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Sociedad y religión

versión On-line ISSN 1853-7081

Soc. relig. vol.26 no.45 Ciudad Autónoma de Buenos Aires mayo 2016

 

ARTICULO

Patronazgos marianos y dinámicas de resignificación: La "Virgen del Carmen" de los migrantes chilenos en San Carlos de Bariloche (1970-2013)*

Marian patronage and resignification Dynamics: the "Virgen del Carmen" Chilean migrants in San Carlos de Bariloche, Argentina (1970-2013)

 

Ana Inés Barelli

Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio

Universidad Nacional de Río Negro - CONICET

B. Mitre 630 5º Piso Of. D.

(8400) San Carlos de Bariloche, Pcia. de Río Negro-Argentina

inesbarelli@hotmail.com

 

Recibido: 23-07-2015

Aceptado: 15-03-2016


Resumen

Las devociones marianas resultan una variable interesante y profunda para analizar los procesos sociales identitarios debido a que se presentan en una dimensión histórica, generan pertenencia y construyen territorialidad (Barelli, 2013). La ciudad de San Carlos de Bariloche ubicada en la provincia de Río Negro al noroeste de la Patagonia argentina, se caracteriza por ser receptora de una variedad de corrientes migratorias, siendo especialmente significativa la presencia chilena. El artículo se propone abordar el traslado de la devoción de los migrantes chilenos a la Virgen del Carmen a San Carlos de Bariloche focalizando en las dinámicas de resignificación del patronazgo mariano en las diferentes etapas de la historia de un recinto religioso construido a fines de la década de 1960 en un barrio de la ciudad conocido como "el barrio de los chilenos". A partir de allí se recorren los diversos sentidos de pertenencia que se vincularon no sólo a la adscripción chilena sino también a una territorialidad que se materializó en la capilla-parroquia y se proyectó en el espacio barrial.

Palabras claves: San Carlos de Bariloche; Migrantes Chilenos; Virgen del Carmen; Patronazgos Marianos.

 

Abstract

Marian devotions are a deep and interesting variable to analyze the social identity processes because they are presented in a historical dimension, generate membership and built territoriality. The city of San Carlos de Bariloche in Rio Negro province is characterized by being the recipient of a variety of migratory flows, among them the chilean having a special significance. The article intends to address the devotion of chilean migrants moving to the Virgen del Carmen to San Carlos de Bariloche focusing on the dynamics of resignification of Marian patronage at the different stages of the history of a religious precinct, built at the end of the decade of 1960 in a district of the city known as "the District of Chileans". On that basis we explore the different senses of belonging that is associated not only with the Chilean assignment but also with a territoriality that materialized in the chapel-parish and was projected at the neighborhood space.

Key words: San Carlos de Bariloche; Chilean Migrants; Virgen del Carmen; Marian Patronage.


Introducción

El culto mariano, manifestación emblemática de las prácticas católicas de "religiosidad" o "piedad popular", puede ser estudiado como el núcleo de un conjunto de relaciones socioculturales históricas, como matriz social identitaria, así también como resignificación local o regional en la construcción del espacio material y simbólico (Barelli, 2014:13). La construcción social identitaria, en tanto estrategias simbólicas históricamente construidas, en clave de alteridad, articula representaciones del pasado con prácticas del presente (Chartier, 1992). Con esta perspectiva las devociones marianas, tanto desde la "actitud relacional (oración y contemplación), desde la celebrativa (liturgia, fiestas, devoción popular) (Esquerda Bifet, 1998), como desde sus patronazgos1 resultan una variable interesante para analizar los procesos sociales identitarios debido a que se presentan en una dimensión histórica, generan pertenencia y construyen territorialidad (Nicoletti y Barelli, 2014).

La ciudad de San Carlos de Bariloche ubicada en la provincia de Río Negro al noroeste de la Patagonia argentina, se caracteriza como receptora de una variedad de corrientes migratorias, siendo especialmente significativa la presencia chilena que se remonta a los inicios del poblado2. Desde principios de 1970, la histórica migración chilena se visualizó dentro de la ciudad por las diferentes agrupaciones poblacionales precarias. Entre estos espacios, el barrio La Cumbre3 se lo identificó como el "barrio de chilenos". De acuerdo con las fuentes documentales4 que se han recogido, se advierte que el inicio de la organización barrial estuvo íntimamente relacionado con la fundación de la capilla "Nuestra Señora del Carmen"5 y con el consecuente traslado de su advocación y devoción como patrona de Chile. El proceso eclesiástico de organización institucional transitó dos etapas muy significativas: la época de la capilla (1971-1994) y la época de la parroquia (1994 hasta el presente). La primera, bajo la jurisdicción de la parroquia "Inmaculada Concepción"6 perteneciente a la congregación salesiana, atravesó los períodos políticos más violentos7 de la Argentina y de Chile; mientras que la segunda, bajo la órbita de la diócesis de Bariloche8, transitó las problemáticas sociales propias del periodo neoliberal9 que se ligaron a procesos económicos de exclusión, en el marco de gobiernos democráticos en ambos países.

La advocación mariana de la Virgen del Carmen se ha investido de diferentes sentidos a lo largo de la historia de Chile. A principios del siglo XIX, en pleno contexto independentista, a la Virgen del Carmen se la nombró Patrona del Ejército de los Andes - Mendoza - y con el traslado a Chile se resignificó como Generala del Ejército nacional. Este patronazgo durante la dictadura de A. Pinochet (1973-1990) fue reivindicado y posteriormente, con el retorno a la democracia, reemplazado por el de Patrona de la República de Chile. Los distintos patronazgos de esta advocación se trasladaron a Bariloche mediante dos imágenes marianas: la Virgen del Carmen de la Independencia, Patrona del Ejército de los Andes y la Virgen del Carmen Madre, Reina y Patrona de Chile.

A la luz de este proceso histórico, el presente artículo se propone abordar la devoción de los migrantes chilenos a la Virgen del Carmen en Bariloche focalizando en las dinámicas de resignificación del patronazgo mariano en las diferentes etapas transcurridas por la Capilla - parroquia Nuestra Señora del Carmen, en función de lo cual el artículo se presenta dividido en tres apartados. El primero desarrolla los orígenes de la advocación mariana en Chile, sus diferentes denominaciones y patronazgos; el segundo, introduce el traslado devocional mariano a Bariloche por parte de los migrantes chilenos a una capilla donde se desarrolló la resignificación del culto en el recinto durante el periodo 1970-1994; finalmente en el tercero, profundizar en los cambios y continuidades de los patronazgos marianos y los procesos de resignificación identitaria durante el periodo de la parroquia (1994 en adelante).

Se ha utilizado la metodología hermenéutica histórica y el método etnográfico. Para el análisis de documentos escritos10 se ha tenido en cuenta no sólo las características generales de todo texto, sino también aquellas derivadas de su género, función y narratividad. En relación con las fuentes orales se las abordó desde la historia oral (Fraser, 1993; Schwarztein, 2001), por medio de entrevistas estructuradas y semi-estructuradas y de la observación participante del culto, como formas "para comprender las maneras en que la gente recuerda y construye memorias" (Schwarzstein, 2001; Delrìo, 2005). Con esa metodología se realizaron entrevistas a: los primeros sacerdotes de la antigua capilla, al actual párroco, a migrantes chilenos devotos y no devotos, al presidente del Círculo Chileno y al Cónsul de Chile de ese momento. Estos testimonios están filtrados por la memoria individual y colectiva, debido a que "no son los hechos del pasado sino la manera en que las memorias fueron construidas y reconstruidas por parte de una conciencia contemporánea" (Schwarzstein, 2001: 75).

 

1. La Virgen del Carmen Patrona, Generala y Reina de Chile

La Virgen del Carmen, advocación antigua de la cristiandad11 (figura 1), aparece en Chile en la época colonial (s. XVII) vinculada a la orden de los agustinos en la ciudad de Concepción. Durante esa época se la registra como devoción menor que recién adquirió protagonismo con el proceso independentista de principios del siglo XIX. Según Valenzuela Márquez (2012) la Virgen del Carmen, que hoy se conoce como la "Reina, Madre y Patrona de Chile", se vinculó con la advocación carmelitana presente en Mendoza durante la preparación del Ejército de los Andes. Esta advocación fue nombrada en 1817 "Patrona del Ejército de los Andes"12 por los principales generales de dicho ejército (figura 2) generando una profunda transformación de la advocación carmelitana chilena. Es decir, si bien se conservó la tradicional imagen13 durante las ceremonias y procesiones oficiales, fue sometida "a una resignificación14 que la vació de su contenido primitivo y la revistió con las nuevas funciones militares y proyecciones estatales" (Valenzuela-Márquez, 2011:18). Es así como en marzo de 1818, a un año de su proclamación en Mendoza, se había pronunciado, también en la catedral de Santiago, un nuevo juramento a la Virgen del Carmen. Allí se la calificó como "Patrona y Generala de los Ejércitos de Chile" y luego del triunfo de la independencia, el general O'Higgins la ratificó como "Patrona de las armas de Chile" comprometiéndose a la construcción de un santuario que se pudo concluir en 1892 (Barelli, 2014:15).

 

Figura 1. La Virgen del Carmen del Monte Carmelo.

Fuente: www.virgendelcarmen.cl/quien-es-la-vdc

 

Figura 2. La Virgen del Carmen. Patrona de los Ejércitos de los Andes.

Fuente: Iglesia San Francisco, Mendoza. Fotografía de Raúl Hernández, 2010.

 

La vinculación de la Virgen del Carmen con el ejército se mantuvo de manera exclusiva hasta fines del siglo XIX con la Guerra del Pacifico15. Luego, a principios del siglo XX, al acercarse el centenario de la proclamación de la Virgen del Carmen, el episcopado chileno solicitó a Roma su designación canónica como "Patrona de la República" que se concretó en 1923. Tres años después, la Virgen del Carmen era coronada solemnemente como "Reina de Chile" (figura 3). La jura de los patronazgos no representa un hecho intrascendente, sino que a partir de ellos se pueden observar "cómo se someten simbólicamente las acciones del estado a un ordenamiento superior, divino, encarnado en la Iglesia Católica, por medio de la imagen oficial de ésta" (Martín, 1997: 18), en este caso la "Virgen del Carmen". Como ya hemos planteado en otros trabajos, no resulta pues ni ingenua ni arbitraria la identificación de la "Virgen del Carmen" con el mundo castrense, que se refuerza desde lo simbólico y discursivo durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) (Barelli, 2013,2014). En este caso se utilizó "la imagen de la Virgen como dispositivo y artefacto simbólico, posicionándola como guía espiritual y como protectora de las fuerzas armadas, de la dictadura y del mismo Pinochet"16 (Barelli, 2014:16).

 

Figura 3. La Virgen del Carmen. Madre, Reina y Patrona de Chile.

Fuente: Santuario Nacional de Maipú en Chile.

 

2. La Virgen del Carmen patrona de los migrantes chilenos en San Carlos de Bariloche (1970-1994)

Si bien la devoción a la Virgen del Carmen en Chile se focalizó especialmente en la ciudad de Santiago, lugar donde actualmente se encuentra el Santuario Nacional de Maipú, en San Carlos de Bariloche la mayor parte de los migrantes chilenos asentados provienen del sur del país17, zonas en donde la devoción carmelitana no tuvo tanta influencia (Barelli, 2014). Sin embargo, a la hora de elegir una advocación mariana para la capilla del barrio los migrantes abandonaron sus devociones locales y optaron por la Virgen del Carmen. Hemos incorporado al análisis la definición de nación de Anderson (1993) como comunidad imaginada que recorta imágenes simbólicas de comunión en función de cohesión. Es desde este plano simbólico religioso que "la identidad mariana constituye uno de los elementos que permiten construir esa imagen de comunión, amalgamada con el sentimiento de pertenencia a una Nación que se identifica en el caso de los chilenos, en la Virgen del Carmen" (Barelli, 2014:19).

Como se ha mencionado en trabajos anteriores, el traslado de esta devoción a Bariloche se inició con la incorporación de dos imágenes marianas al nuevo recinto: la Virgen del Carmen, patrona de Chile, despojada de sus atributos militares a la que se agregaron en 1985 atributos reales; y la Virgen del Carmen de la Independencia, Patrona del Ejército de los Andes que, además de los atributos tradicionales (cetro, coronas, hábito marrón y escapularios), tiene la particularidad de estar rodeada, en un primer plano, por las banderas de Chile y la Argentina y, en un segundo plano, por la bandera de Perú, enfatizando su carácter latinoamericano (Barelli, 2014).

En esas primeras investigaciones, ya mencionadas, se analizó la devoción a la Virgen del Carmen de los migrantes chilenos durante la época de la capilla (1971-1994) mediante dos ritos de consagración18 que trascienden el acontecimiento, condensan significado y marcan dos momentos íntimamente vinculados y complementarios desde la dinámica relacional entre el barrio y la Virgen: la entronización (1972) y

la coronación (1985). Ambos ritos permitieron visualizar el período de la capilla en sendas etapas: la primera desde 1972 a 1984 y la segunda desde 1985 a 1994 El primer rito de "consagración" fue la ceremonia de "entronización"19 de la imagen de la Virgen del Carmen en la capilla, el 6de enero de 1972 (CPIC, 6 de enero de 1972: Folio 150), La imagen que se entronizó en el altar era la tradicional iconografía de la "Virgen del Monte Carmelo" con el Niño con sus atributos tradicionales -escapularios y vestiduras color marrón- (figura 4). La ceremonia contó con la participación del obispo Aleman, junto al capellán Víctor Amartino sdb., en presencia de los vecinos del barrio La Cumbre y otro barrio aledaño El Mallín; y culminó con una "procesión con la Virgen por ambos barrios" (CPIC, 6 de enero de 1972: folio 150),consagrando así espacial y simbólicamente el patronazgo chileno de la "Virgen del Carmen". La entronización resultó un signo identitario que posicionó a la Virgen como protectora de los migrantes chilenos, sacralizando un espacio de pertenencia, confiriéndole autoridad y poder simbólico. El sentido de pertenencia20 también se reforzó con otra imagen de la misma advocación, "la Virgen de la Independencia" bajo el patronazgo del Ejército de los Andes (figura 5), utilizada por los fieles en las procesiones y festejos del 18 de septiembre, día de la Independencia chilena. Durante esta primera etapa, la práctica que adquirió más relevancia21 fue la procesión por la independencia chilena en la fecha 18 de septiembre, siendo los festejos patronales del 16 de julio, simples misas recordatorias. Así, por ejemplo, lo comentaba Zuni: "En esa época salíamos todos los 18 de septiembre con la Virgen por el barrio, con banderas chilenas y nos juntábamos a celebrar en la Capilla", entrevista a Zuni, feligresa chilena, Bariloche mayo 2012.

 

Figura 4. La "Virgen del Carmen". Entronizada en la Capilla (1972).

© Barelli, 2012.

 

Figura 5. La Virgen del Carmen. Patrona del Ejército de los Andes.

© Barelli, 2012.

 

El otro ritual de consagración que se llevó a cabo en la capilla fue la "coronación" de la Virgen, durante la época de la capellanía de Mario Serafini sdb. (1984-1991)22. Este momento se aborda en tanto acto ritual que condensa "una relación entre imagen y espectador, claramente basada en la atribución de poderes que trascienden el aspecto puramente material del objeto" (Freedberg, 1993: 107-108). La corona, en tanto símbolo, presenta aquel signo soberano que genera una pertenencia recíproca, por la cual se transforma en el "objeto que sella el pacto entre el pueblo y el rey" (Farioli, 2002: 70). Resulta interesante analizar de qué manera dicho ritual se separa de la simbología estrictamente monárquica para reformularse en contextos republicanos, con el mismo sentido de forjar un "pacto" entre la Virgen y su "pueblo". Este ritual, desde el plano simbólico identitario, otorga a la advocación mariana un carácter devocional de pertenencia fuertemente chileno y un lugar de centralidad en las actividades pastorales23 de los migrantes en los barrios.

Según las fuentes salesianas, la "coronación" de la Virgen del Carmen en la capilla se realizó el 21 de julio de 1985 junto con los festejos patronales del 16 de julio (Figura 6). Estos festejos culminaron con una "gran Ramada bien a lo chileno" (CPIP, 21 de julio de 1985: folio 35). Así comentaba el capellán de esa época, el Padre Mario Serafini:

"(...) la fiesta patronal era algo increíble. Porque ellos no la adoraron la amaban por ser la patrona de Chile (...) La fiesta de la Virgen del Carmen era una fiesta tradicional chilena (...) se hacía locro, adentro teníamos baile (...) Se hacía fiesta bien a lo chileno. Yo como estaba en el ejército les pedía que me trajeran la cocina grande y comíamos ahí todos juntos. Después estaban los bailes chilenos. Eso hacía que la gente se entusiasmara mucho (...) Hacíamos membrolé vino caliente. Venían vestidos como "huasos" y hacían unas cuecas espectaculares. Era una comunidad en donde había mucha gente (...)"24

 

Figura 6. La Virgen del Carmen. Coronada (1985).

© Barelli, 2012.

 

Lo interesante de esta ceremonia de coronación es la estrecha vinculación que presentó el acto mismo de consagración, en el cual se nombra a la Virgen bajo la advocación del Carmen como "Reina y Madre" y los festejos posteriores de tradición chilena. De este modo, la fiesta patronal se visualiza no sólo como un espacio en donde se proyecta la pertenencia chilena, sino que también se profundiza una devoción mariana que oficia como "agente" de cohesión y pertenencia barrial entre los migrantes chilenos. Esta pertenencia se advierte en los testimonios de los migrantes y el patronazgo nacional de la Virgen del Carmen. Ambos se unifican en la fiesta patronal mariana, una fiesta popular cuya performática resulta de una puesta en escena de la tradición, apreciada en los bailes, la música, los vestidos y la comida.

 

3. Cambios y continuidades: de Virgen del Carmen de los chilenos a patrona de las CEBs (1994-2012)

La capilla se erige en parroquia "Nuestra Señora del Carmen" el 20 de noviembre de 1994, día en que se nombra como primer párroco al sacerdote Juan Ángel Dieuzeide25. La decisión de organizar la parroquia en comunidades eclesiales de base (CEBs)26, si bien por una iniciativa personal del párroco fue presentada, discutida y aprobada en una Asamblea parroquial el 18 de febrero de 1995, cuando se conformó la "comunidad de comunidades" (BPC, abril de 1995: 1). Desde entonces, se armaron comunidades de base27 por barrios y se formó el consejo pastoral parroquial, una organización que incorporó como elemento vector la dimensión social y la dimensión política28, propias de la "Teología de la Liberación"29. Este proceso no sólo significó un cambio de denominaciones institucionales como la constitución de una parroquia, la incardinación de un sacerdote en ella30 y las modificaciones jurisdiccionales31, sino que proporcionó también un nuevo sentido pastoral y devocional carmelitano, delineado no sólo por la conformación de las CEBs, sino, además, por una firme concientización de seguimiento litúrgico "correcto" para construir ese nuevo sentido de pertenencia, el cual tuvo una primera etapa (1994-2004) más hermética, diferencial y de contraste con la antigua capilla fuertemente identificada con la colectividad chilena y, una segunda etapa (2004-2012) más flexible, que propuso un acercamiento al pasado recuperando la fiesta patronal de la "Virgen del Carmen" en compañía de la colectividad chilena y generó lo que vamos a denominar "fusión de patronazgos".

La formación de las CEBs originó diversas respuestas de los feligreses de los barrios que antiguamente participaban de la capilla como en aquellos que se incorporaron por jurisdicción. Es decir, algunos de ellos se quedaron, otros nuevos se sumaron a la propuesta y un tercer grupo, mayoritariamente chileno, dejaron de participar. En relación con el primer grupo, fueron los que estuvieron presentes en la primera Asamblea, eligieron la nueva modalidad y se mantuvieron activamente en la parroquia. El segundo grupo estuvo integrado por nuevos feligreses, entre ellos varios migrantes chilenos, -algunos exiliados políticos de la dictadura pinochetista-, que vieron con muy buenos ojos la propuesta de conformar las CEBs. Y finalmente, el tercer grupo, que corresponde a aquellas personas (en su mayoría chilenos), que si bien venían trabajando durante la época de la capilla, no se sintieron identificadas con la propuesta de las CEBs y dejaron de concurrir a la parroquia. Es decir que después de la creación de la parroquia la decisión de participar o no, ya no estuvo relacionada con la pertenencia chilena; el sello identitario lo dieron ahora las CEBs y la línea pastoral e ideológica del Párroco Juan Ángel Dieuzeide. Sin embargo, esta identidad parroquial, que se instaló en 1994 y que buscaba generar un sentido de pertenencia particular despojándose totalmente de la antigua capilla, cambió en el año 2004, cuando se retomó la vinculación por pertenencia chilena de la antigua capilla y se propuso una fusión de patronazgos en la Virgen.

 

3.1.Primera etapa de la parroquia "Nuestra Señora del Carmen" (1994-2004)

Los primeros diez años de la parroquia estuvieron marcados fuertemente por la construcción de este nuevo sentido de pertenencia vinculado a la formación de la CEBs y a la nueva forma "dirigida" de concebir y expresar la devoción mariana del Carmen, tanto por la mirada personal del sacerdote como por los festejos patronales. Este nuevo sentido de pertenencia se observa, especialmente, en los diferentes relatos de los fieles que vinculan lo "afectivo" y lo "emocional", que no sólo se muestra en una comunidad de fe, sino también en aquellos lazos homologables a la familia, que permiten la supervivencia de los grupos migrantes en actos de solidaridad y reciprocidad. Así lo comenta Nino:

"(...) estar en comunidad nos ayuda a saber dónde estás, encontrarle el sentido a todo esto, que todo tiene un sustento (...) que todos somos distintos pero lo esencial es que estamos todos ahí no te sientes sólo, podemos confiar más que en la familia, con el tiempo termina siendo una familia que va mas allá de lo afectivo y espiritual (...)"32.

Con la creación de la parroquia se produce un desplazamiento del patronazgo chileno carmelitano hacia una nueva pertenencia que se instala en el proyecto de las CEBs, conjuntamente con un proceso de resignificación de la devoción propiamente dicha. Estos procesos los observamos en la "palabra", a través de los BPC33; en lo icónico, con laelección de nuevas imágenes carmelitanas, y en la misma práctica devocional, con los festejos patronales.

En los BPC podemos observar una intención explícita de recuperar, para la narrativa parroquial, el relato de origen de la advocación (BPC, 16 de julio de 1995: 1) en la Virgen del Monte Carmelo del s. II, dejando en un segundo plano, su antigua vinculación con el patronazgo chileno. Esta nueva narrativa parroquial se conjuga con la creación del nuevo patronazgo: la "Virgen del Carmen" pasa a ser "madre, patrona y protectora de las CEBs". El nuevo patronazgo queda plasmado como sello identitario de la parroquia en la oración a la Virgen que escribió su párroco para la ceremonia inaugural.

 

Oración de la Parroquia "Nuestra Señora del Carmen"

Santa María del Monte Carmelo

danos un corazón ardiente como el del Profeta Elías:

la valentía que tuvo para defender a su Pueblo

y el espíritu de oración para interceder por él.

Pedile a tu Hijo Jesús:

- que podamos hacer de nuestra Parroquia una verdadera comunidad de comunidades

- que los pobres tengan en ella un lugar de privilegio, como sujetos activos de nuestra evangelización

- que realicemos juntos la tarea pastoral con medios pobres, confiando sobre todo en el poder del Espíritu Santo,

el que te hizo Madre de Jesús y de la Iglesia.

"Virgen del Carmen", protege a nuestras familias y ruega por nosotros. Amén34.

 

La devoción mariana, en tanto construcción discursiva, durante el período parroquial, dejó de ser manejada por los fieles y perdió su espontaneidad. En su lugar se construye, tanto desde la "palabra" como desde lo "iconográfico", una práctica devocional diferente. Es decir, mediante la liturgia, la devoción pasa a ser estudiada, empieza a ser más contenida, dirigida, disciplinada, alineada con el posicionamiento ideológico del párroco y enmarcada dentro de una institución determinada. De esta manera, la práctica devocional mariana contenida en el orden litúrgico asentó aquellas pautas que construyeron "lo permitido". Estas prácticas primero se institucionalizaron y luego se naturalizaron. Se construyeron a partir de las "imágenes", los patronazgos carmelitanos y la "palabra", tanto oral -sermones, reuniones de la CEBs, reuniones de consejo parroquial, etc- como escrita -boletines, boletería, etc - del párroco. Es decir, se observa en el uso, control y circulación de la imagen y el discurso, una imperiosa necesidad de marcar el "sentido" de las palabras y de las imágenes, de incorporar una nueva forma de concebir la devoción y de resignificar toda la práctica devocional.

En los boletines mensuales de la parroquia, de autoría exclusiva del párroco, y en los relatos de los devotos, como receptores, aparecen diversas menciones sobre cómo se "debe" concebir la advocación y cómo se "debe" pensar y "vivir" la devoción mariana: se piensa la devoción según las pautas doctrinales de la Iglesia Católica35, formando parte del proyecto de las CEBs. Se la concibe discursivamente como "madre, patrona, protectora de la CEBs" (BPC, 16 de julio de 1996: 1) y como aquella que "acompaña desde siempre a nuestra comunidad de comunidades" (BPC, 16 de julio de 2011:1); discurso que también se encarga de definir la pautas sobre cómo se debe "vivir" la devoción, es decir: "cómo un cristiano debe incorporar la devoción mariana: la virgen no se adora, se venera; la Virgen no es mediadora, sino intercesora; la Virgen es el modelo cristiano de fertilidad y servicio a los hermanos"36 (BPC, 16 de julio de 1997: 1). Estas formas de pensar y sentir la devoción tienen también su correlato en el uso y control que se hizo de las imágenes en el templo. Así, por ejemplo, nos comentaban Ana María y Miguel (vicario de la parroquia):"(...) había varias imágenes en la capilla que se fueron trayendo pero cuando vino Juan Ángel dijo que había que unificar y sacó todas las imágenes y dejó estas dos nomás (...)"37. Y el vicario de la parroquia agrega: "a Juan Ángel no le gustan las imágenes (...) sin embargo, la gente es de la imaginaría (...) la gente necesita de signos sensibles, necesita "tocar", "sentir" (...) y Juan no es muy mariano, no lo fomenta, es un intelectual (...)"38. Ambos testimonios estarían señalando qué imágenes son las "permitidas" y cuál es el "uso" que se puede hacer de ellas. Con relación al primer punto, queda muy claro que no hay margen para la improvisación o espontaneidad de los fieles como, de alguna manera, parecía que sucedía en la época de la capilla. Es decir, las imágenes permitidas sólo serán aquellas que se encuentren vinculadas de manera directa con el proyecto parroquial. La selección de imágenes y la actitud "correcta" de la devoción es lo que percibimos como una suerte de "control" del orden parroquial.

El discurso parroquial analizado por medio de la "palabra" y las imágenes, no sólo opera como disciplinamiento litúrgico sobre el accionar devocional de los fieles, sino que su circulación unidireccional (párroco - fieles) también constituye un espacio de "poder" que genera una fuerte asimetría.

Esta vuelta al origen de la advocación de la Virgen del Monte Carmelo y el nuevo patronazgo en las CEBs, conllevó la elección de una nueva imagen para la parroquia. Si bien se decidió dejar a la tradicional imagen de bulto de la "Virgen del Carmen", que se había entronizado en 1972 en la antigua capilla, se sacaron todas las otras imágenes de culto marianas y de santos que se encontraban en el recinto, incluida la Virgen de "La Independencia". A partir de allí, el párroco junto a la asamblea parroquial, buscó una nueva imagen de la Virgen del Carmen que pudiera sintetizar el nuevo patronazgo. Así fue cómo, después de solicitarles varias imágenes a las monjas del Monasterio de las Carmelitas Descalzas de Bariloche, eligieron dos: una plana de trazos sencillos y otra de culto realizada por las mismas carmelitas a pedido de la parroquia. La primera es considerada por las CEBs y por el sacerdote como la imagen que "identifica a la parroquia", a modo de logo (figura 7).

 

Figura 7

Fuente: Boletines de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

 

Esta imagen es la que se utiliza en los boletines parroquiales, que llegan todos los meses a los barrios y es la que se lleva en un estandarte de madera como identificación parroquial en las peregrinaciones anuales a la Gruta de la Virgen de las Nieves (figura 8).

 

Figura 8

Fuente: Ana Inés Barelli, 2012.

 

Mientras que la imagen de culto (figura 9), es la que preside las misas que se organizan en los hogares de las familias de las CEBs, imagen que visita los hogares con el sentido de "implorar la bendición de Dios para cada hogar y unirnos espiritualmente como una sola familia" (BPC, julio 1998: 1).

 

Figura 9

Fuente: Ana Inés Barelli, 2012.

 

En la práctica devocional se produjo una resignificación que se plasmó en los diferentes momentos en que se desarrollaron los festejos patronales. Estos quedaron totalmente despojados de su antigua vinculación chilena, que oficiaba de matriz identitaria barrial, e incorporaron una nueva pertenencia que se circunscribió, de forma exclusiva al proyecto de las CEBs. Así es como, para la parroquia, resulta muy significativo generar nuevas "marcas identitarias" a partir de una serie de momentos que van a formar parte de los festejos patronales ligados a las CEBs y que se concretan en: la novena, la merienda con los niños, la misa patronal, la procesión y el almuerzo comunitario. La novena a la "Virgen del Carmen" se organizó, en sus primeros años, no sólo con el objetivo de ser rezada por cada una de las CEBs sino para hacer llegar el "mensaje" y la "imagen" a los hogares. La narrativa de la novena estuvo acompañada, en sus primeros años, por un "encuentro bíblico" en el cual también se hizo referencia al origen de la advocación de "la Virgen del Monte Carmelo" y se enfatizó con la oración de la Parroquia a la "Virgen del Carmen". El tema del "encuentro bíblico" se anunció de la siguiente manera: "El profeta Elías. La advocación a la Virgen del Monte Carmelo (Nuestra Señora del Carmen) está íntimamente ligada a la memoria de este profeta, que vivió unos 850 años antes de Cristo" (BPC, 16 de julio 1995: 1). A partir de 1997, a los festejos patronales se les sumaron los encuentros de niños y jóvenes de los barrios que integraban la parroquia. Los mismos se llevaron a cabo ese año en la Escuela Primaria N° 18739, espacio donde también se hacía y se hace el almuerzo comunitario de la fiesta patronal. El evento tiene como objetivo, mediante juegos y canciones, dar a conocer a los niños y jóvenes, la devoción mariana con un lenguaje más sencillo y cercano. En cuanto a la misa patronal, se viene realizando el primer domingo más cercano al 16 de julio y estuvo, en algunas ocasiones, presidida por el obispo de la diócesis. Las homilías giran en torno a la Virgen y al finalizar la misa se entrega el escapulario: símbolo carmelitano de protección40. Luego de la misa tiene lugar una pequeña procesión, con la tradicional imagen de bulto de la Virgen del Carmen hasta la Escuela donde se realiza un almuerzo comunitario. Este último es un asado a la canasta organizado por las CEBs en el cual la imagen de la Virgen preside el encuentro comunitario. Hasta el año 2004 ambos eventos estuvieron despojados de todo símbolo de pertenencia chilena.

 

3.2. Segunda etapa parroquial (2004-2012): la fusión de patronazgos

La segunda etapa parroquial se inició en el año 2004, momento en el que se recupera el relato histórico de la capilla del Carmen como parte de la identidad parroquial. Esta modificación en el rumbo se debió, según pudimos inferir por los boletines parroquiales y los diferentes testimonios, a la falta de concurrencia de la gente de los barrios al nuevo proyecto parroquial de las CEBs. Es así como aparece, en las narrativas de los boletines, la mención al origen chileno de la capilla y especialmente al patronazgo trasandino de la "Virgen del Carmen", desvinculada de su perfil castrense tan fuertemente adherido en Chile:

"(...) la capilla estaba enclavada en lo que hace 30 o 40 años se conocía como el "barrio Chileno": por eso tiene el título de Nuestra Señora del Carmen, que la liturgia de la Iglesia Católica celebra como Patrona de la República de Chile (Mas allá de que también lo sea del Ejército chileno: "son dos pesos aparte") (BPC, julio 2004: 1).

Estas narrativas de origen se retoman, se resignifican y se entrelazan armónicamente como "forma de pertenencia":"(...) convivimos fraternalmente, en los diversos barrios que comprende la jurisdicción parroquial, chilenos y argentinos, descendientes de chilenos y de europeos, de criollos y de mapuches. A Todos nos protege cariñosamente nuestra Madre y Patrona" (BPC, julio 2004: 1).

Al reconocer el origen chileno de la devoción en Bariloche se puede decir que se produce una suerte de "fusión" de los patronazgos marianos -patronazgo chileno y el de las CEBs-, que se visibilizan en los festejos del 16 de julio. Estos últimos se reconfiguran, adquieren un nuevo significado, e incorporan nuevos invitados como el cónsul chileno, los agentes de pastoral de migraciones, el presidente del círculo chileno: "en los festejos patronales pueden participar: tanto las personas que pertenecen a la comunidad parroquial como las de la colectividad chilena invitadas especialmente por la Pastoral de Migraciones" (BPC, julio 2008: 1). En este mismo sentido, se introduce una diversidad de elementos decorativos que resaltan la pertenencia chilena en cada una de las etapas en que se desarrollan los festejos patronales: misa patronal del domingo, procesión, almuerzo y misa semanal. En las fiestas patronales de 2011 y 2012, durante la misa, lo que se observa es la incorporación de las banderas -argentina y chilena-, en cada lateral del altar junto a una pareja de baile con los trajes tradicionales, perteneciente al Círculo Chileno, que ofician de abanderados y acompañan toda la ceremonia (figura 10).

 

Figura 10. Misa patronal en la parroquia (2012).

 

En el momento de la procesión mariana, también se registran cambios: se agregan cintas con los colores de las banderas argentina y chilena en la estructura que porta a la Virgen y las autoridades chilenas como el cónsul y el presidente del Círculo Chileno "Gabriela Mistral", que adquieren protagonismo portando y acompañando la imagen (figura 11).

 

Figura 11. Procesión (2012).

© Ana Inés Barelli 2012.

 

Durante el almuerzo comunitario se percibe de manera más clara esa fusión de patronazgos que generan nuevas identificaciones y le devuelven a la Virgen un lugar protagónico en sus festejos patronales (figura 12).

 

Figura 12. Fiesta Patronal (2012).

© Ana Inés Barelli 2012.

 

Es así como por ejemplo, en el salón observamos la ubicación central de la Virgen acompañada, en un segundo plano, por las banderas de ambos países, un lema mariano41 y una torta cuya decoración remite a la parroquia, símbolo de ese colectivo familiar que se identifica con las CEBs (figura 13). La imagen de la Virgen y las CEBs se entrecruzan y resultan inseparables una de la otra. Todos los elementos decorativos y de ornamentación que acompañan al festejo reflejan la integración de ambas naciones en torno al patronazgo del Carmen. Lo mismo sucede con las palabras y los gestos: las danzas, los bailes y los discursos del cónsul de Chile y el presidente del Círculo chileno Gabriela Mistral. A estos festejos patronales resulta significativo haberles incorporado la misa vespertina el mismo 16 de julio en la cual se comparte un "vino caliente" en la misma parroquia. Esta práctica, utilizada en los primeros años de la capilla, también se recupera como símbolo de chilenidad.

 

Figura 13. Fiesta Patronal (2012).

© Ana Inés Barelli 2012.

 

Reflexiones finales

La advocación de la Virgen del Carmen a lo largo de la historia chilena ha incorporado diferentes patronazgos: Patrona del Ejército de los Andes, Generala del Ejército Nacional y Patrona y Reina de Chile. El traslado de esta advocación a San Carlos de Bariloche se realizó en el marco de un proyecto institucional eclesial en un barrio con fuerte presencia de migrantes chilenos, por medio de dos imágenes marianas: la Virgen del Carmen de la Independencia y la Virgen del Carmen Madre, Reina y Patrona de Chile. Durante las diferentes etapas institucionales - la capilla y la parroquia - dicha advocación, no sólo ha transitado un proceso de resignificación desde el aspecto iconográfico sino también desde la práctica devocional, incorporando nuevos patronazgos marianos.

Durante la época de la capilla, como ya se ha avanzado en publicaciones anteriores, "los rituales de consagración" consolidaron el traslado y la refundación de una práctica devocional mariana chilena. La "entronización" de la Virgen mediante su patronazgo chileno sacralizó un espacio barrial y le confirió un sentido de pertenencia. El espacio sagrado adquirió una singularidad más profunda con la "coronación" de la Virgen, la cual activó el vínculo identitario y consolidó la práctica devocional como "agente" de cohesión entre los migrantes chilenos" (Núñez y Barelli,2013; Barelli, 2014) . El paso de la capilla a la parroquia en el año 1994, abrió una nueva etapa de construcción identitaria, fuertemente ligada al nuevo proyecto institucional parroquial en torno a las CEBs y totalmente desvinculada de la anterior pertenencia chilena presente en la etapa de la capilla. Se produjo así tanto una resignificación devocional como también una reconfiguración identitaria de la feligresía chilena. La "Virgen del Carmen" pasó a ser la "Madre, Patrona y Protectora de la Comunidades Eclesiales de Base", bajo la primera advocación carmelitana, la Virgen del Monte Carmelo, alejada del patronazgo chileno. Con ello se abandonó la imagen de la "Virgen del Carmen" de la Independencia, y si bien se mantuvo la imagen entronizada durante la época de la capilla, se eligieron nuevas imágenes de la "Virgen del Carmen" vinculadas al nuevo proyecto pastoral. En este período, la devoción carmelitana sufrió un fuerte "disciplinamiento litúrgico" llevado adelante por el párroco, no sólo desde lo iconográfico sino también desde la narrativa escrita y oral, en la cual se marcó el "sentido" litúrgico y dogmático correcto de "cómo" se debía concebir la devoción a María. Surgió así una devoción contenida desde el dogmatismo eclesial, fuertemente ligada al proyecto de las CEBs. Sin embargo, este nuevo proyecto institucional presentó una fisura en el año 2004, debido a que no podía sostenerse sin incluir su "marca identitaria" de origen. Esto llevó al párroco a recuperar para la narrativa parroquial el relato histórico de la capilla vinculado a la pertenencia chilena. Esta experiencia religiosa, que genera el regreso de varios fieles a la parroquia, la hemos definido como "fusión de patronazgos" debido a que en ella se reconfigura una nueva identidad parroquial en la que se integran, en el nivel simbólico y material el patronazgo chileno propio de la época de la capilla con el patronazgo de las CEBs incorporado durante la primera etapa de la parroquia.

En síntesis, el análisis del traslado y resignificación del culto mariano mediante diversas prácticas socio-religiosas, ha permitido percibir cómo los migrantes chilenos en San Carlos de Bariloche, han utilizado a la advocación mariana del Carmen como un dispositivo simbólico para generar pertenencia, identidad y territorialidad en el lugar de destino. Es decir, los migrantes chilenos construyeron, medante las diferentes imágenes y patronazgos de la "Virgen del Carmen" diversos sentidos de pertenencia que vincularon no sólo la adscripción chilena sino también una territorialidad que se materializó en una capilla-parroquia y se proyectó en un espacio barrial.

 

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Fuentes

Fuentes escritas

Archivos:

1. Archivo Histórico de las Misiones Salesianas de la Patagonia (AHMSP)

  • Crónicas de la Parroquia "Inmaculada Concepción" (CPIC) (1907-1957/1957-63/ 1966-1973/1974-1982/1984-1995/1996-1998).

2. Archivo de la Parroquia de "Nuestra Sra. del Carmen" (Bariloche) (APNSC)

  • Boletines Parroquiales (1994-2012), fotos y folletos.

3. Folleto "El escapulario del Carmen, un signo de Fe y Compromiso cristianos" Monasterio del Monte Carmelo de Santa Teresita, Bariloche 2012

Publicaciones:

1. Documento de la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Carta del Santo Padre a los Obispos Diocesanos de América Latina (1979), Puebla, México. Exhortación Apostólica, Marianis cultus de su Santidad Pablo VI para la recta ordenación y desarrollo del culto a la Santísima Virgen María, p. 13

 

Fuentes orales

Entrevistas citadas

1. Serafini, Mario; párroco de San José Obrero,  Neuquén Capital (Neuquén, 2012).

2. Nino, integrante de la comunidad de base "Ven y ve" de la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen (Bariloche, 2012)

3. Entrevista a Zuni, feligresa chilena, Bariloche mayo 2012.

4. Entrevista a Ana María, integrante de la Legión de María. Bariloche, noviembre de 2012.

 

Páginas web consultadas

1. http://www.virgendelcarmen.cl/vdc-en-la-historia-de-chile.php

2. http://opusdei.org/es-cl/article/la-virgen-del-carmen-en-la-historia-de-chile/

3. https://www.aciprensa.com/recursos/nuestra-senora-del-carmen-de-maipu-1124/

 

Notas

* El siguiente artículo se constituye como continuidad de otro trabajo de la autora publicado en 2014 en la Revista de Historia Americana y Argentina 49 (1-2): 1-32, bajo el título "La Virgen del Carmen en San Carlos de Bariloche: devoción, pertenencia chilena y construcción identitaria (1970-1994)".

1. Los patronazgos se identifican con agencias estatales que se someten simbólicamente a un ordenamiento superior, divino, encarnado en la Iglesia Católica, por medio de una imagen oficial (Martín, 1997:18).

2. La zona en donde hoy se encuentra la ciudad de San Carlos de Bariloche tuvo sus comienzos a fines del siglo XIX. Durante ese tiempo se trataba de una Colonia agrícola pastoril con fuertes vínculos comerciales con Chile hasta la primera guerra mundial, momento en el cual decae el impulso dinamizador del mercado trasandino. El nivel población, durante esos años, se diversificó con la llegada de sirios, libaneses, españoles, suizos, alemanes, italianos, etc. Es así que para 1920, según el Censo General de los Territorios Nacionales, la composición de la población en el departamento de Bariloche mostraba que el 47,8 por ciento de los habitantes había nacido en el extranjero. Dentro de ese grupo, el 78 por ciento era de origen chileno, el 4,3 por ciento español, el 3 por ciento italiano, el 0,9 por ciento alemán, el 0,8 turco, el 0,5 suizo y el 0,9 de otras nacionalidades (Matossian, 2012: 113).

3. Barrio ubicado en la Zona sur o también denominado como "El Alto" por la elevación del terreno que presenta este sector respecto al centro de la ciudad. Limita al norte con la calle Brown, al Este con la Av. Esandi, al Sur con la Av. de Circunvalación, al sur -oeste con la base del cerro Carbón y al Oeste con Arrelauquen Golf Club.

4. Archivo Histórico de las Misiones Salesianas de la Patagonia (AHMSP) "Crónicas de la Parroquia Inmaculada Concepción" (CPIC), Bahía Blanca, 1907-1957/1957-63/ 1966-1973/1974-1982/1984-1995/1996-1998. Archivo de la Parroquia de Nuestra Sra. del Carmen (APNSC), Bariloche Boletines Parroquiales (1994-2012), fotos y folletos.

5. "Los orígenes de la institución se remontan a fines de los años '60, momento en que una familia barilochense de apellido Criado dona un terreno a la diócesis, ubicado en el límite de los barrios La Cumbre y El Mallín, para la construcción de una capilla que quedaría bajo la órbita de la parroquia "Inmaculada Concepción". Según las crónicas salesianas, de dicha parroquia, en el año 1966 el Obispo Borgatti bendice la piedra basal del futuro recinto con el nombre de "Nuestra Señora del Carmen", advocación mariana elegida por los vecinos del barrio La Cumbre por su patronazgo chileno" (Barelli, 2014: 9).

6. "En 1908 se inaugura la primera capilla del poblado bajo la advocación de la "Inmaculada Concepción". En 1914 esta capilla se erige como parroquia constituyéndose como un punto de referencia para la población en general y para la feligresía católica en particular" (Barelli, 2014:9).

7. Periodos marcados por las dictaduras militares de ambos países que afectaron directamente la vida de los migrantes en los lugares de destino, donde la devoción ofició no sólo como contención social sino también como respuesta y "medio" de diálogo con un espacio local hostil.

8. La ciudad formó parte de la diócesis de la Patagonia (1934-1961) hasta la creación de la diócesis de Viedma (1961-1993) que abarcaba todo el territorio rionegrino. Posteriormente en 1993 se crearon tres diócesis en la provincia: Viedma, Alto Valle y Bariloche.

9. Altos índices de desempleo, pobreza y subocupación.

10. Las Crónicas de la Parroquia Inmaculada Concepción y Boletines Parroquiales.

11. "La advocación carmelitana está marcada por dos momentos históricos. Uno que se remonta a la época del Profeta Elías en el siglo II a.C. y otro que transcurre durante el siglo XII protagonizado por un grupo de cruzados que deciden quedarse en el Monte Carmelo y entregarse a la oración. El primero narra que durante el siglo II a.C. Israel se encontraba con una importante sequia. Por tal situación el Profeta Elías se encontraba en el Monte Carmelo orando por su pueblo. En un momento de la oración, eleva su rostro al cielo y divisa una nubecilla pequeña donde vio representada a la Madre del Mesías. Luego, la nube se convirtió en lluvia y fecundó los campos. La nube fue el primer símbolo de la Virgen María como Madre de Dios. Con el tiempo, esta advocación se convirtió en la Virgen patrona de la orden de los Carmelitas, que se remonta a los primeros siglos de la Iglesia. Durante el s. XII, nuevamente el monte Carmelo adquiere protagonismo, cuando un grupo de cruzados, procedentes de Francia e Italia, eligen quedarse, entregarse a la oración en honor al Profeta Elías que había vivido siglo atrás en ese mismo lugar y en honor a la Virgen María construyen una capilla. En el año 1226 la Regla o Norma de vida de la Orden de los Carmelitas, propuesta en 1209 por el Patriarca de Jerusalén Alberto Avogadro, fue aprobada por el Papa Honorio III, bajo el patronazgo de la "Virgen del Carmen". Luego, en el año 1251 un 16 de julio se le aparece la imagen de la "Virgen del Carmen" a San Simón Stock, un superior general de la Orden en Inglaterra, y le entrega sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. De esta manera, la Virgen le promete liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo. Folleto de la "Virgen del Carmen" del Monasterio de las Carmelitas Descalzas de San Carlos de Bariloche (julio de 2012)" (Barelli, 2014: 14-15).

12. Según Valenzuela - Márquez, la Virgen de la Independencia constituye "una representación arropada con una misión netamente militar, adoptada en función de los preparativos bélicos, (...) Su carácter militar quedó sellado en un gesto que llevó a cabo el general San Martín, cuando puso en las manos de la imagen su bastón de mando, dando a entender que sería ella la que se encargaría de guiar las tropas a la guerra y definir su victoria" (Valenzuela- Márquez, 2011:18).

13. Esta imagen según Valenzuela-Marquez formaba parte de la antigua cofradía asentada en el Hospital de San Juan de Dios de Santiago (1615), que desde comienzos del XIX estaba alojada en el Convento de las Monjas Carmelitas, pasando en 1819 al templo de los agustinos (2011: 15).

14. "El aparato militar que la rodeó durante su traslado y posterior celebración (...) llevó a que aquella imagen santiaguina encarnara, desde ese momento, las intenciones y proyectos que los patriotas le habían asignado a la advocación cuyana" (Valenzuela-Márquez, 2011: 20).

15. Conflicto armado por cuestiones limítrofes que enfrentó durante 1879 y 1883 a la República de Chile contra la República de Bolivia y Perú. Estos conflictos se proyectaron a nivel colectivo un sentimiento patriótico que alimentaron los discursos políticos y eclesiásticos que vincularon a la Virgen del Carmen con la Nación.

16. "Pinochet utiliza a la "Virgen del Carmen" en diferentes momentos: para dirigirse a sus seguidores cuando estaba retenido en Londres (1998-1999) y cuando en 1986 frente a un atentado se salva "milagrosamente" por la intersección de la "Virgen del Carmen"" (Barelli, 2014: 16).

17. Osorno, Puerto Montt, Chiloé, Calvuco, Caralmapu, Maullín, Putenio, Rahue.

18. Según Freedberg (1992), serían aquellos actos que marcan la transición de un objeto considerado inanimado, hecho por el hombre, a otro objeto cargado de vida en el que pueda residir la divinidad y en el que se pueda dar una lógica o un modo de funcionamiento diferencial.

19. La "entronización", en la Iglesia Católica, remite a un símbolo de poder y autoridad, resulta una ceremonia en la que se dispone de un lugar de honor a las imágenes, a las que se le otorgan atributos específicos (Barelli, 2014).

20. En relación al sentido de pertenencia utilizamos el concepto de Levitt y Schiller (2004) como aquellas prácticas que actualizan una identidad, que demuestran un contacto consciente con un grupo de pertenencia y que, en nuestro caso de estudio, se observa en las diferentes etapas en que se va pensando y construyendo una "identidad" parroquial en torno a la "Virgen del Carmen" como símbolo de la "chilenidad". La identidad parroquial la hemos reformulado desde la  propuesta de Hall (1992) de "identificación". Es decir una identidad desligada de toda noción esencialista entendida como un proceso de construcción socio-histórica en continuo movimiento. Proceso en el que también confluyen discursos, prácticas y posiciones de los sujetos en determinados contextos.

21. En las actas salesianas (1966-1974; 1974-1982) se hace mucho hincapié en los festejos del 18 de septiembre, mientras que la fiesta patronal sólo se menciona una misa.

22. Los últimos tres años (1991-1994) de la capilla estuvo como capellán Víctor Amartino.

23. Este acto también aporta un aspecto singular a la identidad chilena migrante, en su proyección barrial que va mas allá del ritual de consagración, propiamente dicho, y se advierte en todas aquellas acciones litúrgicas y pastorales que favorecieron la expansión de la expresión devocional, tales como: las fiestas patronales, las misiones con la Virgen en el barrio y la participación de la capilla en la peregrinación multitudinaria de la "Virgen de las Nieves" (Patrona de la Diócesis de Bariloche).

24. Entrevista a Mario Serafini, antiguo Capellán de la Capilla Nuestra Señora del Carmen, Neuquén, diciembre de 2012.

25. Sacerdote ligado al movimiento de la "Teología de la liberación".

26. Organización pastoral que se menciona en el Documento de Medellín (1968) como "Comunidades Cristianas de Base": Una "comunidad local o ambiental, que corresponde a la realidad de un grupo homogéneo, y que tiene una dimensión tal que permite el trato personal fraterno entre sus miembros [...], es así el primero y fundamental núcleo eclesial, que debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y expansión de la fe, como también del culto que es su expresión. Ella es, pues, célula inicial de estructuración eclesial, y foco de la evangelización, y actualmente factor primordial de promoción humana y desarrollo" . Posteriormente en el Documento de Puebla (1979), aparece el término "Comunidades Eclesiales de Base" Documento de Puebla, III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (1979) 39.

27. CEBs de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen que aparecen en los primeros años de constitución: "Conversión Permanente" (barrio Alborada), "Estrella de Belén" (barrio la Cumbre), "Ven y ve" (barrio El Mallín), Cristo Rey (barrios Jardín Botánico y Alto Botánico), "Buenas Nuevas" (barrios 450 Viviendas y Vuriloche).

28. Ejemplos: "condonación de la deuda externa que agobia a los pueblos y condena a tantas familias a la desocupación y al hambre" (BPC, octubre 1999); "las CEBs profundamente comprometidas con la solidaridad y la justicia son herramientas de transformación de nuestra sociedad" (BPC, octubre 2001); "pedimos distribución social que depende no sólo de los políticos sino también y sobre todo de los que tienen poder económico y de la fuerza que pongamos todos para hacer presente el Reino de Dios entre nosotros" (BPC marzo 2005).

29. Esta corriente teológica, se rescata en los mensajes del párroco emitidos en los boletines mensuales: "(...) que los pobres tengan un lugar de privilegio, como sujetos activos de nuestra evangelización (...)"; "Es necesario liberar a nuestro pueblo para salir de la marginación, la explotación, la injusticia que le impide ser dueños de sus propios destinos (...)" (BPC).

30. En el canon 265 del Derecho canónico se indica que los clérigos han de estar incardinados en una entidad jurisdiccional.

31. La Parroquia extendió su jurisdicción, además del Mallín y la Cumbre, a otros barrios como Bella Vista I y II, Alborada I y II, 450 Viviendas, Alto Jardín Botánico, El Rosedal, Los Troncos y  Las Margaritas.

32. Entrevista a Nino, migrante chileno que se incorpora en el periodo de la Parroquia. Bariloche, agosto 2012.

33. Confeccionados desde abril de 1995 por el Párroco con la colaboración de las CEBs.

34. Oración de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen confeccionada por el Párroco Juan Ángel Dieuzeide (noviembre 1994).

35. El Párroco Juan Ángel Deuzeide "su libro de cabecera", su fuente principal sobre el culto mariano es el documento Marianis cultus de Pablo VI (Juan Ángel, Bariloche 2012). En el documento se menciona en una parte la necesidad de que los ejercicios piadosos a la Virgen tengan una armonía con la liturgia y en función de ello plantea que ese objetivo "no se presenta fácil, sobre todo en el campo del culto a la Virgen, tan variado en sus expresiones formales: requiere, efectivamente por parte de los responsables de las comunidades locales, esfuerzo, tacto pastoral, constancia; y por parte de los fieles, prontitud en acoger orientaciones y propuestas que, emanando de la genuina naturaleza del culto cristiano, comportan a veces el cambio de usos; inveterados en los que de algún modo se había oscurecido aquella naturaleza" (Exhortación Apostólica, Marianis cultus de su Santidad Pablo VI para la recta ordenación y desarrollo del culto a la Santísima Virgen María, p. 13).

36. El subrayado es del texto original.

37. Entrevista a Ana María, integrante de la Legión de María. Bariloche, noviembre de 2012.

38. Entrevista a Miguel, vicario de la parroquia. Bariloche, noviembre de 2012.

39. Institución educativa ubicada en el Barrio Mallín que desde 1997 ofrece sus instalaciones para los festejos patronales.

40. "Es un signo aprobado por la Iglesia y aceptado por la Orden del Carmen como manifestación externa de amor a María, de confianza filial en ella y como compromiso de imitar su vida. La palabra "escapulario" indica un vestido superpuesto que llevaban los monjes durante el trabajo manual. Con el tiempo se le fue dando un sentido simbólico: el de llevar la cruz de cada día, como discípulos y seguidores de Jesús. En algunas Órdenes religiosas, como en el Carmelo, el Escapulario, se convirtió también en símbolo de su manera de ser y de vivir. El Escapulario pasó a simbolizar la dedicación especial de los carmelitas a María, la Madre del Señor, y a expresar la confianza en su protección maternal; el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás. Se transformó en un signo Mariano" (Folleto "El escapulario del Carmen, un signo de Fe y Compromiso cristianos" Monasterio del Monte Carmelo de Santa Teresita, Bariloche 2012).

41. En el año 2011 el lema fue "Con María solidarios y comunitarios" y en el 2012 "con María discípulos y misioneros".

 

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