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Temas y Debates

versión On-line ISSN 1853-984X

Temas debates (En línea)  no.40 supl.1 Rosario dic. 2020

 

ARTÍCULOS

Relaciones Internacionales inciertas: territorio de desafíos para los profesionales de las Relaciones Internacionales

Uncertain International Relations: Challenging Territory for IR Professionals

 

Carolina Pesuto

Carolina Pesuto es docente e investigadora de la Escuela de Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario, Argentina. E-mail: caropesuto@gmail.com


resumen

La presente reflexión intenta visitar y recorrer algunos desafíos que se presentan ante el perfil profesional de los futuros graduados en la disciplina de las Relaciones Internacionales (RRII) en un mundo que se transforma vertiginosamente por la pandemia de Covid-19. Intentaremos articular el concepto de perfil profesional en RRII con algunas problemáticas del escenario internacional en sus distintos tableros que se van delineando en el plano tanto global como regional. La descripción se realizará a través del relevamiento y análisis de fuentes secundarias, así como de publicaciones de revistas científicas especializadas e informes técnicos de organismos internacionales e instituciones académicas.

palabras clave: Relaciones internacionales; Perfil profesional; Formación académica

summary

This reflection attempts to visit and explore some of the challenges that arise in the face of the professional profiles of future graduates in the discipline of international relations (IR) in a world that is rapidly being transformed by the Covid-19 pandemic. We will try to articulate the concept of professional profile in IR with some problems of the international scene in their different boards outlined in the global and regional scene. The description will be made through the survey and analysis of secondary sources such as publications of specialized scientific journals and technical reports from international organizations and academic institutions.

keywords: International relations; Professional profile; Academic training


Las Relaciones Internacionales (RRII) en la actualidad son inciertas. Si bien los acontecimientos están en pleno desarrollo, intentaremos, sin ánimo de exhaustividad, describir algunos aspectos del escenario internacional y de sus temas que se observan como ámbitos en los cuales el perfil profesional del licenciado en RRII puede o podría insertarse, y realizar aportes desde una multidimensional y crítica formación profesional, con competencias específicas y técnicas, así como conocimientos puntuales.
La temática del presente escrito intenta rescatar el trabajo realizado en el Seminario de Prácticas Preprofesionales de la Licenciatura en RRII, en cuanto a cómo el perfil profesional se nutre de aquellos conocimientos teóricos e instrumentales de la formación disciplinar, que se ponen en juego al dar respuesta a interrogantes y problemas en relación con las competencias profesionales en sus recorridos de inserción. Desde la Escuela de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencia Política y RRII de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) se diseñó e implementó un programa de prácticas preprofesionales para los estudiantes del ciclo superior de la carrera de Licenciatura en RRII a partir de 2015. El seminario cuenta ya con más de ciento cincuenta estudiantes que transitaron por la experiencia. Ellos llegaron a empresas, ámbitos públicos y Organizaciones No Gubernamentales. Bajo tutoreos y acompañamiento, llevaron adelante planes de trabajo y actividades que complementan su formación académica.
La etapa de finalización de una carrera de grado y el comienzo de la inserción profesional en el mundo del trabajo implican la conexión entre dos mundos con lógicas diferentes. La trayectoria de inserción en el universo laboral supone un proceso de preparación y conformación del sujeto y, a la vez, implica un abordaje, dominio y manejo de un cuerpo de conocimientos teóricos e instrumentales sobre una disciplina.
La actividad de práctica preprofesional, centrada en planes de trabajo preacordados, está orientada al desarrollo de competencias para el desempeño laboral en diversos ámbitos. De ese modo, logra mejorar la conexión de las incumbencias y finalidades de la futura profesión. La experiencia adquirida en contextos de inserción laboral es percibida como enriquecedora y formativa por parte de los estudiantes y tutores.
En el caso de los graduados en RRII, el mayor desafío que se plantea es la identificación de las competencias profesionales del campo, dado que la disciplina no cuenta con una delimitación categórica de sus incumbencias en comparación con otros perfiles o profesiones. Es así que el concepto de perfil profesional en RRII es abordado y trabajado desde el seminario de prácticas preprofesionales a través de debates y reflexiones retroalimentadas por las vivencias y experiencias de prácticas. El proceso de observación se concreta a través de notas descriptivas y guías orientativas, diálogos y seguimientos que son volcados a modo de conclusiones en los informes finales integradores de los estudiantes. A lo anterior se suma la presentación de informes finales detallados por parte de los tutores institucionales al concluir cada año.
Cabe aclarar que los contenidos de los informes finales son procesados y analizados cualitativa y cuantitativamente, y son ricos en aportes de mediciones anuales sobre la implementación. También en ellos se realizan recomendaciones de ajustes del programa que son presentados en coloquios finales con estudiantes y también con instituciones sedes. Todo lo anterior es tenido en cuenta como fuente. A esto se suma el diseño e implementación en 2018 de una encuesta a graduados por parte del equipo docente del seminario, la cual produjo información actualizada sobre cuáles son los ámbitos y sectores de inserción de graduados de nuestra carrera (Martínez y Pesuto, 2018).
Consideramos que el campo de inserción profesional para RRII se caracteriza por ser variable, amplio, flexible y en constante expansión. Lo anterior se puede observar en la diversidad e intensidad de aspectos y asuntos internacionales que están presentes, cada vez más frecuentemente, en las realidades económico-sociales de nuestro entorno gubernamental y empresario, y de la sociedad civil. Estos aspectos amplifican las oportunidades para requerir de profesionales dispuestos y capaces de analizarlas, comprenderlas y gestionarlas en diversos ámbitos.
Como ya mencionamos, es interesante describir y destacar transformaciones de las RRII en pandemia, y cómo dichas reconfiguraciones ofrecen oportunidades a los profesionales de las RRII para el despliegue de su desempeño profesional a través de preguntas que motoricen investigaciones empíricas, desarrollos técnicos e innovaciones en políticas; asesoramiento en ámbitos públicos y privados o a entidades o movimientos de la sociedad civil de un mundo que se transforma

Reconfiguración de las RRII y cooperación multilateral

El mundo se encuentra en una crisis humanitaria y sanitaria sin precedentes. La característica de nuestro futuro inmediato es la incertidumbre y la crisis en todas las dimensiones de la realidad afectadas por la pandemia de Covid-19. Los impactos se extienden más allá del aspecto sanitario, y llegan a los ámbitos económico, social y de desarrollo, que se verán perjudicados en el corto y mediano plazo. El orden internacional se encuentra en plena reconfiguración, mientras la comunidad internacional enfrenta realidades marcadas por la severa emergencia humanitaria, económica y social.
La observación de las dinámicas y tendencias de los diversos tableros del sistema internacional entrelazados entre sí revela un aumento de las contradicciones y tensiones sistémicas que se vienen acumulando desde antes de la llegada de la pandemia (Tokatlian, 2020: 50).
En el plano de la competencia geopolítica y económica, definitoria del orden internacional, la declinación de la hegemonía de Estados Unidos y el ascenso de China como potencia global es el rasgo saliente del sistema internacional actual. El despliegue realizado en el combate al coronavirus por parte de ambos países evidencia una contraposición de proyectos de poder con implicancias políticas, económicas y militar-estratégicas. El avance de China en acciones de cooperación en la lucha contra el coronavirus y su diplomacia de las mascarillas es la contracara de los vacíos dejados por Washington, incluso en su vínculo con socios históricos, como los europeos.
Por otro lado, las interacciones entre Estados y sociedades, así como la arquitectura institucional que las sostienen, también se encontraban en un proceso de decadencia y cuestionamiento desde antes del ingreso a esta crisis pandémica. La retracción del multilateralismo en el sistema internacional ha estado asociada a la crisis del internacionalismo liberal y a la crisis de hegemonía de Estados Unidos. Así lo muestran el deterioro y la parálisis de la arquitectura multilateral mundial, especialmente del sistema de las Naciones Unidas, lo cual genera efectos de ineficiencia en sus acciones globales y cuestionamientos a la transparencia en la gestión de los recursos disponibles (Malacalza y Hirst, 2020).
La crisis del multilateralismo y de las organizaciones intergubernamentales, y el ascenso de los nacionalismos, son otros rasgos salientes del sistema internacional actual. Allí se configura una serie de situaciones problemáticas que merecen ser abordadas desde el campo profesional de las RRII con perfiles analíticos y de investigación. Los graduados en RRII que enfoquen preferencias hacia la asesoría política internacional y la negociación pueden resultar de gran valor en estos contextos.
Las principales respuestas a la crisis pandémica fueron concebidas desde los niveles nacionales: los abordajes a través de políticas, iniciativas y recursos fueron diseñados como un tema de seguridad interna y se apela a la plena autonomía de gestión de cada gobierno nacional. Una pregunta que surge es cómo ampliar la cooperación y la solidaridad a niveles regionales y multilaterales para el logro de respuestas ante la pandemia de Covid-19 y revertir en el mediano plazo los costos que se pagan por seguir diferentes –y hasta contradictorias– estrategias en los niveles nacionales (ONU, 2020a). Las respuestas colectivas con empuje político, acompañadas por una sustantiva inyección de recursos para el fortalecimiento de la capacidad de provisión de bienes públicos en todo el planeta, pueden ser los ejes que permitan imaginar escenarios de recomposición en los cuales la cooperación y el multilateralismo se tornen posibles.  
Se pueden rescatar experiencias de los organismos especializados y regionales que dieron respuestas multilaterales a la pandemia. Es el caso del Plan de Respuesta Humanitaria Global y la dinamización del Fondo Central de Respuesta a Emergencia de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA), con aportes a través de informes de valor y diagnóstico. También se pueden destacar la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, la OIT y la UNECA de África y CEPAL de América Latina y el Caribe (ONU, 2020b). Estas experiencias regionales podrían nutrir investigaciones empíricas y de casos que configuren insumos para repensar y recrear el impulso hacia el multilateralismo a nivel global, y la cooperación en las RRII desde desempeños profesionales.   

Emergencia sanitaria en Latinoamérica

La región latinoamericana se encuentra hoy en el epicentro de la pandemia. Según estimaciones de la CEPAL, América Latina y el Caribe evidenciarán una caída del producto interno bruto (PIB) de -9,1% en 2020. Ello conlleva un aumento de los impactos externos negativos sobre la región en relación con los aspectos comerciales, los términos del intercambio, del turismo y de las remesas. En cuanto a lo interno, la crisis generará mayor desempleo –tasa de desocupación estimada en 13,5%– y pobreza –37,3% del total de la población–, así como mayor desigualdad en la distribución del ingreso (el índice de Gini se incrementaría entre un 1% y un 8%) (CEPAL, 2020b).
Las respuestas delineadas por los gobiernos de nuestra región al presente desafío han venido de políticas nacionales, tales como grandes paquetes de medidas fiscales para hacer frente a la emergencia sanitaria y aliviar los efectos sociales y económicos. En tanto, se han verificado escasas acciones de cooperación entre países en el escenario global. La arquitectura de cooperación y concertación latinoamericana –prolífica en acuerdos, ya sea de integración económica como de diálogo político intergubernamental– no se ha activado en la coyuntura.
La multiplicidad de acuerdos y alianzas firmados por nuestros países padece de una baja armonización, revisión e interconexión de reglas y normativas. Todo lo anterior aumenta el solapamiento normativo y reglamentario, así como la baja efectividad en los logros. La coordinación interestatal con intercambio de información, la dinamización del diálogo en agendas urgentes como la sanitaria, la financiera y plataformas ad hoc estuvieron ausentes, al igual que los acuerdos bilaterales entre gobierno y empresas para asistencia humanitaria.
En sus diagnósticos y recomendaciones, la CEPAL alienta a los gobiernos de la región a avanzar hacia el logro de sociedades menos desiguales. Esto debería constituirse en el centro de una estrategia que supere con eficacia la pandemia y logre una recuperación económica sostenible a través de un nuevo pacto social en la región. Dicho pacto es concebido como un instrumento político basado en un diálogo amplio y participativo, que produzca acuerdos para enfrentar la contingencia y repensar la reactivación post-pandemia de Covid-19 (Bárcena, 2020).
Los acuerdos políticos a nivel nacional frente a la crisis sanitaria podrían ser fortalecidos si son enmarcados en redes de cooperación internacional y apoyo a nivel latinoamericano. Estos espacios configuran ámbitos de potencial aporte para el perfil de los internacionalistas. Resultan atrayentes los análisis sobre cómo la arquitectura de integración y concertación regional –ALADI, SELA, CAN, Mercosur, SICA, Caricom, ALBA, UNASUR, CELAC, Alianza del Pacifico, ProSur–, con sus estructuras institucionales, funcionarios, normas y presupuestos, podrían ampliar el espacio de política, mediante la articulación de agendas, actores e intereses entre lo nacional y lo internacional.

El Estado, respuesta a la pandemia

Otro rasgo de la política mundial que acentúa su presencia desde hace décadas es la globalización financiera. Sostiene la preeminencia de intereses, agentes e instituciones financieras que aceleraron el desmantelamiento del Estado de bienestar y ampliaron la desigualdad en las sociedades (Tokatlian, 2020). La preponderancia del capital financiero viene creciendo desde el fin de la Guerra Fría y genera una reconfiguración en la relación Estado-sociedad-mercado. Lo anterior ha impactado en la dinámica de la comunidad internacional, y erosionó los atributos de soberanía tradicional de los Estados.
Si bien, como mencionamos, las respuestas a la crisis han devuelto la centralidad al Estado en distintos países, las capacidades estatales, sus funciones y aptitudes se encuentran debilitadas y disminuidas para hacer frente a la emergencia. Dicha respuesta empuja a los países desarrollados a enfrentar una doble crisis: sanitaria y económica. Sin embargo, la crisis en los países subdesarrollados es triple: sanitaria, económica y social, dado que la informalidad de los mercados laborales y la precariedad de los Estados de bienestar multiplican las penurias y dificultan las respuestas (Malamud y Carreiras, 2020).
 En el plano doméstico, las dinámicas políticas internas muestran una regresión de la democracia liberal en el mundo, sumado a un aumento de las plutocracias, la reafirmación de regímenes autoritarios y el estancamiento de proyectos progresistas. Los conflictos de clase, étnicos y religiosos siguen elevándose en intensidad y alcance (Tokatlian, 2020).
La democracia enfrenta tiempos turbulentos. El crecimiento de las economías asiáticas, así como el hundimiento de las sociedades occidentales en la desigualdad económica, ha ido acumulando frustraciones y un aumento de la percepción de que a los demás les va mejor que a nosotros, que suele impulsar a las calles a la ciudadanía rebelada (Malamud, 2019).
En este plano, los debates refieren a qué características podrá tener el Estado que surgirá después de la pandemia. ¿Será más inclusivo y cooperativo, o se acentuarán las tendencias a la xenofobia, la desigualdad y el fundamentalismo en las dinámicas internas, con repercusiones en el plano externo? ¿Las propensiones hacia nacionalismos agresivos se acentuarán, o podrán revertirse con un cosmopolitismo de consensos ampliados, construidos desde proyectos políticos inclusivos y una sociedad civil internacional activa y comprometida? Aquí los perfiles profesionales que mayormente pueden aportar serán aquellos que enfoquen su carrera hacia estudios comparativos en RRII, conformados por equipos interdisciplinarios y estudios multidimensionales.

Diplomacia de la salud, un nuevo emergente

La pandemia se manifiesta a escala planetaria y se intenta hacerle frente por medio de políticas nacionales: ya mencionamos que son escasas las acciones concertadas entre países. La cooperación se vuelve difícil, porque la prioridad de acción está puesta en el propio país, y en los grandes laboratorios y universidades que compiten para ganar la carrera de creación y desarrollo de vacunas.
La OMS ha logrado un protagonismo inusitado a nivel del sistema internacional. Su rol ha contribuido a la definición de políticas sanitarias nacionales, tanto como a las expectativas mundiales en cuanto a los procesos de contagio, la vigilancia de los procesos epidémicos y del alcance de su propagación y las opciones de su contención. El activo más valioso de la OMS se apoya en la red de vínculos que mantiene con los centros de excelencia de la investigación científica y las organizaciones sanitarias de todo el globo, y desde allí se alimentan la transmisión y circulación de conocimientos y la cooperación médica internacional.
Este es el territorio de la diplomacia de la salud, que debería avanzar con relativa independencia política, esquivando las presiones de los intereses privados y las crecientes condicionalidades impuestas por la agenda de la securitización. Paralelamente, sin embargo, las disputas por el poder mundial han afectado a la OMS, la cual sufre las consecuencias de la confrontación entre Estados Unidos y China. Estas tensiones comprometen el sostenimiento financiero y también la autonomía de sus deliberaciones. Son cada vez más visibles los problemas para depurar el burocratismo cotidiano, lidiar con limitaciones presupuestarias, resistir presiones de la industria farmacéutica transnacional y mantener cierto margen de maniobra frente a las agendas que le imponen las organizaciones filantrópicas –por ejemplo, la Fundación Bill y Melinda Gates–, así como el desafío de preservar su autoridad normativa frente al espacio de poder que conserva el Banco Mundial para prescribir y moldear los programas de salud en el amplio abanico de países que dependen de su apoyo (Marieke, 2020).
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) es otro de los organismos de alto perfil en esta dramática coyuntura. Tuvo una temprana reacción ante la pandemia con su red de vínculos con otros centros de investigación científica en salud, al promover el intercambio técnico a fin de brindar respuesta a la crisis sanitaria, la intermediación en la compra de insumos y la gestión de los testeos.
El recorrido por algunos aspectos de la diplomacia de la salud revela que falta camino por recorrer en cuanto a problematizar sobre actores, conflictos, intereses, acciones y disputas desde nuestra perspectiva disciplinar. Lo anterior se revela como poco estudiado y abordado por los profesionales de las RRII. La profundización y especialización en esta problemática podría ser un interesante campo que se abre más allá de la coyuntura hacia un desarrollo profesional a mediano plazo.

El impacto económico de la crisis sanitaria  

El avance global de la pandemia está generando un colapso en la economía mundial de magnitud, solo comparable a la gran depresión de los años treinta, con la particularidad de que se trata de una recesión que afecta todas las economías del mundo en simultáneo. En un informe, la CEPAL proyecta para 2020 una caída del 3,8% en Estados Unidos, del 5,7% en la Eurozona y una contracción del 5,3% en América Latina (CEPAL, 2020a).
Para la economía argentina, se pronostica un descenso del 6,5% en 2020. Esa proyección coincide con la que hizo el Ministerio de Economía en el marco de la negociación de la deuda con los acreedores externos (Manzanelli, Calvo y Basualdo, 2020). La necesidad de un despegue económico resulta crucial, y la salida exportadora constituye un eje central en dicha estrategia. La obtención de un superávit comercial a través de un crecimiento de las exportaciones constituye un despegue genuino hacia la obtención de divisas para hacer frente a los compromisos externos y encarar un paulatino proceso de reactivación económica. El desafío para lograr ganancias en ventas externas es doble, ya que se reducen tanto los precios como las cantidades exportadas, en virtud de que el impacto de la pandemia está siendo especialmente intenso en algunos de los principales socios comerciales de la Argentina, como Brasil, China y Estados Unidos, que en 2019 representaron en conjunto la mayor porción del total exportado.
En este contexto, los pronósticos sobre recuperación de actividad económica estarían marcados en buena medida por la evolución de las exportaciones y por el grado de reducción de los vencimientos externos que se lograría con la reestructuración de la deuda externa pública. En estos aspectos, los profesionales de las RRII tienen aportes para hacer. Sabemos, según el relevamiento realizado, que uno de los perfiles que mayormente crece entre nuestros graduados es aquel que aporta con instrumentos y saberes técnicos a la internacionalización de empresas, estudios de mercados externos y diseño de estrategias de comercio internacional para empresas globales (Martínez y Pesuto, 2018).
Cabe mencionar que falta un trecho por recorrer en relación con el desarrollo de competencias y conocimientos sobre gestión de finanzas internacionales, así como de negociaciones sobre el mercado de capitales a nivel internacional. Esta es un área poco explorada y desarrollada por nuestros graduados hasta el momento. En el contexto actual, se produce una caída de los mercados de capitales. Este hecho afecta las posibilidades de acceder al crédito y estimula la fuga de capitales. Todo lo anterior también impacta en el desequilibrio de las cadenas globales de valor, con lo cual perderá fuerza la forma actual de deslocalización de empresas.

Las dinámicas de la sociedad civil

Después de un siglo en estado latente, la sociedad civil se volvió un concepto de moda. El papel central de la sociedad civil en las sociedades capitalistas democráticas contemporáneas expresa una doble dinámica política: por un lado, a partir de la crítica al Estado de bienestar realizada por la derecha y, por otro, a raíz de la crisis de la izquierda provocada por la caída del comunismo (Sorj, 2007).
Si bien la sociedad civil representa un conjunto heterogéneo de actores, fue apalancada a nivel internacional por el Banco Mundial, el FMI y el sistema de las Naciones Unidas. Estas entidades comenzaron a ver a las ONG como aliadas en la elaboración de una agenda transnacional destinada a romper el monopolio de los Estados-nación en un contexto de globalización.
Es así que los actores concretos, encasillados bajo el rótulo de “sociedad civil global”, tienen un papel importante en la política mundial, aunque generalmente no es decisivo. En este sentido, no asume la forma idealizada que supone la existencia de un actor cosmopolita universalista y de una opinión pública global no atravesada por las diferencias de poder nacional. En definitiva, el énfasis en una perspectiva global nos puede cegar frente al papel central que el Estado-nación sigue teniendo en la distribución de la riqueza y de las oportunidades de vida.
No obstante, fue en las últimas décadas del siglo XX cuando las ONG internacionales –es decir, las organizaciones que defienden causas más allá de sus fronteras nacionales sin mandato de las personas que afirman defender– comenzaron a multiplicarse y se convirtieron en actores políticos relevantes en la lucha por dirigir las agendas globalizadas. Muchas ONG humanitarias, como Oxfam, fueron transformándose, y se inscribieron en el enfrentamiento político internacional acerca de los modos de reducir la pobreza e impulsar el desarrollo. Mientras tanto, las nuevas ONG, como Greenpeace o Human Rights Watch, comenzaron a abordar nuevos asuntos relacionados con el ambiente, la ayuda humanitaria o los Derechos Humanos.
Esta esfera se constituye cada vez más en una oportunidad o desafío para el perfil profesional de RRII enfocado en abordar las agendas internacionales desde ámbitos de la sociedad civil, al problematizar el vínculo de las agendas o prioridades nacionales –tanto partidos como gobiernos– en el marco de un sistema internacional globalizado. Las RRII pueden conectar y problematizar cuestiones sociales que incluyan actores, temas y dinámicas nuevas y en desarrollo, ya que la disciplina se caracteriza por tener fronteras porosas y ancladas en las ciencias sociales.
El resurgir de experiencias, propuestas y demandas de movimientos, grupos de presión, minorías y organizaciones sociales es cada vez más atrayente en nuestra región y en el mundo, para lo cual el perfil de profesionales en RRII enfocado en lo social y humanitario se encuentra en excelente posición de abordarlas y problematizarlas.

Impactos tecnológicos y el mundo del trabajo

Por ultimo, quisiéramos mencionar algunos desafíos. La OIT prevé que, en lo inmediato, se producirá un aumento acelerado del desempleo, la pobreza y la exclusión social. Para hacer frente a estos cambios será, necesario un esfuerzo de gran magnitud en la promoción y la generación de empleos “decentes” con garantías de estabilidad. A fin de cumplir ese objetivo, será necesario reducir la duración de la jornada para disminuir el desempleo –que cada uno trabaje menos horas para que trabajemos todos–, y, así, democratizar las relaciones de laborales para frenar la explotación de la fuerza de trabajo. De ese modo, se apunta a continuar el desarrollo del teletrabajo, que se validó y recibió un impulso extraordinario e impensado para trabajar, comunicar y estudiar a distancia en la coyuntura (Neffa y Toledo, 2020).
Probablemente, las nuevas tecnologías informáticas y la denominada Industria 4.0 transformarán el sistema productivo para hacerlo más flexible, así como para aumentar la productividad, la calidad y la variedad. Esto tendrá impactos sobre el trabajo, el empleo, las condiciones y el medio ambiente de trabajo saludable. Todo lo anterior requerirá modelos y sistemas de educación repensados y enfocados hacia dichas transformaciones, que surtirán su efecto en la formación de profesionales y sus calificaciones.
El desafío es enorme y se debe asumir colectivamente. Por su particularidad de nuevo tema de carácter internacional, consideramos que un profesional capacitado académicamente en la disciplina de las RRII podría aportar con investigaciones y desarrollo de conocimientos que impliquen avances significativos en estas áreas. Como vemos, el mercado que prefigura los ámbitos de inserción para los graduados en RRII está cargado de incertidumbre respecto del futuro laboral. Sin embargo, son los propios graduados quienes van abriéndose un camino y, así, legitiman socialmente sus competencias y conocimientos.
La definición del perfil profesional de cada estudiante se configura también por el reflejo de sus intereses e inquietudes. Pueden enfocarse a los ámbitos político-diplomático, social y humanitario o económico-empresarial. La experiencia y los vínculos que cada uno sepa desarrollar en su recorrido de inserción moldearán sus competencias profesionales a partir de la versatilidad. El acompañamiento desde la universidad en esta instancia es crucial. Rosario y su región tienen mucho por trabajar en la internacionalización multinivel, es decir, desde los ámbitos públicos o privados y también desde la sociedad civil.

Consideraciones finales

En la presente reflexión, intentamos articular y poner en relación los desafíos que se presentan al perfil profesional de los futuros graduados en RRII en un mundo que se transforma vertiginosamente a partir de la pandemia de Covid-19. El propósito incluyó la mención de nuevos temas o problemáticas de la agenda y política mundial en relación con las posibles contribuciones de los profesionales de nuestra disciplina. 
Las trayectorias de inserción en el mundo del trabajo suponen un proceso de preparación y conformación del sujeto para el posterior desempeño en el ámbito laboral. A su vez, suponen un abordaje, dominio y manejo de un cuerpo de conocimientos teóricos e instrumentales acerca de una disciplina. El perfil profesional en RRII incluye una formación académica integral con énfasis en el espíritu crítico y una mirada multidisciplinar que son un activo valioso. Por lo tanto, nuestros graduados, a partir de recorridos forjados por elecciones y perfeccionamientos, se encuentran en buenas condiciones para ayudar a comprender las actuales problemáticas mundiales, y realizar aportes académicamente relevantes y socialmente significativos.
Consideramos que el campo de inserción profesional para las RRII se caracteriza por ser variable, amplio, flexible y en constante expansión, lo cual constituye una fortaleza en una coyuntura de transformación de la disciplina. Hemos mencionado cómo el tablero del poder mundial cambia su eje desde Estados Unidos hacia China, y cómo el sistema multilateral agudiza su preexistente crisis de protagonismo y legitimidad en la gestión de la cooperación intergubernamental a nivel global. Observar cómo se van transformando las interacciones de actores en cuanto a desarrollo, competencia y diplomacia de la salud a nivel global resulta estratégico en esta coyuntura pandémica. Sumado a lo anterior, es crucial analizar el impacto económico de la crisis sanitaria a nivel de nuestra región latinoamericana, teniendo en cuenta los intereses de países periféricos y endeudados, con necesidades imperiosas de retomar la senda del dinamismo en el comercio internacional y de exportaciones para encontrar una salida a la coyuntura. La digitalización y sus consecuencias sobre el mundo del trabajo y el empleo son todavía inciertas, pero se prevén transformaciones futuras que requerirán el perfeccionamiento de los recursos humanos.
Las contribuciones que profundicen la comprensión de las actuales problemáticas mundiales llenas de incertezas son valoradas, porque reducen la incertidumbre. Consideramos que un aporte central consiste en impulsar las investigaciones disciplinares que generen conocimiento original e innovador, y que ayuden a comprender el presente en su complejidad para pensar el futuro y abrir horizontes. En tal sentido, los especialistas en RRII latinoamericanos tenemos una gran responsabilidad. Revisten carácter urgente el compromiso colectivo, el trabajo y la dedicación, como formas de promover insumos para la construcción de relaciones entre países y actores internacionales, en dimensiones económicas y sociales que sean más humanas, centradas en la satisfacción de las necesidades personales y sociales, y no en el incremento de las tasas de ganancia.
Los graduados en RRII pueden ser protagonistas de valiosos avances, tanto en el plano humano como profesional, a partir de preguntas e investigaciones que forjen perfiles profesionales capaces de desempeñar roles decisivos en ámbitos, temas y estructuras novedosas de un mundo que se transforma.

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