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Revista de la Facultad de Ciencias Agrarias. Universidad Nacional de Cuyo

On-line version ISSN 1853-8665

Rev. Fac. Cienc. Agrar., Univ. Nac. Cuyo vol.45 no.2 Mendoza Dec. 2013

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Tipos de estrategias de obtención de ingresos y pobreza en familias mapuches rurales de Galvarino

Types of income-earning strategies and poverty in rural mapuche families in Galvarino

Ximena Elizabeth Quiñones Díaz

Ing. Agr. Doctora en Economía Agroalimentaria, Académica. Escuela de Agronomía. Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales. Universidad Católica del Maule. Camino a Los Niches km k, Curicó, Región del Maule, Chile. xquinones@ucm.cl

Originales: Recepción: 26/09/2012 - Aceptación: 22/08/2013

Resumen

Diversos estudios en Latinoamérica relacionan la condición de pobreza de las familias rurales con sus estrategias de obtención de ingresos; al respecto, se ha descrito una mayor presencia de pobres entre asalariados agrícolas que entre agricultores independientes, así como una menor incidencia de la pobreza en familias que han diversificado sus fuentes de ingresos. En Chile, las familias mapuches rurales mantienen índices de pobreza superiores al resto de la población. El menor acceso a activos físicos y capital humano, su localización en zonas de menor dinamismo económico y dificultades de acceso a mercados son algunas causas de esta realidad. El objetivo de este trabajo es identificar las relaciones entre estrategias de ingresos de familias mapuches rurales y las condiciones de pobreza de estas familias; para ello se construye una tipología de familias con el método de conglomerados. Los resultados arrojan tres tipos de estrategias: venta de mano de obra, dependencia y actividad silvoagropecuaria, que representan 54,5%, 26,2% y 19,3% de las familias, respectivamente. No se observan diferencias en la distribución de las familias pobres y no pobres por tipo de estrategia y, a pesar de la importancia de los ingresos extraprediales, las actividades por cuenta propia aún realizan un aporte relevante a los ingresos de estas familias.

Palabras clave: Economía mapuche: Ingresos de familias rurales: Pobreza rural

Abstract

Several studies in Latin America relate the poverty status of rural families to their incomeearning strategies, identifying a higher incidence of poverty among salaried agricultural workers than among self-employed farmers, as well as a lower incidence of poverty in families that have diversified their sources of income. In Chile, the poverty rates for rural Mapuche families are higher than for the rest of the population. Their reduced access to physical assets and human capital/resources, their location in areas of lower economic activity and their difficulties in accessing markets are some of the causes of this situation. The aim of this article is to identify relationships between income-earning strategies of rural Mapuche families and their poverty condition. To this end, a typology of families is generated by a cluster analysis. The results show three types of strategies: temporary labor, salaried employment, and own-farm agroforestry activities, which represent 54.5%, 26.2% and 19.3% of households respectively. No differences were observed in the distribution of households by type of strategy and poverty, and despite the importance of labor market income, own-farm activities still make a significant contribution to the income of these families.

Keywords: Mapuche economy; Rural families incomes; Rural poverty

Introdución

Desde inicios del siglo XVII y hasta fines del siglo XIX la sociedad mapuche ocupaba un territorio independiente de la República de Chile, ubicado aproximadamente entre los ríos Bío Bío y Toltén. En este territorio se desarrolló una economía basada en la ganadería bovina para la venta a comerciantes chilenos y argentinos (3).
Entre 1881 y 1883 el Estado de Chile ocupaba el mencionado territorio y establecía aproximadamente 80.000 mapuches en 3.078 reservas indígenas, denominadas reducciones de tierras, en una extensión total de 480.000 hectáreas, y con una superficie media asignada por persona de 6,1 hectáreas (3, 8). Tras la radicación, los mapuches modificaron su organización económica desde la ganadería comercial a la agricultura de autoconsumo, complementada con la venta de ganado, madera, leña, y artesanías (4).
A partir de la década del cuarenta se inicia la migración de la población mapuche hacia centros urbanos. Estos migrantes se establecen en forma permanente en las ciudades y envían remesas a sus familias en el campo (4). En 1966, el Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola (CIDA) (8) encuentra que 60% de los ingresos de las familias mapuches rurales son aportados por la venta de productos silvoagropecuarios y 40% por autoconsumo. Entre 1979 y 1988 el Estado, coherente con las políticas económicas del país, divide las reducciones y entrega títulos de propiedad individual a los jefes de familia, bajo el paradigma que la propiedad privada sobre la tierra permitiría una transformación desde una agricultura de subsistencia hacia pequeñas empresas agrícolas rentables (3, 4).
En 1984, cuando el 70% de las reducciones estaban divididas, Bengoa y Valenzuela (4) detectan altos índices de pobreza entre las familias mapuches rurales, como consecuencia del reducido tamaño de las explotaciones agropecuarias, la baja incorporación de tecnologías en la agricultura, y la disminución de la venta de mano de obra mapuche a las grandes empresas agrícolas de la zona, por mecanización de sus labores. Los autores mencionados observan que 72,7% del ingreso familiar es generado por la explotación agropecuaria, cuya composición es: 40,3% por autoconsumo y 32,4% por la venta de productos agropecuarios. Los salarios solo representan 13,7% del ingreso, y el resto es aportado por arriendos, medierías y otras fuentes (2).
En la década del noventa se observa un aumento del aporte de salarios y subsidios sociales, y una disminución del aporte de la producción agrícola en los ingresos de las familias mapuches rurales (6, 26). En esa década el país muestra una significativa reducción de la pobreza, aunque con importantes diferencias entre la población indígena y no indígena: en 1996 los índices de pobreza eran de 35,1% y 22,7%, respectivamente (21).
En 2009 la pobreza indígena se había reducido hasta 19,9%; no obstante, mantenía una brecha de 5,1 puntos por sobre la pobreza no indígena (20). Martín(18) señala la importancia de analizar las causas estructurales de la pobreza de las familias rurales sujetas a políticas públicas; al respecto, factores tales como la menor escolaridad de la población mapuche rural en edad activa (1, 7, 28), el menor dinamismo de la economía en La Araucanía (7), los menores niveles de formalidad de los asalariados mapuches en comparación a los no mapuches (7, 28) y la mayor participación de los trabajadores mapuches en sectores de menores salarios, tales como agricultura y construcción (7, 14) ayudan a explicar los menores ingresos de los asalariados mapuches. En cuanto a los ingresos por cuenta propia, la mayor parte de los mapuches rurales se dedica a una agricultura tradicional de baja tecnificación y rentabilidad. Además, el aumento de la población en las ex-reducciones, la subdivisión de las hijuelas y la sobreexplotación del suelo habían disminuido la superficie agropecuaria disponible (7, 9, 16, 28).
En Chile, la pobreza es medida con la Encuesta de Caracterización Social (CASEN), instrumento que tiene algunas limitaciones para llegar a estadísticas más precisas sobre pobreza indígena, debido al pequeño tamaño muestral y la falta de muestras representativas para cada uno de los ocho pueblos originarios, así como de la distribución urbana y rural de la población (1, 28). Además, La CASEN no pregunta la rama de actividad de la ocupación secundaria (5), todo lo cual impide realizar un análisis más detallado de las estrategias de ingresos de las familias mapuches rurales. La pobreza es calculada con el enfoque de ingresos, el cual no permite la comprensión multidimensional de la pobreza (2) y no considera la etnia de las familias, a la cual podrían asociarse patrones culturales de necesidades y consumo.
Los ingresos de las familias y su condición de pobreza, también se relacionan con los tipos de estrategias de obtención de ingresos que desarrollan (5, 10, 11, 17, 18, 25). En México, De Grammont (10) observa la concentración de la agricultura en explotaciones de mayor dimensión y el debilitamiento de las explotaciones familiares. El autor describe la disminución del aporte de la agricultura en los ingresos familiares desde una media de 49% en 1992 a 31% en 2004, y el aumento del aporte de los salarios desde 20% a 29% en el período mencionado. En oposición a los autores que señalan que la diversificación de las actividades es una estrategia apropiada para que las familias rurales salgan de la pobreza, De Grammont (10) constata que las familias que se especializan en una sola actividad principal mejoran sus rentas y logran salir de la pobreza en mayor proporción que las familias que se diversifican. En Argentina Guardia y Tornarolli (12) observan una mayor incidencia de pobreza entre asalariados agrícolas que entre productores agrícolas; sin embargo, estos últimos también recurren a la venta de mano de obra.
En Chile, el Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN) (19) encontró en 1999 que familias rurales (indígenas y no indígenas) en zonas de alta concentración de pobreza, desarrollaban mayoritariamente estrategias de pluriactividad, combinando la producción agropecuaria, la venta de mano de obra, principalmente en empleos no calificados temporales, y la obtención de subsidios sociales. Ramírez et al. (25) encontraron que familias rurales que desarrollaron estrategias centradas en la venta de mano de obra lograron mayores ingresos que aquellas dedicadas mayoritariamente a la agricultura, inclusive aunque estas recibieran apoyo de políticas de fomento agropecuario. Betancor et al. (5) relacionan la reducción de la pobreza rural del período 1992-2006 con el aumento del aporte de los ingresos autónomos no agrícolas y de los subsidios sociales en el ingreso familiar. Jara-Rojas et al. (15) observan que pequeños agricultores de la zona central logran consolidar sus negocios agrícolas y aumentar sus ingresos con el apoyo de políticas de fomento productivo agropecuario. Para Foster y Valdés (11) hay mayor incidencia de pobreza entre asalariados agrícolas que entre pequeños agricultores, y también que las estrategias de diversificación logran mayores ingresos que aquellas especializadas en trabajo agrícola. Además observan que familias agrícolas con jefe de hogar indígena tienen menores ingresos que familias con jefe no indígena, aunque esta diferencia es mayor entre agricultores familiares que entre asalariados.
Los resultados de estos estudios se traducen en diferentes recomendaciones de políticas públicas: MIDEPLAN (19) propone fomentar la producción agropecuaria y fortalecer las transferencias estatales hacia familias que no pueden generar ingresos autónomos. López (17) recomienda revisar los programas de extensión y crédito agrícola, dado su bajo impacto sobre los ingresos. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (22) propone focalizar las políticas de fomento agrícola en familias con real potencial productivo y promover la inserción en empleos asalariados del resto. Foster y Valdés (11) recomiendan diversificar los ingresos de familias que dependen del ingreso agrícola.
Schejtman y Berdegué (27) y Pisani & Franceschetti (24) proponen ampliar el enfoque de las políticas de apoyo a las familias rurales desde lo sectorial agropecuario hacia una mirada territorial, donde se fomenten todas las actividades económicos presentes en el territorio.
De esta forma, el conocimiento de las estrategias familiares de obtención de ingresos ayuda a definir políticas públicas, lamentablemente no se dispone de estudios recientes sobre las estrategias de ingresos de familias mapuches rurales. Por otra parte, los estudios disponibles no permiten profundizar en dinámicas de territorios más pequeños, tales como una comuna, donde indicadores como el índice de pobreza no seguirían las tendencias generales.
Tal es el caso de la comuna de Galvarino, donde, a diferencia de las cifras
nacionales, la pobreza aumentó desde 30,6% a 35,7% en el período 2003-2006 (21). Galvarino fue una zona triguera, pero en las últimas décadas la baja rentabilidad del cultivo, la erosión por monocultivo y los subsidios al establecimiento de plantaciones forestales, la han especializado en la actividad forestal. La comuna tiene 3.539 habitantes urbanos y 9.057 rurales (13), es la segunda comuna con mayor porcentaje de ruralidad en La Araucanía, con 71,9%. Tiene 7.456 habitantes mapuches quienes representan 59,2% de su población, es la segunda comuna con mayor porcentaje de población mapuche en la región, y 90,1% de ellos son rurales (14).
Las actividades económicas más importantes son silvicultura, agricultura y ganadería, donde se emplea el 44,7% de las Personas en Edad Activa (PEA), en segundo lugar está el comercio con 12% de la PEA y tercero la enseñanza, con 9,7% de la PEA (13).

Hipótesis

• Existen diferencias en la distribución de la pobreza entre los diferentes tipos de estrategias de obtención de ingresos de las familias mapuches rurales.

Objetivos

• Identificar, describir y comparar las estrategias de obtención de ingresos de familias mapuches rurales de Galvarino entre sí, en función de variables tales como la etapa de desarrollo de la familia, el acceso a la tierra y la escolaridad de la población en edad activa.

• Identificar la existencia de relaciones entre los tipos de estrategias y la distribución de la pobreza.

Materiales y métodos

El universo de estudio son 1.323 explotaciones agropecuarias mapuches del Valle de Secano de Galvarino contabilizadas por ODEPA en 2001 (23). Las encuestas se aplicaron en el marco de un diagnóstico socio-productivo realizado por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP). El tamaño de la muestra se calcula con las fórmulas (a) y (b), donde n es el tamaño de la muestra para poblaciones finitas, con Z para un intervalo de confianza de 95%, ee es el error de estimación inferior al 8%, nf es el tamaño de muestra final para una población N de 1.323 familias.
Con estos datos se obtiene un tamaño de muestra nf de 126 casos, sin embargo, se encuesta a 151 familias, previendo que pudieran desecharse algunas encuestas por problemas en la recolección de datos.

Las familias a encuestar debían cumplir dos condiciones: estar localizadas dentro de ex–reducciones y su jefe de hogar o cónyuge tener al menos un apellido mapuche. Para la recolección de datos se aplicó una encuesta que recoge información sobre las familias, sus explotaciones e ingresos.
Esta información ha sido organizada en cuatro grupos de variables: 1. Ingresos familiares; 2. Familia; 3. Explotación silvoagropecuaria; 4. Acceso a instrumentos de fomento y crédito productivo.
El Ingreso Familiar Total se obtiene con suma de los ingresos aportados por 30 subcategorías (figura 1, pág. 274).


Figura 1. Fuentes de ingresos de familias mapuches rurales.
Figure 1. Income sources of rural Mapuche families.

En este estudio se utilizan las líneas de pobreza e indigencia rurales definidas por el Ministerio de Planificación (MIDEPLAN) para el año 2006, en pesos de ese año:

• Familias Pobres: aquellas cuyo ingreso per cápita es inferior a $31.756 pesos mensuales

• Familias Pobres Indigentes: aquellas con ingreso per cápita menor a $18.146 pesos
• Familias Pobres No Indigentes: aquellas con ingreso per cápita inferior a $31.756 pesos mensuales y mayor o igual a $18.146 pesos mensules

• Familias No Pobres: aquellas con ingreso per cápita igual o superior a $31.756 pesos (21).

Los resultados de pobreza obtenidos con la encuesta de esta investigación no son comparables con los publicados a partir de las encuestas CASEN, porque no se ha aplicado la misma metodología para medir los ingresos.
Las encuestas se aplicaron entre julio y octubre de 2006. Se realizó un análisis estadístico exploratorio, utilizó el Método de Tukey para detección de casos atípicos (Bisagra de Tukey) a las variables Ingreso Familiar Total e Ingreso per capita y se descartaron seis casos extremos, quedando la muestra con 145 explotaciones. Luego se realizó un análisis cluster de k-medias, el cual permite formar grupos de casos sobre la base de las distancias existentes entre las variables seleccionadas.
Se propuso la formación de tres conglomerados con tres variables de aglomeración: aporte porcentual de salarios, de subsidios y de margen bruto silvoagropecuario al ingreso familiar. Posteriormente se identificó la existencia de diferencias en la distribución de las familias por tipo de estrategias de ingresos y condición de pobreza con la prueba chi-cuadrado.

Resultado s y discusión

El tamaño medio de las familias es de 4,3 personas, con 2,4 personas en edad activa y 1,9 personas en edad no activa. La escolaridad media de los mayores de quince años es de 6 años. El 81,4% de los jefes de explotación son hombres y 18,6%, mujeres.
La edad media del jefe de explotación es 53,7 años, y no se observaron diferencias significativas en la distribución de la edad media por sexo del titulara. En la escolaridad de los jefes de explotación por sexob existen diferencias: los hombres tienen en promedio 5,3 años de estudios y las mujeres 3,2. En promedio cada familia tiene 0,9 personas que trabajan como asalariados.

Las explotaciones agropecuarias tienen una superficie media de 8,5 ha, de las cuales 3,8 ha son propias con título inscrito y 4,5 ha propias con tenencia irregular. El 52,4% de la superficie que poseen las familias no cuenta con título de propiedad regularizado.
El 53,1% de las explotaciones no tiene e riego, 36,6% presenta una superficie con riego menor a 1.000 m2, considerada insuficiente para la horticultura comercial. Solo 10,3% tiene superficie con riego igual o mayor a 1.000 m2, suficiente para una horticultura comercial.
En relación con el acceso a instrumentos de fomento productivo, 6,2% de las familias tuvo crédito productivo, mientras 7,6%, accedieron a incentivos a la producción, todos ellos corresponden al programa de Recuperación de Suelos Degradados administrado por el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), agencia estatal a cargo del fomento de la pequeña agricultura. Las tres fuentes principales de ingresos son: Salarios, Subsidios Sociales y Margen Bruto Silvoagropecuario (tabla 1).

Tabla 1. Composición de los ingresos de familias mapuches ruralesc.
Table 1. Income composition of rural Mapuche families.

Este resultado muestra que entre las familias mapuches rurales también predominan las fuentes de ingresos extra-prediales, tal como se ha descrito para otros sectores rurales de Chile y América Latina. Sin embargo, las actividades por cuenta propia, donde se suma el margen bruto silvoagropecuario, el margen bruto no silvoagropecuario y el autoconsumo aportan 32,6% de los ingresos medios de las familias. Estudios recientes muestran que el aporte de la actividad silvoagropecuaria por cuenta propia en los ingresos de familias rurales de Chile y América Latina, disminuye, sin embargo en la zona rural de Galvarino, esta actividad aporta en promedio un tercio del ingreso de las familias mapuches.
Estas cifras también muestran la relevancia que aún tiene la actividad agropecuaria por cuenta propia en los ingresos familiares, a pesar que en Galvarino se desarrolla una agricultura tradicional de secano que no ha incorporado tecnologías intensivas de producción.
Al comparar la composición del ingreso de estas familias con los datos de Bengoa y Valenzuela de 1984 (4), se observa una significativa reducción del aporte del autoconsumo (desde 40,3% a 7,4%) y de la venta de productos agropecuarios (desde 32,4% a 19,3%) en el ingreso, mientras el aporte de los salarios aumenta desde 13,7% a 39,3%. Además se incorporan nuevas fuentes de ingresos, tales como subsidios sociales y actividades por cuenta propia no agrícolas.
De las 145 familias encuestadas, 29,7% estaba en condiciones de pobreza y 70,3% no eran pobres, 9,7% de las familias eran indigentes y 20% pobres no indigentes (tabla 2, pág. 277).

Tabla 2. Distribución de las familias por condición de pobreza.
Table 2. Distribution of families according to poverty condition.

El análisis de conglomerados ha permitido construir tres tipos de estrategias de ingresos, las cuales dan cuenta de la diversidad de formas de organización económica de las familias:

• Tipo Venta de Mano de Obra: este tipo representa 54,5% de las familias de la muestra, en este grupo, el 61,9% del ingreso es aportado por salarios, 15,7% por subsidios sociales y 10,3% por el margen bruto silvoagropecuario (figura 2). A pesar del predominio de los salarios, las actividades económicas por cuenta propia suman 20,4% del ingreso familiar.


Figura 2. Composición porcentual de los ingresos por tipo de estrategia.
Figure 2. Percentage composition of income by type of strategy.

• Tipo Dependencia: aquí 64,5% del ingreso es aportado por subsidios sociales, 9,7% por salarios y 8,2% por autoconsumo. Este tipo representa el 26,2% de las familias. Las actividades por cuenta propia suman 21,2% del ingreso familiar.
• Tipo Actividad Silvoagropecuaria: en este tipo, el 57,7% del ingreso es aportado por el margen bruto silvoagropecuario, 11,2% por el autoconsumo y 6,8% por el margen bruto no silvoagropecuario. En total, 75,7% del ingreso es aportado por actividades por cuenta propia. Este tipo representa el 19,3% de las familias.

Estos tres tipos tienen en común la existencia de una fuente principal de ingresos (salarios, subsidios o actividad silvoagropecuaria), la cual es complementada con fuentes secundarias, estas características permite clasificar estas estrategias como estrategias de pluriactividad.
El tipo Venta de mano de obra tiene el mayor ingreso medio, y el tipo Dependencia el menor ingreso medio. La distribución del ingreso per-cápita es similar para los tres tipos (tabla 3).

Tabla 3. Ingreso familiar total e ingreso per capita por tipo de estrategia.
Table 3. Total family income and per-capita income by type of strategy.

El tipo Dependencia tiene la familia mas pequeña con 3,5 miembros, la mayor edad media con 48,3 años y la menor escolaridad media de los mayores de 15 años con 4,4 años de estudios. El tipo Dependencia también tiene el menor número de personas en edad activa, con una media de 1,5 personas y su jefe de explotación muestra la mayor edad media con 61,5 años de edad (tabla 4). Estas características permiten relacionar el tipo Dependencia con familias más longevas, de menor escolaridad y menor disponibilidad de fuerza de trabajo.

Tabla 4. Valores medios de variables por tipo de estrategia de ingresos.
Table 4. Average values of variables by type of income-earning strategy.

El tipo Venta de Mano de Obra tiene la familia más grande con 4,7 miembros y la menor edad media (31,6 años). Tiene 2,8 personas en edad activa y 1,4 personas asalariadas (tabla 4, pág. 278). Estas características permiten relacionar la estrategia de venta de mano de obra con familias más numerosas y jóvenes.
No es posible relacionar esta estrategia con una mayor escolaridad de sus miembros en edad activa, ya que el tipo Venta de mano de obra muestra una menor escolaridad media que el tipo Actividad Silvoagropecuaria (tabla 4, pág. 278).
Los empleos asalariados de los trabajadores mapuches son mayoritariamente temporales (tabla 5, pág. 280) y no calificados, por tanto son empleos que no otorgan una certeza de ingresos permanentes a las familias.

Tabla 5. Distribución de características de las familias y explotaciones por tipo de estrategia.
Table 5. Household characteristics distribution by type of income earning strategy.

 

Respecto de la tierra y su tenencia, no se observan diferencias en la distribución de la superficie total ni de la superficie con tenencia irregular entre tipos. En cambio, se observan diferencias en la distribución de la superficie propia con tenencia regularizada:

• El tipo Actividad silvoagropecuaria tiene la mayor superficie propia con tenencia regularizada, con 6,8 ha.
• El tipo Venta de mano de obra tiene la menor superficie propia con tenencia regularizada, con 2,8 ha (tabla 4, pág. 278).
• Este hecho permite relacionar la propiedad de la tierra con la estrategia de producción silvoagropecuaria. También se constatan diferencias en la distribución de los activos por tipo (tabla 4, pág. 278).

No se observan diferencias en la distribución del sexo del jefe de explotación entre tipos de estrategiasd. Sí se observan diferencias en la distribución de las familias por etapa de desarrollo y tipoe:

• El tipo Dependencia tiene la mayor proporción de sus familias en etapa de sustitución (68,4%).
• Los tipos Actividad silvoagropecuaria y Venta de mano de obra tienen la mayor parte de sus familias en formación, con 39,3% y 38% respectivamente (tabla 5, pág. 280).

En relación con el arriendo de maquinaria agrícola y contratación de mano de obra, no se observan diferencias en la distribución por tipo de estrategia. Tampoco hay diferencias en la distribución de acceso a asistencia técnica, incentivos al fomento productivo o crédito productivo.
El resultado de la prueba de Chi-cuadrado muestra que no hay diferencias significativas en el índice de pobreza entre los tres tipos (tablas 6 y 7), lo cual puede ser explicado al observar que estos tipos representan estrategias en las cuales predominan fuentes de bajos ingresos en una zona con escaso dinamismo económico. Estas fuentes de ingreso son: la agricultura de secano, de baja productividad asociada con la producción de madera, leña y carbón, tres productos de bajo precio en los mercados locales; el trabajo asalariado en empleos mayoritariamente temporales y no calificados, y la obtención de subsidios sociales.

Tabla 6. Distribución de las familias pobres y no pobres por tipo de estrategia.
Table 6. Distribution of poor and non-poor families by type of strategy.

Tabla 7. Prueba de chi-cuadrado para tabla 6.
Tabla 7. Chi-square test for table 6.

Conclusiones

Tres tipos de estrategias de obtención de rentas han sido descritos para las familias mapuches rurales del valle de secano de Galvarino: Venta de mano de obra, Dependencia y Actividad silvoagropecuaria, los cuales representan 54,5%, 26,2% y 19,3% de las familias respectivamente. Estos tres tipos corresponden a estrategias de diversificación de fuentes de ingresos o de pluriactividad, aunque en cada una de ellas predomina una fuente principal de ingresos: salarios, actividad silvoagropecuaria o subsidios sociales.
Estos tipos de estrategias de obtención de ingresos se relacionan con las etapas de desarrollo de las familias: las familias en etapa de sustitución, es decir aquellas con jefes de hogar mayores de 60 años, desarrollan estrategias de dependencia de subsidios sociales. Si la tendencia de la población mapuche rural es el envejecimiento, y no se desarrollaran en el territorio actividades económicas demandantes de fuerza de trabajo, sería esperable que en el futuro las estrategias de dependencia de subsidios sociales predominaran en sectores rurales de Galvarino, y en otros de similares características. Las familias más jóvenes desarrollan estrategias de venta de mano de obra o producción silvoagropecuaria. Las diferencias en la distribución de la superficie propia con título entre los tipos Actividad silvoagropecuaria y Venta de mano de obra, sugiere la hipótesis que hay una relación entre la disponibilidad de tierra propia con tenencia regularizada y la magnitud de la actividad agropecuaria de las familias.
En relación a la hipótesis del estudio, los resultados muestran que la distribución de la pobreza es independiente del tipo de estrategias de obtención de ingresos que desarrolla la familia. Este resultado debe ser entendido en el contexto de una comuna donde se registró un aumento del índice de pobreza entre 2003 y 2006, cuya principal actividad económica es la producción forestal, caracterizada por una demanda de mano de obra no calificada y estacional. Además, las actividades productivas más importantes de las familias mapuches son fuentes de bajos ingresos: una agricultura de secano, con baja incorporación de tecnologías y escasa inserción en mercados dinámicos, y una producción forestal de productos con bajo valor agregado y bajos precios: madera para la industria de celulosa, leña y carbón.

Nota

a Prueba de Mann-Whitney - Mann-Whitney test.

b Prueba T (significación 0,05) - T-test (significance 0.05).

c Los ingresos están en Miles de pesos del año 2006. Income expressed in thousands of Chilean pesos, year 2006.

d Prueba de Chi Cuadrado (significación 0,076) - Chi-square test (significance 0.076).

e Prueba de Chi Cuadrado (significación 0,002) - Chi-square test (significance 0.002).

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