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Cuadernos del Centro de Estudios en Diseño y Comunicación. Ensayos

versión On-line ISSN 1853-3523

Cuad. Cent. Estud. Diseñ. Comun., Ensayos  no.69 Ciudad Autónoma de Buenos Aires set. 2018

 

 

Creatividad y gestión, realidad en la proyección social del diseñador

 

Zulma Buendía de Viana *

(*) Arquitecta (Universidad Autónoma del Caribe). Decoradora (Corporación Universitaria de la Costa). Especialista en Sociedad y Cultura Caribe (Universidad Simón Bolívar), Diseño Arquitectónico (Universidad Autónoma del Caribe). Educación Artística (Universidad del Atlántico). Magister en Educación (Universidad Autónoma del Caribe). Profesora Emérita y Titular de la Universidad Autónoma del Caribe.


Resumen: La globalización como paradigma de los nuevos rumbos sociopolíticos en América Latina, nos obliga prioritariamente a pensar en una nueva estructuración curri-cular en la enseñanza del diseño. Este cambio deberá tener en cuenta la creatividad como directriz de innovación, no solo en relación al aporte estético y funcional del diseño, sino también como componente totalizador en el logro de las competencias del diseñador frente a una sociedad en crisis. En este trabajo, se refexiona sobre la importancia de proyectar la creatividad y gestión humana, hacia el logro social del producto de diseño.

Palabras clave: Gestión social - Creatividad - Diseño - Cultura - Educación - Gestor cultura.

Abstract: Globalization as a paradigm of the new socio-political trends in Latin America, forces us to think of a new curricular structuring in teaching design. This change must consider creativity as a guideline of innovation, not only in relation to the aesthetic and functional contribution of design, but also as a totalizing component in the achievement of the designer’s competencies in face of a society in crisis. In this work, we refect on the importance of projecting human creativity and management, towards the social achievement of the product of design.

Key words: Social management - Creativity - Design - Culture - Education - Cultural manager.

Resumo: A globalização como paradigma dos novos rumos sociopolíticos na América Latina nos obriga, prioritariamente, a pensar numa nova estruturação curricular do ensino do design. Esta mudança deverá levar em conta a criatividade como diretriz de inovação, ano apenas em relação ao aporte estético e funcional do design, mas também como componente totalizador do alcance das competências do designer frente a uma sociedades em crise. Este trabalho visa refetir sobre a importância de projetar a criatividade e a gestão humana para a realização social dos produtos do design.

Palavras chave: gestão social - criatividade - design - cultura - educação - gerente cultural.


 

Introducción

La relación entre la libertad individual y el desarrollo social va más allá de la conexión constitutiva, por importante que ésta sea. Lo que pueden conseguir positivamente los individuos depende de las oportunidades económicas, las libertades políticas, las fuerzas sociales y las posibilidades que brindan la salud, la educación básica y el fomento y el cultivo de las iniciativas. Los mecanismos institucionales para aprovechar estas oportunidades también dependen del ejercicio de las libertades de los individuos, a través de la libertad para participar en las decisiones sociales y en la elaboración de las decisiones públicas que impulsan el progreso de estas oportunidades. (Sen, 2000, p. 21)

El tratamiento de las temáticas controversiales de este trabajo –desarrollo artístico, gestión social y gestión educativa– pueden dar lugar a aparentes inconsistencias debido a los rumbos disímiles que adoptan cada uno de estos aspectos del desarrollo humano. Por lo tanto, se debe dejar constancia que las palabras que componen este trabajo son producto del conocimiento empírico acumulando y unido a diversas experiencias. Están estructuradas asimismo bajo la expectativa de que el tejiendo de situaciones negativas que han conformado una densa estructura puedan mejorar y evolucionar hacia el logro de una filosofía proactiva, que conlleve a nuevas y transformadoras gestiones sociales de la producción y proyección artística y cultural.

En este sentido, sobre el valor intrínseco de las prácticas artísticas Ruiz y Romero, argumentan que

…son creadoras de comunidad, ya sea por la socialización de las significa-ciones con las cuales se sienten representados, identificados y cohesionados los diversos grupos, etnias y géneros, o ya sea porque satisfacen y hacen visible los deseos, emociones e imaginarios colectivos. Construyen comunidades fuidas y dinámicas, que confguran procesos de cohesión, convivencia y otros valores ciudadanos. Las prácticas artísticas, tienen la capacidad de producir sentido en profundidad y de confgurar espacios de diálogo entre las modalidades y niveles de la educación, la cultura académica y la cultura popular centralidad y la periferia, evidenciando de esta manera, el papel de la diversidad cultural que moviliza y enriquece las identidades. (Ruiz y Romero, 2010, p. 6)

El tema en cuestión, gira alrededor de la realidad situación social que, en general, viven los artistas, diseñadores, artesanos y gestores culturales del Caribe colombiano en relación a la negación –por parte del ente administrativo estatal– de problemáticas como calidad de vida, seguridad social, producción y proyección artística, inclusión en los procesos culturales (internacionales, nacionales, regionales y locales), capacitación gratuita, publicación o montajes de sus obras, etc.

Como respuesta analítica a estas realidades, en los discursos de los políticos de turno, se plantea como solución un plan de acción centrado en el desarrollo humano como principal eje de acción, y con componentes como educación, gestión social, innovación, creatividad y el emprendimiento.

En este trabajo se retoma, primero, al factor de la educación, planteada como una estructura evolutiva en la preparación del gestor desde sus inicios hasta su proyección profesional. En segundo lugar, la capacitación que debe tener el gestor que no ha cursado sus estudios formales y sin embargo, su experiencia como artista, diseñador o artesano, lo sitúa en el rango de profesional en la gestión artística. Este refere a los componentes del desarrollo humano y la gestión social, involucrando la innovación, la creatividad, el emprendimiento y la sostenibilidad del gestor cultural. Finalmente, se presenta un análisis concluyente donde, a partir de síntesis generales de la problemática en cuestión, se plantean posibles acciones a seguir para lograr los objetivos iniciales del trabajo, no pretendiendo de ninguna manera, sugerir conclusiones decisorias. Este ensayo solo se presenta como una refexión introductoria acerca de la problemática.

Búsquedas y realidades

La globalización, como paradigma de los nuevos rumbos sociopolíticos en América Latina, obliga prioritariamente, a pensar en una nueva estructuración curricular en la enseñanza del arte y el diseño. Esta debe contemplar la cultura, el desarrollo y la creatividad pensadas como directrices de innovación, ya no solo para el aporte estético y funcional, sino como componentes totalizadores en el logro de las competencias que aborden la gestión humana como soporte del desarrollo (losófico-social-económico-político y cultural). En este sentido, Maraña argumenta que:

Cualquier mínima aproximación a la relación entre cultura y desarrollo, conlleva a la necesidad de realizar un ejercicio integral, ya que en esta relación convergen multitud de enfoques y se requiere de la transversalización de numerosas ciencias (antropología, sociología, historia, politología). (Maraña, 2010, p. 5)

En los Programas de Arte, Diseño y arquitectura del Caribe colombiano, y ante la realidad de acreditación de las diferentes facultades de la universidad colombiana, se hace necesaria la organización general de las mismas, planteando un ambiente de reconceptualización, que rompe paradigmas y crea nuevos sistemas de enseñanza acordes a los actuales procesos culturales, educativos, políticos, y sociales que estructuran el sistema nacional de la educación superior. Estas reestructuraciones atienden los llamados a preparar profesionales competentes acodes a los lineamientos de los Planes Educativos Institucionales, y que cumplan con el reto de formar diseñadores, arquitectos y artistas proyectados en factores como la globalización, la competitividad, la producción de conocimiento, la innovación, y la sostenibilidad.

Por otro lado, las carreras artísticas, de arquitectura y el diseño en general, tienen como sistema de inspección, vigilancia y control a los Exámenes de Estados la Calidad de la Educación Superior, Saber Pro, ECAES, (2002) que comprueban existen los niveles suf-cientes de conocimiento y competencia de los estudiantes de último año, que les permitan desempeñarse de manera consistente en lo que corresponde a la calidad y al compromiso social que ésta implica.

Por otro lado, los programas de Diseño, Arquitectura y Bellas Artes, han tenido que fortalecer sus estructuras curriculares como factor fundamental para alcanzar altos niveles de calidad. La acreditación, en este sentido, es un medio para reconocer hasta donde se está cumpliendo esa calidad en la proyección de los proyectos educativos. Así como también lo son la renovación de sus registros calificados, pasando por el ejercicio de autoevaluación basado en los criterios, las características, y los aspectos definidos por el Consejo Nacional de Acreditación. En este sentido, la CNA5 expone que:

El Sistema Nacional de Acreditación, SNA es el conjunto de políticas, estrategias, procesos y organismos cuyo objetivo fundamental es garantizar a la sociedad que las instituciones de educación superior que forman parte del sistema cumplen con los más altos requisitos de calidad y que realizan sus propósitos y objetivos (Artículo 53 de la Ley 30 de 1992), siendo un instrumento para promover y reconocer la dinámica del mejoramiento de la calidad y para precisar metas de desarrollo institucional y de programas. Este proceso está muy ligado a la idea de la autonomía y la autorregulación, complementada con la exigencia de rendición de cuentas que se hace a la educación superior desde distintos sectores sociales, pendiente a lograr los principios y objetivos de la acreditación de programas de pregrado como: Universalidad, Integridad, Equidad, Idoneidad, Responsabilidad, Coherencia, Transparencia, Pertinencia, Eficacia, Eficiencia y Sostenibilidad. (p. 6-11)

Como respuesta a estas realidades, se observa cómo se gestan maratónicas estructuras curriculares, pendientes a desarrollar las competencias del trabajo artístico. Sin embargo, en estos procesos de formación, a pesar de tener en cuenta los análisis de contexto de la región, en la práctica no se dan respuestas que impliquen el desarrollo de una estructura de gestión social en la labor del trabajador cultural. Se observa por el contrario, un encasi-llamiento por mantener el arte y el diseño dentro de compartimientos aislados frente a los procesos políticos, económicos y sociales. Dentro de estos planteamientos en la relación Cultura - Desarrollo, Abello y Aleán afirman que:

En la cultura las personas pueden reconocerse mutuamente, crecer en conjunto y desarrollar la autoestima colectiva,(..) La cultura traspasa todas las dimensiones del capital social de una sociedad, y subyace tras los componentes básicos considerados capital social, como la confanza, el comportamiento cívico, el grado de asociatividad. (Abello y Aleán, 2009, p. 17)

Por otro lado, el hacedor cultural se mantiene dentro de un paradigma donde idealiza su participación en un mundo complejo, dolido por las crisis y los contratiempos económicos, retoma estos parámetros, los vive y se nutre de los dolores culturales, eventos que en muchas ocasiones, expresa en la obra que realiza, evidenciando magnificas obras de arte y diseño, pero no le incluye a las mismas, el estudio y desarrollo de la gestión social para lograr la proyección cultural - económica de la obra artística a la comunidad. De tal manera, que si se piensa en la preparación del gestor cultural a través de la educación formal, se deberá pensar en una estructura curricular que además de los procesos cogniti-vos propios de cada área del conocimiento artístico, incluya la gestión social y el desarrollo humano con el mismo carácter de importancia que los saberes relacionados con la formación artística. Haciendo énfasis en la refexión y la crítica constante, teniendo en cuenta en este proceso de enseñanza y aprendizaje, disciplinas como la Historia, la Historiografía, la Crítica, la Psicología, la Ecología, la Sociología, la Antropología, el Medio Ambiente, la Sostenibilidad, la Sistematización, la Economía, componentes que aportan elementos favorables a la creatividad artística moderna y su proyección social a través del conocimiento estructurado en las realidades sociales del Caribe colombiano, logrando de esa manera, el alcance social necesario para entrar en el mercado global del arte, el diseño y la arquitectura. También se analiza como el diseñador y el artista, son feles al estudio de los procesos teóricos, prácticos y tecnológicos de las escuelas americanas y europeas, desarrolladas y consolidadas en contextos diferentes a los del Caribe colombiano, culturas y políticas económicas diferentes, realidades deculturizantes que al proyectarse, producen por un lado, excelentes productos artísticos y por otras, evidencias de débiles propuestas conceptuales que ahogan la producción del gestor.

Y no hay que pensar que se esté hablando de retomar la fría decisión de los estamentos globalizantes teñidos por la estandarización y la comercialización. Por el contrario, se trata de enfrentar estos problemas psicosociales con la fuerza de la estructura de la gestión humana por parte del artista o diseñador caribeño. En esta línea de refexión se retoma a Salanova y Cabanes cuando argumentan que “la globalización del mercado del arte restringe la subjetividad del artista y lo aboca a una producción seriada y orientada a los gustos del coleccionista y está ligada a la inserción de la producción artística en ese mercado” (Salanova y Cabanes, 2010, p. 1). De tal manera que, aunque la producción artística sea el resultado de una acción planificada, como respuesta por cumplir con los lineamientos de competencias productivas con visión de sostenibilidad, no necesariamente, se deba perder la identidad cultural así como la esencia creativa de la obra artística. Continuando con la importancia que la educación tiene en el desarrollo humano y su proyección en los componentes de la gestión social, se analiza aquí, la necesidad que tienen algunos sectores de la población de gestores culturales de realizar capacitaciones a través de diplomados, seminarios, talleres, especializaciones y maestrías. Y, de esa manera, lograr la obtención de un mayor conocimiento y actualización en conceptos, normativas estudios de mercadeo, materiales de trabajo, marcos teóricos y referenciales, etc., que los preparen y capaciten en la gestión del conocimiento necesaria para poder abordar el reto de la globalización en las empresas culturales. En esta línea de pensamiento, comenta An-dersen (1991), “Lo que el futuro depara es cada vez más información, la nueva materia prima y el primer factor de producción. Los exitosos serán los que aprendan a gestionar el torrente informativo” .(Friss, 2003, p. 5)

Por último, aquello que se pretende en este trabajo es refexionar sobre la importancia que tiene la gestión social en el desarrollo humano del gestor cultural caribeño, planteando la necesidad de estructurar una gestión del conocimiento, capaz de desarrollar una filosofía emergente ante la problemática actual para aprovechar los recursos intangibles tales como el saber que las personas desarrollan al interior de una organización así como su propia experiencia y el conocimiento especializado sobre un tema específico.

Conclusiones

En el transcurso del siglo XX y principios del siglo XXI, en el Caribe colombiano, se observa la consolidación de una cultura por el desarrollo del arte y el diseño, con productos que indican un incremento de los componentes culturales. Éstos aportan al progreso humanista que tanto necesita esta problematizada región caribeña.

Sin embargo, a pesar de que, con el apoyo de la Ley General de la Cultura, los organismos oficiales rectores del desarrollo cultural –como el Ministerio de Cultura, las Secretarías de Cultura distritales y departamentales– abogan por la protección y el desarrollo del patrimonio artístico y de los gestores culturales, la realidad social que viven estos sectores es incierta. Esto se debe a que los procesos negativos provocados por las políticas económicas nacionales sitúan la cultura y el desarrollo humano de los trabajadores culturales en un lugar de poca importancia; generando un total desequilibrio social entre las comunidades de este área y proyectando un profesional que mendiga los beneficios que por ley tiene derecho. En esta línea de refexión, la UNESCO, en la Convención sobre la Protección y la Promoción de la Diversidad de las Expresiones Culturales propone:

Un marco general de gobernanza de la cultura que favorece la introducción de políticas y medidas que apoyen la creatividad, den posibilidades para que artistas y creadores participen en los mercados nacionales e internacionales, que sus productos sean remunerados y, también, accesibles a un amplio público. (UNESCO, 2010, p. 15)

Las circunstancias mencionadas son de público conocimiento. Esta refexión, sin embargo no pretende hacer hincapié en los beneficios perdidos o nunca obtenidos. Sino que busca encontrar soluciones a estas realidades problemáticas, que tienen su raigambre en asuntos culturales.

De tal manera, se observa como excelentes proyectos culturales se derrumban debido a la inclemencia del ente institucional, y en cambio, como los presupuestos se amplían para la consolidación de la guerra y la muerte. Dentro del análisis de estas realidades, Díaz y Sánchez (2008), cuando argumentan que:

Desde la teoría económica se plantea que la violencia, a través de varios medios, puede tener un impacto negativo sobre el crecimiento económico. En primer lugar, la violencia destruye capital humano y capital físico. Segundo, afecta los fujos de comercio. Tercero, genera incertidumbre que desincentiva la inversión. Y cuarto, desvía gasto del gobierno hacia actividades menos productivas como el gasto en defensa y seguridad. (Durán, 2011, p. 1)

De esta manera, se asiste a la desolación de ciudades donde el miedo es el consolador estatus para sobrevivir, y se analiza como la ausencia de encuentros culturales es la medida normal del actual proceso cultural. A tal punto que los pocos centros de desarrollo cultural en la región Caribe, deberían ser catalogados como verdaderos héroes de la gestión cultural. Se refere aquí a las pocas salas de exposición, los casi olvidados concursos de arte, ni que decir de los heroicos encuentros de teatro, danzas y conciertos, de retretas en las plazas y parques, de los casi legendarios salones de arte, de la capacitación gratuita, de las escasas publicaciones. Se toma nota también sobre la seguridad social para los gestores y sus familiares (atendiendo la Ley 100 de 199313), eventos casi parafernálicos dentro de una sociedad snob que vive de la ilusión de lo que proyecta un continuo estatus de imagen y mentira social.

Estas circunstancias se presentan como una cadena existencialmente larga y olvidada, que proyecta al hacedor cultural negativamente, no encontrando más que la desesperanza. Por lo tanto, se hace necesario un cambio de actitud, un rompimiento con paradigmas anteriores. Sin embargo, no es fácil desarrollar cambios en el accionar de los procesos culturales. Este logro dependería de muchas variables. Las mismas deben ser las respuestas a serias investigaciones sociales, y manera de análisis introductorio sobre posibles soluciones a las problemáticas antes mencionadas.

Se presenta una estructura sobre las acciones en búsqueda de soluciones socio-culturales del problema, sustentada en las siguientes acciones de gestión humana: Conocimiento, Memoria Cultural, Creatividad, Innovación, Emprendimiento, Productividad, Competi-tividad y Administración del Talento Humano.

La gestión y el desarrollo humano han sido estudiados por teóricos, flósofos, psicólogos, administradores, e investigadores desde diferentes áreas del conocimiento, se citan aquí a Ureña L. A. (1998), Fayol H. (1841-1925), Mayo E. (1880-1949), Woodward J. (1916-1971), Drucker (1909-2005), entre otros. Éstos han estudiado la problemática y han planteado la relación individuo, trabajo y organización; y han identificado las posibilidades de desarrollo humano. En este sentido, en la tesis doctoral La Gestión del Potencial en las Organizaciones. Una propuesta metodológica desde la psicología, Diaz argumenta:

Las carencias en la solución de las necesidades, están relacionadas con la escasez de procedimientos y técnicas de investigación e intervenciones rigurosas, que permitan el abordaje de la subjetividad en el ámbito laboral, teniendo en cuenta tanto las características de la organización como las características de sus miembros. (Diaz, 2004)

Se observa con claridad la importancia del ejercicio académico y práctico de la gestión humana como eje de un sistema dialéctico sobre bases científicas, de tal manera que, el artista, diseñador y artesano, debe planificar acciones culturales con base a parámetros normativos, legales, económicos, políticos, tecnológicos, espaciales a través de su cosmo-visión creativa, de esta manera, se logra el crecimiento económico y la producción artística así como también, la accesibilidad a los derechos sociales.

En el marco del proceso de la cultura y el desarrollo humano, Clark, en el prólogo del documento del PNUD, argumenta:

A medida que los desafíos del desarrollo mundial se tornan más complejos y de naturaleza transfronteriza, resulta esencial una acción coordinada en los desafíos más apremiantes de nuestra era, ya sea tanto en la erradicación de la pobreza, como en el cambio climático o la paz y la seguridad. Debido a que los países cada vez están más interconectados a través del comercio, la migración y las tecnologías de información y comunicación, no sorprende que las decisiones políticas tomadas en un lugar tengan impactos sustanciales en otros lugares. (Clark, 2013, p. VI)

Por otro lado, en la Conferencia Mundial sobre Políticas Culturales / Mondiacult (UNESCO 1982), se afirma que:

El Desarrollo es un proceso complejo, global y multidimensional que transciende el simple crecimiento económico para incorporar todas las dimensiones de la vida y todas las energías de la comunidad, cuyos miembros están llamados a contribuir y a esperar compartir los beneficios. (p. 9)

En estas líneas de pensamientos, argumentaciones y normativas se podría seguir hablando interminablemente. Sin embargo, lo que se quiere aquí, es presentar un análisis introductorio para sustentar la necesidad de comenzar a pensar en la solución a los problemas de diseñadores, artistas, gestores culturales y artesanos del Caribe colombiano. Se plantea tentativamente un recorrido por las debilidades, oportunidades fortalezas y amenazas del desarrollo y la productibilidad, como primera herramienta del ejercicio analítico, continuando con una planificación general que estructura los indicadores de desempeño y proyección en el desarrollo y la gestión humana de este importante grupo social de la sociedad caribeña.

Recomendaciones

En este trabajo se ha tratado de refexionar sobre las realidades sociales que experimentan los artistas y diseñadores en la región del Caribe colombiano, sin atender a especificidades cuantitativas sino más bien de orden cualitativo. Sin ánimo de presentar una tesis decisoria, ni de definir científicamente un problema social, solo se trata de abrir una mesa de refexión sobre los logros importantes de proyectos de gestión y desarrollo humano que se han llevado a cabo y que podrían servir de referentes para que en una investigación interdisciplinar regional.

En este sentido, es muy importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones: Es necesario aclarar conceptos sobre el problema, unificar los criterios en los diferentes grupos de gestores culturales, planificar acciones, evidencias y resultados por etapas de investigación, crear grupos y comisiones de trabajo, conocimiento real de los perfiles filosóficos y prácticos de los gestores culturales, realizar una investigación integral y dialógica de toda la comunidad de gestores de la región, llevar a cabo una gestión integral para capacitar a la población de gestores culturales.

Bibliografía

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