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Sociedad y religión

versão On-line ISSN 1853-7081

Soc. relig. vol.22 no.38 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul./dez. 2012

 

ARTICULO

La Virgen Auxiliadora, patrona de la Patagonia y la Virgen Misionera, patrona de la provincia de Río Negro: construcción identitaria y territorial en el espacio rionegrino

The Virgin Auxiliadora, patron saint of Patagonia and the Virgin Misionera, patron saint of the province of Río Negro: build identities and territoriality in the rionegrino space

 

María Andrea Nicoletti, Ana Inés Barelli

CONICET/IIDyPCa/UNRN. San Carlos de Bariloche- Pcia de Río Negro- Argentina. mariaandreanicoletti@gmail.com, inesbarelli@hotmail.com

Fecha de recepción: 22 de diciembre de 2011
Fecha de aceptación: 18 de agosto de 2012

 


Resumen

En esta propuesta realizaremos una primera aproximación a dos devociones marianas localizadas en el espacio rionegrino: la Virgen Auxiliadora y la Virgen Misionera, como representaciones y devociones que comparten y construyen identidades y territorialidad.
La Virgen Auxiliadora, devoción traída por las Hijas de María Auxiliadora y los Salesianos de Don Bosco, desde Italia a la Argentina en 1875 y a la Patagonia en 1879, se convirtió en 1934, con la creación de la primera diócesis del sur, en Patrona de la Patagonia y del Agro argentino. La Virgen Misionera, patrona de la provincia de Río Negro, surgió como una devoción popular en 1978, en base a un viaje misionero y a la consulta, parroquia por parroquia, de la entonces diócesis de Río Negro que abarcaba toda la provincia. Esta característica de "popularidad" se entiende, no solamente por la consulta democrática del Obispo, sino por el rol de la Virgen en culturas mestizas e indígenas como la rionegrina: su mediación, "los favores a cambio de prestaciones culturales y que tenían bienes y especialistas para el propio culto" y los milagros atribuidos a las imágenes (Marzal, 1994: 165).
Nuestro objetivo es aproximarnos al análisis de estas dos devociones marianas en el territorio rionegrino en las que se entrecruzan momentos históricos diversos que las resignifican y generan identidades sociales, como así también espacios de inclusión pero a la vez de exclusión, que construyen territorialidad y sacralidad. Intentaremos analizar a través de la iconografía las representaciones materiales y simbólicas en ambas devociones. 

Palabras claves: Virgen Auxiliadora; Virgen Misionera; Río Negro; Territorialidad; Sacralidad.

Abstract

The Virgin Auxiliadora, patron saint of Patagonia and the Virgin Misionera, patron saint of the province of Río Negro: build identities and territoriality in the rionegrino space.

In this proposal will make a first approach to two Marian devotions in the Patagonian space: the Our Lady help of Christians and the Missionary Virgin, as representations and competing devotions that share and build identities and territoriality.  The Auxiliadora Virgin, devotion brought from Italy to Argentina in 1875 and to Patagonia in 1879, by the daughters of Maria Auxiliadora and the Salesians of Don Bosco, became in 1934, with the creation of the first Diocese of the South, patron of Patagonian and Argentine agricultural. The Missionary Virgen, patron saint of the province of Río Negro, emerged as a popular devotion in 1978, based on a trip devotion missionary and consultation, parish by parish of the then Diocese of Río Negro covering the entire province This "popularity" is meant not only for democratic consultation of the bishop, but the role of the Virgin in the indigenous cultures, her mediation, "the favors in exchange for cultural services and goods were specialists for their own cult "and the miracles attributed to the images (Marzal, 1994: 165).
Our purpose is to approach the analysis of these two Marian devotions which intersect different historical moments which change their mining and generate social identities, as well as spaces of inclusion but at the time of exclusion, they build territoriality and sacredness. We will try to analyze these material and symbolic in both devotions through iconography and representations.

Keywords: Virgin Auxiliadora; Virgin Missionary; Río Negro; Territoriality; Sacredness.


 

Introducción

Esta es una primera aproximación a una temática hasta ahora inédita en la historiografía nacional y regional: las devociones marianas en la Patagonia. Para este trabajo hemos elegido dos devociones locales rionegrinas, la Virgen María Auxiliadora y la Virgen Misionera. Las escasas fuentes aun recolectadas, nos permiten esbozar las primeras hipótesis y construir una historia devocional que resignifica y genera identidades sociales locales, como así también espacios de inclusión pero a la vez de exclusión, para la construcción de territorialidad y sacralidad.

La implantación de estas Vírgenes nos permite aproximarnos a categorizaciones proveniente de su devenir histórico. En el caso de la Virgen Auxiliadora, debemos particularizar, que la advocación analizada es la asociada a Don Bosco y los Salesianos, y que en este caso la caracterizaremos como una advocación "transplantada", proveniente de Turín dónde Don Bosco fundó su Congregación. El caso de la Virgen Misionera, en cambio, podemos caracterizarla como una Virgen "inventada" ya que el Obispo de Río Negro Miguel Hesayne, decidió estimular la devoción mariana en la diócesis creando una nueva advocación en 1978 con la que el pueblo pobre rionegrino se identificara. Ambas compiten en el espacio rionegrino delimitando territorialidad, ya que la Auxiliadora se proyecta a nivel nacional como patrona del agro argentino y a nivel regional como patrona de la diócesis de Viedma que abarcó entre 1934 y 1957 toda la Patagonia, hasta que en 1961 se creó la diócesis de Viedma que comprendía el territorio de Río Negro. Esta administración llegó hasta 1993 cuando se crearon en el territorio tres diócesis (Viedma, Alto Valle y Bariloche). El 20 de abril de 1934 la Virgen Auxiliadora fue declarada patrona de la primera diócesis de Viedma que abarcaba toda la Patagonia. La Virgen Misionera, en cambio, surgió en 1978 como patrona de la provincia de Río Negro, que por ese entonces había sido transformada en diócesis.  Fueron estas advocaciones las que disputaron el espacio patagónico y rionegrino en  clave devocional e identitaria. 

Esta territorialidad no se comprende sino se pone en tensión con la temporalidad histórica. La Virgen Auxiliadora es una advocación impuesta en tiempos de conquista (1879), mientras que la Virgen Misionera surge en 1978 en respuesta a la violencia de la dictadura militar. En ese sentido ambas devociones marianas se vieron atravesadas por la violencia tanto real como simbólica.

La Virgen Auxiliadora, es una antigua devoción europea que está relacionada con el "auxilio a los cristianos" contra "infieles y herejes". Categorías que podemos identificar a fines del siglo XIX en los planes de evangelización salesiana. Esta Virgen fue posteriormente declarada, en pleno período nacionalista (1934), con la creación de la primera diócesis de la Patagonia, en su Patrona y protectora y en el período peronista como Patrona del Agro Argentino.

La creación de la diócesis de Río Negro siguió un recorrido inverso en su construcción, creando una devoción propia y popular que se identificó con el espacio propiamente rionegrino. El Obispo Miguel Hesayne impulsó la construcción de una devoción propia, que inicia en la diócesis un proceso de "interculturalidad", más allá de la "inculturación", en el sentido que propone Fornet Betancourt. Señalamos que lo inicia porque, si bien supera el paradigma occidental dominante de la inculturación, conserva el núcleo duro de la fe cristiana y de sobrecarga dogmática, en este caso mariano (Fornet Betancourt, 2007: 40-42 y 46). En cuanto al contexto que la propicia, la Virgen Misionera surge en un momento histórico de violencia y genocidio, pero a diferencia de la Auxiliadora, como una respuesta que interpela, provoca y posiciona a la diócesis y a su Obispo, como el sector de la Iglesia que denuncia los abusos de la dictadura militar, en la línea de los documentos surgidos del Vaticano II, especialmente las Conferencias de  Medellín y Puebla.

La Virgen Auxiliadora de Don Bosco y la Virgen Misionera rionegrina

La Virgen Auxiliadora, devoción traída por las Hijas de María Auxiliadora y los Salesianos de Don Bosco, desde Italia a la Argentina en 1875 y a la Patagonia en 1879, se convirtió en 1934, con la creación de la primera diócesis del sur, en Patrona de la Patagonia y posteriormente en Patrona del Agro argentino en 1949. La Virgen Misionera, patrona de la provincia de Río Negro, surgió como una devoción popular en 1978, en base a un viaje misionero y a la consulta, parroquia por parroquia, de toda la diócesis de Viedma que abarcaba la provincia de Río Negro. La diferencia entre ambos puntos de partida de estas devociones las analizaremos en primer lugar desde el punto de vista iconográfico que resulta el más evidente para comprender desde allí su significación social y territorial.

Si bien la advocación de María Auxiliadora ha sido una antigua devoción de los primeros siglos de la cristiandad,1 su figura toma fuerza especialmente con San Juan Bosco, su obra y el Santuario en su honor en Valdocco (Turín, Italia). Según Don Bosco, fue la misma Virgen la que le indicó dónde debía realizarse su Iglesia (Jiménez, 1995). De hecho todas las expediciones misioneras llegadas a América debían partir del Santuario de la Auxiliadora de Turín. La imagen de María Auxiliadora se encuentra dentro de la Basílica en el famoso cuadro encargado por Don Bosco al pintor Lorenzone que confeccionó entre 1865 y 1868. Las representaciones de la Auxiliadora son numerosas pero la elección de Don Bosco recayó sobre la significación de una imagen de Santa María de la Victoria, unida a la defensa de la Iglesia y del Papa contra los herejes, hacia 1863, "motivado por la necesidad de protección de la Virgen en tiempos tan difíciles para los católicos. En el mismo año la Virgen de la estrella fue propuesta por el obispo como Auxiliadora y su fama se difundió inmediatamente por todo el país" (Farioli, 2002:29).


Figura 1: Imagen del retablo de Valdocco, Turín. Farioli, Paola.  La Virgen de Don Bosco, Torino, ELLEDICI,2002, fig.29.

En nuestro territorio las imágenes que llegaron fueron pinturas solo de la Auxiliadora y el niño y no del retablo completo del santuario de Turín, pintado por Lorenzone. Este retablo contiene y resume la pedagogía de Don Bosco (Lemoyne, 1985) sobre esta advocación que analiza pormenorizadamente Farioli (2002).

Tras la fundación de la rama femenina de la Congregación Salesiana, Hijas de María Auxiliadora, en 1872 por Don Bosco y María Dominga Mazzarello, el fundador de los salesianos le encargó distintas pinturas en base a la Virgen pintada por Lorenzone a su ex alumno oratoriano Guiseppe Rollini (De Vicari, 2009). La consagración de las primeras Hijas de María Auxiliadora con el Santo Fundador, nació en 1872 bajo el cuadro de la Virgen en Mornese. La primera imagen de María Auxiliadora fue traída en la tercera expedición salesiana a la Argentina. Relatan las crónicas que el primer cuadro de María Auxiliadora que llegó a la Argentina fue sustraído de la capilla de las Hermanas de Mornese por Santiago Costamagna2 y entregado a sor Teresa Mazzarello para llevarlo al nuevo lugar de misión (Fernández,s/f y De Vicari, 2009),3 otras fuentes señalan que ese cuadro fue enviado por don Bosco a las Hijas de María Auxiliadora en 1886 (Fernández, s/f y De Vicari,2009:60). 

El mismo relato se reproduce para el cuadro que quedó con las misioneras en Montevideo pero que Cagliero admite haber robado de la sacristía de Valdocco. Ese cuadro tiene la particularidad de que la Virgen sostiene a un Niño sonriente en sus brazos y que se le atribuye a Rollini, aunque no tiene su firma y fue retocado por las Hermanas de Villa Colón.


Figura 2: Pintura de la Auxiliadora de Rollini en Villa Colón. Foto: http://mornesamerica.blogspot.com/2010/04/el-cuadro-de-maria-auxiliadora-que-vino.html.

Centro de Espiritualidad Misionera. Hijas de María Auxiliadora.

Los otros cuadros de la Auxiliadora pintados por Rollini se encuentran en Roma, Bahía Blanca y Fortín Mercedes (Pedro Luro, Buenos Aires). El de Fortín Mercedes fue bendecido por Don Bosco y traído a la Argentina por Cagliero en 1891 y se llevó a la primera Iglesia, transformada también en Santuario en 1920. Este cuadro representa a la Auxiliadora como Patrona del Agro argentino y fue el elegido "para ser reproducida o utilizada en estampas, rodeada de flores y frutos  animales (...)" (De Vicari, 2009: 64). Un decreto de Perón de 1949, declara a María Auxiliadora, como Homenaje Nacional, patrona del agro argentino y protectora de los campos (Decreto presidencial 26888 del 27 de octubre de 1949).


Figura 3: Santuario de María Auxiliadora. Fortín Mercedes.  Foto: http://maria-auxiliadora-patrona-nacional-del-agro-argentino.es.tl/24-de-Mayo%2C-fiesta-de-Mar%EDa-Auxiliadora.htm

En cuanto a la Virgen misionera, según el testimonio del Obispo Miguel Hesayne (Testimonio del Obispo Miguel Hesayne, 26 de mayo de 2011), desde el mismo día de su designación, "encomendó de modo especial  la tarea pastoral a la protección de  María Madre y Modelo de la Iglesia" y para ello ideó una peregrinación por toda la provincia pasando con una imagen de la Virgen por cada parroquia de la diócesis  de Viedma.

El proyecto de la Virgen Misionera surge en 1978, tras la consulta del Obispo con todo el Presbiterio de su diócesis. En esa reunión de acuerdo al testimonio del Obispo Hesayne, "al momento de elegir la imagen unánimemente se pidió que respondiendo al objetivo de la Peregrinación y el valor popular de la "maternidad" principalmente en la cultura mapuche, se eligiera una imagen que representara a María Madre de Jesús y  reflejara, de alguna manera, la idiosincrasia al pueblo rionegrino". Objetivos que el Obispo desarrolló en una carta pastoral, acordando con el presbiterio la propuesta del Padre Jesús Alegría, que la advocación sería llamaría "Virgen Misionera de Río Negro". El recorrido movilizó al obispo a pensar en la posibilidad de generar un símbolo devocionario que estuviera más identificado con la región y que uniera a todos los fieles de todas las parroquias rionegrinas. El seminarista Enrique Lafforgue sugiere una pequeña capilla ubicada sobre un pequeño cerro cercano a General Conesa como el lugar dónde podría quedar la imagen de la Virgen y donde finalizaría el "recorrido mariano", para convertirse en lugar de "peregrinación".

Durante la primera peregrinación la imagen de la Virgen recorrió unos 5.500 kilómetros a lo largo de la provincia sobre el auto del obispo. La misma se realizó durante los meses de noviembre y diciembre de 1978 junto con los párrocos de las distintas ciudades rionegrinas y fieles de cada lugar. "No es exagerado afirmar que esa peregrinación conmocionó a los habitantes de la provincia entera. Desde las ciudades y poblaciones urbanas hasta los lugares rurales más inhóspitos, María Virgen Misionera de Rio Negro  fue recibida con júbilo y aclamada como Madre de Dios y Madre nuestra en largas caravanas de peregrinos a pie y a caballos;  en vehículos: autos - camiones - ómnibus y hasta tractores. La Peregrinación de la Virgen Misionera salió de Viedma el 27 de noviembre de 1978 y finalizó entrando en Viedma el 22 de diciembre 1978" (Testimonio del Obispo Miguel Hesayne, 26 de mayo de 2011).

Un año después, el 12 de octubre de 1979, la Virgen peregrina fue entronizada en la capilla de la Colonia de San Juan de General Conesa, donde se realizó la peregrinación hasta el pequeño Santuario elegido para la Virgen Misionera situado a la vera de la Ruta Nacional Nº 250 a 16 km de la ciudad. La peregrinación y celebración fue presidida por el Nuncio Apostólico Pio Laghi junto con el Obispo Miguel Hesayne, y los devotos que caminaron 16 kilómetros al encuentro de la Virgen.  El testimonio del Obispo Hesayne concluye afirmando que: "Fue notable que en pleno desierto y por primera vez en el Santuario Mariano de la Provincia rionegrina se dieran cita a los pies de la venerada imagen de  la Madre de Dios,  más de diez mil peregrinos viajando de los cuatro puntos cardinales del territorio provincial. Desde entonces, el segundo domingo de octubre se realiza la Peregrinación Diocesana que, recorriendo 16 kms. a pie, finaliza con una Misa concelebrada presidida por el Obispo Diocesano, los presbíteros y fieles de todas las parroquias de la Diócesis de Viedma" (Testimonio del Obispo Miguel Hesayne, 26 de mayo de 2011).

Simbologías marianas

En cuanto a la iconografía de las imágenes de María Auxiliadora, debemos primero señalar que los aspectos distintivos de la iconografía de Rollini respecto de la de Lorenzone son la corona y cetro, el rostro de la Virgen, la disposición de la vestimenta, sus pliegues y la nube (De Vicari, 2009: 71).


Figura 4: Imagen de María Auxiliadora. Cuadro de Rollini. Original de Mornese a Buenos Aires. http://mornesamerica.blogspot.com/2010/04/el-cuadro-de-maria-auxiliadora-que-vino.html. Centro de Espiritualidad Misionera. Hijas de María Auxiliadora.

La Auxiliadora se encuentra de pie, como eje vertical entre el cielo y la tierra, la Ascensión hacia la esfera divina "como mediación, pero también la rapidez en la acción a favor de los hijos" (Farioli, 2002: 70). Esta imagen posee dos coronas; la corona de estrellas y la diadema. La Corona de estrellas es de seis puntas, según el relato del Apocalipsis y símbolo de su pertenencia a la casa de David, de donde desciende Jesús, aludiendo al símbolo de la Encarnación. También el de la Inmaculada, dogma defendido por el Papa en la época de Don Bosco. La diadema real con piedras preciosas representa la divinidad y la plenitud del poder. La Virgen es Reina y Madre. El Niño también está coronado y es de tipo real. El cetro, símbolo de poder real y de gobierno, en la mano derecha remite al pasaje de Hebreos 1,8; ap 12,5 y 19,15, "a través del cual la Reina Madre asume y comparte con el Hijo la acción reinante que sería propia del Cristo Rey".4 El Niño a la izquierda de la Madre expresa el privilegio de la Reina que remite al Salmo 44,10. Los cabellos rubios de la Virgen sueltos expresan su virginidad  y su rostro y el del Niño, la perfección de la belleza. En cuanto a la vestimenta, túnica y manto son simples pero reales debido a la abundancia del paño y el colorido, simbólicamente contrastan con la desnudez de Eva. El color bermejo o rosa está vinculado con la Encarnación y el "azul que envuelve a María puede asumir diversos significados. Frecuentemente se refiere a su humanidad y remite a la naturaleza humana del Hijo encarnado en ella" (Farioli, 2002: 76).

En cuanto al Niño con los brazos abiertos, no parece según Farioli, una imagen habitual, sino elegida por Don Bosco y "representa una elección simbólica para subrayar la gratitud con la cual se nos dona". Los colores de la túnica y del manto del Niño, pueden haber sido una elección de Don Bosco, en referencia a una estatuita que puso en su primera Iglesia de Valdocco. Finalmente, "los pies desnudos de María y de Jesús nos lo ha transmitido la tradición salesiana como signo de humildad y pobreza" (Farioli, 2002: 78-79).


Figura 5: La Virgen Misionera de Río Negro. Estampita.

La Virgen misionera fue declarada Patrimonio Histórico provincial en el 2005 (ley 3572). Su iconografía, a diferencia de la Auxiliadora, es sumamente sencilla. La imagen de la Virgen fue encargada por el Obispo al escultor Atilio Morosín: "la imagen de María Madre de Jesús; tanto más que el notable artista rionegrino se confesó agnóstico y desconocedor de quién era la Virgen Santísima y su significado para el Pueblo de Dios". Representa a una campesina mapuche de rostro moreno vestida con ropa sencilla y con un poncho en el que envuelve al niño Jesús. El Obispo manifiesta que, "la Imagen representa a una madre mapuche llevando en su brazos con fuerza y ternura al hijo de sus entrañas. Ella, vestida con poncho mapuche y con su actitud de estrechar al niño sobre su corazón al tiempo que camina, en forma plástica, manifiesta su ser y misión de Madre de Dios y Madre de la Iglesia. Aún un rasgo más expresivo es el doble rostro: un lado representa a una mujer avejentada y triste y el otro una joven y alegre. Cuando el Obispo le pregunta al Artista la razón de ese doble semblante, respondió que se lo había inspirado la lectura de la Carta Pastoral en la que en uno de sus párrafos leyó que: María Madre de la Iglesia estaba dispuesta a implorar de su Hijo Jesús la transformación de las angustias y tristezas de los habitantes de Río Negro, en gozos y esperanzas de un mundo más humano, fraterno y participativo" (Testimonio del Obispo Miguel Hesayne, 26 de mayo de 2011). Según los relatos del mismo escultor se inspiró en una "madre criolla, con sus ropas pobres y con el poncho criollo"despojada de toda ornamentación o riqueza.  Es una Virgen que se encuentra en camino "una virgen distinta que cruza el desierto rionegrino" (www.hansa-sur.com.ar. Diócesis de Viedma), movimiento marcado por el pie derecho adelante del izquierdo. Al ser representada como imagen de bulto, no es una Virgen que se encuentra entre el cielo y la tierra (muchas estatuas de la Auxiliadora tiene nubes bajo sus pies), sino una Virgen totalmente terrenal. Su rostro presenta una doble expresión de un lado es triste y avejentado por la rigurosidad del clima patagónico, y del otro es alegre y juvenil, representando la tristeza y marginación del pueblo rionegrino que se transforma en esperanza y alegría con el anuncio del Evangelio a los pobres. Su rostro asume la vida misma, alegrías y tristezas, juventud y vejez. Sus pies están protegidos por ojotas para el peregrinaje. El niño que se destaca por el manto rojo, está envuelto y protegido por la Virgen y solo se advierte su color moreno, si bien el Niño mira a la Madre, la Madre mira al pueblo. La manta roja representa el fuego y la sangre, el sacrificio de Cristo. Significa la vida y el amor ardiente. "El rojo es el color de potencia y de poder. Pero acá el que lleva este color es un niño pobre...que nos recuerda que el poder del Evangelio no es como el poder autoritario y rabioso de los poderosos del mundo sino que es el poder del servicio. El poder de no ser acompañado por el amor, se vuelve arrogancia, soberbia, prepotencia, opresión" (www.hansa-sur.com.ar. Diócesis de Viedma).

En cuanto a los colores de la Virgen, el azul "simboliza la profundidad de las personas, su hondura, su capacidad de reflexión. Simboliza la transparencia de la verdad -como un cristal o un vidrio limpios- y las promesas cumplidas, las palabras que uno da y de las cuales no se retracta. Implica sinceridad. Significa aquello que nos sobrepasa en comprensión y no se puede aferrar con definiciones: como el aire, el mar, el agua. Es el color de enlace de lo profundo con lo alto, de lo humano con lo eterno. La túnica recuerda la intimidad de la persona. Intimidad que debe ser resguardada sin falsos secretismos pero cuidada con sencillez. La persona humana tiene derecho a su intimidad que es inviolable. El velo, el cubrirse la cabeza, recuerda que sobre la persona humana existe Otro más grande: Dios. Es signo de vida que se ordena desde lo que Dios quiere, desde la voluntad de Dios: Hágase en mí según tu Voluntad". El blanco simboliza la pureza recuerda la transfiguración del Jesús, nuestro bautismo y la victoria sobre la muerte. El marrón del poncho representa a la tierra "a la "pacha mama", al "humus"... color de la humildad, virtud propia de los frágiles como el barro cocido pero con la posibilidad de guardar en ese vaso de barro el tesoro del Evangelio, del Reino. En este sentido el marrón es el color de los que en verdad y sencillez, aceptan sus limitaciones pero también conocen sus talentos y los ponen al servicio de los demás. Es color de la pobreza, color típico de los peregrinos, que asumen el ser como la tierra. Poncho y ojotas como los que han nacido en estas tierras; poncho que da calor, abrigo y repara del viento, la lluvia y el frío. Poncho que puede ser compartido, ya que no hay talle diferente. Ojotas que son cómodas y sirven para caminar despacio y llegar lejos" (www.hansa-sur.com.ar. Diócesis de Viedma). Es de destacar el contraste del color negro ligado a las tinieblas del mal, de lo negativo y de la muerte que la Virgen derrota en su caminar.

Como hemos señalado el carácter popular de la Virgen en territorios indígenas y mestizos, se advierte no sólo en la trama simbólica iconográfica sino en la significación que los creyentes le otorgan. De esta manera, la Auxiliadora no se resignifica iconográficamente en los ámbitos exclusivamente salesianos, donde su presencia permanente se naturaliza en la pedagogía donbosquiana, pero como Patrona del Agro las imágenes rurales que se agregan a su iconografía la resignifican como una advocación "nacional y popular", que peregrina junto con el pueblo campesino. La Misionera es de por sí una construcción iconográfica simbólica, que busca plasmar en éstos y en prácticas religiosas su popularidad, como signo de interpelación a su pueblo.

Las vírgenes en clave de demarcación territorial y violencia simbólica

La Auxiliadora y la Misionera como demarcadoras del territorio rionegrino

Desde la geografía, Carballo distingue que las creencias religiosas y los cultos no escapan a la necesidad de contar con el espacio para su reproducción y crecimiento. En función de ello redefine las nociones de territorio y espacio. El primero lo describe como el espacio apropiado y valorizado por los grupos sociales. Mientras que el espacio se caracteriza "por su valor de uso dónde el territorio sería la resultante de la apropiación y valorización del espacio mediante la representación y el trabajo" (Carballo, 2009: 25). La apropiación del espacio puede ser de carácter instrumental o simbólica/ expresiva. La primera se trata de una relación utilitaria del espacio, centrada en las relaciones políticas, económicas y sociales. Mientras que, la segunda enfatiza el papel del territorio como una sedimentación simbólico-cultural del espacio. Por lo tanto, el territorio no se reduce ni se entiende únicamente en su función instrumental, sino también como objeto de operaciones simbólicas. Es decir, se puede caracterizar al territorio como el marco de prácticas culturales objetivas (fiestas, rituales, etc) y como objeto de representación, como símbolo de pertenencia social. En éste último caso, los sujetos no solo interiorizan al territorio a su sistema cultural superando la visión del territorio como objeto, sino que "se construye por una realidad social "interna" y pasa a convertirse en un territorio "invisible" resultante de los procesos de interiorización del sujeto" (Carballo, 2009: 29). Por otro lado, esta autora también sugiere la necesidad de abordar los fenómenos religiosos desde la multiterriorialidad. Entendida como territorialidades múltiples "que se funden en una misma recomposición de la espacialidad, pero que no se confunden entre ellas, dibujando fronteras que comparten un mismo territorio soporte y/o político, en un mismo mapa" (Carballo, 2009: 40).

En cuanto a la apropiación instrumental hemos advertido que si bien la Auxiliadora, como patrona de la Patagonia, se apropia de un espacio regional más amplio, su resignificación como Patrona del Agro es la que demarca territorios en espacios situados al norte del Colorado. Sin embargo, aunque las peregrinaciones se iniciaron antes del decreto de Perón, la Auxiliadora de Don Bosco siempre estuvo vinculada al espacio rural y a la producción agropecuaria. Por ejemplo, en Rodeo del Medio (1898), desde la parroquia María Auxiliadora y la escuela vitivinícola de los Salesianos desde 1912, se realizó la primera peregrinación en tren y a partir de 1913 a pie, impulsada por los ex alumnos del Colegio Don Bosco de Mendoza. A estas peregrinaciones les siguieron otras modalidades, como la peregrinación femenina (1916) y las de las colectividades extranjeras como la de los italianos en ocasión de la fiesta del Rosario, los sirios libaneses con rito maronita y los españoles con la Inmaculada, patrona de España (Cañizares, 1999: 14,24 y 25) .

En La Pampa la devoción se propagó desde la localidad de Toay con la construcción del templo desde 1897, que se concluyó en 1915. Desde distintas localidades pampeanas se comenzaron a realizar las peregrinaciones en 1917 organizadas por un grupo de damas de la elite pampeana. "Esta peregrinación que convocaba entre sesenta y ochenta personas se repitió año tras año. Y en 1924 adquirió un grado de formalidad institucional que requirió la conformación de una comisión especial encargada de su concreción" (...). "La institucionalización de la peregrinación desde Santa Rosa a Toay de 1924  fue una evidencia del carácter masivo que había adquirido la movilización católica en el Territorio Nacional de La Pampa como así también el  lugar que ocupa el catolicismo en la sociedad y de su proceso de adaptación a estos nuevos contextos" (Rodríguez y Funker, 2011: 3-13). Desde 1945 advertimos en la celebración la activa participación del ejército (http://www.soydetoay.com.ar/efemer/mayo/patrona.htm).


Figura 6:Peregrinación de Toay, 1915. http://www.soydetoay.com.ar/efemer/mayo/patrona.htm

En la Patagonia, la introducción de su devoción por las Hijas de María Auxiliadora, se circunscribe al espacio social escolar y parroquial, como el caso de San Carlos de Bariloche, con una celebración especial en su catedral presidida por el Obispo y acompañada por una comunidad educativa de niños, niñas y docentes pertenecientes a los sectores medios de la ciudad.


Figura 7: Fiesta de María Auxiliadora, Catedral de San Carlos de Bariloche, 24 de mayo de 2011. Foto de María Andrea Nicoletti

En el caso de la Virgen Misionera desde su mismo surgimiento se constituyó como demarcadora de territorio, pues surgió de una visita del Obispo en 1978 recorriendo cada parroquia de la entonces diócesis de Viedma que abarcaba toda la provincia de Río Negro. Según Hesayne, "fue notable que en pleno desierto y por primera vez en  un Santuario Mariano de la Provincia rionegrina se dieran cita a los pies de la venerada imagen de la Madre de Dios,  más de diez mil peregrinos viajando de los cuatro puntos cardinales del territorio provincial" (Testimonio del Obispo Miguel Hesayne, 26 de mayo de 2011). La capillita mencionada por Hesayne se transformó en parroquia de San Juan y Santuario de la Virgen Misionera.


Figura 8: Foto peregrinación al Santuario de la Virgen Misionera en Conesa http://www.rionegro.com.ar/diario/rn/nota.aspx?idart=466576&idcat=9521&tipo=2

Paralelamente desde General Roca hacia Paso Córdoba, se inició una peregrinación de modo informal de la mano del párroco marianista de la Parroquia "Cristo Resucitado", Enrique Barbudo sm, (1977-1983). "Eran movidas juveniles con scout, noche en vela por allí y cosas por el estilo" (Testimonio del padre Javier de Aguirre, sm, 23 de mayo de 2011). Probablemente, manifiesta el actual párroco marianista Javier de Aguirre, las peregrinaciones se hicieron oficiales con la división diocesana de 1993 de la provincia de Río Negro que dejó al santuario de Conesa extraterritorialmente situado fuera de la jurisdicción diocesana de Viedma. "Las peregrinaciones se vienen haciendo desde hace más de 15 o 20 años de todas las ciudades del valle a paso Córdoba el tercer domingo de noviembre por la mañana, en la que se suspenden todas las misas de todas las parroquias de la diócesis para que todos el mundo acuda a la peregrinación. En la práctica hablamos de dos o tres mil personas, con algunos jóvenes que vienen caminando desde Regina y algunos más desde Cipolletti. Una misa central presidida por el padre obispo y desconcentración, con algunos grupos que se quedan a comer asado a la orilla del río o en el lugar. Desde Roca parten varias columnas que nos encontramos en el tramo de la ruta provincial N° 6 que es la que va hacia el sur y cruza el puente de Paso Córdoba" (Testimonio del padre Javier de Aguirre, sm, 23 de mayo de 2011).


Figura 9:Fotos de la peregrinación a la imagen de la Misionera en Paso Córdoba, 2008. Fotos del P. Javier de Aguirre,sm.

Para completar la demarcación territorial de la Misionera en la provincia de Río Negro, de acuerdo a sus subregiones geográficas (la zona atlántica, los valles, la línea sur y la cordillera), se establecieron dos parroquias, que si bien no cuentan con peregrinación están dedicadas a esta advocación. Una en la línea sur, en la localidad de Comallo, a cargo de los padres claretianos, transferida a la  Diócesis de San Carlos de Bariloche en el 2010 curiosamente bajo las dos advocaciones: María Auxiliadora y Virgen Misionera (http://www.claret.org/index.php?option=com). El otro caso fue la parroquia Virgen Misionera en un barrio de San Carlos de Bariloche, fundada en 1983 por el sacerdote Juvenal Currulef, que se definió como "cura obrero, (abierto) al mundo de la política y al dolor del pueblo durante el proceso" (Agüero, 2009: 31). Juvenal Currulef hizo algo más que introducir la advocación en Bariloche, fundó un barrio popular con sectores marginales de la población barilochense con el nombre de la Misionera, en el kilómetro 7 de la Avenida Pioneros, al pie de la ladera norte del cerro Otto. "El momento de consolidación del barrio comienza a mediados del '80 con los inicios de la interacción entre la gente del lugar y los mediadores a través de la organización parroquial-educativa. En este período se dio un proceso de organización y participación, en el cual se produce el surgimiento de instituciones y acciones que se concretaron a partir de las necesidades y pedidos de la gente del barrio" (Agüero, 2007: 33). El proyecto educativo de la Parroquia Virgen Misionera está integrado por las siguientes instituciones: Jardín Maternal y de Infantes "Arco Iris", escuela primaria "Virgen Misionera", Taller de Oficios "Carlos Mugica", Colegio secundario "Amuyén", colegio para adultos "Don Jaime de Nevares".


Figura 10:Parroquia Virgen Misionera. San Carlos de Bariloche. Foto: Agüero, Alejandro. "Virgen Misionera: 'somos de acá', en: Fuentes, R,D y Núñez, P (ed). Sectores populares: identidad cultural e historia en Bariloche. Bariloche, Núcleo patagónico, 2007, p.63.

En cuanto a la apropiación simbólica expresiva del espacio hemos podido observar que la Virgen Misionera por su constitución peregrina logra unificar las subregiones de la provincia con su presencia, transformándose en un símbolo exclusivo pero no excluyente de los rionegrinos. La Misionera resulta una devoción convocante, desde distintas localidades del interior de la provincia los peregrinos confluyen a ambos santuarios. Cuando esta devoción busca construir una matriz identitaria entre los pueblos originarios y los pobladores argentinos e inmigrantes se inicia su proceso de "interculturalidad", o sea la "deconstrucción ideológica monoculturalista de la coherencia identitaria para rehacer la identidad cristiana desde la convivencia intercultural e interreligiosa en términos de un proceso contextual y universal a la vez y que, por eso mismo, se reconfigura continuamente" (Fornet Betancourt, 2007: 48). Las peregrinaciones en Conesa y Paso Córdoba están localizadas en zonas rurales y de recreación de sus pobladores pertenecientes a sectores populares. En el caso de San Carlos de Bariloche, por su localización en un barrio pobre y marginal, la presencia de la Misionera, busca revertir la matriz social impuesta por los sectores comerciales y turísticos de la "postal de la Suiza Argentina". Su presencia está asociada a lo popular, a la denuncia y a la Iglesia que peregrina con los pobres, y remite al movimiento tercermundista al que perteneció Currulef y a la resistencia de la violencia del Proceso (Pérez Pertino, 2011).

La Virgen Auxiliadora se concentra en la presencia misionera y educativa salesiana. Su devoción y sus celebraciones resultan más un reconocimiento histórico a la acción salesiana en la Patagonia que a una devoción resignificada por la población de Río Negro, de hecho se proyecta en todo el territorio patagónico con la Congregación. Su iconografía la posiciona distante de la feligresía y ajena a la cultura regional y local. A pesar de su "resignificación" como Patrona del Agro Argentino su iconografía no se modifica per se, sino que se le agregan imágenes alegóricas al campo y allí sí se populariza y se introduce en las zonas rurales por fuera de la Patagonia.

Advocaciones Marianas en Patagonia en tiempos de violencia

Resulta determinante contextualizar qué entendemos por tiempos de violencia en procesos evangelizadores antes de abordar y confrontar los momentos en los que fueron introducidas las advocaciones que analizamos.

Durante la etapa histórica de conquista militar de los territorios patagónicos, arribaron las Congregaciones Salesiana e Hijas de María Auxiliadora a la Patagonia (1879). En este proceso de evangelización distinguimos la violencia material y la violencia simbólica, que aunque formaron parte del mismo dispositivo de violencia física buscaron diferenciarse. La violencia material que llevó adelante el ejército, estuvo presente en los primeros años de contacto entre indígenas y misioneros. La violencia misionera se caracteriza más por su lado simbólico (imposición de cultura y de religión), que físico, aunque en muchos casos se constate violencia física o como en el caso de los salesianos cuando la empresa misionera se inicia con el ingreso del ejército (Boccara, 2003: 283). Como analiza Grusinski, "la occidentalización instaura muchas referencias materiales, políticas, institucionales y religiosas destinadas a dominar las perturbaciones inducidas por la conquista" (Grusinski, 2000: 95). Una de estas referencias son las imágenes religiosas que acompañan el proceso, en este caso la advocación de la Auxiliadora.

Sabemos que en el proceso de evangelización salesiano fue introducida en la prédica la figura mariana. En la Patagonia norte Milanesio, tradujo en su Piccolo Catechismo en italiano- mapuzungun, copia del Manual de Piedad, publicado en Chile, el Ave María (Nicoletti & Malvestiti, 2008). Mientras que el sur Maggiorino Borgatello tradujo la oración a la Virgen en lengua ona y alacaluf (Borgatello, 1921: 57 y 117). En la prédica oral, los Boletines salesianos hacen referencia a la enseñanza del Ave María en lengua (Bollettino salesiano, agosto 1903). Particularmente la figura de la Auxiliadora fue introducida por las Hermanas en el nombre de sus escuelas con la imagen de esta advocación, como hemos advertido en Fortín Mercedes y Bahía Blanca con los cuadros originales de Rollini.

Finalmente, con respecto a la relación de esta advocación con los tiempos violentos de la conquista, podemos señalar que tal como fue concebida la Auxiliadora de Don Bosco, su introducción en la Patagonia no resulta ni anacrónica ni extraña: es la Virgen de los "tiempos difíciles", que protege y auxilia a los cristianos, en este caso a los misioneros, defensores de la fe en territorio adverso de "herejes y paganos", como se advierte en la siguiente oración: "Defensora de la Iglesia, Tu que sola has triunfado sobre las erejías (sic) del mundo".5 Por otro lado, en el acto de inauguración del Templo de Viedma, el Boletín salesiano señalaba "la imperiosa necesidad de unirnos a nuestros Cooperadores para tributar a Dios y a la Virgen Auxiliadora la más solemne acción de gracias por la visible asistencia y poderosa protección que nos dispensó; mediante la cual se han podido llevar a cabo obras de suma importancia en aquellas regiones" (Boletín salesiano febrero de 1886: 13). Pero el templo que los salesianos iban a inaugurar en la capital del Territorio y sede del Vicariato apostólico, no estaba consagrado a María Auxiliadora sino a la Virgen de la Merced, llamada también Generala de los Ejércitos Celestiales,6 que en el mismo Boletín Salesiano que citamos la declara como "Madre y Reina de esta población".

Finalmente en cuanto a la Virgen Misionera, la violencia se presentó claramente en el contexto material en el que surgió su advocación en plena dictadura militar. Fue símbolo de resistencia y de protección a los pobres y marginados de la diócesis, junto con el testimonio de su Obispo Miguel Hesayne, que fue perseguido y amenazado por la dictadura por su defensa a los derechos humanos. Su idea sobre la violencia se ve reflejada en esta imagen de una mujer peregrina que camina protegiendo a su hijo y refleja en su rostro las desdichas y las alegrías de sus fieles: "La violencia no es humana ni cristiana porque lleva en su definición una negación de la justicia y la verdad y por lo tanto jamás podrá resolver ningún conflicto humano" (Hesayne,1989: 11).

Reflexiones finales

En esta primera aproximación al análisis de las devociones marianas de María Auxiliadora y la Virgen Misionera en la región, hemos esbozado los contrastes más significativos hallados en las primeras fuentes recogidas. Resulta fundamental, por lo novedoso e inédito del tema reconstruir las devociones tal como fueron "transplantadas" en el caso de la Auxiliadora o "inventadas" como la Misionera. Su iconografía presenta el primer contraste significativo: Una Madre Reina traída desde Turín y una campesina mapuche construida desde la consulta popular que hace visible el rostro sufriente, alegre y sencillo de los habitantes del interior de la provincia de Río Negro.

 En este trabajo hemos seleccionado dos líneas de análisis sobre las que aun tenemos que profundizar: Las imágenes marianas en su construcción iconográfica y de identidad social, y la demarcación territorial que reflejan en relación con los tiempos de conquista y violencia material y simbólica.

La Auxiliadora se proyecta como símbolo de "salesianidad" en toda la Patagonia, pero a través de los colegios y parroquias de las Congregaciones de Don Bosco y María Auxiliadora. Sus primeras imágenes pictóricas son un símbolo fehaciente del traslado de la devoción directamente desde Italia a la Argentina. Se introdujo en tiempos de violencia y conquista genocida de fines del siglo XIX. Sin embargo, esta Virgen se resignifica hacia el norte del Colorado como Patrona del Agro Argentino en fiestas y procesiones populares. La Virgen Misionera, nació como Virgen peregrina, surgió de la consulta popular, en tiempos de dictadura militar y se materializó como imagen de bulto representando al pueblo rionegrino, es decir en medio de un proceso de "interculturalidad", que se puso de manifiesto en palabras del propio Obispo Hesayne en el discurso de bienvenida al Papa Juan Pablo II en Viedma frente a la imagen de la Misionera, "esa imagen peregrina con cara y poncho de india que lleva su "guagua" envueltita" (Dieuzeide, 2004: 199):

La Patagonia es compleja y promisoria. Los que habían sido dueños de este suelo fueron avasallados y despreciados por el blanco cristiano. Los descendientes mapuches, aun hoy, se encuentran confinados en inhóspitas reservas o dispersos en barrios marginales de nuestras ciudades. Todavía no hemos reparado el pecado histórico cometido. Tu visita es una luz de esperanza que les permita dar pasos, firmes y en paz, hacia la posesión real de la tierra, derecho actual, inhalienable, de nuestros hermanos mapuches. Nuestra Patagonia hoy es un nuevo crisol de razas y pueblos: crece día a día con migraciones internas y externas, de modo especial con el aporte de nuestros hermanos chilenos (Dieuzeide, 2004: 200).

Su peregrinar en ermitas, santuarios y parroquias logró integrar las subregiones rionegrinas y resignificar la matriz social de la provincia en sus devotos. En esta identidad social resulta particularmente resignificada en la localidad de San Carlos de Bariloche, donde toma su nombre un barrio popular liderado por un sacerdote dedicado al trabajo social y educativo a la población marginal. La Virgen de Don Bosco, en cambio se circunscribe al centro de la ciudad y a la Catedral y la escuela de María Auxiliadora. Estas devociones funcionan como espacios paralelos y crean una territorialidad contrastante que nos confirma la identidad fragmentada de la sociedad barilochense.

Notas

1. Los títulos más antiguos de la cristiandad a la Virgen María son el Madre de Dios y el de Auxiliadora. Desde el siglo IV después de Cristo, las comunidades cristianas y distintas figuras destacadas de la Iglesia entre los siglo IV y VI DC en la cristiandad de Oriente dieron a la Virgen el nombre de "Auxiliadora" con los diferentes sentidos. Uno de los que tomó cuerpo dentro de los procesos históricos europeos fue el de "Auxiliadora contra los enemigos de la fe y de los ejércitos para que defiendan la patria". 

2. La Hermana Ana María Fernández, dice que según el testimonio de Costamagna, o bien Don Bosco hizo hacer dos copias del cuadro de Lorenzoni y que uno no le satisfizo o bien llevó este cuadro a Mornese al rezar allí la primera Santa Misa en 1860. La Hermana Fernández entiende que la fecha puede haber quedado cubierta con una cinta recordatoria pintada más adelante a los pies de María. Pero de Vicari sostiene que no hay posibilidades que Rollini haya pintado en 1860 ese cuadro, pues es el año en el que inicia sus clases en la Academia Albertina (De Vicari, 2009: 72).

3. Mientras el cuadro de Rollini fue a San Nicolás de los Arroyos, el cuadro de Mornese adquirió una simbología sumamente especial pues era trasladado a la casas que las Hijas de María Auxiliadora iban abriendo (San Isidro, Barracas, Bernal y Morón). Con el festejo de las bodas de oro de la Congregación de las Hijas de María Auxiliadora en Argentina (1922), el cuadro fue trasladado a su lugar de origen: el barrio de Almagro en Buenos Aires,  para ser coronado (Fernández, s/f inédito).

4. En la Misa del Santuario celebrado en Fortín Mercedes el altar se encuentra cubierto con un bordado que reza: "Ella será la Misionera y Reina. Don Bosco". http://maria-auxiliadora-patrona-nacional-del-agro-argentino.es.

5. Oración a María Auxiliadora repartida en la última celebración de María Auxiliadora en la catedral de San Carlos de Bariloche, 24 de mayo de 2011.

6. La Virgen como patrona de los ejércitos fue declarada por los movimientos independentistas americanos, en el caso de la Virgen de la Mercedes fue Manuel Belgrano quien la instituye como patrona del ejército.

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Borgatello, M. Le Nozze D'Argento ossia 25 anni della missione Salesiana della Patagonia meridionale e Terra del fouco. Torino: Società Editrice Internazionale. 1921.

Boletín oficial del Estado N° 29 164 del 9 de junio de 1999. Resolución 719/99 ratifica el decreto presidencial 26888 del 27 de octubre de 1949. Recuperado de http://www.boletinoficial.gov.ar

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Oración a María Auxiliadora repartida en la última celebración de María Auxiliadora en la catedral de San Carlos de Bariloche, 24 de mayo de 2011.

Fuentes inéditas

Testimonio del Obispo Miguel Hesayne solicitado por María Andrea Nicoletti, Azul, 26 de mayo de 2011.

Testimonio del padre Javier de Aguirre, sm, solicitado por María Andrea Nicoletti,23 de mayo de 2011.

Registro de la celebración de María Auxiliadora, Bariloche,24 de mayo de 2011 por María Andrea Nicoletti.

Páginas web

http://maria-auxiliadora-patrona-nacional-del-agro-argentino.es.

http://www.hansa-sur.com.ar. Diócesis de Viedma.

http://www.soydetoay.com.ar/efemer/mayo/patrona.htm

http://www.claret.org/index.php?option=com

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