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Argos

versión On-line ISSN 1853-6379

Argos vol.33 no.1 Bahía Blanca ene./jun. 2010

 

ARTÍCULOS

El 'agua heliconia' en la Elegía 3, 3 de Propercio*

Arturo R. Álvarez Hernández

Universidad Nacional de Mar del Plata

arturoalvarez@infovia.com.ar

 


Resumen

Respecto del sueño narrado por Propercio en su elegía 3, 3 predomina en la crítica la idea de que aparecen allí dos fuentes, una que representa a la épica heroica y la otra que representa a la elegía erótica. Según esta interpretación la consagración del poeta elegíaco-erótico se simboliza en el final del poema mediante una especie de bendición con el agua de esa segunda fuente. Partiendo de una aguda observación de Luck (1969), este artículo intenta demostrar que en el sueño programático properciano hay una sola 'agua heliconia' y las diversas escrituras son simbolizadas mediante diversas formas de beber esa única agua.

Palabras clave. Propercio; Agua heliconia; Helicón; Programática.

Abstract

In regard to the dream told by Propertius in his Elegy 3.3, it is widely agreed by the critics that two springs appear there: one representing the heroic epic and the other, the erotic elegy. According to this interpretation, the consecration of the erotic-elegiac poet is symbolized at the end of the poem, through a kind of blessing with the water of the second spring. Based on an acute remark by Luck (1969), this paper tries to show that in the programmatic Propertian dream, there is only one «Heliconian water» and that the different writings are symbolized through various forms of drinking only that one water.

Keywords. Propertius; Heliconian water; Helicon; Programmatic.


No sabemos qué poeta fue el primero en utilizar los accidentes hídricos del monte Helicón como símbolos de significado metapoético. Ciertamente dichos accidentes (Aganipe, Permeso, Hipocrene, Olmio) están mencionados en el célebre proemio de la Teogonía de Hesíodo, donde el poeta narra su consagración a la poesía (cf. vv. 1-8), pero allí no son símbolos sino lugares donde se localizan las evoluciones del coro de las Musas. La mención de Aganipe, Permeso e Hipocrene en el proemio originario de los Aitia de Calímaco (fr. 2 Pf., conocido como 'el sueño') permite conjeturar que el de Cirene pudo haber dado inicio allí a una simbología hídrica heliconia, atribuyendo a Hesíodo y a sí mismo el haber bebido de alguna de las célebres fuentes1; pero el material con que contamos no permite ir más allá de la conjetura. Entre los romanos es probable que Ennio primero y Lucilio después hayan hecho uso de esa simbología2, pero sólo en el de rerum natura de Lucrecio encontramos un testimonio cierto de que 'beber de las fuentes de las Musas' significa acceder a la máxima inspiración: avia Pieridum peragro loca nullius ante / trita solo. iuvat integros accedere fontis / atque haurire (1, 926-928 = 4, 1-3)3.

En Propercio encontramos ya una 'simbología hídrica heliconia' estricta, pero para entender su significado es necesario considerar el antecedente de Virgilio. En el pasaje de la consagración de Galo de ecl. 6, 64-73 se narra cómo el poeta elegíaco, cuando estaba 'vagando junto a la corriente del Permeso' (v. 64 errantem Permessi ad flumina Gallum), fue llevado por una de las Musas a las cimas del Helicón (v. 65 Aonas in montis ut duxerit una sororum); cómo allí, después de ser saludado por el conjunto de las Musas (v. 66 utque viro Phoebi chorus adsurrexerit omnis), recibió, de manos de Lino y en nombre de las Musas, las flautas de Hesíodo (vv. 69-70 'hos tibi dant calamos, en accipe, Musae, / Ascraeo quos ante seni), junto con el mandato de celebrar con ellas el origen del bosque Grineo, bosque consagrado a Apolo (vv. 72-73 his tibi Grynei nemoris dicatur origo / ne quis sit lucus quo se plus iactet Apollo.').

En este primer ejemplo virgiliano de espacio simbólico heliconio4, aparece representada una concepción ascencional de la escritura poética5, pues la ubicación de Galo a los pies del monte, junto a las aguas del Permeso (Permessi ad flumina), representa su escritura de contenido erótico6, mientras que su ascenso a las cimas del monte (Aonas in montis) representa su consagración a un tipo de elegía superior, de contenido etiológico, al modo de los Aitia de Calímaco.

El segundo pasaje virgiliano importante para nuestro tema es el de georg. 2, 173-176. Allí, luego de una rápida mención de próceres romanos que culmina con una alabanza de Augusto y del reciente sometimiento de la India, el poeta dirige la palabra a la Saturnia tellus y proclama que, por ella, él está transitando una etapa superior de su escritura. De manera particularmente solemne Virgilio representa su obra geórgica como un avanzar (ingredior) en materias (res) y en arte (artem) "de antigua gloria" (antiquae laudis), osando abrir (redescubriéndolas: recludere) "fuentes sagradas" (sanctos fontis), de las que mana el "canto ascreo" (Ascraeum carmen) que el poeta canta a lo largo del romano imperio (Romana per oppida)7. El Helicón, en este caso, no está expresamente mencionado; pero, si el canto geórgico se define "ascreo", resulta inevitable conjeturar que esas "fuentes sagradas" a las que ha accedido el poeta son las inmortalizadas por Hesíodo en el proemio de la Teogonía8. El pasaje virgiliano, además, alude probablemente al pasaje de Lucrecio antes citado que, por su parte, probablemente contiene una alusión al contexto enniano también citado.

En Virgilio, entonces, la simbología heliconia remite a una concepción 'evolutivo ascencional' de la escritura poética, en cuyo marco el acceso a las fuentes del Helicón representa una elevación de la propia escritura, en materia y en arte.

A esta concepción adhiere Propercio la primera vez que utiliza la simbología hídrica heliconia. En su elegía 2, 10 el poeta elegíaco hace un intento de celebrar las gestas de Augusto, pero pronto advierte su incapacidad y, luego de renunciar, en el final del poema declara (vv. 25-26):

nondum etiam Ascraeos norunt mea carmina fontis,

sed modo Permessi flumine lavit Amor.

mis poemas hasta ahora9 no han conocido las fuentes ascreas10, pero ahora Amor los ha bañado en la corriente del Permeso.

Es indudable que el poeta representa aquí dos grados de su escritura elegíaca: uno, aún no alcanzado, que podríamos definir 'grado heliconio superior', asociado con el futuro acceso del poeta a las fuentes del Helicón; el otro, ya alcanzado, que podríamos definir 'grado heliconio inferior', que es el de la escritura que el dios Amor acaba de bañar en las aguas del Permeso. En otras palabras, Propercio aspira a que su escritura 'se eleve' (en sentido virgiliano), asumiendo materia más alta (heroica en este caso), pero por el momento reivindica su ubicación en el grado heliconio inferior.

La elegía 3, 3: el sueño heliconio properciano

Expuestos brevemente estos antecedentes podemos entrar en el análisis de la elegía 3, 3, donde encontramos la utilización más significativa de la simbología hídrica heliconia de toda la obra properciana. En esta elegía el poeta narra una experiencia onírica, análoga a la del sueño narrado por Calímaco en el proemio originario de sus Aitia (fr. 2 Pf.). En su sueño Propercio se encuentra en un boscoso Helicón, junto a la fuente Hipocrene, de la que -tal como nos lo recuerda el poeta- bebió Ennio para componer sus Annales. El poeta, que está ansioso por beber, con la obvia intención de tratar materia heroica, acerca su pequeña boca al gran chorro de la fuente Hipocrene, y en ese instante Apolo, que estaba observando la escena semioculto detrás de una arboleda, interviene enérgicamente para disuadirlo de ese intento. El dios le recuerda que sus capacidades son inferiores a las que se necesitan para tratar materia heroica y acto seguido le señala una gruta, hacia la que conduce un sendero, de la cual se nos ofrece una detallada descripción. La gruta (que por algunos detalles se asemeja a las grutas artificiales de las mansiones romanas de la época), está cargada de elementos simbólicos, que remiten por igual al culto dionisíaco y al culto de las Musas. En ella se encuentran las nueve Musas, cada una aplicada a la tarea inspiratoria que le compete. El detalle tal vez más llamativo de la gruta es un estanque (lacus) en el cual las palomas, aves de Venus, beben, hundiendo sus picos purpurinos. A esta formación de agua el poeta la llama lacus Gorgoneus. Una de las Musas, que el poeta identifica como Calíope, se acerca al poeta y le dirige unas palabras con las que, reiterando el mandato apolíneo de no incursionar en la materia heroica, lo exhorta a persistir en la materia erótica. Dicho lo cual, Calíope moja la boca del poeta con un agua que es denominada 'agua filítea'.

Comencemos por decir que esta elegía properciana ha sido el punto de partida para la postulación de lo que podemos definir como 'la teoría de las dos fuentes', que una buena parte de la crítica remite al prólogo originario de los Aitia de Calímaco, es decir, 'el sueño' ya mencionado (fr. 2 Pf.). Los escasos fragmentos de dicho texto, con sus correspondientes escolios, demuestran que Calímaco mencionaba allí la fuente Aganipe, definiéndola como hija del Permeso, y luego mencionaba la fuente Hipocrene, como el lugar junto al cual Hesíodo había recibido la visita de las Musas11. Sobre esta exigua base se ha desarrollado una intensa discusión en la que algunos críticos sostienen que, en su sueño, Calímaco atribuía a Hesíodo haber bebido de la fuente Hipocrene y que se atribuía a sí mismo haber bebido, ya de una fuente distinta, la Aganipe (así, entre otros, Maas, Sittig, Lenchantin, Enk), ya de la misma fuente Hipocrene (así, entre otros, E. Reitzenstein, Kirsten, Wimmel, Kambylis, Waszink)12. Es evidente que el sueño properciano debió retomar muchos elementos simbólicos del sueño calimaqueo, pero a la luz de lo que nos ha llegado del texto alejandrino es imposible determinar cuál era el mensaje del cirenaico y cómo se comportaba Propercio respecto de dicho mensaje13. Lo cierto es que la mayor parte de la crítica coincide en que para Propercio la fuente Hipocrene simboliza el gran epos heroico y el lacus Gorgoneus (que es, para algunos, denominación de la fuente Aganipe) simboliza la elegía erótica, adherente al ideal calimaqueo del estilo leptón, o sea, de la poesía tenuis. En consecuencia la simbología hídrica del sueño properciano se interpreta del siguiente modo: el poeta, al inicio del sueño, intenta beber de la fuente Hipocrene para componer, como Ennio, un poema épico heroico; Apolo se lo impide y le señala otra fuente, la de la poesía elegíaco-erótica, con cuya agua finalmente Calíope le rocía los labios. Conclusión, en el plano simbólico se confirma el destino elegíaco-erótico de Propercio.

El importante libro sobre la elegía erótica romana de G. Luck contiene una observación que pone en crisis esta lectura. Luck señala certeramente que, en realidad, no hay en el sueño una 'segunda fuente', porque está muy claro que, con el término lacus (v. 32), se da a entender (como ocurre siempre en Propercio) no una surgente, sino un pozo o cavidad con agua; en suma, un estanque, en cuyas quietas aguas beben las palomas14. Por otra parte, Propercio llama a este estanque lacus Gorgoneus, una designación que remite a la Gorgona, de quien había nacido el caballo Pegaso, cuya pezuña abrió, con una coz, la fuente Hipocrene ('fuente del caballo', a la que se alude, en el v. 2, mediante la exquisita designación Bellerophontei umor equi 'el agua del caballo belerofónteo')15. Es evidente que el poeta, a través del apelativo Gorgoneus, quiere establecer una relación de 'parentesco' entre la fuente y el estanque, y tal parentesco no puede ser otro que el postulado por Luck, a saber: se trata de una sola y misma agua (nosotros la llamaremos 'agua heliconia'), que brota caudalosa en las magnae fontes de la Hipocrene (de donde bebió Ennio) y luego se recoge serena en el lacus Gorgoneus (de donde beben las palomas, aves de Venus).

No obstante lo acertado de su observación, Luck mantiene la interpretación de que el lacus Gorgoneus simboliza la escritura elegíaco-erótica y de que, en el cierre del poema, Calíope 'rocía' o 'moja' los labios o el rostro del poeta con agua tomada de allí16. A mí, en cambio, me parece evidente que la estructura simbólica del sueño no consiste en la presentación de dos aguas (= fuentes) diversas, sino de diversas formas de acceder a una misma agua: por un lado está la forma de Ennio, que la bebe directamente de la fuente Hipocrene (v. 6 unde pater sitiens Ennius ante bibit), por el otro lado está la forma de las palomas, aves de Venus, que la beben del sereno estanque (v. 32 tingunt Gorgoneo punica rostra lacu). Obviamente la primera forma de beber simboliza la épica heroica y la segunda la elegía erótica. Ahora bien ¿cuál es la forma de acceso al 'agua heliconia' que el poeta se atribuye a sí mismo? Al respecto el texto properciano dice lo siguiente (vv. 51-52):

talia Calliope, lymphisque a fonte petitis

ora Philitea nostra rigavit aqua.

tales cosas [dijo] Calíope y, habiendo obtenido linfas de la fuente, regó mi boca con agua filítea.

En primer lugar, la acción final de Calíope, definida por el verbo rigo (ora ... nostra rigavit), no es la de 'rociar' o 'mojar' con agua los labios o el rostro del poeta (lo cual no implicaría necesariamente que el poeta bebe). En este aspecto me parece acertado el OLD s. v. rigo, que cita nuestro pasaje bajo la acepción 1. to provide (land, plants) with a supply of wather, irrigate or sim. El nuestro, entonces, es un uso metafórico del verbo, con el que se da a entender que la Musa le da de beber abundantemente al poeta, por lo que entiendo que cabe traducir: "regó mi boca con agua filítea". Por cierto, el poeta ya había dicho que su boca era pequeña (cf. v. 5 parva ... ora), incapaz de beber directamente del chorro de la fuente, por eso lo que hace la Musa es recoger de la fuente (con algún tipo de recipiente) y darle de beber en abundancia de acuerdo a su 'capacidad oral'.

Si bien no parece decisivo establecer de dónde toma la Musa el agua, advertimos que el poeta se preocupa por aclarar que Calíope obtiene el agua "de la fuente" (lymphis ... a fonte petitis) y en el poema, como ya vimos, la única fuente mencionada es la Hipocrene (vv. 1-2 y 5-6). Nótese, además, que el uso del verbo peto (lymphis ... petitis) implica una acción consciente de búsqueda por parte de la Musa. El verbo peto de nuestro pasaje significa, en mi opinión, To seek and bring, fetch, procure (OLD, s.v. peto 6)17; o sea que el verbo da a entender que el agua fue no simplemente 'recogida' sino 'obtenida' de un determinado lugar18. No es sencillo decidir cómo debemos imaginar la escena. Todo depende de la posición en la que se encuentran el poeta y la Musa en el momento en que ella le da de beber. Al respecto hay dos interpretaciones posibles, que dependen de cómo se entienda el v. 37 e quarum numero me contigit una dearum: si entendemos me contigit como "me tocó" (o sea "puso su mano sobre mí")19, cabe entender que el contacto con Calíope ocurre dentro de la gruta, a la cual el poeta se desplaza20 en el momento en que Apolo se la señala (recuérdese que el v. 26 indica qua nova muscoso semita facta solo est); si, en cambio, entendemos me contigit como "llegó hasta mí"21, cabe entender que el contacto con Calíope ocurre al lado de la fuente Hipocrene, junto a la cual el poeta permanece siempre y desde la cual ve el interior de la gruta de las Musas22. En el primer caso la expresión lymphis ... a fonte petitis implica que Calíope va hasta la fuente a buscar el agua que luego le da de beber al poeta en la gruta; en el segundo caso esa expresión implica que Calíope obtiene el agua de la fuente junto a la cual están ambos, lo que me parece más natural.

La forma de beber properciana queda, entonces, definida a partir de dos elementos: 1) que la Musa le da de beber agua tomada de la fuente Hipocrene; 2) que esa agua es definida "filítea". Estos dos elementos implican la idea de que hay una sola 'agua heliconia', que fluye de la fuente Hipocrene, a la cual cada poeta accede de distinto modo, siendo el modo de Propercio idéntico al de Filitas. Cuando Apolo, en nuestra elegía, disuadiendo al poeta de beber del chorro de la fuente Hipocrene, le indica la gruta donde están las Musas y donde está el lacus Gorgoneus, lo que está haciendo no es indicarle que beba de 'otra fuente', jerárquicamente inferior o de naturaleza diferente, sino revelarle que hay otras formas, distintas de la de Ennio, de acceder al 'agua heliconia', incluso para quienes, como las palomas, tienen bocas muy pequeñas.

Con este mensaje Propercio se aleja tanto del programa opositivo-polémico, de raigambre calimaquea (adoptado, por ejemplo, en la polémica contra Linceo de 2, 34), cuanto del programa evolutivo-ascencional, de raigambre virgiliana (que en 2, 10 se expresaba mediante la relación jerárquica entre el Permeso y las "fuentes ascreas")23. Propercio acepta, ahora, la jerarquía heliconia de un poeta durus como Ennio24, pero, al mismo tiempo, reclama la misma jerarquía para un poeta mollis como él. Lo que los diferencia, entonces, es la forma de beber el 'agua heliconia', que, en el caso de Propercio, así como probablemente en el de Filitas, es la que le dispensa la Musa Calíope.

Propercio ya había apelado a los nombres de Calímaco y Filitas en pasajes autodefinitorios del L. 2 (cf. 2, 1, 39-40; 34, 31-32), pero en la apertura del L. 3 el vínculo de la escritura properciana con los maestros alejandrinos se constituye en elemento central de la autodefinición, desplazando sensiblemente (y este me parece un aspecto de suma importancia) a la amada y al servitium amoris, que eran los elementos caracterizadores del programa properciano en los dos libros precedentes25.

En sus primeras apariciones dentro del discurso properciano Calímaco es caracterizado mediante expresiones alusivas al estilo, como angusto pectore y non inflatus (2, 1, 40 y 34, 32), mientras que, lamentablemente, la única caracterización que ofrece de Filitas ha sido malograda por la transmisión manuscrita26. En la elegía que da inicio al L. 3 hay muy claras referencias a la doctrina de la tenuitas, atribuida por igual a ambos alejandrinos. En esta elegía Propercio pide ingresar en el 'bosque' de Calímaco y Filitas (vv. 1-2 Callimachi manes et Coi sacra Philitae, / in vestrum, quaeso, me sinite ire nemus!), un bosque (con gruta y con fuente) que sin duda es parte del nemus Ascraeum evocado en la elegía 2, 13, 4, es decir, un nemus ubicado en el Helicón. De inmediato deja en claro que la forma 'alejandrina' de hacer poesía (v. 5 dicite quo pariter carmen tenuastis in antro?) es incompatible con el tratamiento de materia bélica: vv. 7-8:

a valeat, Phoebum quicumque moratur in armis!

exactus tenui pumice versus eat

¡Váyase al diablo quienquiera que entretiene a Febo en batallas! Salga a la luz mi verso, acabado con suave piedra pómez.27

La incompatibilidad entre escritura tenuis y materia bélica -que será el eje de los discursos de Apolo y de Calíope en la elegía 3, 3- lleva implícita la compatibilidad entre escritura tenuis y materia erótica. Pero, en sintonía con el nuevo status heliconio que el poeta ahora reclama, tanto esta elegía cuanto las otras que componen el introito del L. 3 parecen plantear una nueva definición de la 'materia erótica'. Veamos eso en detalle.

Como signo de que en 3, 1 el poeta ingresa efectivamente al bosque calimaqueo-filíteo, unos versos más adelante proclama (vv. 15-20):

multi, Roma, tuas laudes annalibus addent,

qui finem imperii Bactra futura canent:

sed, quod pace legas, opus hoc de monte Sororum

detulit intacta pagina nostra via.

mollia Pegasides, date vestro serta poetae:

non faciet capiti dura corona meo.

Muchos, Roma, añadirán glorias tuyas a tus anales y cantarán que Bactra ha de ser el límite de tu imperio. En cambio mi página ha traído del monte de las Hermanas, por un nuevo camino, esta obra, para que la leas en la paz. Una blanda guirnalda, Pegásides, dad a vuestro poeta: no se adecuará a mi cabeza una corona dura.

En este pasaje clave la elegía erótica properciana aparece definida como poesía de materia 'pacífica', contrapuesta a la poesía de materia bélica, que alimenta los 'anales' romanos; pero nótese que ambas poesías tienen un mismo destinatario, Roma, aunque difieren en cuanto a la circunstancia de recepción (quod pace legas); el poeta ya no se define como poeta-amante de Cintia, sino como escritor de Roma. Además esta escritura 'de paz' viene nada menos que "del monte de las Hermanas' (de monte Sororum) y, para que no queden dudas de que con ella el poeta accede a la máxima consagración, le pide a la propias Musas que pongan en su cabeza una corona "blanda" (mollia serta) distinta de la "corona dura", que merece el poeta que celebra gestas. Y no parece casual que el poeta defina Pegasides a las Musas, denotando con ello su relación con la fuente heliconia por excelencia, que para Propercio, evidentemente, es la única que cuenta. En cierto modo aquí ya se anuncia la aspiración del poeta al agua de la fuente Hipocrene.

Éste es exactamente el planteo de la elegía 3, 3, especialmente en el discurso de Calíope, que es quien más se ocupa de establecer la identidad de la escritura properciana. En el discurso de Apolo, que está dominado por el propósito de resguardar al poeta del peligro artístico que supondría asumir materia heroica, apenas hay una referencia indirecta a la identidad de la escritura erótica a través de la mención de las puellae enamoradas como público receptor (vv. 19-20). En cambio en el discurso de Calíope se desarrolla una clara contraposición de contenidos: por un lado la materia bélica que tienta al poeta, materia patriótica romana, en cuya descripción se destaca la violencia y la sangre, lo que incluye la terrible (y no casual) imagen del río Rin, cuyas aguas, teñidas de sangre, arrastran los cuerpos de los heridos en batalla; por el otro lado la materia de la escritura properciana, en cuya descripción, como bien ha visto Fedeli, es claro el intento de proponer la inversa del mundo bélico antes descripto28 (vv. 47- 50):

quippe coronatos alienum ad limen amantis

nocturnaeque canes ebria signa fugae,

ut per te clausas sciat excantare puellas,

qui volet austeros arte ferire viros.

porque cantarás los amantes ante el umbral ajeno con sus cabezas coronadas y las señales de una fuga nocturna producto de la ebriedad, para que sepa por ti hechizar a las muchachas encerradas quien quiera herir con artimañas a los austeros maridos.

Mediante estos versos, el contenido de la escritura erótica properciana aparece definido como el de 'batallas de amor', porque es evidente la utilización de términos propios del mundo bélico (alienum, signa, fugae, clausas, ferire) que aquí se utilizan en clave erótica. De este modo, la materia erótica queda definida, al igual que en 3, 1, como 'materia de paz', opuesta a la materia bélica. Esta es, por otra parte, la idea que despliega el díptico constituido por las elegías 3, 4 (v. 1 Arma deus Caesar dites meditatur ad Indos) y 3, 5 (v. 1 Pacis Amor deus est, pacem veneramur amantes), que completan el ciclo proemial.

Lo que tenemos, entonces, en la elegía 3, 3 y en todo el ciclo proemial, es una nueva definición de la escritura properciana, acorde con la consagración del poeta que ahora, al igual que Ennio, accede al 'agua heliconia'. Apolo y Calíope ordenan al poeta mantenerse en la escritura erótica, pero escritura erótica ahora ya no significa 'escritura de Cintia' o 'escritura del servitium amoris' (recuérdese que el libro concluye con la declaración del final del servitium amoris: 3, 24), sino 'escritura de paz', un concepto más amplio que abre la puerta a temáticas más altas, filosóficas e históricas, incluyendo la celebración de una gesta augustea como la batalla de Accio (3, 11), un claro experimento de poesía cívico-patriótica inserta en un discurso amoroso, con el que Propercio busca una nueva posición en el complejo horizonte de la poesía augustea.

Notas

* Con anterioridad he tratado este tema en una ponencia leída en las IV Jornadas de Estudios Clásicos y Medievales "Diálogos Culturales", celebradas en la Universidad Nacional de La Plata, del 11 al 13 de noviembre de 2009. Entre aquel abordaje y este hay diferencias importantes. Cito el texto de Propercio por la edición de P. Fedeli (Stuttgart: Teubner 1984). Las traducciones son mías.

1 Detallado examen de esta cuestión ofrece Torraca (1969: 92-99).

2 Respecto del posible uso de la simbología hídrica heliconia por parte de Ennio en los Annales véanse los frr. 206-210 Skutsch, que pertenecen a un pasaje en el que el poeta declara que ningún romano antes de él había tenido acceso a los Musarum scopulos (o sea, a los montes emblemáticos de las Musas: Olimpo, Parnaso, Helicón), y que él, por vez primera, 'había osado abrir ...' (nos ausi reserare... ), expresión para la cual -como propone Waszink (1950: 226)- bien se puede suponer un objeto directo fontis. De hecho, la frase reserare fontis se encuentra en un pasaje 'heliconio' de Estacio (silv. 2, 38). A la 'experiencia heliconia' del autor de los Annales hacen referencia tanto Lucrecio (1, 117-119; cf. 1, 927-930), cuanto, como veremos, Propercio (3, 3, 6-12). Una confirmación de la presencia del spacio simbólico heliconio en los Annales ofrece un pasaje de los Punica de Silio Italico (Sil. 410-413). Por lo que respecta a Lucilio cf. fr. 1008 M (1061 W) quantum haurire animus Musarum e fontibus gestit, donde parece claro que, como señala Marx, el beber abundantemente de las fuentes de las Musas se identifica con el acceso a una inspiración superior.

3 No es forzoso que Lucrecio esté aludiendo aquí al monte Helicón, pero sin duda es lo más probable (cf. Lucr. 1, 117-119).

4 Tal como sugiere Clausen (1984: 177), así como el poema comienza con una clara reescritura del prólogo de los Aitia de Calímaco (ecl. 6, 3-8), la escena consagratoria de Galo parece contener alusiones al prólogo originario de los Aitia, es decir, 'el sueño' (fr. 2 Pf.). En dicho sueño calimaqueo el monte Helicón y sus accidentes hídricos -la fuente Hipocrene, la Aganipe y el río Permeso- constituyen un espacio simbólico de consagración poética; cf. D'Alessio (1996: 378-381). El Parnaso, el Pindo y la fuente Aganipe del Helicón son mencionados por Virgilio en ecl. 10, 11-12, pero allí indican lugares frecuentados por las Musas, no espacios simbólicos.

5 La idea ascensional podría tener su origen -según Butrica (1996: 123)- en el hecho de que las Musas, en el proemio de la Teogonía, una vez que se han bañado (v. 5 loessámenai) en las aguas del Permeso, o de la Hipocrene o del Olmio, danzan en la cima del Helicón (v. 7 akrotáto Helikôni). Otro testimonio calimaqueo de uso simbólico de las diversas alturas del Helicón podría encontrarse -como sugiere Cameron (1995: 365)- en el epílogo de los Aitia (fr. 112 Pf.), donde el poeta señala el paso de los Aitia a los Yambos como un descender 'a los pedestres pastos de las Musas'. Entiendo, sin embargo, que el ascenso simbólico del Galo virgiliano no significa un cambio de 'género' (en sentido métrico), sino un cambio de materia y de estilo dentro del género elegíaco.

6 Sobre erro como acción típica del enamorado cf. Pichon (1991: 137). En la misma Égloga (v. 52) el verbo es referido a Pasifae: a, virgo infelix, tu nunc in montibus erras; el Milanión enamorado de Prop. 1, 1 es también un 'errante': v. 11 nam modo Partheniis amens errabat in antris. Erro será usado también por Horacio (carm. 3, 4, 7) para representar la escritura poética. Que la posición de Galo es símbolo de su condición de poeta lo certifica un pasaje de Nicandro (Ther. 12), donde se dice que Hesíodo cantó 'junto a la corriente del Permeso'.

7 Un pasaje análogo es el de georg. 3, 289-294 donde la escritura geórgica es concebida como operación de 'sumar honor' (addere honorem) a 'materias pequeñas' (rebus angustis), y es simbolizada por el espacio del monte Parnaso y de la fuente Castalia.

8 cf. OLD s.v. Ascraeus, 2.

9 Como señala Fedeli (2005: 330), la expresión nondum etiam no es equivalente a nondum; etiam subraya la imposibilidad de alcanzar en el presente el objetivo deseado.

10 Discrepo de Butrica (1996: 121) y muchos otros en cuanto a que los Ascraei fontes de este pasaje simbolizan la épica didáctica. Al igual que en el pasaje ya citado de las Geórgicas, estas fuentes simbolizan un grado más alto de la propia escritura. Propercio identifica ese grado con una escritura elegíaca celebrativo-heroica.

11 cf. D'Alessio (1996: 378-381).

12 Torraca (1969: 92-99), que expone toda la discusión, concluye adhiriendo a la idea de que Calímaco en su sueño bebía de la fuente Aganipe; pero Torraca entiende que con ello el de Cirene no buscaba contraponerse a Hesíodo sino asumir una actitud de modestia.

13 Cameron (1995: 362-386), en un muy interesante capítulo, relativiza la importancia del motivo del 'beber de las fuentes heliconias' y niega categóricamente su origen calimaqueo; pero su argumentación, bastante extrema, parece muy condicionada por el propósito de demostrar que Hesíodo no es el modelo principal de los Aitia. Creo que puede aceptarse esa idea y, de todos modos, conjeturarse el origen filíteo-calimaqueo del 'beber agua heliconia'. Respecto de Prop. 3, 3, Cameron comete errores sorprendentes.

14 En realidad ya Butler-Barber (1933) señala que el epíteto Gorgoneus es "a conclusive argument against assigning diverse funtions to different poetic springs." (p. 268) Pero en las primeras líneas del comentario (p. 266) afirma que "Here, as in II.x.25-26 and (less definitely) in III.i.6, the poet returns to the metaphor of two different fountains of inspiration".

15 Torraca (1969: 93, n. 46) sostiene que la fuente Aganipe bien puede ser llamada lacus Gorgoneus, porque algunos testimonios antiguos (Solin. 7. 22.23; Callistr. Ecphr. 7, p. 30 Kayser) dicen que fue también creada por el caballo Pegaso. Pero, además de que se trata de una versión, como se ve, escasamente testimoniada, el problema es que la palabra lacus no puede hacer referencia a una 'fuente'.

16 Luck (1969: 141) dice "moistens the poet's lips". Es la idea predominante en las traducciones castellanas: 'roció mi rostro' (Ramírez; Moya-Ruiz); 'roció mis labios' (Tovar- Belfiore); 'regó mis labios' (Cano); 'mojó mis labios' (Cuatrecasas).

17 Son abundantes los ejemplos citados por el OLD, e.g. B. Alex. 8, 2 (donde lo obtenido es agua) u Hor. sat. 2, 2, 12 (donde lo obtenido son pescados).

18 Es muy curioso (y tal vez no casual) que Propercio haya empleado con anterioridad la imagen de 'obtener agua', pero no de una fuente sino de un lacus. En 2, 23, 2 la imagen del agua petita lacu sin duda es metáfora de los 'amores viles' que el poeta acepta en substitución de los difíciles amores con Cintia. El lacus allí es el pozo de agua turbia del cual un poeta calimaqueo no debería beber. Ver el comentario de Fedeli (2005) al pasaje.

19 OLD s.v. contingo, 1. Así Camps (1966: 67) y Fedeli (1985: 145).

20 Obviamente hablamos de un desplazamiento onírico, que no necesariamente implica acción de caminar.

21 OLD s.v. contingo, 3.

22 Un argumento a favor de esta lectura me parece el hecho de que Calíope insista en disuadir al poeta de asumir materia bélica (vv. 39-46): si él ya se hubiese alejado de la fuente la insistencia de la Musa sería redundante.

23 Esta conclusión provisoria implica sostener que nuestro poeta, si bien se identifica con la idea calimaquea del estilo leptón, se aleja de la actitud polémica del cirenaico, tal como la hacen los grandes referentes del augusteísmo, Virgilio y Horacio.

24 Sin duda Propercio piensa en Ennio cuando en 3, 1, 19-20 proclama que no se adecua a su cabeza una dura corona y pide para ella mollia serta. En 4, 1, 61 dirá Ennius hirsuta cingat sua dicta corona. En ninguno de los dos casos hay descalificación del poeta épico-heroico.

25 Cf. e.g. 1, 1, 1-8; 7, 5-6; 2, 1, 2-3.78; 34, 93-94.

26 Ninguno de los muchos intentos de recuperar el texto de 2, 34, 31 ha logrado consenso. Expone concisamente el problema Fedeli (2005: 968-970).

27 Sin duda el v. 8 contiene una alusión-homenaje a Catull. 1, 2, poema que era una especie de dedicatoria-manifiesto del 'calimaquismo' neotérico.

28 Me parece la mejor manera de explicar la discordancia entre los mandatos divinos y el contenido efectivo de la poesía properciana, que ciertamente no es 'erotodidáctico' en el sentido expuesto por Calíope. Butrica (1996: 139) propone interpretar esa discordancia como una forma de restar autoridad a los mandatos, explicación que no me parece convincente. Es verdad que Apolo y Calíope (estrictamente ésta última) parece ignorar el contenido real de la obra properciana, pero tal vez esta sea una consecuencia, no relevante para el poeta, de su urgencia por redefinir la 'materia erótica', oponiéndola a la materia bélica y, al mismo tiempo, diferenciándola del servitium amoris (cf. e.g. 1, 7, 5-6 o 2, 1, 3-4).

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Recibido: 30-06-010
Aceptado: 15-08-010

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