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Revista de la Asociación Argentina de Sedimentología

versión impresa ISSN 1853-6360

Rev. Asoc. Argent. Sedimentol. vol.3 no.2 La Plata dic. 1996

 

ARTÍCULOS

Facies fluvio-estuarina en el subsuelo del canal de acceso al Puerto de Ingeniero White, Bahía Blanca

 

Salvador Aliotta *#, Guillermo Lizasoain * y Wilfredo Lizasoain *

* Instituto Argentino de Oceanografía. Casilla de Correo 107, 8000 Bahía Blanca, República Argentina.
# Departamento de Geología. Universidad Nacional del Sur. San Juan 670, 8000 Bahía Blanca, República Argentina.


Resumen

Si bien son numerosas las contribuciones científicas realizadas sobre la geología del Cuaternario costero en cotas por sobre el nivel del mar, es muy escaso el conocimiento de paleoambientes sedimentarios en el subsuelo marino, relacionados a la evolución del litoral argentino. En el presente trabajo se analiza en particular una facies arenosa que compone la secuencia sedimentaria cuaternaria del canal de acceso al Puerto de Ing. White (Bahía Blanca). Esta arena fina-muy fina se halla conformando un depósito lenticular entre 14 y 22 m de profundidad, el cual se apoya sobre un basamento consolidado del Terciario (Formación Chasicó). Las características sedimentológicas y micropaleontológicas analizadas definen por primera vez para el subsuelo del estuario un paleoambiente sedimentario predominantemente fluvial, con condiciones marinas subordinadas. El mismo fue depositado cuando el nivel del mar se encontraba aproximadamente 20-25 m por debajo del actual, durante un período correspondiente al Holoceno temprano y antes del evento transgresivo postglacial que afectó al área litoral del estuario.

Palabras clave: Sedimentología; Depósito fluvio-estuarino; Cuaternario; Estuario de Bahía Blanca.

Extended abstract

Along the entire Argentine shoreline, there are important and numerous geological evidences of the sea level changes during the Quaternary. Environmental controls, such as geomorphology, climatology and transgressive-regressive processes; determined different types of sediment, fossils and geoforms. Although a lot has been investigated about the deposits situated above sea level in the Bahía Blanca Estuary, very little is known about sedimentological characteristics of the materials below the sea bottom.
subbotton of the navigation channel at the Ing.White Harbor, between 14 y 22 m depth,  was analyzed.  For the sedimentological characterization 14 cores were obtained with a Rotary Universal Device and referred to mean sea level.
A well lithified sandy silt with low proportion of clay (<15%), constitutes the oldest sediment of the different cores. This material is the Tertiary bedrock (late Miocene-Pliocene, Chasicó Formation) of the unconsolidated sedimentary sequence at the inner area of the Estuary of Bahía Blanca.
On the Tertiary basement, there is a sediment composed of fine to very fine sand, with a low percentage of silt-clay (<10%). Quartz grains surface texture characteristics ( V- shaped impact pits and silica globules) reveal a final transport phase in a subaqueous environment (fluviatile-deltaic). In this lenticular deposit, the remnants of mollusc shells are very scarce and unidentifiable. It was only possible to determine the presence of a fresh water ostracod. Diatom analysis indicated a high concentration of diatom taxa of clearly non-marine affinity, which are not very easily found in the present chemical conditions of the estuary. This allowed us to define a dominant fluvial sedimentary paleoenvironment, in which the marine conditions are subordinated.
This fluvial-estuarine facies corresponds to a paleoenvironment formed during the last great post-glacial transgression, in a period when the sea level was lower than the present one. Considering its depth and in agreement with the pattern of world-wide sea level variations during the Holocene epoch the probably age of fluvial estuarine sediments is Early Holocene (10.000 - 7.500 yrs B.P.).
Sea water gradually invaded the fluvial paleoenvironment during the rise of the Holocene sea, resulting in the deposition of estuarine-marine sedimentary facies. After the transgressive sand with abundant remnants of shells, the sedimentation of mud facies reflects the decreasing energy of deposition, and increasing the suspension sediment transport. These sediments belong to a Holocene tidal flat, which form a great coastal flat characteristic of the inner area of the Bahía Blanca.

Key words: Sedimentology; Fluvial-estuarine deposit; Quaternary; Bahía Blanca Estuary.


 

INTRODUCCIÓN

A lo largo de toda la región costera Argentina existen importantes evidencias geológicas de los cambios del nivel del mar acaecidos durante el Cuaternario. Se han realizado numerosas investigaciones sobre las características de los sedimentos, contenido paleontológico, geomorfología y estratigrafía que describen paleoambientes cuaternarios, especialmente los hallados por encima del nivel del mar actual. Contrariamente, resulta sumamente escaso, y en varios sectores hasta inexistente, el conocimiento de la geología submarina relacionada a la evolución de la zona costera.
En particular en el estuario de Bahía Blanca han sido estudiados depósitos marinos del Pleistoceno tardío (González, 1984; Chaar & Farinati, 1988) y niveles con abundantes restos fósiles, en muchos casos en posición de vida (Aliotta & Farinati, 1990; Farinati et al., 1992). También, Aliotta & Farinati (1990) encuentran, entre los 8 y 10 metros por encima del nivel del mar, cordones arenosos con abundante conchilla producto de la acción de la fase transgresiva-regresiva holocena.
Por otra parte, en el ambiente costero subácueo del estuario solo pueden mencionarse los trabajos realizados por NEDECO-ARCONSULT (1983), Aliotta et al. (1991) y Aliotta et al. (1992), en los que se determinan y estudian las secuencias sedimentarias del Terciario superior-Cuaternario. Recientemente, a través de perforaciones profundas realizadas sobre el canal de acceso al Puerto de Ingeniero White, se halló entre -14 y -22 m con respecto al nivel medio del mar, un sedimento con características particulares y diferentes a las estudiadas hasta la actualidad. El objetivo del presente trabajo es caracterizar estos materiales y definir su paleoambiente sedimentario, estableciendo su posición litoestratigráfica en el subsuelo costero.
El estuario de Bahía Blanca se ubica al sur de la provincia de Buenos Aires (Fig. 1). Una densa red de canales de diversas dimensiones, separados por islas y extensas llanuras de marea, componen la característica morfológica regional. El canal Principal del estuario posee una longitud de 60 km y una profundidad promedio de 13 metros, y sirve de acceso a uno de los complejos portuarios más importantes del país (Puerto de Ing. White, Puerto Galván y Puerto Belgrano).


Figura 1
. Estuario de Bahía Blanca. Ubicación de los testigos estudiados.
Figure 1. Bahía Blanca Estuary. Location of the study cores.

Desde una óptica oceanográfica, el estuario de Bahía Blanca se encuadra dentro de la categoría de mesomareal (3 metros de amplitud media de marea). La circulación es gobernada por una onda semidiurna. Sus corrientes son reversibles y alcanzan valores máximos promedio de 1.2 m/seg y 1.05 m/seg, para condiciones de reflujo y flujo respectivamente. El dominio de la corriente de reflujo se manifiesta con un elevado transporte de sedimento como carga de fondo hacia el exterior del estuario (Aliotta & Perillo, 1987), lo que origina un gran delta de reflujo sobre la Plataforma Continental adyacente (Aliotta, 1987).

METODOLOGÍA

Se analizaron testigos extraídos del canal Principal del estuario de Bahía Blanca, correspondientes al sector de acceso al Puerto de Ingeniero White (Fig. 1). Estas tareas formaron parte de los trabajos de dragado y profundización del canal de navegación y se realizaron utilizando un aparejo universal rotativo de perforación. Para una correcta correlación altimétrica de los testigos, se determinó la cota con respecto al nivel medio del mar para cada uno de ellos. La longitud de la perforación dependió de la profundidad del nivel de sedimentos litificados.
El muestreo se llevó a cabo atendiendo las variaciones macroscópicas de los sedimentos, como ser: compactación y dureza de los materiales, granulometría, presencia de restos de moluscos, color. Para la determinación textural de los sedimentos se siguió la metodología estándar de Folk (1974). En la separación granulométrica de las arenas se empleó un intervalo entre tamices de 0,5 φ. Estos datos fueron procesados estadísticamente por medio de un programa de computación (Perillo et al., 1985). A través del mismo se establecen las diversas curvas de frecuencias acumulativas y se caracteriza a los sedimentos según la clasificación de Shepard (1954).
También, se realizó un análisis mineralógico mediante microscopio petrográfico según la técnica establecida por Parfenoff et al. (1970) sobre el tamaño de grano correspondiente a 3,5 φ. Esta determinación se efectuó utilizando esencia de mirbana (índice de refracción: 1,546) como líquido de inmersión. Los porcentajes de las diferentes especies mineralógicas presentes en cada muestra se obtuvieron a través de la observación de 250 granos.
El análisis del material lítico se completó con un estudio de las texturas superficiales de los granos de cuarzo presentes en los sedimentos en estudio. El método empleado para el tratamiento y montaje de los granos corresponde al sugerido por Le Ribault (1977). La observación de los mismos fue realizada con un microscopio electrónico de barrido (JEOL 27).
Por otro lado, el material fosilífero (ostrácodos y diatomeas) presente en el sedimento estudiado fue determinado sistemáticamente a nivel genérico y específico. Para la observación diatomológica las muestras fueron procesadas químicamente según las técnicas de Hasle & Fryxell (1970).

RESULTADOS

Secuencia sedimentaria
A través de la correlación altimétrica de los testigos considerados se estableció la secuencia sedimentaria cuaternaria que caracteriza el subsuelo marino del área. De esta manera se determina que una sedimentita muy compactada y de una coloración castaño rojiza, constituye el sustrato rocoso sobre el que se apoyan los sedimentos sueltos que componen el subsuelo de la región (Fig. 2). La composición de este material corresponde a un limo arenoso, con baja proporción de arcilla (ninguna de las muestras analizadas superó el 15%). Sobre este basamento, y separada por una superficie erosiva bien definida a lo largo de toda la sección, se ubica la facies motivo de la presente investigación. Este sedimento (arena fina-muy fina) constituye un depósito de configuración lenticular en la sección analizada (Fig. 2). Su máximo espesor se encontró en el testigo T5 con una potencia de 7 m.


Figura 2
. Secuencia sedimentaria del canal de acceso al Puerto de Ing. White.
Figure 2. Sedimentary sequence of the access channel to Ing. White Harbor.

En discontinuidad, por encima del sedimento en estudio, se distribuyen facies netamente marina-estuarinas. Las mismas corresponden a una arena fina, de coloración castaño oscuro, con abundantes restos de conchillas. Este sedimento grada transicionalmente hacia la parte superior de todas las perforaciones, a un limo arcillo arenoso, castaño grisáceo. El mismo se presenta cohesivo y, en general, posee una estructura sedimentaria laminar horizontal, la cual es más notable en algunos niveles, compuesta de una alternancia de limo-arcilla y arena fina. Dicho material se halla formando los flancos de los canales de marea que surcan el interior del estuario. La sísmica de reflexión con 3,5 kHz (Aliotta & Lizasoain, 1995) define que en los flancos del canal Principal tales sedimentos se encuentran aflorantes, alcanzando espesores mayores a los 10 m.

Características sedimentológicas
El sedimento en estudio, de coloración castaño amarillento, corresponde a una arena fina-muy fina con un bajo porcentaje de limo-arcilla (<10%). Se presenta de suelto a débilmente compactado. Las muestras con esta última característica no poseen estructuras sedimentarias, observándose una elevada homogeneidad sedimentológica. Sólo en los niveles inferiores del depósito (hasta los 40-60 cm a partir de la base), se nota la presencia de pequeños rodados de diversa composición (limolita, arenisca muy fina, pumicita, cuarzo). El tamaño de los mismos no excede 1 cm de diámetro y su forma varía desde subangular a subredondeada. Las distribuciones acumulativas que definen texturalmente este material se muestran en la figura 3A. Por medio de espectrofotometría de absorción atómica se determinó que el elemento cementante en los rodados de limolita y arenisca corresponde a sulfato de calcio y/o carbonato de calcio.
El análisis granulométrico demuestra la gran similitud textural que caracteriza la mayor parte del estrato arenoso estudiado. Dicha cualidad se evidencia en la superposición de las diversas curvas de frecuencias acumulativas correspondientes a las muestras procesadas (Fig. 3B). Los datos establecen que esta homogeneidad se manifiesta tanto en sentido vertical como horizontal, no evidenciándose dentro del depósito ninguna gradación granulométrica particularmente ordenada. La evaluación estadística de las muestras determina que los valores de la media varían entre 2.57ø  y 3.55 ø. En tanto, la selección del sedimento se clasifica cualitativamente como pobre (valor promedio de 1.13 ø).


Figura 3
. Características granulométricas del depósito estudiado.
Figure 3. Grain-size characteristics of the study deposit.

Desde un punto de vista mineralógico, este sedimento presenta una elevada proporción (44%) de granos inidentificables al microscopio por su elevado estado de alteración (alteritas). El cuarzo es el segundo mineral mayoritario con un 25%. Los granos de vidrio volcánico, feldespato y minerales pesados se presentan en proporciones subordinadas (13%, 12% y 6%, respectivamente).
Por otro lado, para ampliar la caracterización del sedimento estudiado se incluyó un análisis de las texturas superficiales de los granos de cuarzo. El mismo se considera un elemento relevante para establecer condiciones paleoambientales de sedimentación. De este estudio exoscópico con microscopía electrónica de barrido se desprende que los rasgos más comunes y significativos presentes sobre la superficie de los granos resultan las marcas en "v" (con sus bordes angulosos o pulidos) y cortes en media lunas (Fig. 4A). Conjuntamente con estas trazas de acción mecánica, resultan abundantes las manifestaciones producto de la precipitación de sílice en forma de glóbulos silíceos (Fig. 4B). También, dentro de estas características de origen químico se observaron escamas y coladas, aunque en proporciones inferiores a los rasgos anteriormente mencionados.


Figura 4
. Texturas superficiales de granos de cuarzo por microscopía electrónica de barrido. A) "V" de choques, B) glóbulos silíceos.
Figure 4. Quartz grain surface textures with scanning electron microscope. A) V- shaped impact pits  B) silica globules.

Contenido paleontológico
El contenido paleontológico que posee el sedimento analizado resulta sumamente limitado. Son vestigiales los restos de valvas de moluscos. En todos los casos inidentificables por su reducido tamaño y grado de desgaste. También, tanto el análisis diatomológico como de ostrácodos categoriza al material como pobre en microfósiles. Dentro de los ostrácodos únicamente se destaca la presencia de un género de agua dulce (Limnocythere sp.).
Por otro lado, la evaluación porcentual de las especies de diatomeas presentes establece que un 57 % corresponden a un ambiente de agua dulce o levemente salobre, tratándose en este caso de diatomeas epífitas y bentónicas. Ellas son: Amphora ovalis, Cyclotella ocellata, Hantzschia amphioxys, Cocconeis placentula, Epithemia sorex, Navicula cuspidata, Pinnularia sp., Rhopalodia gibba, Surirella sp.
Las especies marinas euhalobias (salinidad 30 ‰ - 40‰) están presentes en un 43 %. Se han determinado litorales y planctónicas. Entre ellas se pueden mencionar: Actinoptychus sp., Cocconeis disculus, Cocconeis speciosa, Coscinodiscus sp., Diploneis smithii, Navicula cincta, Nitzschia punctata, Opephora sp., Paralia sulcata, Podosira stelliger, Raphoneis amphiceros, Rhaphoneis surirella, Thalassiosira sp.
 

DISCUSIONES

Paleoambiente sedimentario
Si bien, en el sedimento estudiado los restos de moluscos son vestigiales e inidentificables, las determinaciones micropaleontológicas resultan una herramienta relevante para inferir el paleoambiente sedimentario. Como primera consideración se destaca la presencia de ostrácodos, los cuales se asocian exclusivamente a un cuerpo de agua dulce.
Asimismo, la evaluación diatomológica revela una mayor concentración de taxa e individuos correspondientes a un hábitat no marino, las cuales, en su mayoría, no se desarrollan en las condiciones químicas actuales del estuario. Al respecto es importante destacar el hallazgo, en todas las muestras analizadas, de la especie Navicula cuspidata con engrosamientos de sílice interna (cratículas). Esta especie, bentónica y de agua dulce, suele desarrollar dichas estructuras sólo cuando las condiciones del medio le resultan químicamente desfavorables. Esto confirmaría una alteración de las condiciones ambientales producida por un incremento de la salinidad del agua. De tal manera, el análisis micropaleontológico permite establecer la existencia de un antiguo ambiente principalmente fluvial, en donde la dinámica marina resultaría subordinada.
También, para una evaluación paleoambiental se consideró importante establecer las texturas superficiales encontradas en los granos de carzo del sedimento estudiado. Está debidamene comprobado (Le Ribault, 1975, 1977 y 1980) que dicho análisis permite una correcta diferenciación de ambientes sedimentarios en los cuales el grano ha evolucionado Las características de los principales rasgos texturales superficiales que se presentan en los granos de cuarzo observados denotan un medio ácueo como último agente de transporte de estos sedimentos.
Las marcas en "v" y media lunas (Fig. 4,A) resultan las geoformas mecánicas superficiales más frecuentes en la superficie de los granos. La generación de las mismas se halla asociada a un régimen de media a elevada energía (Le Ribault, 1977). Sin embargo, dentro de dicho contexto estos rasgos pueden ser relacionados a un paleoambiente fluvial, marino intermareal o bien eólico costero (Higgs, 1979). En tanto, la presencia de glóbulos silíceos (Fig. 4,B), los cuales se hallan tapizando las depresiones y en menor medida las caras planas de los granos de cuarzo, definirían, coincidentemente con las características micropaleontológicas, exclusivamente un paleoambiente fluvial o bien de canal deltaico correspondiente a su sector más interno (Higgs, 1979).
En general, durante la evolución de un estuario se origina una secuencia de litofacies, la cual es producida por factores interrelacionados como: variación del nivel del mar, aporte fluvial, cambio climático, fuente sedimentaria, etc. La naturaleza y distribución de las facies dentro de este ambiente es controlada no sólo por los materiales disponibles, sino también por los procesos hidrodinámicos y la morfología de fondo. Considerando la distribución horizontal de las condiciones dinámicas ambientales de un estuario (Allen et al., 1973), la facies arenosa determinada en el subsuelo de Ing. White puede asociarse con el sector más interno de un antiguo ambiente estuarial ("fluvial-estuarine"), donde la dinámica fluvial prevalece sobre las corrientes de marea.
Así, atendiendo al modelo de Jouanneau & Latouche (1981), el período de origen de este depósito podría correlacionarse con las primeras fases evolutivas de un estuario. Durante la fase inicial la energía ambiental habría resultado suficiente como para erosionar el basamento litificado e incorporar pequeños rodados y fragmentos líticos al sedimento arenoso depositado en el paleovalle fluvial. Esta elevada competencia y energía del medio también es evidenciada por los valores del porcentil 1 de las curvas acumulativas (Fig. 3A). El aumento del nivel marino da lugar al decrecimiento de la pendiente, con la consecuente reducción de la competencia fluvial, estableciéndose condiciones hidrosedimentológicas de mezcla fluvial-estuarial.

Esquema evolutivo-estratigráfico
El depósito arenoso analizado en esta investigación posee un piso estratigráfico bien definido a lo largo de toda la sección. Los perfiles realizados establecen que tales materiales se apoyan, en discordancia erosiva, sobre una limolita terciaria (Mioceno inferior-Plioceno) perteneciente a la Formación Chasicó (Aliotta et al., 1992). Esta sedimentita se ubica en la parte superior de la Cuenca del Colorado y se la asigna a un paleoambiente continental (fluvial-eólico) (Fidalgo et al., 1985). La misma posee carácter regional y conforma el basamento de los materiales inconsolidados que componen el subsuelo de gran parte de la zona costera del estuario. Así, en la boca del mismo y en el sector contiguo a la Plataforma Continental Aliotta & Perillo (1990) encuentran dichos materiales aflorantes en el fondo marino entre 13 y 18 m de profundidad.
Dentro del marco geológico regional del Cuaternario, la zona más interna del estuario de Bahía Blanca se halla unida morfológicamente con una depresión elongada este-oeste de más de 120 km de largo. La misma forma parte del dominio de la antigua cuenca hídrica del Río Colorado. Si bien dicha depresión no se halla vinculada directamente con el río actual, este paleovalle no sólo evidencia en su evolución acciones fluviales, sino que también sugiere la intervención de procesos eólicos y marinos que dificultan su caracterización (González Uriarte, 1984). A los materiales relictos fluvio-estuarinos determinados en el subsuelo del canal Principal del estuario se los vincula al mencionado paleovalle o antiguo delta del Río Colorado. Los sedimentos se habrían depositado durante la última gran transgresión postglaciaria, en un período en donde el nivel del mar se ubicaba muy por debajo del actual.
El ascenso del nivel del mar durante el Holoceno resulta el proceso más importante que imprime la característica de la secuencia estratigráfica de una región costera. Diferentes investigaciones realizadas en distintas partes del mundo plantean diversas opciones de curvas que muestran la variación del nivel marino. Tales estudios, en general, se basan en la correlación de profundidad y edad de la muestra. Debido a que estas curvas no sólo representan las fluctuaciones glacio-eustáticas, sino que también en ellas se suman factores locales como tectonismo, isostasia y compactación local de los sedimentos (Kraft & Chrzastowski, 1985), las mismas para cada región costera-marina poseen características y pendientes particulares. 
En la costa y Plataforma Continental Argentina no se conocen estudios que establezcan la curva de variación del nivel marino para el Cuaternario, cuando el mar se hallaba por debajo de su cota actual. La ausencia de estos trabajos contrasta con las numerosas investigaciones geológicas realizadas en sectores emergidos. Se destaca que la mayoría de ellos analizan sólo las oscilaciones marinas cuaternarias ocurridas por encima del nivel medio actual, y cuyas evidencias geológicas se hallan sobre la zona costera (cordones de arena y conchilla, llanuras de marea inactivas, estratos con fósiles marinos, etc.).
Considerando la curva eustática de Milliman & Emery (1968) el período de deglaciación comienza alrededor de 15.000 años A.P., con un nivel del mar a 110-130 m por debajo del actual. En particular, sobre la Plataforma Argentina , dataciones con 14C (Urien & Ewing, 1974) y datos paleontológicos (Boltoskoy, 1973) establecieron para el inicio de la transgresión postglacial una edad de 11.700 años A.P. desde una cota de -140 m. Ante la falta de otras referencias y con el fin de estimar la edad de los sedimentos estudiados se utilizó el grupo de curvas reunidas por Belknap & Kraft (1977), las cuales representan el ascenso marino Holoceno en distintas costas del mundo. Considerando la profundidad de la base del paleoambiente fluvio-estuarino analizado, en donde las condiciones mixtas
reflejan la cercanía del antiguo nivel marino, se infiere que los sedimentos estudiados habrían sido depositados durante el holoceno temprano (10.000 - 7.500 A.P.) (Fig. 5). Dicha edad es correlacionable a la última fase de la evolución paleogeográfica de la plataforma brasilera definida por Corrêa et al. (1995). Este autor establece para un período entre 11.000 años A.P. y 6.500 años A.P. un nivel marino a los 20-25 m por debajo del actual.


Figura 5. Estimación de la edad de los sedimentos fluvio-estuarinos estudiados.
Figure 5. Age estimate of  the studied fluvio-estuarine sediments.

Facies netamente estuarina-marinas (arena fina con conchillas y limo arcillo arenoso) sobreimpuestas al sedimento estudiado indican la continuación del proceso transgresivo holoceno, con los consiguientes cambios en las condiciones hidrodinámicas paleoambientales. Estos son básicamente el dominio de las condiciones marinas y la minimización de los procesos fluviales de depositación. Tales sedimentos no solamente se diferencian de los infrayacentes por el color o abundante material fósil, sino también en sus cualidades mineralógicas. Realizando la comparación con la facies fluvio-estuarina (Fig. 6) se desprende un aumento considerable en la concentración de la fracción pesados (16 %). Esta característica se la correlaciona con procesos erosivos marinos que afectaron a las arenas de la Formación Río Negro (Plioceno), la cual subyace a los materiales transgresivos-regresivos a lo largo de la región costera al sur del estuario de Bahía Blanca. Es así como los sedimentos de playa del mencionado sector presentan concentraciones de pesados (Teruggi et al., 1964) del mismo tenor que aquellas halladas en el sustrato de Ing. White.


Figura 6
. Comparación mineralógica entre la arena fluvio-estuarina (A) y la arena transgresiva estuarina-marina (B).
Figure 6. Mineralogical comparison between the fluvio-estuarine sand (A) and the estuarine-marine transgressive sand (B).

La abundante malacofauna de los sedimentos marinos transgresivos se compone de los mismos restos orgánicos que aquellos encontrados en las llanuras de marea y cordones holocénicos (Aliotta & Farinati, 1990) que caracterizan la región costera del estuario. La diferencia radica en el aspecto tafonómico del material paleontológico, dado que en los testigos es notable el mayor grado de fracturación, evidenciando un ambiente de mayor energía de ola y poder destructivo de los materiales biógenos, en un estadio correspondiente a un nivel marino inferior al actual. Todas las diferencias mencionadas (sedimentológicas, mineralógicas, paleontológicas) entre ambos tipos de materiales denotarían fuentes diversas de aporte sedimentario y un cambio fundamental en los procesos dinámicos ambientales asociados.
Los niveles superiores de los testigos, los cuales presentan una estructura laminar (arena-fango) o de tipo "flaser", se correlacionan con la extensa llanura de marea desarrollada en el litoral holoceno en el período culminante de la transgresión. Datos radiocarbónicos sobre valvas de moluscos en posición de vida definen para estos sedimentos una edad de 3.850 años A.P (González, 1989) y 3.373 años A.P. (Farinati et al., 1992).

CONCLUSIONES

Se describe por primera vez en el subsuelo marino del estuario de Bahía Blanca sedimentos cuaternarios pertenecientes a un paleoambiente de origen predominantemente fluvial. En tal sentido esta resulta una evidencia sedimentológica que confirma la existencia de un importante aporte hídrico relacionado con el pasado geológico y evolución del ambiente estuarial. En la figura 7 se muestra la posición estratigráfica de esta facies fluvio-estuarina, dentro de la secuencia sedimentaria característica del sector interno del estuario.


Figura 7
. Estratigrafía del sector interno del Estuario de Bahía Blanca.
Figure 7. Statigraphy of the inner area of the Bahía Blanca Estuary.  

El basamento de los materiales inconsolidados que componen el subsuelo del canal de acceso al Puerto de Ingeniero White corresponde a una limolita terciaria, perteneciente a la Formación Chasicó. Sobre la misma, en discordancia erosiva, se ha determinado un gran depósito arenoso lentiforme, el cual sería relicto de un paleoambiente fluvio-estuarino, definido en la presente investigación. La depositación de esta facies se habría producido con un nivel del mar aproximadamente a 20-25 m por debajo del actual, en un período transgresivo correspondiente al Holoceno temprano. Finalmente, el avance del mar origina depósitos marino-estuarinos, cuyas evidencias morfológicas, sedimentológicas y paleontológicas se encuentran a lo largo de toda la región costera del estuario.

Agradecimientos

Al Laboratorio de Geología Marina del Instituto Argentino de Oceanografía, a la Lic. B. Gutiérrez Tellez por su colaboración en el análisis diatomológico y a la Sra. L. Luro por la confección de las figuras.

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Recibido: 20 de julio de 1994.
Aceptado: 9 de diciembre de 1996.

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