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Sociedad y religión

versión On-line ISSN 1853-7081

Soc. relig. vol.23 no.40 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul./oct. 2013

 

RESEÑA DE LIBRO

Zuckerman, Phil (2011)

Faith no more. Why people reject religion

New York: Oxford University Press. ISBN: 978-0-19-974001-7

EzerRoboam May May

Facultad de Ciencias Antropológicas-

Universidad Autónoma de Yucatán (UADY)

Km. 1 Carretera Mérida-Tizimín, CholulCP 97305,

Mérida, Yucatán, México.

erm18_2123@hotmail.com


El Espíritu Santo ha dicho claramente que, en los últimos tiempos, algunas personas dejaran de confiar en Dios. Serán engañadas por espíritus mentirosos y obedecerán enseñanzas de demonios. Le harán caso a gente hipócrita y mentirosa, incapaz de sentir vergüenza de nada. (1 Timoteo, 4:1-2)

La existencia de Dios y el sentido del universo, siguen siendo temas polémicos para debatir pública y académicamente. El ejemplo reciente fue el debate realizado el 23 de febrero de 2012por la universidad de Oxford, entre Richard Dawkins y el arzobispo Rowan Williams. Sin embargo, la situación de creer y no creer no sólo afecta al conocimiento académico y teológico, sino también al personal e individual; por lo que el libro Faith No More de Phil Zuckerman es un buen referente sobre este aspecto

La obra de Phil Zuckerman extiende dos invitaciones: la primera, es estudiar y analizar la apostasía; la segunda es, reflexionar sobre si realmente sigue perviviendo el sentir religioso. Referente a ambas invitaciones podría decir que se resumirían en las siguientes dos oposiciones: conversiónvs apostasía; despertar religioso vsracionalización. Estas ideas remueven varias teorías clásicas de la sociología de la religión; las cuales, se derivan de la afirmación de Durkheim: la religión tiene algo de eterno, puesto que no está llamada a desaparecer, sino a transformarse. Zuckerman, pretende mostrarnos tendencias que indican lo contrario.

El libro se compone de 10 capítulos y las conclusiones. Para empezar, la virtud de este estudio es el rescate de la metodología cualitativa con la recolección -por medio de entrevistas- de historias de vida o autobiografías de 87 personas,que utiliza para el análisis de la apostasía. Por lo tanto, la lectura del libro permite conocer las experiencias de los entrevistados en sus propias voces. El autor afirma que la apostasía se da con más frecuencia en hombres que en mujeres, en personas con educación elevada, al igual que la posición ideológica más común entre éstos es la izquierdista.

En la introducción, el autor dirige al lector con datos estadísticos que avalan la hipótesis del autor, que es, el incremento de los apostatas, así como de la secularización en Norteamérica; ésta última, entendida como pérdida de lo religioso. Para Zuckerman, la secularidad se ve reflejada en la apostasía, más que en la presencia de los ateos; que si bien el autor alude que la apostasía no sólo se trata de la pérdida de la fe, sino también al rechazo de identificarse con cierta comunidad o grupo religioso determinado. El autor propone tres categorías de análisis de la apostasía; el primero es, cuando, temprano o tardío: la apostasía temprana refiere a que el sujeto socializó desde su infancia con la religión y la tardía, a que el sujeto socializó en su adultez con la creencia. El segundo es, superficial (shallow) o profundo (deep), los apostatas que se incluyen en el primero son aquellos que no han dejado de considerarse gente espiritual, o bien que ya no consideren a Jesús como el Mesías, pero sí como un buen ejemplo o guía. Mientras el segundo, es aquel que ni siquierase identificacomo una persona espiritual. El tercero es, moderado (mild)o transformativo (transformative), en el primero quiere decir que el apostata no era tan religioso; en el segundo caso, refiere que el apostata tenía tanta convicción, por lo que su deserción le fue algo trascendente.

En el primer capítulo relata la vida de dos muchachos que vivieron una intensa vida religiosa y supernatural, al ser su madre una exorcista. Pero que en el transcurso de sus vidas y circunstancias dejaron de creer en esas fuerzas sobrenaturales. En el segundo, toca uno de los puntos centrales del libro, al presentar la vida de un ex-Testigo de Jehová (TJ) y otros entrevistados que empezaron a perder la credibilidad en las historias bíblicas. Hasta este punto, el autor con base en lo encontrado en sus entrevistas, expresa su desacuerdo con la noción de que las personas religiosas son más morales quelas no-religiosas, ya que éstas últimas tienen un gran sentido del respeto, del orden moral y ético. Sin embargo, me parece necesario anotar que no se tratan de ateos de nacimiento, sino de ateos apostatas, en este sentido, damos cuenta de la posibilidad de estar conservando algunos sentimientos derivados de la religiosidad anterior.

El tercer capítulo se centra en la problemática del infortunio o desgracia. En el caso del primer entrevistado refiere a la infidelidad de un ex-TJ por parte de su esposa TJ; también expone la vida de un católico con una historia similar. En este capítulo, ronda una pregunta: ¿por qué me va mal si estoy cumpliendo con los mandatos y reglas religiosas? ¿Por qué Dios me castiga y no me premia, si le estoy obedeciendo? Luego, relata la experiencia de dos jóvenes para hablar de las 'oraciones sin respuesta', quea mi punto de vista, ambos casos me parecen ejemplos poco significativos o secundarios, por lo que hubiera sido mejor ofrecer ejemplos de eventos más trascendentales. Encontramos en este capítulo, que el tema de fondo es aquello que Weber llama, el problema de la teodicea. Según el autor, la falla de la teodicea, las oraciones sin respuesta, la muerte del ser amado son razones para que el creyente deserte. El cuarto capítulo,trata específicamente de los casos de dos ex-mormones. Ambos casos dirigen a inferir que ciertas experiencias de los entrevistados, conllevó a que la organización mormona los rechazara, y rompiera los vínculos con el grupo y por ende con la creencia. El primer caso, es de una mujer que siempre se encontraba dubitativa sobre ser o no mormona, pero que al transgredir cierta norma simbólica de castidad fue rechazada; el segundo, es de un hombre que hasta cierto punto no aguanto reprimir su homosexualidad.
El quinto capítulo toca un tema central en el mundo religioso y vida religiosa, la sexualidad y el acto sexual. Zuckerman comienza con dos casos particulares, la de un joven homosexual que mantenía cierto tipo de relaciones con otros hombres dentro de una escuela cristiana y la de una mujer que siempre deseaba tener relaciones sexuales. Resultan interesantes estos casos, porque comúnmente los religiosos que tienen relaciones sexuales pre-maritales lo mantiene en secreto para no ser rechazados por su comunidad de fe y seguir siendo parte de dicho grupo; pero los casos citados, el sexo ocasionó a que ya no se identifiquen como cristianos; es decir, el sexo jugaba un papel importante en su identidad cristiana. En suma, la batalla de los deseos sexuales y su prohibición se deja a un lado, al des-identificarse religiosamente. El sexto capítulo, habla sobre experiencias y razones variadas de apostasía, como lo fue la pederastia de la iglesia católica y el contacto con otras culturas y religiones. Actualmente, esto es común si consideramos a los innumerables grupos religiosos que han logrado internacionalizarse, gracias al internet, a la apertura política y económica. La parte interesante es el final, cuando el autor menciona que la fe se trata de voluntad y de algo deliberado; porque, creer implica esfuerzo. Claramente, el contexto plural permite el grado de voluntad que pueda tener el individuo, y cómo estos tienen que hacer más esfuerzo para creer, mientras, en un contexto con monopolio de una fe, es menos difícil esforzarse.

En el séptimo capítulo presenta dos estudios de caso, que evidencia las excepciones a la regla: dos mujeres apostatas con pasado de pobreza y crisis familiares. Las premisas sociológicas, dicen que la correlación entre nivel económico y la religiosidad son muy evidentes y cada una determina en cierta manera a la otra. En la lectura de las historias de ambas mujeres, el autor encontró queellas fueron religiosas en su momento, pero al ascender socialmente dejaron de creer, la lógica individualista y meritocrática las absorbió. A mi parecer, el autor intenta dejar un punto importante: la apostasía es un proceso con factores y situaciones contingentes.

El octavo capítulo es un buen aporte para el comienzo del estudio de la identidad social de los apostatas, al igual del análisis de la formulación de sus discursos. Este capítulo lo divide en seis apartados, el primero es la moralidad y el segundo el significado de la vida; ambos apelan más a las subjetividades. El tercero y último, es la muerte y la pérdida, respectivamente. ¿Qué es para los apostatas la muerte? Y ¿qué perdieron al ser apostatas?En la última, la respuesta es la perdida de los lazos familiares. En el capítulonoveno argumenta que los apostatas, al menos tenían un familiar que era un creyente nominal, en la mayoría de los casos, el padre.

En el capítulo diez, comienza a ofrecer respuestas a las preguntas centrales, cómo y por qué la gente rechaza o deserta de la religión. Plantea tres consideraciones, la apostasía es, (1) un proceso gradual, (2) multifactorial y (3) que no significa abrazar el ateísmo o de liberarse de las creencias espirituales como tales. Sin embargo, dice que el apostata sí toma distancia en relación al dogma nuclear de su respectiva religión, al igual que de su adherencia, identificación, membresía y/o participación. Zuckerman atribuye nueve razones para la apostasía: (1) nominalidad de algún familiar o padre, (2) la adquisición de conocimiento científico y académico, (3) infortunio o desgracia, (4) el contacto con otras culturas y religiones, (5) la influencia de colegas, novios (as) y amigos, (6) la incompatibilidad política, (7) las cuestiones sexuales, (8) el miedo o temor por las ideas de satanás y el infierno y (9) el mal comportamiento de asociaciones o personas religiosas.

En sus conclusiones señala que la apostasía es señal de la agencia social de los individuos, puesto que modifica el camino que pudo haber marcado la socialización primaria. El autor finaliza su obra pronosticando el crecimiento del número de no-creyentes, por lo que propone que en el ámbito público debería integrarse la categoría de no-creyente, al mismo nivel que denominamos a unos cristianos, musulmanes y a otros como judíos o budistas. Si compartiéramos el mismo optimismo del autor, deberíamos preguntarnos: ¿Entonces, es verdadera la profecía cristiana que se menciona en el primer libro de Timoteo?

Con la lectura de este libro he podría decir, que así como el proceso de la conversión religiosa se construye por elmismoconverso, la apostasía también es construida por el apostata mismo. Por falta de espacio, me limito a decir, que el proceso de apostasía y el de conversión comparten elementos y rasgos análogos.

Por otro lado, me parece conveniente añadir a este texto, sobre la necesidad del estudio de la apostasía en América Latina; si bien Zuckerman ha dado indicios de esto en Norteamérica, pero ¿estará ocurriendo lo mismo o algo parecido en Latinoamérica? ¿Realmente, estamos comenzando a presenciar la desaparición de la religiosidad? Lo dudo, incluso el ateísmo podría ser una forma nueva o distinta de religiosidad.

 

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