SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.10 número10En torno a lo público, la política y la memoria en el espacio para la memoria de la ciudad de Buenos AiresCrecimiento y control de la vida urbana: Un análisis de los bandos del Gobierno en el Buenos Aires Colonial (1742-1762) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Cuaderno urbano

versión On-line ISSN 1853-3655

Cuad. urbano vol.10 no.10 Resistencia ene./jun. 2011

 

ARTÍCULOS ARBITRADOS

Recentrando la centralidad: Proceso de recualificación urbana y espacio público en la ciudad de Buenos Aires desde una persepectiva etnoráfica

 

María Florencia Girola1, María Paula Yacovino2, Soledad Laborde3

1Doctora en Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, Orientación en Antropología. Investigadora-Asistente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Integrante del Programa Antropología de la Cultura, FFyL, UBA. Docente de la Facultad de Filosofía y Letras y de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

2Profesora en Ciencias Antropológicas (Orientación Sociocultural), Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Becaria Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Integrante del Programa Antropología de la Cultura, FFyL, UBA. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA).

3Profesora en Ciencias Antropológicas (Orientación Sociocultural), Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Diplomada en el Posgrado Internacional en Políticas y Gestión de la Cultura y de la Comunicación (FLACSO). Integrante del Programa Antropología de la Cultura, FFyL, UBA.

Recibido:15-03-11
Aprobado:16-05-11


 

Resumen

En estas páginas nos proponemos reflexionar sobre los procesos de recualificación urbana que se registran en la ciudad de Buenos Aires, focalizando la mirada en un aspecto primordial: la recuperación del espacio público. Para llevar adelante nuestro objetivo repasamos brevemente los estrechos vínculos entre procesos de recualificación y planeamiento estratégico, resaltando la importancia que adquiere el urbanismo escenográfico como estrategia de restauración del espacio público en este tipo de dinámicas. Asimismo, recurrimos al análisis comparativo/confrontativo de las iniciativas recualificadoras que se desarrollan en dos contextos porteños específicos: San Telmo y Puerto Madero. El artículo se nutre de las investigaciones realizadas por las autoras desde una perspectiva etnográfi ca. El trabajo de campo efectuado, que aún continúa, ha contemplado la recolección de fuentes secundarias, la realización de recorridos observacionales y de entrevistas abiertas con los sujetos vinculados con las temáticas analizadas.

Palabras clave: Recualificación urbana; Espacio público; Planeamiento estratégico; Urbanismo escenográfico; Ciudad de Buenos Aires.

Abstract

The main objective of this article is to analyze processes of urban requalification taking place within the city of Buenos Aires. Attention is focused on the rehabilitation of public space. To carry out our analysis we briefl y explore the links between strategic planning and urban renewal processes, enhancing the importance of urban landscape within these dynamics. Our conclusions are built upon research that the authors have developed in two urban spaces of Buenos Aires : the traditional historical center of San Telmo and the redeveloped Puerto Madero. Fieldwork has been based on an ethnographic approach which included personal observation-participation, in-depth interviews of involved citizens, and a survey of secondary sources.

Keywords Urban requalification; Public space; Strategic planning; Urban landscape; Buenos Aires.


 

INTRODUCCIÓN

En este artículo procuramos reflexionar teórica y empíricamente sobre los denominados procesos de recualificación urbana, una tendencia omnipresente y ampliamente difundida en las ciudades contemporáneas. El término recualificación alude a la reestructuración de áreas degradadas -centrales o subcentrales- de las metrópolis a través del reordenamiento de sus espacios, imágenes y población. Revitalización, rehabilitación o reconversión y, más recientemente regeneración, son algunos de los sinónimos también utilizados a la hora de designar estos procesos que aspiran recomponer tanto la materialidad como la imagen de zonas devaluadas para volverlas atractivos sitios de entretenimiento, consumo visual y estético.

A lo largo de estas páginas nos interesa, precisamente, reflexionar sobre los procesos de recualificación urbana que se registran en contextos específicos de la ciudad de Buenos Aires, focalizando la mirada en un aspecto primordial e insoslayable de toda iniciativa recualificadora: la recuperación del espacio público. Para concretar este propósito apelaremos a las investigaciones que quienes elaboramos este escrito realizamos en dos ámbitos porteños que experimentaron mutaciones asociadas con la recualificación, a saber: el tradicional barrio de San Telmo (con intervenciones urbanísticas que se han concentrado en torno de la plaza Dorrego) y el flamante barrio de Puerto Madero (íntegramente reconvertido). Las investigaciones a las que haremos referencia han sido desarrolladas desde una perspectiva etnográfica basada en la retroalimentación entre reflexión conceptual y trabajo empírico, y en la recuperación de las construcciones de sentido de los múltiples actores sociales involucrados en la constitución de los procesos-situaciones en estudio. Las exploraciones efectuadas hasta la fecha, y aún en curso, han incluido la realización de recorridos observacionales y de entrevistas abiertas -tanto formales como informales- con los sujetos vinculados con las temáticas analizadas, y una amplia recolección de fuentes secundarias (información estadística, documentos oficiales, material periodístico, folletería, etc.).1

A los fines de ordenar la exposición hemos organizado el trabajo en tres secciones. En un primer apartado estimamos imprescindible realizar algunas consideraciones que nos permitan situar teórica e históricamente los procesos examinados. Para ello repasamos brevemente los estrechos vínculos entre planeamiento estratégico y procesos de recualificación, resaltando la importancia que adquiere el urbanismo escenográfico como estrategia de restauración del espacio público en este tipo de dinámicas. En la segunda sección nos concentramos en las transformaciones urbanas que atravesaron dos reconocidos barrios porteños, mutaciones que los convierten en "casos" prototípicos o paradigmáticos de los procesos en cuestión. A modo de conclusión, en el último apartado sistematizamos las principales ideas que surgen del análisis comparativo realizado, al tiempo que apuntamos algunas reflexiones más generales sobre los procesos de recualificación y la conformación de las ciudades contemporáneas.

DE LA CIUDAD-PROBLEMA A LA CIUDAD-NEGOCIO: ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LOS PROCESOS DE RECUALIFICACIÓN URBANA

Tal como adelantamos en la introducción, la noción de recualificación refiere -grosso modo- a la reconversión de espacios antaño marginalizados y constituye, en este sentido, una de las principales tendencias que afectan a las metrópolis del presente. El desembarco de estos procesos en muchas ciudades de América Latina se produjo mayormente a partir de la década del 90, en un contexto político-económico caracterizado por el auge del devastador modelo neoliberal en la región. Desde el punto de vista urbanístico, la propagación de los procesos de recualificación coincidió con la consolidación de una modalidad de intervención territorial conocida como planeamiento estratégico. A comienzos de los años 80, este término pasó a ser utilizado por las vanguardias del pensamiento europeo para designar las operaciones de remodelación que tenían lugar tanto en áreas centrales como periféricas de las metrópolis: en el primer caso, el planeamiento estratégico se fue abriendo paso a través de la reestructuración de la ciudad ya establecida (en directa vinculación con la recualificación de cascos históricos); mientras que en el segundo caso se desenvolvió mediante la instalación de nuevos artefactos urbanos en suelos vacantes de los suburbios (complejos de oficinas, grandes centros comerciales o de esparcimiento, urbanizaciones cerradas/privadas, parques temáticos, etc.).

Así concebido, el planeamiento estratégico no solo alimentó la reflexión entre los especialistas del urbanismo, sino que también inspiró una amplia casuística de reconversiones en ciudades de Europa, América del Norte y América Latina. Las mutaciones acaecidas en algunas metrópolis de España (Barcelona, Bilbao o Madrid) representan hitos indiscutidos en la historia de este tipo de planeamientos, experiencias ampliamente difundidas que han guiado los cambios ocurridos en Lima y San Pablo, Río de Janeiro y Buenos Aires -por citar solo algunos ejemplos- (AGUILAR, 2005). Pero más allá de las esperables particularidades locales, producto de los diferentes contextos de concreción de los proyectos estratégicos, se trata de un modelo urbano que procede mediante intervenciones puntuales; que actúa sobre espacios acotados con la intención de convertirlos en "lugares fuera de lo común" (MONNET, 1996).2 La difusión del planeamiento estratégico ha contribuido fuertemente, pues, a la irradiación de los procesos recualificadores en áreas centrales -como las que aquí nos convocan- y suburbanas; vale decir, al remozamiento de "fragmentos" devaluados mediante la movilización de recursos propios del denominado urbanismo escenográfico (AMENDOLA, 2000).

El montaje de escenas o escenografías urbanas se plasma generalmente apelando a la cultura y sus derivados (el patrimonio, el pasado/memoria, la diversidad cultural, el espectáculo, el arte, etc.) como estrategias predilectas de intervención que permiten la conformación de lugares únicos y pintorescos, a la vez que se constituyen como auténticas áreas de oportunidad para la realización de fabulosos negocios inmobiliarios. El urbanismo escenográfico invoca la concepción de una "ciudad creativa" que responde a los imperativos del diseño, la belleza y la distinción; y en la cual los recursos de la cultura se observan como soluciones innovadoras y originales para los problemas urbanos de la contemporaneidad (la inseguridad, el miedo y la violencia urbana, el abandono y el deterioro de los espacios públicos, entre otros). Retomando la mirada crítica de ciertos autores podemos señalar que el planeamiento estratégico y el urbanismo escenográfico representan una forma de concebir el territorio que habilita la iluminación de áreas opacas mediante procesos de recualificación, al tiempo que ponen el acento en la idea de ciudad como espacio y objeto/sujeto de negocios (FIORI ARANTES, 2000; VAINER, 2000). El planeamiento estratégico y sus instrumentos asociados -recualifi cación / cultura como recurso- priorizan el sentido económico-mercantilista en la producción de lo urbano y promueven la transformación de "porciones" de la ciudad-problema en "porciones" de la ciudad-negocio (GORELIK, 1997).3

La ciudad de Buenos Aires no ha permanecido ajena a la diseminación de la ideología y el accionar urbanístico asociados con el planeamiento estratégico. En este sentido, desde los años 90, la metrópolis asiste a la transformación y puesta en valor de diferentes espacios, como por ejemplo: la consolidación del circuito turístico San Telmo-La Boca (especialmente de la plaza Dorrego y el paseo peatonal de Caminito); la recuperación del antiguo Puerto Madero y la renovación del barrio del Abasto (mediante la conversión de un viejo mercado de frutas y verduras en un moderno shopping). Más recientemente, en un contexto de reactivación económica, de auge del turismo y la construcción, no solo se profundizaron los procesos de recualificación ya existentes, sino que también se extendieron hacia nuevos espacios urbanos, tales como: el barrio de Barracas a través de la "invención" del pasaje Lanín;4 el barrio de Palermo (devenido un reducto de diseñadores de moda a la vez que un polo gastronómico) y el "Barrio Chino", situado en Belgrano. Todas estas iniciativas recualificadoras se realizaron poniendo en juego sutiles mecanismos de alianzas público-privadas (cooperación entre funcionarios, urbanistas, arquitectos, agentes privados y ciudadanos), apelando a los recursos propios del urbanismo escenográfico antes mencionados y, fundamentalmente, otorgándole suma importancia a la reconquista del espacio público.

El espacio público constituye, en efecto, el ámbito por excelencia en el cual se expresan las actuaciones urbanísticas ligadas a la recualificación. Componente insoslayable de toda ciudad y problemática crucial del mundo urbano contemporáneo, el espacio público conforma el locus donde se materializan las transformaciones estratégicas de corte escenográfico. Sin embargo, el acento en los preceptos estético-culturales de este tipo de urbanismo no debe hacernos olvidar o minimizar el objetivo social siempre enarbolado por los responsables de las intervenciones recualificadoras (ya sean gobiernos locales o fuerzas del mercado): nos referimos, concretamente, a la integración y mixtura urbana, al cruce/roce de sujetos heterogéneos; una experiencia de encuentro entre diferentes que también se plasma en el espacio público. Debemos apuntar, en este sentido, que los procesos de recualificación se han pretendido erigir -en sus diversos escenarios de concreción- como antídotos contra la crisis urbana, la creciente segregación y la discriminación; como dinámicas que contribuirían a la gestión democrática de las ciudades, a la solidaridad y la participación ciudadana.5

Los estrechos vínculos entre procesos de recualificación, planeamiento estratégico, urbanismo escenográfico y espacio público que hemos comentado en este primer apartado nos permiten, pues, formular algunas de las preguntas que intentaremos develar en las secciones subsiguientes:¿qué características particulares asumen los procesos de recualificación urbana que acontecen en la ciudad de Buenos Aires?,¿qué sentidos del espacio público se ponen en juego en estos procesos?,¿qué prácticas y discursos se construyen en torno a los espacios públicos rehabilitados por obra de los proyectos estratégicos y del urbanismo escenográfico?,¿cuáles son los conflictos y prácticas veladas que se esconden detrás del discurso políticamente correcto que proclama la recuperación del espacio público como instancia de encuentro y construcción de ciudadanía? Procuraremos explorar estos interrogantes dirigiendo la mirada a lugares específicos de nuestra ciudad y promoviendo la comparación/confrontación entre los procesos analizados.

EL RESTABLECIMIENTO DE LA CENTRALIDAD: RECUALIFICACIÓN URBANA Y USOS DEL ESPACIO PÚBLICO EN SAN TELMO Y PUERTO MADERO

Los procesos involucrados en la configuración territorial de la ciudad de Buenos Aires han contribuido a cimentar la imagen de una metrópolis con una centralidad fuerte. En efecto, desde su origen colonial, Buenos Aires se organizó alrededor de un casco fundacional dispuesto en torno a la Plaza de Mayo y sus inmediaciones, el cual ha conservado hasta nuestros días su carácter nuclear. Lejos de incentivar la emergencia de centralidades nuevas y distantes, la recualificación de San Telmo y Puerto Madero (dos barrios geográficamente próximos y que conforman un circuito en dirección sureste) ha reforzado esta persistente estructuración socioespacial de la metrópolis. De hecho, la investigación desarrollada ha puesto de relieve que la renovación de ambos barrios cobra sentido en su específico contexto de origen, allá por fines de los años 80 y comienzos de los 90; un contexto cuyo rasgo principal era -desde el punto de vista urbanístico- la proyección del histórico deterioro del sector sur de Buenos Aires hacia el denominado microcentro porteño.6 Tal como lo revelaron quienes se desempeñaban por aquel entonces como funcionarios de la Secretaría de Planeamiento Urbano del gobierno municipal, las intervenciones en San Telmo y Puerto Madero deben ser examinadas como operatorias inscritas dentro de un amplio conjunto de políticas orientadas hacia la revalorización de la centralidad; las cuales incluyeron: a) la remodelación de fachadas de la avenida de Mayo; b) la creación de Áreas de Protección Histórica (en adelante APH) a fin de normativizar los procedimientos de preservación y c) la generación de una política de vivienda social en el área central (que se concretó a través de la recuperación de conventillos en La Boca y del PADELAI en San Telmo -viejo inmueble del Patronato de la Infancia ocupado por familias sin techo-).

En rigor, si bien la normativa que consagró a San Telmo como centro histórico de la ciudad data de finales de la década del 70,7 su proceso de recualificación se inició durante la reconfiguración neoliberal acontecida en los 90. Fue en esta época cuando comenzó a delinearse una política de rehabilitación que, con variaciones, se ha mantenido hasta la actualidad. Aunque es posible distinguir dos etapas en este proceso, en ambos períodos la recualificación operó a través de recursos propios de un urbanismo escenográfico que, a partir de intervenciones en el espacio público, procuraron transformar lo existente en términos de imagen-espectáculo, pasado patrimonio y arte-cultura. A partir de estas acciones "purificadoras" (DELGADO, 1998), los actores públicos y privados pretendieron -sin lograrlo completamente- expurgar el barrio de todos aquellos espacios y actores que pudieran obstruir la consolidación de una imagen prestigiosa de él.

La primera etapa se inició en los albores de los 90, cuando la creación de las APH confirió un rol clave a las iniciativas de revitalización del espacio público, al tiempo que favoreció una ampliación de la noción vigente de patrimonio -concebido como reservorio de la memoria histórica encarnada en monumentos- para incluir aspectos sociales, económicos y ambientales. Esta novedosa concepción se plasmó en el despliegue de intervenciones "escenográficas" que apuntaron a exaltar aquellos elementos urbanos que evocaran el pasado colonial, tales como el reempedrado de calles, la colocación de faroles y la recuperación de fachadas. Durante esta etapa también se puso en marcha la exitosa operación de creación del Circuito Balcarce-Chile, un polo cultural, comercial y gastronómico alternativo a la plaza Dorrego. Este vasto abanico de medidas partía del supuesto de que las inversiones estatales tendrían un efecto multiplicador sobre el entorno barrial, en tanto atraerían otras inversiones y reforzarían el interés de los residentes por mejorar sus viviendas. La creación en el año 2000 de la Dirección General de Casco Histórico, dependiente de la Secretaría de Cultura, marcó la culminación de esta temprana fase de transformación de San Telmo; un ciclo que puso énfasis en el patrimonio inmaterial, la realización de eventos culturales en el espacio público y la organización de recorridos temáticos por las calles del barrio (ZUNINO SINGH, 2007).

En el marco de la profunda recesión económica que atravesó el país entre 1998 y 2002, las intervenciones "cosméticas" de las que hemos dado cuenta no alcanzaron para reconvertir la imagen de San Telmo, ni para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Si bien las políticas públicas contribuyeron a iluminar -simbólica y materialmente- ciertos recorridos barriales (plaza Dorrego y su entorno, circuito Balcarce-Chile), los espacios públicos situados fuera de los itinerarios consagrados continuaban siendo percibidos -por muchos usuarios- como sucios, degradados y peligrosos. El estallido de la crisis en diciembre de 2001 puso transitoriamente en jaque la viabilidad de este modelo de planificación urbana. En aquel acuciante contexto, los sitios recualificados -y por lo tanto altamente visibles- se constituyeron como los espacios preferidos para el despliegue de las tensiones y conflictos barriales. Así, por ejemplo, junto a la plaza Dorrego y su tradicional feria de arte y antigüedades, emergieron nuevas "ferias de la crisis" que ofrecían desde alimentos hasta ropa usada, pasando por una variedad de productos poco afín al sofisticado mercado de los anticuarios.8

La segunda etapa de recualificación de San Telmo, todavía vigente, se inició con la reactivación económica del año 2003, estrechamente ligada al boom turístico, al renacimiento del mercado de la construcción y al dinamismo del sector inmobiliario. En este contexto, fueron fundamentalmente los actores privados -aunque bajo condiciones generadas por el gobierno local- quienes motorizaron el proceso de transformación, generando novedosos recorridos barriales e incentivando la proliferación de diversos emprendimientos.9 Los medios de comunicación describieron este fenómeno como la "palermización" de San Telmo, en directa alusión a la emergencia de un circuito fashion conformado por restó, tiendas de diseño, galerías de arte, locales de moda y decó; todos frecuentados por turistas y jóvenes de buen nivel económico. Aunque el eje Defensa-plaza Dorrego y su complemento, el tándem Balcarce-Chile, continuaron siendo el epicentro de las mutaciones, poco a poco nuevos sectores de San Telmo -y de barrios aledaños, como Barracas y Monserrat- se sumaron a esta tendencia. En esta coyuntura favorable, las autoridades locales relanzaron el Plan de Recuperación del Casco Histórico, defi nido como "una estrategia de ocupación del espacio urbano como lugar de disfrute y encuentro pero también de desarrollo económico".10 Con esta premisa, el accionar del gobierno local apuntó a potenciar las inversiones privadas (tanto de comerciantes y desarrolladores como de vecinos) a partir de mejoras del espacio público y recurriendo a estrategias ya conocidas: empedrado de calles, arreglo de veredas, iluminación, forestación y mejoramiento de fachadas. Yacía en estas acciones la creencia de que el mejoramiento del espacio público permitiría articular y armonizar las necesidades y demandas de los múltiples actores sociales que interactuaban en el barrio: habitantes, comerciantes y turistas.

Esta visión optimista no era compartida por muchos de los involucrados. El trabajo de campo nos ha permitido relevar que, a medida que se incrementaban el turismo y los nuevos desarrollos inmobiliarios, emergían numerosos conflictos en torno a los usos "legítimos" e "ilegítimos" de los espacios públicos. Ha sido en los últimos años, sin embargo, que estas tensiones alcanzaron su punto más álgido, poniéndose en cuestión la pretendida convivencia armónica entre vecinos, comerciantes y turistas. Podemos citar, a modo de ejemplo, las disputas generadas en torno al proyecto Prioridad Peatón (2008), el cual proponía la puesta en valor del casco histórico y su espacio público mediante la peatonalización de las calles Defensa y Balcarce, la unificación de veredas y calzadas, la remoción del antiguo adoquinado y el reemplazo de las farolas antiguas por nuevas luminarias. Este proyecto fue ampliamente resistido por organizaciones vecinales que lo consideraban un atentado contra la identidad barrial y una clara expresión de la intención de transformar el barrio de acuerdo con las expectativas de usuarios ocasionales, sin tener en cuenta las necesidades de un "barrio de verdad, con población permanente y ritmos propios", tal como lo afirmó una vecina.

Si bien las protestas y recursos jurídicos interpuestos por las organizaciones locales lograron modificar algunas características del proyecto (como la remoción de adoquinado y la peatonalización total de Defensa), los conflictos no concluyeron allí. Con el boom turístico no solo se establecieron nuevos comercios, hoteles, hostels, bares y restaurantes, sino que se multiplicaron los vendedores informales, artesanos, manteros y artistas callejeros. La feria que en años anteriores abarcaba la plaza Dorrego y unas pocas cuadras a la redonda, desde hace aproximadamente cuatro años alcanza trece cuadras sobre la calle Defensa (incluyendo los sectores habilitados y los no habilitados), con tres miniferias ubicadas en calles transversales. A lo largo de estas cuadras es posible comprar artesanías, manualidades, productos industriales y asistir a los espectáculos ofrecidos por grupos musicales, bailarines y estatuas vivientes. Para algunos vecinos, se trata de un "desmadre del espacio público" que atenta contra el "vecino tradicional que tiene derechos anteriores": "A nosotros nos encantaría caminar por la calle Defensa, pero no se puede porque no están dadas las condiciones, porque la cultura que se fue generando es otra (...). En este momento la peatonalización de la calle Defensa es lo peor que le pudo pasar al barrio" (vecino de San Telmo, Febrero 2010). En un sentido similar, los comerciantes "formales" consideran la presencia de vendedores informales como una seria limitación para sus negocios: "la gente mira la vidriera desde la calle, pero no puede acercarse para comprar o le da miedo" (comerciante de San Telmo, mayo 2005). Artesanos y manteros, por su parte, reivindican el derecho a trabajar y participar de los ingresos generados por el turismo. Para ello, desde hace varios años se vienen organizando en asambleas a fin de solicitar la autorización del Gobierno de la Ciudad, comprometiéndose a respetar horarios y espacios. Se trata, sin embargo, de un conflicto de difícil solución que ha instalado en el espacio público uno de los aspectos más controvertidos de la conflictividad barrial.

Ahora bien, mientras que el proceso de recualificación de San Telmo analizado hasta aquí operó sobre una porción conocida e integrada del centro porteño, la reconversión de Puerto Madero constituyó, en cambio, una operatoria novedosa que procuró prestigiar un área vacante y desconectada del tejido urbano preexistente. La transformación de este antiguo puerto (de inmejorable ubicación por su cercanía al Río de la Plata, a la Reserva Ecológica Costanera Sur y al corazón político/financiero de la ciudad) fue posible a partir de 1989, cuando las reformas político-económicas emprendidas por el gobierno de C. Menem -particularmente la privatización de bienes y servicios públicos a través de la Ley de Reforma del Estado- brindaron el sustrato jurídico que posibilitó la conformación de la Corporación Antiguo Puerto Madero Sociedad Anónima (de ahora en más CAPMSA), una empresa pública actuante bajo la égida del derecho privado.11 Con notable frecuencia, el proyecto liderado por la corporación ha sido visto -sobre todo por funcionarios, técnicos expertos del urbanismo, pero también por residentes del barrio- como la iniciativa que logró convertir un ambiente en desuso en un espacio donde "todos" pueden volver a frotarse y entremezclarse; es decir, como una experiencia paradigmática de recuperación del espacio público y de construcción de vínculos sociales. Esta visión se resume, quizás, en la potente frase de uno de los entrevistados: "... en ese momento lo que nos pareció es que la postal de Puerto Madero lo que tenía que expresar era la vuelta a la democracia..." (funcionario de la CAPMSA, marzo 2009).12

Para lograr este cometido, el directorio de la CAPMSA desplegó un modus operandi basado en la venta de su capital original (tierras e inmuebles fiscales) a terceros y a través de licitaciones públicas. Por medio de este mecanismo de traspaso, los compradores se responsabilizaban por la construcción de la obra proyectada -en su mayoría oficinas, viviendas y restaurantes-, mientras que la corporación garantizaba la dotación de infraestructura (red pluvial, agua potable, electricidad, gas natural, "todo lo que corre por debajo de las calles", según el decir de uno de sus integrantes) y, fundamentalmente, la renovación y mantenimiento de los espacios públicos con el ingreso proveniente de las ventas. Si la ejecución de obras de infraestructura fue concebida por parte de la CAPMSA como un acompañamiento del desarrollo urbano comandado por los inversores privados, la recuperación del espacio público fue visualizada, por su parte, como una suerte de recompensa o servicio prestado a la ciudad y sus habitantes: "... la empresa siempre entendió que el desarrollo de la infraestructura y de los espacios públicos y verdes era la manera de retribuir al ciudadano..." (integrante de la CAPMSA, junio 2004).

El Plan Maestro puesto en marcha por la corporación intentó, ante todo, alejarse del zoning funcionalista predominante en las décadas del 60-70, una modalidad de planificación inspirada en las ideas del arquitecto suizo Le Corbusier y basada en la sectorización de la metrópolis en virtud de las necesidades de sus residentes (división en áreas comerciales, industriales, recreativas, etc.). En contraposición con este modelo compartimentado, el Masterplan de Puerto Madero pretendió restablecer el carácter central de esta zona portuaria abandonada, favoreciendo una mixtura permanente de usos y usuarios: "... el espíritu de la Corporación fue volver a centrar el centro, lograr que el centro no se abandone. El fin de la reconversión del área portuaria fue consolidar un mix de usos que garanticen el funcionamiento de todos sus usos, es decir, el equipamiento, el residencial y el terciario con oficinas (...) acá lo que se intentó constantemente es recrear la vida ciudadana en el espacio público ..." (integrante de la CAPMSA, septiembre 2004). Así, mediante la transformación de calles y malecones, muelles y dársenas, plazas y parques, la corporación aspiró reeditar un ideal fundamental de la modernidad urbana: la constitución del espacio público como lugar de urbanidad y civilidad (GIGLIA, 2000 y BAUMAN, 2002), como escenario de convivencia pacífica y previsible con la otredad. Pero lejos de rehabilitar un espacio público meramente utilitario, monótono y sin adornos (prototípico del proyecto moderno), en la operación Puerto Madero se apeló a estrategias propias del urbanismo escenográfico para sellar el carácter único del flamante barrio.

En efecto, como ya ha sido formulado en investigaciones anteriores (LACARRIEU, 2005; PICO et ál. 2008; GIROLA Y CROVARA, 2009), la cultura fue un insumo del que se valieron distintos actores sociales involucrados en el remozamiento de Puerto Madero. La corporación, por ejemplo, favoreció el atractivo de esta porción olvidada de la ciudad al declarar los antiguos depósitos de granos como construcciones de valor patrimonial. A través de esta medida, una de las primeras adoptadas por la entidad, la cultura-patrimonio en su versión material y tangible (representada por 16 edificios de arquitectura inglesa que son un símbolo del pasado agroexportador del país) se convertía en el guión escogido para iniciar la transformación de Puerto Madero, al tiempo que se proyectaba como marca distintiva del accionar de la corporación: "... queremos que sea un barrio cultural. Por eso proyectamos varios museos y universidades y pusimos en valor numerosos edificios históricos..." (presidente de la CAMPSA, diario La Nación, 28 de enero de 2001). Los desarrolladores privados también acudieron a la cultura como medio de promoción y diferenciación de sus productos, siendo el denominado Faena Group uno de los ejemplos más ilustrativos.13 El recurso a la cultura concebida como acervo o patrimonio común vinculado con la historia nacional -remota y reciente- se cuela en las mismísimas calles del barrio (todas con nombre de mujeres célebres en el campo del arte, la ciencia o la política). La impronta estético-cultural de Puerto Madero se renueva permanentemente a través de actividades que se realizan con periodicidad en sus espacios públicos: festejos por el Día de la Tradición, celebración del Día del Inmigrante, exhibición de atelieres artísticos, desfile de autos antiguos, instalación de esculturas, recitales y muestras de cine, entre otras.

Actualmente, Puerto Madero reafirma sus particularidades a través de una peculiar ostentación de récords: posee el polo gastronómico más importante del país, los mayores precios del mercado inmobiliario (llegando a 6000 dólares el metro cuadrado), el edificio más alto (las Torres El Faro con 45 pisos), el índice más bajo de delitos de toda la ciudad, la mayor cantidad de cámaras de seguridad y una clara prevalencia del dominio público (54%) sobre el dominio privado (46%).14 El proyecto recualificador de la CAPMSA ha sido unánimemente reconocido por los habitantes del barrio que entrevistamos, quienes ponderaron la óptima calidad de vida que ofrece, un rasgo en estrecho vínculo con el cuidado de sus lugares comunes: "... todo el mundo hace mucho hincapié en la seguridad, a mí me parece que es más la calidad del espacio público, del ambiente¿no? que tenés más parques, las calles más anchas, está todo más cuidado, más limpio..." (vecina de Puerto Madero, marzo 2008). Pero el trabajo en terreno también ha revelado una fuerte ambivalencia en las vivencias del espacio público, el cual se constituye -simultáneamente- como objeto de disfrute y fuente de preocupación. Puesto que es en este ámbito donde se concretan las prácticas recreativo-deportivas más apreciadas por los vecinos y, a la vez, donde proliferan usos ilegítimos/deslegitimados, tales como: la utilización de calles como "estacionamiento de lujo" por parte de oficinistas; la disposición de mesas de bares y restaurantes sobre las veredas o malecones; la instalación de puestos de comida al paso en la Costanera Sur (frecuentados por choferes de colectivos y camiones); la presencia de adolescentes que practican skate o juegan fútbol en los plazas; la presencia de obreros que almuerzan o descansan en los parques entre turnos de trabajo; el establecimiento de personas sin techo en los bancos de algunos bulevares. Es precisamente en las apropiaciones del espacio público donde se expresan numerosos conflictos y se dirimen distinciones entre nosotros-otros: "... yo creo que los fines de semana lo usa gente de otro lado, yo te soy sincera, en los años que vivo en Puerto Madero jamás me senté en un parque. Lo máximo que hago es correr en todas las maratones que se hacen en Puerto Madero porque me gusta correr. Pero jamás me senté (...) yo no veo vecinos, nunca me he encontrado con un vecino de las torres en la reposera..." (vecina y miembro de la Asociación de Vecinos de Puerto Madero, febrero 2009).

Principio y fin: reflexiones para cerrar y abrir la discusión

En contraposición con cierta bibliografía que resalta el carácter homogéneo/homogeneizante de las tendencias urbanas contemporáneas, rasgo que se vería acentuado por los flujos uniformes de la globalización económica y la mundialización cultural (MONGIN, 2006), la investigación que hemos comentado en estas páginas nos conduce en la dirección opuesta. En este sentido, y a contramano de aproximaciones muy arraigadas entre pensadores del mundo urbano actual, estimamos que los procesos de recualificación nunca se materializan en las mismas condiciones ni involucran a los mismos actores, vale decir, que no son idénticos ni se reproducen en serie, ni siquiera dentro de una misma metrópolis. Aun cuando las estrategias desplegadas en San Telmo y Puerto Madero hayan sido similares (recurso a la cultura entendida como patrimonio, arte, espectáculo, etc.) y el espacio público fungiera como blanco predilecto de las transformaciones, es posible reconocer disparidades entre ambas experiencias, diferencias vinculadas con la historia y al particular entramado de actores vigente en cada uno de estos barrios. Así, por ejemplo, mientras que las iniciativas de recualificación de Puerto Madero atrajeron tempranamente a desarrolladores que modelaron el perfil elitista de este rincón deshabitado de la ciudad, en San Telmo, en cambio, el desembarco de inversores privados fue tardío y la recualificación impulsada por el gobierno local nunca logró revertir su imagen de barrio heterogéneo, deteriorado e inseguro, con una importante preexistencia de sectores populares.

El abordaje simultáneo de los procesos acontecidos en San Telmo y Puerto Madero también nos ha llevado a cuestionar la dicotomía que opone la existencia -ya pasada- de una ciudad moderna/industrial forjada en torno a espacios de mezcla y frotamiento de distintas clases sociales (como calles, plazas y parques) y la consolidación de una ciudad postmoderna/contemporánea basada en enclaves privados (centros comerciales, urbanizaciones cerradas, parques temáticos, etc.). A nuestro juicio, las operatorias recualificadoras desplegadas en San Telmo y Puerto Madero impugnan esta dualidad en tanto representan sendos ejemplos de combinación de ideales de la modernidad (recuperar el espacio público para un mix de usos) a partir de estrategias propias del urbanismo escenográfico que predomina en la contemporaneidad.

Asimismo, en contraposición con aquellas perspectivas teóricas que describen a las metrópolis del presente sobre la base del concepto de fragmentación, los estudios que realizamos cuestionan la visión de una ciudad-archipiélago conformada por la yuxtaposición de "islas" diferenciadas y claramente delimitadas. En este sentido, hemos visto que los territorios recualificados admiten dinámicas socioespaciales contradictorias: como las apropiaciones de Puerto Madero por parte de sectores populares, tanto en las inmediaciones del área recualificada (donde persiste la villa Costanera Sur Rodrigo Bueno) como en su corazón mismo (recordemos la fugaz presencia del comedor popular que el dirigente piquetero Raúl Castells instaló en el barrio). Esta constatación pone de relieve que recualificación y relegación no se constituyen como procesos urbanos excluyentes, sino que conviven en forma tensa y conflictiva, entramándose en un mismo barrio de la ciudad.15 Por otro lado, la investigación realizada nos permite afirmar que si bien el planeamiento estratégico opera a nivel de "porciones" urbanas deterioradas, procurando reinventarlas, esto no debe llevarnos a pensar en una ciudad desarticulada o estallada. Por el contrario, como bien sugiere LACARRIEU (2005), es preciso pensar en una política de lugares que promueve la impostación, tanto por parte del sector público como privado, de un relato urbano que une puntos emblemáticos de la ciudad, emparentados a través de una estética común que combina el diseño, el patrimonio y los emprendimientos de alta gama. El trabajo de campo realizado sugiere que estos relatos urbanos no son inmutables, sino que se van transformando al calor del cambiante entramado de actores y relaciones.

Las consideraciones vertidas en este escrito nos inducen, por último, a reflexionar acerca de la importancia de ampliar el análisis de los procesos de recualificación urbana más allá de funcionarios y planificadores, incorporando los discursos y las prácticas de otros actores sociales que, de manera más o menos explícita, intervienen en la producción de la ciudad. Las experiencias relevadas en San Telmo y Puerto Madero ponen en evidencia la existencia de apropiaciones, resignificaciones y contestaciones a los procesos de recualificación que contribuyen también a marcar el rumbo y las características que estos van tomando. La inclusión de esta multiplicidad de voces resulta imprescindible para cuestionar las visiones optimistas de funcionarios y urbanistas, quienes conciben los procesos de recualificación urbana como exitosos y desproblematizados factores de reanimación de la vida urbana. Las situaciones analizadas han demostrado que es justamente en el espacio público donde se dirimen disputas por definir usos debidos e indebidos, donde se zanjan discusiones acerca de quiénes son merecedores de la ciudad. Esta puja se torna aun más candente en la coyuntura actual, en la que el crecimiento económico no alcanza a mitigar la desigualdad social y el espacio público se convierte en escenario privilegiado de la supervivencia de los sectores desfavorecidos, abriendo así nuevos interrogantes para futuras investigaciones.

AGRADECIMENTOS

Agradecemos a María Eugenia Crovara y Mercedes Pico, con quienes hemos realizado muchas de las entrevistas utilizadas en este artículo.

Notas

1- Estas investigaciones han contado con el apoyo de consecutivos subsidios otorgados por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (ANPCYT) y la Universidad de Buenos Aires (UBA).

2- Es precisamente por su tendencia a operar a nivel microquirúrgico, sobre espacios circunscriptos, que el planeamiento estratégico es también conocido como política de diseño del fragmento (AGUILAR, 2005).

3- Se colige de esta síntesis que el hedonismo y los valores estéticos (derecho a la belleza, distinción y confort) -pensados para consumo de una ciudadanía genérica e inespecífica- prevalecen en las formas contemporáneas de "hacer ciudad", imponiéndose por sobre la ética (derecho a la vivienda, equipamiento, infraestructura y servicios). No en vano los proyectos anclados en la tríada planeamiento estratégico/ recualificación/urbanismo escenográfico han coincidido-al menos en muchas ciudades, Buenos Aires entre ellas-, con la contracción de las políticas urbano-habitacionales destinadas a los sectores populares.

4- Nos referimos a las obras iniciadas en el año 2000, cuando un vecino-artista local llamado Marino Santa María decidió pintar las fachadas de algunas casas del pasaje, procurando imitar a la ya consagrada cortada Caminito en La Boca. Iniciativas similares de arte público se han realizado también en el pasaje Zelaya del barrio del Abasto (embellecido con las estrofas de tangos de Carlos Gardel).

5- Los procesos de recualificación suelen operar con la premisa romántica de que es por efecto del embellecimiento/estetización que los espacios públicos logran ser recuperados como locus de la urbanidad o del encuentro con el"otro" (GIGLIA, 2000); con ello la segregación sería exorcizada y la cohesión social tomaría un nuevo lugar.

6- Buenos Aires no ha sido, por cierto, la única metrópolis latinoamericana que experimentó el deterioro de su centralidad entre fines de los 80 y comienzos de los 90. Tanto San Pablo como Río de Janeiro y Santiago de Chile también evidenciaban, en aquellos años, las características propias de esta tendencia: proliferación de viviendas precarias, invasión del espacio público por parte del comercio ambulante, traslado de edificios corporativos hacia la periferia.

7- La transformación de San Telmo de "barrio viejo" a "centro histórico" reconoce varios hitos: a fines del 60 se creó el Museo de la Ciudad, se instaló la feria de antigüedades de la plaza Dorrego y los primeros comercios de artes y antigüedades. En 1978 se sancionó la normativa U24 que consagró a San Telmo como zona histórica de la ciudad, elaborándose específicas políticas de protección y preservación.

8- Muchas otras manifestaciones, impulsadas por asambleas barriales, cuestionaron la "privatización" de la plaza y su impronta"elitista", promoviendo actividades"atípicas" para este escenario: reuniones políticas, festivales y ferias, mediante los cuales se reivindicaba el carácter popular del barrio. Contradictoriamente, estos nuevos actores sociales que impugnaban el carácter for export del barrio, también buscaban legitimar su derecho a participar de los recursos que generaba el turismo.

9- Nos referimos al establecimiento de elegantes locales gastronómicos y de diseño, así como al arribo de reconocidas marcas dirigidas a turistas y jóvenes de alto poder adquisitivo. También comenzaron a instalarse emprendimientos residenciales y hoteleros destinados al mismo target.

10- Palabras del entonces vicejefe de Gobierno publicadas en: "Lanzaron un plan de recuperación del casco histórico", diario Página 12, 10 de abril de 2003.

11- Como todo gran proyecto urbano de inspiración estratégica, la reconversión de Puerto Madero requirió de una compleja articulación de intereses privados y agencias públicas. En relación con este último actor, resultó de vital importancia la convergencia del Estado nacional (propietario de predios y edificios) y del gobierno municipal (capaz de valorizar el suelo gracias a su poder regulatorio sobre la normativa urbana) (CUENYA, 2004).

12- El entrevistado se refiere al retorno de la democracia en el año 1983, tras siete años de dictadura militar.

13- El exdiseñador textil Alan Faena está al frente de una empresa internacional que edifica un distrito artístico (Art District) conformado por complejos residenciales, un hotel de lujo, paseos comerciales y centros culturales (uno de ellos construido en un edificio histórico adquirido por el grupo inversor). En sus lujosos emprendimientos, la cultura se ha vuelto un recurso llevado al extremo para resaltar la exclusividad y la elegancia del"universo Faena".

14- Contrariamente a las estimaciones que hablaban de 15.000 habitantes en Puerto Madero, el último censo (INDEC, 2010) arrojó una cifra mucho menor: apenas 4720 residentes (si bien la capacidad de lo construido podría albergar a más de 16.000 personas). Este dato confi rma que una gran parte de las propiedades del barrio ha sido adquirida por extranjeros, quienes las utilizan como inversión o bien las ofrecen para alquiler temporario.

15- Muchos de los testimonios recogidos entre vecinos de Puerto Madero también nos habilitan a matizar la distinción tajante que suele trazarse entre centro y periferia, o entre procesos de gentrifi cación (ennoblecimiento de los centros) y periurbanización (MONGIN, 2006): instalados en plena centralidad recualifi cada, los residentes entrevistados experimentaban vivencias propias de las urbanizaciones cerradas/ privadas periurbanas (ausencia de comercios, de instituciones educativas y de transporte público en el nuevo barrio).

BIBLIOGRAFÍA

1. AGUILAR, Marta (2005). "Devenir de supuestos: de los universales a los criollos". En: Buenos Aires a la deriva. Transformaciones urbanas recientes, M. W. Guerra (editor). Editorial Biblos, Buenos Aires.         [ Links ]

2. AMENDOLA, Giandomenico (2000). La ciudad posmoderna. Magia y miedo de la metrópolis contemporánea. Celeste Ediciones, Madrid.         [ Links ]

3. BAUMAN, Zygmunt (2002). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires.         [ Links ]

4. CUENYA, Beatriz (2004). "Grandes proyectos y teorías sobre la nueva política urbana en la era de la globalización. Reflexiones a partir de la experiencia de la ciudad de Buenos Aires". En: Fragmentos sociales. Problemas urbanos de la Argentina, B. Cuenya; C. Fidel y H. Herzer (coord.). Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires.         [ Links ]

5. DELGADO RUIZ, Manuel (1998). "Las estrategias de memoria y olvido en la construcción de la identidad urbana: el caso de Barcelona". En: Ciudad y Cultura. Memoria, Identidad y Comunicación, D. Herrera Gómez (coord.). Ediciones Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.         [ Links ]

6. FIORI ARANTES, Otilia (2000). "Una estratégia fatal. A cultura nas novas gestoes urbanas". En: A cidade do pensamento único. Desmanchando consensos, Otilia F. Arantes, C. Vainer y E. Maricato (eds.). Editora Vozes, Petrópolis, Rio de Janeiro.         [ Links ]

7. GIGLIA, Ángela (2000). "¿Es posible la urbanidad en las megaciudades?". En: Préactes du Séminaire PRISMA, Nº 3. PUCA, Toulouse.         [ Links ]

8. GIROLA, María Florencia y CROVARA, María Eugenia (2009). "Gentrificación y Espacio Público: consideraciones teóricas y exploración etnográfica en torno al proceso de reconversión de Puerto Madero, Ciudad de Buenos Aires". Ponencia presentada a la VIII Reunión de Antropología del Mercosur. Organizada por la Universidad Nacional de San Martín del 29 de septiembre al 2 de octubre en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.         [ Links ]

9. GORELIK, Adrián (1997). Miradas sobre Buenos Aires. Historia cultural y crítica urbana. Siglo Veintiuno Editores, Buenos Aires.         [ Links ]

10. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS (2010). "Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas". INDEC, Ministerio de Economía, Argentina.         [ Links ]

11. LACARRIEU, Mónica y REGINENSI, Caterine (2007). "Los procesos de gentrificación en América Latina: ambigüedades, tensiones y problemas relacionados con la "recualificación urbana", mimeo.         [ Links ]

12. LACARRIEU, Mónica (2005). "Nuevas Políticas de lugares: recorridos y fronteras entre la utopía y la crisis". En: Buenos Aires a la deriva. Transformaciones urbanas recientes, M. W. Guerra (editor). Editorial Biblos, Buenos Aires.         [ Links ]

13. MONGIN, Olivier (2006). La condición urbana. La ciudad a la hora de la mundialización. PAIDÓS, Buenos Aires.         [ Links ]

14. MONNET, Jérôme (1996). "O álibi do patrimonio. Crise de cidade, gestao urbana e nostalgia do passado". En: Revista do Patrimonio Histórico e Artístico Nacional, Nº 24. IPHAN, San Pablo.         [ Links ]

15. PICO, Mercedes; YACOVINO, María Paula y RAMÍREZ CASAS, Jimena (2008). "Espacio público y recualifiación urbana. Construcción simbólica del espacio público en Puerto Madero". Ponencia presentada a las V Jornadas de Investigación en Antropología Social. Organizada por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires del 19 al 21 de noviembre en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.         [ Links ]

16. VAINER, Carlos (2000). "Patria, Empresa e mercadoria. Notas sobre a estratégia discursiva do Planejamento Estratégico Urbano". En: A cidade do pensamento único. Desmanchando consensos, Otilia F. Arantes, C. Vainer y E. Maricato (eds.). Editora Vozes, Petrópolis, Rio de Janeiro.         [ Links ]

17. ZUNINO SINGH, Dan (2007). "Los usos económicos de la cultura en los procesos de renovación urbana. Las políticas de patrimonio y el turismo en el caso del barrio de San Telmo (Casco histórico de la ciudad de Buenos Aires)". Tesis de maestría. Programa de Maestría en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural, IDAES-UNSAM, Argentina.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons