Introducción
En los sistemas de producción caprina extensivo el resultado económico está basado en la eficiencia productiva de los rebaños y la cantidad de cabritos logrados(1)
Morand Fehr, et al. (1987) (2) describieron que el peso al nacimiento de los cabritos está directamente vinculado con la alimentación de la cabra y está comprendido entre 1/15 y 1/17 partes del peso de la madre en el parto, coincidiendo con lo descripto por Malick, et al (1986) (3) sobre la existencia de una correlación positiva entre ambos parámetros.
Asimismo, Dayenoff, et al (1997) (4), trabajando con cabras Criolla, encontraron que una suplementación estratégica mejora significativamente el peso al nacimiento y al destete de los cabritos y disminuye la pérdida de peso de la cabra al final de la lactancia.
A su vez, una suplementación nutricional preparto reduce la mortalidad de las crías al favorecer mayores pesos al nacimiento. (5)
Por otra parte, Forbes (2007)(6) describió una limitación en la ingesta caprina en el último tercio de gestación debido a una restricción física de la cavidad abdominal dada por el aumento del tamaño de feto en el último tercio de gestación (7) pese a que la demanda de nutrientes es más elevada, por lo que se hace necesaria la acumulación previa de reservas en las hembras con alimento de alto contenido energético (8)
En relación a ello, Prezotto, et al (2013)(9) enunciaron la necesidad de la movilización de esa energía para poder cubrir los requerimientos del último período de gestación y disminuir el déficit que se provoca durante la lactancia, como los describieron Amoah, et al (1996 ) (10)
En relación a la importancia de lograr niveles de reserva energética en la cabra en gestación,(11) describieron una aceleración del metabolismo energético en el último mes de gestación, coincidiendo con Ismail, et al (2008) (12) y Terrazas, et al (2009) (13) quienes describieron que una mala nutrición tiene como resultados bajo peso del cabrito al nacimiento y escasa producción láctea para alimentación de la cría, situación que se acentúa en las hembras de parto doble. (8)
El objetivo del presente trabajo fue evaluar el efecto del momento de suplementación durante la gestación en cabras, sobre el peso al nacimiento y destete en cabritos.
Material y método
El ensayo se realizó en el establecimiento “Don Roberto”, ubicado en la zona sur de El Nihuil (35°15´24´´ latitud Sur, 68° 41´46´´ longitud Oeste), a 1l0 km sur de San Rafael, Argentina, región árida fría, ubicada en el área norte de la Región Patagónica.
El establecimiento posee 740 cabras Criolla del Sur de Mendoza y realiza un manejo tradicional con uso de veranada estival (arreo de animales a la cordillera para aprovechamiento de los pastizales naturales de altura) como descanso de la vegetación en la época de crecimiento (primavera austral) y separación de machos y hembras entre los meses de agosto y mayo (castronaje) como factor de control reproductivo, método de prevención para evitar las pariciones de invierno.
El servicio se realizó a partir de la segunda semana de mayo, usando una relación macho:hembra de 3%, retirando los chivos en el mes de agosto y la parición ocurrió durante los primeros quince días del mes de octubre.
Para el ensayo se utilizaron 120 cabras Criolla del Sur de Mendoza adultas de entre 3 y 5 años de edad, alimentadas sobre un pastizal natural en recuperación, con pastoreo diurno libre y encierro nocturno, con control de preñez 45 días post-servicio a través de ecografía, utilizando Ecógrafo Portátil Fencia de 3,5 Mhz.
Las hembras se identificaron con caravana plástica numerada y se dividieron en tres grupos de 40 cabras cada uno; GI, recibió una suplementación de medio kilo de heno de alfalfa como pellet y 250 gramos de maíz partido por día, al regreso del pastoreo durante 45 día en el segundo tercio de gestación (julio-primera mitad de agosto); GII, durante 45 días en el tercer tercio de gestación (segunda mitad de agosto-septiembre) y GIII (=40) actuó como control.
A partir de la parición continuaron en el ensayo únicamente las cabras de parto simple y madres de cabritos machos, con la estrategia de eliminar las variables tipo de parto y sexo de las crías, eligiendo al azar 15 cabras por grupo. Al momento de la suplementación cada grupo se separó del resto de hato en corral diferentes al regreso del pastoreo, entregándose la alfalfa y el maíz en comederos colectivo.
Los tres grupos recibieron una suplementación de medio kg de heno de alfalfa como pellet y 250 g de grano de maíz partido por día después del pastoreo hasta el destete de los cabritos, siguiendo la estrategia anteriormente planteada.
Se destaca que en el grupo de cabras suplementadas en el tercer tercio de gestación quedó un remanente de alfalfa y maíz no consumida en los comederos, en los últimos 30 días de preñez.
Las cabras se pesaron al inicio del servicio, al final del segundo tercio de gestación, al final del tercer tercio de gestación, 2 días después de la parición y al momento del destete,
Los cabritos se pesaron al nacimiento, 15, 45 y 60 días de edad y al momento del destete y venta.
Para el peaje se utilizó una balanza electrónica de 100 kg de máxima y 50 gramos de precisión.
El diseño experimental respondió a un modelo completamente aleatorizado, las medias y desviaciones estándar se estudiaron por Análisis de Varianza y Test de Tukey, aplicando el Software estadístico InfoStat 2.0.
Resultados
Los parámetros evaluados en las cabras de este ensayo se muestran en la Tabla 1 donde se observa que las hembras no mostraron diferencia estadística significativa (p≤0,05) al inicio del ensayo.
Asimismo, se comprueba que los pesos de las cabras suplementadas en el segundo tercio fueron las que mayor peso ganaron durante la gestación y con diferencia estadística significativa (p≤0,05).
A su vez, la Tabla 1 muestra que los tres grupos perdieron peso entre parición y destete de los cabritos, siendo menor la pérdida en las cabras suplementadas en el segundo tercio de gestación (3,11±0,27 kg) y con diferencia estadística significativa (p≤0,05), en relación a los otros dos grupos (GII= 4,14±0,32 kg y GIII=4,73±0,33 kg).
Por otra parte, la Tabla 2 muestra los pesos de los cabritos en distintas edades entre nacimiento y destete a los 60 días, según el momento de suplementación de las cabras y se observa un mayor peso al nacimiento (GI=2,87±0,12 kg, GII= 2,65±0,14 kg, GIII=2,63±0,11 kg)) y al destete (GI= 10,38±0,57 kg, GII= 9,47±0,56 kg, GIII= 8,81±0,61 kg) de los cabritos nacidos de cabras suplementadas en el segundo tercio de gestación, mostrando en ambos momentos una diferencia estadística significativa (p≤0,05) con el peso de los cabritos de los otros dos grupos de cabras.
A su vez, el Gráfico 1 muestra la evolución de peso de los cabritos de nacimiento a destete y se ve la diferencia entre grupos marcada en el valor de determinación de las pendientes, siendo mayor el de los cabritos nacidos de cabras suplementadas en el segundo tercio de gestacion
Discusión
Los pesos de las cabras Criolla del Sur de Mendoza que participaron de este ensayo fueron similares a los reportados por Macario, et al (2005) (14) para la misma raza, a los descripto por Bedotti (2000) (15) para la raza criolla Colorada Pampeana y a los pesos adultos de cabras de distintas razas españolas mencionados por Capote, et al (1998) (16) Sánchez (2008) (17) y Herrera y Luque (2008) (18), formadoras de las agrupaciones Criollas en Argentina.
La decisión en este trabajo de evaluar solamente cabras de parto simple y sexo macho estuvo basada en que el tipo de gestación y el sexo de los fetos presenta una influencia significativa en el peso de las madres al parto, el peso de los cabritos al nacimiento y el crecimiento de los mismos al destete (19, 20, 21).
Por otra parte, el sobrante alfalfa y maíz observado en los treinta días finales de gestación en las cabras suplementadas en el último tercio, estaría dado por el tamaño del útero y el crecimiento fetal que limita la capacidad ruminal (22,23)
Asimismo, la suplementación nutricional con alfalfa y grano de maíz implementada en este ensayo, mostró un incremento de peso en las cabras más notorio y con diferencia estadística significativa (p≤0,05) en las madres suplementadas durante el segundo tercio de gestación, acompañada por un mejor peso al nacimiento de los cabritos como lo describieron Laporta-Bruox, et al (2011) (24) y Paleta, et al (2015) (25) , quienes describen una mejor performance productiva en cabras suplementadas durante la gestación.
La pérdida de peso en todos los grupos de cabras que participaron de este trabajo ocurrió como lo describieron Mellado, et al (2006) (26) y Sahu, et al (2013) (23) quienes encontraron que en las cabras en pastoreo en el último tercio de gestación es difícil cubrir los requerimientos nutritivos de las madres gestantes debido al desarrollo fetal, desarrollo mamario y el comienzo de la producción de leche.
Esta situación se ve agravada en las zonas áridas, cuando coincide el momento de la última etapa de gestación de las cabras con en el período de reposo vegetativo del pastizal natural y la calidad de la ingesta no llega a cubrir los requerimientos de cabras al final de la gestación (27, 28)
El peso al nacimiento de los cabritos machos de este ensayo, respondieron a lo reportado por Morand Fehr, et al (1987) (2) siendo en los tres grupos entre 1/15-1/17 del peso de las madres al parto y fueron similares a lo descripto por Macario, et al (2005) (14) para la raza Criolla del Sur de Mendoza, destacando que las crías de las madres suplementadas en el segundo tercio de gestación fueron más pesados y con una diferencia estadística significativa (p≤0,05) en relación a las cría de los otros dos grupos.
Asimismo, los pesos al destete de los cabritos hijos de las cabras suplementadas en el segundo tercio de gestación fue superior y con una diferencia estadística significativa (p≤0,05) en relación a los pesos al destete de los otros dos grupos y con una mayor velocidad de crecimiento representada por una mayor determinación en la pendiente de las curva de crecimiento, situación detallada por Murniati, et al (2015) (29); justificada en un mejor nivel de ingesta y alimentación que mostraron las madres, que daría como consecuencia un mayor balance de nutrientes (30) , acompañada de un mejor desarrollo de la glándula mamaria, una mayor producción de leche y una lactancia que incremente una mayor velocidad de crecimiento en los cabritos. (8, 31)
A su vez, los mayores pesos encontrados en las cabras suplementadas en el segundo tercio de gestación y en sus crías se debería a una mayor capacidad de consumo al no existir una limitación física de la cavidad abdominal (6) , dada por el tamaño fetal en ese momento de la preñez (7) y sería el momento recomendado para suplementar a las cabras, situación similar a los descripto por Vázquez-García, et al (2021) (32)
Finalmente, los cabritos hijos de las cabras suplementadas en el segundo tercio de gestación alcanzaron un peso vivo que facilita su comercialización como lo mencionó Macario (2005) (14) y con mayor beneficio económico para el productor, coincidiendo con lo reportado por De Souza, et al (2014) (33)
Conclusión
Los resultados del presente trabajo determinaron que la suplementación con alfalfa en forma de pellet y grano de maíz partido en el segundo tercio de gestación en cabras Criolla del Sur de Mendoza mejora significativamente el peso al parto de las cabras, disminuye la pérdida de peso entre postparto y destete, mejora el peso al nacimiento de los cabritos y determina un mayor peso al destete de los mismos.