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Estudios Socioterritoriales

versão On-line ISSN 1853-4392

Estudios Socioterritoriales vol.20  Tandil dez. 2016

 

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA

El color de la razón: racismo epistemológico y razón imperial

Emmanuel Chukwudi Eze, Henry Paget, Santiago Castro-Gómez, Walter Mignolo. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Del Signo. 2da. edición (2014)

Silvia Valiente(*)

(*) Doctora en Geografia. Investigadora Asistente del CONICET. Universidad Nacional de la Patagonia Austral. Instituto Superior de Estudios Ambientales (ISEA-UNC) Av. Lisandro de la Torre 1070 (CP 9400) Río Gallegos, Santa Cruz, Argentina, scvaliente@gmail.com

Recibido: 11 de agosto 2016
Aprobado: 19 de octubre 2016


Presentación de la obra

Esta obra integra la serie de El desprendimiento, cuyo director de la colección es el argentino Walter Mignolo. Este número reúne trabajos de tres pensadores en torno a la cuestión del color: Emmanuel Chukwudi Eze, Henry Paget y Santiago Castro-Gómez. La reflexión sobre el color expresa la urgente necesidad de un desprendimiento político-epistémico que devele los mecanismos imperiales, y las complicidades con la triple colonialidad: del ser, del saber y del poder.

La obra se compone de un prefacio e introducción a cargo de Mignolo, luego le siguen tres capítulos que reflexionan sobre el tema, uno correspondiente a cada autor. Esta reseña respeta el orden del texto en la presentación de los autores.

El color de la razón según Emmanuel Chukwudi Eze

Emmanuel Chukwudi Eze (18 enero 1963 - 31 diciembre 2007). Filósofo nigeriano, especialista en filosofía poscolonial. Sus escritos influenciaron en la filosofía de ́frica, Europa y América.

Fue educado en colegios jesuitas en la ciudad de Benin, Nigeria y Kimwenza, Zaire (actual República Democrática del Congo). Asistió a la escuela primaria de San Patricio en Iheakpu-Awka de 1970 a 1976. En 1982 se graduó de la escuela secundaria de Igbo-Eze. En 1983 se inscribió en Noviciado Jesuita de San Ignacio, en la ciudad de Benin. De 1985 a 1987 estudió en San Pedro Canisio College en Kimwenza, en la República Democrática del Congo. Luego enseñó lengua francesa en el Bishop Kelly College en la ciudad de Benin, un año antes de trasladarse a Nueva York. Debido a problemas étnicos y a la religión, sus padres huyeron durante la guerra civil de Nigeria. Se graduó de Magister (1989) y Ph.D. (1993) en la Universidad de Fordham. Su tesis doctoral fue sobre "La racionalidad y los debates sobre la filosofía africana." Influenciaron su trabajo Paulin Hountondji, Richard Rorty, David Hume y Kant.

Enseñó en la Universidad de Bucknell y al Mount Holyoke College. Además fue post-doctorado investigador visitante de la Universidad de Cambridge en los años 1996 y 1997, donde diseñó el Programa de Estudios Africanos. Fue también profesor visitante en la New School for Social Research (1997) y en la Universidad de Ciudad de Cabo (2003).

El capítulo correspondiente a su autoría en este libro está centrado en las teorías raciales desde los aportes de Kant, filósofo que dictó más cursos de antropología y geografía que de ética. A partir del color de la piel, Kant reconoció cuatro razas y la diferencia radicaba en el talento o don natural entregado o denegado por la madre naturaleza a las razas, talento que permitiría a las razas elevarse o educarse. Realizó una descripción detallada de la obra de Kant, recuperando su abundante producción de conocimiento en relación a este tema, y señalaba cómo paradójicamente era poco conocido ese trabajo y hasta desacreditado en su momento, por fundar su teoría en relatos y crónicas de viajeros.

Uno de los argumentos más fuertes en su proposición, era que los negros nacían blancos, pero en el primer año de vida, ante la ausencia de ese don o talento, el color se desparramaba sobre su piel.

Para el tema convocante en el número de esta serie, este artículo recupera los aportes de Kant por haber sido el primer pensador en desarrollar una teoría sobre la raza. Así fue, Kan propuso la primera teoría de la raza.

El color de la razón según Henry Paget

Henry Paget nacido en la isla caribeña Antigua se doctoró en filosofía en la Universidad de Cornell (1976). Actualmente es profesor de sociología y estudios africanos en la Universidad de Brown. Autor de Razón de Calibán: Presentación de afrocaribeña Filosofía (2000).

Su trabajo durante los últimos veinticinco años se ha centrado principalmente en los estudios interpretativos de grandes pensadores del Caribe, junto con la teoría del desarrollo desde la perspectiva del Caribe. Analiza el ajuste estructural y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y su incidencia en el Caribe.

En los últimos años se ha dedicado a un nuevo proyecto: el desarrollo de las reconstrucciones críticas de las filosofías originales del Caribe, mostrando su relación con ́frica, así como el pensamiento europeo. Su libro Razón de Calibán invoca al esclavo que habla de nuevo, que tiene sus propias ideas, conceptos y problemáticas filosóficas. Se ha especializado en Teoría de la Dependencia en el Caribe, la política, sociología de la religión, sociología del arte y literatura, filosofía y religión Africana, las relaciones raciales y étnicas, postestructuralismo y la teoría crítica.

El capítulo que nos presenta en este libro se centra en las categorías de raza y etnicidad como construcciones clasificatorias y discursivas emergentes en la modernidad. Sobre ellas se va a crear nuevo orden racializado y producción de conocimientos que van a ser empleados por las elites gobernantes para el equilibrio del poder. Los estados imperiales debían acumular autoridad legítima, y para ello habrían de afectar la cultura. Los diversos grupos debían someterse, pasar por un período de muerte social para permitir luego ser estereotipado, biologizado, racializado, deshumanizado, reducido a mano de obra barata. Realiza su análisis a partir de los aportes de Hume, Kant y Hegel.

Surge una nueva concepción del sujeto humano desde la filosofía europea que va a poner énfasis en las capacidades humanas. Rousseau va a representar una de las voces disidentes. Finalmente, esos discursos raciales reivindicaron la bestialización -representarlos como bestias- y la puerilización o reducción del grupo a niños.

Ante estas concepciones, el autor responde desde la filosofía africana, cuya existencia es anterior al nacimiento de la Ilustración. Son tradiciones formadas en el intercambio con discursos religiosos, políticos y otros. El principal aporte se reconoce en Dubois, para quien esa racialización creó el fenómeno epistémico de la doble conciencia. Así se fisura el nosotros racializado en negro y africano. Este fenómeno genera la doble visión del nosotros: sólo puede verse el nosotros a partir de la revelación del otro. Esa visión forzada de sí mismo a través de los ojos del otro se vuelve ventajoso. Anterior a él, Cugoano había comenzado a deslegitimar la identidad del negro y el bestial estereotipo.

Desde estos aportes, explica el autor que el paradigma del auto-desvío -propulsado por la filosofía moderna-, produjo error y no verdad; mientras que el de la auto-reflexión -propulsado por la filosofía africana-, significó la rehumanización del africano.

El color de la razón según Santiago Castro-Gómez

Santiago Castro-Gómez (Bogotá, 1958). Estudió filosofía en la Universidad Santo Tomás de Bogotá, donde fue discípulo de los principales difusores de la Filosofía latinoamericana en Colombia.

En Alemania cursó una Maestría en Filosofía en la Universidad de Tübingen y el Doctorado en Filosofía en la Universidad de Johann Wolfgang Goethe de Frankfurt. A su regreso a Colombia fue profesor de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá e investigador del Instituto Pensar. Junto con intelectuales como Aníbal Quijano, Walter Mignolo, Enrique Dussel, Ramón Grosfoguel, Catherine Walsh, Arturo Escobar, Edgardo Lander y Nelson Maldonado-Torres, formó parte del Grupo modernidad/colonialidad/decolonialidad, uno de los principales focos de la teoría crítica latinoamericana de comienzos del siglo XXI. Su obra se caracteriza por haber ofrecido una alternativa conceptual al problema de la Filosofía latinoamericana, sobre todo en una de sus variantes principales, la historia de las ideas, que tuvo como representantes a figuras como José Gaos, Leopoldo Zea, Horacio Cerutti, Arturo Ardao, Francisco Miró-Quesada y Arturo Andrés Roig. Su primer libro, Crítica de la razón latinoamericana (1996). Sus fuentes de inspiración fueron la primera Escuela de Frankfurt, Friedrich Nietzsche, Michel Foucault y Gilles Deleuze, influencias que persistirían en sus libros posteriores.

El punto de partida del capítulo de este libro es que el color de la piel establece una jerarquía moral y una maquinaria geopolítica del saber/poder que ha subalternizado voces portadoras de color, condenando los conocimientos producidos por ellos a ser pasado, siguiendo el punto de vista epistémico de Europa.

Expone su famosa teoría de la hybris del punto cero, también desarrollada en otras publicaciones de su autoría, motivo por el cual no nos vamos a detener en ella, sólo mostraremos cómo articula esta teoría con la cuestión del color y la razón imperial.

Como se enunció, el color es visto como un obstáculo epistemológico. El conocimiento producido por los sujetos de color remite a la experiencia corporal, no tiene independencia de las intenciones humanas. Por tal es subalternizado. No se aproxima al conocimiento que procede de una plataforma inobservada, único lugar que permite obtener certeza y alcanzar el punto de vista más próximo al del ojo de Dios. En esa plataforma todos los puntos de vista se hacen uno. A eso el autor le llama el pecado de occidente, el pretender observar el mundo y hacerlo a la manera del ojo de Dios; pero a diferencia de Dios, el hombre no consigue una mirada orgánica, sino analítica. Lo que desnuda el trabajo del autor es que, aun pretendiendo desarrollar leyes de la naturaleza humana que actúan con independencia de lo sensorial, se enfrenta a un problema metodológico y es que el investigador para alcanzar la certeza sigue un método experimental y no logrará nunca situarse en esa plataforma, entonces ¿Cómo va a obtener experiencias de sociedades que vivieron en otro tiempo?, o ¿Cómo las va a obtener en sociedades contemporáneas donde hay simultaneidad temporal pero no espacial? Y en términos más generales, ¿Cómo eliminar lo sensorial del método experimental?

En suma, mediante este análisis el autor deslegitima la manera en que cierta manera de razonar en la modernidad se fundó en una jerarquía moral, enunciada como el punto de partida en este segmento.

Reflexiones finales

La lectura del texto nos expone tres análisis que aumentan en complejidad a medida que avanza el libro. Puede observarse una especie de gradualismo en ascenso en relación a la temática convocante. No es casual la inclusión de los autores seleccionados. Dos de los tres pensadores que reflexionan sobre la cuestión del color están atravesados en su propia corporalidad por ella y son portadores de una de las identidades surgidas en la modernidad, la negra. Ellos experimentan la corpo y la geo-política del conocimiento. Ambos proceden de espacios colonizados, uno africano y el otro americano. Ambos proceden de espacios marcados por la herida colonial. En el caso de Castro-Gómez, esa herida lo lleva a estudiar la genealogía de la colombianidad, que si bien no es referida en esta obra, dicho análisis se nutre de la cuestión del color.

Sus locus de enunciación es el elemento que une a los tres autores. Desde esa localización epistémica puede reconocerse a ́frica, o a Latinoamérica, como regiones epistémicas con filosofías propias. Estos tres pensadores procedentes de diferentes realidades, con diferentes trayectorias y hasta no coincidentes generacionalmente, desarrollaron la misma preocupación sobre la relación entre el color, el racismo y el etnicismo, y la razón imperial.

La lectura de esta obra recupera al Kant geógrafo y antropólogo, quizás el Kant menos conocido por todos; explicita el surgimiento de nuevas identidades y el fenómeno de la doble conciencia que tanta incidencia ha tenido para el desarrollo del pensar sobre la región, y finalmente, propone un análisis de la distribución geopolítica del conocimiento y del poder en base al color de la piel, relacionando la cuestión del color con el desarrollo del pensamiento filosófico moderno.

Por último, consideramos su lectura un gran aporte para los científicos sociales por las argumentaciones que desarrollan sus autores, aportando perspectivas que pueden ser recuperadas en el análisis de las diferentes espacio-temporalidades.

 

 

 

 

 

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