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Sociedad y religión

versión On-line ISSN 1853-7081

Soc. relig. vol.23 no.40 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul./oct. 2013

 

DOSSIER

El catolicismo argentino de Bergoglio y el papado de Francisco. Una primera aproximación desde la Argentina

The Argentinean Catholicism of Bergoglio and the papacy of Francis. A first approach from Argentina.

Fortunato Mallimaci

UBA/CONICET

Saavedra 15, 4 to piso, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

fmallimaci@ceil-piette.gov.ar

Fecha de recepción: 13/07/2013

Fecha de aceptación: 20/09/2013


Resumen: El artículo analiza la figura del nuevo papa, Francisco, a partir de una breve descripción del catolicismo argentino del cual surge y de su trayectoria como provincial de los jesuitas y arzobispo de la ciudad de Buenos Aires. Profundiza el análisis sobre el conflicto con los sacerdotes jesuitas E. Jalics y A. Yorio durante la dictadura cívico-militar-religiosa (1976-1983). Su pasado, la notoria crisis del catolicismo, la inédita renuncia de Benito XVI, el lugar del papado y el estado del vaticano, el carisma de función, los medios de comunicación, el capitalismo global y el tiempo son factores que se toman en cuenta con perspectivas hacia el futuro.

Palabras claves: Papa Francisco; Cardenal Bergoglio; Catolicismo; Papado; Argentina.

Abstract: The Argentinean Catholicism of Bergoglio and the papacy of Francis. A first approach from Argentina. The paper analyzes the figure of the new pope Francisco, as a member of Argentine Catholicism to which it belongs and from his career as provincial of the Jesuits and archbishop of the Buenos Aires city. Specifically, it explores the conflict with Jalics and Yorio Jesuit priests, under his authority during the civil-military-religious dictatorship (1976-1983). His past, the deep crisis of Catholicism, the unprecedented resignation of Benedict XVI, the place of the papacy and the Vatican state, the charisma function, the media, global capitalism and time are factors to be considered on its future.

Keywords: Francis Pope; Bergoglio Cardinal; Catholicism; Papacy; Argentine.


Introducción

Un papa argentino... impensable y poco probable según lo que uno podía analizar y conocer desde Argentina. Lo que haga o deje de hacer, lo que diga, escriba o silencie, será leído ahora en clave local por los diversos grupos de poder mediáticos, políticos, religiosos y económicos. La efervescencia en los medios que ha producido en nuestro país nos vuelve a interrogar sobre el poder de esos medios y los alcances (y límites) estructurales de esa presencia.

La secularización argentina se expresa en la recomposición y pluralidad de las creencias y en la impregnación católica en la cultura y en la eficacia simbólica a largo plazo de una identidad nacional vinculado a lo católico en continua reconstrucción. La Iglesia católica en Argentina es más respetada como institución social que como dispensadora de bienes de salvación.

Dado que la modernidad latinoamericana se construyó con un fuerte entramado entre los universos simbólicos políticos y religiosos -en especial católicos- el impacto que un especialista católico llegue a un puesto de poder "universal", lo convierte en un significativo actor político-religioso en la región. No se trata de oportunismo o de un mero acto de razón instrumental (vínculos entre jefes de estados latinoamericanos con el jefe de estado del Vaticano) sino actúa sobre las creencias y representaciones políticas -cristianas de la gran mayoría de los partidos políticos y grupos dirigenciales que gobiernan los estados nación en la región y que creen legítimamente en su poder simbólico y carismático. Son las creencias y subjetividades de compartir imaginarios y universos simbólicos los que los lleva a estar juntos en la supuesta "construcción del bien común", concepto de tradición católica y tomista si lo hay.

Carismas, tiempos y pasado

El carisma papal transforma la subjetividad de la persona que ejerce el cargo sintiéndose un elegido a cumplir una nueva misión (Weber, 1983:172-173). Transforma también a los creyentes que creen -y al creer actúan- que pueden (porque así lo esperan) sumarse a esa misión carismática (vivida como gracia) 1 y cambiar lo que se vive en la institución eclesial (sea cual sea el cambio) según sus propios intereses.

Y si ese papa es argentino, estos componentes de cambio, de ejercer una actividad carismática extraordinaria, única y especial, tienen en el conjunto de la población -católicos y no católicos- un efecto único y hasta hoy no conocido en nuestro país. Las interpretaciones dominantes que manifiestan que "por primera vez" se hace tal o cual acontecimiento o gesto o que hay ya "un crecimiento de los fieles en el catolicismo argentino" no son sólo ignorancia o falta de conocimientos sino, y especialmente, deseos de estar viviendo y realizando -gracias a un argentino- un hecho nuevo y único en la historia universal. El "sueño del papa propio" que hoy recorre la sociedad argentina reproduce la del "obispo propio" y la del "coronel propio" de décadas anteriores aunque ahora con validez y repercusión universal. En la Argentina la propaganda callejera y televisiva muestra, por ejemplo, al papa Francisco con la gran mayoría de los líderes de los partidos políticos. La foto, la carta, la mención al papa, el llamado telefónico cotidiano a numerosas personas y el usar sus frases forma parte del repertorio partidario. Lo mismo podemos decir del poder mediático, económico, deportivo, judicial y sindical. 2 Eso sí, cada uno tiene su propia lectura. Hay tantos "papas" como intereses de clase, género, políticos, de derechos, de sociabilidad y religiosos están presentes en el estado y la sociedad argentina donde la lectura e interpretación eclesiástica -lo decimos y reafirmamos- es solamente una más en el mercado de las visiones del mundo.

También debemos ser más cautos y humildes a la hora de "acercarnos" y reflexionar sobre el accionar en ese espacio global -papa, papado y estado del vaticano (Mallimaci, 2008) 3. ¿Bergoglio es Francisco; Francisco no es Bergoglio; Bergoglio se transforma en Francisco donde el carisma de "la misión" y la subjetividad que lo internaliza prima (o suprime) sobre sus intereses particulares? Lo sabremos en el tiempo, en un tiempo que no es el académico ni de la prensa cotidiana sino el que vive hoy la institución 4.

Lo interesante es que como investigador no me había hecho antes la pregunta ni con Ratzinger, ni con Wojtyla ni con Montini. Sí, ya se puede afirmar que, al menos en este corto tiempo, su nueva actitud corporal erguida y risueña (frente a la conocida actitud abatida, mortificada y con "una cara de velorio bárbara" 5 en Buenos Aires) muestra el largo deseo soñado de llegar al poder más alto en la institución católica y gozarlo al máximo.

Es importante considerar las estructuras simbólicas en una institución como es la Iglesia Católica con siglos de historias y las estructuras del estado del Vaticano con sus organizaciones, embajadas, bancos y relaciones varias. ¿Y cuál es el espacio de acción que tiene allí la persona carismática del líder? ¿Cuál es la tensión en el tiempo entre las posibilidades de acción local que los creyentes creen y pueden tener en un "nuevo momento" de acrecentamiento de un nuevo carisma papal y los límites estructurales que forman parte de situaciones más amplias y complejas? No se trata de bases enfrentadas a cúpulas ni de elites lejanas de masas ni de producción enfrentada a la reproducción. Hay que analizar "la dualidad de la estructura en una interacción social donde se combina la interacción y la estructura a través de las mediaciones de las modalidades" y donde "por dualidad de la estructura entiendo que una estructura social es constituida por el obrar humano, y al mismo tiempo es el medio mismo de esta constitución". (Giddens, 1993:150).

La llegada por primera vez de una persona fuera del "universo dominante europeo", ¿exige una mirada distinta o continuar analizando lo que allí sucede con una persona ahora venida "del fin del mundo"? Estuve en Europa participando en congresos y coloquios sobre la elección de Francisco. Algunos colegas analizaban a Francisco leyendo y analizando textos de Bergoglio mientras era cardenal de la ciudad en Buenos Aires que han aparecido en libros escritos apresurados en una quincena o un mes. Otros eran traducciones rápidas de biografías autorizadas. La mayoría se informaba por la televisión. Pocos o casi ninguno utilizaban investigaciones realizadas en América Latina y en Argentina.

Quizás uno haya hecho lo mismo al leer textos de cardenales antes de ser papas y sacar conclusiones hacia delante. Sin embargo, el hecho es otro. Se interpreta en Europa y EEUU el texto "universalmente" o sea, se está acostumbrado a hacerlo "naturalmente" desde un espacio de dominación y se suponen categorías y conceptos fuera del tiempo, el espacio y el contexto de producción, como si las palabras no tuvieran historia y cargas de sentido situadas. En el caso de Francisco se lo hacía sin tener en cuenta el campo religioso latinoamericano y argentino, el tipo de catolicismo dominante, memorias locales y estructuras sociales y estatales. Un ejemplo es la utilización por Francisco de la categoría pobres y la amplia valoración positiva que eso suponía. En la Argentina es una categoría usada desde décadas atrás y ha tenido amplia reflexión académica. Pobres, pueblo, proletarios, trabajadores y ciudadanos no tienen el mismo sentido y suponen diversas tradiciones ideológicas y religiosas. El concepto pobre como el de populismo es en sí mismo un significante vacío en América Latina que ha sido trabajado de manera exhaustiva y sin juicio de valor por diversos investigadores. (Laclau, 2005). Puede ser tanto utilizado desde un "conservadurismo popular" como desde una "propuesta emancipadora"; desde el Banco Mundial y movimientos sociales liberadores. Lo importante es también conocer las propuestas de cómo eliminar la pobreza y si los pobres son tomados como iguales, sujetos, actores u objetos subordinados. Al escuchar valoraciones o desaprobaciones a partir de esos textos, tomé nota que eran hechos desde el lugar, categorías y deseos de los investigadores y no desde el conocimiento y reconocimiento de actores concretos. 6

En el caso del papa tenemos por un lado una autoridad burocrática (realiza una carrera que va desde ser seminarista, sacerdote, pasando por obispo, cardenal y ser electo por un grupo reducido de 114 pares no mayores de 80 años). Por otro una autoridad carismática 7 revestida de amplios poderes simbólicos como jefe máximo de la catolicidad (capo de tutti capi se dice en el italiano común) que convoca a millones de personas y que a lo largo de la historia ha ido perdiendo títulos "sacrales" a medida que ganaba en humanidad y terrenalidad.

A ese carisma de función (que iguala a quien sea designado simplemente por el hecho de ocupar ese mandato) se debe agregar -si lo hay- el carisma personal o sea aquello extraordinario (dones, gestos, símbolos, movimientos, palabras, silencios, etcétera) que la propia persona suma al de función.

Los catolicismos y el pasado

El catolicismo es un mundo... así decía el principal investigador del catolicismo contemporáneo en un libro de título memorable cuyo subtitulo era "eclesiosfera" (Poulat, 1986). Es una institución, es un movimiento, es una cultura, es un imaginario dentro del cual conviven múltiples y diversos catolicismos. En uno posterior decía: "Sobre el viejo atlas, había un mundo cristiano, l`Orbis christianus. Subsisten hoy las iglesias y sus fieles. Sigue siendo verdad para el catolicismo que la Iglesia es un mundo, pero ella no es más el mundo, ni el mundo en el que, ella y justo hasta la Primera guerra mundial, se identificaba la civilización occidental." (Poulat, 1994: 303)

Hoy perdura esa eclesiosfera, con un estado del Vaticano que mantiene relaciones con 177 estados nación y un catolicismo de casi 1.200 millones de personas dispersos por el mundo entero. Uno de sus principales adversarios históricos, "la esfera soviética" implosionó y ya no quedan restos en el siglo XXI. El viejo conflicto triangular entre liberalismo, socialismo y catolicismo perdió (¿para siempre, por un tiempo, por ahora?) una de sus patas. La "esfera liberal" aparece ganadora y hasta en un momento supuso que la historia finalizaba con ella y hoy volvemos a vivir nuevas crisis y recomposiciones en el capitalismo global. Hacia allí se dirigen hoy las críticas -en sus múltiples variantes y acentos- en una continuidad que encuentra en el Syllabus de 1864 un origen que perdura hasta la fecha en el actual catolicismo romano, integralista y papal. El "mundo" es el gran enemigo y al cual hay que "restaurar" el "verdadero cristianismo". Es la modernidad la causante de los problemas del debilitamiento de la institución y no la estructura, el modelo y el mensaje católico. Lucha contra la modernidad y su cultura de la libertad de conciencia individual (burguesa) y que ha despertado innumerables iniciativas contrarias desde arriba y desde abajo, a nivel local y universal.

Ser católico integral es ser católico en todas las esferas de la vida tal cual lo proclama la cambiante y negociada doctrina social, sexual, familiar y teológica de la autoridad católica que reconoce a Roma como centro y no acepta que la religión debe ir al espacio de lo privado (como lo hace el catolicismo burgués); ni el reconocimiento de autonomías y esferas diferenciables (catolicismo liberal), ni la subordinación del mismo (como lo hacen los nacionalistas católicos, liberales católicos, masones católicos y socialistas católicos que priorizan sus principios y grupos a los de la "verdadera" institución iglesia católica). Progresistas y conservadores; liberales y tercermundistas, ortodoxos o heterodoxos, derecha e izquierda son expresiones circunstanciales e históricas de los debates y conflictos al interior del consenso y los límites históricos que va creando la propia dinámica del mundo católico.

El catolicismo como un mundo, el catolicismo como un estado, dos caras de una misma moneda resumida en el papado y que deben ser tenidas en cuenta al mismo tiempo. ¿Uno espiritual, otro material; uno religioso, el otro político? Una vez más lo afirmamos y no nos cansaremos de repetirlo: marchan juntos, no se piensan disociados, son expresión de un tipo de catolicismo que ha hegemonizado y dominado el campo católico a nivel romano y local desde fines del XIX hasta hoy y que hemos llamado catolicismo integral. Catolicismo que une y no separa tanto en el estado como en la sociedad civil.

Este análisis no puede dejar de lado el hecho desencadenante de esta situación extraordinaria vivida por primera vez en la historia milenaria del catolicismo en el año 2013 como es la renuncia de Benedicto XVI. Un acto secularizante como pocos -luego de siglos donde el cargo se ejercía hasta la muerte con sacrificio y honra- donde invocó su libre conciencia y falta de fuerzas físicas. Decidió por su propia cuenta y sin consultar a nadie poner fin a su mandato -hablando en latín y donde la primera persona que lo comprendió fue una periodista y no los especialistas religiosos que lo estaban oyendo sin escucharlo- creando un precedente que disloca creencias ancestrales sobre la autoridad sacral mostrando -una vez más- cómo el cristianismo es una puerta de salida de la religión e instrumento de secularización y de autonomía del ser humano (Gauchet, 1983). A partir de febrero de 2013 el cargo de papa pasa a ser un puesto al cual los que acceden pueden renunciar cuando desean y que quizás, en los próximos años, se regule como cualquier CEO o presidente u obispo católico que debe presentar su renuncia a los 75 años dado que, no es otra cosa -según la ancestral doctrina católica- que el obispo de Roma. Este hecho inesperado debe estar de ahora en más presente en el análisis del papado.

¿Por qué esa renuncia? ¿Cuáles son sus antecedentes? En 1978, la elección de un papa polaco, Woytyla, quiebra una tradición de siglos de jefes italianos. Un papa que tendrá como objetivo central movilizar la catolicidad desde y en el propio lugar donde está radicada a fin de reafirmar identidades y certezas católicas frente a un mundo calificado "descristianizado". Sospecha que el "aggiornamiento" producido por las reformas del Concilio Vaticano II está llevando a la Iglesia Católica a perder su identidad integralista. Las condenas, en especial a teólogos, sacerdotes y religiosas, en especial latinoamericanos, por no respetar "integralmente" el mensaje cristiano se hacen cotidianos. Para ello recorrerá el planeta y se encontrara con casi 600 millones de personas en sus "peregrinajes".

A la muerte de Juan Pablo II, le sucede "naturalmente" quien había "regulado" nominaciones de obispos y cardenales, sanciones y castigos a aquellos que eran considerados "desviados" desde hace años en el vaticano desde el ex Santo Oficio, llamado Congregación para la Doctrina de la Fe. 8 Desde 1980, el teólogo, profesor y propulsor de las reformas conciliares, Ratzinger ocupa un puesto clave en la curia vaticana. En el 2005 es electo como Benedicto XVI y continúa con los (sus) lineamientos ideológicos. La sociedad mediática ya no es la mismo de 1978 e irrumpe intensamente en la ceremonia de su elección y su figura se "mundializa" aún más como uno de los grandes "líderes" de la humanidad. Será más conocido "mediáticamente" por sus posturas doctrinales de negación y de enfrentamiento "a la mundanidad" que por sus intentos de relacionar fe y racionalidad. Su carisma personal es mínimo mientras que el recuerdo de su antecesor moviliza imaginarios a nivel mundial. Los enemigos doctrinales provenientes del "mundo" son "el relativismo, el constructivismo, en especial de género y el hedonismo".9

Los nombramientos a los principales cargos de autoridad hegemonizan "por arriba" esas prioridades dado la extensión del poder de nominar, mientras se "disciplina" y eliminan o ignoran pluralidades por "arriba y por abajo". Los problemas internos como abusos sexuales, pederastia, favoritismos partidarios y escándalos financieros cometidos por los mismos movimientos que ocupan el centro de la escena católica romana (Legionarios de Cristo, Opus Dei, Comunión y Liberación, Instituto del verbo Encarnado) son "ocultados" (encarpetados) a fin de preservar -como se viene haciendo en siglos- la institución.

Poco a poco los "escándalos de abuso sexual" cometidos por especialistas católicos y las continuas "condenas" morales y sexuales en cada estado-nación a grupos y personas "desviadas" son la principal agenda mediática a nivel occidental sobre el vaticano y el papado. Los "escándalos financieros" y el Vati-liks en Roma suman nuevos ingredientes. Las condenas al capitalismo salvaje, a la deuda externa, a grupos financieros y a las guerras preventivas de los EEUU son silenciadas o ignoradas -como ocurrió con Juan Pablo II -por los sectores dominantes económicos y mediáticos a nivel mundial.

La pérdida de credibilidad en la autoridad papal y en el papado ya no sólo afecta a grupos de especialistas sino que llega a los creyentes de a pie en el mundo entero. La pasividad, la ineficiencia y la complicidad con esos delitos de los "movimientos amigos" muestran las "mafias internas" presentes en el corazón de la catolicidad. Un modelo de iglesia de obediencia subordinada, de adulación al papado, concentrado en pocos elegidos y de "aparatos" es funcional a los "negocios" simbólicos, políticos, sexuales, financieros y burocráticos de esos grupos.

De allí el intento de resaltar mediáticamente a grandes figuras individuales como modelos: el papa, tal o cual religiosa o mártir o héroe o santo católico. Entre Juan Pablo II y Benedicto XVI crearon más santos que toda la historia anterior del catolicismo. Francisco hará santos a varios de sus antecesores inmediatos (Juan XXIII y Juan Pablo II) como nunca otros papas en centurias se habían atrevido. Los santos no se buscan sólo "entre los mártires y los testigos" sino también en el corazón del poder.

No basta con criticar o descalificar a los medios o hacerse amigo de algunos periodistas de esas empresas mediáticas sino reconocer que la autoridad, el "magisterio" ha perdido -si es que alguna vez lo tuvo- la interpretación legítima y monopólica de los hechos que produce, ahora ya no sólo en la sociedad sino en sus propios creyentes y especialistas. El mercado de los bienes de salvación en el siglo XXI no se ha reducido sino que se ha ensanchado a otros campos sin que nuestras investigaciones alcancen a dar cuenta de estas nuevas situaciones. (Bourdieu, 2009)

El catolicismo argentino que socializó a Bergoglio

No se trata de rehacer aquí las características de los catolicismos presente en la sociedad y en el estado de Argentina. En otros textos hemos mostrado su densidad histórica y sociológica y numerosos colegas han trabajado aspectos particulares del mismo (Ameigeiras, Caimari, Catoggio, Cuccheti, Distefano, Donatello, Esquivel, Forni, Gimenez, Martínez, Soneira, Zanca, entre otros10). ¿Habrá que insistir que el catolicismo integral, social, romano, papista, antiliberal y anticomunista, con fuertes improntas de identidad y cultura nacional que contribuyeron a argentinizar desde una ciudadanía católica extensiva e inclusiva en lo social, que une política y religión, estado y sociedad ha sido el dominante en el largo plazo en el siglo XX y sigue siendo hegemónico hasta hoy? La mayoría de sus especialistas y referentes provienen de familias inmigrantes llegadas principalmente de Europa a fines del siglo XIX y mediados del XX y por eso es un catolicismo plebeyo sin linajes oligárquicos, ni aristocráticos ni de clases dominantes ni de familias patricias ni acaudaladas.

Los que dominaron el campo católico tuvieron lazos privilegiados con Roma, con el aparato estatal -en especial aunque no sólo durante las dictaduras militares- y que italianizaron con su presencia (los nombres de los cardenales Copello, Caggiano, Fassolino, Pironio, Primatesta, Quarracino, Sandri, Bergoglio son expresión de esa dominación de oblatos y no de herederos11) Esa matriz católica antiliberal dominante tiene múltiples y sinuosos caminos de expresarse en movimientos políticos, culturales, sociales y religiosos que van desde la crítica al capitalismo y a la globalización salvaje y a sus expresiones financieras como el Banco Mundial, el FMI; a la oposición a la cultura WASP, a la necesidad de construir una Patria Grande de raíz católica e indígena que se enfrente a la dominación yanky, a las políticas imperiales de los laboratorios trasnacionales que favorecen el control natal, a la oposición combativa a las políticas de individuación de ampliar derechos con el aborto, la sexualidad, el cuerpo, la pareja y la subjetividad.

Catolicismo que ha hecho significativos esfuerzos por acompañar las devociones populares tanto en santuarios como en peregrinaciones. La llamada pastoral popular en Argentina se ha caracterizado por una fuerte valoración de la religiosidad popular e inserción en el mundo de los pobres. Los mayores aportes teológicos proceden de esa vertiente y donde se han destacado los aportes de dos sacerdotes: Lucio Gera y Rafael Tello (1917-2002) y donde el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo fue la mayor expresión de especialistas en América Latina a nivel de consensos, conflictos, interpretaciones, tradiciones, matriz común y el espacio con mayor asesinatos, exilados y abandonos institucionales de aquellos que "optaron por los pobres, el pobre y el pueblo" a nivel del continente (Martin, 1992).

Trayectoria de Jorge Bergoglio

Conocemos poco la trayectoria histórica del sacerdote jesuita y la del provincial. Ya llegaran esos estudios centrales para comprender historias de vida en contextos particulares (Cipriani, 2013). Los conflictos internos en la orden durante la dictadura se han hecho públicos. Su vida como arzobispo, cardenal de Buenos Aires y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina es más conocida. Hijo de inmigrantes italianos del Piamonte que llegan a la Argentina en 1929 que ingresan a una empresa pavimentadota familiar en la ciudad de Paraná. Su padre era contador de esa empresa que se derrumba con la crisis del 30 y luego sigue su carrera profesional en Buenos Aires. Allí nace en 1936 en el barrio de Flores en una familia burguesa. Como la gran mayoría de los niños y jóvenes de la Argentina en esa época se forma en escuela primaria y secundaria pública.

A los 21 años ingresa al seminario y a los 33 se ordena como jesuita. A partir de ese momento comienza una exitosa carrera y trayectoria como oblato al interior de la institución católica que lo llevara a lo máximo del poder en 2013. Entre los 36 y 43 años es provincial. En 1992 a los 56 años es electo obispo, en el 2001 cardenal y del 2005 al 2011 fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina y a fines de ese año presenta su renuncia como obispo de Buenos Aires al cumplir sus 75 años. Un sacerdote con inserción política socializado en la cultura católica, popular y nacionalista de fuerte impronta estatista, militar y peronista de nuestro país; una persona que invierte en tejer alianzas, redes y solidaridades individuales con otros poderes y con poca tendencia a formar grupos y equipos; un hombre amante de la construcción de poder para lo cual dedica gran parte de su tiempo; una persona de vida modesta y convicciones fuertes. Ha sido afín común a de las corrientes teológicas de la religiosidad popular argentina, antiliberal, anticomunista, barroca y enfrentada a la teología de la liberación -denunciada como marxista, extranjerizante e ilustrada- y que predica fundamentalmente el estar religioso con el pueblo pobre, católico, mariano y sabio y se opone a otra corriente más liberacionista y tercermundista que busca sumarse conflictivamente a las luchas políticas y culturales contra la dominación del pueblo pobre, creyente y justo (Ameigeiras, 2013).

Como obispo durante la democracia se destaca como actor político y religioso junto con el resto del episcopado en el proceso del Diálogo Argentino luego de la crisis del neoliberalismo de principios del siglo XXI con su frase "ponerse la patria al hombro" y luego como defensor del "rigor doctrinal" acusando de blasfemo a un artista (caso de las exposiciones del premiado León Ferrari). La ampliación de derechos a la diversidad del siglo XXI lo movilizan a oponerse férreamente: contra el matrimonio igualitario donde califica la ley de "presencia del demonio" y llama a la movilización callejera con apoyo a los grupos pro vida; contra la eliminación del obispado militar decidido por el presidente Kirchner; contra los programas oficiales de enseñanza de educación sexual en las escuelas y contra las leyes de identidad de género y de ampliación de derechos a las mujeres.

Impulsa el diálogo interreligioso especialmente con el mundo judío e islámico y construye puentes entre el carismatismo católico y el pentecostalismo evangélico. Al mismo tiempo se opone a nuevas leyes que deroguen los decretos de la dictadura (1976-1983) que dan amplios privilegios hasta hoy a la Iglesia Católica (honorarios a los obispos como jueces; becas a todos los seminaristas argentinos para sus estudios; jubilaciones de privilegio para los obispos, subsidio a 468 parroquias llamadas de frontera) y discriminan a todos los cultos no católicos al obligarlos a registrarse en el ayer fichero de culto (hoy registro de cultos) antes que puedan ejercer la libertad religiosa en el espacio público. Además la educación católica recibe amplios subsidios por leyes votadas en gobiernos democráticos y ampliados en dictaduras desde el concepto de laicidad de subsidiariedad.

Utiliza el anacrónico tedéum para el enfrentamiento con el poder político del gobierno de Néstor y Cristina Kirchner y construye su "alianza natural" con el resto del poder partidario (de oposición), el poder de las empresas mediáticas (nunca dará una conferencia de prensa al igual que el gobierno kirchnerista) y el poder de las grandes empresas y bancos con quienes se reunía y vinculaba asiduamente. De allí la acusación de ser "jefe de la oposición" por parte del gobierno y el enfrentamiento que caracterizará ese vínculo hasta su elección como papa en el 2013.

Como arzobispo de la ciudad de Buenos Aires se esmera y logra ordenar las finanzas aunque hasta el día de hoy no se ha logrado un mínimo estipendio para todos los sacerdotes de la diócesis que deben obtener por su propia cuenta los recursos de subsistencia. Con un total de casi 900 sacerdotes viviendo en Buenos Aires y con una proporción significativa de ancianos, hay 24 que tienen la misión de vivir en los barrios pobres de la ciudad, en lo que se ha llamado la Pastoral villera que proviene de los '70. Estos sacerdotes sí reciben un subsidio como sacerdotes aportados por el arzobispado y cuentan con su total apoyo.

Los juicios públicos y en todo el país contra el terrorismo de estado reiniciados en el 2005 como "delitos de lesa humanidad" y por ende imprescriptibles, luego de anularse las leyes de impunidad que lo impedían, están mostrando la complicidad entre el poder militar, el poder eclesial, el poder económico y el poder mediático en lo que hemos denominado "dictadura cívico-militar-religiosa" (Mallimaci, 2012).

La condena y puesta en prisión en 2007 a un sacerdote, Von Wernich, capellán de la policía de la provincia de Buenos Aires por asesinatos, torturas y delaciones (34 secuestros, 37 casos de tortura y siete homicidios calificados), es un claro ejemplo de la complicidad y colaboración directa de numerosos obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas en esos crímenes a lo largo y ancho del país. La desaparición de bebés (luego que sus madres le dieron a luz en campos clandestinos de detención y luego fueron asesinadas) y la aparición con otras familias, muestra en la mayoría de los casos de participación activa de miembros de la institución católica en ese "macabro intercambio". La Conferencia Episcopal Argentina nunca sancionó a ese sacerdote condenado ni a aquellos miembros eclesiásticos que son actualmente denunciados en los juicios. Más allá de casos individuales, como CEA nunca tomó contacto con las víctimas ni con las organizaciones de DDHH. Más aún, frente a los organismos que piden memoria, verdad y justicia, Bergoglio ha pedido reconciliación y "memoria completa", es decir que se condenen por igual al terrorismo de estado y a las víctimas de organizaciones sociales y político-militares que lo enfrentaron.

Es en este contexto que debemos entender la desprotección y desprestigio del entonces provincial en relación a los (sus) sacerdotes jesuitas que vivían en el Bajo Flores de la ciudad de Buenos Aires y que fueron detenidos-desaparecidos entre el 23 de mayo y el 23 de octubre. No se trata de un caso especial de colaboración con las fuerzas represivas sino la manera "natural" de comportarse frente a hechos similares por obispos y líderes de órdenes religiosas tal cual aparece en la mayoría de los juicios públicos que se llevan adelante en el país.

Las primeras informaciones fueron hechas públicas por Emilio Mignone 12(1986: 174,220, 262-263). Una información más precisa y detallada la tenemos en el testimonio de uno de los jesuitas que vivía en la comunidad creada dentro de la "opción por los pobres" junto a Yorio y Jalics en el momento de la desaparición de ambos. Se trata de Luis Dourron, joven sacerdote en la comunidad del Barrio Rivadavia que relata lo sucedido con amplios detalles en un valioso libro de testigos de esa época recientemente publicado (Diana, 2013: 379 y ss). Dice allí : "La vida normal de nuestra comunidad del Barrio Rivadavia se vio interrumpida a fin de 1974, cuando el padre Bergoglio superior de los jesuitas, nos conminó a disolver la comunidad... Con el tiempo supimos que a pesar de la buena disposición hacia los tres por parte del clero de la diócesis, el obispo Raspanti sólo aceptó mi pedido, ya que era del que había recibido los informes menos negativos de parte del padre Bergoglio... esto sucedía en los primeros meses del año 1976, antes del golpe militar".

Un pormenorizado detalle sobre lo sucedido a esos dos sacerdotes puede verse en un informe personal del 24 de noviembre de 1977 escrita en primera persona por el sacerdote Yorio y dirigida al RP Maura, miembro del equipo del superior general P. Arrupe en Roma. Fotocopia auténtica del original nos fue entregada en mano a varias personas y a mí por el propio sacerdote Yorio13. Se encuentra escaneada y puede ser leída en su integridad en los archivos de la biblioteca del CEIL/CONICET, Programa de Sociedad, cultura y Religión (Yorio, 1977)

Hay una línea argumental en la carta de Yorio y es la que muestra a un superior provincial -el padre Bergoglio- analizando e informando negativamente de lo vivido por una "comunidad de jesuitas" a la sede central de Roma como al resto de los obispos de la Argentina. Por otro muestra a subordinados imposibilitados de hacer conocer su propia versión de la situación y por ende desprestigiados en el lago plazo y con el correr de los años desprotegidos como personas.

El provincial "en febrero de 1976 él nos aconsejaba que nos fuéramos de la compañía" (Pp. 17) Es decir "el provincial no hacia nada por defendernos y ya nosotros empezábamos a sospechar de su honestidad... nos parecía injusto que no hubiese ninguna alusión del general (de los jesuitas) a nuestro informe." (Pp.19)

Los sacerdotes Jalics y Yorio piden las "dimisorias". Al mismo tiempo "había acusaciones muy graves, por supuesto secretas, hechas al arzobispo de Buenos Aires. Mons. Aramburu, por parte del provincial... quien andaba diciendo que nos echaba de la compañía" (Pp.22) Y el momento áas grave (1976) fue cuando: "recibí un aviso de Mons. Serra (vicario general) de Buenos Aires, donde "me comunicaba que yo quedaba sin licencias en la Arquidiócesis. La razón... era una comunicación del provincial en el sentido de que yo salía de la compañía".

En la ESMA durante la tortura "me pedían que aclare porqué no tenía licencia; me preguntaban sobre mi actividad en la villa, sobre mis opiniones de Historia Argentina y si tenía relaciones sexuales con una catequista". Además me acusaban de "haberme ido a vivir junto a los pobres, que eso era una interpretación materialista del evangelio. Que cuando se habla de la pobreza se habla de una pobreza espiritual." (Pp.23)

La carta termina con el lamento y sufrimiento que tanto Yorio como Jalics manifestaron públicamente durante años y en múltiples espacios: "¿Cómo puede ser que en secreto se nos siga acusando de cosas antiguas y que públicamente no se pueda aclarar nada? (Pp.26) y al final "porqué cuando nosotros 'pro bono pacis' nos vamos de la compañía, se informa en secreto y con mentiras a los obispos para que no nos reciban."

El alejamiento de la compañía de Jesús sin su consentimiento, el enfrentamiento y la difamación que le realizó su superior lo acompañarán hasta su muerte. Cuando supo que el sacerdote Bergoglio fue nombrado arzobispo de Buenos Aires, decidió irse del país en 1997 y morirá viviendo en un barrio humilde en Montevideo, Uruguay en el año 2000.

Vemos en estos relatos de las víctimas -de las cuales me siento totalmente solidario-, una síntesis de cómo se vivía en la década del 70 el conflicto socio-religioso-militar en el país. Un provincial que mantiene relaciones fluidas con el mundo de la política peronista (sus vínculos son con el grupo "Guardia de Hierro" (Cuchetti, 2010) caracterizado comúnmente de "derecha peronista"), con las FFAA y con el episcopado. En aquellos años de terror, asesinato, desaparición y donde las FFAA se habían puesto como objetivo de ellos mismos "destruir la infiltración subversiva y tercermundista en la Iglesia Católica", la "sospecha" o la "desaprobación" o el hacer publica "los problemas internos" a otros actores, era un cheque en blanco para que las FFAA actuasen y cumplieses con su "misión redentora y purificadora" como mostré en otros trabajos.

El ciudadano Bergoglio fue interpelado legalmente el 8 de noviembre de 2010 en relación a su participación en la detención y desaparición de los sacerdotes Yorio y Jalics dentro de la mega-causa ESMA. Estas declaraciones forman parte de los legajos judiciales bajo el rótulo: "Caso en el que resultaron víctimas Orlando Yorio y Francisco Jalics"14.

Afirma no haber "hecho todo lo posible por cuidarlos" y ante las reiteradas preguntas que se le formulan no da ningún nombre -ni de militares ni de religiosos- sobre los que les decían "zurdos" y acusaban a esos sacerdotes de no cumplir con su misión religiosa. En esos meses que estuvieron en cautiverio tuvo dos reuniones con el comandante de la Armada y otras dos con el presidente de la Nación (una de ellas dando misa privada en la casa presidencial). Sólo personas con amplio poder, en 1976, el año de mayor cantidad de detenidos-desaparecidos en la historia argentina, podían entrevistarse cuatro veces en seis meses con los mayores responsables de la dictadura.

A fojas 758 declara: "Explica (Bergoglio) que el trabajo que realizaban los 'curas villeros' eran variados en los diferentes países, en algunos estuvo muy involucrado con mediaciones políticas y una lectura del Evangelio con una hermenéutica marxista, lo que, explicó, dio lugar a la Teología de la Liberación, y en otros, en cambio, optaron por la piedad popular, dejando de lado la política, dedicándose a la promoción y acompañamiento de los pobres."

El poder judicial dictaminó que "no tuvo implicación jurídica en los casos de dichos sacerdotes". Desproteger, desprestigiar y utilizar la violencia simbólica por no obedecer quizás no tengan implicancias jurídicas pero si ideológicas, éticas y religiosas dado el contexto del terrorismo de estado y la relación de subordinados de las víctimas. Las razones jurídicas no son las razones ideológicas ni las razones éticas ni las razones religiosas.

También se pueden encontrar otras líneas de razonamiento en los libros y artículos del periodista Horacio Verbisky que tuvo la posibilidad de reunirse tanto con el sacerdote Yorio como con el cardenal Bergoglio. En varias notas publicadas en el diario Página 12 y en sus libros El silencio (2005), Doble juego (2006) y en el último tomo de su Historia política de la Iglesia argentina (2010) muestra las complicidades de Bergoglio con las FFAA.

Quiero finalizar esta parte con otro acontecimiento que muestra los estrechos vínculos de las autoridades de la Compañía de Jesús en Argentina con la dictadura. El 25 de noviembre de 1977 la universidad del Salvador de la ciudad de Buenos Aires (vinculada al mundo jesuita) otorga un distinción académica al principal responsable de la detención, tortura y desaparición de los sacerdotes jesuitas Yorio y Jalics un año atrás, es decir al Almirante Massera. Como dice H Cucchetti (2010, 347) "La relación Universidad del Salvador - militancia-masserismo predispone una forma de sociabilidad religiosa que tiene como base una matriz antiliberal, militar, nacional y católica de un fuerte y variable espesor histórico."15

El cardenal Bergoglio -al igual que la mayoría del catolicismo argentino- durante años hizo silencio ante estas acusaciones y las responde en el libro El jesuita (2010)16. Niega las complicidades y afirma que la decisión de suprimir la comunidad fue del general de la orden y que hizo todo lo posible por alertar a los sacerdotes del peligro del golpe. No niega la distinción que se le otorgó a Massera y manifiesta tener vínculos en esa época con la USAL.

Y para finalizar simplemente algunos datos sobre el campo religioso actual en la Argentina y en el Área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Activo mercado religioso, desinstitucionalización, quiebre del monopolio católico, amplia cultura cristiana y una laicidad de subsidiariedad son elementos centrales.

En todo el país, los católicos son -según nuestra última encuesta académica- un 76,5%, los indiferentes el 11,3%, los evangélicos un 9%; los testigos de Jehová un 2,1% y el resto 1,2%. Estos mismos datos en el AMBA son de 69,1%; 18%; 9,1%, 1,4% y 2,4%. En otras palabras, el AMBA es donde hay menor número de católicos en proporción a nivel país y donde hay la mayor cantidad de personas indiferentes. El AMBA es también la zona donde las personas opinan que el aborto debe esta permitido en un 63,7% (igual que a nivel nacional) y donde hay más personas que a nivel nacional que opinan que el aborto es un derecho de la mujer (19,1% a 14,1%). "En el AMBA asoman con mayor nitidez los rasgos secularizantes, en tanto la libertad de conciencia y de decisión aparecen como patrón organizador de la vida cotidiana." (Mallimaci, 2013:78)

El papado de Francisco

El gran tema que desde numerosos lustros recorre al mundo católico sigue siendo el cómo hacer frente a la modernidad capitalista del Dios mercado, Dios individuo y el Dios dinero con sus múltiples modernidades según espacios socio-político-religiosos y con la producción diferenciada de religión de esas modernidades. Modernidad que ha producido riquezas inmensas junto a miserias, pobrezas y desigualdades sociales; modernidad que prometió progresos indefinidos y el siglo XX fue testigo de guerras, matanzas explotaciones de las más atroces que se conozcan en la historia de la humanidad. Hoy reconocemos que la modernidad capitalista no hace desaparecer lo religioso sino que lo produce a su manera, recomponiendo, pluralizando y transformando creencias y donde la religión juega también como una de las memorias significativas en dar sentido (Hervieu-Léger, 2008).

Mientras en el mundo esa brecha se agranda, en el caso actual de América Latina se acorta. Hoy el continente es un gran laboratorio de transformaciones sociales, políticas y religiosas que amplían derechos que por siglos fueron ignorados o "impensables". Países donde esos procesos se han dado con un estado que ha crecido y adquirido una relevancia y centralidad que enfrenta a la racionalidad del mercado y su lógica del lucro indiscriminado.

Es importante destacar que el catolicismo latinoamericano ha logrado estar presente en el estado desde centurias. Eso sí, la construcción de los estados -nación con su misión de destino manifiesto se ha realizado de diferentes maneras según tradiciones católicas, protestantes, ortodoxas, islámicas, budistas, hinduistas y otras. Los vínculos entre estados y religiones no han sido similares en cada una de esas situaciones particulares y se han formado regímenes sociales de acumulación distintos. Casanova (2000) nos la ha analizado para el espacio europeo y de USA. Faltan investigaciones que sumen las otras modernidades.

Se debe analizar el carisma papal católico junto a la estructura burocrática del estado del vaticano. El modelo católico hegemónico los integra. La mayoría de los estudios e investigaciones se especializan en una u otro cuando forman parte de un mismo sistema de poder y de representación. Mañana quizás sea distinto. ¿Podrá haber en el mediano plazo dos personas, una encargada del estado del vaticano y otra de la catolicidad? ¿Una presidente o presidenta del Vaticano y otro con el carisma de obispo de Roma en Nairobi o San Pablo o Manila, sucesor de Pedro en su propio lugar de origen y responsable de la universalidad y globalidad? ¿O hace falta un papa sin papado o sea sin curia tal cual se conoce desde centurias? ¿Qué significa la desafiante propuesta de Francisco de una iglesia pobre y de pobres? Tiempo al tiempo.

En el actual mundo globalizado lo mediático juega un papel central. Es innegable que si la persona "ungida" le agrega gestos, actos, movimientos, palabras, mediaciones o sea su propio carisma personal hecho habitus en tierras lejanas -ayer en Polonia, hoy en el fin del mundo de Argentina-, lo mediático lo tomará y lo expandirá hasta el infinito pero ellos mismos decidirán cuando y como lo van acotando o nominando. Poco a poco el mensajero importa más que el mensaje. También es una manera también para la persona de acrecentar poder, credibilidad y fuerza para su persona en sus comienzos. Al carisma de función y al carisma personal le suma una fuerte legitimidad de origen testimonial y "políticamente correcto". Para eso, elegido un perfil, tendrá que mostrarse cada día más humilde, asceta y como una persona común "cargada de atributos extraordinarios" para poder enfrentar a aquellos que le impiden llevar adelante sus propuestas.

Pero los gestos sin cambios doctrinales y estructurales ¿qué plazo soportan? ¿cuánto tardan en rutinizarse y hacerse inocuos? Quizás fue electo solo para eso: insistir sólo en gestos y palabras para seguir dejando flotar significantes cristianos en el mismo sentido y dirección del actual o sea el dominante pues no hay ningún proyecto católico alternativo pensable y posible sin otros actores y grupos que lo lleven adelante. Hacer sociología es comprender y comparar y no profetizar ni entrar en una lógica argumentativa teleológica o pre-determinada.

Si bien los tiempos carismáticos del líder del catolicismo no son iguales a liderazgos políticos o culturales -son más extensos, densos y profundamente simbólicos- tampoco su edad -casi 77 años- le permiten un muy largo plazo. Además, abierta la puerta, la renuncia según "mi conciencia individual" o "cuando no me den más las fuerzas" es una posibilidad a considerar.

Y aquí comienzan las reflexiones. En una institución como la Iglesia Católica donde sus autoridades son creíbles por ser parte de la "sucesión apostólica" y continuadoras de sus antecesores, es imposible afirmar -como sucede cuando se cambian gobernantes en otros estados- "que el que se fue era un desastre o que la herencia recibida es nula o que la corrupción también estaba en la cabeza". El que lleva adelante el carisma y sus seguidores creen que no lo hacen por sí mismo sino por fidelidad a una misión y creencia. Sea quien sea la persona elegida, el efecto de creencia es centro y fundamento. (Ratzinger, 1998)17

Hasta el momento más allá de los gestos simples, testimonios críticos -en el cual se destaca la visita a la isla de Lampedusa en Sicilia para solidarizarse con los inmigrantes africanos que mueren o son dejados morir cuando intentan llegar a Europa- y palabras inclusivas -como tener misericordia y compasión con cualquier persona18- no ha comenzado a realizaracciones que muestren el rumbo de su proyecto para el estado del vaticano y para la institución iglesia. Por el contrario su afirmación en la entrevista del papa en el avión de regreso a Roma desde Río de Janeiro, cuando se le preguntó sobre la ordenación de mujeres y dijo que el tema estaba cerrado, produjo numerosas reacciones en contra en el movimiento de teólogas católicas.19

Ha sido elegido por sus pares por haber demostrado ser un hábil político eclesiástico que supo "tejer" relaciones de poder en el largo plazo. Prioritariamente debe volver a ser creíble -primero ganando mediáticamente legitimidad de origen con testimonio de humildad y austeridad y luego ejecutarlo con el poder de la legitimidad de función- un modelo de catolicismo que sigue apostando a unir en un solo espacio simbólico papado, curia, estado del vaticano y ser papa y obispo de Roma. Para eso ha priorizado ordenar el estado del vaticano luego de las "redes de víboras y cuervos" que lo habitan y construir una curia más globalizada; continuará el banco IOR haciendo negocios financieros pero legales y permanecerán los nuncios y la academia pontificia para aumentar la credibilidad católica de una institución fuerte y global que busca mediar y mostrar un rostro humanitario en el actual capitalismo desregulador.

Esos estados que hoy tienen vínculos con el Vaticano brindan un reconocimiento más político que espiritual al mismo tiempo que es una "oferta" a los estados nacionales y sus dirigencias políticas para acompañarlos en momentos de pérdida de credibilidad y de legitimidad. Las autoridades católicas apuestan a compensar la pérdida de presencia religiosa entre los ciudadanos con mayor visibilidad eclesiástica en el mundo global de las relaciones internacionales.

Como hábil político que necesita urgente ampliar su legitimación y el carisma papal, incorporará a aquellos que, sin haber cuestionado la estructura de poder eclesial, fueron desplazados las últimas décadas y que acepten su conducción y autoridad.

La agenda de estos meses muestra una continuidad con las estructuras de dominación de un catolicismo de certezas y de rechazo "al mundo" como Juan Pablo II y Benito XVI lo habían manifestado continuamente luego de sus desencantos con las reformas conciliares. Los cardenales que lo eligieron y los movimientos que homogeinizan hoy la institución católica creen que ese camino integralista de rechazar el relativismo y el constructivismo, especialmente de género, es el único y verdadero camino. Si hay malestar interno es a causa "del mundo" y no por el camino elegido que lleva a la inadecuación, a la repetición y a la incapacidad de renovarse de un modelo de iglesia que cada vez más aparece como de especialistas sin catolicismos.

Por eso la negación, hasta hoy, a impulsar cambios e innovaciones frente a las demandas de democratización y distribución del poder religioso como al pedido de mayor participación y cambios ideológicos de otra porción significativa del movimiento católico y de creyentes que piden abandonar concepciones integralistas y dar paso a la pluralidad de identidades.

Lo acaba de repetir en Río de Janeiro frente a obispos20 allí reunidos: "En es   e alejamiento de la trascendencia" dijo Francisco, las causas son: "la globalización y sus efectos devastadores, la perdida de sentido de la vida, la soledad, la violencia, la fractura de las familias, la droga, el alcohol, el sexo, como otras prisiones adicionales." Y finaliza: "En la sociedad, la Iglesia pide una sola cosa con una claridad particular: la libertad de anunciar el evangelio de manera integral, incluso cuando esto esté en oposición con el mundo".

Sus posturas rígidas respecto a ampliar derechos de sexualidades diversas, que las mujeres decidan sobre sus cuerpos, y que los géneros son construcciones culturales pueden crear nuevos conflictos entre la sociedad, el estado y la institución católica en América Latina donde la ampliación de los derechos forma parte de la actual democratización y creación de ciudadanía en la región. Dado que es un hábil político que busca más adhesiones que rechazos, evaluará mucho las líneas de acción a tomar. No olvidemos que la construcción de la Patria Grande y el estar con los pobres tiene varias tradiciones y memorias en conflicto y enfrentadas en el continente y también en el cristianismo. Esa patria Grande puede ser católica, cristiana o diversa. ¡¡¡Hay mucho en juego!!!

La figura de Francisco, el primer Papa argentino y latinoamericano disloca una institución católica y el estado del vaticano que tuvo en toda su historia como centro el mediterráneo y Europa. Crea nuevas efervescencias que deben ser analizadas en su desmagización en el largo plazo. Sobre las tareas a realizar prevalecerá en él la mirada y comprensión política con las sensibilidades e intereses propios de su socialización en el catolicismo y la política argentina.

Hay una profunda continuidad doctrinal con sus antecesores. Además, caso único en la historia milenaria de los papas, el nuevo y el anterior conviven a doscientos metros y firman a "cuatro manos" los documentos doctrinales como ha sucedido con la última encíclica firmada por Francisco pero que era de Benito XVI. Cree, también como sus antecesores, que son las formas dominantes de ese tipo de catolicismo de certezas y verdades las que hoy ya no dan respuestas a la mayoría de sus creyentes ni sentido de vida a los especialistas. Fue elegido -conociendo su larga trayectoria- para cambiar formas y no contenidos.

Como hemos dicho desde el primer momento, será el tiempo vaticano y papal como las demandas del mundo católico inmerso en la sociedad global, los que irán mostrando los caminos que se toman.

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Notas

1. "Dominación de carácter carismático: descansa en la entrega extracotidiana a la santidad, heroísmo o ejemplaridad de una persona... en el caso de la autoridad carismática se obedece al caudillo carismáticamente calificado por razones de confianza personal en la revelación, heroicidad o ejemplaridad, dentro del circulo en que la fe en su carisma tiene validez". Y agrega: "el concepto de 'carisma' (gracia) se ha tomado de la terminología del cristianismo primitivo".

2. No es sólo un problema político. Los múltiples negocios que están realizando los grandes grupos mediáticos concentrados como Clarín y La Nación, vendiendo todo tipo de mercaderías y símbolos religiosos de consumo masivo, es un mínimo ejemplo.

3. El presente artículo debe leerse como continuidad a esas reflexiones fruto del trabajo colectivo en CLACSO. Las grandes líneas, memorias, concepciones y desafíos al papa y el papado allí investigados continúan hoy, con otras formas, por Francisco.

4. Hay un tiempo vaticano que expresa, por la imposibilidad de continuarlo, el fin de una forma de poder coercitivo de casi cuarenta años marcado por la violencia simbólica de imponer y concentrar el monopolio papal y romano contra las oposiciones internas anulando o haciendo desaparecer las disidencias. La renuncia de Ratzinger es la expresión de ese fracaso. Lo que ayer se ocultaba hoy se muestra como necesidad de cambio. Las acusaciones de "cuervos, víboras, mafias y tránsfugas" entre los altos funcionarios del papado son una muestra de esa posibilidad que tienen las organizaciones de "tipo iglesia" de regular el tiempo del largo plazo (Troelstch, 1912-1931) y hacer de la crisis una nueva oportunidad difusa que por efecto de creencia en el nuevo carisma papal se torna posible para aquellos que habían dejado, abandonando o se habían cansado de la espera como para los que recién se integran o continúan. Se diferencia así de las organizaciones tipo secta y místico que tienen tiempos más acotados e intensos. Francisco y su papado necesitan mostrar que son una nueva gestión que puede -debe- acrecentar ese carisma papal disminuido los últimos años, cargándolo con más gestos de "misericordia" y "austeridad" y con menos "condenas" y suntuosidades.

5. El sucesor en el arzobispado de Buenos Aires, el obispo Mario Poli, lo acaba de reconocer públicamente en septiembre. Ver en: http://www.clarin.com/mundo/Papa-feliz-cambio-cara-velorio_0_986901343.html

6. Algo similar ocurre estos días con el "Nunca más a la guerra" de Francisco aludiendo a la posible invasión a "la amada Siria" por parte de países imperialistas. Cuando lo hizo de manera idéntica Juan Pablo II condenando la invasión de Irak, los gobiernos de América Latina acompañaron a las potencias imperiales. Hoy la mayoría de los gobiernos de la UNASUR se oponen y se suman al pedido de Francisco. El grito papal por la paz y la justicia es el mismo, los escenarios políticos han cambiado en nuestra región al igual que el tablero geopolítico global.

7."Carisma del cargo. La creencia de legitimidad no va entonces con respecto a la persona, sino con respecto a las cualidades adquiridas y a la eficacia de los actos hierúrgicos" (Weber, 1983: 199) y "El modo como habría de valorarse 'objetivamente' la cualidad en cuestión es cosa del todo indiferente... pues lo que importa es cómo se valora 'por los dominados' carismáticos, por los 'adeptos' ". (1983: 193)

8."La Congregación para la Doctrina de la Fe, originalmente llamada Sagrada Congregación de la Romana y Universal Inquisición, fue fundada por Pablo III en 1542 con la Constitución "Licet ab initio", para defender a la Iglesia de las herejías. Es la más antigua de las nueve Congregaciones de la Curia... La Congregación, en conformidad con su razón de ser, promueve colegialmente encuentros e iniciativas para "difundir la sólida doctrina y defender aquellos puntos de la tradición cristiana que parecen estar en peligro, como consecuencia de doctrinas nuevas no aceptables". En http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_pro_14071997_sp.html

9.  Misa "Pro Eligiendo Pontífice, abril 2005. http://www.vatican.va/gpII/documents/homily-pro-eligendo-pontifice_20050418_sp.html

10. Amplia bibliografía de esos autores en Mallimaci (2013) y en www.ceil-conicet.gob.ar dentro del Programa Sociedad, Cultura y Religión.

11. Los cardenales Aramburu y Karlich son excepciones a esa italianización. La división de los obispos entre oblatos (deben todo a la institución) y herederos (tienen otros capitales familiares que les permiten tomar distancia) en la obra de Bourdieu citada, pp. 96.

12. Conozco a Emilio desde principios de los 80 cuando nos encontramos en París. Había creado el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) e impulsado a Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Sabía de él por mi suegro, el ingeniero Raul Barral, declarado prescindible de la Universidad Nacional del Sur por el rector-interventor Remus Tetu en 1975 y que fue llamado para sumarse a la Universidad Nacional de Luján cuando Emilio era rector. Ambos fueron expulsados cuando la dictadura la clausuró. Al regresar al país en 1984, él fue quien presentó el "habeas corpus preventivo" para poder regresar a varios que vivíamos en Francia y en el exterior. Años más tarde compartimos un proyecto de investigación de la Universidad Nacional de Quilmes sobre "Monseñor Novak y su accionar con los desaparecidos" junto a Luisa Ripa, Rodolfo Brardinelli y los sacerdotes locales Orlando Yorio y Marcelo Colombo (hoy obispo en La Rioja). Juntos fuimos responsables del CEHILA en Argentina y organizamos varios encuentros. La detención-desaparición de su hija Mónica en 1976 por estar vinculada a ambos sacerdotes jesuitas, cambió la orientación de su vida hacia la búsqueda de ella y otras víctimas como lograr conocer la verdad de lo sucedido y el castigo a los culpables, pero no sus principios éticos y católicos de un catolicismo intransigente que vivió intensamente desde su juventud hasta la muerte.

13. Conocí a Orlando mientras estaba estudiando derecho canónico en Roma a fines de los '70. Luego compartimos durante años (1987 a 1997) el equipo de Animación socio-religiosa de los Seminarios de Formación Teológica que todos los años realizaba encuentros multitudinarios en las diferentes provincias del país. En numerosas reuniones públicas y privadas me habló de la desprotección y desprestigio contra su comunidad en el Bajo Flores por parte del superior de los jesuitas. En 1990 me entregó a leer el documento que le había enviado al sacerdote Maura en 1977. Años después me llevó a conocer la casa de Don Torcuato donde había estado detenido-desaparecido.

14. Poder Judicial de la Nación, Causa ESMA, Mariano R. Carcio -Secretario, folios 743 al 762.

15.  Ver fotos y mayor información en http://tiempo.infonews.com/2012/11/24/argentina-91576-la-universidad-del-salvador-nunca-retiro-el-honoris-causa-a-massera.php

16.  Edición on line en http://www.tiempodesanjuan.com/notas/2013/3/20/online-el-jesuita-libro-imprescindible-para-acercarse-pensamiento-nuevo-papa-28976.asp

17 Ratzinger lo resume del siguiente modo: «Sucesión apostólica» no significa, en efecto, como podría parecer, que nos volvemos, por así decir, independientes del Espíritu gracias al ininterrumpido concatenarse de la sucesión. Exactamente al contrario, el vínculo con la línea de la successio significa que el ministerio sacramental no está jamás a nuestra disposición, sino que debe ser dado siempre y continuamente por el Espíritu, siendo precisamente aquel Sacramento-Espíritu que no podemos hacernos por nosotros, actuarnos por nosotros. Para ello, no es suficiente la competencia funcional en cuanto tal: es necesario el don del Señor".

18. Que un papa pueda decir que cualquier persona debe ser tenida en cuenta y se debe ser compasivo con ella o él más allá de toda consideración social, racial, sexual o étnica, muestra cuan desacreditada estaba la misión y la credibilidad papal.

19. La teóloga y religiosa Ivone Gebara en referencia a esos dicho afirmó: "La oficialidad de la iglesia no les da derecho de ciudadanía porque la producción intelectual de las mujeres todavía se considera inadecuada a la racionalidad teológica masculina. Y, además, constituye una amenaza para el poder masculino vigente en las iglesias. Desconoce los nuevos paradigmas propuestos por estas teologías contextuales y plurales. Desconoce las nuevas filosofías que informan el pensamiento teológico feminista, las hermenéuticas bíblicas y las nuevas aproximaciones éticas"

20.http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/174795593da5a9c787db6062bde66301

 

 

 

 

 

 

 

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