SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.14PERCEPCIONES DE LA COMUNIDAD RURAL DE LOS LLANOS RIOJANOS SOBRE LA IMPORTANCIA Y PREVENCIÓN DE LA ENFERMEDAD DE CHAGASPERCEPCIÓN SOCIAL SOBRE ROEDORES URBANOS Y RIESGO SANITARIO EN BARRIOS DEL GRAN LA PLATA, PROVINCIA DE BUENOS AIRES, ARGENTINA índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Revista Argentina de Salud Pública

versión impresa ISSN 1852-8724versión On-line ISSN 1853-810X

Rev. argent. salud pública vol.14  Buenos Aires ene. 2022  Epub 31-Ene-2022

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

EVALUACIÓN DE LAS GUÍAS ALIMENTARIAS PARA LA POBLACIÓN ARGENTINA: INEQUIDAD SEGÚN NIVEL DE INGRESO Y POR REGIÓN

Evaluation of the Dietary Guidelines for the Argentine Population: inequality by income level and by region

María Elisa Zapata1  * 

Alicia Rovirosa1 

Esteban Carmuega1 

1Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil Dr. Alejandro O’Donnell, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina

RESUMEN

INTRODUCCIÓN

Las Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA) ofrecen recomendaciones para una alimentación saludable. El objetivo del trabajo fue evaluar el cumplimiento de las recomendaciones de las GAPA entre 1996 y 2018 según nivel de ingreso y por región del país en el período 2017-2018

MÉTODOS

Se efectuó un estudio descriptivo y transversal, con datos de gastos e ingresos de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares de 1996-97, 2004-05, 2012-13 y 2017-18. Se comparó el consumo aparente promedio diario con las recomendaciones de cada uno de los grupos de alimentos de las guías. Se realizó análisis estadístico descriptivo

RESULTADOS

Se observaron grupos de alimentos con consumo aparente inferior al recomendado, como verduras, frutas, leche, yogur, legumbres, frutas secas y semillas; grupos con consumo entre dos y tres veces superior al valor máximo establecido en las guías, como azúcares y grasas; y grupos con adecuada cantidad pero escasa variedad, como carnes, aceites, cereales, pan y pastas. A lo largo del tiempo se evidenció el progresivo alejamiento de las recomendaciones de frutas, leche, legumbres, frutas secas, semillas y alimentos de consumo opcional, más inadecuado en algunas regiones del país y más evidente en los hogares de menores ingresos

DISCUSIÓN

Se evidencian importantes diferencias cuantitativas y cualitativas entre lo recomendado y la alimentación argentina, con desbalances más acentuados en los grupos de mayor vulnerabilidad. ^s+

PALABRAS CLAVE: Consumo de Alimentos; Guías Alimentarias; Alimentación Saludable; Encuesta Socioeconómica; Argentina

ABSTRACT

INTRODUCTION

The Dietary Guidelines for the Argentine Population (GAPA) provide recommendations for a healthy diet. The objective of this work was to evaluate the compliance with the recommendations of GAPA between 1996 and 2018 by income level and by region of the country in the period 2017-2018

METHODS

A descriptive and cross-sectional study was conducted, with expenditure and income data from the National Household Expenditure Survey for 1996-97, 2004-05, 2012-13 and 2017-18. Average daily apparent consumption was compared with the recommendations of guidelines for each food group. Descriptive statistical analysis was performed

RESULTS

Food groups with apparent consumption lower than recommended were observed, such as vegetables, fruits, milk, yogurt, legumes, nuts and seeds; groups with consumption two to three times higher than the maximum value established in the dietary guidelines, such as sugars and fats; and groups with adequate quantity but limited variety, such as meats, oils, cereals, bread and pasta. Over time, a gradual turn away from the recommendations was observed in fruits, milk, legumes, nuts, seeds and discretionary foods, with greater inadequacy in some regions of the country and more evident in lower-income households

DISCUSSION

It is evident that there are important differences, both quantitatively and qualitatively, between the recommended and the Argentine diet, with more pronounced imbalances in the most vulnerable groups.

KEY WORDS: Food Consumption; Dietary Guidelines; Healthy Diet; Socioeconomic Survey; Argentina

INTRODUCCIÓN

La alimentación es un determinante importante de la salud 1 , que junto con el estilo de vida desempeña un rol fundamental, pues propende a elevar la calidad de vida 2 . La relación entre el consumo de alimentos y las enfermedades crónicas no transmisibles (ENT) ha sido ampliamente estudiada en los últimos años 3-6 . Se trata del factor de riesgo más importante a nivel mundial, y se ha estimado que una de cada cinco muertes y uno de cada seis años de vida ajustados por discapacidad (AVAD) se atribuyen a dietas de mala calidad 7 . Las transformaciones demográficas, epidemiológicas, sociales y económicas han afectado a Latinoamérica en los últimos años 8 , impactando directa o indirectamente en la alimentación, el estilo de vida y la salud de la población. Los cambios en los patrones alimentarios y de actividad física se describen como determinantes de la salud en el contexto de la evolución socioeconómica y demográfica 9, 10 .

Las guías alimentarias traducen las metas nutricionales establecidas para la población en mensajes prácticos, a la vez que toman en consideración los factores sociales, económicos y culturales, así como el ambiente físico y biológico. Constituyen una herramienta para favorecer la aprehensión de conocimientos que contribuyan a generar comportamientos alimentarios y nutricionales más equitativos y saludables por parte de la población de usuarios directos e indirectos. Del mismo modo, sirven de herramienta de planificación para sectores como salud, educación, producción, industria, comercio y todos los que abordan la temática de alimentación 11 .

En 2020, más de 25 países de América Latina y el Caribe tenían guías alimentarias nacionales 12 . Argentina comenzó el proceso de desarrollo de su Guía Alimentaria en 1996. El material fue publicado en noviembre de 2000, y su denominación oficial fue Guías Alimentarias para la Población Argentina (GAPA). Las GAPA de 2000 se organizaron en torno a 10 mensajes primarios; cada uno de ellos, a su vez, desagregado en mensajes secundarios y acompañado de una imagen que grafica la conceptualización de los mensajes de alimentación saludable, representada por el óvalo nutricional 13 . En 2012 se inició el proceso de revisión de las GAPA, que contempló la situación alimentaria nutricional y epidemiológica del país. Dicho proceso culminó con la publicación de la actualización en 2016. Allí se recomienda un plan de alimentación que incluya diariamente 5 porciones de verduras y frutas, 4 porciones de legumbres, cereales, papa, pan y pastas, 3 porciones de leche, yogur y queso, 2 porciones de aceites, semillas y frutas secas, 1 porción de carnes y huevo, como máximo 270 kcal de alimentos de consumo opcional (alimentos grasos y fuentes de azúcares) y 8 vasos de agua segura 14 .

La evaluación de las guías alimentarias es uno de los aspectos más deficientes, los países ponen gran esfuerzo en su elaboración y poco en las estrategias de implemen-tación y evaluación. No se han reportado planes integrales de evaluación de las guías alimentarias en ninguno de los países 11 . Una reciente revisión sistemática encontró baja adherencia a las pautas dietéticas de las guías alimentarias en países con diferentes niveles socioeconómicos 15 .

La escasez de estudios poblacionales con represen-tatividad nacional, que utilicen métodos de evaluación alimentaria considerados como patrón de referencia, como recordatorios de 24 horas o registros de consumo de alimentos, ha sido durante mucho tiempo y es en la actualidad un obstáculo para realizar nutrición basada en la evidencia y planificar políticas alimentarias. Las encuestas de gastos de hogares se efectúan en forma periódica, tienen representatividad nacional y se han utilizado en los últimos años en muchos países como una medida aproximada para superar la brecha sobre información alimentaria y nutricional 16-18 . Hasta la fecha no se han encontrado publicaciones que documenten el nivel de cumplimiento de las recomendaciones establecidas por las guías en la población argentina. Por lo tanto, el presente análisis tuvo por objetivo evaluar el nivel de cumplimiento de las recomendaciones de las GAPA entre 1996 y 2018, y según nivel de ingreso y por región del país en 2017-18.

MÉTODOS

Se llevó a cabo un estudio observacional descriptivo de corte transversal. El análisis se realizó utilizando la información de la base de datos de gastos y de ingresos de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) 1996-97, 2004-05, 2012-13 y 2017-18 a cargo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). En las ediciones 1996-97 y 2012-13, la muestra incluyó localidades de 5000 habitantes o más y en 2004-05 y 2017-18, de 2000 habitantes o más. La ENGHo 200405 incorporó población rural agrupada, pero a los fines de este análisis y para permitir la comparación con los otros períodos, solo se incluyeron los hogares urbanos. Por otro lado, la ENGHo 1996-97 no considera el consumo de alimentos y bebidas fuera del hogar (en bares o restaurantes), aspecto que debe tenerse en cuenta en la interpretación de los resultados.

Si bien las bases puestas a disposición por el INDEC han pasado por un proceso de consistencia, en algunos períodos se encontraron datos extremos en las cantidades compradas por algunos de los hogares. Entonces, en primer lugar se realizó un proceso de revisión y consistencia de la base de datos de cada período, identificando valores extremos y no plausibles en las cantidades adquiridas por los hogares. Los valores no plausibles se cotejaron con el monto gastado y, en los casos en que se detectó inconsistencia, se corrigió el dato, modificando en todas las ocasiones los decimales de la cantidad adquirida para que el costo por kilogramo, litro o unidad se ubicara en el rango de los precios pagados para ese alimento por el resto de los hogares en ese período.

Las variables consideradas fueron la cantidad de alimentos y bebidas adquiridos por hogar (durante una semana), el quintil de ingresos del hogar per cápita a nivel país y la región donde se ubica el hogar. Los indicadores creados fueron consumo aparente de alimentos y bebidas por día por adulto equivalente (gramos o mililitros de peso neto) e ingesta aparente de energía por día por adulto equivalente. Para construir los indicadores, los alimentos y bebidas registrados en el cuestionario por cada hogar se transformaron de peso bruto a gramos de peso neto mediante el factor de corrección obtenido para cada alimento del software SARA 19 y de la tabla recopilada por la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires 20 . En el caso de alimentos y bebidas registrados como unidades y alimentos y bebidas consumidos fuera del hogar, se tomó la tabla de pesos y medidas de referencia de softwareSARA 19 y la tabla compilada de la Escuela de Nutrición 20 . Para los alimentos listos para consumir, como sándwiches, tartas, empanadas y pizzas, entre otros, comprados y consumidos dentro o fuera del hogar y registrados en unidades, se consideró el peso de la porción lista para consumo en cada caso. Luego de la transformación de todos los alimentos y bebidas a gramos o mililitros de peso neto por día, las cantidades totales fueron divididas por el total de adultos equivalentes en el hogar. Para las leches en polvo, jugos en polvo e infusiones, se aplicó el factor de reconstitución; para los cereales, fideos, pastas y legumbres, el factor de absorción de agua por cocción.

El consumo de energía fue calculado a partir de la asignación de contenido de energía por 100 g o ml a cada ítem de la base de datos, utilizando los valores de la base de composición de alimentos compilada por el Centro de Estudios Sobre Nutrición Infantil (CESNI), que toma datos de la Tabla de Argenfoods y la base de datos SARA 19 .

Los alimentos y bebidas registrados fueron categorizados siguiendo la clasificación de las GAPA 14 en verduras y frutas; legumbres, cereales, papa, pan y pastas; leche, yogur y queso; carne y huevo; aceites, frutas secas y semillas; alimentos de consumo opcional y agua. Entre los alimentos de consumo opcional se consideraron azúcares, dulces, postres, golosinas, bebidas sin alcohol, carnes procesadas, galletitas y amasados de pastelería y grasas, y también se incluyeron bebidas con alcohol y comidas listas. El agua no fue evaluada porque el registro sólo incluye el agua envasada o la soda, con lo cual se subestimaría el consumo.

Para evaluar el cumplimiento de las recomendaciones, se comparó el consumo aparente de alimentos y bebidas por adulto equivalente de cada grupo de alimentos y la cantidad de energía proveniente de alimentos de consumo opcional con los valores del plan de las GAPA, cuyo objetivo es servir como base para calcular las porciones adecuadas e ideales a consumir de cada grupo de alimentos. Estas porciones se reflejan en los mensajes a la población (principales y secundarios). El plan no busca ser normativo ni exacto en cuanto al grado de cobertura de las recomendaciones nutricionales, sino un promedio o aproximación. Dado que el plan alimentario de las GAPA está formulado sobre 2000 kcal, además del consumo aparente por adulto equivalente en cada hogar se realizó el ajuste a 2000 kcal y se calculó también el porcentaje de cumplimiento de la recomendación, considerando como numerador el consumo aparente de cada grupo en 2000 kcal y como denominador el consumo recomendado por el plan alimentario de las GAPA.

Para el análisis se consideraron los hogares que registraron compra de alimentos y bebidas durante la semana de recolección de la información. Los resultados de promedio de consumo y el porcentaje de cumplimiento de la recomendación fueron obtenidos según la ponderación muestral mediante la aplicación del factor de expansión de cada hogar disponible en la base de datos de cada período. Los análisis fueron realizados con el softwareSPSS, versión 20 (SPSS Inc., Chicago [IL], Estados Unidos).

El proyecto no requirió aprobación por parte de un comité de ética de investigación debido a que se utilizaron datos recolectados por las Encuestas Nacionales de Gastos de los Hogares 1996-97, 2004-05, 2012-13 y 2017-18, obtenidas de la página web del INDEC.

RESULTADOS

En la Tabla 1 se puede observar la cantidad de hogares que registraron compra de alimentos y bebidas en cada período y por región, de la muestra y al considerar los factores de expansión. La región Metropolitana del Gran Buenos Aires representa entre el 36% y el 42% del total de hogares según el período y la Pampeana, entre el 34% y el 37%, mientras que el resto de las regiones constituyen menos del 10%, con los valores más bajos en la Patagonia. También se observa que la cantidad de miembros y de adultos equivalentes por hogar descendió ligeramente entre la primera y la última encuesta.

TABLA 1 Tamaño de la muestra y distribución por región en cada período, Argentina. 

El plan promedio recomendado por las GAPA se desglosa en las porciones y cantidades detalladas en la Tabla 2 para cada grupo de alimentos. Allí también se muestra el consumo aparente para cada período evaluado en valor absoluto por adulto equivalente y ajustado a 2000 kcal. Los resultados revelan importantes diferencias entre el plan alimentario promedio y el consumo aparente de la población argentina. Por un lado, para algunos grupos se observó un consumo inferior al recomendado, como en el caso de las verduras y frutas, en las que se registró una tercera parte de la cantidad sugerida. Las frutas son el grupo que más se ha distanciado de las recomendaciones a lo largo del tiempo, mientras que se consume menos de la mitad de la cantidad recomendada de leche, yogur y quesos. Por otro lado, en el caso del grupo de alimentos opcionales, el consumo fue más del doble de la cantidad máxima que indica el plan alimentario promedio de las guías y alcanzó el triple si se consideran las bebidas con alcohol y las comidas listas. En el último período, alrededor de una cuarta parte de la energía proveniente de alimentos de consumo opcional correspondió a azúcares, dulces, postres y golosinas, otra cuarta parte a galletitas y amasados de pastelería, otra cuarta parte a comidas listas para consumir (pizza, empanadas, sándwiches, tartas), aproximadamente el 10% a jugos y gaseosas, 8% a carnes procesadas, 6% a grasas y 5% a bebidas con alcohol. Por último, hubo grupos con consumo adecuado en cantidad pero con variedad inadecuada, como en el caso de legumbres, cereales, papa, pan y pastas; a pesar de que la cantidad se acercó a la recomendada, el consumo de legumbres fue muy bajo, y los cereales eran principalmente refinados. En el grupo de carnes y huevo predominaron las carnes rojas, mientras que el consumo de pescado fue muy bajo. Lo mismo ocurrió con el grupo de aceites, frutas secas y semillas, donde se observó un predominio del aceite y una muy baja participación de semillas y frutas secas (Tabla 2).

TABLA 2 Porciones y cantidades del plan alimentario promedio de las guías alimentarias y consumo aparente por período (g o kcal/AdEq/d), Argentina. 

La Figura 1A muestra el porcentaje de cumplimiento de las recomendaciones ajustado a las 2000 kcal del plan alimentario promedio. Hubo un creciente alejamiento en el cumplimiento de la cantidad recomendada de frutas, y leche y yogur. También se puede observar que disminuyó el consumo de feculentos cocidos, el de pan y el de aceites, mientras que aumentó la energía proveniente de los alimentos de consumo opcional (incluidas las bebidas con alcohol y comidas listas).

FIGURA 1 Porcentaje de cumplimiento de las recomendaciones del plan alimentarlo promedio de las Guías Alimentarlas para la Población Argentina (GAPA), ajustado en 2000 kcal: a) por período, b) por nivel de ingreso y c) por región. 

Al comparar el consumo aparente según los ingresos del hogar en 2017-18 con las cantidades del plan alimentario de las GAPA, ajustando a 2000 kcal, se evidencia que los individuos de hogares de mayores ingresos consumieron mayor cantidad de frutas (15% de la recomendación en primer quintil y 32% en quinto quintil) y de verduras (28% de la recomendación en primer quintil y 33% en quinto quintil), sin alcanzar la cantidad del plan de las GAPA. El consumo aparente de quesos fue mayor (109%) respecto a la cantidad del plan alimentario de las GAPA en individuos de hogares del quintil 5, mientras que los individuos del quintil 1 consumieron la mitad de la cantidad (47%); la cantidad de energía proveniente de alimentos de consumo opcional también fue mayor en los quintiles de ingresos más altos. Si se consideran las comidas listas y bebidas con alcohol, los individuos de hogares del primer quintil casi duplicaron el límite establecido para alimentos de consumo opcional por el plan de las GAPA (194%); los del quinto quintil, consumieron alrededor del triple (307%).

Las cantidades consumidas fueron menores en el caso del pan; los individuos de hogares del primer quintil presentaron un consumo adecuado a la cantidad del plan alimentario de las GAPA (101%), mientras que en los del quinto quintil fue de la mitad (44%). Para feculentos, en hogares del quintil 1 el consumo superó la cantidad del plan de las GAPA (122%), mientras que en los del quintil 5 fue inferior al valor establecido (74%). A su vez, el consumo de aceites fue menor en hogares de mayores ingresos, oscilando entre 20 y 30% por debajo del valor del plan alimentario según bajos y altos ingresos, respectivamente. Entre los feculentos, las legumbres y las masas y tapas fueron la excepción, con mayor consumo a medida que aumentaban los ingresos (57% y 22%, respectivamente). La leche y yogur y las carnes se consumieron en cantidades similares: la leche y yogur alcanzaron el 23% del valor del plan alimentario de las GAPA, pero al desglosar se observó que el yogur era más consumido a medida que aumentaban los ingresos; las carnes superaron levemente en todos los niveles de ingresos la cantidad del plan alimentario de las GAPA, y los pescados y mariscos se consumían casi tres veces más en los hogares del quinto quintil que en el primero, mientras que con las vísceras ocurrió lo contrario (ver Tabla 3 y Figura 1B).

TABLA 3 Porciones y cantidades del plan alimentario promedio de las guías alimentarias y consumo aparente por quintil de ingreso en 2017-18 (g o kcal/AdEq/d), Argentina. 

En el análisis por región, el área Metropolitana del Gran Buenos Aires, la región Pampeana y el Noroeste presentaron el consumo más alto de alimentos recomendados por las Guías Alimentarias (como verduras y frutas, legumbres, cereales, papa, pan y pastas, leche, yogur y quesos, carne y huevo, y aceites, frutas secas y semillas), y la Patagonia y el Noreste mostraron los consumos más bajos. Ninguna región alcanzó la cantidad de frutas, verduras, leche y yogur, huevo y aceites, frutas secas y semillas del plan alimentario de las GAPA. A su vez, para energía aportada por alimentos de consumo opcional se observó una tendencia opuesta: la región Noreste, la Patagonia y Cuyo tuvieron los valores más bajos, aunque en todos los casos superaron el máximo establecido por el plan alimentario promedio de las GAPA (ver Tabla 4 y Figura 1C).

TABLA 4 Porciones y cantidades del plan alimentario promedio de las guías alimentarias y consumo aparente por región en 2017-18 (g o kcal/ AdEq/d), Argentina. 

DISCUSIÓN

Los resultados de este análisis revelan Importantes diferencias, tanto cuantitativas como cualitativas, entre lo recomendado por las Guías Alimentarias y la alimentación de la población argentina, con desbalances más acentuados en los grupos de mayor vulnerabilidad socioeconómica.

La evaluación de las guías alimentarias basadas en alimentos es uno de los temas con mayor deficiencia en América Latina y el Caribe, ante la ausencia de información publicada, el objetivo de este trabajo fue evaluar el nivel de cumplimiento de las recomendaciones de las GAPA, su evolución a lo largo del tiempo, y las diferencias entre regiones y según nivel de ingreso en el último período de realización de la encuesta.

Para facilitar la evaluación de las guías alimentarias, se ha propuesto y se recomienda el uso de indicadores de corto, mediano y largo plazo. Entre los indicadores de largo plazo se incluye la estimación de las ingestas dietéticas y del cambio de hábitos alimentarios de la población a través de encuestas de consumo y de datos de gasto en alimentos 11 . La falta de datos sobre el consumo de alimentos o su incorrecta medición puede resultar en una mala asignación de fondos y comprometer el diseño, seguimiento y evaluación de programas y políticas. Las dos últimas décadas han sido testigos de un progreso sin precedentes en la producción y difusión de datos de consumo y gasto de los hogares en todo el mundo en desarrollo 21 . Las encuestas de gastos de hogares se realizan en forma periódica, tienen representatividad nacional y se han utilizado en los últimos años en muchos países como una medida aproximada para superar la brecha sobre información alimentaria y nutricional 16-18 . Argentina no es ajena a ese proceso y desde 1996-97 ha efectuado la ENGHo en cuatro oportunidades 22 con la finalidad de actualizar periódicamente la base de conformación de la canasta familiar. La ENGHo presenta dos ventajas frente a las encuestas de gastos realizadas por otros países: en primer lugar, registra las cantidades de alimentos y bebidas adquiridos por el hogar, además del gasto, lo cual permite una mejor estimación del consumo aparente; en segundo lugar, desde 2004-05 incorpora también los alimentos consumidos fuera del hogar.

Los resultados obtenidos del análisis de los datos de la ENGHo desde una perspectiva alimentaria son contundentes y demuestran que a lo largo de los años la alimentación argentina ha sufrido un paulatino alejamiento de las recomendaciones establecidas por las GAPA (que, si bien se actualizaron en 2016, en general son consistentes a lo largo del tiempo). El alejamiento del plan alimentario promedio recomendado por las GAPA queda evidenciado en el bajo cumplimiento de la recomendación de frutas, leche, legumbres, frutas secas y semillas, y la elevada contribución de los alimentos de consumo opcional, como azúcares, dulces, gaseosas, jugos, grasas y comidas listas. Estos cambios impactan en el patrón alimentario, son similares a los que se están produciendo en todo el mundo desde la última mitad del siglo XX 23 y pueden tener importantes consecuencias en la calidad de vida de la población 7 . El proceso de alejamiento de las recomendaciones es más acentuado en algunas regiones del país y más notorio en los hogares de menores ingresos y con mayor nivel de vulnerabilidad. Estos hallazgos deben analizarse considerando la probada relación entre la alimentación de mala calidad y las ENT, que en Argentina causan o están relacionadas con aproximadamente el 80% de la mortalidad 24 y con el estado nutricional de la población; diversos estudios han evidenciado alta prevalencia de exceso de peso y anemia, prevalencia moderada de retraso en el crecimiento y baja frecuencia de emaciación y bajo peso 25, 27 asociados en mayor medida a condiciones de desigualdad socioeconómica y educativa 28 . La situación nutricional de la población representa el último eslabón del sistema alimentario y se relaciona con la producción, disponibilidad, acceso y comportamientos de consumo de alimentos 29 .

Este trabajo proporciona datos específicos, que permiten que las regiones conozcan su situación, identifiquen los principales problemas en la alimentación de su población y de ese modo establezcan prioridades y planifiquen acciones focalizadas de acuerdo con su problemática; los datos a nivel nacional, a su vez, actúan como una herramienta de control y monitoreo. La desagregación según nivel de ingresos de los hogares es un insumo muy valioso para la implementación de políticas alimentarias, como la Tarjeta Alimentar, que apunta a garantizar el acceso a una alimentación saludable y ha sido lanzada recientemente en el marco del Plan Argentina contra el Hambre 30 .

A pesar de que se recomiendan como fuente de información para la evaluación de las guías alimentarias, es necesario considerar que los datos analizados corresponden a consumo aparente a nivel individual. Esto plantea una serie de limitaciones: entre ellas, las suposiciones acerca de la distribución de alimentos dentro del hogar, la dificultad inherente a la categorización de alimentos por la falta de especificación de ciertos ítems y el uso de la compra de alimentos como estimación del consumo, que puede ser de mayor utilidad en familias con bajos ingresos, donde los desperdicios u otros destinos de los alimentos adquiridos son mínimos. Pese a las limitaciones, las encuestas de gastos de hogares constituyen una herramienta subutilizada pero con un gran potencial para evaluar el consumo de alimentos y bebidas, sobre todo en los países de bajos y medianos ingresos 16 .

La alimentación evoluciona con el tiempo bajo la influencia de muchos factores y de interacciones complejas. Los ingresos, los precios, las preferencias individuales, las creencias y tradiciones culturales, las estrategias de marketing y la masificación de los productos alimentarios, así como factores geográficos, ambientales, sociales y económicos, conforman en su compleja interacción las características del consumo de alimentos 31 . Es importante caracterizar el nivel y la magnitud de los cambios en los patrones del consumo y de los entornos alimentarios 23,32, 34 porque ellos son causa y consecuencia del deterioro de los sistemas alimentarios, que incide directamente en la seguridad nutricional, la malnutrición, el estado de salud y el bienestar de la población 35 .

RELEVANCIA PARA POLÍTICAS E INTERVENCIONES SANITARIAS

La información sobre el consumo de alimentos y la ingesta de nutrientes, sobre su tendencia a lo largo del tiempo y las diferencias en el consumo entre regiones y distintos niveles socioeconómicos, junto con los cambios en el patrón de morbilidad y mortalidad en la población, es clave para generar estrategias y planes de acción que permitan aplicar políticas públicas tendientes a garantizar la producción, la disponibilidad y el acceso de alimentos, así como para realizar una selección saludable y evaluar y reorientar las políticas públicas existentes. La falta de datos sobre el consumo de alimentos o su incorrecta medición puede resultar en una mala asignación de fondos y comprometer el diseño, seguimiento y evaluación de programas y políticas.

La dieta y la nutrición son muy importantes para promover y mantener la buena salud a lo largo de toda la vida. Está bien establecida su función como factores determinantes de ENT, lo que las convierte en componentes fundamentales de las actividades de prevención. Los resultados de esta investigación demuestran importantes diferencias entre lo recomendado por las Guías Alimentarias y la alimentación de la población argentina, y aportan información para determinar qué grupos de alimentos deberían ser foco de las políticas públicas para promover su consumo y en cuáles se deben planificar acciones para reducir su ingesta. Las diferencias por nivel de ingresos o regiones pueden servir de base para focalizar las políticas.

RELEVANCIA PARA LA FORMACIÓN DE RECURSOS HUMANOS EN SALUD

Los resultados de esta investigación demuestran importantes diferencias entre lo recomendado por las Guías Alimentarias y la alimentación argentina, tanto desde lo cuantitativo como desde lo cualitativo, con desbalances más acentuados en los grupos de mayor vulnerabilidad y en ciertas regiones del país. En virtud de los resultados y de la reconocida implicancia de la alimentación en la morbilidad, mortalidad y calidad de vida, es necesario que los profesionales de la salud reciban capacitación y tomen dimensión de la situación poblacional, para fundamentar sus intervenciones y promover o desalentar el consumo de grupos de alimentos específicos en grupos focalizados.

RELEVANCIA PARA LA INVESTIGACIÓN EN SALUD

Las GAPA han sido actualizadas en 2016, y a pesar de que se aconseja recurrir a indicadores de corto, mediano y largo plazo, no se han encontrado publicaciones locales que evidencien su evaluación a nivel poblacional. Las encuestas de consumo y de gastos de alimentos son un insumo recomendado para generar indicadores de evaluación de largo plazo. Los resultados evidenciados en este trabajo a partir de datos provenientes de más de 20 000 hogares de todo el país en cada período ofrecen un panorama que permite orientar futuras investigaciones, responder otros interrogantes y abordar las barreras y dificultades para alcanzar las recomendaciones de las guías alimentarias en cada entorno y en diferentes grupos poblacionales.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1 Fanzo J, Drewnowski A, Blumberg J, Miller G, Kraemer K, Kennedy E. Nutrients, Foods, Diets, People: Promoting Healthy Eating. Curr Dev Nutr [Internet]. 2020 [citado 28 Oct 2021];4(6):nzaa069. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32494761/ [ Links ]

2 Cáez Ramírez GR, Casas Forero N. Formar en un estilo de vida saludable: otro reto para la ingeniería y la industria. Educación y Educadores [Internet]. 2007 [citado 28 Oct 2021];10(2):103-107. Disponible en: http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S0123-12942007000200008&script=scLabstract&tlng=esLinks ]

3 Schwingshackl L, Hoffmann G, Lampousi AM, Knuppel S, Iqbal K, Schwedhelm C, et al. Food groups and risk of type 2 diabetes mellitus: a systematic review and meta-analysis of prospective studies. Eur J Epidemiol [Internet]. 2017 [citado 28 Oct 2021];32(5):363-375. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28397016/ [ Links ]

4 Schwingshackl L, Schwedhelm C, Hoffmann G, Knuppel S, Iqbal K, Andriolo V, et al. Food Groups and Risk of Hypertension: A Systematic Review and Dose-Response Meta-Analysis of Prospective Studies. Adv Nutr [Internet]. 2017 [citado 28 Oct 2021];8(6):793-803. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29141965/ [ Links ]

5 Schwingshackl L, Schwedhelm C, Hoffmann G, Knuppel S, Laure Preterre A, Iqbal K, et al. Food groups and risk of colorectal cancer. Int J Cancer [Internet]. 2018 [citado 28 Oct 2021];142(9):1748-1758. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29210053/ [ Links ]

6 Schwingshackl L, Schwedhelm C, Hoffmann G, Lampousi AM, Knuppel S, Iqbal K, et al. Food groups and risk of all-cause mortality: a systematic review and meta-analysis of prospective studies. Am J Clin Nutr [Internet]. 2017 [citado 28 Oct 2021];105(6):1462-1473. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28446499/ [ Links ]

7 GBD 2017 Diet Collaborators. Health effects of dietary risks in 195 countries, 1990-2017: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2017 Lancet [Internet]. 2019 [citado 28 Oct 2021];393(10184):1958-1972. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30954305/ [ Links ]

8 Organización Panamericana de la Salud. Salud en Sudamérica, edición de 2012: panorama de la situación de salud y de las políticas y sistemas de salud [Internet]. Washington DC: OPS; 2012 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: http://s2.medicina.uady.mx/observatorio/docs/ss/li/SS2012_Li_OPS.pdfLinks ]

9 Popkin BM. The nutrition transition and obesity in the developing world. J Nutr [Internet]. 2001 [citado 28 Oct 2021];131(3):871S-873S. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11238777/ [ Links ]

10 Popkin BM, Gordon-Larsen P. The nutrition transition: worldwide obesity dynamics and their determinants. Int J Obes Relat Metab Disord [Internet]. 2004 [citado 28 Oct 2021];28 Supl 3:S2-S9. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15543214/ [ Links ]

11 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. El estado de las guías alimentarias basadas en alimentos en América Latina y el Caribe [Internet]. Roma: FAO; 2014 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://www.fao.org/3/i3677s/i3677s.pdfLinks ]

12 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Guías alimentarias basadas en alimentos. América Latina y el Caribe [Internet]. Santiago de Chile: FAO; 2021 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: http://www.fao.org/nutrition/educacion-nutricional/food-dietary-guidelines/regions/latin-america-caribbean/es/Links ]

13 Lema S, Longo E, Lopresti A. Guías Alimentarias para la Población Argentina. Buenos Aires: Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas Dietistas; 2006. [ Links ]

14 Ministerio de Salud de la Nación. Guías Alimentarias para la Población Argentina. Documento técnico metodológico [Internet]. Buenos Aires: MSAL; 2016 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://cesni-biblioteca.org/guias-alimenta-rias-para-la-poblacion-argentina-documento-tecnico-metodologico/Links ]

15 Leme ACB, Hou S, Fisberg RM, Fisberg M, Haines J. Adherence to Food-Based Dietary Guidelines: A Systemic Review of High-Income and Low- and Middle-Income Countries. Nutrients [Internet]. 2021 [citado 28 Oct 2021];13(3):1038. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33807053/ [ Links ]

16 Fiedler JL, Lividini K, Bermudez OI, Smitz MF. Household Consumption and Expenditures Surveys (HCES): a primer for food and nutrition analysts in low- and middle-income countries. Food Nutr Bull [Internet]. 2012 [citado 28 Oct 2021 ];33(3 Supl):S170-184. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23193768/ [ Links ]

17 Fiedler JL, Smitz MF, Dupriez O, Friedman J. Household income and expendí-ture surveys: a tool for accelerating the development of evidence-based fortification programs. Food Nutr Bull [Internet]. 2008 [citado 28 Oct 2021];29(4):306-319. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19227055/ [ Links ]

18 Naska A, Vasdekis VG, Trichopoulou A. A preliminary assessment of the use of household budget survey data for the prediction of individual food consumption. Public Health Nutr [Internet]. 2001 [citado 28 Oct 2021];4(5B):1159-1165. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11924941/ [ Links ]

19 Ministerio de Salud de la Nación, Dirección Nacional de Salud Materno Infantil. Software SARA. Sistema de Análisis y Registro de Alimentos. Versión 1.2.22. Buenos Aires: MSAL; 2007 [ Links ]

20 López L, Suárez M. Alimentación Saludable. Guía práctica para su realización. Buenos Aires: Hipocrático; 2011. [ Links ]

21 Zezza A, Carletto C, Fiedler JL, Gennari P, Jolliffe D. Food counts. Measuring food consumption and expenditures in household consumption and expendí-ture surveys (HCES). Introduction to the special issue. Food Policy [Internet]. 2017 [citado 28 Oct 2021 ];72:1-6. Disponible en: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0306919217306802Links ]

22 Instituto Nacional de Estadística y Censos. El gasto de Consumo de los Hogares Urbanos en la Argentina. Un análisis a partir de las mediciones de 1996/1997, 2004/2005 y 2012/2013 [Internet]. Buenos Aires: INDEC; 2014 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://biblioteca.indec.gob.ar/bases/minde/4si10_47pdfLinks ]

23 Bermudez OI, Tucker KL. Trends in dietary patterns of Latin American populations. Cad Saude Publica [Internet]. 2003 [citado 28 Oct 2021];19 Supl 1:S87-S99. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12886439/ [ Links ]

24 Ferrante D, Linetzky B, Konfino J, King A, Virgolini M, Laspiur S. Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2009: evolución de la epidemia de enfermedades crónicas no transmisibles en Argentina. Estudio de corte transversal. Rev Argent Salud Publica [Internet]. 2011 [citado 28 Oct 2021];2(6):34-41. Disponible en: https://rasp.msal.gov.ar/rasp/articulos/volumen6/encuesta-nacional.pdfLinks ]

25 Ministerio de Salud de la Nación. Encuesta Nacional de Nutrición y Salud -Documento de resultados 2007 [Internet]. Buenos Aires: MSAL; 2007 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://bancos.salud.gob.ar/recurso/encuesta-nacional-de-nutricion-y-salud-documento-de-resultados-2007Links ]

26 Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación. 2° Encuesta Nacional de Nutrición y Salud. Resumen ejecutivo [Internet]. Buenos Aires: MSyDS; 2019 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://cesni-biblioteca.org/wp-content/uploads/2019/10/0000001565cnt-ennys2_resumen-ejecutivo-20191.pdfLinks ]

27 Ministerio de Salud de la Nación; Instituto Nacional de Estadística y Censos. Tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo para Enfermedades No Transmisibles. Argentina 2013 [Internet]. Buenos Aires: MSAL/INDEC; 2015 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://bancos.salud.gob.ar/sites/default/files/2018-10/0000000544cnt-2015_09_04_encuesta_nacional_factores_riesgo.pdfLinks ]

28 Zapata ME, Soruco AI, Carmuega E. Malnutrition in all its forms and socio-economic indicators in Argentina. Public Health Nutr [Internet]. 2020 [citado 28 Oct 2021];23(S1):s13-s20. Disponible en: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31685076/ [ Links ]

29 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. América Latina y el Caribe: Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional. Sistemas alimentarios sostenibles para poner fin al hambre y la malnutrición, 2016 [Internet]. Santiago de Chile: FAO/OPS; 2017 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://iris.paho.org/bitstream/handle/106652/33680/9789253096084-spa.pdf?sequence=1&isAllowed=yLinks ]

30 Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Argentina contra el hambre [Internet]. Buenos Aires: Argentina.gob.ar; 2021 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/argentina-contra-el-hambreLinks ]

31 Organización Mundial de la Salud; Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Report of a Joint WHO/FAO Expert Consultation: Diet, Nutrition and the Prevention of Chronic Diseases. Ginebra: OMS/FAO; 2003. [ Links ]

32 High Level Panel of Experts. Nutrition and food systems. A report by the High Level Panel of Experts on Food Security and Nutrition of the Committee on World Food Security [Internet]. Roma: HLPE; 2017 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://www.fao.org/3Zi7846e/i7846e.pdfLinks ]

33 Global Panel on Agriculture and Food Systems for Nutrition. Food systems and diets: Facing the challenges of the 21st century [Internet]. Londres: GLO-PAN; 2016 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://glopan.org/sites/default/files/ForesightReport.pdfLinks ]

34 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Influencing Food Environments for Healthy Diets [Internet]. Roma: FAO; 2016 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://www.fao.org/3/i6484e/i6484e.pdfLinks ]

35 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura; Organización Panamericana de la Salud; Programa Mundial de Alimentos; Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2018 [Internet]. Santiago de Chile: FAO/OPS/WFP/UNICEF; 2018 [citado 28 Oct 2021]. Disponible en: https://www.fao.org/3/CA2127ES/CA2127ES.pdfLinks ]

FUENTE DE FINANCIAMIENTO: Ninguna.

Recibido: 9 de Agosto de 2021; Aprobado: 12 de Octubre de 2021

*AUTOR DE CORRESPONDENCIA:mezapata@cesni.org.ar

CONTRIBUCIÓN DE LOS AUTORES: MEZ, AR y EC concibieron y diseñaron el estudio. MEZ y AR analizaron los datos. MEZ, AR y EC escribieron el artículo. Todos los autores leyeron y aprobaron el manuscrito final.

DECLARACIÓN DE CONFLICTO DE INTERESES: No hubo conflicto de intereses durante la realización del estudio. Las organizaciones que proveyeron financiamiento para el estudio no tuvieron un rol en la interpretación de los resultados ni en la decisión de su publicación.

Registro Nacional de Investigaciones en Salud Nº: IS003334

Creative Commons License Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons Atribución-No Comercial-Compartir Igual 4.0 Internacional. Reconocimiento — Permite copiar, distribuir y comunicar publicamente la obra. A cambio se debe reconocer y citar al autor original. No comercial — esta obra no puede ser utilizada con finalidades comerciales, a menos que se obtenga el permiso.