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Argos

versión On-line ISSN 1853-6379

Argos vol.37 no.1 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul. 2014

 

RESEÑAS

Juan Carlos Iglesias Zoido, El libro en Grecia y Roma. Soportes y formatos, Cáceres, Universidad de Extremadura, 2010, 146 pp. Con ilustraciones.

El libro de Iglesias Zoido estudia los aspectos materiales del libro dentro de un recorte espacio-temporal que incluye desde la Grecia arcaica hasta el final del Imperio romano, si bien, en determinados momentos, la reflexión se extiende a los inicios del Medioevo. El presupuesto del trabajo, que denota la importancia del objeto de estudio, es que un conocimiento preciso del soporte y del modo de circulación de la literatura es tan importante como el análisis del contenido.

El libro está organizado en tres apartados, en cuyo transcurso el lector se desplaza desde los aspectos formales de los libros antiguos (soportes y formatos), hacia explicaciones de carácter histórico-sociológico.

La primera parte está dedicada a los soportes y utensilios de escritura de la AntigÜedad. Aquí, sin omitir la existencia de otros materiales, como la piedra, el metal y ciertas piezas de cerámica (que se mencionan sólo brevemente, por tratarse de objetos de estudio de la epigrafía), el autor prioriza el análisis de tres soportes: tablillas, papiros y pergaminos. El recorte y la organización se justifican en la "evolución diacrónica" (p. 28) acaecida en el paso de uno a otro, fenómeno que permite vislumbrar su trascendencia en el camino hacia la estandarización del libro. Cada uno de los soportes es desarrollado a lo largo de un capítulo, donde el autor trabaja sobre diversos aspectos. En el caso de las tablillas (el apartado más extenso), Iglesias Zoido caracteriza sus materiales y presenta una concisa historia de los distintos usos a los que fueron sometidas (ejercicios literarios, escolares, difusión de sentencias legales, uso epistolar, entre otros). Disertando sobre el papiro, se detiene particularmente en su complejo proceso de elaboración y en las avanzadas técnicas actuales de desenrollado y lectura. Al referirse, en tercer lugar, al pergamino, analiza dos fenómenos de gran importancia: el primero, vinculado con el proceso de elaboración, es el cambio que significó la multiplicación de los centros productores respecto de la situación previa, en la que Egipto poseía el monopolio de la producción de papiro; el segundo es el palimpsesto, explicado en la necesidad económica de reciclar los soportes. De todos modos, si bien los tres capítulos están ordenados siguiendo el orden diacrónico al que se refiere en las páginas iniciales, el autor resalta las múltiples relaciones de convivencia entre los tres soportes. La más interesante es la establecida entre las tabillas y el pergamino frente a la creación de una obra: las tablillas pertenecen al momento de inspiración y creación, sujeto a la necesidad de realizar correcciones, en tanto el pergamino, inmodificable, representa la instancia de conservación definitiva.

La segunda parte del libro, vinculada con el primer apartado, se refiere a los dos principales formatos de libro antiguo: el rollo de papiro o modelo circular de lectura, y el códice de pergamino o modelo cuadrado (resulta sumamente interesante la distinción entre ambos formatos y, en particular, la adscripción de los procesadores de texto actuales al modelo circular, a diferencia de los e-books, que conservan el formato cuadrado). Además de describir en detalle sus principales características formales, de surgimiento y su modo de empleo, el autor dedica un capítulo (donde aparecen nociones históricas) a explicar los motivos materiales y sociológicos del paso al códice como soporte definitivo. En este apartado, dentro del grupo de razones sociológicas, el autor destaca la preponderancia de dos actores: en primer lugar, los sectores humildes que, cada vez más alfabetizados, sienten el códice, presente en aspectos cotidianos de sus vidas (documentos oficiales, por ejemplo), como un formato más cercano; en segundo lugar, el cristianismo primitivo, que, en contacto con estos sectores marginados de la población, adopta el modesto formato del códice, elevándolo a la categoría de libro sagrado.

La tercera parte está dividida en dos alientos: el primero estudia ciertos aspectos históricos del libro (producción, lectura y conservación), mientras que el segundo se centra en un caso puntual: el epigrama. El primer capítulo teoriza sobre el modo de producción del libro en distintos momentos históricos, incluyendo el papel de los copistas. A continuación, antes de avanzar hacia la tardía AntigÜedad, el autor analiza el fenómeno de la lectura en la AntigÜedad grecolatina, remarcando la revolución que significó, gracias a la aparición del códice, la ruptura de la lectura lineal. El capítulo dedicado a la conservación de los libros se centra en las bibliotecas: comienza por las colecciones privadas de particulares, luego describe grandes bibliotecas del mundo antiguo (Alejandría, Pérgamo) y, por último, se refiere a las del Cristianismo. El segundo aliento de esta tercera parte aplica los desarrollos del libro en materia de soportes textuales al epigrama griego, describiendo la evolución diacrónica de este género en estrecha relación con sus soportes.

En conclusión, la obra de Iglesias Zoido es sumamente interesante, porque se centra en los soportes de escritura menos trabajados (descartando la epigrafía) y provee al lector un manual conciso pero completo. Un hallazgo del autor fue presentar, en el cierre de cada capítulo, un breve parágrafo, listando las principales obras teórico-críticas relacionadas con la temática tratada. Esta adición es de gran utilidad, pues facilita el rastreo de bibliografía específica. Es importante mencionar que, además del índice bibliográfico, se ofrece una lista de enlaces que remiten a sitios de Internet.

El trabajo se cierra con dos apéndices: el primero es una selección de fragmentos literarios vinculados con el libro antiguo. Todos los textos citados, alrededor de cuarenta, de autores tanto griegos como romanos, están traducidos. Este hecho, sumado al segundo apéndice (un glosario de términos codicológicos) y a la serie de imágenes que adornan el desarrollo del texto, convierte al libro de Iglesias Zoido en una infaltable herramienta para estudiantes, si bien todos sus apartados despiertan un vivo interés en investigadores ya graduados.

Ana Clara Sisul

Universidad Nacional del Sur-CONICET

anasisul@bvconline.com.ar

Fecha de recepción: 14-08-13
Fecha de aceptación: 07-09-13

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