, Unidos y Organizados parecía portar, desde su origen, un propósito de una organicidad mayor que el Frente para la Victoria, que ha funcionado meramente como sello electoral y no como un partido o instancia de coordinación efectiva (y mucho menos programática) entre los distintos grupos y sectores del oficialismo. Ello se vio, por ejemplo, en las jornadas de asistencia a los inundados de La Plata en abril de 2013, y en las mesas callejeras de campaña de las elecciones ese mismo año (tanto para las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, o PASO, en agosto, como para las elecciones definitivas en octubre). Por otro lado, la caracterización que hacían sobre UyO los entrevistados (los no pertenecientes a La Cámpora) era más pesimista. Resaltaban que originalmente había habido un planteo de que aquel funcionara como una orgánica, sin éxito; que el "frente" adolecía de límites; que La Cámpora intentaba imponerse como conducción del frente y eso atentaba contra un funcionamiento fluido; que las mesas de UyO (a las que asistían representantes de distintas organizaciones para organizar la campaña) funcionaban con regularidades muy distintas a nivel local (y lo mismo sucedía con su composición)28; que era "muy difícil que los frentes sobrevivan en el tiempo"; que el desarrollo de UyO estaba muy atado a lo que sucediera con el gobierno; que la participación de las organizaciones en su interior había sido muy fluctuante; y que las disputas al interior del frente terminaban siendo por cargos en el Estado —ello en detrimento de la construcción territorial conjunta—.

Con los cuatro elementos mencionados, el tercer momento que podríamos identificar a la hora de interpretar la relación entre la militancia kirchnerista y la identidad peronista se distingue de modo notorio de las otras dos etapas de la periodización esbozada aquí. De todos modos, tratándose de un proceso aún en movimiento —y que ha exhibido en once años fluctuaciones significativas—, es menester continuar con —y por qué no, profundizar— la observación de esa relación y sus eventuales mutaciones.

III. Conclusiones

Se ha argumentado en este trabajo la posibilidad de establecer una periodización a la hora de caracterizar la relación entre la militancia kirchnerista y la identidad peronista entre 2003 y 2014, postulando tres momentos.

Un primer momento, durante el gobierno de Néstor Kirchner, de desperonización bajo la forma de una despejotización. Con Néstor como presidente (aunque electo luego de una campaña muy asociada a parte de las redes del PJ bonaerense) y Cristina Fernández de Kirchner como diputada, y luego en 2005 candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires, las apelaciones kirchneristas se vaciaron del clivaje peronismo-antiperonismo y de la iconografía tradicional peronista. Este fenómeno ya ha sido analizado por estudios anteriores, y se advertía también entre los entrevistados de las redes locales del PJ en el municipio de La Matanza, quienes manifestaban disconformidad por esa ausencia de iconografía y liturgia, así como por el rol que, consideraban, debía serle reconocido al PJ dentro del oficialismo. El período además coincide con la intervención judicial del partido y su acefalía formal. También con la incorporación al oficialismo de numerosas organizaciones, fracciones de otros partidos y espacios dirigenciales que pasaron a coexistir con el PJ dentro del conglomerado kirchnerista.

El segundo momento, que podríamos definir a través de un proceso de breve y fallida repejotización del oficialismo, ya era observable en las elecciones de 2007, que habrían sido una suerte de transición entre este momento y el anterior (dado que incluyen, como ha sido argumentado, elementos propios de ambos), y abarca el episodio de reorganización formal del PJ y asunción de Néstor Kirchner como su presidente. Los resultados de aquella "normalización" (término usado por los propios actores) no fueron, sin embargo, los esperados por las redes partidarias que habían venido impulsando o abogando por ese proceso desde 2007. La crisis derivada de la Resolución 125 de imposición de retenciones móviles a las exportaciones de soja, y la derrota electoral en la provincia de Buenos Aires en las elecciones legislativas de 2009 han sido identificados en este trabajo como dos episodios que marcarían una progresiva inflexión hacia el tercer momento.

Y por último, especialmente a partir de 2010 (con algunos elementos ya presentes en 2009), asistimos a una nueva mutación de los sectores privilegiados dentro del conjunto oficialista con el crecimiento, consolidación organizativa y reposicionamiento de la agrupación La Cámpora, y la proliferación de numerosas organizaciones kirchneristas, mayoritariamente juveniles, y con distintas denominaciones pero no agrupadas bajo un paraguas orgánico partidario. Este período conllevó una suerte de reperonización de la militancia oficialista, en el que vuelve la simbología e iconografía peronista, en el que adquiere nuevamente centralidad la tradición peronista, aunque esta vez reapropiada por parte de la militancia no PJ. Se trata, entonces, de una revitalización de la identidad peronista pero por fuera del PJ y de "los partidos", y más bien bajo la forma de movimientos, agrupaciones, corrientes, espacios, muchos de los cuales, de todos modos, no coexisten con el PJ como compartimentos estancos, sino que se advierten interacciones y superposiciones complejas, que deberán seguir siendo observadas para profundizar el análisis. Como última reflexión, asimismo, el trabajo se ha interrogado acerca de la potencialidad y limitaciones de Unidos y Organizados en tanto eventual fuerza estructurada kirchnerista aglutinadora de toda aquella militancia oficialista que ha ido surgiendo al margen del Partido Justicialista.

  1. Los nombres utilizados para hacer referencia a los entrevistados son ficticios. Ello responde a la decisión de priorizar el relato de éstos por sobre su identidad real, aunque ésta en algunos casos fuera un dato en sí mismo, y de evitar cualquier tipo de perjuicio que pudiera deparar para ellos la publicidad de sus respuestas.
  2. "Lo que comenzó como una administración continuadora de la convergencia de los intereses político-electorales de los jefes duhaldistas con los del pequeño grupo que secundaba a Kirchner y conservó los programas económicos y las soluciones sociales de 2002, pasó luego a transformarse en un gobierno de líder sin partido que consiguió notables niveles de aceptación en la sociedad hasta 2007. La concentración de decisiones en la autoridad del presidente se hizo más visible en virtud de la opacidad de las instancias ministeriales, del escaso o nulo protagonismo de los cuerpos legislativos y de la ausencia de un partido político oficialista" (Sidicaro, 2010: 256).
  3. Para varios autores, como Lucca (2011), la construcción de una estructura política transversal no sobrepasó nunca el carácter enunciativo. En un trabajo previo (Rocca Rivarola, 2011) denominé a la transversalidad como un espacio político inorgánico definiendo el concepto como grupos de dirigentes aglutinados ocasionalmente en torno a posiciones comunes dentro del oficialismo (realización de alguna actividad común, cenas políticas compartidas, charlas-debate con algunos de sus referentes, etc.) pero que no confluyeron, en ese período, en la formación de organizaciones formales o de presencia continua.
  4. En un trabajo anterior (Rocca Rivarola, 2011), he planteado lo problemático de abordar al oficialismo kirchnerista en términos de "partidos" que lo integraron, considerando que ello implicaría forzar los términos dado que el kirchnerismo fue nutriéndose con la llegada de dirigentes y grupos provenientes de distintos partidos, contasen o no con el apoyo formal de éstos. En muchos casos, se trató de fracciones de esos sellos partidarios que no se constituyeron como un partido separado (caso de lo que fue denominado por la prensa como "radicalismo K" y "socialismo K"). También de grupos numerosos de dirigentes y militantes que expresaban su apoyo a Kirchner sin que su partido de origen lo hiciera. Era el caso de Graciela Ocaña y Fernando Melillo, ambos provenientes del ARI, por ejemplo. Asimismo, varios espacios y redes que se incorporaron al oficialismo lo hicieron bajo sellos electorales cambiantes o surgidos incluso como tales con posterioridad a esas incorporaciones (Compromiso K, Partido de la Victoria, etc.). Incluso se producirían fenómenos de "alquiler" —o más bien "préstamo", porque no implicaban un costo monetario— de sellos para los procesos electorales, con el objetivo, para ciertos candidatos dentro del kirchnerismo, de superar el obstáculo de la carencia de sellos que contasen personería legal. El propio sello electoral asumido como propio por el presidente Kirchner, el Frente para la Victoria (FPV) iría representando una diversidad de realidades políticas a lo largo de su gobierno. En una ecuación que fue mutando al ritmo de las oscilaciones en la popularidad de Néstor Kirchner, el FPV fue: a) una de las tres manifestaciones del peronismo, en las elecciones presidenciales de 2003; b) un frente bonaerense formalmente opuesto al sello PJ, aunque compuesto por gran parte del peronismo organizado de la provincia de Buenos Aires, en las elecciones legislativas de 2005; c) un conglomerado bonaerense que incluía como actor de peso al PJ organizado pero también a otros sectores por fuera del PJ y en pugna con aquel sello en varios distritos al interior de la provincia, en las elecciones de 2007. Este tipo de fenómenos constituye una manifestación más de la pérdida de peso de los nombres de los partidos en tanto condicionantes del voto y en tanto instituyentes de identidades ligadas a la propia organización partidaria, como ocurría en el pasado.
  5. "Cuando me preguntaban [en 2003] si iba a ir por adentro o por fuera del PJ, les decía que solo hubiera ido a la interna si el justicialismo se ponía de acuerdo en un programa de gobierno común, que luego defendiera el ganador. ¡Pero Menem tiene una visión totalmente opuesta a la que tenemos nosotros! Lo que quiso hacer fue poner al "pejotismo" burocrático al servicio de los sectores neoliberales. Éste es un término de mi autoría. ¿Sabe a qué llamo "pejotismo"? Para mí define la deformación a la que llevó Menem al Partido Justicialista. Un aparato de poder vaciado de contenido, sin ideas" (Kirchner, entrevistado por Di Tella, en Kirchner y Di Tella, 2003: 131). Chiche Duhalde afirmó en su intervención en aquel Congreso: "No puede ser que abramos la puerta para que algún trasnochado piense que puede hacer algo por fuera del partido" (Diario Hoy, 27/03/04).
  6. Para más detalle de estos argumentos, ya vertidos en un trabajo anterior propio, ver Rocca Rivarola (2006).
  7. Ello sucedió, por ejemplo, en un acto de Néstor Kirchner en Laferrere (22/03/2007), en el acto de Cristina Fernández de Kirchner por el "día de la lealtad" y como candidata presidencial en una escuela fábrica en La Tablada (17/10/2007); y también en el acto de lanzamiento de la fórmula Scioli-Balestrini para la gobernación de la provincia de Buenos Aires, realizado en Mar del Plata (21/8/2007).
  8. Para más detalle sobre el argumento de que esos actores constituían una suerte de "otros" indeseables dentro del oficialismo, ver Rocca Rivarola (2011).
  9. Rodolfo, legislador de La Matanza entrevistado en septiembre de 2005, y que apoyaba la lista de Duhalde, sostenía que en el FPV había una "melánge" de algunos peronistas equivocados, de algunos dirigentes piqueteros, que no tienen nada que ver con el peronismo, que son de izquierda, y bueno, con las ansias de ganar más poder, han hecho las listas que han hecho, pero en contra del peronismo, porque ni siquiera pudieron... (...) Y yo creo que éstos vienen por la destrucción del peronismo. Es una pelea ideológica" (Rodolfo, legislador del PJ en La Matanza opositor al kirchnerismo en las elecciones de 2005 y realineado en 2006 en torno al oficialismo).
  10. Ana S. Montero (2009), que analiza el discurso kirchnerista, llama a recordar el modo en que éste ponderó, en los primeros dos años de mandato, el "pluralismo" y la "transversalidad", para después compararlo con el "cierre" de ese mismo discurso en los últimos dos años en torno al peronismo, con una progresiva ausencia de aquellos términos.
  11. En términos de antecedentes de ese proceso, en agosto de 2006 un acto de los que serían luego denominados "radicales K" daba un puntapié inicial a la fusión pública de este sector y a su confrontación con el resto de la UCR, que se oponía al gobierno de Kirchner. Cuatro gobernadores y 183 intendentes representaban así lo que ellos mismos denominaron "el radicalismo que gobierna", en alusión a sus respectivos cargos institucionales (Página/12, 13/08/06). Elogiando algunas medidas del gobierno de Kirchner y criticando otras, este nuevo espacio político, que no iba a traducirse en la formación de un nuevo partido organizado, demostraba su fuerza numérica e institucional, preparándose, con antelación, para las elecciones del año siguiente. En julio de 2007, asimismo, el gobierno de Kirchner anunciaba aJulio Cobos como candidato a vicepresidente de Cristina Fernández de Kirchner.
  12. En un acto de campaña en La Tablada, coincidente con el 17 de octubre (día de la lealtad), y con una audiencia casi totalmente de agrupaciones del PJ local, CFK pronunciaba un discurso que parecía ciertamente urticante para la militancia peronista tradicional. En un público ya de por sí reacio al armado transversal o con parte del radicalismo, y, sobre todo, en un día íntimamente vinculado a la identidad peronista, la candidata presidencial resignificaba, en su discurso, el 17 de octubre de 1945, fecha fundacional para la identidad peronista en la historia, y lo revestía de un carácter concertacionista: En aquel 17 de octubre [de 1945], millones de argentinos, radicales, mujeres y hombres que ni siquiera podían decirse peronistas, porque el peronismo no existía...El Partido Justicialista se funda después... Eran socialistas, radicales, conservadores como había sido mi abuelo, del conservadurismo popular en la provincia de Buenos Aires (.) Este 17 de octubre tiene similitudes con aquél. Esta concertación que hoy les ofrecemos a todos los argentinos, incorpora a hombres y mujeres de distintas experiencias históricas, con diferentes identidades, pero con un objetivo común (...) seguramente tal vez algunos se acuerdan de las cosas que nos pasaron a los argentinos cuando los partidos nacionales, populares y democráticos se dividieron. Cada vez que nos hicieron creer que un radical o un socialista o un peronista podía ser nuestro enemigo es allí donde hicieron pie las minorías que nunca quisieron a los argentinos; y entonces nos llevaron a un proyecto de hambre, miseria y dolor ¡Hagamos aprendizaje histórico! (Registros de campo. Acto de campaña electoral de Cristina Fernández de Kirchner. 17/10/2007. Escuela Fábrica de la UOM, La Tablada, La Matanza).
  13. El reclamo del entonces vicepresidente del PJ de la provincia de Buenos Aires (hoy formalmente integra las autoridades del PJ nacional) Hugo Moyano, en diciembre de 2011, de que éste se había convertido en una "cascara vacía" —misma denominación que había utilizado CFK en el Congreso partidario de 2004— daba cuenta no solo de la distancia que había ya entre este dirigente y el gobierno, sino también entre las expectativas de las redes del PJ respecto del proceso de reorganización del partido y sus resultados.
  14. Según cifras del PoderJudicial (PJN) y de la Cámara Nacional Electoral, el PJ, que en 1983 había tenido 3.006.355 afiliados a nivel nacional, en 2009 tenía 3.767.311; en 2010 tenía 3.780.651; en 2011, 3.671.092 y en 2012, 3.626.728. Es decir, se observa un leve decrecimiento. Y cabe reflexionar acerca de la verdadera significación de esas cifras y de la posibilidad de existencia de un residuo de afiliados que nunca se desafiliaron pero que no guardan ninguna relación ya con el partido en cuestión. A modo de ejemplo, en las elecciones internas de diciembre de 2013 del PJ de la provincia de Buenos Aires votaron, según las propias cifras brindadas por el partido a los medios, 400.000 afiliados, lo que equivale a menos del 30 por ciento del padrón de afiliados al PJ bonaerense (1.363.976 según la Cámara Nacional Electoral). Cifra de votantes obtenida del diario Tiempo Argentino, 16/12/2013 (tiempo.infonews.com/2013/12/16/argentina-115119-con-un-mensaje-de-unidad-espinoza-fue-elegido-titular-del-pj-bonaerense.php).
  15. En torno a esa revitalización, uno de los directores de la consultora de opinión pública Poliarquía decía: "En la presidencia de Cristina Kirchner le quitó muchos puntos la crisis del campo, la recuperación de 2010-2011 le sumó 15 puntos de imagen positiva y la muerte de Néstor Kirchner le dio en un mes un salto de 20 puntos de popularidad" (Alejandro Catterberg, entrevistado por seccionpolitica.com.ar, 6 de septiembre de 2012).
  16. La Mesa de Enlace se conformó en el seno del conflicto mismo, con una primera reunión en marzo de 2008. Nuclea a las cuatro mayores asociaciones de productores agropecuarios: La Sociedad Rural Argentina (SRA), las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Federación Agraria Argentina (FAA) y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro).
  17. Para un relato detallado sobre el conflicto, ver Barsky y Dávila (2008).
  18. Más allá de si esa suposición era correcta, lo significativo para nuestro análisis es que los propios actores, incluido el ex presidente Kirchner lo vieran de ese modo, y actuaran luego a partir de esa suposición. Una versión de que Kirchner hacía esa lectura aparece en el testimonio de Andrés Larroque, dirigente de La Cámpóra, en Russo (2014: 118-126).
  19. En la ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, además de Juan Cabandié, que ya había sido candidato en 2007, tuvieron un lugar (aunque no expectante) en las listas de 2009 Mariano Recalde (N° 10 en la lista de legisladores de la ciudad) y Andrés Larroque (N°8 en la lista para diputados nacionales). En la provincia de Buenos Aires, las listas de legisladores provinciales por sección exhibían a algunos candidatos de la agrupación (no así la de diputados nacionales). En 2011, el avance en cuanto a la presencia en las listas es notorio. En la lista de candidatos a legisladores de la ciudad aparecían Juan Gabandié (Io), Paula Penacca (7o), Iván Heyn (26°), y se advertían militantes de la agrupación en las listas comunales. Para diputados nacionales por ese mismo distrito, Andrés Larroque (3°), Laura Alonso (12° -fue militante de la agrupación Lucía Gullen, de la UBA, y luego de La Gámpora). En la provincia de Buenos Aires, para diputados nacionales, Eduardo "Wado" de Pedro (6°), Mayra Mendoza (15°). Para legisladores provinciales por sección: en la primera sección, José Ottavis (2°) y Alberto España (tío Wado De Pedro y 5°); en la segunda sección, Marina Moretti (3°); en la tercera sección, Santiago Garreras (entonces director provincial de laJuventud y 4°); en la cuarta sección, Miguel Funes (4°) y Rocío Giaccone (6°); en la quinta sección, Fernanda Raverta (3°); en la sexta sección, Jorge Ruesga (4°); en la séptima sección, Gésar Valicenti (4°); y ninguno, en la octava sección.
  20. Los testimonios en primera persona de distintos miembros de la mesa nacional de La Gámpora recogidos por el libro periodístico de Russo (2014) sugieren la existencia de una estrategia de Néstor Kirchner, especialmente luego de su propio mandato, de promover el desarrollo de una "orgánica de lajuventud" conducida por esa agrupación y que se convirtiera, en un futuro, en una suerte de fuerza propia de Cristina, más leal que el PJ y más organizada que el universo de organizaciones sociales, centrales sindicales, movimientos, y espacios que habían conformado el kirchnerismo desde 2003. El momento de origen de la agrupación oscila según el testimonio.
  21. Incluso, en el sitio web de la organización, al que se accedió en agosto de 2011, la agrupación situaba su propio origen en 2003, publicando una carta fechada en mayo de 2004 que hablaba del "camino iniciado por La Cámpora hace más de un año". Pero, en el mismo portal, había un link al "nacimiento de La Cámpora", donde, luego de un relato sobre la victoria de Héctor J. Cámpora el 11 de marzo de 1973 y sobre el significado de ese día, se recordaba que en diciembre de 2006 la familia Cámpora había decidido darle a Néstor Kirchner los atributos presidenciales del ex mandatario (banda presidencial, bastón presidencial y bandera de presencia presidencial). Con ello, concluía La Cámpora en su portal: "Aquel acto quizás pasó desapercibido para la gran prensa, pero no para un grupo de militantes, ese día nació La Cámpora". Aquella fecha, en diciembre de 2006, constituye lo que Zuazo (2012) denominó en Le Monde Diplomatique, el "mito de origen" que tiene la agrupación "como cualquier banda que aspire a un hit" (Zuazo, 2012: 2). En el sitio web actual de la agrupación (acceso el 4 de agosto de 2014), ya no hay un link al origen o fundación de La Cámpora.
  22. Lo cierto es que ya en 2006, según el relato del propio Larroque (Russo, 2014), Kirchner convocaba a grupos vinculados a la Dirección de Juventud de la ciudad de Buenos Aires (liderados por Compromiso K, un espacio kirchnerista fundado por Carlos Zannini) y los asociaba a un grupo de Santa Cruz donde estaba su propio hijo, que aglutinaría distintos sectores y agrupamientos juveniles en la universidad (Necesidades Básicas Insatisfechas, en la Facultad de Derecho y TNT en Económicas), en territorio (Juventud Presente, de Larroque), y en organismos de derechos humanos (H.I.J.O.S.). Distintos miembros de la agrupación entrevistados por Russo (2014) relatan de modo similar cómo en 2007 viajaron a distintas provincias del país, promovido ello por el propio Kirchner, para sumar allí a grupos ya existentes o "jotapés silvestres" (Russo, 2014: 216). Y finalmente, el 21 de diciembre de 2009, tendría lugar el primer plenario nacional de la agrupación La Cámpora en el Bauen con aproximadamente 500 representantes y un cierre con la presencia del propio Néstor Kirchner. Ese mismo año, el 21 de noviembre, según la revista N°2 de la agrupación, se presentaba "la estructura organizacional de La Cámpora provincia de Buenos Aires", compuesta por Jorge Romero, Facundo Tignatelli, Fernando Sequeiros, Leandro Sánchez, Facundo Ballesteros, Miguel Funes, Javier Arancet, Gustavo Torriglia y Martín Alaniz. En una carta abierta, el Movimiento Martín Fierro definía su propia decisión de sumarse a La Cámpora como el desafío de "profundizar los procesos de unidad y síntesis del campo nacional y popular, en la organización que ha sabido expresar mayoritariamente a las nuevas generaciones militantes, y que por eso mismo ha sido motivo de la ensañada demonización por parte de los poderes mediáticos más concentrados" (Carta Abierta del Movimiento Martín Fierro "Solo la Unidad hace a la Victoria", 15 de febrero de 2014).
  23. Según se desprende del relevamiento propio realizado con la base del organigrama oficial y datos consultados en material periodístico, y a modo de fotografía, los cargos ocupados por miembros de La Cámpora en el Estado en mayo de 2013, aunque muy numerosos, no eran ministeriales sino por debajo (un viceministro, y luego secretarios, subsecretarios, directores de organismos como la Sigen, Télam, Canal 7, de algunas empresas estatales como Aerolíneas Argentinas, etc.). Se contabilizaban, por lo menos, 37. Esa presencia, asimismo, aparecía especialmente concentrada en algunos gabinetes, como las áreas de Economía y Justicia y más ausente en otros como Salud, Agricultura, Educación e Industria. Esa fotografía, de todos modos, aún no incluía al actual ministro de economía Axel Kicillof. Para un detalle de esos cargos, ver anexo IV
  24. Con actos cerrados me refiero a actos cuyo acceso era restringido a la portación de pulseras especiales por parte de cada asistente, pulseras que eran distribuidas por las organizaciones a sus militantes. Dos ejemplos de ello: acto en el Luna Park el 27 de abril de 2009 con la presencia de Néstor Kirchner (al que no fue posible el ingreso para la observación participante, quedando asimismo algunas columnas de organizaciones sin poder entrar) y acto de presentación de candidaturas del FPV el 29 de junio de 2009 (al que fue posible ingresar consiguiendo una pulsera por parte del referente de una organización). En este último, toda la tribuna de frente al escenario estaba ocupada por miembros con banderas y remeras de la agrupación, que exhibió así, en ese acto, la mayor presencia militante.
  25. La estrofa dice: "Resistimos en los Q90 / Volvimos en el 2003 / junto a Néstor y Cristina / la Gloriosa JP".
  26. En 2013, para el día de la lealtad, las organizaciones aglutinadas en Unidos y Organizados realizaron una concentración en la Plaza de Mayo, y para el día del militante, un acto en Parque Lezama. La propia cronología de los actos del 17 de octubre desde la llegada de Kirchner al poder es ilustrativa, en alguna medida, de los tres momentos de los que habla este trabajo. Después de años de actos menores (o con resultados negativos, como el enfrentamiento entre sectores sindicales en San Vicente en 2006) o de ausencia de Néstor Kirchner en las actividades organizadas para la fecha, en 2008, con Kirchner ya como presidente del PJ, Cristina encabezó un acto en Malvinas Argentinas, haciendo varias referencias a Perón. En 2009, Kirchner encabezaría un acto en San Vicente llamando al peronismo "a recuperar plenamente la iniciativa transformadora para construir la diversidad en el campo nacional y popular" (Kirchner, "No caigamos en eso de ver quiénes son los dueños del 17 de octubre", Página/12, 17/10/2009). En 2010, el 15 de octubre Cristina Kirchner asistiría al acto de Hugo Moyano en el estadio de River. En 2011 encabezaría un acto de gestión (por el 60 aniversario de la televisión argentina) el 17 de octubre. En 2012, Unidos y Organizados realizaría un acto en Córdoba, mientras que Cristina encabezaría una cumbre de intendentes bonaerenses en la Casa Rosada en la que manifestaría que odiaba la palabra justicialista, que ella era peronista. En 2013, paralelamente al acto de Unidos y Organizados en Plaza de Mayo, Scioli e Insaurralde participarían de un acto en el Teatro Roma, en Avellaneda, con el logo del PJ y con el canto de la marcha peronista con audio por parte de la organización de la actividad.
  27. En los entrevistados, entre aquellos que bordeaban los 50 años, predominaba la trayectoria personal peronista antes del kirchnerismo. En cambio, para los menores de 40, el peronismo aparece como una identidad adquirida como resultado del hacerse kirchneristas. En relación con esta cuestión, Vázquez y Vommaro (2012) sostienen que, para el caso de La Cámpora, en los jóvenes militantes, el hacerse peronista resulta una inflexión política que involucra desarmar la asociación de sentido entre peronismo y menemismo. Significativamente, podríamos agregar, aparece una suerte de relectura en algunos militantes kirchneristas devenidos peronistas que coloca al peronismo como algo que siempre había estado latente en ellos.
  28. En San Martín, por ejemplo, Unidos y Organizados actuaba coordinadamente con el sciolismo, según Héctor, uno de los entrevistados. En algunos otros distritos, la relación era de tensión o de coexistencia sin articulación.

 

Bibliografía

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  15. Novaro, Marcos (2011). "La cultura y el sentido común bajo el kirchnerismo", en Malamud, Andrés y Miguel De Luca (coords.), La política en tiempos de los Kirchner, Buenos Aires, Eudeba.
  16. Ollier, María Matilde (2010). "El liderazgo político en democracias de baja institucionalización (el caso del peronismo en la Argentina)", en Revista desociología, N° 24, enero.
  17. Pérez, Germán y Ana Natalucci (2010). "La matriz movimientista de acción colectiva en argentina: la experiencia del espacio militante kirchnerista", en América Latina Hoy, Vol. 54, abril.
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  19. Rocca Rivarola, María Dolores (2011). "En torno al líder: relaciones y definiciones de pertenencia dentro de los conjuntos oficialistas de Luiz Inácio Lula Da Silva (2002-2006) y Néstor Kirchner (2003-2007)", Tesis doctoral, Universidad de Buenos Aires.
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  24. Sidicaro, Ricardo (2011). "El partido peronista y los gobiernos kirchneristas", en Nueva Sociedad, N° 234, julio-agosto.
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  27. Zuazo, Natalia, (2012). "¿Qué es La Cámpora?", en Le Monde Diplomatique, Edición Cono Sur, Año XIII, N° 155, mayo.

 

Anexo

Entrevistas realizadas en la ciudad de Buenos Aires y conurbano bonaerense entre 2005 y 2020 (investigación doctoral)

N

Fecha de la entrevista

Organización

Perfil

Nombre ficticio

Franja etaria

1

25/11/2005

PJ (La Matanza)

Legislador

Roberto

51 o más

2

25/11/2005

PJ (La Matanza)

Militante

Gabriel

36 a 50

3

16/12/2005

PJ (La Matanza)

Dirigente de una agrupación local

Ariel

36 a 50

4

23/09/2005

PJ (La Matanza)

Legislador en La Matanza, opositor al kirchnerismo en 2005 y luego realineado

Rodolfo

36 a 50

5

21/02/2006

No era orgánico del PJ, sí integró sus listas (La Matanza)

Legislador

Adelqui*

51 o más

6

29/03/2006

PJ (La Matanza)

Legislador, dirigente de una agrupación

Ricardo

51 o más

7

21/04/2006

Barrios de Pie-Libres del Sur (La Matanza)

Dirigente de la organización

Santiago*

36 a 50

8

17/05/2006

PJ (La Matanza)

Militante y dirigente

Omar Y Jerónimo

51 o más y 36 a 50.

9

19/05/2006

PJ (La Matanza)

Legislador

Dante

36 a 50

10

29/11/2006

Barrios de Pie-Libres del Sur (La Matanza)

Dirigente de la organización

Patricio

20 a 35

11

15/06/2007

Barrios de Pie-Libres del Sur (La Matanza)

Dirigente de la organización y militante de la organización

Pedro Y Mateo

20 a 35

12

21/02/2007

PJ (La Matanza)

Funcionario municipal y militante

José

36 a 50

13

21/03/2007

PJ (La Matanza)

Militante

Ornar

51 o más

14

03/08/2007

PJ (La Matanza)

Legislador

Alvaro

51 o más

15

03/08/2007

PJ (La Matanza)

Militante

Javier

36 a 50

16

07/03/2008

PJ (La Matanza)

Militante. Segunda entrevista.

Javier

36 a 50

17

27/09/2007

PJ (La Matanza)

Dirigente de una agrupación. Funcionario municipal

Martín

36 a 50

18

27/09/2007

PJ (La Matanza)

Dirigente de una agrupación. Funcionario municipal

Gonzalo

36 a 50

19

27/09/2007

PJ (La Matanza)

Militante de una corriente opositora al intendente

David

36 a 50

20

29/11/2007

PJ (La Matanza)

Militante y funcionario municipal

Paulino

36 a 50

21

29/11/2007

PJ (La Matanza)

Militante y funcionario

Maxi

20 a 35

22

29/11/2007

PJ (La Matanza)

Militante de una corriente opositora al intendente y legislador

David y Rodrigo

36 a 50 ambos

23

05/03/2008

ídem entrevista 22

ídem entrevista 22. Segunda entrevista

David y Rodrigo

36 a 50 ambos

24

04/12/2007

PJ (La Matanza)

Legislador (ídem entrevista 1). Segunda entrevista

Roberto

51 o más

25

29/02/2008

Libres del Sur (sudoeste del conurbano bonaerense)

Funcionario municipal y militante

Ramiro*

20 a 35

26

05/03/2008

CGT y PJ (La Matanza)

Legislador y dirigente sindical

Pastor

36 a 50

27

05/03/2008

Movimiento Evita (La Matanza)

Funcionario provincial y militante de la organización

Octavio

36 a 50

28

12/03/2008

FTV (Matanza y a nivel nacional)

Dirigente de la organización

Lorenzo

36 a 50

29

20/06/2008

Libres del Sur (ciudad de Buenos Aires).

Militante y asesora de legisladora

Sandra

20 a 35

30

23/06/2008

FTV y CTA (provincia de Buenos Aires)

Legislador, dirigente de

la organización, y ex dirigente provincial de la CTA

Jesús

36 a 50

31

12/09/2008

PGCE (dentro de Libres

del Sur hasta 2007) (ciudad de Buenos Aires)

Militante

Mariano

20 a 35

32

18/02/2009

PJ (zona norte del conurbano)

Dirigente

Salvador*

20 a 35

33

14/04/2009

PJ (zona sur del conurbano)

Legislador y dirigente del PJ local

Julio

36 a 50

34

11/05/2009

Libres del Sur (provincia de Buenos Aires)

legisladora y militante

Valeria

20 a 35

35

21/05/2009

Frente Transversal (nacional) y CTA

Dirigente de la organización y de la CTA

Edgardo Depetri (nombre real)

36 a 50

36

27/11/2008

Sin organización partidaria, sí identificado como FPV (provincia de Buenos Aires)

Legislador

Román

36 a 50

37

06/08/2009

Frente Grande (ciudad de Buenos Aires)

Dirigente partidario

Jaime

36 a 50

38

28/08/2009

CGT y PJ (zona oeste del conurbano bonaerense)

Dirigente sindical

Nicolás

51o más

39

05/10/2009

PS y CTA (provincia de Buenos Aires)

Dirigente partidario

Adrián

36 a 50

40

07/10/2009

CTA (provincia de Buenos Aires)

Dirigente sindical

Pascual

51 o más

41

06/08/2009

Frente Grande (provincia de Buenos Aires)

Legisladora

Alicia

36 a 50

42

05/04/2010

CGT y PJ (ciudad de Buenos Aires)

Dirigente sindical

Vicente

36 a 50

* Entrevistas (cuatro, en total) realizadas en conjunto con otros investigadores: Hilario Moreno del Campo, Maricel Rodríguez Blanco, Darío Rodríguez, María Victoria López y Gabriela Mattina.

 

Entrevistas realizadas en ciudad de Buenos Aires y conurbano para investigación posdoctoral (trabajo de campo aún en curso)

Fecha entrevista

Organización

Perfil

Nombre ficticio

Franja etaria

1

13/11/2013

Agrupación Pocho Leprati y Agrupación Valiese, respectivamente (todas dentro del FPV)

Dirigentes y funcionarios municipales

Emilio y Santino

51o más, Emilio. 20 a 35, Santino

2

13/11/2013

Movimiento de Unidad Popular (MUP)

Dirigente nacional de la organización y funcionaria provincial

Camila

35 a 50

3

13/11/2013

Corriente Nacional de la Militancia

Militante

Aldo

20 a 35

4

14/11/2013

Kolina (pero con perspectivas de pasarse a la Corriente Nacional de la Militancia)

Militante y ex funcionario municipal en territorio

Héctor

35 a 50

5

15/11/2013

UTE-CTERA

Dirigente media

Valentina

35 a 50

6

15/11/2013

Nuevo Encuentro

Militante

Julián

20 a 35

7

22/11/2013

Agrupación Cullen en la Fac. de Cs. Sociales (UBA) y hace poco Movimiento Evita

Militante y funcionario nacional

Federico

20 a 35

8

06/05/2014

La Cámpora

Militante y funcionario nacional en territorio

Genaro

35 a 50

Observación participante

1/10/05: Acto de campaña en La Matanza de Chiche Duhalde. 7/12/05: Acto de asunción de los nuevos concejales en el Concejo Municipal de La Matanza.

21/04/06: Encuentro de Barrios de Pie Matanza (como instancia preliminar al lanzamiento el 27 de abril del Movimiento Libres del Sur a nivel nacional).

17/11/06: Acto por el día del militante, organizado por el PJ de La Matanza. Club "El Fortín", Ciudad Evita.

22/03/07: Acto de campaña para la candidatura de Daniel Scioli, organizado por la FTV en el Barrio el Tambo, Isidro Casanova, La Matanza.

24/02/07: Acto del Movimiento Evita. Estadio Arsenal. Sarandí, Avellaneda.

22/03/07: Acto del Plan "Agua+Trabajo" con presencia de Néstor Kirchner y Daniel Scioli, Laferrere (Matanza).

17/10/07: Acto de campaña de Cristina F. de Kirchner en el marco del día de la lealtad, Tablada (Matanza).

25/10/07: Acto de cierre de campaña de Cristina Fernández de Kirchner. Mercado Central.

30/10/08: Acto de lanzamiento de precandidatura de Jorge Ceballos en Movimiento Libres del Sur. Microestadio de Ferro, ciudad de Buenos Aires.

16/04/09: Acto de campaña para las elecciones legislativas en el Club Social y Deportivo Muñiz, en San Miguel (Néstor Kirchner, Daniel Scioli y Joaquín de la Torre, candidato local).

30/04/09: Acto de la CGT en la Av. 9 de Julio por el día del Trabajo (un día antes), ciudad de Buenos Aires.

29/06/13: Acto de Lanzamiento de candidaturas de todas las provincias del Frente para la Victoria para elecciones legislativas. Microestadio de Argentinos Juniors. Ciudad de Buenos Aires.

17/10/13: Movilización de organizaciones de Unidos y Organizados a Plaza de Mayo por el día de la lealtad peronista.

Presencia de La Cámpora en cargos estatales

Referencia organigrama del Estado Nacional: Además de los quince ministerios, y la Jefatura de Gabinete de Ministros (de la que dependen seis secretarías), hay ocho secretarías de Estado que dependen directamente de presidencia. También existen algunos organismos descentralizados (tanto los asociados a ministerios como otros vinculados a las instancias antes mencionadas).

Cargos ocupados por militantes y dirigentes de La Cámpora en mayo de 2013: Subsecretaría de Comunicación Pública (Rodrigo Rodríguez), Dirección General de Coordinación Institucional (Hernán Reibel Maier), Televisión Pública/Canal 7 (Carlos Figueroa), Télam (Santiago Patucho Álvarez), Secretaría de Asuntos Municipales (Ignacio Lamothe), Subsecretaría de gestión municipal (Gustavo Sergio Ismael Cáceres), Subsecretaría de Transporte Aerocomercial (Manuel Baladrón), Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales (Cecilia Nahon), Subsecretaría de Integración Económica Latinoamericana y Mercosur (María Agustina Vila, cargo que antes ocupó Eduardo Sigal, ex Presidente del Frente Grande y uno de los dirigentes de esa fuerza que primero apoyó a Néstor Kirchner), Secretaría de Coordinación y Cooperación Internacional (Paula Ferraris), Secretaría De Política Económica y Planificación del Desarrollo —además de ser viceministro— (Axel Kicillof), Subsecretaría de Coordinación Económica y Mejora de la Competitividad (Augusto E. Costa), Subsecretaría de Planificación Económica (Nicolás Arceo), Subsecretaría de Programación Macroeconómica (Emanuel Antonio Álvarez Agis), Subsecretaría de Comercio Exterior (Paula Español), Secretaría de Comunicaciones (Norberto Carlos Berner), Gerente General de Cammesa, —empresa administradora del mercado energético mayorista— (Juan Manuel Abud), Presidencia de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales Arsat (Matías Bianchi Vilelli), Vicepresidencia de la misma empresa (Guillermo Rus), Dirección de Correo Argentino (Verónica Piesciorovski), Secretaría de Justicia (Alejandro Julián Álvarez), Subsecretaría de Relaciones con el Poder Judicial (Franco Eduardo Picardi), Subsecretaría de Coordinación y Control de Gestión Registral (Ernesto Kreplak), Secretaría de Derechos Humanos (Martín Fresneda), Dirección del Servicio Penitenciario Federal (Víctor Eduardo Hortel), Subsecretaría de Políticas en Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Fernando Ernesto Peirano), Subsecretaría de Promoción del Sector Social de la Economía (Federico Ludueña), Presidencia del Consejo Nacional de las Mujeres (Mariana Gras), Dirección Nacional de Juventud (Laura Braiza), Presidencia de Aerolíneas Argentinas (Mariano Recalde), Dirección (por debajo del presidente) de la Autoridad de Servicios de Comunicación Audiovisual o Afsca (Ignacio Saavedra), Inspección General de Justicia o IGJ (Rodolfo Tailhade), Dirección de Documentación Presidencial (Mariana Larroque), Sindicatura General de la Nación (Rodrigo Cuesta), Gerencia General del Banco Central (Matías Kulfas), Vicepresidencia del Directorio de la Casa De La Moneda (Esteban Kiper).

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