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Sociedad y religión

versión On-line ISSN 1853-7081

Soc. relig. vol.25 no.44 Ciudad Autónoma de Buenos Aires oct. 2015

 

 

ARTÍCULO

Sensación  de inseguridad: la cobertura de la devoción a San la Muerte en medios de prensa escrita

Feeling of insecurity: the coverage of the devotion to San la Muerte in print media

Juan López Fidanza

Universidad Católica Argentina

Av. Alicia Moreau de Justo 1300, CABA

jmfidanza@yahoo.com.ar

 

Recibido: 11-07-2014

Aceptado: 20-03-2015

 


Resumen

En las últimas décadas el campo religioso argentino ha visibilizado una diversidad de ofertas. En este contexto, la prensa local ha tendido a valorar los fenómenos religiosos marginales desde una perspectiva permeada por el catolicismo. Actualmente tiende a percibirse un mayor pluralismo en este tratamiento, pero aún persisten estereotipaciones y resistencias hacia aquellas organizaciones religiosas que habitan los márgenes de las creencias socialmente aceptables. Este trabajo se propone indagar la imagen de la devoción a San la Muerte construida por los medios. Mediante un ejercicio de análisis de contenido se busca comprender los motivos de su criminalización, recurriendo a los aportes de las teorías del framing y del newsmaking.

Palabras clave: Imágen mediática; San la Muerte; Religiosidad popular; Regulaciones; Prensa escrita

Abstract

In the last decades a variety of supplies became visible in the argentine religious field. In this context, the local press has tended to value the marginal religious phenomena from a perspective permeated by Catholicism. Currently, this treatment tends to be more pluralistic, but there is still resistances and stereotypings towards those religious organizations that inhabit the margins of socially acceptable beliefs. This paper proposes to investigate the image of the devotion to San la Muerte constructed by the media. Through a content analysis exercise I will seek to characterize this presentation, seeking to understand the reasons for its criminalization through the contributions of the theories of framing and newsmaking.

Key words: Media image; San la Muerte; Popular religión; Social regulations; Press

 

El regreso de la democracia en la Argentina supuso una revitalización -o al menos la visibilización- para muchos grupos religiosos. Aquellos que durante el gobierno militar (1976-1983) habían reducido al mínimo su exposición volvieron a hacer visibles sus prácticas, incluso con manifestaciones multitudinarias. Entre estos fenómenos pueden mencionarse la aparición de programas evangélicos en los medios de comunicación, la compra de cines para convertirlos en templos pentecostales, el regreso de las prédicas de cuño evangélico a las plazas y otros espacios públicos, la visibilización de espacios de culto alternativos -antes privados y secretos-, tales como terreiros umbandistas. Esta proliferación de grupos religiosos no católicos generó en la prensa la sensación de una "invasión de las sectas" (Frigerio, 1993, 2000). La temática del "problema de las sectas" fue un tópico habitual hasta mediados de la década de 1990. Los especialistas anti-culto locales estaban en el apogeo de su influencia. En los años siguientes, en la medida que la presencia de múltiples minorías religiosas visibles se volvía parte del escenario local, y una cierta perspectiva pluralista iba ganando terreno, la tipificación como secta peligrosa y el espacio mediático de los activistas anti-secta se redujo drásticamente. No por ello dejó de haber otros modos de estigmatización que etiquetan las religiosidades que se apartan de las instituciones preponderantes en este campo.

En este trabajo me propongo estudiar la representación mediática de una devoción religiosa que ha tenido una gran presencia en los medios de comunicación en los últimos tiempos. Se trata del culto a San la Muerte,  originario del nordeste argentino y Paraguay (regiones con influencia de la cultura guaranítica). El mismo ha ido proyectándose a todo el territorio argentino debido, principalmente, a las migraciones internas así como a la visibilización creciente de esta devoción (López Fidanza y Galera, 2012), presentándose como una opción más en la multiplicación de la oferta de símbolos religiosos. Esta difusión tiene su repercusión y su correlato en los medios de comunicación social, en su doble rol de "narradores" de la realidad social y de constructores de la misma. De este modo, esta figura devocional ha tenido una presencia -central o marginal según los casos- en distintos programas de televisión, radio, cortometrajes cinematográficos y artículos de diarios o revistas. En una sociedad marcada fuertemente por la tradición católica, la valoración de los fenómenos religiosos está impregnada del "patrón de religiosidad del catolicismo" (Frigerio, 1997). La devoción de San la Muerte, si bien se ubica en los márgenes de un catolicismo popular, padece diversas regulaciones sociales, particularmente de la Iglesia Católica (López Fidanza y Galera, 2014). Este rechazo no se traduce en un repudio social directo dado que las directivas institucionales no ejercen una regulación efectiva y cotidiana en las prácticas y juicios de la población. Pero estos discursos inciden en la construcción de imaginarios que se nutren de símbolos religiosos (Mallimaci y Giménez Beliveau, 2007: 48-49).

Los escasos artículos periodísticos escritos en el pasado sobre esta devoción a los que se ha tenido acceso -anteriores a 1997- están impregnados de esta valoración. Suelen oscilar entre una mirada folklórica que percibía a esta figura como un mito tradicional litoraleño perteneciente a la "religiosidad popular", mezcla de creencias indígenas y superstición y una figura pagana y demoníaca, asociada a la brujería o a sectas.1 Sin embargo, en el último tiempo, se verifican dos fenómenos: la multiplicación de estas apariciones en los medios de prensa escrita y su caracterización con un nuevo rasgo que puede catalogarse de "delictual". El objetivo de la investigación aquí expuesta fue indagar acerca de esta propagación y este carácter: qué atributos se predican de esta devoción, con qué mecanismos se cimenta su criminalización y qué posibles causas tiene. Para ello, recurrimos a la técnica de análisis de contenido construyendo un corpus de noticias de diarios online que explícitamente mencionara a "San la Muerte", a partir del cual se buscó caracterizar la imagen predicada sobre este culto y comprender los motivos de su criminalización mediática recurriendo a la bibliografía sobre el tratamiento mediático de los nuevos movimientos religiosos y a los aportes de las teorías del framing y del newsmaking.

El culto a San la Muerte

El origen de este culto estaría en la hibridación de creencias guaraníes con elementos aportados por la evangelización católica. La representación iconográfica que suele realizarse de San la Muerte tiene dos vertientes. La primera entronca con las representaciones medievales europeas de la muerte: una figura esquelética erguida, generalmente cubierta con una túnica y provista de guadaña. En este mismo registro, a veces aparece sentada en un trono. La segunda vertiente, de estética  aborigen, presenta a la figura de devoción como un esqueleto sentado o acuclillado.

A partir del gran afluente migratorio proveniente de la región litoraleña del país, la devoción de San la Muerte se asentó en el conurbano bonaerense, donde es hoy una de las áreas de mayor desarrollo. Se ha incrementando su presencia pública en un contexto que favorece en parte su visibilidad y crecimiento. Esto supone una amplia diversidad de apropiaciones del culto, en las cuales difieren las creencias y prácticas entre las de los lugares de origen y las de aquellos que acceden posteriormente a la devoción (López Fidanza y Galera, 2012). De entre sus devotos, algunos instalan altares que abren de modo parcial o total al acceso público. Estos cuidadores de altares y santuarios, en muchos casos se constituyen en especialistas religiosos: intermediarios, santificadores y propagadores de este culto. También se presentan como sus principales intérpretes, con un rol activo y performativo en los diversos rituales y prácticas devocionales. A partir de esta identificación con el santo, se constituyen en representantes legítimos del culto, siendo convocados por los medios de comunicación e interlocutores válidos sobre las prácticas devocionales de San la Muerte.

Como sucede con la mayor parte de las devociones, los fieles se acercan a este santo en busca de milagros y favores para resolver problemas concretos de su realidad cotidiana (salud, dinero, amor). Si bien es desaconsejado públicamente por los cuidadores de altares, algunos devotos  recurren a sus poderes en busca de un daño contra otros o en procura de protección en la comisión de acciones consideradas ilícitas. San la Muerte representa una entidad que carga en sí misma "el bien y el mal", garantiza la protección e intervención milagrosa pero a la vez puede castigar si no se cumple lo pactado. Para sus devotos es "el más justo de los santos". Se establece un código moral que se sostiene en las diversas versiones que circulan de la devoción, aún para aquellas personas que infringen la ley y hacen uso de la violencia (Carozzi y Míguez, 2005). De acuerdo con el testimonio de distintos devotos, San la Muerte no repara en la calidad moral de la vida que llevan sus fieles, no juzga sus actos más allá de la fidelidad al pacto que hagan con él.

Grupos religiosos marginales y medios de comunicación

El tratamiento de la religiosidad popular por parte de la prensa no ha sido un tópico muy explorado en los estudios académicos. Para nuestro análisis, podemos recurrir a otra bibliografía que sí ha tenido un amplio desarrollo -en los países de habla anglosajona, bastante menos por nuestros lares-: la cobertura de sucesos relacionados con grupos religiosos no convencionales. La literatura sobre los denominados "nuevos movimientos religiosos" (NMR) tuvo un importante crecimiento desde los ochenta, no solo por la amplia visibilización de estos grupos durante esos años, sino también por el crecimiento de movimientos anti-culto especializados en combatir el "flagelo de las sectas". La prensa ocupó un rol central en el accionar de estos grupos. Por esos años aun era escasa la investigación sobre la actuación de los medios de comunicación en el temor "anti-sectas". Se partía de una suposición inicial de que los NMR eran un fenómeno extendido, lo cual supuestamente explicaba por qué tantas personas tenían su propia opinión sobre los mismos así como algún conocimiento de ellos. Sin embargo, cuando la investigación científica reveló que había relativamente pocos NMR y que estos solían ser pequeños, se planteó el interrogante: ¿por qué se extendía esta imagen negativa tan pronunciada entre las élites y el público en general, siendo que la mayoría de las personas jamás habían tenido contacto con algún miembro de estos grupos? (Bromley y Breschel, 1992). ¿De qué manera grupos tan pequeños que no buscaban ser visibles eran sin embargo tan conocidos? El foco de atención se centró en la función de los medios de comunicación como difusores de información sobre los NMR.

Con el tiempo fueron surgiendo trabajos académicos que estudiaban la cobertura mediática de los NMR. Entre ellos deben destacarse los trabajos de van Driel y Richardson (1988a, 1988b) en Estados Unidos y Beckford (1985) en Gran Bretaña. Gran parte de estas investigaciones se basaron en el análisis de contenido de la cobertura de los medios impresos, estudiando qué se predicaba de estos grupos y el tono de la misma. Estos trabajos llaman la atención sobre la importancia de los términos con los cuales eran descriptos estos grupos, recordando que "nombrar" tiene consecuencias políticas. Los resultados de esta línea de investigación han sido muy consistentes: la clara negatividad en la tratamiento acerca de los NMR (Richardson y Introvigne, 2007). Esta negatividad se ha demostrado principalmente en los términos utilizados ("culto" en vez de "grupo religioso", o "lavado de cerebro" para describir las prácticas de reclutamiento, en una dinámica que selecciona términos relacionados con realidades de menor legitimidad o aceptación en la sociedad) así como en la selección de "expertos" citados en los relatos periodísticos (principalmente, voceros de las asociaciones anti-culto o académicos que compartían los puntos de vista de estos). Además de la terminología, debe atenderse al contexto en que los NMR "son noticia": únicamente cuando media un conflicto (Beckford, 1985). Habitualmente ésta es la ocasión en que aparecen en las noticias y el principal medio por el que éstas se transmiten. Esta percepción es reforzada por medio de diversos mecanismos. En primer lugar, el modo de enmarcar las noticias: titulares, imágenes, etc. Las denominaciones peyorativas e interpretaciones que crean sospechas sobre el grupo en cuestión son reforzadas mediante asociaciones negativas con otros símbolos y realidades percibidas negativamente por la audiencia. La lógica de la construcción de noticias en el tiempo está regida por una continuidad controversial (stream of controversies, van Driel y Richardson, 1988b), de modo que el grupo solo es "registrado" mediáticamente en circunstancias conflictivas. Se refleja esta dimensión de modo exclusivo, tornándose la única: se crea la impresión de que si el grupo fuera monitoreado constantemente, se comprobarían empíricamente sus "permanentes atrocidades". Desde esta lógica se construyen series o "sumarios negativos" (negative summary events) que concatenan distintos eventos aislados del mismo grupo (o de grupos similares) en los que por adición de conflictos se da la impresión de continuidad, de actualidad y se refuerza la sensación de culpabilidad probada (Beckford, 1985). Es habitual que se recurra a referencias cruzadas con otros medios para reforzar la impresión de objetividad y realismo de la amenaza, "detectada" por diversos agentes periodísticos. Particularmente se da este mecanismo cuando no se tiene acceso a informantes pertenecientes al grupo (Beckford, 1999).

Para el contexto argentino, Alejandro Frigerio (1993) estudió cómo esta dinámica también se verificaba en los medios locales. Detectó una evolución del grupo que era etiquetado bajo el rótulo de "secta". En un primer momento se aplicó esta denominación a grupos que: tenían apoyo económico del exterior, se aprovechaban de necesidades materiales y cognitivas de las personas, apelaban a la emotividad, buscaban recaudar dinero, desmovilizaban a la gente. Esta concepción encontró como especialistas que la denunciaban principalmente a sacerdotes católicos. En un segundo momento, se adoptó el modelo de "culto" que predominaba en Europa y Estados Unidos: un  grupo que capta a jóvenes insatisfechos mediante técnicas de reclutamiento que suponen el engaño y el posterior "lavado de cerebro". Los especialistas que se encargaron de "combatir este flagelo" fueron activistas anti-secta, con un perfil secular que enfocaba el planteo no en una temática religiosa sino de derechos individuales, la importancia de la familia y recurrían a un supuesto apoyo en la psicología.

Nuevos estudios se abocaron a tratar de explicar las causas de este trato negativo por parte de la prensa hacia estas agrupaciones, centrándose en las actitudes de los periodistas así como en las rutinas propias de este oficio. Debe destacarse el trabajo de  Richardson y van Driel (1997), el cual mediante una encuesta a periodistas que trataron temas religiosos indaga acerca de su valoración de distintos NMR. El estudio mostró una imagen negativa acerca de estos grupos así como una alta tendencia a aceptar información por parte de miembros de organizaciones anti-culto. En el mismo número de la Review of Religious Research en el cual se publicó este trabajo, periodistas especializados en religión respondieron a Richardson y van Driel, en un interesante debate académico. Silk (1997) llamó la atención sobre los presupuestos culturales desde los que escribe un periodista. Dart(1997) destacó diversos aspectos de las rutinas periodísticas que inciden en la redacción de estas notas, como ser la obsesión en este ambiente por las primicias, el "enmarcado" de los eventos, la selección de las fuentes, la perentoriedad de los plazos, las influencias cruzadas entre medios y el filtro del editor. Wright (1997) profundizó la indagación acerca de las posibles fuentes de sesgos culturales y organizacionales en las noticias sobre NMR. Destaca un factor de peso: la falta de recursos económicos en medios pequeños (principalmente plasmada en imposibilidad de contar con periodistas especializados en religión). A la falta de conocimientos (sean formales o por cercanía con estas realidades), debe sumarse la escasez de fuentes. Más aún si se considera que entre estas poco abundantes fuentes existe un exceso relativo de influencias "anti-culto". Destaca como un elemento a considerar el grado de adaptación cultural del grupo religioso puesto en cuestión: a medida que la ubicación social del mismo se mueve del centro a la periferia, el sesgo consecuentemente aumentará. Por último, debe rescatarse lo que Wright denomina "desproporción inicio / desenlace" (front-end / back-end disproportionality): la abundancia de noticias en el inicio de un affaire en el que la organización religiosa marginal sufre acusaciones o acciones gubernamentales tomadas a partir de escasa evidencia, y la ínfima cantidad de piezas periodísticas en el desenlace del evento en el que habitualmente la misma es exonerada. Si los acusados ​​son inocentes, a menudo el público no llega a informarse de ello, permaneciendo una imagen de culpabilidad sobre la agrupación. Shupe (1997) señala, asimismo, la presencia de presiones externas que se suman a las de los grupos anti-culto, particularmente de la élite de las instituciones religiosas legitimadas de una sociedad, la cual busca influir en la cobertura de noticias en beneficio de su organización -por sutil que pueda ser esta influencia-.

No debe dejar de mencionarse la hipótesis de Hill, Hickman, y McLendon (2001) que postula que la interpretación que hacen los medios acerca de un grupo puede influir no solo en la opinión pública, sino también en la organización religiosa. Señalan etapas que se dan internamente cuando los medios tratan un evento en el que interviene un NMR. En primera instancia, la atención periodística se focaliza en uno de ellos,  típicamente en circunstancias negativas. A continuación se da una transformación de estos hechos por la prensa por medio de interpretaciones, las cuales habitualmente poco tienen que ver con la perspectiva de los grupos que están reportando. Finalmente, esta perspectiva transformada puede llegar a tener un impacto en el movimiento religioso, reforzando (o tal vez hasta creando) la capacidad que critican.

Metodología

Para poder cumplir con el objetivo de este trabajo se recurrió a un ejercicio de análisis de contenido de noticias online2 de 5 diarios nacionales o regionales de primera línea. Se determinaron 4 criterios de muestreo para construir el corpus de noticias: masividad, existencia de un sitio web del diario, suficiente extensión temporal de su archivo en línea, mención explícita de "San la Muerte". De acuerdo con el primero se decidió trabajar con los diarios que superaran una tirada de 35.000 ejemplares semanales, según datos brindados por el Instituto Verificador de Circulaciones (www.ivc.org.ar).3 De entre los diarios que cumplían con este criterio, eliminamos aquellos que no contaban con sitio web (2° criterio). La tercera pauta buscó posibilitar una mirada diacrónica, por lo que se descartaron aquellos medios que no tuviesen un alcance tal que nos permitiesen ver como mínimo un lustro desde el momento de la recolección de los datos.4

De este modo, la muestra quedó conformada por las noticias que mencionaban a San la Muerte en 2 diarios de alcance nacional -La Nación y Clarín- y 5 de alcance regional -Los Andes (Mendoza), La Capital (Santa Fe), La Gaceta (Tucumán), El Día (La Plata) y El Norte (Resistencia)-.

Cuadro 1.

Noticias que mencionan a San la Muerte por medio por año

mismos diarios online: se incluyeron todas las noticias que hubiese en el archivo digital de ese diario. Para el caso de La Nación se recabaron noticias hasta 1997, pero para La Capital y El Norte solo hasta 2008. Como la finalidad no es una comparación entre estos diarios sino detectar tendencias en diarios de primera línea, este hecho no nos parece una dificultad insalvable, sí un elemento a tener en cuenta según la variable que se esté analizando.

La recopilación realizada no tiene pretensiones de exhaustividad. Sin embargo, ponderando debidamente esta cuestión, las tendencias del fenómeno en estudio son suficientemente evidentes y tienen lugar en medios relevantes y representativos del país, aproximando -no demostrando- como es el tratamiento mediático de la devoción en cuestión. Siguiendo estos parámetros se recabaron 201 noticias desde diciembre de 1997 a diciembre de  2012. Las mismas fueron codificadas en variables referidas al medio (nombre, fecha, alcance), al artículo periodístico (título, mención del santo en título y en copete, relación con un "caso" policial, tipo de noticia, sección, centralidad de la mención, extensión de la nota) y a los atributos predicados sobre San la Muerte (caracterización de: santo popular, pagano, delictual; mención de drogas; "uso estigmatizante"; relación con La Santa Muerte).

La propagación de las menciones a San la Muerte en la prensa escrita

Tal como puede contemplarse en el cuadro 1, la cantidad de noticias sobre este culto va en aumento desde la década pasada. Esta progresión se da en todos los diarios estudiados. Pero el incremento es desproporcionado desde 2010: las noticias de ese año (50) casi igualan al acumulado entre 1997-2009 (58). ¿Qué pasó en 2010 para ello? Este fenómeno puede explicarse agrupando las noticias según los hechos que cubren ("casos", siguiendo la jerga policial que suele utilizar el periodismo). Durante el año 2010 se sucedió una seguidilla de hechos delictivos que, de un modo u otro, hacían referencia a San la Muerte.5

Los distintos casos tuvieron dispar cobertura, tal como puede verse en el cuadro 2:

Cuadro 2 .

Frecuencia por caso

Entre todos estos casos enumerados, sobresale el de "Marcelito". El mismo fue cubierto con una vasta repercusión por los medios durante varios días luego de su detención y dos años más tarde durante la realización del juicio. La temática de "pacto con San la Muerte" -siguiendo afirmaciones de algún testigo que fueron realzadas por la prensa- según el cual este joven ofrecía una vida humana por semana a cambio del favor del santo (dinero, drogas, protección) tuvo enorme impacto. En los diarios se sucedieron notas que pretendían ilustrar sobre esta devoción, nutriéndose de artículos periodísticos de años anteriores y, principalmente, extrayendo información de las páginas web dedicadas a este santo. En los dos años subsiguientes el caudal de noticias no ha decrecido (2011: 43; 2012: 50).7

A la prensa escrita se sumaron otro tipo de producciones que, si bien no se estudian en este trabajo, deben mencionarse. Se destaca particularmente la ficción televisiva Malparida, la cual estuvo en el aire entre 2010 y 2011. En ella, se acentuaba el carácter maligno de la abuela de la vengativa protagonista presentándola como devota de San la Muerte. Este tipo de producciones, por su carácter emotivo y no reflexivo, refuerzan imágenes socialmente compartidas (Frigerio, 2000). Se transmitieron, además, varios documentales sobre la devoción en canales aire (TV Pública, Canal 13) o de cable (TN, NatGeo).

Cuadro 3.

Frecuencia de artículos dedicados exclusivamente a esta devoción por año

Tal como puede verse en el cuadro 3, desde 2010 se vuelve habitual la aparición de piezas periodísticas dedicadas exclusivamente a esta devoción. Si antes de este año, los pocos artículos de este tipo intentaban presentar brevemente esta religiosidad -y habitualmente desde una perspectiva folklórica y culturalista-, ahora abundan textos que acompañan las noticias sobre estos casos rutilantes. Se nutren de notas periodísticas anteriores, de la información disponible en páginas web de santuarios y de consultas a especialistas. Muchos de ellos suelen tener el formato de los ya mencionados "sumarios de eventos negativos" (Beckford, 1985), concatenando registros de hechos delictivos pasados en los que aparecía esta figura, de modo de dar la impresión de una continuidad que deja en manifiesto la peligrosidad de esta devoción (van Driel y Richardson, 1988b). Se percibe un cambio en el registro: si antes no valía la pena detenerse en esta "creencia peculiar", ahora se vuelve de interés debido a las noticias policiales en las que aparece la figura de San la Muerte (aspecto que abordamos en el cuadro 4). Para la conformación de estos sumarios, se recurre a referencias cruzadas con otros medios, especialmente los  de alcance nacional, que recuperan información a la par que refuerzan la impresión de objetividad y realismo de la amenaza. Por ejemplo:

Una devoción habitual en el submundo del delito (Clarín, 6.03.11)

"La imagen de San la Muerte está representada por un esqueleto que empuña una guadaña. El culto a este santo pagano nació en tiempos de las misiones jesuíticas y, con el tiempo, pasó de extenderse del litoral argentino a todo el país. Ya hace muchos años que San la Muerte tiene sus más fieles devotos dentro de las cárceles o entre los integrantes de todo tipo de bandas. Por eso, cada vez con mayor frecuencia, su figura aparece en las crónicas policiales. A mediados de septiembre del año pasado, la Policía de Santa Fe detuvo a los miembros de una banda a la que se le atribuyen unos 40 asaltos contra comercios del centro de Rosario. Los ladrones se movían en dos autos cuyos capots habían sido pintados con imágenes de San la Muerte. Y en uno de los allanamientos de esa causa, se encontró una estatua del santo de 50 centímetros de alto. Con algo similar se topó la Policía Bonaerense, también en septiembre pasado, cuando debió enfrentarse a Diego Guardo ("El Sucio"), prófugo por el violento asalto al camión de caudales del Banco Provincia en el que fueron fusilados dos policías. Guardo –que a mediados de febrero cayó muerto en otro tiroteo– llevaba en el asiento trasero de su camioneta (recién robada) una gran estatua de yeso de San la Muerte."

Este ejemplo ilustra el efecto buscado por estos sumarios: crear una sensación de peligrosidad evidente. Este hecho nos introduce en el próximo apartado: la criminalización de esta imagen.

Un santo "tumbero"

La cobertura mediática de la detención de Marcelo Antelo y la sucesión de hechos delictivos en los que esta figura devocional tuvo presencia -sea de modo central o periférico- parecerían haber actuado como un catalizador para configurar en el santo un nuevo atributo: su carácter delictual. Si bien en el pasado la presencia de este culto en ámbitos carcelarios había sido registrada (Míguez, 2008), a partir de este caso las asociaciones en la prensa entre este santo y lo delictivo se vuelven profusas. Se puede vislumbrar este fenómeno por medio de 3 indicadores. El primero surge de estudiar en qué sección está ubicado el artículo periodístico.8 Tal como se presenta en el cuadro 4, hasta 2009 las menciones se reparten de modo alternativo entre diversas secciones. Desde 2010, la sección Policiales es la ubicación preferente en la que se aparecen noticias referidas al santo. De este modo, la presencia de esta devoción se va configurando en la presentación mediática como un fenómeno cuyo marco habitual es el delito.

Cuadro 4.

Frecuencia de artículos por sección por año

El segundo indicador se refiere al estudio de los calificativos con los que se caracteriza la devoción. Propongo tres tipologías básicas. En primer lugar, destaco  la calificación de "santo popular", calificativo que enfoca esta religiosidad entendiéndola principalmente como un fenómeno folklórico. En segundo lugar, percibió una recurrente caracterización como "santo pagano". Este calificativo se asocia a un juicio desde el catolicismo como marco valorativo de los fenómenos religiosos. La tercera tipología va ligada al señalado "carácter delictivo" de la devoción. La expresión más utilizada en este registro presenta a San la Muerte como "el santo de los delincuentes", y existen otras expresiones análogas.9

Cuadro 5.

Frecuencia de artículos con calificativos tipificados por año

De estos resultados se sigue que el atributo preponderante es la supuesta criminalidad propia de la devoción, que dobla las referencias a su "paganidad". La comprensión de la misma como un fenómeno popular carece de peso. Si se realiza esta indagación diacrónicamente, se percibe cómo desde 2010 se instala la percepción criminalizante como principal atributo de la devoción. Es importante señalar que esta criminalización se impone a una impugnación católico-céntrica de la devoción ("santo pagano"), aunque en varios artículos ambas perspectivas se refuerzan.

Puede hallarse un tercer indicador del carácter delictual instalado por los medios estudiando el modo de construcción de las noticias y la lógica de inclusión de las menciones a esta devoción. Las referencias a San la Muerte no suponen necesariamente su centralidad cada artículo periodístico10. En la mayoría de los casos, tal como puede verse en el cuadro 6, la mención es marginal.

Cuadro 6.

Frecuencia de centralidad

Analizando las noticias, se encontró un modelo reiterado que denomino "uso estigmatizante", que consiste en la utilización de esta figura como una etiqueta que refuerza el carácter criminal de la persona señalada como delincuente. El hecho de que el sospechoso posea una imagen del santo, un tatuaje, una estampa u otro objeto similar se torna -en el discurso periodístico- en una marca que acrecienta el carácter criminal de la persona imputada, dándose una trasposición de lo penal a lo religioso. Presentamos dos extractos de noticias que ilustran este "uso estigmatizante":

Adquirió una moto, salió a delinquir y después la devolvió (La Gaceta – 31.07.09)

 "[...] El miércoles, los policías allanaron una pensión ubicada en pasaje Enzo Bordabehere 54 (altura avenida Avellaneda al 700). Allí, dentro de la habitación que ocupaba el acusado, encontraron la chapa patente de otra moto y el documento de identidad del sospechoso. Sobre una cama había una imagen de San la Muerte, el "protector" de los delincuentes."

El filicida de Santo Tomé se negó a declarar ante la Justicia (La Capital – 27.06.11)

"[...] Entre los elementos secuestrados por la Justicia figuran una pistola, un rifle de aire comprimido, una computadora, un toallón con manchas de sangre y, más llamativo aun, varias estampas de San la Muerte."

En el contexto de una noticia que trata un hecho delictivo, pone en realce la presencia de algún elemento que hace referencia a esta devoción, por más que éste sea un factor marginal. Así, se resalta el hecho de que el supuesto criminal tenga un tatuaje de San la Muerte -o de cualquier figura esquelética, que inmediatamente será reconocida como tal-, de poseer una imagen o aún una estampa de este santo. En algunos casos la inclusión responde a alguna lógica evidente, pero casi siempre se trata de un agregado por fuera del hilo del relato. Estas inclusiones pueden incluso ser puestas de relieve de un modo sorprendente, como en el segundo ejemplo, en el que lo más llamativo en el allanamiento fue la presencia de varias estampas de esta figura, antes que un arma de fuego y un toallón con manchas de sangre.

Cuadro 7.

 

Frecuencia de artículos con "uso estigmatizante" por medio por año

Claramente a partir de 2010 se multiplican las noticias que recurren a este uso, proliferación que debe entenderse en el contexto del incremento total de noticias con referencias a San la Muerte. Ya antes de 2010, la presencia de algún signo de este santo era considerada amenazante y de sospecha. Pero desde ese año esta peligrosidad es tomada ya como un signo de criminalidad. En el uso de este recurso deben señalarse diferencias entre los medios. La Nación, de pública identificación con valores católicos, es el diario que menos estigmatiza la devoción.

A partir de los tres indicadores ya estudiados queda en evidencia la construcción de un perfil delictivo de los devotos de San la Muerte. Ante un delito cometido por un fiel de este santo, se presenta este hecho como si fuese una propiedad de su religión, transposición que no vemos realizada en el caso

de que el delincuente pertenezca a una de las religiones socialmente preponderantes.11 Esta asociación generaliza la adopción de esta imagen por individuos en conflicto con la ley (Carozzi y Míguez, 2005; Míguez, 2008) e invisibiliza el hecho de que existan "otro tipo de devotos" (inclusive muchos policías solicitan su protección frente a la posibilidad diaria de la muerte en el ejercicio de su profesión). Esta percepción delictual es presentada como algo "evidente" en algunas piezas periodísticas que intentan un ejercicio inductivo mediante la enumeración de los diversos casos recientes en los que esta figura devocional estuvo implicada. En los denominados "sumarios de eventos negativos" se genera en el lector el convencimiento de la peligrosidad de los devotos de este santo.

Dentro de la estigmatización criminalizante, un sub-rubro a destacar es la presencia de esta devoción en noticias vinculadas con el mundo de la droga. Un 20,4% (41 de 201) de los artículos tiene alguna relación con esta temática. Si consideramos el período que abarca 2010-2012, esta presencia se eleva al 25,9% (37 de 143). Es decir, una de cada cuatro noticias advierte que un devoto consumía drogas o las comercializaba.

Cuadro 8.

Frecuencia de artículos con menciones relacionadas con tema "droga" por año

Algunas noticias profundizan particularmente esta asociación entre droga y San la Muerte, resaltando la presencia de una imagen del santo en algún bunker de traficantes e insinuando su carácter de "devoción narco".

Hallaron un santuario y veinte kilos de droga en un "quiosco" (La Capital – 19.08.11)

"[...] En una de las habitaciones de la casa, toda revestida con "finos cerámicos negros", encontraron un santuario dedicado a San la Muerte [...] Imágenes religiosas, claveles rojos, velas y una caja de vidrio con la figura del santo pagano, daban marco al lugar que llevó a los pesquisas a pensar que allí no sólo funcionaba un quiosco de drogas sino también un templo al que concurrirían maleantes del barrio antes de salir de tropelías. Es que San la Muerte está asociado con algo diabólico y algunos, incluso, lo relacionan con delincuentes, narcotraficantes, asaltantes y mafiosos."

Esta atribución es reforzada por la asociación -o con mayor benevolencia, confusión-12 de este culto con la devoción mexicana de La Santa Muerte, la cual es vinculada con el mundo del narcotráfico por diversos medios de comunicación de aquel país norteamericano y aun por algunos trabajos académicos (Chesnut, 2012). Nueve artículos periodísticos relacionan o confunden ambas creencias en un marco en el que el narcotráfico suele estar presente. Llaman la atención las piezas de los últimos años, que toman noticias producidas por medios mexicanos sobre los grupos narcotraficantes. En estos textos se mantiene la referencia a La Santa Muerte pero en el titular hacen figurar a San la Muerte.       

La construcción de una imagen

Habiendo estudiado la imagen construida por los medios, ahora reflexionemos sobre el proceso que ella produce y su impacto. ¿Cuáles son las causas de este constructo? ¿Es fruto de los prejuicios de los periodistas? ¿Hay una traducción mediática de las regulaciones religiosas que intentan imponer las instituciones religiosas preponderantes? ¿Alcanza con estos elementos para explicar la construcción de una imagen delictual? ¿Por quéno otra? Para poder indagar estos interrogantes se recurrirá a los aportes de las teorías del framing y del newsmaking.

En el primer caso, la teoría del encuadre aporta una visión constructivista del quehacer periodístico, resaltando los aspectos subjetivos de la transmisión de información. El periodista percibe los hechos mediante el filtro de su personalidad, sus orientaciones ideológicas, culturales, religiosas, formación profesional, sus experiencias y vivencias personales y otros factores individuales (Sádaba, 2008). El sujeto opera como un filtro, interpretando los sucesos de acuerdo con su realidad personal, a veces de modo consciente y otras no. Pero ésta no es la única instancia que construye la noticia, tiñendo la interpretación, focalizando un aspecto y silenciando otros. También en el nivel organizativo del medio tienen lugar distintos encuadres que conforman aquello que será noticia. La noticia publicada es producto del proceso interno del medio (selección de sucesos, línea editorial y target propio, entre otros). Las exigencias organizativo-estructurales y las características técnico-expresivas propias de cada medio son elementos cruciales para determinar qué representación de la realidad social ofrece un medio, en el contexto de la puja de poder sobre la interpretación de la realidad (Wolf, 1991). En este intento de influir sobre la opinión pública, se presta particular atención a los tópicos de mayor interés para los lectores, en un ejercicio dialéctico en que los medios crean agenda y a su vez la siguen. La temática de la "inseguridad", que reina en el interés de la opinión pública argentina desde hace algunos años (Martini, 2007; Míguez, 2008; D"Adamo y García Beaudoux, 2007; Cerruti, 2011), parecería volverse la principal clave interpretativa desde la cual los medios construyen las noticias sobre esta creencia popular, por sobre la valoración católica de la misma.13 Esta óptica universaliza el hecho de que muchos jóvenes en conflicto con la ley para generar esta devoción se apropian necesariamente de estereotipo que es una religiosidad delictual.

El trabajo del periodista debe contextualizarse en las rutinas periodísticas del medio en cuestión. Diversos aspectos de estas rutinas inciden en la redacción de las notas, por ejemplo la obsesión en este ambiente por las primicias, el "enmarcado" de los eventos, la selección de las fuentes, la perentoriedad de los plazos, las influencias cruzadas entre medios y el filtro del editor. La teoría del newsmaking es particularmente útil en este nivel. Tal enfoque estudia el proceso de construcción de noticias centrándose en las prácticas rutinarias que, afrontando los tiempos vertiginosos de la industria de las noticias, buscan una guía pragmática que sirva para resolver la infinidad de hechos -habituales o extraordinarios- luego transformados en información para ser consumida. Estas rutinas de producción no sólo incluyen las formas organizativas del trabajo cotidiano, sino también una orientación común respecto de cómo pensar la realidad, la cual es compartida con los lectores habituales del medio. Esta teoría distingue dos instancias en la construcción de la noticia: la selección de la información considerada "noticiable" y el modo en que dicho suceso elegido se procesa en la misma (verificación, ampliación, contextualización e interpretación de esa información). Tales instancias están interconectadas, de modo que la  clasificación y jerarquización y las formas de enunciación se relacionan directamente con los criterios de noticiabilidad. Se identifican así qué acontecimientos son significativos para ser construidos como novedad periodística. Los criterios tienen su origen en la cultura de la sociedad así como en las características organizativas y las agendas de cada medio. Son formulaciones pragmáticas que especifican un conjunto de condiciones y valores que deben cumplir los sucesos para ser considerados significativos (Martini y Luchessi, 2004). De entre los muchos criterios que suelen estar presentes en las salas de edición, se puede señalar algunos que encuadrarían lo relacionado de algún modo con San la Muerte como fenómeno noticiable. Particularmente, debe destacarse la imprevisibilidad: esta clase de acontecimientos suelen impactar en el imaginario social generando sensación de inseguridad ante la irrupción de lo desconocido. Una serie de noticias sobre un mismo hecho y su efecto acumulativo de casos, se constataría en los numerosos "sumarios de eventos negativos" referidos al santo en estudio. La posibilidad de producir futuras noticias sobre un mismo tema refuerza la noticiabilidad. Otro elemento a destacar es la dramaticidad. Cuanto más conmocionante, más noticiable será el suceso. Los hechos que suponen una desviación generan una enorme atención. Lo negativo es más noticia (Wolf, 1991). Y esta máxima se verifica especialmente en el tratamiento de temáticas referidas a grupos religiosos marginales (Beckford, 1985). Así, los delitos relacionados con esta devoción cumplieron con creces este criterio. Una particular conmoción causó la aparición del presunto asesino serial devoto de San la Muerte, "a quien le habría ofrendado esas vidas".

Además de la selección, otros factores ligados a las rutinas periodísticas se encuadran la información. El discernimiento de las fuentes accesibles es un elemento central, que puede determinar por completo la orientación del artículo. Por otro lado, frente a la escasez de fuentes dotadas de prestigio social -tales como los estudios académicos- se percibe una propagación viral de los contenidos con dos fuentes principales: noticias anteriores –especialmente pertenecientes a "investigaciones" de medios de alcance nacional– y las páginas web dedicadas al santo. Pese a la influencia del catolicismo en la valoración de los fenómenos religiosos, los medios no suelen buscar actualmente la opinión del clero católico como interlocutor habilitado para opinar acerca de esta devoción. El recurso a expertos es escaso. En los pocos ejemplos que hallamos en el corpus estudiado se recurrió a académicos -de disciplinas tales como la antropología y la filosofía- a diferencia de lo percibido por Frigerio (1993) en la última década del siglo XX respecto de la cobertura periodística de grupos religiosos no convencionales. Esta especialización en la selección de los "expertos" sería la tendencia a una virtual secularización del discurso sobre este tipo de devociones (Frigerio, 2000). Al contrario de algunos -pocos- programas de televisión, en los artículos analizados prácticamente nunca se recurre a cuidadores de santuario para informarse.

Esta búsqueda de información además suele darse en un contexto de plazos excesivamente breves, marcado por el vertiginoso ritmo de la industria informativa. Rara vez se hay tiempo suficiente para investigar una historia en profundidad. Consecuentemente, las noticias suelen ser simplificaciones de los múltiples aspectos que deberían atenderse en cada uno de los acontecimientos. La información muy probablemente provenga de segunda mano, como suele ser el caso de las noticias que nos ocupan. Esta limitación temporal se agrava si se considera la obsesión por la primicia que suele verificarse en las salas de redacción: los reporteros se desviven por tener primero la noticia y cubrirla mejor y más rápido que la competencia. Esto responde más a las lógicas de los medios que a las de los lectores, quienes prefieren una cobertura amplia y correcta antes que conocer quién lo hizo en primer momento (Dart, 1997). En esta línea, debe tenerse presente lo que Wright (1997) denomina "desproporción inicio/desenlace": la abundancia de noticias en el inicio de un affaire en el que el grupo religioso marginal sufre acusaciones basadas en una evidencia escasa, y la ínfima cantidad de artículos periodísticos en el desenlace del evento en el que habitualmente el grupo es exonerado. En el tema de estudio, el caso más resonante y que más noticias generó -el caso Marcelito- sirve de ejemplo de este fenómeno. Mientras que gran parte de las notas señalaron el carácter supuestamente religioso de los asesinatos en la cobertura de la detención y del juicio, la cobertura de la sentencia fue menos nutrida y no se remarcó un elemento central: el dictamen descartó el móvil religioso (el pacto con San la Muerte) por carecer de sustento.14

Cada uno de los elementos intervinientes en el proceso de construcción de la noticia enfoca la información dentro de un marco particular. Este hecho, en términos de poder, visibiliza el alcance de la influencia de los medios. La línea editorial, los intereses de los inversores o la ideología del medio subyacen en la construcción mediática. También debe prestarse atención al estilo editorial del medio, el cual determina la ubicación de una noticia en determinada sección, su extensión, el diseño, los titulares, las fotografías. Por medio de todos estos elementos, la prensa encuadra las informaciones tornando inevitablemente la información en opinión (Sádaba, 2008. Ilustró este encuadre con dos elementos ya señalados. Por un lado, respecto del modo de titular, San la Muerte es mencionado en el título (42) o el copete (25), menciones que sumadas totalizan 67 (un 33% de las 201 noticias).

Cuadro 9

Frecuencia de menciones en título y copete según centralidad

Seis de cada diez noticias se dedican a temas diversos pero asignan un espacio medio a la devoción. Mencionan al santo en sus titulares, dándole un lugar central en la atención, sin que sea el tema principal de la nota. Tienden a resaltar a la devoción -más de lo que merece en el texto- como un modo de hacer más atractiva la nota. En general, muchos de estos titulares intentan remarcar su peligrosidad.

Florencio Varela: hallan drogas y un santuario dedicado a San la Muerte (La Nación, 21.11.2012)

Mató a cuatro personas: Perpetua para el asesino que invocaba a San la Muerte (Clarín, 8.9.2012)

Familia sacrifica a 3 parientes para ofrecer la sangre a "San la Muerte" (Los Andes, 7.4.2012)

Esta misma dinámica se desarrolla en la selección de las fotografías que acompañan las noticias. En los artículos que son acompañados por imágenes se suele seleccionar aquellas que resalten esta supuesta peligrosidad -lo cual no es muy difícil dada la estética esqueletaria del santo-.

Habitualmente, estas imágenes son tomadas de sitios web de los santuarios, ilustraciones que no tienen relación directa -materialmente hablando- con el evento del que se pretende informar.

Difiriendo del tratamiento del "avance de las sectas" a fines del s. XX en los medios de comunicación, en el cual se amplificaba el discurso de activistas antisectas (Frigerio, 2000), no parecería haber algún tipo de reclamadores o activistas detrás de la imagen de San la Muerte construida en la prensa escrita. Más bien ésta debe explicarse desde la perspectiva de las rutinas periodísticas y de los filtros: en primer lugar, la tendencia a encuadrar los eventos en los tópicos de mayor interés (en este caso, sería la inseguridad); en segundo término, pesan los filtros culturales -tal como propone Silk (1997) y que tratamos a continuación- que inciden en cómo se interpretan distintos fenómenos, entre ellos los religiosos.15

Esta indagación lleva a cuestionar la pretensión de objetividad de los medios. La cobertura mediática de estas organizaciones religiosas tiene lugar en un contexto determinado. Las noticias son una construcción social, no una simple realidad objetiva que solo espera ser transmitida. Los periodistas realizan su tarea con predisposiciones que inciden en la misma: limitaciones profesionales, prejuicios culturales y personales así como presiones externas (Shupe, 1997). Pero, como tantas profesiones "modernas" nacidas en la ilustración, el periodismo está dominado por una ideología que enfatiza  el empirismo y la separación entre "hechos" y "valores (Schmalzbauer, 2006). La labor periodística posee una construcción social de la objetividad distinta de otros ámbitos -como la academia-. Su estrategia habitual recurre a un mix de vox populi con  la opinión de algún especialista, o mejor aún, opiniones opuestas sobre el tema. Ambos elementos combinados construyen la "sensación de objetividad" (Beckford, 1999). Con miras a sustentar su  credibilidad, se exige que los periodistas mantengan sus convicciones morales y religiosas confinadas al círculo de su vida privada. Esta aspiración a la objetividad supone un debate epistemológico acerca de la definición de "verdad´ para estos profesionales (Schmalzbauer, 2006). Pese a este supuesto inicial, muchos autores han criticado la existencia de valoraciones morales y religiosas por parte del periodismo, remarcando cómo muchos creyentes (en particular evangélicos y católicos) vuelcan sus convicciones en su labor. Pese a la hipótesis secularizante de la neutralidad valorativa, el periodismo tendería a afirmar los valores dominantes de la sociedad para la que escriben (Beckford, 1999). Sus profesionales están permeados por la cultura dominante de la sociedad en cuestión e interpretan los fenómenos religiosos desde los recursos disponibles que este marco pone a su disposición. Mark Silk (1997) afirma que en las salas de redacción existen filtros que determinan en qué tipo de relato encuadrar un evento, moldeando el modo en que son concebidos y escritos los relatos sobre religión en la prensa. Estos filtros (o topoi, en términos de Silk) se derivan de los valores religiosos tradicionales de Occidente. Serían "denominadores comunes morales" subyacentes en la cultura, que invocan un tema moral familiar a la "conciencia popular". Cuanto más difundido y aceptado un valor, será menos visible. Por el contrario, a medida que la ubicación social del grupo sobre el que se escribe se mueve del centro a la periferia, la mirada se tornará más crítica o negativa. El tenor de la cobertura de los medios de comunicación se relaciona directamente con el grado de aculturación del grupo religioso (Wright, 1997).

Conclusiones

La mayor visibilidad lograda por la devoción de San la Muerte por medio de la proliferación de altares, ermitas o páginas web ha tenido su correlato en los medios de comunicación.16 Sin embargo, esta mayor presencia no representa un beneficio para sus devotos, sino que aumentan el costo social de su práctica. Su estigmatización desde una valoración católica de los fenómenos religiosos queda en segundo plano respecto de otros intereses que inciden en la cobertura mediática de este culto. La temática de la "inseguridad" que reina entre los temas de mayor interés de la agenda instalada en la opinión pública desde hace algunos años (Martini, 2007; Míguez, 2008; D"Adamo y García Beaudoux, 2007; Cerruti, 2011) parecería volverse la clave interpretativa desde la cual los medios construyen las noticias sobre esta creencia popular, imponiéndose sobre otras posibles lecturas (de índole religiosa, cultural, etc.). Esta lectura se apoyaría en el hecho de que numerosos individuos que han estado en prisión o que viven en "el mundo del delito" tienen devoción (o una identificación contracultural no necesariamente religiosa) por esta figura. Pero el catalizador que permitió una construcción tan sólida fue la sucesión de casos ligados a la figura de este santo durante 2010, principalmente el de "Marcelito". En el contexto del desmesurado interés de la prensa por sucesos relacionados con la inseguridad, la sucesión de casos relacionados con esta figura devocional, el atractivo de la dramaticidad de alguno de ellos y el hecho que este culto sea profesado por personas en conflicto con la ley confluyen en la construcción de una imagen criminalizante de esta devoción que no se adecua con la situación de la gran mayoría de los devotos de este santo popular. En esta representación mediática confluyen y se refuerzan la criminalización y la valoración negativa desde un marco interpretativo católico de los fenómenos religiosos.

Esta imagen propagada por los medios actúa de modo análogo a la regulación propiamente religiosa, a la cual refuerza. Difícilmente un devoto manifieste su afecto por esta figura en un contexto en el cual exhibir tal adhesión supone volverse un sospechoso o alguien presuntamente peligroso. Algunos de los devotos, y particularmente los cuidadores de santuarios, manifestaron su malestar con esta cobertura mediática. Fabio González, fundador de un santuario dedicado a San la Muerte de Wilde, nos confiaba en una entrevista:

"[Los medios] han venido por la fiesta y por estos acontecimientos que han pasado [hechos delictivos con resonancia mediática]. No había margen, no sé si de respeto. Que venían con un objetivo claro, distinto al que proponían, eso estaba a la vista. […] Un morbo, cómo inflar la situación. […] Esto pasa por otro lado, el santo de los chorros. Es una total idiotez […] me duele cuando hablan mal de él […] vos fijate que [devotos de San la Muerte] han estado en televisión, y la burla misma ha llegado delante de la cara de gente que ha participado religiosamente durante años […] Reconocemos que es imposible que en Argentina el culto sea inscripto. Hace muchos años que estamos buscando que sea realidad y cada vez que se han movido legalmente, socialmente empiezan a aparecer cosas en los medios que te boicotean".

Más allá de la molestia que exteriorizan estos especialistas religiosos, debe rescatarse cómo ellos mismos perciben que esta cobertura mediática atenta contra la búsqueda de legitimidad en la que se encuentran embarcados. Saben que éste es un recurso de gran valor social -particularmente para los movimientos religiosos emergentes que enfrentan ambientes sociales hostiles- y que los medios de comunicación desempeñan un papel central en este proceso de legitimación (Shupe, 1997). Tal aceptación social se centraliza en el reconocimiento del estatus de religión "genuina" y por ello, con derecho reconocido a existir en una sociedad. Los intentos contrarios buscarán demostrar que dicha organización no se encuadra en el estatus de religión. Se trata en el fondo de una cuestión de clasificación. Si bien la criminalización opera en una esfera distinta de la religiosa, en el fondo pone en cuestión esta posibilidad de ser ubicado entre las religiones aceptadas socialmente.

 

Notas

1. En los últimos años, esta devoción adquirió una entidad propia en el tratamiento que hacen los medios de la misma. Un indicio de este afianzamiento y mayor conocimiento es la actual no-asociación con cultos umbandistas. En el corpus de 201 noticias que se construyó para esta investigación se hallaron únicamente 4 artículos (2001; 2004: 2006; 2008) que relacionan la devoción de San la Muerte con el umbandismo. En los últimos 4 años analizados, pese al importante incremento de noticias sobre la misma, esta asociación no tiene lugar. Esta relación era posible dado que el umbandismo tuvo en años pasados una mayor repercusión en la prensa que el culto de este santo y la similitud de aspecto entre éste y alguna figura devocional umbandista (particularmente el Exú Tatá Caveira). Se trata del problema hermenéutico de interpretar qué representa una imagen con una estética esqueletaria: ¿una figura umbandista, un "culto satánico a la muerte" (si es que existe uno) o la devoción a San la Muerte? En el último tiempo toda imagen de este tipo tiende a ser asociada a la devoción que nos ocupa. Baste mencionar, a modo de ejemplo, una noticia aparecida en el diario La Capital el 26 de octubre de 2011: un joven se defiende de un robo golpeando al maleante con una estatua de un esqueleto con un sombrero de bucanero. Según el artículo, los vecinos identificaron a la imagen como "un San la Muerte", pese a que esta representación escapa a la estética habitualmente observada en las imágenes del santo. La actual instalación de la devoción en la opinión pública lleva a identificar cualquier imagen de este tipo con este culto.

2. Esta decisión permite acceder de modo más sencillo a medios en los que no es sencillo tomar contacto con su archivo, pero principalmente facilita la detección de las noticias a utilizar, a partir del uso de un buscador así como diversas operaciones con fines analíticos (contar palabras, detectar palabras, etc.). Debe reconocerse que también implica límites, como descartar diarios que no posean sitio web -algo poco común en los grandes medios-, pero las ventajas superan ampliamente a las desventajas. Se decidió que fueran 5 diarios para lograr un corpus de un tamaño aceptable y con una variedad de fuentes que permitiese poder aproximar al tratamiento de "los grandes medios" acerca del fenómeno en estudio.

3. Idealmente, se debería haber trabajado con indicadores respecto de ingresos en los sitios web de cada diario. Al no disponer de dicha información, se estima la masividad del diario por su versión impresa.

4. El relevamiento de noticias se realizó en julio de 2013, por lo que se incluyeron noticias hasta 2012 como límite superior. El límite inferior fue determinado por los mismos diarios online: se incluyeron todas las noticias que hubiese en el archivo digital de ese diario. Para el caso de La Nación se recabaron noticias hasta 1997, pero para La Capital y El Norte solo hasta 2008. Como la finalidad no es una comparación entre estos diarios sino detectar tendencias en diarios de primera línea, este hecho no nos parece una dificultad insalvable, sí un elemento a tener en cuenta según la variable que se esté analizando.

5. El primero de estos "casos" tuvo lugar en abril de 2010 cuando un parapsicólogo (de apellido Abramor) que decía tener poderes delegados por San la Muerte fue asesinado por su hijo. El segundo: un joven de la villa de emergencia del Bajo Flores (Marcelo Antelo) es detenido y acusado por 7 homicidios que habrían sido cometidos -según testimonios- por un "pacto" con San la Muerte en agosto de 2010. El mes siguiente son apresados 3 individuos que integraban una banda que asaltaba comercios en la ciudad de Rosario que se movilizaban en 2 autos con una gran calcomanía de San la Muerte cubriendo el capot. En noviembre de ese año, una persona es hallada muerta en su auto cerca de La Plata con indicios de haber sido asesinada por un "ajuste de cuentas". Los medios destacan que tenía entre otros tatuajes uno de San la Muerte en la pierna. En diciembre, es detenido un prófugo en las cercanías de Buenos Aires mientras intentaba escapar en una camioneta robada con una estatua de San la Muerte en el asiento de atrás.

6. Este fue otro caso de gran relevancia mediática debido a que fue protagonizado por un reconocido locutor. Tuvo lugar en marzo de 2012 en Buenos Aires. Tras haber repelido un intento de robo en su hogar, "Baby" Etchecopar recibió una nota de amenaza que incluía una imagen de San la Muerte. Estos hechos tuvieron una enorme repercusión y fueron cubiertos por la prensa por muchos días.

7. En este período se destaca particularmente el ya referido "caso" Etchecopar, con 12 artículos en nuestra muestra. En este bienio también es mencionada esta figura en el muy mediático juicio por la desaparición de Marita Verón (trata de mujeres) y en el procesamiento de un grupo de guardiacárceles de un penal de Mendoza que torturaba internos (denunciados en febrero de 2011), entre otros casos.

8. Todos los diarios online estudiados poseen secciones. Nos interesa particularmente la denominada "Policiales", así nombrada por todos los medios a excepción de La Nación que construye una, un tanto más amplia, denominada "Seguridad". Se aprovecha la digresión para recordar el hecho de estar estudiando medios virtuales y no versiones impresas, lo cual tiene particularidades de formato y de dinámica de redacción que deben tomarse en cuenta. Actualmente, los grandes medios de alcance nacional tienen equipos de redacción diferenciados, que pueden reproducir o no contenidos de la versión impresa.

9. Se consideran expresiones análogas que sean semánticamente cercanas: "santo de los criminales", "santo al que rezan los ladrones", "en quien buscan amparo los malvivientes", etc.

10. La centralidad contempla la cantidad de menciones a esta figura de devoción respecto de la totalidad de palabras de cada artículo. La construimos siguiendo el siguiente criterio: 

11. En las noticias policiales no se menciona la condición de católico de un reo ni su posesión de algún tipo de imaginería religiosa de tal tradición. Lo común, lo "normal", es naturalizado y no llama la atención. Aquello que cae en el registro de desviado no tiene tal suerte (Hoffman y Bahr, 2006; Kent, 1998). 

12. No tenemos los elementos para discernir si estas inclusiones responden a una voluntad deliberada de asociar a esta devoción con sucesos con una gran capacidad de impacto negativo acontecidos en otras latitudes y relacionados con esta devoción emparentada simbólicamente con la que nos ocupa, o si -en el peor de los casos- se deben a una confusión y a un escaso rigor periodístico.

13. Los datos recabados en nuestra investigación permiten concluir en el estereotipamiento y estigmatización de esta devoción bajo una óptica que la ubica casi exclusivamente en el mundo del crimen. Si bien la afirmación respecto de una causalidad de este fenómeno y la temática de la inseguridad es altamente plausible, escapa a este trabajo confirmar esta hipótesis.

14. Únicamente La Nación (8.9.12) se hizo eco de este hecho de entre medios estudiados en nuestro corpus, sin resaltarlo demasiado y titulando "Prisión perpetua para el asesino que se inspiraba en San la Muerte". El resto de los diarios, o bien no trató la noticia o simplemente hizo referencia a la condena sin mencionar a San la Muerte. Clarín matizó el tema afirmando que este caso se conoció como "los "crímenes de San la Muerte" porque, según testimonios de la causa, Antelo invocaba a ese santo pagano" (8.9.12). No alude a la desestimación del móvil religioso por parte del tribunal, sino que delega el peso de tal atribución a las declaraciones de los testigos, manteniendo así esta posibilidad abierta en el título: "Mató a cuatro personas: Perpetua para el asesino que invocaba a San la Muerte". 

15. En el horizonte, tampoco debe dejarse de lado la acusación de la mercantilización del ámbito periodístico: se escribe lo que venda (Martini y Luchessi, 2004). 

16. Entiéndase esta afirmación en su sentido fáctico. No se pretende postular una causalidad directa: el hecho que sea más visible no lo vuelve un fenómeno noticiable en sí. Pero tampoco puede desconocerse que su mayor visibilidad -y expansión- propicia la posibilidad de ser captado por los medios. 

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3. La Capital (2011, 27 de junio). El filicida de Santo Tomé se negó a declarar ante la Justicia. Recuperado de http://www.lacapital.com.ar/la-region/El-filicida-de-Santo-Tomeacute-se-negoacute-a-declarar-ante-la-Justicia-20110627-0018.html

4. La Capital (2011, 19 de agosto). Hallaron un santuario y veinte kilos de droga en un "quiosco". Recuperado de http://www.lacapital.com.ar/contenidos/2011/08/19/noticia_0023.html

5. La Gaceta (2009, 31 de julio). Adquirió una moto, salió a delinquir y después la devolvió. Recuperado de http://www.lagaceta.com.ar/nota/337422/policiales/adquirio-moto-salio-delinquir-despues-devolvio.html

6. La Nación (2012, 8 de septiembre). Prisión perpetua para el asesino que se inspiraba en San la Muerte. Recuperado de http://www.lanacion.com.ar/1506297-prision-perpetua-para-el-asesino-que-se-inspiraba-en-san-la-muerte

7. La Nación(2012, 21 de noviembre). Florencio Varela: hallan drogas y un santuario dedicado a San la Muerte. Recuperado de  http://www.lanacion.com.ar/1528872-florencio-varela-hallan-drogas-y-un-santuario-dedicado-a-san-la-muerte

8. Los Andes (2012, 7 de abril). Familia sacrifica a 3 parientes para ofrecer la sangre a "San la Muerte" Recuperado de http://losandes.com.ar/article/familia-sacrifica-parientes-para-ofrecer-sangre-san-muerte%E2%80%9D-634553 

Cuadro 1. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

*Muestra el año desde el cual se pueden acceder a noticias en el sitio web de ese diario.

S/A: Sin acceso

Cuadro 2. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

* Otros casos: 12 "casos" de entre 2 y 4 artículos periodísticos.

Cuadro 3. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

Cuadro 4. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

*Otra: Cultura, Espectáculos, Internacionales, Sociedad, Deportes, Turismo, etc.

Cuadro 5. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

Cuadro 6. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

Cuadro 7. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

Cuadro 8. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

Cuadro 9. Elaboración propia a partir de artículos de los diarios citados

 

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