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Sociedad y religión

versión On-line ISSN 1853-7081

Soc. relig. vol.24 no.42 Ciudad Autónoma de Buenos Aires oct. 2014

 

DOSSIER: Géneros, sexualidades y religiones: relaciones, intersecciones y confrontaciones

 

Género y la religión politizada en Mauricio1

Gender and politicized religion in Mauritius

Ramola Ramtohul

Department of Social Studies, University of Mauritius.

Le Reduit, Moka, Mauritius

Email: r.ramtohul@uom.ac.mu

Fecha de recepción: 05/09/2014

Fecha de aceptación: 08/09/2014


En este trabajo se analiza la dimensión de género de la religión politizada en Mauricio, un país que se caracteriza por tener una sociedad plural con divisiones fuertemente enraizadas, y cuya población está compuesta por migrantes de Francia, el continente africano, India y China.

Por miedo a la dominación hindú, la población se ha dividido en torno de la cuestión de la independencia2 del reinado colonial británico. De aquí que un 44% de los ciudadanos votaran en contra. El miedo a la dominación hindú en un Mauricio independiente conllevó al aumento de la competencia entre las distintas comunidades y grupos religiosos con el objeto de obtener representación en el parlamento. Mientras Mauricio avanzaba hacia la independencia al final del reinado colonial, la religión se politizaba cada vez más. Así, la representación basada en identidades étnicas, religiosas o comunitarias quedó consagrada en la Constitución y en el sistema electoral.

Este artículo sostiene que la religión politizada en Mauricio conlleva una significativa dimensión de género porque ha ocasionado la marginalización de género y de las mujeres en las instituciones políticas y en el Parlamento, al mismo tiempo que ha debilitado al Movimiento de Mujeres. Las mujeres, poniendo en juego sus múltiples identidades e identificándose con los conflictos de la religión politizada, se han dividido en distintos grupos sectarios.

Palabras clave: G énero; Religión politizada; Comunalismo; Política; Mauricio

This paper looks at the gender dimension of politicized religion in Mauritius. Mauritius has a plural society with strongly entrenched divisions. The Mauritian population is entirely composed of migrants, mainly from France, the African continent, India and China. Due to the fear of Hindu domination, the population was divided on the issue of independence and 44% of the people voted against independence of the country. The fear of Hindu domination in an independent Mauritius led to growing competition between the different communities and religious groups for representation in parliament. As Mauritius moved towards independence and the end of colonial rule, religion became increasingly politicized. Representation on ethnic, religious or communal grounds was then enshrined in the constitution and electoral system. The paper argues that politicized religion in Mauritius carries a significant gender dimension as it has led to the marginalisation of gender and women's representation in political institutions and parliament. Moreover, politicized religion has also weakened the women's movement as women's multiple identities and their identification with these different identities conflict with their political activism, thereby dividing women into different sectarian groups.

Key words: Gender; Politicized religion; Communalism; Politics; Mauritius.

Introducción

La relación entre género y religión ha generado muchas controversias entre los académicos y los actores públicos. Uno de los interrogantes en disputa ha sido si la religión es "buena" o "mala" para el estatus de las mujeres en la sociedad. La religión como institución ha sido criticada, especialmente por las feministas, como una fuente de opresión de las mujeres. Éstas fueron objeto de discriminación en instituciones y órganos religiosos cuyo liderazgo ha sido históricamente masculino. De hecho, las principales religiones del mundo son reconocidas como patriarcales.3 En sociedades patriarcales o dominadas por los hombres, el rol de las mujeres en los dominios seculares o sagrados también ha sido insignificante. Es más, en esas sociedades las deidades supremas fueron definidas en términos exclusivamente masculinos (Sanday, 1981:6).4 Aún así, las mujeres estuvieron comprometidas en el trabajo religioso apoyando a las Iglesias e instituciones religiosas. Recién en los últimos años, las instituciones religiosas empezaron a abrirse a la presencia de las mujeres en las instancias de toma de decisiones.

La religión se vuelve politizada cuando se la utiliza como base para hacer reclamos a los poderes políticos y/o económicos. Inclusive, el recurso a la religión resulta atractivo a las elites políticas en tanto se establece como una fuerza legitimadora en contextos de debilitamiento y fracaso del Estado, y aparece como una oposición a la dominación "imperial" global, especialmente en términos de manifestaciones culturales, políticas, económicas y militares (Casanova & Philips, 2009: 4). Se considera que el colonialismo ha tenido un rol significativo en el desarrollo de la religión politizada (Van der Veer, 1993). Sin embargo, los movimientos religiosos politizados son abiertamente antagónicos al activismo feminista (Jeffery, 2001: 467) ya que movilizan adherentes y consiguen un apoyo de lealtades basadas en el recurso a una naturaleza primordial que indica que el lenguaje, la cultura y la religión de las personas están en sus genes o su estructura biológica. Las mujeres también se han movilizado en los movimientos religiosos politizados, frecuentemente como madres y miembros de comunidades religiosas. Así, la religión politizada es considerada como divisora del movimiento de las mujeres, provocando limitaciones en las identificaciones y lealtades de las mujeres con la causa de género (Jeffery, 2001). Por ello, desde la perspectiva de los derechos de las mujeres a la igualdad, autonomía e integridad corporal, los riesgos continúan siendo altos cuando consideramos las formas en que la religión y la política coexisten. Desde este enfoque en el presente artículo se analizará la dimensión de género de la religión politizada en la Isla de Mauricio, ubicada en el océano Índico.

1. La religión en Mauricio

Mauricio es una pequeña isla de 1865 km2, ubicada en el suroeste del océano Índico, con una población de aproximadamente 1.300.000 de habitantes. Esta isla estuvo deshabitada hasta el siglo XVIII y no tenía población indígena. Experimentó sucesivas olas de colonización: portuguesa, holandesa,  francesa y, finalmente, británica. Mauricio suele ser caracterizada como una nación "arco iris" ya que es frágil y ostenta una semblanza de unidad en su diversidad. Se estima que su población está compuesta por seis "comunidades étnicas": hindúes (40%), criollos africanos o mestizos africano-descendientes (18%), musulmanes (17%), tamiles (7%), sino-mauricianos (3%) y franco-mauricianos (2%) (Eriksen, 1991). En relación con la religión, Mauricio tiene mayoritariamente población Hindú (48,5%), seguidas de católicos romanos (26,3%), musulmanes (17.3%) y otros cristianos (6,4%). También hay algunos pequeños grupos religiosos de budistas y bahai, entre otros. Por su parte, los hindúes están además divididos por clase, lengua y linaje de castas5

Mauricio también se caracteriza por su diversidad lingüística, siendo el inglés la lengua del gobierno, la administración y la educación, mientras que el francés es la lengua dominante en los medios de comunicación y las artes (Xygalatas, 2013). El creole es el dialecto local hablado por todos los mauricianos. Otras lenguas que se hablan y enseñan en el país son hindi, tamil, telegu, marathi, urdu, árabe, mandarín y hakka.Mauricio ha sido descripta como un crisol étnico y uno de los países más diversos en el mundo (Eriksen, 1994, 1998). A pesar de que la diversidad étnica, cultural, lingüística y religiosa prevalece en la Isla, los conflictos entre los distintos grupos étnicos y religiosos han sido escasos. Esto ha llevado a considerarla como un ejemplo de exitosa cohabitación múlti-étnica (Christopher, 1992).

2. La religión politizada en Mauricio

Mauricio puede ser considerada como una "típica sociedad plural" que no está compuesta solamente por muchas culturas sino que también carece o ha carecido históricamente de cualquier impulso hacia la integración social y cultural (Fenton 1999: 38). El acceso de Mauricio a la independencia en 1968 fue el resultado de tres décadas de negociaciones políticas, y principalmente entre partidos políticos que representaban los intereses locales de los distintos grupos étnicos y religiosos ante las autoridades coloniales británicas. No hubo ninguna lucha por la liberación nacional como tal, y en el área principal de contienda estaba la protección de los intereses de las comunidades minoritarias y la necesidad de algún tipo de garantía para que cada comunidad estuviera representada adecuadamente en el Parlamento en un Mauricio independiente. No había consenso porque, en realidad, el 44% de la población mauriciana se opuso a la independencia. Esta oposición provino de los grupos étnicos minoritarios6 que temían por su futuro en un Mauricio independiente, con un segmento de la población mayoritariamente hindú, con probabilidades de ejercer la hegemonía política. En consecuencia, la construcción de un espíritu de nacionalismo y unidad fue fragmentada, causando múltiples efectos sobre los asuntos sociales y políticos del país. Esto es visible en la política actual de Mauricio ya que la clase, la religión y el origen étnico continúan ejerciendo una profunda influencia. Sobre este tema Benedict (1965: 43) afirma que es en el contexto político de Mauricio donde las consideraciones étnicas se vuelven más significativas, dado que los políticos apelan a ellas para obtener apoyo y legitimidad. Así, forman grupos de partidarios que están unidos por criterios culturales como el origen étnico, la lengua o la religión de pertenencia. En consecuencia, los políticos exacerban las divisiones existentes entre las comunidades del país. Como Estado soberano, Mauricio ha mantenido exitosamente un sistema de gobierno democrático y ha sido considerado como un modelo de democracia en África aunque las divisiones étnicas y religiosas de su población se hayan mantenido marcadas.La práctica del multiculturalismo en Mauricio aboga por la coexistencia de los grupos étnicos, religiosos y culturales, y la tolerancia mutua, manteniendo el balance en la distribución de poder entre los diferentes grupos. Según Eisenlohr (2011: 263), la gestión del pluralismo religioso es una gran preocupación pública en Mauricio, debido al miedo a que la contienda política y la lucha por el poder puedan derivar en un comunalismo religioso destructivo entre los miembros de las diferentes comunidades étnico-religiosas. La distribución del poder político entre los diferentes grupos étnicos y religiosos ha sido garantizada por la disposición constitucional de los escaños parlamentarios reservados para las comunidades minoritarias.  Así también, los principales partidos políticos nominan a los candidatos a las elecciones en diferentes distritos electorales en función de su origen étnico y religioso. Aunque el multiculturalismo es uno de los aspectos fundamentales de la política en Mauricio, su comunalismo7 se defiende más durante las elecciones. El "comunalismo" es el equivalente mauriciano de la "política étnica" y es considerado como el "flagelo del Mauricio contemporáneo" (Claveyrolas 2012: 68) porque se destaca la preponderancia de la presencia de las comunidades étnicas y religiosas en la esfera pública y en la sociedad (Eisenlohr 2006: 274). El comunalismo también denota la afiliación y la lealtad de los mauricianos: primero con su supuesta comunidad y luego con la nación. Las identidades comunales se vuelven particularmente importantes durante las elecciones, aunque también se ponen en juego en otros contextos como el matrimonio y el empleo.

3. Género, religión politizada y comunalismo.

El comunalismo conlleva una dimensión de género ya que promueve un sistema de valores patriarcales, y todo aquello que es considerado correcto o incorrecto  se encuentra asociado con la religión. Asimismo, el comunalismo es esencialmente político en su naturaleza y está dirigido a las "otras" comunidades. En la práctica, tiende a homogeneizar a las respectivas comunidades, incluso si esta homogeneización es absolutamente superficial y temporaria, y sólo pertinente durante las elecciones. Las tendencias comunales que defienden y salvaguardan prácticas religiosas junto con malas prácticas y prerrogativas religiosas y los derechos de las comunidades contra las amenazas de las comunidades "rivales", también generan que las comunidades se tornen más "cerradas" al cambio del statu quo. Este estado de cosas afecta significativamente a las mujeres ya que fueron muy a menudo explotadas y oprimidas por los decretos y prácticas de la mayoría de las religiones. Las investigaciones han demostrado que cuando la religión y la política se entrelazan, las mujeres y sus derechos a la igualdad, autonomía y autonomía corporal resultan amenazados (Razaavi & Jenichen 2010). Las sociedades multiétnicas y plurales se caracterizan por tener conflictos y divisiones que amenazan los derechos de las mujeres; como también afectan a la movilización y al activismo político de las mujeres y por tanto, en esta configuración multicultural, las mujeres son marcadamente más oprimidas. Al proveer autonomía cultural, la política del multiculturalismo permite a los grupos étnicos/culturales perpetuar su cultura y su sistema de valores que, por lo general, tratan a las mujeres como subordinadas a los varones. Además, los valores étnicos particulares, normas y atributos grupales separan a las mujeres de las diferentes comunidades afectando negativamente su movilización. La sociedad mauriciana también encarna una fuerte cultura patriarcal que promueve las "respectivas feminidades" entre las mujeres de las comunidades, desalentando su participación en la arena pública de la política y los movimientos sociales. Por ello, son importantes movimientos sociales y feministas más fuertes para contrarrestar la influencia del fundamentalismo y el esencialismo entre los grupos religiosos que discriminan a las mujeres.El comunalismo caracteriza notoriamente a la política mauriciana y, durante las elecciones, la identidad comunal tiene prioridad sobre la identidad nacional. De los cuatro primeros ministros que Mauricio ha tenido desde la independencia, todos han sido hindúes excepto Paul Bérenger, que es franco-mauriciano. Su acceso a la posición de primer ministro fue producto de una cláusula del acuerdo firmado por la coalición de partidos MMM-MSM para la elección general del año 2000.8 Debido a su superioridad numérica, desde la independencia los hindúes han sido el grupo decisivo para determinar cuál partido político gobierna (Mukonoweshuro 1991). En un nivel más profundo, hay una conexión entre la sociedad civil y los partidos políticos dado que las organizaciones socio-culturales y religiosas ejercen una influencia significativa sobre la designación de candidatos electorales. Estas asociaciones han tenido fuertes vínculos con los partidos políticos dominantes y gobernantes en Mauricio desde el comienzo de la política organizada en la década de 1950. En aquel momento, muchas organizaciones sociales y religiosas lideradas por hindúes tuvieron una relación profunda con el partido Laborista de Mauricio (MLP). Además, con el traspaso del poder político a los hindúes, el sistema de castas tomó una nueva dimensión en términos de las organizaciones socio-religiosas constituidas como grupos políticos de interés (Hollup 1994: 314). Estas organizaciones presionan al gobierno con el fin de obtener beneficios para los miembros de su comunidad, y compiten por la asignación de recursos del Estado y el clientelismo. Hollup (1994: 311) se refiere a ellas como "grupos corporativos"9 El vínculo entre los políticos y las organizaciones socio-culturales adquiere mayor intensidad cuando se aproximan las elecciones generales y estas organizaciones apoyan oficialmente a un partido político. En algunas oportunidades, hacen lobby a favor o patrocinan a candidatos de su grupo lingüístico o étnico de modo que éste último pueda obtener espacio en la boleta electoral de los principales partidos políticos. Las organizaciones socio-culturales constituyen cuerpos patriarcales cuyos miembros son principalmente varones y están gobernadas por líderes religiosos varones. En una entrevista publicada en el diario Weekend, Nita Deerpalsing, una mujer integrante del partido Laborista de Mauricio (MLP) y miembro del parlamento afirmó lo siguiente en relación con las organizaciones socioculturales: "Me gustaría hacer hincapié en un hecho. Las organizaciones socioculturales están siempre lideradas por hombres, los mismos hombres. Ninguna de ellas está dirigida por mujeres quienes, sin embargo, representan el 50% de la población de Mauricio. Entonces, ¿a quién representan los portavoces de estas organizaciones más allá de sí mismos y sus propios intereses?" 10

Aunque algunas organizaciones han involucrado a las mujeres en actividades de carácter asistencial11en el pasado, no promueven su participación en roles de liderazgo y en la política partidaria y electoral a través de sus canales.12

El enfoque en la representación comunal llevó a una cuidadosa consideración de las diversidades étnicas, religiosas y lingüísticas en el armado de las instituciones políticas de Mauricio. Como tal, la Constitución garantiza la representación de las comunidades minoritarias en el Parlamento por medio sistema del mejor perdedor (Best Loser System) y, los partidos políticos tienen sumo cuidado en la incorporación de miembros de los diferentes grupos étnicos con el fin de aumentar su atractivo electoral. El sistema del mejor perdedor es un legado del reinado colonial británico, es exclusivo de Mauricio y tiene como objetivo corregir cualquier desbalance en la representación de las diversas comunidades que pudiera resultar de la elección directa.13Sin embargo, la dimensión de género ha sido desatendida en la construcción de las instituciones políticas de la isla, dando como resultado una persistente marginalización de la presencia femenina en el Parlamento. Sobre este tema Chiroro (2005:2) señala que el único déficit democrático de Mauricio se encuentra en la falta de implementación de mecanismos que mejoren la mayor participación de las mujeres en la política. Los líderes políticos son muy cautos en el tema de la reforma política de las instituciones, especialmente el sistema electoral o la Constitución Nacional (en relación con la representación electoral). Esto se debe a que las identidades comunales fuertes aún prevalecen en el país y presionan para una representación política sobre una base comunal.

Conclusiones

Las especificidades del sistema político mauriciano que da lugar a la representación religiosa, étnica y de castas, no obstante tiene una grave problemática desde la dimensión de género, ya que las mujeres son marginalizadas en la competencia electoral por los diferentes grupos, principalmente representados por organizaciones de dominio masculino. Hasta ahora, las instituciones políticas del país han trabajado para garantizar la representación de los distintos grupos étnicos. Esto ha fomentado un sentimiento de justicia y equidad en términos de representación de intereses diversos, lo que permite al país mantener la paz y la estabilidad política a pesar de la prevalencia de la fragmentación étnica en la sociedad de Mauricio. Sin embargo, se ha impedido cualquier reforma de las instituciones políticas para permitir una representación más equilibrada de género dentro el Parlamento. La religión politizada y el comunalismo han marginalizado la ciudadanía política de las mujeres, específicamente en el nivel de la presencia política, ya que se espera que las mujeres representen a las comunidades a las que pertenecen antes que a sí mismas en tanto "mujeres" y, por consecuencia, terminan siendo representadas por los líderes o miembros masculinos de sus comunidades. En este contexto, las mujeres de Mauricio se encuentran atrapadas entre las diferentes agendas de los grupos identitarios a los que pertenecen.

Referencias

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Notas

1. Artículo traducido del inglés al español por la Dra. Gabriela Irrazábal (Ceil-CONICET) y revisado por la Mgtr. Mari-Sol García Somoza (CANTHEL, Paris V - Université René Descartes / Facultad de Ciencias Sociales- UBA).

2. La República de Mauricio está ubicada aproximadamente a 2000 km de la costa sudeste del continente africano, en el océano Índico. Mauricio se independizó de la administración británica el 12 de marzo de 1968. Para ampliar información sobre el país ver: República de Mauricio (2014), History. Recuperado el 6/9/2014 en http://www.gov.mu/English/ExploreMauritius/Pages/History.aspx

3. Esto incluye al cristianismo, hinduismo, islam, confucianismo, judaísmo, taoísmo y budismo.

4. Citado en Young (1987: 6).

5. Los hindúes se dividen en tres grupos: santanists, arya samajists y kabir panthis (Sutton 1997: 251). También se subdividen en cuatro grupos lingüísticos: hindi o bhojpuri, tamil, telegu y marathi. El grupo hindú, hindi o bhojpuri parlante, alcanza el 40,2% de la población total y el 76.5% de la población hindú. Los tamils son el segundo grupo más extenso, compuesto por el 13.9% de la población. Los telegus representan el 5.6% y los marathis el 4% (Hollup, 1994:299). Los hindúes bhojpuri parlantes están también divididos en cuatro castas: brahmin/babujee (castas altas), vaish (castas medias), rajput y ravived (castas bajas) (Hollup, 1994: 301). La casta con mayor población en la isla es la vaish.

6. Los grupos minoritarios eran los musulmanes, sino-mauricianos y la "población general" que incluía criollos, "gens de couleur" y franco-mauricianos.

7. Se cree que el término "comunalismo" es originario del reinado colonial en el siglo XIX. Se refiere al uso y a la manipulación de diferencias étnicas y/o religiosas para fines políticos antitéticos a los intereses nacionales (o coloniales) (Bates, 2000:1)

8. El acuerdo fue entre el Movimiento Socialista Mauriciano (MSM) liderado por Sir Aneerood Jugnauth (hindú) y el Movimiento Militante Mauriciano liderado por Paul Bérenger (un franco-mauriciano) que en caso de victoria, los cinco años del período de gobierno serían compartidos entre los dos líderes. Jugnauth ejercería tres años y Berenger dos años como primer ministro.

9. Ejemplos de estas organizaciones son: Mauritius Andra Maha Sabha (una asociación telegu); Hindu Ekta Sang (Unidad Hindú-  organización vaish); Arya Samaj (hindú); Voice of Hindus; Mauritius Tamil Council (para tamils) y Sanatan Dharma Temples Federation (hindú).

10. Entrevista Que les Mauriciens qui veulent d'un Etat séculier se fassent entendre, a déclaré Nita Deerpalsing'. Weekend (2012, 8 de Julio), traducción del francés.

11. Por ejemplo, Arya Samaj establecida en 1910, abogaba por la eliminación del sistema de castas y la educación de las niñas (Mannick, 1979). La Iglesia Católica también brindó entrenamiento doméstico como clases de cocina y habilidades de ama de casa para las mujeres afiliadas a organizaciones como Les Écoles Ménagères.

12. A pesar de la importancia de estas organizaciones socioculturales y religiosas en la contienda política de Mauricio, no existen estudios académicos sobre ellas.

13. El sistema del mejor perdedor (Best Loser System) fue establecido como una concesión a los musulmanes, que habían solicitado listas separadas para cada una de las cuatro comunidades oficialmente reconocidas, para asegurarse el control de 11 de las 60 bancas del Parlamento, en proporción a sus números comunitarios (Srebrnik, 2002).

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