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Revista argentina de cirugía

versión impresa ISSN 2250-639Xversión On-line ISSN 2250-639X

Rev. argent. cir. vol.105 no.2 Cap. Fed. dic. 2013

 

DISCURSOS

Discurso del Sr. presidente del 84º Congreso Argentino de cirugía

 

Ricardo A. Torres

Autoridades y ex Presidentes de la Asociación Argentina de Cirugía, representantes de asociaciones latinoamericanas de cirugía, autoridades de la Universidad Nacional del Nordeste, nuevos miembros de la Asociación Argentina de Cirugía , colegas, amigos, señoras y señores:

Resulta difícil dirigirme a Uds., sobreponiéndome a la emoción de ocupar este sitial, para mí, el más honorífico al que puede pretender un cirujano argentino. Difícil también luego de haber escuchado la presentación del Dr. Norberto Mezzadri, quien fuera mi Jefe de Residentes y a quien me une una gran amistad, causante en gran parte, de los elogios que me ha brindado.
Hace 2 años, mis pares en asamblea, me eligieron como Presidente del 84° Congreso Argentino de Cirugía. Este cargo representa la gran responsabilidad de mantener el prestigio internacional que mis predecesores lograron dar a este evento. Hoy, llegado el momento de la apertura, lo primero que deseo hacer es agradecer a todos aquellos que contribuyeron en mi formación profesional y humana.
En primer lugar, al Dr. Oscar Pirchi quien fuera mi profesor de Cirugía durante los últimos 3 años de mi carrera en la Facultad de Medicina de la UNNE, en Corrientes.Fue un docente apasionado, con una dedicación a la enseñanza sin límites y con tanta capacidad pedagógica, que producía en sus alumnos una atracción hacia la cirugía. Sin duda, fue él uno de los responsables de que me decidiera por esta especialidad.
El Dr. Pirchi fue también quien me abrió los brazos cuando, 6 años después, al terminar mi entrenamiento formal, volví a Corrientes a instalarme profesionalmente, demostrando una generosidad excepcional. Hoy, su hijo Daniel es un reconocido cirujano, miembro activo de nuestra Asociación, y estoy seguro que sigue el ejemplo de su padre.
Al recibirme de médico, me presenté a rendir los concursos de Residencias en Cirugía en Buenos Aires, cuidad que prácticamente desconocía, y tuve la enorme fortuna de elegir, entre los lugares ganados, la Residencia de la Primera Catedra de Cirugía de la UBA en el Hospital de Clínicas. Mi formación como Residente y, posteriormente como Jefe de Residentes, me marcó para toda la vida. Allí encontré disciplina, rigor científico, excelencia en la práctica quirúrgica, responsabilidad, espíritu de superación y un grupo humano conformado por los médicos de planta que llevaré siempre en mi corazón.
Esta Residencia además, me permitió conocer a las 2 personas que mayor influencia tuvieron en mi vida profesional: al Dr. Andrés Santas y al Dr. Vicente Gutiérrez.
El Dr. Andrés Santas fue mi Maestro, cada cosa que nos decía eran una enseñanza de vida. Su sola presencia durante gran parte de todos los días, era un ejemplo a seguir. De él aprendí que "investigación, docencia y asistencia" debían estar siempre presentes en un Servicio de Cirugía Académico, aprendí que la clínica quirúrgica era tan importante como la técnica quirúrgica, aprendí que rodearse de los mejores era la mejor manera de crecer, y aprendí, entre muchas otras cosas, que formar discípulos era como engendrar hijos que nos llenarían de orgullo el día de mañana.
El Dr. Vicente Gutiérrez fue y sigue siendo mi mentor, con todo lo que esta palabra significa. Con él publique mi primer trabajo científico en la Revista Argentina de Cirugía, me enseñó cómo se escribe y se hace un trabajo científico. Él guió mis pasos durante toda mi carrera, fue quien me abrió las puertas para mi desarrollo profesional tanto a nivel nacional como internacional, fue la persona a quien recurrí cada vez que un problema me agobiaba no importando la distancia entre Corrientes y Buenos Aires. Además, fue a quien hice participe en primer término de cada uno de mis logros. Sus consejos siempre me marcaron el rumbo a seguir y eso, tiene un valor incalculable. Gracias Vicente por ser mi mentor. No te imaginas todo lo que te debo. También en la Residencia del Clínicas conocí al Dr. Florentino Sanguinetti, quien me aconsejó realizar una beca en Alemania al finalizar mi jefatura de residente. Parecía misión imposible, sobre todo por el idioma. Sin embargo ganamos sendas becas con mi esposa, ella en ginecología y yo en cirugía digestiva, y nos fuimos a Múnich con un hijo de un año. La experiencia vivida en esos 18 meses que duro nuestras becas fue extraordinaria. Allí conocí los adelantos científicos más importantes de esa época, conocí la tecnología que aún no existía en Argentina, conocí una manera muy intensa y eficaz de trabajar, me inicié en la cirugía experimental y, sobre todas las cosas,conocí un pueblo maravilloso que me acogió con muchísimo afecto y sin ninguna discriminación. Gracias Buby por tu consejo en el momento justo.
Durante esta primera estadía en Alemania mi jefe directo fue el Dr. Jens Witte con el que aprendí muchísimo y entablé una profunda amistad. Diez años más tarde, a principios de 1992,volví con Jens, nuevamente becado por el Servicio Alemán de Intercambio Académico a aprender lo que posteriormente revolucionaria al mundo: la cirugía laparoscópica, y una vez más, ese paso fue fundamental en mi desarrollo profesional. Lamentablemente el Dr. Witte falleció estando en la cúspide de su carrera. Regresé a Corrientes atraído por el magnetismo de la Facultad de Medicina en la que me había recibido, y fue sin duda la decisión acertada. Hoy está con nosotros su Decano, el Dr. Samuel Bluvstein, quien es testigo de todo lo que la Facultad me brindó para mi desarrollo docente. Allí comencé como Jefe de Trabajos Prácticos y hoy, soy Profesor Titular de Cirugía, Docente Investigador, Director del Centro de Entrenamiento en Cirugía Laparoscópica y miembro del Consejo Directivo.Gracias Mili por tu apoyo en todos estos años en los que fuiste y sos la cabeza de la Institución.
También a mi regreso, comencé mi carrera hospitalaria en el Hospital Escuela "José de San Martín" donde me incorpore como Instructor de una residencia de cirugía que recién nacía. Con el tiempo fui Jefe del Servicio y actualmente, del Departamento de Cirugía. No tengo palabras para agradecer al grupo de colaboradores que conforman hoy los médicos de planta, casi todos ellos son ex residentes nuestros. Sin su apoyo hubiera sido imposible alcanzar las metas propuestas, ni sentirme orgulloso de la calidad científica, asistencial y docente que hemos logrado en Corrientes. Gracias a todos los Residentes que con su juventud, su dedicación al trabajo y su espíritu inquieto son el motor que impulsa a todo el Servicio.
Un agradecimiento especial a mi amigo, mi socio, mi co-equiper desde hace más de 30 años. El me acompaño en todos los proyectos, con él pasamos momentos difíciles y también grandes logros, y aunque somos totalmente diferentes en carácter, nos hemos complementado y desarrollado juntos. Me estoy refiriendo al Dr. Raúl Orban, Prof. Titular de Cirugía de la UNNE y actual Jefe del Servicio de Cirugía de nuestro hospital.¡ Y cómo les dije, somos totalmente diferentes! Gracias Ruli por aguantarme tanto tiempo o, de nada, por aguantarte tanto tiempo.
Cuando en 1988 fui seleccionado como Internacional Guest Scholar del American College of Surgeons, me recibió en Chicago un joven argentino, que nos guió en el proceso protocolar durante el Congreso. Posteriormente me abrió las puertas de su casa y seguimos teniendo una estrecha relación. Ese argentino fue el Dr. Carlos Pellegrini, hoy Presidente del American College of Surgeons. Gracias Carlos por el ejemplo que representas para los cirujanos latinoamericanos.
El Congreso que nos aprestamos a disfrutar es producto del esfuerzo de mucha gente, que aportó sus ideas, su experiencia y sobre todas las cosas, un espíritu de equipo asombroso. Agradezco en primer lugar al Comité Congreso, que infatigablemente trabajó en cada uno de los aspectos de la organización poniendo lo mejor de cada uno de sus integrantes.
- Al Dr. Pedro Ferraina con el que estuvimos de acuerdo desde el primer día en que el 84° Congreso de Cirugía y el XX Congreso de FELAC fueran uno solo, y fusionáramos los Comités organizadores. Ambos trabajamos potenciando ideas en una forma en que solo los amigos lo pueden hacer.
- Al Dr. Juan Pekolj, a quien me une una amistad que trasciende lo profesional y que en su rol de Vicepresidente fue un colaborador excepcional e ideólogo de muchas de las novedades que verán en este congreso.
- Al Dr. Martín Mihura que aportó toda su experiencia y sabiduría.
- A los miembros de la Comisión Encargada de la Exhibición Comercial que debieron batallar para conseguir los aportes económicos que permitan la realización de un evento de esta magnitud: Dres. Oscar Imventarza, Oscar M. Mazza, Lucas Mc Cormack, Martín E. Mihura y José L. Tortosa.
- Al personal administrativo de la Asociación Argentina de Cirugía ejemplo de eficiencia y responsabilidad.
- A las dos personas que se transformaron en mis mayores colaboradoras, las Sras. Maine Boquete y Ornela Normanno. Ambas habrán sufrido pesadillas recurrentes conmigo durante los últimos tiempos, pero hoy se sentirán orgullosas del trabajo que hicieron.
- A las empresas que con su aporte económico posibilitaron la realización de este congreso.
- A los invitados extranjeros, que dejaron sus obligaciones para venir y contribuir con su experiencia al brillo académico de este evento.
- Al Gobierno de la Provincia de Corrientes, que tomó con orgullo la designación de un Presidente correntino y mostrará en este congreso las bellezas de nuestra provincia.
- A todos los participantes, nacionales y extranjeros, que sin ellos no tendría ningún sentido este esfuerzo. Ustedes son, realmente, los protagonistas de este congreso y son los artífices de su prestrigio.
Es la regla de los últimos años que el Presidente elija el tema principal a desarrollarse en el Congreso. Este año ese tema será "la enseñanza de la cirugía".
La Residencia sigue siendo el ámbito más adecuado para la adquisición de las competencias quirúrgicas, y es a su vez, un factor fundamental en el desarrollo de la cirugía de la región en que se desenvuelve.
Para formar un recurso humano capacitado, la residencia deben poseer una buena base académica, un alto compromiso docente, una buena infraestructura y la legislación acorde. En la actualidad se han multiplicado los centros hospitalarios que reúnen esas condiciones, aun en ciudades relativamente pequeñas. Cuando en 1976, concursé para la Residencia, muy pocas ciudades del país disponían de este programa y ninguna en el Nordeste Argentino.También en aquel momento, el nivel de las prestaciones en muchos lugares del interior, obligaba a derivar a mayoría de los pacientes con patologías complejas a los grandes centros. La instalación de Residencias de Cirugía a lo largo y ancho del país, elevó la calidad asistencial en esos lugares, produciendo profesionales idóneos que se transformaron en el principal motor del cambio. La derivación de los pacientes hacia los grandes centros se tornó excepcional y en algunos casos, estos Servicios pasaron a ser centros de referencia que en lugar de enviar, reciben derivaciones. La investigación, la docencia y la asistencia de alto nivel, dejó de ser patrimonio de las grandes ciudades para federalizarse y beneficiar a un espectro mucho más amplio de nuestra sociedad.
Por otra parte, los cambios en las técnicas quirúrgicas como la laparoscopia o la cirugía percutánea llevaron al desarrollo de Centros de Entrenamiento, simuladores virtuales y biológicos, programas de Fellowship y a la utilización de herramientas como la tele cirugía, internet, los teléfonos inteligentes y las tabletas.
Los avances científicos, el desarrollo de sub especialidades, el cambio en la tecnología, la necesidad de optimizar recursos y los pacientes que más informados, aumentan sus demandas, son realidades que nos obligan a discutir el estado actual de la enseñanza de la cirugía:
La residencia ¿Debe ser más corta? ¿Debe existir una residencia para cirujanos generales y otra para los que harán una sub-especialidad?¿Hasta qué nivel de destreza debe llegar una Residencia de Cirugía General?¿Han cambiado los valores éticos en el manejo de los pacientes? ¿Quién controla los estándares mínimos de una residencia? ¿Deberían estar unificados los programas en todo el país o hay que respetar particularidades de cada región? ¿Cómo evitar el mal uso de los Residentes por parte del empleador? ¿Cómo evaluar los resultados obtenidos al final de cada ciclo?
¿Qué rol cumplen los Fellowship? ¿Son necesarios postresidencia? ¿Compiten con ella? ¿Tienen estatus legal? ¿Son lo mismo que una Residencia de segundo nivel? ¿Deberían durar todos el mismo tiempo?
¿Cómo aprovechar en la enseñanza los centros de entrenamiento?¿Debería ser obligatorio que los residentes se entrenen en simuladores? ¿Son más útiles los simuladores biológicos o los virtuales? ¿Qué ventajas tienen unos y otros? ¿El entrenamiento en los mismos, debe ser intensivo o prolongado en el tiempo?
Estos y muchos otros interrogantes serán tratados en simposios, conferencias, mesas redondas y en el relato oficial de los Dres. Lucas Mc Cormack y Carlos Valenzuela.
Ojalá que al finalizar este Congreso, tengamos respuesta a estos interrogantes y que ello, nos lleven a mejorar la enseñanza de la cirugía y por consiguiente elevar el nivel asistencial a nuestros pacientes.
He dejado para finalizar el agradecimiento a mi familia, porque es lo más importante y valioso que poseo.
A mi padre, abogado, escritor y poeta, ejemplo de rectitud, honradez y firmes principios. Falleció a los 50 años cuando yo estaba en el primer año de medicina. En su lecho de muerte me vaticinó una carrera brillante y hoy espero no haberlo defraudado.
A mi madre que habiendo sido ama de casa debió afrontar su viudez a los 43 años, salir a trabajar y sobrellevar su nueva vida con una valentía increíble. Hoy con 87 años,7 nietos y 6 bisnietos, se mantiene estupendamente bien, no se pierde ningún acontecimiento social y es un ejemplo de vida.
A mi esposa Ada a quien conocí en la Facultad de Medicina y hoy llevamos 36 felices años de casados. Cursamos juntos la carrera, realizamos juntos nuestras respectivas residencias, juntos fuimos becados en el exterior y juntos construimos paso a paso nuestra vida en común. Ella ha sido mi apoyo incondicional, la que me estimuló y me ayudó en todas las circunstancias. Gracias Ada por todo tu amor, sos lo mejor que tengo en la vida.
A mis dos hijos, Adrián, el menor, que es biólogo y que, luego de doctorarse en Cambridge, se encuentra trabajando en terapia génica en un laboratorio de Barcelona y Ariel, el mayor, que es contador y exitoso empresario en Corrientes. Junto a nuestra hija política, Romina, nos dieron la dicha de dos nietos maravillosos.
Con estas palabras dejo inaugurado el 84° Congreso Argentino de Cirugía , XX Congreso de Federaciones Latinoamericanas de Cirugía, 57º Congreso de CirugíaTorácica, 38º Congreso Argentino de Coloproctología, 40º jornadas Argentina de Angiología y Cirugía Cardiovascular, 14º Jornadas nacionales de Médicos Residentes de Cirugía General, 22º Jornadas Nacionales de Instrumentadores Quirúrgicos y 1º Jornadas de Cirugía Plástica y Reparadora.
Muchas Gracias.

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