RESEÑAS

Libro: Gaza. Seguimos siendo humanos
Vittorio Arrigoni
Editorial Ceibo, Santiago de Chile, 2014 (182 pp.)

Pablo Rivas Pardo

Licenciado en Ciencia Política de la Universidad Diego Portales, Chile. E-mail: p.rivas.pardo@gmail.com

Este libro, cuyo título original en italiano es Gaza. Restiamo umani, fue publicado en el año 2009, editándose al año siguiente la versión en castellano. En Chile se publicó en 2014, como parte de la colección de Ceibo Ediciones. Teniendo en cuenta esto, ¿por qué y para qué comentar un libro cuya primera versión no es del año, aún más si su relato es contingente de inicios del año 2009?
La respuesta es simple ­­–y basada en toda lógica–: cuando un libro es editado cinco años después de su primera edición, tiene algo que contar y, por mucho que el tiempo haya pasado, existe atingencia en su conocimiento y difusión. En este caso el editor no se equivocó; el libro tiene una narración en primera persona de gran valor.
La narración de "tres semanas de masacre", como Arrigoni lo señala, se sitúa en la Franja de Gaza, entre los meses de diciembre de 2008 y enero de 2009, contando los efectos de la operación militar Plomo Fundido del Estado de Israel. En sus 182 páginas, el libro suma lo que el reportero italiano escribió en su blog durante esos días, asumiendo la postura de denunciar el exceso de poder de fuego del Estado de Israel, la desproporcionalidad de la fuerza, la inacción de la sociedad internacional y la necesidad de paz entre ambas partes.
El relato de los sucesos no deja indiferente al lector. La sensibilidad con que se describen los hechos acontecidos es dramática. Quien recorra el libro, podrá imaginar la ocupación militar, el cemento convertido en granito y el ruido caótico de los cohetes. Arrigoni ocupa la palabra "genocidio" y la alegoría "Guernica Gaza", que ayudan imaginar lo que transcurrió con la operación Plomo Fundido.
¿Exagerado? No, no lo es. La burocracia de la guerra ha llegado a una racionalidad terrorífica. A modo de ejemplo, el autor relata cómo las Fuerzas de Defensa de Israel lanzan panfletos desde el aire para avisar de sus bombardeos:
debido a los actos terroristas con que los terroristas presentes en vuestra zona están atacando Israel, las Fuerzas de Defensa de Israel se han visto obligadas a responder inmediatamente y actuar de esta manera en vuestra zona. Os exhortamos, por vuestra seguridad, a evacuar inmediatamente la zona (p. 79).
Sin embargo, no basta lo anterior para comprender el conflicto; es necesaria la cuantificación. Tras tres semanas de ataque de una fuerza militar sofisticada y con gran poder, se afectaron "21.000 edificios civiles, 57 centros médicos, 51 edificios y 59 escuelas ONU, 1.500 fábricas y comercios, 20 redes de abastecimiento de agua" (p. 136).
En cuanto a las cifras de fallecidos y heridos, tanto palestinos e israelíes –que por pudor es mejor no colocar–, demuestran la desproporcionalidad de la fuerza aplicada por el Estado de Israel. Inclusive, pensando de manera ecuánime, Hamas ha atacado y atacó con cohetes a la población de Israel, por lo cual existe el derecho a la legítima defensa, pero el resultado final de la operación Plomo Fundido demuestra la ilegitimad de los hechos del Estado de Israel.
Una reflexión que deja la lectura es que la afirmación de que Israel está armado en razón de la inseguridad que le dan los territorios palestinos es falsa, lo que se explica por sí solo. Además, en Gaza no existen fuerzas armadas regulares y su población civil sigue siendo un objetivo para las Fuerzas de Defensa de Israel.
Luego de los hechos, ¿qué ocurre? La vida en Gaza sigue siendo dificultosa, la libertad de trabajo, de comercio y libre circulación no existen, la ocupación es quien las dirige.
Vittorio Arrigoni sugiere "seguir siendo humano"en este caos, lo que puede llegar a ser una condición muy exigida e inalcanzable.
Como último dato, la primera gran impresión del libro ocurre antes de entrar a sus páginas. En las solapas de las tapas, se indica que Vittorio Arrigoni fue torturado y asesinado en el año 2011 en Gaza. Es por esto último, y por todo lo anterior, que es bueno leer de primera fuente los relatos de la operación Plomo Fundido y la realidad gazatíe.