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Revista SAAP

versão On-line ISSN 1853-1970

Revista SAAP vol.12 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jun. 2018

 

articulos

Conocimiento político internacional a partir de un enfoque in dividual y de contexto: evidencia desde Brasil

International political knowledge based on an individual and contextual approach: evidence from Brazil

FERNANDO MOURON

MATHEUS SOLDI HARDT

JANINA ONUKI

King’s College London, Reino Unido Universidad de Sao Paulo, Brasil femando.mouron@kcl. ac.u

Universidad de Sao Paulo, Brasil mathardt@usp .br

Universidad de Sao Paulo, Brasil janonuki@usp.br

Literatura reciente ha intentado identificar los determinantes que sir ven para explicar diferencias en los niveles de conocimiento político inter nacional. Tomando como referencia las respuestas recabadas por el proyec to «Las américas y el mundo: opinión pública y política externa» en su edición 2014/2015, este artículo ofrece nueva evidencia empírica prove niente desde América Latina. Tal como lo señalado por la literatura, mos tramos que variables en un nivel micro, tales como educación, género y renta, explican diferencias en los niveles de conocimiento político interna cional. Además, al introducir una variable macro en nuestro análisis -el tamaño de la ciudad- encontramos que nuestro modelo se torna más preciso y predice mejor el conocimiento político internacional de una per sona al considerar el contexto en el cual la misma está inserta.

Introducción

Si bien históricamente se ha considerado a la política externa inmune a la presión pública, en regímenes democráticos la misma se ha visto cada vez más influenciada por ésta última (Holsti, 1992; Sobel, 2001). En este senti-

Artículo aceptado para su publicación el 20 de marzo de 2018. Una versión anterior de este artículo ha sido presentada en la 68 Conferencia Anual de WAPOR, Buenos Aires.

Revista SAAP (ISSN 1666-7883) Vol. 12, N° 1, mayo 2018, 131-153

do, investigaciones previas han demostrado que, a través de mecanismos de rendición de cuentas que afectan directamente a los líderes, en democracias consolidadas la población influye en la formulación de la política exterior (Foyle, 2004). Asimismo, trabajos previos han señalado que, en el caso de democracias emergentes y particularmente al interior de América Latina, los gobernantes tienen en cuenta a la opinión pública al planificar sus polí ticas externas (Echegaray, 2001).

Por su parte, otras investigaciones recientes han sugerido que el conoci miento que el público posee sobre asuntos externos también afecta la forma en que el ciudadano medio percibe su situación doméstica. A modo de ejem plo, el tomar conocimiento de la inestabilidad política en otros países ha demostrado aumentar la satisfacción con el propio (Huang, 2015); lo que nos permite afirmar que lo que los ciudadanos saben sobre asuntos externos tiene un impacto que se extiende más allá de la formulación de la política exterior.

En este contexto, y aunque la mayoría de las investigaciones previas hayan intentado analizar la estabilidad y consistencia de la opinión pública en materia de política externa , un creciente cuerpo de trabajos ha ido abor dando gradualmente los factores que ayudan a entender diferencias en el conocimiento político internacional (Curran et al., 2009; Iyengar et al., 2009).

Al interior de este debate, cabe mencionar los dos niveles de análisis considerados por investigaciones precedentes. Por un lado, tomando como referencia los artículos clásicos sobre conocimiento político general, existe un consenso respecto a la relevancia que poseen características de índole individual. El nivel educativo (Tichenor et al., 1970; Cannell et al., 1981; Carpini y Keeter, 1996), el nivel de ingresos (Fiske y Kinder, 1981; Neuman, 1986) y el género (Verba et al., 1997; Dow, 2009; Dolan, 2011; Ihme y Tausendpfund, 2017) han sido identificadas como variables explicativas del conocimiento político internacional.

Por otro lado, y adentrándonos en un nivel de análisis de carácter contextual, numerosos académicos han centrado su atención en las diferen cias de conocimiento entre países. En este sentido, el tipo de sistema de medios (StrOmback, 2017) -público o privado- así como la relevancia otor gada por los medios locales a temáticas de política mundial (Curran et al., 2009), han sido señaladas como variables explicativas de las diferencias de conocimiento político internacional.

Sin embargo, y a pesar de estos avances, esta área de investigación aún mantiene algunas limitaciones. En primer lugar, los datos de estudios pre vios se circunscriben únicamente a los países desarrollados, generalmente a los Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea. A su vez, y en lo que concierne a las influencias de contexto, estos trabajos se han limitado a comparar variaciones del conocimiento político entre países y, como tales, han obviado el hecho de que diferencias al interior de los Estados también pueden adquirir gran relevancia.

Siendo así, utilizando como referencia las respuestas recabadas en Bra sil, Colombia, Ecuador, México y Perú por el proyecto «Las américas y el mundo: opinión pública y política externa» en su edición 2014-2015, pre tendemos aportar nueva evidencia empírica respecto a cómo las variables a nivel micro, así como las variables contextuales, son útiles para explicar la gunas en el conocimiento político internacional.

En lo que respecta a nuestros hallazgos, primeramente, corroboramos las hipótesis a nivel micro. Características socioeconómicas tales como el nivel de educación, género y el nivel de ingresos, mostraron poseer un efec to estadísticamente significativo en los cinco países analizados; resultados consistentes con la literatura tradicional que ha abordado la temática de conocimiento político. En segundo lugar, con el fin de analizar los efectos de contexto intrapaíses, nos centramos estrictamente en el caso brasileño y analizamos las respuestas recabadas en setenta ciudades del país vecino. Manteniendo los efectos de las variables individuales constantes, encontra mos que el conocimiento político internacional fue mayor cuanto más habi tantes había en una ciudad, resultado que se puede explicar debido a «pro cesos de socialización» y al efecto que el tamaño de la ciudad, más allá de sus características personales, posee sobre los individuos. En otras palabras, al comparar personas con características similares en todo Brasil, encontra mos que aquellas que viven en municipios con mayor densidad poblacional tendieron a saber más sobre asuntos internacionales; lo cual se explica debi do al hecho de que están expuestas a un ambiente donde la discusión polí tica internacional es más probable y relevante en su día a día. Siendo así, y a pesar de no poder extender nuestros resultados a otros países de América Latina, podemos afirmar que, al menos para el caso brasileño, las diferen cias al interior del país sí importan.

Por último, nuestro trabajo está estructurado de la siguiente manera. En la siguiente sección exhibimos un breve marco teórico sobre los determi nantes del conocimiento político a nivel general, así como presentamos nuestras hipótesis derivadas de estudios que previamente han indagado sobre el conocimiento político internacional. Luego describimos con mayor detenimiento el proyecto «Las américas y el mundo: opinión pública y polí tica externa», mientras que explicamos cómo construimos nuestra base de datos y los modelos estadísticos utilizados para analizarla. Luego, presenta mos los resultados obtenidos para los cinco países a nivel individual, así como incluimos los efectos de las características municipales para el caso brasileño. Finalmente, discutimos nuestros hallazgos y dialogamos, breve mente, con la literatura de referencia.

Conocimiento político, una amplia área de estudio

Identificar cuáles son los determinantes del conocimiento político ha sido un interrogante ampliamente abordado desde el campo de la Ciencia Política (Carpini y Keeter, 1993). Dado que diferencias en los niveles de con ciencia política se consideran un poderoso predictor de la aceptación de los principios democráticos y la participación política (Galston, 2001, p. 217), académicos han tratado de identificar qué factores determinan que la opi nión pública sepa más o menos sobre cuestiones políticas. Entre estos estu dios, es posible identificar dos grupos principales: (a) aquellos que se han centrado en las características individuales de las personas; y (b) aquellos que han puesto su énfasis en factores contextuales.

II.1 Determinantes a nivel individual

Entre los determinantes del conocimiento político identificados por la literatura clásica, existe un amplio consenso respecto a la importancia del nivel educativo. Se ha demostrado que, al ayudar a las personas a procesar la información de manera más exhaustiva y efectiva, mayores niveles de edu cación influyen positivamente en variaciones del conocimiento político (Tichenor et al., 1970). Aquellas personas que han completado más años de educación formal poseen las habilidades necesarias para, al menos, com prender la información que reciben, lo que les ayuda a desarrollar una res puesta válida, facilitándole a la vez el proceso de respuesta (Cannell et al., 1981). Además, las personas más educadas poseen la capacidad de com prender de manera más apropiada conceptos políticos abstractos tales como «izquierda» y «derecha» (Lambert et al., 1988), lo que explica por qué son capaces de realizar tareas más complejas en comparación con aquellos con poca o ninguna educación formal (Narayan y Krosnick, 1996).

A su vez, se ha demostrado que la educación influye indirectamente en el conocimiento político a través de factores estructurales tales como el in greso y la ocupación (Carpini y Keeter, 1996, p. 188). Las personas de ma yor nivel educativo tienden a tener contacto con pares que también han sido estimulados con información sobre política, creando un ambiente pro picio para la discusión. Cabe agregar también que personas con niveles de educación elevados tienden a desempeñarse en trabajos que los alientan a buscar información o los obligan a mantenerse al tanto de asuntos públicos. Por lo tanto, estos efectos indirectos también influyen a la hora de explicar las brechas de conocimiento político entre las personas de mayor y menor nivel educativo.

Siendo así, asumimos que cuantos más años de educación formal tenga una persona, más sabrá sobre cuestiones de política internacional (H1).

Algunas obras fundamentales también han identificado al nivel de in greso como otra variable importante que sirve para explicar diferencias en materia de conocimiento político (Tichenor et al., 1970; Neuman, 1986). Como se ha mencionado anteriormente, las personas con buenas condicio nes económicas acceden a niveles educativos más altos, generando un efec to recíproco entre ambas variables. Sin embargo, gozar de un elevado estatus económico acarrea un efecto en sí mismo. En general, las personas más ricas son más activas políticamente, por lo cual consideran que la adquisi ción de información política les es relevante, en tanto y en cuanto les ayuda a aumentar sus chances de influir en la agenda (Fiske y Kinder, 1981).

En consecuencia, esperamos que cuanto más rica sea una persona, más sabrá sobre cuestiones internacionales (H2).

Finalmente, la existencia de brechas de conocimiento entre hombres y mujeres, persistentes en el tiempo y a lo largo de diversos países (Verba et al., 1997; Dow, 2009; Dolan, 2011), se explica fundamentalmente debido a las desigualdades sistémicas a las que éstas últimas han estado históricamente sometidas (Ridgeway, 1997). Para los cinco países analizados, los datos proporcionados por la Comisión Económica para América Latina y el Cari be (Cepal) muestran que todos ellos continúan presentando importantes desigualdades de género (Milosavljevic, 2007). Las mujeres, a pesar de te ner calificaciones iguales o mejores, no disfrutan de las mismas oportunida des que los hombres, una realidad que obstaculiza su entorno social inme diato. Por ejemplo, un artículo reciente ha demostrado que las mujeres tie nen tasas de promoción significativamente más bajas que los hombres en todos los rangos de la jerarquía corporativa, incluso después de controlar por una serie de características individuales tales como la edad, el nivel edu cativo y la experiencia profesional (Kunze y Miller, 2014).

Por otra parte, además de las desigualdades estructurales previamente mencionadas y la forma en las cuales éstas últimas impactan en el proceso de socialización de las mujeres, las brechas de género también se han descri to como consecuencia de los estereotipos a los cuales éstas están expuestas. En este sentido, después de aplicar un survey experimental a una muestra compuesta por estudiantes, Ihme y Tausendpfund (2017) pudieron demos trar que las brechas de género podrían ser parcialmente el resultado de la activación situacional de los estereotipos de género, a saber, la idea de que las mujeres tienen un desempeño peor que los hombres en temas específi cos, tales como los políticos.

Por lo tanto, dado que es más probable que trabajen en entornos menos politizados, a la vez que se encuentran sujetas a la presión de estereotipos de género, esperamos que las mujeres sepan menos que los hombres sobre asuntos internacionales (H3).

II.2 Efectos de contexto entre y dentro de los países

Entre las investigaciones que estudian los determinantes del conoci miento político internacional, históricamente la exposición a los medios se ha considerado la variable contextual más influyente (Jerit et al., 2006, p. 266). La mayor exposición a los medios, así como una mayor amplitud de elección respecto a los mismos, han sido relacionadas con mayores niveles de conocimiento político (Wei y Lo, 2008; Clark, 2013; Hopmann et al., 2016); aunque cabe aclarar que algunos estudios recientes demuestran que dicha relación no debe ser entendida como lineal o sencilla (Barabas y Jerit, 2009; Fraile e Iyengar, 2014).

En materia de política internacional, Iyengar et al. (2009) han sugerido que las diferencias en el conocimiento público pueden ser atribuibles a las discrepancias en el suministro de noticias internacionales. Las disparidades entre países no solo pueden explicarse por las diferencias en el tipo de me dios (Curran et al., 2009, p. 17; StrOmback, 2017), sino que una mayor tasa de publicación de asuntos internacionales disminuiría las brechas de cono cimiento entre los favorecidos y desfavorecidos del mismo país (Curran et al., 2009, p. 5).

Aproximándose a nuestros días, la literatura reciente ha centrado su atención en cómo la exposición a las redes sociales da forma al conocimien to político. Esto se debe al hecho de que su uso es un nuevo e importante fluj o de información política, a la vez que son una fuente de consulta de la cual los ciudadanos forman opiniones, ajustan actitudes y derivan comporta mientos (Bode, 2016). En este sentido, Beam et al. (2016) han demostrado que, si bien la lectura de noticias en línea está relacionada positivamente con un conocimiento político factual más preciso, compartir noticias en línea au menta la probabilidad de tener una información estructural más precisa .

Ahora bien, nuestro trabajo difiere de investigaciones previas en tanto no analizaremos variaciones en el conocimiento político internacional entre países. Los investigadores que trabajan en países desarrollados han pasado por alto la posibilidad de existencia de disparidades al interior de las fronte ras, probablemente porque la mayoría de los casos que usualmente exami nan son razonablemente homogéneos. Sin embargo, este no es el caso de los países en desarrollo y, en particular, de los latinoamericanos. En conse cuencia, utilizaremos a Brasil como caso de estudio para comprobar si existen diferencias en el conocimiento político internacional al interior de un país.

Con una superficie de 8 515 767 kilómetros cuadrados, Brasil es más del doble del tamaño de Europa occidental, así como el quinto país más grande del mundo. Mientras que solo el 5% de las ciudades brasileñas tiene más de 100 000 habitantes, el país en su conjunto tiene 204 millones de habitantes distribuidos en más de 5 570 municipios. Debido a estas disparidades, creemos que pensar a Brasil como una nación homogénea tiene poco sentido. Siendo así, esperamos que el tamaño de la ciudad pueda influir en el nivel de conocimiento político internacional de sus habitantes.

Nuestro razonamiento se basa en la idea de que el conocimiento está fuertemente influenciado por lo que se conoce como procesos de socializa ción (Mondak y Anderson, 2004). La política exterior y las cuestiones in ternacionales suelen ser parte del debate político en las capitales y los cen tros urbanos cosmopolitas. Por el contrario, las cuestiones domésticas pre valecen en las ciudades menos pobladas. Como consecuencia, las personas que residen en ciudades más grandes viven en un ambiente donde los asun tos internacionales importan más que en las ciudades pequeñas, lo que a su vez fomenta una mayor circulación de información respecto a dicha temática y que va más allá del nivel educativo, del ingreso o el género de una persona.

Por lo tanto, esperamos que los «efectos de socialización» en materia de política internacional sean distintos de acuerdo al tamaño de la ciudad; haciendo que ciudadanos de urbes más populosas sepan más sobre asuntos interna cionales que aquellos que viven en municipios menos poblados (H4).

Los datos

Cada cuatro años, el Centro de Investigación y Enseñanza en Econo mía (CIDE-México) coordina una encuesta comparada de opinión pública titulada «Las américas y el mundo: opinión pública y política externa». El objetivo principal del proyecto ha sido analizar cómo los latinoamericanos perciben los problemas de política exterior en la región y a lo largo del tiem po. En la edición 2014-2015, desde donde recolectamos los datos para nues

tras variables dependientes e independientes a nivel individual, gracias a la cooperación de ciertas instituciones académicas se aplicaron encuestas en Brasil, Colombia, Ecuador, México y Perú. Para los cinco países se constru yeron muestras representativas a nivel nacional, así como los entrevistados fueron encuestados cara a cara durante un período de seis meses.

Conocimiento político internacional

En un artículo reciente, Barabas et al. (2014, p. 4) demuestran que dos características influyen en la medida y forma en la que se adquiere conoci miento respecto a un hecho en particular: (a) su dimensión temporal, es decir, la reciente aparición del hecho (estático o cambiante); y (b) su dimen sión temática, es decir, si la pregunta se refiere a preocupaciones de política pública o indagan respecto a instituciones o miembros del gobierno. Por ejemplo, una pregunta estática debería solicitar información sobre un pro blema que ha permanecido inmanente a lo largo del tiempo (por ejemplo, el tipo de gobierno de un país); mientras que una pregunta cambiante lo haría sobre un tema que fluctúa periódicamente (por ejemplo, el presidente de un país). A su vez, una pregunta política indagaría acerca de una política pública específica (ejemplo, la cantidad de dinero que un gobierno gasta en educación), mientras que una general examinaría las instituciones de ma nera más amplia (por ejemplo, qué significa «FMI»). Siendo así, para nues tra variable dependiente consideramos las respuestas para tres preguntas abiertas que podrían calificarse como estáticas y generales.

A los encuestados se les presentaron los acrónimos para las Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Ministe rio de Relaciones Exteriores (MRE). Luego se les pidió que respondieran qué significaban estos acrónimos. Al mismo tiempo, creamos una variable dummy para cada acrónimo, la cual podía asumir dos valores: 0 o 1. Esta variable dicotómica se codificó como 0 si el encuestado respondió la pre gunta incorrectamente o si no conocía la respuesta; y 1 si la respuesta fue correcta. Los casos de «No respuesta» se codificaron como datos faltantes, dado que no podíamos inferir mediante esta respuesta si la persona conocía estos acrónimos o no .

Tabla 1

Conocimiento político internacional entre países

ONU (%)

Brasil

Colombia

Ecuador

México

Perú

Media

Correcto

30,73

62,07

55,72

54,87

60,13

51,82

Incorrecto

69,11

36,60

43,17

44,13

37,53

47,10

Valores Saltantes

0,16

1,33

1,11

1,00

2,34

1,08

Total

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

MRE (%)

Brasil

Colombia

Ecuador

México

Perú

Media

Correcto

1,54

35,33

9,72

32,63

12,51

18,99

Incorrecto

98,41

63,27

86,39

66,21

82,90

79,02

Valores faltantes

0,05

1,40

3,89

1,17

4,59

1,99

Total

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

OEA (%)

Brasil

Colombia

Ecuador

México

Perú

Media

Correcto

9,09

56,73

45,89

16,71

52,21

32,74

Incorrecto

90,43

41,80

52,67

78,50

45,12

64,93

Valores Saltantes

0,48

1,47

1,44

4,79

2,67

2,32

Total

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

100,00

Fuente: Elaboración propia en base a The Americas and the World: Public Opinión and Foreign Policy 2015.

La Tabla 1 muestra cómo los encuestados de cada país se distribuyeron de acuerdo al conocimiento de los tres acrónimos analizados (ONU, MRE y OEA). En promedio, el 47% de los entrevistados no conocía el acrónimo ONU, siendo los brasileños los que menos lo sabían (69%). Pasando al acrónimo MRE, nuevamente los brasileños son los que presentaron un menor conoci miento sobre su ministerio de asuntos exteriores, ya que solo el 1,54% de los entrevistados sabía lo que significaba este acrónimo. Finalmente, si analiza mos el acrónimo OEA, en promedio el 33% de los encuestados respondió la pregunta correctamente; una cifra que se explica en gran medida por las respuestas correctas de colombianos, ecuatorianos y peruanos. Siendo así, en un sentido general podemos concluir que los brasileños son los que presenta ron un menor conocimiento de temas de política internacional, así como los colombianos los más conocedores de nuestro conjunto de datos .

Educación

Los sistemas educativos en América Latina son bastante disímiles. Al gunos de ellos, tales como el brasileño y el ecuatoriano, están divididos en tres niveles principales: primario, secundario y universitario. Otros, como el sistema colombiano, mexicano y peruano, están separados en cuatro eta pas, donde el período primario es más corto, el secundario se divide entre básico y bachillerato, antes de finalizar en la etapa universitaria.

Preguntas cerradas sobre los niveles educativos no se aplicaron de ma nera homogénea en los cinco países. Para el caso peruano, los encuestados recibieron solo tres opciones con el fin de indagar cuántos años permane cieron en el sistema educativo formal. En el caso brasileño, ocho opciones fueron disponibilizadas con el fin de distinguir entre los niveles de educa ción, así como si la etapa estaba completa o incompleta. Debido a estas dife rencias, decidimos codificar la educación de acuerdo con la cantidad de años que el encuestado pasó en el sistema educativo formal. En consecuen cia, esta variable puede oscilar entre 0 y 5, siendo que los encuestados se agruparon por la cantidad de años que transitaron formalmente en el siste ma educativo .

Ingreso

Los Estados latinoamericanos tienen diferentes monedas, costos de vida y salarios mínimos, lo cual contribuye a la existencia de diferencias en el poder adquisitivo entre los países. Además, no existe un consenso sobre la definición de parámetros para establecer una línea de pobreza, ya que nor malmente los gobiernos los determinan a la baja para ocultar niveles de pobreza existentes. Por lo tanto, simplemente preguntar cuántos salarios mínimos gana cada miembro de la familia en promedio, como lo hacen muchos otros estudios, no hubiese sido una medida confiable. Por esta ra zón, elegimos usar las respuestas para una pregunta de autopercepción apli cada en los cinco países. Los encuestados tenían que decir si sus ingresos eran: (a) insuficientes, con grandes dificultades; (b) no es suficiente, con dificultades; (c) justo, sin enfrentar grandes dificultades; y (d) lo suficiente mente buenos para ahorrar dinero. Cabe aclarar que, para el caso mexicano, la autopercepción del ingreso se trató como una variable dicotómica («no es suficiente» o «es suficiente»).

Fernando Mouron, Matheus Soldi Hardt y Janina Onuki Género (femenino)

Aunque actualmente exista una fuerte controversia respecto a la impo sibilidad de tratar al género como una variable dicotómica (ver Billey et al., 2014), en «Las américas y el mundo» la misma solo podía asumir dos valo res. En lugar de preguntarle el género al entrevistado, el propio entrevista dor debía codificar dicha variable de acuerdo a su propia percepción, codi ficando 1 para femenino y 0 para masculino.

Población

Los datos para el tamaño de los municipios brasileños se obtuvieron del censo de 2013 llevado a cabo por el Instituto Brasileño de Geografía y Esta dística (IBGE) en julio del mismo año. Para esta versión se entrevistaron a personas en más de 67 millones de hogares abarcando los 5 570 municipios del país. La variable de población se codificó en tres categorías: ciudades pequeñas (menos de 100 000 habitantes), ciudades medias (entre 100 000 y 800 000) y ciudades grandes (más de 800 000 habitantes) .

Metodología

Dado que nuestras variables dependientes presentan tan solo dos resulta dos posibles: 0 si la persona no respondió correctamente a la pregunta respec to al acrónimo (ONU, MRE y OEA) y 1 si la respuesta fue correcta, utilizamos un modelo logit para analizar nuestros datos. Después de elegir el modelo estadístico que se ajusta a nuestra variable dependiente, separamos los datos para dos análisis: (a) un análisis a nivel micro con datos a nivel individual para los cinco países; y (b) un modelo de nivel macro utilizando los datos brasile ños, el cual incluye el tamaño de la población de la ciudad al modelo.

Antes de aplicar nuestros modelos realizamos tests estadísticos con el objetivo de comprender nuestro conjunto de datos y, fundamentalmente, verificar si existía multicolinealidad entre nuestras variables independien-

tes. Los resultados de la prueba de correlación mostraron que nuestros modelos no sufren de multicolinealidad .

La interpretación de coeficientes en un modelo logit, a diferencia de lo que ocurre con una regresión de mínimos cuadrados ordinarios (OLS), no es un proceso simple. En una regresión OLS la relación es linear, por lo cual, un cambio en una unidad de la variable independiente hará con que la variable dependiente cambie de acuerdo a la magnitud y dirección del coefi ciente. Sin embargo, en un modelo logit esta relación está en algoritmo. Por lo tanto, el impacto de la variable independiente debe leerse en términos de logaritmo de la razón de chance. Para tornar la interpretación del coeficien te logit más simple, usamos entonces la razón de probabilidad del coeficien te. Esto simplemente se refiere al valor exponencial de las probabilidades. Como tal, el intervalo de la razón de probabilidad puede presentarse entre 0 e infinito positivo. En este sentido, podemos interpretar la razón de proba bilidad de la siguiente manera: valores entre 0 y 1 indican que un aumento en la variable independiente disminuye la probabilidad de que la variable dependiente sea igual a 1; al contrario, una razón de probabilidad mayor que 1 indica que un aumento en la variable independiente aumenta la pro babilidad de que la variable dependiente sea igual a 1.

Además, uno de los primeros desafíos de usar resultados dicotómicos es evaluar el ajuste del modelo. Esto ocurre porque los valores ajustados predichos por el modelo varían entre 0 y 1, mientras que la variable depen diente puede asumir sólo dos valores, 0 o 1. El límite usual para evaluar cómo se ajusta el modelo es 0,5. Sin embargo, elegimos un valor más restrin gido para nuestro modelo, reduciendo los posibles casos de falsos positivos, como discutiremos en la próxima sección. Así pues, elegimos 0,6 como el límite para considerar si una persona conocía un acrónimo. Los valores previstos por encima de este límite fueron codificados en 1 y los valores por debajo de 0,6 en 0.

Resultados

Los resultados obtenidos para los cinco países a nivel micro confirman nuestras tres primeras hipótesis. El nivel educativo (H1), el nivel de ingresos (H2) y el género (H3) afectan el nivel de conocimiento político internacio nal. Además, los resultados del modelo logit, a nivel macro y para el caso brasileño, respaldan nuestra cuarta hipótesis. Manteniendo constantes las variables a nivel individual, el tamaño de la población también demostró afectar el nivel de conocimiento político internacional, especialmente para los acrónimos ONU y MRE .

Los resultados del análisis a nivel micro son consistentes con lo apunta do por la mayoría de la literatura, revelando que la educación continúa sien do el predictor más poderoso del conocimiento político internacional. En nuestro caso, cuantos más años pasa una persona en el sistema educativo formal, más probable es que sea capaz de identificar correctamente los acrónimos de organismos internacionales. Por lo tanto, en comparación con otras variables, la educación presenta los efectos más fuertes, ya que se rela ciona con una mayor probabilidad de que la persona sepa los acrónimos.

En segundo lugar, y en lo que concierne a la variable ingresos, cuanto más rica sea la persona, más probable es que sepa lo que significan ONU, OEA y MRE. Por lo tanto, pasar de una categoría de ingresos inferior a una superior aumenta la probabilidad de que una persona esté más informada sobre asuntos internacionales. No obstante, este efecto no sigue un creci miento lineal y uniforme, ya que el umbral salta de un ingreso insuficiente («No es suficiente» o tienes grandes o mínimas dificultades) hasta un nivel de estabilidad («Es justo y no enfrentas grandes dificultades»). La categoría de ingresos más alta («Es bueno y puedes ahorrar») explica menos los cam bios en el conocimiento político internacional. Este resultado es interesante, ya que refuerza el hallazgo de que la variable explicativa más importante en el modelo es educación, siendo que el ingreso mejora el conocimiento polí tico internacional, pero solo hasta un cierto nivel.

Luego, confirmamos la existencia de una brecha de género estable para los cinco casos. La variable mujer es la única variable que tiene coeficientes entre 0 y 1 para todos los países, lo que indica que las mujeres tienen menos conocimiento que los hombres cuando nos referimos a cuestiones interna cionales. A pesar de afectar negativamente a esta relación, mujer es una va riable de restricción en todos los resultados obtenidos. Por lo tanto, ser mu jer tiene un efecto negativo independientemente de la categoría de la varia ble dependiente.

Además de la tabla de regresión, una forma de mostrar cómo nuestro modelo predice la relación entre las tres variables independientes (educación, ingreso y mujer) y la variable dependiente, es mediante el uso de figuras. Tomando como referencia el caso brasileño, la Figura 1 presenta los valores pronosticados sobre el conocimiento de la ONU, los cuales varían según los años de educación y los ingresos, mientras que se mantienen todas las de más variables en la media . Es interesante señalar que los ingresos tienen diferentes impactos en el valor predicho dependiendo del nivel de educa ción. Para aquellos en los dos extremos de la variable educación, el ingreso no tiene un efecto significativo en la probabilidad de que conozcan más o me nos los tres acrónimos. Sin embargo, para aquellos en el medio del espectro educativo (más del 90% de los encuestados), la variable ingreso presenta un efecto positivo.

Figura 1

Valores pronosticados para el modelo nivel micro, Brasil (ONU)

Fuente: Elaboración propia en base a The Americas and the World: Public Opinión and Foreign Policy 2015.

La Figura 1 muestra una relación positiva entre educación/ingreso y la probabilidad pronosticada para la variable dependiente (ONU). La brecha de género también se exhibe dado que las mayores diferencias entre la pro babilidad pronosticada de la mujer y el varón están entre el tercer (de 9 a 11 años de educación) y el cuarto (de 12 a 16 años de educación) nivel de educación. Esto muestra que los hombres que completaron la escuela se cundaria o fueron a la universidad presentan niveles de conocimiento polí tico internacional entre un 10 y 20% más altos que las mujeres, indepen dientemente del nivel de ingresos. Siendo así, estamos en condiciones de confirmar que, para los cinco países analizados, la brecha de género se visualiza tanto a través de los gráficos de educación como de ingreso.

Con respecto a las variables de control que capturan el interés de los encuestados en noticias internacionales (noticias_dom£sticas y noticias_intemacionales), nuestros modelos indican que en todos los modelos (ONU, MRE y OEA), los coeficientes de la variable noticiasjntemacionales son mayores que los de noticias_domesticas. Estos resultados indican que la variable dependiente, el conocimiento político internacional, se explica mejor por el mayor interés de un ciudadano en las noticias internacionales que por el que posee en relación a las noticias de su propio país.

Finalmente, los resultados de los análisis a nivel micro muestran que edad tiene un efecto positivo. En otras palabras, cuantos más años posee una persona, más probable es que conozca sobre temas internacionales. Este hallazgo es intuitivo, ya que con el tiempo aumenta la probabilidad de que el individuo adquiera conocimiento político internacional directa o indirecta mente. A su vez, esto también está relacionado con el tipo de pregunta uti lizada en la entrevista, a saber, si se trata de una estática o general.

Pasando al análisis de los efectos contextuales (nivel macro), nuestros resultados para el caso brasileño sustentan todos los hallazgos a nivel micro, a la vez que muestran que el tamaño de la población afecta la probabilidad de conocer los acrónimos. Por lo tanto, dado que los coeficientes son estadísticamente disímiles de cero, nuestra cuarta hipótesis no es rechaza da. Lo que es más llamativo en el nivel macro, en comparación con el mode lo a nivel micro, es su mayor propensión a predecir correctamente el resulta do. Usamos el gráfico de separación (Greenhill et al., 2011) para verificar qué modelo predice mejor la variable dependiente.

El gráfico de separación tiene una gran ventaja sobre la curva ROC (Receiver Operating Characteristic). A pesar de que la curva ROC tiene «la ventaja de proporcionar una descripción visual del poder predictivo del modelo sobre posibles límites. [...] el valor de las curvas ROC está limitado por el hecho de que la forma particular de la curva nos dice poco sobre el ajuste del modelo» (Greeenhill et al., 2011, p. 992). El gráfico de separación nos permite evaluar el ajuste del modelo de regresión logit.

Figura 2

Gráfico de separación comparativo entre el análisis micro y macro:

ONU, MRE y OEA

Fuente: Elaboración propia en base a The Americas and the World: Public Opinión and Foreign Policy 2015.

Para construir el diagrama de separación, los valores predichos se orde nan en orden ascendente, de izquierda a derecha. Naranja y gris claro se asignan al no evento (desconocimiento del acrónimo), mientras que el evento real (conocimiento del acrónimo) se representa con azul o negro . En con secuencia, un modelo perfecto separaría perfectamente los dos casos, no evento y evento. La línea roja en el gráfico representa la probabilidad pro nosticada (p) para cada caso, dado que el eje vertical varía entre 0 y 1.

Los diagramas de separación anteriores (Figura 2) muestran que el aná lisis a nivel macro es mucho más preciso que el análisis a nivel micro a la hora de predecir el resultado. Además, al establecer p=0.6 como el umbral, podemos ver que nuestros modelos en su mayoría predijeron el evento Y=1 , un hallazgo que no puede ser implícito solo desde la tabla de regre sión. Por lo tanto, con solo agregar una variable de nivel macro -el tamaño de la ciudad- el poder predictivo del modelo produce un ajuste mucho mejor. Abogamos por este tipo de análisis en futuras investigaciones en lu gar del enfoque más común que tiene en cuenta tan solo el nivel micro.

Discusión

Tomando como referencia cinco países latinoamericanos, este estudio buscó arrojar luz sobre los determinantes individuales que explican el cono cimiento político internacional. A su vez, intentamos mostrar que las dife rencias el interior de los países también explican brechas de conocimiento en lo que concierne a política internacional. Para ello, realizamos un análisis complementario a nivel municipal para el caso brasileño, mediante el cual tomamos en cuenta variables contextuales.

Nuestros resultados indican que la primera de nuestras variables indivi duales, el nivel educativo, es el predictor más poderoso del conocimiento po lítico internacional. Sin embargo, también somos conscientes de que la forma en que los organizadores del estudio plantearon preguntas sobre los acrónimos podría estar influyendo en nuestros resultados. En este sentido, a medida que eliminan la posibilidad de adivinar, las preguntas abiertas requieren un mayor esfuerzo para ser respondidas (Luskin y Bullock, 2011), lo que a su vez ha demostrado estar relacionado con un aumento en el efecto de predictores del conocimiento político como el nivel educativo y el interés por la política (Robison, 2015, p. 5). Como tal, abogamos porque futuras investigaciones reformulen las preguntas con el fin de analizar si el nivel educativo es real mente tan predictivo como se presenta en nuestro estudio.

Como se esperaba, los ingresos también son un predictor significativo del conocimiento político internacional. Si consideramos que mayores nive les de ingreso y más años de educación son las variables con mayor capaci dad de atraer a las personas a la categoría superior de la variable dependien te (tener conocimiento sobre los acrónimos internacionales) -con bajos niveles absoluto en los cinco países - entonces podemos concluir que el conocimiento de cuestiones internacionales complejas es una temática re servada sólo para un público altamente especializado. Estos hallazgos son consistentes con estudios previos, los cuales han demostrado la existencia de brechas de conocimiento entre ciudadanos y líderes en materia de políti ca exterior (Page y Barabas, 2000). Por lo tanto, al existir también al interior de la opinión pública una marcada diferencia entre una elite y el grueso de la población, los responsables de formular las políticas deberían darse cuen ta de que no todos los asuntos internacionales son de dominio de la opinión pública en general.

Por su parte, en los cinco países analizados se encontraron brechas de género, especialmente para el acrónimo OEA. Este es un hallazgo consis tente con la literatura sobre desigualdad de género. De todas formas, e inde pendientemente de estos hallazgos, investigaciones previas han demostra do que los hombres son más propensos a adivinar que las mujeres en caso de que no conozcan una respuesta, lo que podría acarrear como consecuen cia resultados artificiales. En otras palabras, quizás los hombres en realidad no sepan más que las mujeres, pero demuestran un mejor desempeño por que tienen una mayor probabilidad de dar una respuesta correcta dada su tendencia a adivinar. Por lo tanto, podría ser que por casualidad brinden respuestas más correctas (Mondak y Anderson, 2004, p. 496). Siendo así, y para comprender mejor si la brecha de género se produjo por la tendencia de los hombres a adivinar, ejecutamos todos los modelos considerando los casos «no sé» como datos faltantes. Los resultados de estos modelos respal dan los hallazgos de Mondak y Anderson (2004), dado que el coeficiente femenino pierde significación estadística en algunos casos. Además, cuan do los modelos son estadísticamente significativos, están más cerca de 1 que los modelos que ejecutamos y en los cuales consideramos los casos «no sa bía» como respuestas incorrectas. No obstante, estos hallazgos deben ser tomados con cautela, particularmente porque el número de observaciones es menor. Dado que nuestro conjunto de datos es más pequeño, se espera un error estándar más alto, por lo cual las variables tendrían que tener un mayor impacto para ser estadísticamente significativas.

Finalmente, y en relación a nuestra contribución más importante, de mostramos que las variables contextuales también importan al tratar de ex plicar las diferencias en el conocimiento político internacional dentro de un país, prestando especial atención al tamaño de la ciudad como un poderoso predictor.

Conclusiones

En conclusión, al presentar nueva evidencia proveniente de los países de América Latina, así como al incluir un nuevo nivel de análisis, considera mos que este estudio hace una importante contribución a la creciente litera tura sobre conocimiento político internacional. No obstante, es importante mencionar las limitaciones de nuestra investigación.

Primero, nuestros datos están limitados a las respuestas provenientes de un solo tipo de pregunta, a saber, abierta y estática/general. Como tal, los futuros investigadores deberían evaluar si los efectos de las variables indivi duales siguen siendo significativos, incluso cuando se cambia la forma en que se solicita la información a los encuestados. A modo de ejemplo, y en lo que respecta a las brechas de género, investigaciones recientes han demos trado que factores relacionados a la forma de aplicar encuestas, tales como el formato, el contenido de las preguntas y la dificultad de las mismas, son determinantes para determinar el tamaño de las brechas de género (Fortin- Rittberger, 2016).

En segundo lugar, para analizar la influencia de las variables contextuales solo tomamos como referencia al caso brasileño. Por lo tanto, no podemos generalizar nuestras conclusiones a otros países, particularmente aquellos con diferentes características, tales como estados más pequeños o con me nores niveles de desigualdad. En este sentido, Fraile y Gómez (2017) han demostrado que la magnitud de las brechas de género varía mucho entre países de América Latina. Siendo así, investigaciones futuras no solo debe rán tener en cuenta las diferencias dentro de los países, sino que también deben ser conscientes de que las diferencias entre ellos también existen.

En tercer lugar, no analizamos cómo la interacción entre variables pue de aumentar o mitigar su efecto. Por ejemplo, incluso cuando las brechas de género persisten, investigaciones recientes han demostrado que vivir en lu gares pequeños y más homogéneos beneficia a las mujeres, ya que disminu ye las diferencias de género en el conocimiento político (Lay, 2017, p. 319). Por lo tanto, somos conscientes de que investigaciones futuras no solo ten drán que considerar las variables individuales y contextuales como lo he mos hecho, sino también la interacción entre ellas.

A pesar de estas limitaciones, creemos que este estudio ha demostrado que las variables tradicionales a nivel micro y que han sido utilizadas repeti damente para evaluar el conocimiento político general, también se aplican a cuestiones internacionales. Además, demostramos que las diferencias den tro de los países también deben ser consideradas al momento de explicar las discrepancias con respecto a los diferentes niveles de conocimiento político internacional. Por lo tanto, nuestros hallazgos sugieren que investigaciones futuras sobre la evaluación del conocimiento deberían considerar el nivel macro en sus análisis.

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