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Temas y Debates

versión On-line ISSN 1853-984X

Temas debates (En línea)  no.40 supl.1 Rosario dic. 2020

 

ARTÍCULOS

Las relaciones internacionales, el turismo y un nuevo fenómeno mundial: Covid-19. El caso de los Juegos Olímpicos (Tokio, 2020)

International Relations, Tourism and a New Global Phenomenon: Covid-19. The Case of the Olympic Games (Tokyo, 2020)

 

Martín Beristain y Sofia Lantelme

Martín Beristain es docente e investigador de la Escuela de Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario, Argentina. E-mail: lodeberis@gmail.com

Sofia Lantelme es docente e investigadora de la Licenciatura en Turismo, Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, Universidad Nacional de Rosario, Argentina. E-mail: sofialantelme@hotmail.com


resumen

El siguiente artículo se constituye en una primera aproximación a la temática, e intenta demostrar las consecuencias económicas, políticas y turísticas vinculadas con la suspensión y posterior aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 debido a la aparición en la escena internacional del Covid-19.

palabras clave: Juegos olímpicos; Mega evento; Covid-19

summary

The following article constitutes a first approach to the subject. It aims to demonstrate the economic, political, and tourist consequences linked to the suspension and subsequent postponement of the Tokyo 2020 Olympic Games due to the Covid-19’s appearance on the international scene.

keywords: Olympic Games; Mega event; Covid-19


Introducción

El pasado 24 de marzo, el Comité Olímpico Internacional (COI) anunció la suspensión de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 debido a la crisis sanitaria producida por el Covid-19, popularmente conocido con el nombre de “Coronavirus”. La noticia se produjo luego de que el gobierno de Japón, país anfitrión, anunciara un acuerdo alcanzado con el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, para suspender y aplazar la cita deportiva hasta el año 2021. A pesar de esto, el evento mantendrá su denominación como “Tokio 2020”.
Yoshiro Mori, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos en Tokio, sostuvo ante la prensa que “no sería posible un nuevo aplazamiento de la cita olímpica y que, en caso de que no se celebren en la fecha establecida para el año 2021, no habrá otra solución que cancelarlos debido a la pandemia”. A su vez, aclaró que “estos Juegos Olímpicos serán muchísimo más valiosos que cualquier otro porque significará que habremos ganado una batalla, una guerra contra un enemigo invisible” (Ámbito Financiero, 28/04/2020).
No es la primera vez en la historia que un evento de tal magnitud se ve suspendido. Anteriormente, las suspensiones estuvieron relacionadas, particularmente, con las Guerras Mundiales: Berlín (1916), Tokio/Helsinki (1940) y Londres (1944). En esta oportunidad, el impedimento y, posterior aplazamiento, se vio vinculado con una pandemia que tuvo como epicentro la región china de Wuhan.
Sin embargo, la decisión de aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 no fue nada fácil. Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino y miembro COI, explicó ante la prensa que “no se pueden suspender los Juegos Olímpicos tan fácilmente. Es mucho más grande que un partido de cualquier deporte. No se puede decir: ‘lo postergamos para dentro de dos meses’. Un Juego Olímpico es más que 33 campeonatos mundiales juntos”. A su vez, agregó que “el Comité Olímpico recauda, invierte una parte en su funcionamiento y reparte sus ingresos entre 206 países. La cancelación de un Juego significa la caída de los programas de financiamiento para los Comité Olímpicos nacionales, para los atletas y para los entrenadores”  (La Nación, 22/03/2020).
El desafío que hoy se le presenta a Japón, en medio de un caos político por la renuncia de su primer ministro, Shinzo Abe, es garantizar que para el año 2021 se logre colocar nuevamente en la agenda internacional los Juegos Olímpicos como el mega evento del año. A su vez, también necesita demostrar ante la comunidad internacional que las medidas preventivas sanitarias estarán ante todo para garantizar el perfecto desarrollo de la cita olímpica. 

¿Qué significa organizar un Juego Olímpico?

Los Juegos Olímpicos se constituyen como el más prestigioso de los eventos deportivos a nivel mundial. Producen un alto impacto en la actividad turística, una amplia cobertura mediática y un importante efecto económico en el destino seleccionado como sede por el COI.
Como objetivos fundamentales, los Juegos Olímpicos se proponen alcanzar el desarrollo personal de los atletas y la paz mundial a través del deporte. A su vez, buscan superar las diferencias entre naciones y culturas, fomentar la amistad, el sentido de solidaridad y del juego limpio, lo cual contribuiría, en última instancia, a un mundo mejor y de paz.
Estos objetivos se ven reflejados en lo que se conoce como “tregua olímpica”, que comenzó a reutilizarse a partir del año 1992, debido a la situación bélica que se suscitaba en la zona balcánica y que amenazaba los Juegos Olímpicos que se desarrollarían en Barcelona, España. Posteriormente, la Asamblea General de Naciones Unidas ratificó, de manera unánime, el restablecimiento de la tregua olímpica como costumbre a adoptar.
La tregua olímpica, o ekecheria, es la antigua tradición griega que se remonta al siglo VIII a.c. Todos los conflictos cesaban durante la tregua, que comenzaba siete días antes de la apertura de los Juegos Olímpicos y finalizaba el séptimo día a partir de su finalización, con objeto de garantizar la seguridad de los atletas, artistas, familiares y peregrinos que acudían al acontecimiento deportivo. La sagrada tradición de la ekecheiria era uno de los pilares fundamentales de los Juegos Olímpicos de la antigüedad, que permitía a los atletas competir en los Juegos y a los espectadores presenciarlos en un entorno seguro y pacífico (ONU, s/f).

En términos internacionales, el restablecimiento de la “tregua olímpica” tiene un impacto en lo que a las relaciones internacionales se refiere. “La tregua olímpica constituye el mejor ejemplo de un puente entre esa vieja y sabia tradición y el propósito más importante de las Naciones Unidas: el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales” (ONU, s/f).
En este sentido, algunos autores, como Cortés Landino (2016), sostienen que, desde el fin de la Guerra Fría y el estallido de la globalización, ha aparecido lo que se conoce como “diplomacia deportiva”. Es entendida como aquellas actividades diplomáticas y representativas ligadas al mundo del deporte, o llevadas a cabo por personalidades deportivas en nombre de los intereses de sus gobiernos.
Según este autor, el objetivo de la diplomacia deportiva es construir una mejor imagen y ganar un mayor estatus de reputación. Estas características son factores determinantes para el bienestar y el auge de ciertas naciones dentro del sistema internacional, puesto que tienen la capacidad de atraer grandes flujos de comercio internacional, además de incrementar los índices de inversión, turismo e incluso migración de un determinado país.  

¿Qué beneficios conlleva organizar un Juego Olímpico?

Según Juan Manuel García Martín y María Jesús Such Devesa (2010), los países, los gobiernos y los comités organizadores que se ofrecen como sede para realizar este tipo de mega eventos1 buscan demostrar “capacidad organizativa” ante el mundo, ya que el éxito supone estar preparado para realizar cualquier otro evento de diversa índole que traiga aparejado grandes beneficios.
A su vez, se constituyen como una puerta para recibir diversas inversiones que afectan de forma directa e indirecta tanto las economías regionales como también las nacionales. De forma directa, se puede destacar la generación de infraestructuras, las cuales, una vez que finaliza la competición, quedan emplazadas en las sedes y se utilizan con otros fines. En este sentido, se generan bienes de capital que perduran en el tiempo y que traen beneficios a la población anfitriona. Por último, pero no menos importante, los ingresos generados por el turismo en términos de movimientos internos y externos son de gran volumen.
Indirectamente, realizar un Juego Olímpico trae aparejado, en el plano económico, ingresos por publicidad e ingresos por imagen de la sede seleccionada. Asimismo, el crecimiento del orgullo nacional, y el fomento de la cohesión social del país anfitrión, se constituyen como resultado de la realización de eventos de tal magnitud. Este último beneficio ocasiona grandes controversias, ya que, en muchas ocasiones, la realización de este tipo de actividades ha sido utilizada con fines netamente políticos.
El caso del turismo es paradigmático, ya que es uno de los principales sectores en celebrar la asignación de un Juego Olímpico, por lo que un evento de este tipo significa. Mike Weed, en su texto “Olimpic Turism” (2007), sostiene que el turismo olímpico es aquel comportamiento turístico motivado o generado por actividades olímpicas. Tiene la intención de abarcar al máximo posible, tanto en el espacio como en el tiempo, y va más allá del ya antes conocido turismo deportivo, ya que el hecho de que solo una ciudad sea candidata a unos Juegos es utilizado por muchos gobiernos como estrategia turística.
De este modo:
Las instituciones organizadoras imponen que una de las principales estrategias sea el legado; y para determinar el éxito o fracaso de la misma, hay que considerar algunos aspectos claves como la participación del sector privado en la inversión; apoyo y colaboración en la planificación de todos los stakeholders, como políticos, empresarios, ciudadanos, instituciones, sponsors, etc.; crear un sólido proyecto de infraestructuras necesarias con un objetivo claro, el uso adecuado de las mismas una vez finalizado el evento que beneficie a la comunidad local y promueva el desarrollo de la misma (García Martín y Such Devesa, 2010: 45­-46).
No se puede dejar de mencionar el impacto en la cuestión económica a partir de los efectos derivados del turismo que se producen como resultados de estos eventos. En este sentido, el gasto realizado por quienes se desplazan a los Juegos Olímpicos como turistas es significativo. A este fin, Müller (2009) apela al uso de tres etapas de análisis: turismo preolímpico, turismo olímpico y turismo postolímpico. El primero está directamente relacionado con la preparación del evento, como sucede con viajes de familiarización, eventos previos, reuniones del comité organizador, etcétera. El turismo olímpico comprende a los atletas, medios de comunicación, voluntarios, familia olímpica y espectadores. Por último, el turismo postolímpico viene creado por dos fuentes principales: el turismo privado y el turismo MICE (meetings, incentives, conventions and events), ambos claramente motivados por la publicidad y la mejora de imagen de la sede del evento.
Sin embargo, la medición de los impactos generados, así como las previsiones que se hacen con antelación, son un tema controversial, ya que en algunos casos se ha visto que los cálculos no son los más acertados.

¿Cuáles son las consecuencias que conlleva organizar un Juego Olímpico?

Las principales consecuencias detectadas a lo largo de la historia de los mega eventos son de carácter estrictamente económico, sobre todo cuando la gestión financiera implica superar el presupuesto previsto y los costes reales se cubren con fuentes suplementarias que, a menudo, sobrecargan las cuentas de las finanzas públicas y generan severos desbalances.
Según Juan Manuel García Martín y María Jesús Such Devesa (2010), los ingresos producidos por los Juegos Olímpicos pueden alcanzar los USD 5.000 millones, pero casi la mitad de la recaudación se reparte entre las federaciones internacionales, los comités olímpicos nacionales y el propio COI. Por este motivo, la inversión pública no se ve compensada por los beneficios económicos y puede arrastrar una deuda importante.
A todo ello, hay que añadir que, en muchos casos, las instalaciones construidas son muy poco utilizadas después de la competición, y su coste de mantenimiento es muy elevado, ya que muchas veces el comité olímpico nacional de la sede seleccionada no logra establecer ningún tipo de acuerdo con alguna entidad o institución para su posterior uso y mantenimiento. Esto conlleva que dichas estructuras queden completamente abandonadas y condenadas al olvido.  
En cuanto a lo que se podría considerar dentro de los impactos negativos del sector turístico, Juan Manuel García Martín y María Jesús Such Devesa (2010) sostienen que el número de turistas se incrementa durante los años anteriores y posteriores a la designación como sede del mega evento, por lo que, si bien en términos de crecimiento turístico, se puede considerar un éxito la elección de una ciudad como sede de unos Juegos Olímpicos, resulta difícil conservar dicho auge turístico de manera prolongada.
En este sentido, los autores sostienen que
(…) Este dato se invierte durante el año del evento, ya que la tasa de crecimiento se posiciona un 50% por debajo del crecimiento mundial. En los años siguientes a los Juegos el número de llegadas se estabiliza en niveles anteriores de manera rápida, ya que el aumento de las plazas hoteleras para el evento puede hacer que después de éste la oferta supere a la demanda; y estos movimientos de llegadas repercuten en la actividad hotelera. Evidentemente el grado de incidencia en el marco global del sector turístico puede variar en función del éxito en la estrategia del destino, su planificación, de los acontecimientos que puedan afectar al turismo y de la distribución de los flujos turísticos en los períodos de referencia (García Martín y Such Devesa, 2010: 49).

¿Qué sucedió con los Juegos Olímpicos de Tokio 2020?

El 24 de julio de 2020 debían comenzar los Juegos Olímpicos de Tokio (Japón). Sin embargo, el COI decidió suspenderlos hasta el próximo año debido a la crisis sanitaria producto del Covid-19, o Coronavirus. Esto se convirtió en un suceso de carácter histórico.
En los Juegos Olímpicos de 2016, el virus Zika golpeaba fuertemente a Rio de Janeiro (Brasil), lo cual puso en amenaza de riesgo sanitario la realización de los Juegos Olímpicos en el país vecino, pero tanto el COI como la Organización Mundial de la Salud (OMS) descartaron la suspensión y/o la cancelación del evento, por considerar que los riesgos eran mínimos.
Las consecuencias de aplazar los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 a Tokio 2021 son demasiadas. La ciudad deberá enfrentar por más de un año el hueco económico y financiero que implicó poner la sede a tono para albergar semejante mega evento. Hubo que retrasar el retorno de una inversión cercana a los 21.000 millones de euros en infraestructura, obras e instalaciones olímpicas.
A su vez, el gobierno de la ciudad de Tokio, el Comité Olímpico Nacional de Japón y el COI no percibirán ingresos por 6.500 millones de euros, procedentes de derechos televisivos, entradas vendidas para los eventos estelares, y patrocinadores locales. Asimismo, dejarán de percibir 6.000 millones de euros por patrocinadores internacionales que ya estaban asegurados por publicidad.
En el mismo orden de cosas, quienes sufrirán las consecuencias del cambio de fecha serán los comités olímpicos nacionales de otros países, que necesitan de los programas de financiamiento no solo para sostener los comités olímpicos nacionales, sino también para sostener la preparación de los atletas y entrenadores de todo el mundo.
En cuanto al sector turístico, particularmente el sector hotelero, recibirá uno de los golpes más fuertes, debido a la cancelación de las reservas de la etapa preolímpica. Recuperarse de este cimbronazo no será tarea fácil. Se estima que muchos alojamientos temporarios y hoteles deberán cerrar sus puertas debido a la propagación del virus y a la duración de la pandemia.
Por otro lado, las agencias de viajes, como así también las aerolíneas que ofrecían “paquetes olímpicos”, deberán recalcular los costos y beneficios de lo que implica la cita olímpica. Muchos operadores de viajes estiman que la vuelta a la “nueva normalidad” traerá consecuencias en el estilo de hacer “turismo olímpico”.
Por último, el PBI de Japón sufrirá una retracción del 1,6% debido a la suspensión de los Juegos Olímpicos, cuando estaba previsto que para este año rondaría en 1,1%. A nivel internacional, la atención generada por el mega evento se centrará en la aparición de la cura del Covid-19, por lo que la “diplomacia deportiva” desplegada por Tokio desde hace años sufrirá un retroceso en términos políticos. Esto se debe a que, para el año 2021, se deberá garantizar a las delegaciones participantes las condiciones sanitarias para evitar cualquier tipo de crisis.

Conclusiones

El aplazamiento de la fecha trae consecuencias para el ejercicio del deporte internacional. Por ello, Tokio deberá reconstruir el interés de la comunidad internacional en el mega evento que se desarrollará el próximo año. La tarea se presenta como titánica, pero no imposible, y los esfuerzos del COI de Tokio deberán ser de gran magnitud para lograr ese objetivo.
Las consecuencias económicas serán compensadas por las empresas aseguradoras que contrata el COI ante hechos de terrorismo, pandemias o terremotos. Sin embargo, el sector turístico internacional deberá hacer frente a una de las peores crisis a las cuales se ha enfrentado. En definitiva, los Juegos Olímpicos, hoy, parecen una quimera para la comunidad internacional toda.

Referencias

1 Los mega eventos deportivos son competiciones a gran escala que tienen una relevancia global y atraen a un gran número de participantes, espectadores y medios de comunicación.

Bibliografía

1. García Martín, J. M. y Such Devesa, M. J. (2010). Influencia de los mega-eventos en la oferta alojativa de un destino. Los Juegos Olímpicos. Revista de Análisis Turístico, Nº 10, 2º semestre, pp. 45-55.         [ Links ]

2. Weed, M. (2008). Olympic Tourism. Amsterdam, Holanda: Elsevier/Butterworth-Heinemann.         [ Links ]

3. Müller, M. (2009). Measuring the Regional Economic Impact of Mega-Events: What Are the Benefits of the 2014 Olympics for Sochi? En G. Romanova (Ed.), Professional Training for the XXII Olympic and XI Paralympic Winter Games: Problems and Perspectives. Sochi, Rusia: Sochi State University for Tourism and Recreation.         [ Links ]

4. Cortés Landino, C. (2016). Los mega eventos deportivos, una estrategia de las potencias emergentes: Los casos de los Juegos Olímpicos de Invierno Sochi (2014), el Mundial de Fútbol de la FIFA Brasil (2014) y los Juegos Olímpicos de Río (2016) como herramientas de imagen internacional. Bogotá, Colombia: Pontificia Universidad Javeriana. Departamento de Relaciones Internacionales, Facultad de Relaciones Internacionales y Ciencia Política.         [ Links ]

5. ONU (2020). Página web Organización de las Naciones Unidas. Disponible en: https://www.un.org/es/events/olympictruce/background.shtml         [ Links ]

6. Tokio 2020: Gerardo Werthein explicó los motivos por los que el COI aún no suspendió los Juegos Olímpicos. En La Nación (22/03/2020). Disponible en: https://www.lanacion.com.ar/deportes/coronavirus-juegos-olimpicos-tokio-2020-nid2346249        [ Links ]

7. Una nueva suspensión de los Juegos Olímpicos no será posible. En Ámbito Financiero (28/04/2020). Disponible: https://www.ambito.com/deportes/juegos-olimpicos/una-nueva-suspension-los-no-sera-posible-n5098918         [ Links ]

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