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Cuyo

versão On-line ISSN 1853-3175

Cuyo-anu. filos. argent. am. vol.40 no.2 Mendoza  2023  Epub 07-Abr-2023

 

Reseñas

Muñoz, Marisa y Contardi, Aldana (Eds.). La filosofía argentina de mediados del siglo XX. Figuras, temas y perspectivas.

1Profesor de Filosofía, egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo. Contacto: jpalacio38@gmail.com

Muñoz, Marisa; Contardi, Aldana. La filosofía argentina de mediados del siglo XX. Figuras, temas y perspectivas. ., Buenos Aires: Prometeo Libros, 2022. 412 p.p.

Publicado en el año 2022 por la editorial Prometeo Libros y editado por las autoras Marisa Muñoz y Aldana Contardi, La Filosofía Argentina de Mediados del Siglo XX constituye un aporte en la historización y reflexión en torno a un intervalo clave para la cultura filosófica nacional. En él podemos encontrar un denso recorrido por nombres de la filosofía argentina que van desde Macedonio Fernández hasta Oscar Masotta, configurando así un pliegue espacio temporal donde convergen voces cuyo horizonte histórico poseen proyecciones disímiles. Como señala una de las editoras del trabajo, Marisa Muñoz, el libro se hunde en la pretensión de “volver sobre un territorio -el de la Filosofía Argentina- para encontrar y proponer nuevos mapas y recorridos” (p. 12).

A continuación, repasaremos, según el orden establecido por el propio libro, las dimensiones más importantes que articulan los escritos de cada uno de los autores del texto. Es importante señalar que el libro está dividido en tres grandes partes: (1) Cultura filosófica y filosofía universitaria; (2) Políticas filosóficas: tramas y lecturas; (3) Filosofía, literatura y política: Entre desplazamientos, poéticas y tensiones.

1. Cultura filosófica y filosofía universitaria

Como apertura de este primer apartado, Ricardo Ibarlucía nos invita a atravesar una tensión conceptual en la obra estética de uno de los filósofos, a nivel institucional, fundacional de la cultura filosófica argentina: Luis Juan Guerrero (1899-1957). Haciendo hincapié en la obra Estética operatoria en sus tres direcciones, Ibarlucía explica que, según el filósofo argentino, a diferencia de otras épocas históricas, el arte carece de una función social positiva y ha conquistado para sí un carácter estrictamente negativo, alienado respecto de su propia facticidad histórica. Sin embargo, es esa misma condición la que la constituye como elemento crítico del presente, reservándole una función anticipatoria, futura, de las fricciones latentes en la vida social.

Un caso menos reseñado por la historiografía de la filosofía argentina es el de Delfina Varela Domínguez de Ghioldi (1895-1989). En un recorrido guiado por una intensa escritura, Gerardo Oviedo relata la historia de una interpretación de la filosofía argentina orientada a restituir la dimensión de lo plebeyo para aquellas tradiciones que podríamos llamar liberales. Académica pero también militante de extracción socialista, y fuertemente atravesada por la filosofía de Alejandro Korn, Delfina Varela Domínguez de Ghioldi redefine los contornos de la categoría de “libertad creadora” para revisitar la obra de los principales “ideólogos” del pensamiento nacional, entre ellos: Sarmiento, encontrando en su escritura romántica la travesía de una “voluntad democrática plebeya” como contra punto crítico del discurso peronista populista.

Personaje indispensable de la literatura y la filosofía argentinas, Macedonio Fernández (1874-1952) puede ser leído como un crítico de las modalidades metafísicas de la representación. La reconstrucción de ese discurso en partes de la obra del autor argentino constituye el horizonte de lectura que ensaya Marisa Muñoz, que comprende, sobre todo, textos de Macedonio elaborados entre 1930 y 1950. La idea central de su escrito, que excede lo que pudiera esbozarse en estas líneas, podría enunciarse de la siguiente manera: si la metafísica surge del extrañamiento, de la sospecha en torno a la adecuación de las percepciones del mundo, la mística y la metafísica que propugna el filósofo argentino se configuran como la búsqueda de la pura afección.

Miguel Ángel Virasoro (1900-1966), filósofo central de la tradición existencialista, hace su aparición en el primer apartado de este volumen bajo la escritura de Florencia Zalazar. Su escrito es una puerta de entrada a las conceptualizaciones y modulaciones del existencialismo de Virasoro a través de la reflexión en torno al amor y la alteridad y sus sucesivos desplazamientos conceptuales. La autora identifica con claridad una tensión política proveniente de los conflictos nacionales en cuya época se articula el discurso de Virasoro: pues si bien el amor es una de las formas que asume la experiencia de la alteridad, ya sea como incompletud del yo o como forma de trascendencia del yo en la caridad, también lo es la enemistad como límite de lo político.

El aporte de Grisel García Vela nos lleva a recorrer las estancias de formación intelectual de la filósofa mendocina Angélica Mendoza (1889-1960), entre las cuales podemos destacar sus lecturas y derroteros teóricos durante la década del ‘30, un sendero que va desde su reivindicación ético-política de pensadores marxistas como Lenin, Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, hasta su relectura crítica de John Dewey, que para la época ya había sido una figura recurrente en los debates académicos de la Argentina, pero que Angélica Mendoza se encarga de reorientar anclando sus reflexiones en torno a la conjugación existente entre educación y democracia.

Esta primera sección encuentra entre sus páginas otra reflexión filosófica en la que aparece el tópico de la experiencia mística. Abordando los desenlaces conceptuales que ello tiene en la obra de Vicente Fatone (1903-1962), Silvana Benavente nos presenta la siguiente propuesta: responder a la pregunta en torno a cómo se estructura la experiencia mística que engendra modos alternativos de la comprensión tanto de los dualismos sujeto-objeto, como también de la comunicación y de la temporalidad. La autora, tras su análisis, enuncia una tesis de rotunda actualidad sentenciando que la experiencia mística se enlaza con la filosofía bajo la modalidad de una crítica de la representación en la que se inscribe un descentramiento del yo del sujeto.

Otra figura de enorme importancia para la filosofía argentina del pasado siglo fue Rodolfo Agoglia (1920-1985). Noelia Liz Gatica dedica su aporte al volumen ubicando al autor en las coordenadas filosóficas que señalan los conceptos de experiencia, existencia y alteridad. Este trabajo dedica sus argumentaciones a situar dichos conceptos en el horizonte de una crítica epistemológica al humanismo moderno, de esta manera podemos encontrar también en él una reconfiguración de la dialéctica como crítica de una cierta absolutización del sujeto donde las pretensiones logicistas de la tradición hegeliana desplazan de su centro la conciencia para ubicar las objetivaciones de la praxis social.

Por último, Adriana Arpini en su trabajo sigue las huellas del intercambio epistolar que se produjo, con interrupciones, durante décadas entre Francisco Romero (1891-1962) y Francisco Miró Quesadas Cantuarias (1918-2019). Aquí se elabora una extensa reseña de un profundo diálogo que aborda desde una observación mutua respecto de las obras que ambos autores produjeron en el intervalo de tiempo que duró el intercambio, hasta consideraciones en torno a los dispositivos mediante los cuales se iba materializando “la marcha de la filosofía” (enseñanza, publicaciones, congresos), pasando por consideraciones reflexivas en torno al trabajo de historiar el camino hecho por la filosofía en América hasta ese entonces.

2. Políticas filosóficas: tramas y lecturas

La segunda sección de este libro se inicia evocando la figura de Carlos Astrada (1894-1970). Juan Ramaglia se adentra en la obra del filósofo argentino destacando, fundamentalmente, las relaciones que construye entre el mito y la categoría de nación. En ese camino resulta inevitable su paso por El mito gaucho (1948); tras su análisis, el autor traza un puente en el que podemos descubrir las sucesivas resignificaciones de la imagen del gaucho cuya desaparición histórica no impide su dominio identificatorio con las nuevas generaciones de oprimidos que se reconocen él como partes de una nación y construyen desde él los lazos míticos de una comunidad política venidera.

A este segundo apartado no le es ajena la producción teórica del integrismo católico, analizando su modulación hispanista, Marcos Olalla vuelve sobre a uno de los filósofos más destacados en la historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo: Juan Ramón Sepich Lange (1906-1979). En una contribución donde se cruzan la biografía del filósofo, sus intervenciones políticas y sus categorías filosóficas, el autor marca los contornos de un discurso reaccionario que parte de la pretensión de redimir la potencia civilizatoria de la cultura occidental para su presente, cultura que a su vez es entendida como la continuidad de Grecia y Roma y cuyo depositario más potente es la hispanidad, que cabría expandir.

Siguiendo con el pensamiento católico, pero esta vez en conjugación con la tradición existencialista y la historia del peronismo, Omar Acha escribe sobre la filosofía de Hernán Benítez (1907-1996). La tesis que articula su lectura de Benítez plantea que dicho autor combinó recepción católico-tomista con una pragmática peronista. En el primer caso, la operación se realiza tras la interpretación del pensamiento de Unamuno, desde quien intenta pensar la finitud humana bajo el paraguas de la infinitud divina. En el segundo, Benítez se posiciona como defensor de una versión del peronismo ajena a las tradicionales críticas católicas, que ostentan indiferencia frente a las desigualdades socioeconómicas, pero también ajena a lo que llama “justicialismo pelagiano” de exclusiva orientación materialista.

Si de las modulaciones propias de la filosofía latinoamericana se trata, una presencia insoslayable es la de Rodolfo Kusch (1922-1979). María Luisa Rubinelli transita la obra temprana del mencionado autor destacando las ambivalencias de las realidades que destaca su lectura, alejándose de las tajantes dualidades como la de civilización-barbarie, tan habitualmente blandidas para interpretar la historia de nuestro continente. Es allí desde donde adquiere importancia la noción de “mestizo”, sujeto en el que Kusch encuentra un puente entre opuestos: la vida emocional, sentimental, pero a su vez, la racionalidad de la cotidianidad citadina, sin que ello tenga que necesariamente conformar una síntesis.

León Rozitchner (1924-2011) es revisitado por este volumen en la contribución de Christian Sucksdorf. En ella el autor se propone ingresar en las entrañas mismas de lo que el filósofo entiende como filosofía, una actividad que involucra el sentir del sujeto mismo, parafraseando a Rozitchner. Para ello Sucksdorf nos involucra en un viaje hacia su teoría del sentido. Haciendo uso de textos que van desde el año 1953 al 1963, es posible observar el desarrollo de una propuesta teórica que va desde la fenomenología al materialismo y que consiste en desterrar la transcendencia como fuente de sentido e inscribirla en la corporalidad afectiva.

Un evento canónico para el quehacer filosófico en la Argentina fue el primer Congreso Nacional de Filosofía que tuvo lugar en la Universidad Nacional de Cuyo en el año 1949. Las presencias que en dicho espacio se anudaron son un testimonio profundo del momento que atravesaba la filosofía. Dante Ramaglia revisa el alcance de aquel evento mostrándonos alguna de sus contribuciones, pero también de sus ostensibles ausencias. Las mismas visibilizan contradicciones nacionales (la oposición de importantes figuras al gobierno peronista), el predominio geopolítico de Occidente y el bloque capitalista, la hegemonía de temáticas vinculadas a la filosofía alemana, la ausencia de figuras femeninas, entre otros hechos destacables que configuran un retrato de la época.

La contribución hecha por Aldana Contardi nos muestra un sendero de la obra filosófica de Arturo Roig (1922-2012) menos recorrido que sus obras más reconocidas, como Teoría y crítica del Pensamiento Latinoamericano, pero no por ello menos importantes para la comprensión de su pensamiento. Indagando en los escritos que Roig produjera sobre las ideas filosóficas mendocinas, Contardi reflexiona en torno a las condiciones que posibilitaron el desarrollo de categorías centrales en su pensamiento como “voluntad de fundamentación” y “a priori antropológico”, siguiendo para ello el hilo conductor de las innovaciones metodológicas que hizo el filósofo para conjugar la filosofía y la historia de las ideas.

3. Filosofía, literatura y política: entre desplazamientos, poéticas y tensiones

La apertura de esta sección se inicia con el escritor Héctor Murena (1923-1975). Como señala el título del trabajo elaborado por Samuel Cabanchik, las líneas que lo siguen están orientadas a comprender la hermenéutica del silencio presente en la obra de Murena. Atravesando buena parte de su obra, bajo la idea de que la libertad, para su conquista, requiere del desarraigo y el vacío. De otra manera, el origen de eso que somos, cuya consistencia solo ha de palparse en comunidad, ha de llegarnos, como cultura, mediado por la irrupción del silencio, el cual Murena lo entiende como requisito de toda libertad creadora.

Marcela Croce define los alcances de su intervención aludiendo al objeto preciso que en el desarrollo de su texto intentará construir: la encarnación de la lectura de San Genet, comediante y mártir (1952) de Sartre en Oscar Masotta (1930-1979) y Juan José Sebreli (1930). En el primer caso, Marcela Croce apela a Sexo y traición en Roberto Arlt (1965), donde encuentra la tematización de la perversión y la humillación presentes en franco diálogo y continuidad con la obra sartreana. En el segundo, se da cita con Eva Perón, ¿aventurera o militante (1966), obra distante de la incorporación sartreana que hace Massotta, el caso de Sebreli remite a la impronta racional-lógica de la moral de inspiración marxista presente en Sartre para representar la santidad.

La figura de Oscar Masotta reaparece nuevamente en este apartado, ya no ligada al pensamiento sartreano, sino que esta vez, de la mano de la contribución de Jerónimo Ariño Leyden, ligada al pensamiento de Maurice Merleau-Ponty. Este trabajo, luego de contextualizar las producciones teóricas de ambos autores, atraviesa un análisis de la fenomenología de la corporalidad vivida en sus cruces e intersecciones entre Sartre y Merleau-Ponty en la interpretación de Masotta, pero también recoge el intento del argentino de pensar el peronismo con las categorías que Merleau-Ponty trazara en textos como Humanismo y terror (1947) y Las aventuras de la dialéctica (1955).

Por su parte, el trabajo elaborado por Sofía Criach Montilla se ocupa de las relaciones que entablan la filosofía y la literatura en la obra del escritor argentino Antonio Di Benedetto (1922-1986). Ello no solo involucra una dimensión teórica, en la que nos muestra que la relación entre ambas “disciplinas” comparten el escurridizo universo donde se montan y desmontan discursos que componen conceptos y ficciones, sino que también nos lleva a atravesar la reconstrucción de una época de la cultura argentina (mediados del siglo XX) y la trama que inscribe en ella la vida y el trabajo de Di Benedetto.

La recepción de la filosofía de Sartre en Argentina tuvo múltiples momentos, Nicolás Torre dedica su contribución a aquello que hizo Carlos Astrada, una recepción fundamentalmente crítica del concepto de libertad. En su trabajo nos muestra cómo, en clara contraposición al existencialismo de raigambre heideggeriana, que valora positivamente, Astrada ve en Sartre una posición reduccionista respecto de la libertad, como mera libertad negativa, ignorando de esa manera la libertad como potencia, como fondo irracional del Dasein. A su vez, el argumento de Torre no se limita únicamente a hacer un recuento de las críticas de Astrada, sino que también nos permite ver sus límites en contraposición con un exhaustivo análisis de las categorías sartreanas.

En su trabajo, Marina Sarale nos lleva a pensar en torno a las relaciones entre el teatro y la política, más fundamentalmente las relaciones que entretejen la parodia y la política, bajo la siguiente hipótesis: si la aparición de la tragedia en la vida política está dada por la anulación de las orientaciones más propias de la política (el diálogo, la negociación, el acuerdo), la parodia constituye una intensidad contraria a la tragedia: una afirmación de la libertad de los seres humanos. Siguiendo ese enfoque, la autora analiza destacadas obras teatrales de la década del cincuenta, como Historias para ser contadas (1956) de Osvaldo Dragún (1929-1999) y Una libra de carne (1954) de Agustín Cuzzani (1924-1987).

Gastón Cottino, por su parte, nos permite acceder a través de su capítulo a un interesante cruce entre tres importantes figuras del siglo XX: Masotta, Borges y Lacan. En esta tríada, las categorías del psicoanálisis funcionan como el espacio que amalgama lo que en el marco de la disputa política se presenta contrapuesto, sobre todo si se piensa en las relaciones entre Borges y Masotta. Cottino destaca que, paradójicamente, a Borges y a Masotta los une la consideración de que es el lenguaje lo que constituye nuestro pensamiento, lo que piensa en nosotros.

Para finalizar, el trabajo de Luciana Hug Sonego nos permite revisitar la obra de Carlos Astrada bajo un enfoque distinto, como su título indica: haciendo hincapié en el lugar que ocupa la temporalidad en la producción intelectual del filósofo argentino. Es así como retomando obras tempranas de Carlos Astrada, el ensayo traza una línea argumental que recorre contrapuntos claves entre conceptos filosóficos antinómicos tales como la eternidad y lo absoluto, lo contingente y lo efímero, permitiéndonos observar los desplazamientos teóricos que el autor va tramando sobre todo entre las décadas del 20 y del 30 y finales de la década del 40.

A modo de cierre

Habiendo recorrido cada una de las propuestas elaboradas por los autores hemos podido observar fragmentos de una obra que contiene en sí una enorme cantidad de temas y que resulta fiel a la complejidad de los problemas filosóficos que estructuraron la época a la que remite. Sin duda, este volumen conforma un material de consulta indispensable para todo aquel que quiera acceder a un semblante riguroso del pensamiento y la filosofía argentinos en sus más diversas tradiciones.

El presente texto fue parte de la presentación que se hizo de este número especial dedicado a la obra de Franz Hinkelammert en la revista Utopía y praxis latinoamericana el día 25 de abril de 2022. Se reproduce el mismo como homenaje a este notable pensador crítico de origen alemán, quien residió y produjo gran parte de su valiosa obra en América Latina, especialmente a partir de la fundación y participación en el Departamento Ecuménico de Investigaciones durante su radicación última en Costa Rica, donde falleció el 16 de julio de 2023.

Jorge Ariel Palacio. Profesor de Grado Universitario en Filosofía. Egresado de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina). Actualmente se desempeña como docente de Filosofía en escuelas de enseñanza media. Participa y ha participado de proyectos de investigación financiados por la Secretaria de Investigación Internacionales y Posgrado (SIIP) de la Universidad Nacional de Cuyo. Es doctorando en Filosofía en la misma Universidad.

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