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Revista de la Asociación Argentina de Sedimentología

versión impresa ISSN 1853-6360

Rev. Asoc. Argent. Sedimentol. vol.11 no.1 La Plata ene./jul. 2004

 

COMENTARIO BIBLIOGRAFICO

Baptista Neto, J.A., Abelin Ponzi, V.R. y Sichel, S.E. (eds.), 2004. Introduçao à Geologia Marinha. Editora Interciencia, Río de Janeiro, 279 pp. 192 figs.

A pesar que el mayor porcentaje de sedimentos que se suele analizar en estudios estratigráficos tienen origen marino, el grado de conocimiento de las condiciones y procesos a los que están sujetos los materiales marinos va en saga de los primeros. La investigación oceanográfica en general, como de la Geología Marina, en particular, sólo se iniciaron seriamente a partir de la Segunda Guerra Mundial, y se enfatizaron significativamente a partir del Año Geofísico Internacional (1957). Antes de ello, sólo algunos investigadores dispersos en Estados Unidos (p.e., D. Johnson, F.P. Shepard, M. Ewing) y en Europa (p.e., C. Darwin, J. van Been) dedicaron sus esfuerzos al mar.

Hasta 1934 la exploración marina se veía muy limitada por los instrumentos disponibles, especialmente en lo que se refiere a la determinación de la profundidad y la posición de las embarcaciones. En ese año, van Been prueba la primera ecosonda descubriendo la existencia de dunas submarinas en el Mar del Norte. Hasta ese momento la profundidad se obtenía, y se siguió empleando hasta bien pasada la mitad del Siglo XX, con un escandallo (plomada unida a una soga graduada). La ecosonda marcó el primer gran hito hacia el conocimiento detallado de la geomorfología submarina, seguida rápidamente por los relevamientos magnetométricos y sísmicos. Justamente, son los magnetómetros (primero empleados para detección de submarinos) los que permiten dar el primer paso en lo que finalmente sería toda la teoría de la Tectónica de Placas a partir de la determinación del desplazamiento de los fondos oceánicos.

Los cambios socioeconómicos que se produjeron luego de la Segunda Guerra Mundial fueron el principal desencadenante de los estudios costeros. El auge del turismo, los asentamientos de casas y poblados en las playas que luego eran "inexplicablemente" destruidas por huracanes y ondas de tormenta indujo una fuerte presión, especialmente en los Estados Unidos, a desarrollar estrategias de protección de las costas. Pero antes de poder protegerlas adecuadamente, es necesario conocer las costas en detalle. Información que se carecía totalmente en esa época y, en muchos países, como en la Argentina, todavía carecemos.

Francis Shepard, conocido como el padre de la Geología Marina, publicó el primer libro sobre el tema (Submarine Geology) en 1938, con reediciones en 1948 y 1973. En las décadas de 1960 y 1970 y principios de los 80 varios otros libros de texto sobre Geología Marina vieron la luz, pero inexplicablemente esa marea se detuvo. Ello no quiere decir que la Geología Marina pasó a segundo plano, sino que el vuelco fue hacia libros sobre temas específicos con capítulos contribuídos por varios autores. Por otro lado, tanto en castellano como portugués, no existen libros de texto dedicados plenamente al tema.

Introduçao a Geología Marinha viene a llenar ese tan necesario hueco del que sufre no solo la Geología Marina sino todas las ramas de la Oceanografía en general. El libro está organizado en diez capítulos escritos por especialistas en cada uno de los temas tratados. Aquí convendría hacer un paréntesis y demostrar que la mayoría de los autores se han graduado en universidades de Estados Unidos y Europa y han regresado a Brasil para desarrollar sus investigaciones. Esta es una muestra concentrada en universidades cercanas a Río de Janeiro, pero hay muchos otros investigadores similares a lo largo de la costa brasileña. Una tremenda diferencia con nuestro país, donde apenas hay un puñado de geólogos marinos.

Luego de un breve capítulo inicial sobre la exploración oceanográfica mundial, con énfasis en la brasileña, se desgranan capítulos sobre El Interior de la Tierra, Morfología de los Océanos, Tectónica Global, Corteza Oceánica, Métodos de Investigación de los Fondos Oceánicos, Circulación Oceánica, Ambientes de Sedimentación Costera, Sedimentación Marina y Recursos Minerales Marinos. Las referencias están todas integradas en un único capítulo final.

Como corresponde a toda introducción, los capítulos están tratados con precisión pero superficialmente. En algunos casos, especialmente cuando se presentan los ejemplos sobre investigaciones en costa y margen continental brasileños, los que abundan significativamente a través de todo el texto, como lector me quedo con un resabio de saber más. Quizás es un buen incentivo para los editores para intentar una versión donde se profundice aún más.

La edición es correcta, quizás algunas figuras pierden definición ya que eran originalmente en color, pero es un libro muy bien presentado. Teniendo en cuenta la conectividad entre los márgenes continentales de Brasil, Uruguay y Argentina, los numerosos ejemplos de nuestro vecino, hacen de este libro un elemento necesario para los que consideran seriamente trabajar en Geología Marina.

Gerardo M. E. Perillo

Instituto Argentino de Oceanografía Depto. de Geología, Univ. Nac. del Sur

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