INTRODUCCIÓN
Desde el 11 de marzo de 2020, cuando la Infección por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2) fue declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud1, Argentina trabajó en diferentes líneas de acción orientadas a reducir la velocidad de los contagios y a preparar adecuadamente la infraestructura sanitaria y los equipos de salud para atravesar y dar respuesta a la contingencia. De manera similar a lo sucedido en otros países del mundo, la pandemia ocasionó una elevada demanda de profesionales, especialmente en las áreas de Cuidados Intensivos, que vieron superada su capacidad operativa. Argentina presenta una desigual distribución de especialistas en cuidados críticos a lo largo del país, a lo que se añade que gran parte de la oferta de capacitación se concentra en las grandes ciudades2. En este contexto, el 2 de abril de 2020 se implementó el "Proyecto de Contingencia para la Capacitación Situada y Permanente"3 a cargo de la Dirección Nacional de Talento Humano y Conocimiento (DNTHyC), área que pertenece al Ministerio de Salud de la Nación y es responsable de la implementación de políticas centradas en la capacitación, formación y fortalecimiento de los equipos sanitarios. El proyecto se propuso capacitar y asistir en la práctica a profesionales que atendieran pacientes críticos con sospecha o diagnóstico de COVID-19, internados en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) y otras áreas afines.
La telemedicina, especialmente las videoconferencias, han ofrecido la oportunidad de compartir experiencias y crear redes4-6, así como de afianzar aprendizajes transformativos6-8 y cambios institucionales en la gestión del conocimiento9. Este proyecto se sustentó en la realización de Tele-Revistas en UTI (TR-UTI), que reunieron a profesionales de establecimientos con demanda sanitaria y expertos de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI) a fin de optimizar la atención de pacientes con COVID-19 internados en grave estado. Para su implemen-tación, la DNTHyC convocó a equipos de salud de 142 establecimientos con UTI y puso a su disposición tecnologías de la información y comunicación y un programa educativo, generando aprendizajes colaborativos en entornos virtuales.
El objetivo de este artículo es describir el proceso y dar a conocer los resultados de los primeros 50 días de la implementación de las TR-UTI.
MÉTODOS
Las TR-UTI se basaron en las revistas de sala, dispositivo en el que un grupo de profesionales analizan y evalúan decisiones acerca del tratamiento de los pacientes. La especificidad de las TR-UTI consistió en su realización con una modalidad a distancia, facilitada por tecnologías de la información y la comunicación y en el marco pedagógico de la Educación Permanente en Salud. Agrupados en seis regiones, los encuentros se efectuaron a través de la plataforma Cisco Webex Meetings® para reuniones en línea;
se desarrollaron dos veces por semana con cada región y con una duración promedio programada de una hora. Este formato incluyó ateneos de casos, asistencia directa mediante expertos de la SATI, capacitaciones a profesionales de los establecimientos y consultas a distancia sobre el tratamiento de pacientes críticos con COVID-19. Desde la DNTHyC se ofreció asistencia para la toma de decisiones, se monitoreó la situación de las UTI, se consolidaron canales de consulta permanente y se registraron los casos asistidos a través de la plataforma Research Electronic Data Capture (REDCap). Para evaluar la implementación de las TR-UTI entre el 2 de abril y el 21 de mayo de 2020, se contemplaron las siguientes dimensiones: caracterización de la participación, número de casos de COVID-19 presentados, valoración realizada por los participantes de los encuentros y temas recurrentes. Para dar cuenta de la participación, se recogieron datos desde el tablero de control de la plataforma, un registro diario de presentismo y un registro semanal de los contenidos tratados. La valoración de los participantes de las TR-UTI se ponderó a partir de tres instrumentos de recolección de datos:
Una encuesta de satisfacción, realizada de manera voluntaria y en línea. Destinada a participantes de equipos de salud, apuntó a captar la reacción y las percepciones inmediatamente posteriores a cada TR-UTI y estuvo compuesta por 7 preguntas (6 estructuradas en escala tipo Likert y 1 abierta a propuestas). Se indagó sobre la valoración otorgada a aspectos organizativos, la presentación de casos clínicos, la aplicabilidad de lo aprendido, la actualización profesional y la percepción sobre los encuentros.
Una encuesta de opinión, completada de forma anónima y en línea. Dirigida a las 5 médicas que se desempeñaron como moderadoras de las TR-UTI, estuvo compuesta por 13 preguntas abiertas, cerradas y de opción múltiple. Se indagó sobre la participación de equipos de salud, el rol de los expertos de la SATI, los aspectos logísticos y tecnológicos, los temas emergentes, los casos clínicos presentados y las propuestas de mejora.
Una encuesta de opinión, completada de forma anónima y a través del programa REDCap. Dirigida a 32 expertos de la SATI que participaron en TR-UTI, estuvo compuesta por 16 preguntas cerradas. Se relevó la valoración de los expertos sobre los aspectos logísticos y tecnológicos, así como su utilidad para la capacitación de los equipos de salud y las motivaciones para participar.
Finalmente, los temas recurrentes en las Tele-Revistas surgieron de los informes periódicos de las médicas moderadoras, el equipo de pedagogía de la DNTHyC y los comentarios de la encuesta de satisfacción a equipos de salud. Se compilaron los aprendizajes y conocimientos construidos colaborati-vamente referidos al diagnóstico, al tratamiento a implementar en UTI y a la evidencia existente acerca de la COVID-19.
RESULTADOS
Entre el 2 de abril y el 21 de mayo de 2020 se realizaron 81 TR-UTI para los equipos de salud de los 142 establecimientos que participaron del proyecto. La Tabla 1 muestra los resultados de la participación por región de los equipos de salud, la cantidad de establecimientos y los casos de COVID-19 presentados en las TR-UTI. Respecto de los casos presentados en UTI, el 79% se concentró en las regiones Sur, Nordeste, Buenos Aires y Cuyo. Los roles desempeñados por los participantes de equipos de salud concentraron al 88% en médicos intensivistas, residentes, jefes de servicio, coordinadores de UTI, instructores y jefes de residentes. El resto correspondió a jefes de área y profesionales de los servicios de Enfermería y Kinesiología en UTI.
La encuesta de satisfacción a equipos de salud fue completada por el 60% de los participantes. Se valoró en un 85,4% como "Excelente" y "Muy adecuada" a la organización y moderación de las TR-UTI, en un 82,7% a las necesidades de actualización profesional, en un 80,4% a la presentación de casos clínicos y en un 84,1% a la claridad y calidad de las recomendaciones de los expertos de la SATI. En lo que respecta a la percepción de los participantes, el 93% de los encuestados manifestó haberse sentido acompañado y contenido durante los encuentros.
El Gráfico 1 muestra la valoración de los participantes sobre un aspecto central del proyecto: la aplicabilidad en el ámbito laboral de lo aprendido. El 84,1% la consideró entre "Excelente" y "Muy adecuada".
El total de las médicas moderadoras respondió la encuesta de opinión y evaluó como "Satisfactoria" y "Muy Satisfactoria" la organización general y la disponibilidad de recursos para desempeñar su actividad, aunque señaló la existencia de algunos problemas de conectividad en los establecimientos. Todas consideraron que las recomendaciones de los expertos de la SATI habían sido de utilidad para revisar opciones terapéuticas en pacientes con COVID-19. Las propuestas de mejora fueron una mayor articulación con hospitales del Área Metropolitana de Buenos Aires debido al aumento de casos en esa región y la participación de otras especialidades, como Infectología y Clínica Médica. La encuesta realizada a expertos de la SATI fue completada por el 87,5% de las/os profesionales que participaron en las TR-UTI. El 78,6% participó en dos encuentros semanales, que fueron considerados de utilidad formativa por el 89,3%. Respecto de la organización general del proyecto, el 100% la consideró entre "Muy adecuada" y "Adecuada". A la hora de señalar las motivaciones más importantes para participar, un 60,7% las vinculó al interés profesional y a la posibilidad de relacionarse con otros colegas, un 64,3% a la solidaridad y un 46,4% a la actualización de conocimientos. Finalmente, un 96,4% manifestó estar "Muy de acuerdo" o "De acuerdo" en continuar con las TR-UTI del modo en el que se desarrollaron.
Los temas recurrentes en las TR-UTI fueron el diagnóstico, el tratamiento a implementar y la evidencia existente acerca de la COVID-19. En el primero de los casos, las consultas estuvieron referidas al uso de equipos de protección personal y a la sensibilidad de pruebas diagnósticas durante la evolución de la enfermedad; las consultas relativas al tratamiento se centraron en alternativas a la maniobra de decúbito prono, posibilidades del uso de ventilación mecánica no invasiva, indicaciones para el tratamiento con hidroxicloroquina con lopinavir-ritonavir, heparina y corticoides; en lo que respecta a la evidencia, se indagó acerca de la relación entre COVID-19 y la presencia de síntomas gastrointestinales, en pacientes sin síntomas respiratorios, tromboembolismo pulmonar, linfopenia y/o compliance pulmonar. En respuesta a estos temas, los expertos de la SATI efectuaron recomendaciones que se publicaron en el sitio web del Ministerio de Salud de la Nación10.
Las TR-UTI generaron espacios de formación y capacitación para los equipos de salud en el difícil contexto de la emergencia sanitaria. La facilitación del acceso a aseso-ramiento experto creó una instancia de integración de los servicios del interior del país, propiciando una red vincular de especialistas. A su vez, se constituyó un espacio de crecimiento profesional, que posibilitó el aprendizaje significativo sobre casos propios y la identificación de patrones clínicos del comportamiento del virus en UTI para mejorar el abordaje de los pacientes críticos con COVID-19.
DISCUSIÓN
Dada la notable mortalidad de los pacientes con COVID-19 que requieren asistencia respiratoria mecánica11, es crucial contar con la preparación adecuada para otorgar un soporte vital óptimo. La realización de TR-UTI se centró en la capacitación, acompañamiento y asesoramiento experto a equipos de salud que atienden a pacientes con COVID-19 en UTI. Su implantación desde un enfoque de Educación Permanente en Salud representa un giro en las prácticas tradicionales de capacitación de los trabajadores de los servicios de salud, que incorpora modos de enseñar y aprender a la vida cotidiana de las organizaciones. El aprendizaje colaborativo en comunidades de práctica12 favorece la toma conjunta de decisiones y conduce a transformaciones9 en el proceso enseñanza-aprendizaje, que promueven un abordaje integral de las problemáticas de salud que impactan en el conjunto de la sociedad.
La realización de las TR-UTI contribuye a una actualización continua de especialistas, que permite coordinar las acciones diagnósticas y terapéuticas en patologías de carácter emergente como el de la enfermedad por COVID-19. En términos formativos, el aprendizaje basado en casos propios fortalece el razonamiento clínico como método y promueve la integración regional entre las instituciones participantes. Al mismo tiempo, la inclusión de tecnologías de la información y comunicación brinda a las instituciones herramientas innovadoras, tanto en el proceso de enseñanza-aprendizaje como en el ámbito del trabajo cotidiano. Estas acciones proporcionan apoyo y fomentan el desarrollo de los trabajadores de la salud, lo cual mejora el abordaje de pacientes críticos, en particular, y las intervenciones en salud pública, en general.
Desde el punto de vista de la DNTHyC, los encuentros virtuales en tiempo real y el uso de todas las herramientas de conexión y reunión generan espacios de vinculación entre actores sociales que trascienden la dimensión de la contingencia. Se trata de lo que Merhy13 denominó tecnologías blandas o relacionales, que permiten al trabajador escuchar, comunicarse, establecer vínculos y cuidar tanto del usuario del sistema como de sus pares. Una vez culminado el proyecto, la DNTHyC prevé realizar una evaluación de impacto, incluyendo otros componentes intervinientes.