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Estudios Socioterritoriales

versión On-line ISSN 1853-4392

Estudios Socioterritoriales vol.21  Tandil jun. 2017

 

ARTÍCULO CIENTÍFICO

Las transformaciones productivas y tecnológicas: redefiniciones territoriales en Coronel Moldes (departamento Río Cuarto, provincia de Córdoba)

Productive and technological transformations: territorial redefinitions in Coronel Moldes (Río Cuarto department, Córdoba province)

 

Ana Laura Picciani(*)

(*) Licenciada en Geografía. Cursando el Doctorado en Geografía en la Universidad de Buenos Aires. Becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Universidad Nacional de Río Cuarto, Ruta Nacional Nº 36 km 601, Río cuarto, Córdoba, Argentina, anapicciani@hotmail.com

Recibido: 9 de junio 2016
Aprobado: 13 de febrero 2017


Resumen

Las localidades del sur de la provincia de Córdoba se constituyeron como áreas dinámicas desde el punto de vista productivo a partir del impulso generado por el llamado "modelo agroexportador", caracterizado por articular a un conjunto de espacios en función de la explotación de sus tierras. Hoy los mecanismos de producción y comercialización redefinen sus estrategias. Lo rural se manifiesta mediante nuevos procesos, y el capital tiene más posibilidades de aprovechar las especificidades que existen en lo local a partir de modelos productivos extra locales. El objetivo general del trabajo consiste en analizar y comprender cómo funciona el territorio de Coronel Moldes Departamento Río Cuarto "“ Córdoba, cuando es usado por empresas, por instituciones o por el Estado, como también las tramas y relaciones que se generan e intensifican a partir de tal uso en el período comprendido entre los años 1970 a 2015.

Palabras clave: Uso del territorio; Modernización productiva; Transformaciones territoriales

Abstract

The southern localities of the province of Cordoba were constituted as dynamic areas from the impulse generated by the so-called "agro-export model" that articulated a set of spaces based on the exploitation of their lands. Today the mechanisms of production and marketing redefine their strategies. The rural space is manifested through new processes and capital is more likely to take advantage of the specificities that exist in the local from the production of extra local models. The overall objective of this work is to analyze and understand how the territory of Coronel Moldes Río Cuarto department - Córdoba works when it is used by companies, institutions or the State, as well as the patterns and relationships generated and intensified from such use in the 1970 to 2015 period.

Key words: Use of territory; Production modernization; Territorial transformations


El paradigma tecnológico de la información y su influencia en los procesos productivos del área pampeana argentina

Las localidades del sur de la provincia de Córdoba han atravesado trayectorias espaciales propias de los espacios inmersos en la región pampeana. Desde la década de 1970, otras variables son contempladas debido a que los procesos productivos se ven inmersos en un nuevo paradigma basado en la difusión de las tecnologías de la información y el conocimiento, cuyo alcance es global.

El presente análisis considera que el cambio técnico es mucho más que una modificación en la función de producción y que no necesariamente es implementado libremente sin mayor complejidad. El acceso a la ciencia y a la tecnología por parte de los agentes, lejos está de ser fácil e ilimitado. El proceso innovativo no se limita a la invención de nuevos productos, es necesaria su difusión y posterior utilización, teniendo el mercado un papel decisivo. La intervención reguladora del sector público es la que permite que una inversión logre ser óptima.

Como sostienen los neoschumpeterianos, un cambio tecnológico implica reconocer la heterogeneidad de una función de producción cuyo motor es la innovación y la principal causa de las situaciones cíclicas que experimenta la economía capitalista.

Para Neffa (2000, p. 99) el capitalismo crea procesos evolutivos de mutación industrial que revolucionan incesantemente la estructura económica desde adentro, destruyendo lo antiguo y creando elementos nuevos continuamente, estableciendo así procesos de destrucción creadora que serán denominados por Schumpeter (en Neffa, 2000, p. 98) como "ciclos de ondas largas de la economía". Estos ciclos (y su periodización), se vieron interrumpidos en función de la dinámica de la tecnología y de los sistemas técnicos. La onda actual comenzó hacia 1980 impulsada por el sistema de tecnología de información y comunicación, capaz de incluir en el esquema, factores institucionales y sociales (sistemas socio-técnicos). Cada revolución tecnológica irrumpe en el espacio moldeado por la revolución anterior y debe entrar en confrontación con viejas prácticas, criterios, hábitos, ideas y rutinas arraigadas en la vida de la gente como en el marco institucional general. Cada paradigma cambia los sistemas nacionales de innovación, la producción, el consumo, el comercio, el transporte, la educación y hasta el gobierno. Las innovaciones compatibles con hábitos de producción existentes serán más rentables que aquellas que rompen con las trayectorias establecidas. Las innovaciones incompatibles serán moldeadas, adaptadas o marginadas (Pérez, 2009).

Como afirma Gabriela Maldonado

...El período actual expone más que nunca la importancia de algunos factores esenciales para el incremento de la velocidad de rotación del capital: ciencia, tecnología e información, puestas al servicio de las firmas globales, se constituyen en los elementos claves de la nueva división territorial del trabajo que crea una jerarquía entre lugares y redefine, a cada momento, la capacidad de acción de las personas, de las firmas y de las instituciones (Maldonado, 2013, p. 4).

Para David Harvey

...El acceso a la información y el control sobre ella, junto con una gran capacidad para el análisis instantáneo de datos, se han convertido en elementos esenciales de la coordinación centralizada de los vastos intereses de las corporaciones. La capacidad de respuesta instantánea a los cambios en el mercado de valores, a las modas y gustos, y a los movimientos de la competencia es más esencial para la supervivencia de las corporaciones de lo que fue antes, el fordismo. El acento puesto en la información también ha engendrado un vasto conjunto de servicios empresarios y de consultorías de alta especialización, capaces de proporcionar la información al minuto sobre las tendencias del mercado y los análisis de datos instantáneos, necesarios para las decisiones que deben tomar las corporaciones. Ha creado asimismo una situación en la cual los grandes beneficios deben hacerse sobre la base del acceso privilegiado a la información, en particular, sobre los mercados financieros y de divisas" (Harvey, 2002, p. 183).

Lo más interesante en la situación actual es la forma en que el capitalismo se organiza de manera más ajustada a través de la diversificación, la movilidad geográfica y la flexibilidad de los mercados de trabajo, los procesos laborales y los mercados de consumo. Todo esto acompañado por fuertes dosis de innovación institucional, productiva y tecnológica que penetran de la mano de la financiarización y el cambio tecnológico como nueva etapa del capitalismo.

La intervención de capitales transnacionales de diversos sectores de la economía en las decisiones de producción, se expresan territorialmente redefiniendo las relaciones entre espacios rurales con uno o varios núcleos integrados y viceversa. Las tendencias globalizadoras de la economía, presentes en la naturaleza misma del paradigma actual, no niegan sino suponen el papel del Estado y sus medios de acción a distintos niveles, desde el local hasta el global, pasando por el nacional (Pérez, 2009).

Todas las variables mencionadas provocan una conexión subordinada de los espacios locales a intereses corporativos globales, sobre todo de aquellos lugares con una dinámica socio-económica fuertemente asociada a complejos productivos basados en recursos naturales, más específicamente ligados a la producción de materias primas y alimentos. Este es el caso de la región pampeana argentina, la cual experimenta transformaciones en sus procesos productivos como consecuencia de los cambios en la demanda internacional de productos agropecuarios(1) y en los modelos tecnológicos utilizados en su producción.

El objetivo general del trabajo consiste en analizar y comprender cómo funciona el territorio de Coronel Moldes Departamento Río Cuarto-Córdoba cuando es usado por empresas, por instituciones o por el Estado, como también las tramas y relaciones que se generan e intensifican a partir de tal uso en el período comprendido entre 1970 y 2015.

La metodología de abordaje del presente trabajo consiste en la realización, sistematización y análisis de entrevistas semiestructuradas a productores agropecuarios, proveedores de insumos y servicios agropecuarios, pobladores locales y personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Estas entrevistas fueron efectuadas durante la primera mitad del año 2015, con el fin de reconocer los actores presentes en el área de estudio y su forma de usar el territorio para el desarrollo de actividades económicas.

De esta manera, el escrito comienza dando una descripción general del proceso de modernización de los procesos productivos y su articulación del espacio agrícola en el sur cordobés, para luego comprender el complejo lácteo en Coronel Moldes, Departamento Río Cuarto mediante la descomposición del circuito productivo lechero. Esto llevará a una interpretación de las conexiones e interacciones que presenta el circuito en su conjunto como un todo. Se tendrán en cuenta las diversas etapas por las cuales tal producto pasaría desde la producción al comercio hasta llegar al consumo final, englobando las actividades productoras de suministros y medios de insumos para su elaboración. La idea principal es reconocer una división territorial del trabajo en Coronel Moldes, cada vez más extendida ante procesos globalizadores (Santos y Silveira, 2001).

Nuevas condiciones de producción y su influencia en la dinámica organizativa de ciudades intermedias y espacios rurales circundantes

Cuando un cambio productivo mediado por procesos de innovación se lleva adelante, este no solo implica la aplicación de una nueva tecnología sino también de un conjunto de conocimientos y necesidades impulsadas por la sociedad (Neffa, 2000). Todo proceso innovativo acarrea procesos culturales, educativos, organizacionales y opera en dimensiones territoriales, siendo la escala urbana una necesidad para su desenvolvimiento. Esto desarrolla espacios agrícolas cuyo centro está dado por los servicios técnicos bajo la dependencia de actores cada vez más especializados que se desenvuelven en las grandes ciudades (Albaladalejo, 2013). Los centros urbanos intermedios (menos de 500 mil habitantes), reflejan un importante dinamismo demográfico y se convierten en ámbitos de provisión de servicios tradicionales y avanzados, donde las nuevas formas de producción, circulación y gestión crean mayores funciones de servicios a partir de los atributos que demuestran. Esos atributos son la conectividad, los menores niveles de contaminación ambiental, menores costos y mayor calidad de vida, reducción de desplazamientos diarios, una masa crítica institucional y empresarial más elevada que el resto de los centros urbanos en cada contexto regional y una dotación diferencial de recursos técnicos, económicos y financieros. Todas ellas ventajas competitivas con relación a los de mayor escala (Gorenstein et al., 2013).

Como el concepto de centralidad urbana comprende el territorio inmediato que la ciudad organiza y estructura, es que las ciudades inventan y reinventan la vida económica rural desarrollando los nuevos bienes y servicios como las innovaciones destinadas al espacio rural (Jacobs, 1971, en Gorenstein et al., 2013). En Argentina las funciones de intermediación urbana vinculadas con los territorios rurales siguen influenciadas por las dinámicas de la agricultura, sector que continúa desempeñando un rol fundamental en la evolución de los espacios rururbanos pampeanos. Son ejemplos de estas intermediaciones la difusión de técnicas modernas agropecuarias por parte de las ciudades que terminan estableciendo así qué producir y cómo producir en los espacios rurales. Las ciudades intermedias se constituyen como soporte de la infraestructura y los servicios necesarios para el campo, involucrando ello un uso de técnicas cada vez más modernizadas para llevar a cabo la producción.

Las innovaciones en la agricultura argentina

Desde 1973 con el surgimiento de la Ley de Semillas (N° 20.247), la agricultura argentina se inserta en el paradigma del rendimiento por sobre el de la calidad. Los avances de la industria química, de las maquinarias, de las técnicas agronómicas y el desarrollo de la biotecnología fomentarán la agriculturización y la agricultura por contrato(2), esto simplificará e intensificará el esquema de funcionamiento del agro a fines del siglo XX traduciéndose en nuevas dinámicas territoriales.

La innovación agropecuaria se sustenta, fundamentalmente, en la implementación de la semilla modificada genéticamente y tendrá como puntapié inicial a la siembra directa, técnica que permitió bajar los costos vinculados a la utilización de insumos y de mano de obra. La producción agropecuaria se hace cada vez más dependiente de insumos y quienes quieran ingresar y fortalecerse tanto en el comercio como en la negociación de los precios deberán poseer una mayor escala productiva.

La difusión de estas tecnologías estará en manos de empresas creadoras de insumos biotecnológicos, que en alianza con grandes industrias farmacéuticas y químicas, como así también de industrias de maquinarias agrícolas, serán capaces de atenuar las barreras físicas a la hora de desarrollar la agricultura, aumentando la escala de producción de la mano de la concentración de los procesos productivos y disminuyendo riesgos de capital. La especialización productiva en las explotaciones agropecuarias diversificó las tareas que se vinculan a un mismo proceso productivo (agricultura), añadiendo otras formas y técnicas de trabajo preestablecidas en el lugar.

Este es el caso de la producción lechera en la localidad cordobesa de Coronel Moldes, actividad que, ante los cambios en los modelos productivos propiciados por la incorporación de innovaciones tecnológicas promovidos por el Estado y la agroindustria, debió reestructurarse dando lugar a un proceso de concentración en la producción primaria y a cambios en las relaciones socioeconómicas espaciales cotidianas.

La modernización de los procesos productivos y la articulación del espacio agrícola en el sur cordobés

Cuando un nuevo tipo de trabajo es incorporado en una economía rural de actividad trascendental y lo hace de la mano de la modernización de los sistemas de producción, las relaciones socioespaciales se modifican sustancialmente. En su lugar, las verticalidades impactan beneficiando a unos y perjudicando y empujando a otros. Esta puja entre ganadores y perdedores deja en evidencia que es en este tipo de asentamientos urbanos menores(3), como la localidad de Coronel Moldes, donde finalmente se da la regulación de las transformaciones que acontecen en el campo moderno (Elías, 2005).

Si históricamente la ciudad le demandaba al campo alimentos, ahora es el campo el que le está demandando a la ciudad actualización para poder aumentar los niveles de productividad. Esto es así porque la técnica se encuentra en las ciudades y la ciudad se ha convertido en el lugar de regulación de lo que se hace en el campo, respondiendo a demandas diferentes, provocando una división social del trabajo territorialmente más extendida. El espacio rural comienza a refuncionalizarse, ya no es concebido netamente como productor de materias primas, sino que en él es posible que se desarrollen múltiples actividades, si bien desde el criterio censal varios asentamientos del sur cordobés pueden ser calificados como "˜rurales"™ o "˜urbanos"™, funcionalmente se relacionan. Se puede reconocer a partir de mecanismos económicos que están influyendo en esa integración tales como: la rotación de capital humano, la diversidad social, la cobertura de servicios públicos, el tamaño y diversificación del mercado laboral, las oportunidades de trabajo asociadas a ese vínculo rural urbano y la fluida conectividad urbana, entre otros.

Con el pasar de los años, los centros urbanos del área pampeana argentina han ido desarrollando esos mecanismos económicos, incrementando el número de sus habitantes o bien su población ha migrado desde el campo a la ciudad o viceversa, albergando así una trama social crecientemente diversificada (Bidaseca y Gras, 2008). Este desarrollo se ha reflejado no sólo en el emplazamiento de servicios (educativos, comerciales, financieros y de esparcimiento), sino también de industrias (molinos, fábricas de alimentos, fábricas de infraestructura rural y maquinarias). Hay servicios básicos requeridos por la actividad rural que están emplazados en las ciudades (servicios de asesoramiento, comercialización, de control de calidad). Las grandes empresas del agro a la hora de establecer su negocio tienen en cuenta el tipo de ciudades que hay cerca, cómo se accede, si en ellas se instalan centros de servicios de asesoramiento próximos donde encontrar los conocimientos requeridos, en fin todo aquello que constituya una potencialidad para el desarrollo de actividades productivas -industriales y de servicios-, pasibles de ser articuladas con las redes comerciales del agronegocio.

Las actividades que lideran la innovación están centralizadas en las ciudades, aunque esto no significa que el crecimiento en centros poblacionales intermedios no haya llegado. Un ejemplo de ello es el desarrollo de la industria de soja en la Argentina, la cual comienza en la década de 1980 sujeta a actividades locales (informática y productivas especificas). A partir de la década de 1990 en adelante, ingresan actividades trasnacionales, se asocian a ellas la conformación de técnicos, en la matrícula de universidades vinculadas a esas actividades. El objetivo está en captar salarios más bajos en centros menores y capturar capital humano calificado para competir con centros urbanos mayores, conectando distintos recursos humanos que hacen a una dimensión territorial más dinámica.

La refuncionalización de la actividad primaria ha provocado que los espacios urbanos y rurales empiecen a integrarse en una continuidad que impide entender a éste sin aquel. Lo que hace inviable considerar sólo las viejas relaciones ciudad-campo, ya que incluso la ciudad es diferente de lo que era hace treinta años. Por lo tanto, el esquema de trabajo tradicional de análisis de la red urbana, en el cual las ciudades se relacionan de acuerdo a una jerarquía piramidal según su tamaño y sus funciones, simplemente ya no es válido para el presente (Elías, 2005). El perfil urbano del sur cordobés agrícola ha pasado por grandes transformaciones que cambiaron su contenido y su forma (Santos, 1996). En el departamento de Río Cuarto, la ciudad capital del mismo nombre se mantiene como centro regional de proximidad, con funciones de intermediación típicas de los centros del interior pampeano, en el marco de los cambios que se producen en el uso del espacio rural y la gestión de la producción agropecuaria regional (Gorenstein et al., 2013). Estudios de Agüero et al. (2003) sobre el comportamiento demográfico de algunos departamentos del sur cordobés verifican un despoblamiento de las áreas rurales. Los autores justifican que el campo no se ha dejado de trabajar, sino que el capital de origen urbano en actividades agropecuarias se ha incrementado a través del avance de mecanismos cada vez más tecnificados, lo que ha suplantado a mucha mano de obra. En tal comportamiento, toma un mayor peso el papel de las agroindustrias creadoras de nuevas relaciones, próximas y distantes, es decir de circuitos espaciales de producción y círculos de cooperación (Santos, 1996).

El proceso productivo del complejo lácteo y las cuencas lecheras en Argentina

El circuito espacial de producción lechera en Coronel Moldes, Departamento Río Cuarto

En Argentina el complejo lácteo se constituye por diferentes cuencas lecheras, cada una presenta características particulares, en algunas predomina la especialización en el abasto de leche fluida (Buenos Aires), y en otras, más alejadas de los grandes centros poblacionales (Córdoba y Santa Fe), la transformación de la materia prima. La "Cuenca de Coronel Moldes y región" desde sus inicios se especializó en transformar la materia prima (Molinari, 2011). La actividad tambera atravesó varios cambios en relación con su organización productiva: pasó de ser una producción de tipo manual, en corrales a cielo abierto con un mínimo cuidado del rodeo, luego a constituirse bajo una dinámica cooperativista promovida y acompañada por políticas estatales(4), a ser considerada en la actualidad una actividad realizada por productores empresarios que aplican un modelo productivo articulado a las imposiciones de la industria en relación a calidad, volúmenes y precios. La cuenca si bien continúa en su jurisdicción, esta vez lo hace de manera más atomizada, librada a la comercialización, con mayores volúmenes de litros de leche en manos de menor cantidad de productores.

La localidad de Coronel Moldes (Figura 1), ubicada en el sureste del Departamento Río Cuarto, forma parte de una de las cuencas lecheras establecidas en la provincia de Córdoba (Figura 2), denominada como la Cuenca Sur(5). Espacio predominantemente rural, poblado de inmigrantes italianos y españoles imbuidos de las experiencias cooperativas traídas de sus países de origen, comenzaron a organizarse haciendo del lugar una zona favorable para el desarrollo de la actividad ganadera-tambera.

Desde sus comienzos, la localidad respondió a las necesidades de la producción primaria, pero la llegada en un principio de la empresa láctea SanCor y luego del paradigma sojero/manicero, influyeron directamente sobre las decisiones de los agentes urbanos, de las industrias y de los servicios instalados.

Con el correr de las décadas y debido a una desacertada política de promoción de la ganadería, hizo su aparición la actividad agrícola ante una coyuntura favorable en los precios de los commodities.

En un momento el efecto motor de la base agrícola regional en los centros y localidades más cercanas decae ante los mecanismos de articulación agroindustrial que polarizan la estructura urbana pampeana (Bidaseca y Gras, 2008). Como afirma Formento (2007, p. 10) "La implementación de un modelo de agricultura productivista en el agro argentino basado en la expansión agroindustrial no deja afuera al sur cordobés".


Figura 1
. Localización del área de estudio
Fuente: Ana Laura Picciani, 2015

 


Figura 2
. Localización principales cuencas lecheras argentinas
Fuente: IIE Sobre la base de INTA-CFI

Si bien quienes residen en la localidad de modo más o menos directo tienen una importante vinculación con la actividad agropecuaria predominante en la región, se da la particularidad de que quienes administran estos negocios sean en su mayoría redes de producción agrícola globalizadas (Elías, 2006). La lógica empresarial busca desarrollar un tipo de producción en red que se mantendrá en el lugar en tanto y en cuanto su estadía allí aporte a la reproducción de su negocio.

Para poder explicar la dinámica de este subespacio productivo hoy, se recurrió a la propuesta metodológica de Dos Santos Aracri y Souza Moreira (2010) para el estudio analítico de los circuitos espaciales de producción o los círculos espaciales de cooperación. Se trata de la aplicación de dos categorías de análisis de Santos, a la hora de comprender cómo funciona el territorio cuando es usado por empresas, por instituciones o por el Estado, como también las tramas y relaciones que se generan e intensifican entre regiones no siempre contiguas a partir de tal uso, a escala nacional como internacional (Santos, 2008)(6).

Será necesario descomponer al circuito productivo de la leche en las partes elementales que lo constituyen, para poder luego interpretar sus conexiones e interacciones, es decir al circuito en su conjunto como un todo. Se tendrán en cuenta las diversas etapas por las cuales tal producto pasaría desde la producción al comercio hasta llegar al consumo final, englobando las actividades productoras de suministros y medios de insumos para su elaboración. "Esta categoría nos permite analizar de modo dinámico el funcionamiento del territorio articulando la repartición de los lugares, esto es, la división territorial del trabajo, con la circulación de bienes y servicios" (Santos y Silveira, 2001, p. 471).

En relación a los círculos de cooperación que se asocian a tal circuito espacial, serán contemplados todos los movimientos comandados por flujos inmateriales: capitales, informaciones, mensajes y órdenes que cumplen el papel de "inteligencia del capital" (Santos y Silveira, 2001). Es decir, no solamente los flujos materiales que son resultantes de la segmentación territorial del trabajo y del proceso de circulación, sino también todos aquellos elementos propios de la movilidad espacial del capital productivo. Teniendo en cuenta que si bien la cualidad del capital financiero es la de generar unidades de producción que se pueden localizar por todo el mundo, existen determinadas limitaciones espaciales que hacen a las permanencias de esta actividad en el lugar.

La matriz de análisis de esta metodología contempla aspectos que van desde:

-las actividades que participan del circuito (producción, materia prima, procesamiento, insumos industriales y servicios de soporte a la producción y comercialización);

-las necesidades que éstas crean y que se constituyen mediante fijos (instrumentos y fuerzas productivas en general que nos dan un presente proceso de trabajo);

-las infraestructuras que son implantadas y utilizadas por diferentes actores sociales (unidades de producción, distribución y comercialización);

-los flujos materiales e inmateriales que éstos generan; hasta la lógica funcional que explica las razones de su localización, sin dejar de considerar la escala geográfica de tales flujos (regional, nacional, internacional).

Matriz de análisis para el estudio del circuito lechero en la Cuenca de Coronel Moldes

A partir del emplazamiento de la empresa SanCor en la localidad, se sucedieron consecuentes cambios en el modelo productivo que se intensificaron en la década de 1990, al constituirse como agroindustria. Esto provocó un proceso de concentración en la producción primaria con la implicancia de la disminución del número de vacas de tambo, la desaparición de numerosas unidades productivas y el incremento de los índices de producción de leche.

Para la aplicación de la matriz de análisis se recurrió a la información que Molinari describe en su investigación sobre el funcionamiento de cada uno de los sectores que componen el complejo lácteo, dividiendo a la cadena productiva en tres eslabones: los productores primarios, la industria y los canales de comercialización y distribución de alimentos, como así también al aporte de entrevistas realizadas a empresarios del sector, habitantes de la localidad y miembros de entidades públicas (Molinari, 2011).

Los insumos

Se comprende aquí todo lo que el productor de leche necesita para realizar su propia producción, por lo tanto se puede representar por cuatro ramas de actividades:

-Unidades procesadoras de granos (maíz, soja) y pasturas (alfalfa) para la alimentación del animal durante el pastoreo.

-Producción de vacunas contra enfermedades como carbunclo, mancha, septicemia, brucelosis y preventiva de la aftosa, el mejoramiento genético de las razas (Shorthorn lechero a Holando Argentina).

-Productos destinados a los pastoreos (técnica de conservación de forrajes en silos), cercos, boyeros, alambrados y fertilizantes.

-Maquinaria y útiles de tambo (de ordeñe, pasteurizadoras, baldes, coladores, pesaje, máquina de frío). Incorporación de la siembra directa, del tractor y la ensiladora.

En cuanto a las unidades procesadoras de granos, la empresa SanCor instaló una línea de financiación para semillas de tipo forrajeras -de alfalfa fundamentalmente-, al constituir la base ideal para una dieta proteica importante, estrategia empresarial para aumentar la calidad de la leche. Comenzaron así a aparecer nutricionistas en los sistemas de producción animal que fueron mezclando distintos tipos de componentes para una ración balanceada y una óptima producción dentro de la cadena global de valor. A raíz de que la cuenca lechera se fue especializando en la elaboración de quesos, la dieta indicada para el animal fue haciéndose diferente a la de otros años.

La presencia de una fuerte oferta internacional unificó, hasta el día de hoy, el tipo de animal a utilizar para la producción en función de los modelos vigentes en Europa o Estados Unidos y Canadá. Siendo así ABS y Holland Genetics los principales oferentes internacionales de una amplia gama de fenotipos. Este sistema provocó cambios en el manejo reproductivo de los tambos, lo que a su vez rompió lazos y costumbres locales que establecía la llegada de la feria de hacienda con remates mensuales. En la actualidad se trabajan las líneas genéticas en los mismos campos, los rodeos son de reposición interna o se compran en cabañas de reproducción en función de características determinadas.

Suplementos alimentarios, vacunas y otros insumos como semillas, comenzaron a comercializarse en base a productos estándares de las principales marcas internacionales (Cooper, Rhodia, Schering, Bayer), se sumaron unos pocos oferentes locales a través de convenios entre entes públicos (universidades) y firmas locales (San Jorge Bagó, Biotay). El sector público en materia tecnológica y de productos para la sanidad animal, también tuvo su desarrollo a través del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y, del control del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), para la investigación y desarrollo de vacunas.

La infraestructura necesaria para el equipamiento de los predios fue suministrada por empresas de porte internacional y local: Alfa Laval, Telmak (europeas) y Bossio, Bauducco, Nodak, Schreiber (nacionales). Las mismas ofrecieron una amplia gama de productos como equipos de frío y sistemas integrales de limpieza implementados a partir de las exigencias de los gobiernos desarrollistas en la década de 1960, época en que comenzó un proceso de transformación tecnológica para la producción lechera mediante la incorporación de tales innovaciones.

Para la década de 1970, las universidades nacionales -en particular las ubicadas en la cuenca lechera como las de Córdoba y Río Cuarto-, influyeron en el aporte de saberes para el mejoramiento genético de razas como en avances tecnológicos para la cadena productiva. La llegada de la maquinaria en la actividad desembocó en la presencia de una trama de talleres orientados a su adaptación y reparación. El manejo sanitario y reproductivo del rodeo, la administración de ciertos medicamentos, la provisión de suplementos alimentarios, los métodos de inseminación artificial para la reproducción de las razas de vacas, la administración del boyero, entre otras actividades, requirieron de profesionales especializados en dichas tareas. Esto trajo aparejado que muchas figuras como el aparcero o el peón de campo tuvieran poco protagonismo en aquellos predios "tecnologizados" y se produjera una resignificación de las profesiones como el ingeniero agrónomo, el médico veterinario bajo la figura de la consultoría o del monotributo. Profesionales todos prestadores de servicios especializados en tambo, quienes surgen con el propósito de optimizar la producción al servicio de los cambios en las actividades agropecuarias. Su ingreso en el entramado socioproductivo se da, en la mayoría de los casos, por abandonar su explotación al no poder sostenerla o capitalizarla. Según Gras y Hernández (2013, p. 57): "se trata de un actor cuya actividad económica tiende a desterritorializarlo, es decir que la reproducción material de su empresa requiere de relaciones distantes de su lugar de residencia y vida social".

Desde 1990 el modelo de tambo fue cambiando en la región, se pasó de un sistema pastoril a uno de tipo semipastoril o estabulado con genética importada y mayor cantidad de vacas de ordeñe por hectárea, llegando a hablarse de megatambos (Molinari, 2011).

Ante la disminución de la actividad ganadera-tambera y el advenimiento de una agriculturización beneficiada por la política de precio de los commodities y la implementación de la siembra directa, muchos ex productores tamberos decidieron volcarse a la agricultura. Otros vieron un gran negocio en el arriendo de sus tierras ante el precio que había llegado a adquirir la hectárea sembrada de soja. La figura del rentista en el actual modo de organización de la producción agrícola, plantea interrogantes ya que, por un lado, podrá generar algún tipo de dinámica propia en el tejido local invirtiendo en el rubro inmobiliario, comercial o de la construcción y por otro, conformar una asociación como inversionista en figuras de fideicomiso o pool de siembra, favoreciendo así a la reproducción de un modelo agrícola globalizado (Gras y Hernández, 2013). De hecho, muchos en la zona se convirtieron en inversionistas.

El vuelco a la producción sojera llegó a producir una fuerte competencia por el recurso tierra, lo cual intensificó la actividad tambera reduciendo el espacio dedicado a la misma. El cierre de muchos tambos que no se adecuaron a las innovaciones en la actividad se vio reflejado en el descenso del número de familias residentes en la zona rural, como también en la disminución de la actividad comercial en locales que suministraban servicios a las unidades de tambo.

A partir de 1980 se instalará la empresa Cerealista Moldes S.A. dedicada al rubro acopio de cereales, realizando importantes inversiones para optimizar los servicios como el secado de granos y el acondicionamiento de un amplio depósito de agroquímicos. Para 1990 se constituye la Agroempresa San Francisco S.A., la cual se incorpora con la comercialización de cereales y oleaginosas como de máquinas agrícolas a través de la concesión oficial de Massey Ferguson, ofreciendo repuestos originales de la marca y lubricantes ESSO. En la localidad aledaña de Washington, la Compañía Argentina de Granos elegirá abrir una de sus sucursales. Nuevas sedes de empresas vendedoras de estos insumos se irán instalando en todo el sur de Córdoba, las rutas se reconocerán más transitadas por camiones de carga de cereales y una mayor cantidad de oficinas bancarias se ubicarán en los núcleos urbanos.

La industria

Para la década de 1970 ya se había iniciado el proceso de modernización de las plantas industriales, la industria láctea fue comprometida por el Estado a implementar el sistema de pasteurización. Las grandes usinas lácteas, como SanCor, incrementaban su tamaño, inauguraban nuevos establecimientos industriales, automatizaban los procesos productivos y desarrollaban nuevos productos. En Coronel Moldes se fundaba una nueva planta industrial, suceso que impuso una política de fusiones de las cooperativas que mantenían relaciones comerciales con SanCor. De a poco el cooperativismo fue perdiendo fuerzas ante el crecimiento de las agroindustrias que plantearon un escenario poco favorable para las instituciones de pequeños y medianos productores desde el punto de vista financiero. Por ello, muchos de los asociados prestadores de servicios a la empresa, disminuyeron o decidieron entregar su producción a otras empresas del rubro de acuerdo con mejores beneficios otorgados, empresas éstas de tipo nacional como La Serenísima, Windy y Milkaut, entre otras. A nivel espacial se produjeron cambios respecto a la zona de influencia que la planta industrial tenía. Ubicada sobre el acceso a la Ruta Nacional N° 35, la jurisdicción de Sancor Moldes -según su ordenanza constitutiva- era un polígono anexo de la zona urbana, que integraba el radio de la ciudad de Coronel Moldes. Dicho radio abarcaba a las zonas rurales de Moldes, San Basilio, Del Campillo, Vicuña Mackenna, Bulnes, Sampacho y Río Cuarto, de las cuales se abastecía.

Las nuevas políticas de precio implementadas y la competitividad, ocasionaron la pérdida de esta zona de influencia, ya que muchos tamberos decidieron vender su producción a otras plantas industriales cercanas estableciendo contratos de provisión (Molinari, 2011). La zona de influencia ya no se valdrá, como en otras épocas, por la cercanía a las fuentes de abastecimiento y al mercado de destino ante la alta perecibilidad del producto o las dificultades de traslado. Ahora será determinada por el precio pagado al productor, el costo de transporte y los costos de oportunidad del productor. En la actualidad un solo productor puede comercializar con dos o tres usinas lácteas al escoger estrategias que le permitan minimizar los riesgos, ante las diferentes metodologías de pago que manejan las empresas.

El sector industrial, a partir de 1990, gestionó un nuevo mapa lechero a partir de la fusión, inversión o venta de acciones, asociaciones y alianzas con empresas internacionales líderes como Mastellone Hnos y Danone, entre otras. El control de algunos insumos (enzimas, envases y otros) y la diferenciación de productos e incluso de las cadenas de frío, establecieron cierto predominio tecnológico en manos de unos pocos oferentes privados. Ante las nuevas reglas del mercado globalizado y transnacionalizado, el espacio rural local comienza a redefinirse desde dentro al tener que insertarse en la red productiva y a relacionarse con otros espacios. Las redes alimentarias establecen conexiones verticales y horizontales con los espacios circundantes, así Coronel Moldes se convierte en un subespacio dentro de un mosaico de producción regional.

La industria se vio favorecida al ampliar su mercado internacional ante demandas desde Brasil, México y Venezuela, exportando su producción en dólares mientras los productores locales siguieron recibiendo sumas en pesos que imposibilitaban aumentar su rentabilidad.

La comercialización y distribución

La comercialización de los productos lácteos (manteca, crema y quesos) y subproductos de la industria mantequera (caseína) en el mercado interno, era realizada por medio de comercios minoristas. La entrega de la leche era domiciliaria o se vendía en almacenes, verdulerías, carnicerías y panaderías. A partir de la década de 1980, paralelamente al ingreso de las grandes cadenas de super e hipermercados de capitales extranjeros, un importante porcentaje de la comercialización pasó a realizarse a través de los mismos. Estos agentes encargados de la "Gran Distribución", ante su gran poder de compra, impusieron requisitos a los proveedores en relación con la calidad, diversidad de productos y packaging (Molinari, 2011, p. 36) Lo que reestructuró la cadena de comercialización y la relación con proveedores industriales al desplegarse también las estrategias de las empresas lácteas de elaborar marcas propias para supermercados. Esta concentración le otorga al sector un alto poder de negociación frente a la industria y un control oligopólico sobre los precios finales de la cadena, como así también a los proveedores transnacionales de envases (Tetra Pack) o nacionales (PASA, PET).

De esta manera, los mercados o distribuidores locales se vieron imposibilitados de poder competir en materia de precios, más aún cuando muchos consumidores preferían trasladarse a la localidad de Río Cuarto para hacer sus compras, lugar donde se hallan las sucursales de estas grandes cadenas. Los costos más duros de afrontar fueron los de flete, en segundo lugar el costo de la leche y por último el de mano de obra.

La ausencia del ferrocarril fue suplida por la presencia de camiones, un vagón de tren equivale a ocho camiones en ruta, tanto para el traslado de la leche como de los cereales u oleaginosas. A partir de este fenómeno el combustible pasó a constituir un nuevo factor determinante en la producción.

La ausencia de políticas de promoción y la pérdida de competitividad de la actividad ganadera-tambera

El desarrollo de la lechería estuvo acompañado de la dinámica cooperativista desde comienzos del siglo XX, bajo el gobierno peronista se promovió la unión de varios productores a las cooperativas llegando a conformar el número de 12 (doce) en la cuenca de Coronel Moldes y región. A comienzos de la década de 1970, el proceso modernizador hace sus primeras apariciones mediante el decreto del SENASA 9030/65 el cual impulsó la instalación de condiciones mínimas de modernización en usinas y plantas industriales. Esto dio comienzo a un proceso de diversificación de la producción, de incremento del tamaño medio de las plantas y la inauguración de nuevos establecimientos industriales que automatizaban los procesos productivos. En este contexto la planta industrial SanCor se instalaba en Coronel Moldes mediante una política de fusión de cooperativas y de cambios en sus funciones productivas. A partir del emplazamiento de la empresa(7) se sucedieron consecuentes cambios en el modelo de producción tambera que se intensificaron en la década de 1990 al constituirse como agroindustria. Su intervención(8) provocó un uso del territorio moldense plasmado en un proceso de concentración en la producción primaria.

En la actualidad productiva de Coronel Moldes, un productor tambero requiere de trescientas cincuenta (350) hectáreas como unidad económica mínima para trabajar y capitalizarse. Con el paso de los años una misma superficie se subdivide a partir del reparto de las tierras por traspaso generacional, entonces la unidad económica se hace no rentable y ocasiona que muchos productores desaparezcan del sistema. Es decir que se registra la disminución del número de vacas de tambo y con ello la desaparición de numerosas unidades productivas aunque con distintas oscilaciones en referencia a la cantidad de litros de leche obtenida(9) (Cuadro 1).

El boom del maní y luego de la soja provocó el traslado del pequeño productor al pueblo, muy pocos lograron continuar como propietarios de su explotación por lo que arrendaron su tierra y se trasladaron. Si bien la repartición de los campos comenzó desde la llegada de los inmigrantes, quienes las obtuvieron a un precio importante para el momento, al crecer sus familias, las tierras debieron subdividirse entre los hijos. Esto provocó una baja probabilidad a un posible aumento en la cantidad de hectáreas a obtener por cada descendiente. En los últimos años la frontera agrícola se amplió para quienes logran acceder a mayor cantidad de tierras de la mano de la tecnificación, situación que no es la del pequeño productor agropecuario. Los cambios en los modelos productivos dieron lugar a un proceso de concentración en la producción primaria y provocó la disminución de unidades productivas tamberas que cambiaron de actividad dada la mayor rentabilidad otorgada por la agricultura frente a la lechería.

Cuadro 1. Cantidad de tambos y de vacas de tambo en los años 2001, 2006 y 2015 en Coronel Moldes
Fuente: Unidad Ejecutora Local de Coronel Moldes según campaña de vacunación antiaftosa

A partir de la década de 1990, la conformación del Mercosur abrió un nuevo mercado de consumo para los productos argentinos incrementando la demanda de la producción y la generación de excedentes económicos en el circuito. Las crecientes inversiones de empresas extranjeras se volcaron en el proceso industrial como en el comercial. El Estado limitó su intervención al carecer de elementos suficientes para promover una reorganización productiva del sector. El cooperativismo agropecuario como sistema entró en un proceso de crisis para dar pasó así a una serie de políticas de liberalización económica, entre ellas la desregulación de los mercados.

La actividad lechera por lo tanto comenzó a ser desregulada lo que reestructuró organizativamente a la actividad. Las industrias lácteas aumentaron los niveles de concentración económica y se consolidó una estructura industrial oligopólica, con el desplazamiento de medianas y pequeñas empresas del sector y el debilitamiento de las cooperativas. Las tres mayores empresas lácteas -Mastellone Hnos, SanCor y Nestlé- generaron cerca del 60 % del valor de producción. La Gran Distribución ocupará un lugar altamente competitivo en la cadena agroalimentaria (Molinari, 2011).

La dinámica cooperativista en Coronel Moldes entre 1985 y 2005 se verá restringida, el número de asociados decaerá, la empresa SanCor ante este panorama impondrá una política de fusión del corpus cooperativo a través de su concentración en dos cooperativas, que no logró más que continuar con la reducción del número de asociados y el deterioro de las prestaciones por parte de las mismas.

Los principales reclamos del sector primario desde el año 2003 giraban en torno a la recomposición del precio de la materia prima y la creación de un nuevo sistema de fijación del mismo, donde el productor tuviese mayor participación, pero el incremento de la exportación solo vio beneficiado al eslabón industrial. La competencia entre empresas industriales nacionales como La Serenísima, SanCor, Windy y Milkaut, permitió el ingreso de nuevos participantes en la cuenca.

La comercialización comenzó a realizarse de manera directa y privada entre tambos e industrias, lo que consolidó una política de desprotección para el productor.

La aplicación de nuevas tecnologías y modelos productivos, las fluctuaciones en los precios de lácteos del mercado externo y las políticas públicas que se intentaron aplicar desde 2005 solo demostraron un comportamiento cíclico de la producción. Dinámica que permitió la supervivencia de una única categoría de productores empresarios que aplican un modelo productivo estabulado articulando el precio de la leche con la industria, en función a volúmenes exclusivos y calidad comercializada.

Esto podría relacionarse con lo que muchos economistas clásicos denominan como: la producción orgánica del capital, es decir una relación entre el capital constante (llamado maquinaria) sobre el capital variable (los operarios u obreros). Con el correr del tiempo, para poder competir y ganar posición reduciendo costos que hacen a la producción física, las empresas invierten en maquinaria y disminuyen en trabajadores. Por ello lo que Marx plantea (El Capital) es el incremento de la producción orgánica por el incremento de la maquinaria, y que la disminución paulatina de los trabajadores ocasionaría un incremento de la tasa de desocupación, denominado ejército de reserva, lo que hará que disminuyan los salarios reales. A su vez plantea que los procesos productivos pueden perfeccionarse de manera indefinida, siendo un límite el trabajo físico. Las ramas del capital constante, es decir la mecanización, necesitan cada vez ser más complejas y los capitalistas se ven obligados a innovar para sobrevivir (Marx, 1987).

Consideraciones finales

La llegada de la agricultura científica (Santos y Silveira, 2001) permitió que la producción agropecuaria adquiriera un alto contenido técnico de la mano de la ciencia, que multiplicó la producción y la información, que difundió la aplicación del capital a grandes volúmenes. Entonces, los circuitos productivos denominados regionales, gestados durante los anteriores ciclos de desarrollo del interior pampeano se muestran diferentes en el sentido que mantienen asociaciones o vínculos -que por alguna razón lograron permanecer-, o bien modifican sus estrategias para adaptarse a lo nuevo sin quedar fuera de la red productiva. Se ven inmersos en un nuevo paradigma basado en la difusión de las tecnologías de la información y el conocimiento cuyo alcance es global.

Con la crisis de la década de 1990, ante el nivel de endeudamiento que habían llegado a adquirir muchos de los productores lecheros en la localidad de Coronel Moldes, es que decidieron alquilar su campo para la producción de maní por ser un buen negocio para salvar su capital. Detrás del maní llegó la soja, reina del mercado agropecuario argentino después del 2002, que pasó a valer 600 dólares la tonelada. Ningún productor iba a obtener ese valor en su explotación produciendo leche pero si arrendando su tierra para la soja o el maní, por eso la mayoría decidió volcar todo a esas producciones. Algunos vendieron por poco dinero su tierra, la cual al mes salía nueve veces más, transformándose en contratistas trabajando en campos vecinos. Otros compraron herramientas de trabajo, un negocio o un vehículo de carga para ofrecer servicios en la ciudad, otros especularon en el rubro inmobiliario. Esto ocasionó que los productores y sus familias se trasladaran al pueblo, proceso que comenzó a desarrollarse con el auge de las oleaginosas, alrededor del año 2003 hasta el año 2008.

Si bien se reconoce una desterritorialización de la actividad, el tambo sigue produciendo un derrame económico en la localidad aunque de la mano de una concentración en productores empresarios que aplican un modelo productivo estabulado articulando el precio de la leche con la industria en función a volúmenes exclusivos y calidad comercializada. Como lo describe Silveira: "surgen nuevos factores de concentración y dispersión de las actividades, junto a nuevas formas de drenaje de dinero, a partir de la compra de paquetes tecnológicos, del pago de patentes, de la devolución de los créditos y de las operaciones intracorporativas" (Silveira, 2009, p. 439). Las firmas globales y nacionales productoras de insumos que cubren a las distintas demandas de los eslabones, instalan sucursales en las ciudades cercanas con el fin de brindar sus productos y servicios. Esto resulta en la formación de redes de producción agrícolas globalizadas asociadas: agronegocios, proveedores de insumos químicos, laboratorios de investigación biotecnológica, proveedores de servicios, oficinas de marketing y consultoría, servicios de especialistas en ingeniería genética, veterinarias, empresas de maquinarias para el agro, entre otras.

Cuando un nuevo tipo de trabajo es incorporado en una economía rural de actividad trascendental y lo hace de la mano de la modernización de los sistemas de producción, las relaciones socioespaciales se modifican sustancialmente. En su lugar, verticalidades impactan beneficiando a unos productores y perjudicando y empujando a otros. Esta puja entre ganadores y perdedores deja en evidencia que es en este tipo de asentamientos urbanos locales como Coronel Moldes, donde finalmente se da la regulación de las transformaciones que acontecen en el campo moderno (Elías, 2005). Sucede lo que explica Delgado Cabeza cuando considera:

..."para construir el entramado de conexiones subordinadas a los intereses externos, se destruyen a su vez, en todos los eslabones de la cadena, un conjunto de conexiones esenciales para el mantenimiento de la vida local. En el primer eslabón no sólo desaparecen los cultivos y las explotaciones menos "eficientes", sino que la actividad agraria que permanece se ve sumergida en la espiral que profundiza su desconexión con el entorno, intensificándose la sobreexplotación y el deterioro de los recursos locales, -mano de obra y recursos naturales-, mientras se incrementa la dependencia de insumos -materiales y energía-, procedentes de otros territorios. En el tramo de la distribución, el predominio de las grandes empresas también tiene efectos espaciales de gran trascendencia, destruyéndose ante su avance partes del tejido local dedicado a la industria y al comercio" (Delgado Cabeza, 2010, p. 44).

Así los espacios rurales se convierten en ámbitos de procesos contradictorios que parecieran ir conduciendo hacia la pérdida de sus tradiciones particulares, pero en realidad ¿podría decirse que se trata de una refuncionalización de las actividades económicas -tanto urbanas como rurales- que derivan en una pluriactividad de actores rurales en el agro, en el comercio y en los servicios? A pesar de que el número de productores tamberos disminuye progresivamente hasta la actualidad, se mantiene un fuerte arraigo a la actividad por parte de la cuarta generación desde la llegada de inmigrantes especializados en la misma.

¿Se comprueba entonces, como lo afirma Sobarzo (2006), que no es solamente la ciudad más próxima la que irradia el conocimiento, la racionalidad o los comportamientos para el campo, sino que es el campo que en función de sus demandas determina algunos procesos en la ciudad? Se produciría entonces, la complementariedad rural urbana que explica Silveira como aquel «acontecer complementario que crea las nuevas relaciones entre la ciudad y el campo y ciertas relaciones interurbanas, orientadas por las demandas de una producción y circulación modernas y territorialmente próximas» (Silveira, 2006, p. 14).

Es evidente que esta localidad del sur de Córdoba ante la llegada de sistemas técnicos agrícolas de escala espacial amplia, ha reorganizado el funcionamiento del territorio convirtiéndose en el lugar de regulación de lo que se hace en el campo, respondiendo a demandas diferentes a las de antes, solicitando actualización para poder aumentar sus niveles de productividad, provocando una división social del trabajo territorialmente más extendida. Queda claro que se produjeron cambios significativos y que las ciudades intermedias cercanas solo lograron desempeñar funciones auxiliares que no agregan valor a los commodities, es decir un rol funcional pero no protagónico en la gestión de recursos naturales de sus territorios. Esto es así ante un manejo exógeno de los resortes económicos estratégicos.

Notas

(1) Comoditties

(2) Caracterizada por el alquiler de tierras y la contratación de servicios de laboreo y cosecha.

(3) En relación a sus trayectorias poblacionales.

(4) Desde 1940 a 1960 fue una época de importante crecimiento para las cooperativas tamberas, mediante la instalación de agencias de extensión como el INTA, del avance de la electrificación en el sector rural y la formación de organizaciones rurales (FAA).

(5) De acuerdo a la clasificación de los espacios agroproductivos provinciales caracterizados en 1987 por la SAGPyA y el INTA, Plan Mapa de Suelos de la Provincia de Córdoba en Zonas Ecológicas Homogéneas según tipo de producción.

(6) Santos considera a estas categorías como aquellas que posibilitan un análisis concreto de lo que él denomina como espacio indivisible. (Santos, 2008, p. 120).

(7) Los índices de producción de leche, el vínculo comercial establecido entre SanCor con las cooperativas que ya estaban constituidas y el interés de los asociados confluyeron para su instalación en 1975.

(8) Y más tarde de otras cercanas en toda la Cuenca del Sur que incrementaron su competitividad.

(9) La empresa SanCor llegó a recibir un millón de litros de leche producida en la zona (en su época de mayor producción 1998-1999) . De todas maneras la cantidad de litros obtenidos fue variando con un comportamiento de altos y bajos, según datos de la Unidad Ejecutora Local (UEL). En las entrevistas realizadas, se asevera que en la localidad y área de influencia se ha producido en el año 1992 una cantidad de 48 mil litros de leche y para el año 2005-2006 la producción fue de 50 mil litros de leche.

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