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Temas y Debates

versión On-line ISSN 1853-984X

Temas debates (En línea)  no.39 Rosario jun. 2020

 

RESEÑAS

Libro: Hobbes, el hereje: teología, política y materialismo
Cecilia Abdo Ferez, Diego Fernández Peychaux y Gabriela Rodríguez Rial (Comps.)
EUDEBA, Buenos Aires, 2018 (240 pp.)

 

Ignacio Moretti

Docente de la Universidad de Buenos Aires, Argentina. E-mail: lic_moretti@yahoo.com.ar

Toda historia de la filosofía política ineludiblemente posee como trasfondo cierta selección de autores emblemáticos, de matrices de pensamiento y mapas conceptuales medulares, en función de la direccionalidad de la cual es objeto dicha rememoración. Asimismo, este recorte se reproduce hacia el interior mismo del análisis de los diversos autores abordados, realzando ciertos conceptos e invisibilizando otros. De esta forma, se edifica una historia que se funda, si se quiere, en un accionar deliberado de evocación, fijación y reconocimiento de ciertas teorizaciones, y conjuntamente en el borramiento, minimización u opacidad de otras aristas del pensamiento. Este modus operandi implica, de manera necesaria, pensar un abordaje que evite –merced a estos “olvidos deliberados”– edificar estereotipos conceptuales erróneos, así como también la omisión e indiferencia respecto de autores o conceptualizaciones de relevancia para entender, justamente, el devenir de dicha historia.
En este marco, las diversas interpretaciones e historias de la filosofía política, por lo general, han intentado encuadrar la teoría hobbesiana, de forma unilateral, hacia el interior de una cosmovisión, ideología o teoría del pensamiento. Todas estas interpretaciones, sin lugar a dudas, iluminan y ponen el acento en ciertas características presentes en la teoría hobbesiana pero, al mismo tiempo, fuerzan dicha teoría, en la vorágine por inscribirla definitivamente en el interior de un sistema de pensamiento, siendo indiferentes con respecto a otras características también vigentes en los análisis de Thomas Hobbes. Así, hacia el interior de este juego de luces y sombras, el impulso por la etiquetización y encasillamiento conspira contra el abordaje integral, y en toda su complejidad, del pensamiento de Thomas Hobbes. Estas tendencias interpretativas se refuerzan al adentrarse en las facetas menos transitadas por parte de las interpretaciones canónicas, como ser la relación entre la política, la religión y la teología.
En este marco de análisis conceptual crítico se ubica el reciente trabajo Hobbes, el hereje: teología, política y materialismo, compilado por Cecilia Abdo Ferez, Diego Fernández Peychaux y Gabriela Rodríguez Rial, texto que se inscribe y que trasciende las posturas tanto teístas como securalistas predominantes en el abordaje del campo de estudios sobre Thomas Hobbes y cuyo estado del arte es magistralmente explicitado por Andrés Di Leo Razuk (2018) en su libro La Noción de Dios en Hobbes. Una aproximación teológico-política. Esta compilación es tributaria del libro de Di Leo Razuk y retoma gran parte de sus discusiones. La reflexión teórica-política que se pretende, sin embargo, excede con creces el objetivo de acercar aportes novedosos respecto de la religión, la teología y el materialismo, sino que ensaya un rescate de Thomas Hobbes como pensador contestatario y subversivo merced al despliegue de un materialismo racionalista. Esta trama herética rivaliza con la percepción de hallarse frente a un pensador político conservador. Allí reside el gesto desafiante de este Hobbes como pensador hereje.
Este retrato conceptual del pensamiento de Thomas Hobbes discurre a través de 9 escritos de diversos catedráticos de las ciencias sociales, con anclaje nodal en la filosofía y ciencia política. Los textos poseen diversa entidad, profundidad, tono y método entre sí, conviviendo traducciones con textos de reflexión; abordajes de suma originalidad con textos que revisitan interpretaciones teóricas de antaño. Esta pluralidad enriquece, a la vez que complejiza, en muchos casos, la consolidación del hilo conductor expuesto con anterioridad. Finalmente, se trata de un texto de divulgación, de contribución a la reflexión teórica sobre una dimensión del pensamiento hobbesiano más nombrada que efectivamente explorada en toda su profundidad y contradicción.
El primer apartado –“Un campanario que sostenga el cielo”– está a cargo de Diego Fernández Peychaux, quien retoma las célebres polémicas de Thomas Hobbes con John Bramhall y los intercambios con René Descartes. Esta lógica controversial con sendos contrincantes permite dilucidar el espesor teórico y densidad conceptual de su obra. Las presuntas anomalías o inconsistencias del corpus hobbesiano son revisitadas como signos de su magnetismo y complejidad, así como de su profundidad para comprender el curso de la modernidad.
Seguidamente, Rodrigo Otonello –“El homoousianismo político-religioso de Hobbes”– retoma el señalamiento del anterior apartado: las ambigüedades o titubeos hobbesianos son aparentes; por el contrario, representan de forma cabal su profundidad y relevancia teórica. El autor concibe a Hobbes desde un juego deliberado de cautelas y osadías que es necesario desentrañar para comprender –hacia el interior de ese equilibrio inestable– sus argumentos y posicionamientos. Desde este horizonte de comprensión se adentra en el análisis del primer concilio ecuménico de la cristiandad en el año 325: El Concilio de Nicea. Las reyertas y querellas desplegadas en dicho Concilio, las definiciones arribadas y el sopesamiento realizado por Thomas Hobbes de esas definiciones se constituyen en huellas nodales para comprender su filosofía política.
El tercer capítulo nos trae una de las sorpresas de esta compilación: la traducción, a cargo de Cecilia Abdo Ferez, del Capítulo N° 3 de Bredekamp, Horst: Der Leviathan. Das Urbild des modernen Staates und seine Gegenbilder (1651-2001).1 Su extrañeza o razón de su disonancia radica en su entidad diferencial al tratarse de la única traducción existente, así como también el tono, método y temática que aborda. Bredekamp, desde la teoría del arte y la relación entre estética y política, nos trae la importancia del frontispicio en la obra hobbesiana, entendiéndolo como signo de suma medularidad para elucidar la construcción del Estado moderno.
En el apartado titulado “La Teología política en el Leviatán”, Gabriela Rodríguez Rial bucea en la tercera (“De un Estado Cristiano”) y cuarta parte (“El reino de las tinieblas”) de Leviatán, centrando su análisis en el “reino de Dios en la tierra”, vale decir, en el régimen teológico-político del pueblo judío en el antiguo testamento. Para tal fin, la autora retoma la senda interpretativa de J. G. A. Pocock y Carl Schmitt, alejándose de Leo Strauss. Su abordaje reflexivo recorre tres ejes: el carácter materialista de los milagros, la biblia como texto político y el impacto de la concepción hobbesiana de la trinidad en la constitución del soberano.
Eduardo Rinesi, en “Las Leyes, el Poder y las Estatuas”, ilumina tres escritos originalmente no atribuidos a la autoría de Thomas Hobbes y que anticipan ciertos nodos estructurantes del pensamiento político hobbesiano. Este artículo prosigue la línea interpretativa de Rinesi (2011) –de clara inspiración en Quentin Skinner y coincidente con Sheldon Wolin (2012)– respecto del rescate de la medularidad de los significados y las palabras para comprender otra arista del Leviatán hobbesiano. Así, el estado de naturaleza hobbesiano sería definido como un estado de anarquía de la relación entre significante y significados, anarquía a la que justamente pone fin el propio Leviatán constituyéndose en el gran definidor, anclando el dispositivo del lenguaje. Se trata de un caos de signos y símbolos que clausura la constitución del soberano.
El sexto apartado es de la autoría de Cecilia Abdo Ferez, y bajo el título “El orden de los signos. Nuevas escatologías y pluralidad en Hobbes”, bucea en las aguas de la lectura hobbesiana de la historia judeo-cristiana, presentes en las partes III y IV de Leviatán. Esta mirada sería medular y fructífera para abordar las especificidades de su teología política. Dicha teología política, trayendo a colación la mirada crítica de Erik Peterson en su reyerta con Carl Schmitt, radicaría en una singularidad determinante y demuestra la honda complejidad del pensamiento de Thomas Hobbes: una teología política con condiciones de posibilidad, siempre y cuando se fundamente en una restricción de dicha teología. Vale decir, al final de cuentas, que Hobbes nos presentaría una teología política posible pero encorsetada, maniatada.
James Martel –“Hobbes y los profetas”– nos introduce a una temática nueva en la compilación: la figura de los profetas hebreos, su función, entidad y significancia en el interior del entramado hobbesiano. El profeta, como indica Martel, deviene en una forma de poder en franca oposición al poder de la soberanía política secular. Se trata de la persistencia de un nodo de autoridad tradicional o anticuada no subsumida al poder del soberano común moderno; vale decir, un poder disruptivo que su existencia socava y mina la forma de autoridad moderna que inaugura el Leviatán. A través de esta figura, Martel, de forma aguda, subraya la entidad permanentemente amenazada de la soberanía moderna para Hobbes y, por ende, nunca completamente obturada, siempre inestable.
Este tópico se encuentra continuado y profundizado por “La subversión profética: la locura de los entusiastas religiosos” de Mauro Farnesi Camellone. En este texto, se retoma la centralidad de la profecía pero en su asociación con la locura, como conducta patológica. Frente a la locura, el orden leviatánico propugna su normalización y disciplinamiento, edificando un sujeto dócil en el interior de un proceso de secularización concomitante a la institución de un dispositivo estatal de pacificación. Así, si la profecía implica divergencia y ruptura, el dispositivo hobessiano propugnará su domesticación, uniformización, sincronización y racionalización, en pos de edificar un orden homogéneo, previsible y pacífico.
El último apartado, bajo la autoría de Javier Vazquez Prieto, “Curiosidad y religión en la obra política de Thomas Hobbes”, aborda la pasión de la curiosidad en Hobbes. El autor sostiene que este escrutinio es medular para comprender la vía racional de acceso a Dios. No osbtante, la funcionalidad de esta pasión se amplía en la asociación que realiza Thomas Hobbes entre el hombre curioso y la figura del filósofo.
El recorrido conceptual que nos propone este trabajo colectivo, que intentó retratar la relación entre religión, teología y materialismo en la obra de Thomas Hobbes, nos enfrenta a una propuesta, si bien no demasiado original o novedosa, provechosa y fructífera para el enriquecimiento de los estudios existentes sobre la materia. Este libro posee las fortalezas y debilidades propias de todo ensayo bibliográfico de compilación. Si bien hay un esfuerzo tácito por sostener un hilo conductor claro y conciso, la amplitud y diversidad de la convocatoria, en algunos casos, conspira contra la unidad y homogeneidad del abordaje. Estos interrogantes sobre su coherencia global –sin por ello constituirse el texto en un planteo monolítico– pueden asimismo sopesarse como una pluralidad enriquecedora de la polifonía interpretativa de la propia teoría política hobbesiana. En cualquier caso, hubiese sido deseable y más productivo lograr una mayor semejanza y equilibrio en los tonos y temáticas abordadas.
Más allá de estos señalamientos, el trabajo de Cecilia Abdo Ferez, Diego Fernández Peychaux y Gabriela Rodríguez Rial es una contribución de relevancia a la línea de investigación floreciente sobre Thomas Hobbes, no solo en lo que respecta a la especificidad de su abordaje del papel de la religión, la teología y el materialismo en su obra, sino por el rescate de un Hobbes herético y subversivo, distante del conservadurismo que se le endilga ordinariamente. El recorrido propuesto también cuenta con la fortaleza de incorporar (y sopesar) las propias incongruencias, claroscuros y tensiones del autor de Leviatán, lejos de edificar una leyenda blanca. Mediante el uso un lenguaje docto preciso, sólidamente fundado, y claridad en su narración, el libro Hobbes, el hereje: teología, política y materialismo es un aporte fundamental en el campo de la teoría política e historia de las ideas políticas, no solo para aprehender en toda su dimensión e importancia a Thomas Hobbes, sino también para el cuestionamiento de las interpretaciones teóricas que bregan por dar respuestas y soluciones definitivas, a través de la imposición de etiquetas o adscripciones incontrastables que no hacen más que constreñir y empobrecer la riqueza propia de la filosofía política y que, lamentablemente, se encuentran a la orden del día en el interior del campo de la Teoría y Filosofía Política.

Referencias

1 Traducción original de Bredekamp, H. (2012). Der Leviathan. Das Urbild des modernen Staates und seine Gegenbilder (1651-2001). Berlín, Alemania: Akademie Verlag.

Bibliografía

1. Di Leo Razuk, A. (2018). La Noción de Dios en Hobbes. Una aproximación teológico-política. Buenos Aires, Argentina: Editorial Teseo.         [ Links ]

2. Rinesi, E. (2011). Política y Tragedia. Hamlet, entre Maquiavelo y Hobbes. Buenos Aires, Argentina: Ediciones Colihue.         [ Links ]

3. Wolin, S. (2012). Política y Perspectiva. Continuidad e innovación en el pensamiento político occidental. México D.F., México: Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

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