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Revista argentina de cirugía

versión impresa ISSN 2250-639Xversión On-line ISSN 2250-639X

Rev. argent. cir. vol.107 no.2 Cap. Fed. jun. 2015

 

Discursos

Elogio al Dr. Alejandro S. Oría1 Praise to Dr. Alejandro S. Oría

 

Juan Pekolj

En mi carácter de Secretario General de la Academia Argentina de Cirugía, y según lo indican el estatuto y la tradición, voy a honrar a uno de nuestros Miembros distinguidos, que ya no está entre nosotros. Elogiar significa resaltar sus virtudes, logros y méritos. La Comisión Directiva eligió en forma unánime al Dr. Alejandro Salvador Oría como Miembro para elogiar (Fig. 1). Este elogio representa para mí un gran desa-fo, dada la concurrencia a esta Academia de su familia, amigos de la vida y de la profesión, compañeros de trabajo y discípulos.

Primero quiero expresar mi profundo agradecimiento a todos aquellos que me aportaron información, anécdotas e iconografia. A Inés Kalledey, su esposa; a su hija Inés, quien me demostró el profundo amor y admiración que siente hacia su padre; a su hijo Francisco ("Pancho"). A los Dres. Carlos Selagowsky (su mejor amigo), Luis Chiappeta Porras, Juan Álvarez Rodríguez, Gustavo Kohan, Carlos Ocampo, Silvia Gutérrez y Eduardo de Santbañes, por todas sus contribuciones. De esta manera tuve acceso a su curriculum, a los "reprintis" de sus trabajos, correcciones de publicaciones, escritos en papel y diapositivas de sus conferencias e información en formato digital, todos medios que me permiteron medir y apreciar lo que fue su producción académica.

Al Dr. Oría hay distintas formas de presentarlo, y considero oportuno mencionar las elegidas por otros presentadores. El Dr. Vicente Gutérrez, en el homenaje que le realizó la Academia Nacional de Medicina, lo describió como un modelo de cirujano académico, hábil en quirófano, un investgador clínico, innovador y docente nato. Sus compañeros, amigos y discípulos lo mencionan como intelectualmente brillante, sencillo pero contundente para comunicar, con gran espíritu crí-tico, con notable habilidad para saber "por dónde pasa la cosa" y muy generoso con sus pares.

Las referencias de su mejor amigo, el Dr. Carlos Selagovsky, fueron múltiples y muy sentidas, y lo describió como alguien brillante, una excelente persona, con gran cultura general, realmente un hermano, con quien compartan la pasión de la música, partidas de ajedrez y muchos cafés. Eran de ir al cine junto con sus esposas todos los sábados, sí o sí.

Puedo resumir que sus principales características eran su presencia fisica, acompañada de una voz fácil de identificar, una capacidad innata de oratoria; era poseedor de un gran bagaje cultural, que sin embargo podía llegar a contrastar con un estilo de vida sencillo (Fig. 2).

El Dr. Alejandro S. Oría en París

El Dr. Oría dictando una conferencia

1. Sesión pública solemne - 22 de abril de 2015.

Su mundo profesional y personal se interrela-cionaban frecuentemente. Así, la asistencia, ciencia y docencia en su área profesional por momentos se complementaban con la literatura, la música y el arte, principales pilares de su vida personal.

Sus orígenes

Sus ancestros paternos provenían de Guipúzcoa, en el país vasco, mientras que los de su madre fueron franceses. Sus padres eran argentinos y portadores de un gran nivel cultural que caracterizó a toda la familia. Su padre fue Jorge Salvador Oría, abogado de profesión, y su madre, María Emma Herbín. Eran tres hermanos, Jorge Luis el mayor y Magdalena la menor.

Alejandro S.Oría, integrando el equipo de rugby del Colegio Cardenal Newman

El Dr. Oría fue pionero en el uso de ultrasonido en manos de los cirujanos

Nuestro homenajeado nació el 26 de septembre de 1943 en la ciudad de Buenos Aires. Realizó los estudios primarios y secundarios en el recién fundado Colegio Cardenal Newman, situado en avenida Belgrano al 1500. El lema de dicho colegio es "Lucha la buena lucha" y seguramente fue algo que quedó grabado en el Dr. Oría. Se lo recuerda como un buen alumno no solo en la escuela primaria sino también en el secundario, y con gran afinidad por los deportes: su pasión en ese momento, el rugby. Jugó para el colegio tanto en el nivel primario como en el secundario y llegó a formar parte de la primera división (Fig. 3). Jugó hasta 1962, año en el que inició los estudios de medicina y cambió la competencia deportiva por la lectura.

Su formación profesional

Inició su carrera universitaria en el año 1961, al ingresar en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Se graduó con diploma de honor en 1968. Demostró en esa etapa su alma de docente, destacándose como ayudante en las cátedras de Anatomía y Fisiología.

Su formación inicial específica en cirugía la desarrolla en el Hospital Cosme Argerich de la ciudad de Buenos Aires, donde, bajo la tutela de los Dres. Andrés Santas y Clemente Morel, comienza como prerresidente en 1968 y finaliza en 1974 como instructor de residentes.

Desde octubre de 1974 hasta octubre de 1975 se desempeñó como médico residente extranjero en el Hospital Louis Mourier, en París, con el fin de profundizar su formación en cirugía del esófago e hipertensión portal. El jefe de Servicio era el Dr. Jean Noel Maillard, reconocido por el Dr. Oría como uno de sus tres mentores.

Finalizada su formación en Francia, regresó al Hospital Durand de Buenos Aires, donde volvió a trabajar junto al Dr. Clemente Morel como instructor de residentes y luego como concurrente.

En 1978 decidió volver al Hospital Cosme Ar-gerich, como concurrente bajo la jefatura del Dr. J. J. Fontana. Allí completó toda la carrera hospitalaria hasta llegar a ocupar el cargo de Jefe de Servicio en 1994, posición a la que accedió por concurso. Allí se destacó como pionero e innovador en distintas áreas de la cirugía. Pionero en introducir el concepto del uso del ultrasonido en manos de los cirujanos. Por gestón propia logró la donación de un ecógrafo al Servicio de Cirugía, y allí se inició dicha aplicación por todas las camadas de cirujanos que se formaron en su servicio (Fig. 4).

Su interés por el páncreas, según lo refrió el Dr. Chiappeta, surgió cuando escuchó a un cirujano brasileño que dio una conferencia sobre pancreattis, en la que expresó: "Pancreattis drenada, pancreattis curada", y, posteriormente cuando realizó una necropsia en un paciente fallecido por pancreattis y encontró un cálculo en la vía biliar. Sus compañeros también recuerdan que fue él quien realizó la primera duodeno-pancreatectomía cefálica exitosa en dicho hospital.

Actividad docente

Como ya referí, mientras estudiaba medicina, el Dr. Oría se desempeñó como ayudante en las cátedras de Anatomía y Fisiología de la UBA. En 1974 comienza su actividad docente ya como cirujano, desempeñándose en calidad de ayudante en la VI Cátedra de Cirugía. En 1982 accede al ttulo de Doctor en Medicina; su tesis, Esofagocoloplasta izquierda isoperistáltica. Estudio anatómico y clínico, fue calificada como sobresaliente. En 1997 obtene el ttulo de Profesor Titular en Cirugía, también por concurso.

Su capacidad docente también quedó en evidencia con la publicación de dos libros. El primero, Avances en pancreattis aguda, donde expuso toda la experiencia de su Servicio en dicho tema, fue de lectura imprescindible para todos aquellos que teníamos interés en la patología pancreática.

El segundo libro fue la reedición de Patología quirúrgica de Michans, junto al Dr. Pedro Ferraina, obra de consulta para alumnos y residentes de cirugía.

Vida personal

Su vida personal está totalmente ligada a su esposa, Inés Teresa Kalledey, a quien conoció en un evento social a fines del año 1974 y con quien se casó en 1976.

Comparteron 40 años juntos, asistendo a los diversos eventos sociales de las múltiples actividades académicas, viajando por el mundo y disfrutando lo terrenal: ¡comer bien, pero lo bueno; tomar bien, pero lo bueno!, como solían decir. Se complementaban de modo absoluto, y al decir de su hija Inés: "Papá no podía vivir sin mamá".

Al momento de la entrevista para este elogio, su esposa no deja de expresar una gran admiración por su marido, y lo describe como alguien brillante, apasionado por lo que hacía y con una memoria prodigiosa. Tuvieron cuatro hijos: Alejandro y Esteban, licenciados en Ciencias Económicas; Inés, médica gastroenterólo-ga, y Francisco, próximo a recibirse de abogado. (Fig. 5). Alejandro, por su parte, tene dos hijas: Felicitas y Emilia.

Su hijo Francisco ("Pancho") lo describe como poseedor de una personalidad compleja e interesante, por momentos dificil de descifrar. ¿Serio o no? ¿Sensible o no? Lo define principalmente como una muy buena persona. Siempre recuerda una frase que su padre le decía: "El tempo alcanza cuando se lo administra". Tampoco se olvida cuando, en el día de la final del Mundial de 1998, en la que se enfrentaban Brasil y Francia, su padre prefrió ir a verlo jugar a él un partido importante de fútbol, en lugar de mirar ese encuentro final de campeonato.

Entre sus hobbies estaban la música, viajar, leer, ir al cine y. la fotografia. Su escritorio es un claro refejo de ello: allí es posible apreciar la colección completa de la obra de Mozart, por ejemplo (Fig. 6). Su afinidad y pasión por la música lo llevó a ser miembro del Mozarteum en la Argentina, a escuchar por primera vez a Pavarot en París y cumplir su sueño de asistr al Festival de Ópera en Salzburgo. Su debilidad por los viajes se ve plasmada en las múltiples fotografias y en la concurrencia a exposiciones artisticas y gastronómicas, todo lo cual lo llevó a ser considerado por sus amigos como “el imbatble” en cuanto a turismo en Francia: ¡qué comer, en qué restaurante y en qué época del año! En sus últimos años, el interés por la fotografia le permitó canalizar toda su inquietud característica.

La familia Oría: Francisco, Alejandro, Inés, Esteban, el Dr. Oría e Inés (hija)

Escritorio del Dr. Oría

 

Vida académica

Su actividad académica fue intensa y lo llevó a ocupar la presidencia de la Sociedad Argentina de Gas-troenterología (SAGE), de la Asociación Argentina de Cirugía, de la Academia Argentina de Cirugía, del Club de Páncreas y del Capítulo Argentino de la IHPBA. Fue presidente del 77.°Congreso Argentino de Cirugía y f-nalizó su carrera académica como Miembro de número de la Academia Nacional de Medicina.

Fue Miembro Extranjero Titular de la Societé Française de Chirurgie Digestive y Miembro Titular de la Internatonal Associaton of Pancreatology.

Asimismo fue muy reconocido por sus pares, quienes lo eligieron como Maestro de la Medicina Ar-gentina y Cirujano Maestro.

Fue acreedor de múltiples premios: recibió el del Hospital Argerich como prerresidente. Otros provinieron de la AMA, la Fundación Quinquela Martin, SAGE, UBA, SAR, Asociación Argentina de Cirugía y Academia Nacional de Medicina.

Sus temas de discusión preferidos eran el páncreas, el cirujano general, la superespecialización, la calidad de las publicaciones, el diseño cientifico de los trabajos y "hacer objetivo lo subjetivo".

Su pasión por lo asistencial (el páncreas) la pone en evidencia en su Relato del Congreso Argen-tino de Cirugía de 1989, Adelantos en el diagnóstico y tratamiento de la patología biliopancreática, que com-partó con los Dres. Juan José Fontana y Julio Diez. Él desarrolló la sección "Patología pancreática benigna", donde describió el valor de la ecografia en el manejo de dicha patología y el papel de las imágenes para conocer la evolución de las complicaciones de la pancreattis. Como conclusiones principales, el Dr. Oría destacó que los métodos por imágenes permiten conocer la historia natural de la enfermedad, que el tratamiento en el episodio agudo de la pancreattis debía ser conservador y que no tenía indicaciones la cirugía lesional (resecciones pancreáticas). Estos conceptos enunciados hace 25 años hoy tenen vigencia total.

Fue un gran impulsor de las actividades del Club del Páncreas de la Argentina y en el año 1998 llevó a cabo, junto con la Dra. Silvia Gutérrez como secretaria, la Reunión de Consenso sobre Pancreattis Aguda, con la participación de gastroenterólogos, radiólogos, terapistas y cirujanos.

Su pasión por publicar y la metodología para hacerlo eran evidentes. En una publicación al respecto recordó palabras de Gregorio Marañón: "Escribir es un deber moral del médico. Ningún médico puede alegar que no sabe escribir, ya que si aprendió a hablar, también puede aprender a escribir".

Entregarle un trabajo para su corrección era un desafo, y se debía estar emocionalmente preparado para la devolución. Pero así también enseñaba y así se aprendía.

Su capacidad para la escritura se vio plasmada en más de 100 publicaciones ("papers"), 2 libros y 11 capítulos de libros.

Un trabajo prospectivo y aleatorizado, que publicó en Annals of Surgery de 2007 sobre el papel de la papilotomía endoscópica en la pancreattis aguda, es una clara muestra de su capacidad para desarrollar un trabajo. Partó de una hipótesis muy discutida en el

medio quirúrgico, y es uno de los pocos textos con resultados negativos publicados al respecto. Expresa en las conclusiones: "Este estudio falló para proveer evidencia que la intervención endoscópica precoz reduce la infamación local y sistémica en pacientes con pan-creattis aguda litásica y obstrucción biliopancreática". Esta publicación cambió definitivamente el manejo de esa patología a nivel mundial (Fig. 7).

Fue Director de la Revista Argentina de Cirugía y promotor de su edición en formato electrónico. Hoy esta publicación goza de buena salud en el formato por él propuesto y seguramente estaría muy contento de ver, como ilustración de tapa, diversas pinturas relacionadas con la cirugía.

Plasmó su preocupación por la realidad de las publicaciones referidas a cirugía, en su discurso al asumir la Presidencia de la Academia Argentina de Cirugía. Allí trató de correlacionar las presentaciones cientificas y sus discusiones, con la cirugía general y la superespe-cialización. Al respecto remarcó: ".queda claro, entonces, que el éxito de la Academia depende de la calidad de los trabajos y del interés de las discusiones", "...las discusiones de estos trabajos se han empobrecidoˮ, ". tampoco en las revistas extranjeras vemos aquellas discusiones inteligentes y agudas". Luego buscó explicar la antinomia Cirujano general vs. Superespecialista y expresó que lo que está sucediendo con la cirugía actual "En realidad, no son simplemente cambios, sino que la cirugía es otra". Remarcó la necesidad de un volumen importante de pacientes para asegurar la formación y la práctica de un superespecialista. Enunció que sus ventajas son los excelentes resultados en cuanto a ef-cacia y morbimortalidad y la experiencia en el manejo de casos complejos. Su principal desventaja radica en el espectro limitado de su accionar en cuanto a la variedad de patologías que maneja. Finalmente, concluye que en la Academia hay una disociación entre el tipo de presentaciones (generales o especializadas) y el tipo de asistentes (generales y especialistas), que a veces se combinan sin el alineamiento deseado en las sesiones, lo que lleva a la pérdida de interés, menor concurrencia y participación de los miembros. A ello le sumó la explosión bibliográfica y la explosión tecnológica, que intensifican la falta de participación en las actividades de la Academia. Y concluyó: "El propósito es que la Academia siga siendo el máximo foro para la discusión cientifica de trabajos quirúrgicos". Este enunciado representa el principal desafo para la actual Comisión Directiva y las que se constituyan en el futuro.

Cuando accede al sital N.° 20 de la Academia Nacional de Medicina, pronuncia una de sus más brillantes conferencias. En la primera parte de ella se refere a la infuencia del maestro y si era conveniente tener uno o varios mentores. Expresó que contar con un solo maestro tene sus riesgos, y esa situación podía parangonarse a ser como un árbol frondoso con ramas que llegan hasta el suelo, que no dejan entrar la luz solar y solo permiten que crezcan cosas poco significantes como los musgos y hongos ("El árbol de Ramón y Cajal"). Destacó su suerte de haber contado con tres mentores, situación que le permitó aprender aspectos diferentes de cada uno de ellos. Así, refere que del Dr. Andrés Santas aprendió lo que es la organización de un Servicio de Cirugía, del Dr. Clemente Morel la fisiopato-logía y clínica quirúrgica y del Dr. J. Maillard, el futuro de las especialidades y la técnica quirúrgica.

En la otra sección de la conferencia, el Dr. Oría se refrió a la evolución y desarrollo de la cirugía, y fue entonces cuando hizo gala de su bagaje cultural. Así incluyó en ella a Ramón y Cajal, Claude Bernard, Stefan Zweig, Anaxágoras, Aristóteles, Leriche, Leonardo da Vinci, Molière, Schopenhauer, Oscar Wilde, Gregorio Marañón y Fauré, entre otros. ¡Solo él era capaz de interrelacionarlos y conocer qué expresión emplear para referirse a cada uno de ellos! Así expresó: ".las nuevas especialidades quirúrgicas se han convertido hoy en lo que ya Marañón veía como edificios en rápido crecimiento", ".la progresiva desaparición del cirujano general, una crisis de la salud pública que requiere una solución urgente".

Otras conferencias recomendables para leer o escuchar son: "La publicación en revistas de impacto", "La cirugía en la pintura", "Diez consejos para ser un cirujano exitoso". Algunas de ellas están disponibles con el audio de la voz inconfundible del Dr. Oría en la página web Sección Congresos de la Asociación Argentina de Cirugía.

Alejandro Oría: un cirujano que dejó huella en la medicina

Este fue el ttulo de una nota editorial en el diario La Nación del 12 de diciembre de 2014 al referirse al fallecimiento del Dr. Oría y hacer un resumen de su trayectoria. Había fallecido el 17 de noviembre de 2014 como consecuencia de un tumor cerebral, en la tranquilidad de su hogar acompañado por Inés, su esposa y compañera incondicional, y sus hijos.

Yo aquí me permito expresarme como si estuviera frente a nuestro elogiado. Le diría: ¡Dr. Oría, usted no ha sido el árbol de Ramón y Cajal! Usted fue un árbol robusto y frondoso, que dejó entrar los rayos del sol para que sus compañeros y discípulos crecieran a la par suya. Hoy ellos son el fel refejo de lo que usted sembró en todos estos años (Fig. 8). Tan así es que la semana pasada dos discípulos suyos presentaron aquí, en la Academia, una comunicación donde usted es coautor: “1000 duodenopancreatectomías cefálicas”.

Como lo expresó el Dr. Vicente Gutérrez, la vida del Dr. Oría estuvo dedicada a los demás: a su familia, a los pacientes, a los alumnos, a los médicos residentes, a los discípulos, a los cirujanos argentinos, a la investgación cientifica…

Portada de uno de sus trabajos en Annals of Surgery

De izquierda a derecha: Dres. Juan Álvarez Rodríguez, Luis Chiappeta Porras, Néstor Hernández, Alejandro Oría y Hugo Zandalazini

 

Dr. Oría, lo recordaremos como un líder de la cirugía argentina. Un líder absoluto para los jóvenes, que llegó a distintas posiciones por méritos propios y capacidad, y no como resultante de una interna. Muchas gracias, Dr. Oría, por todo lo que nos enseñó y dejó.

Referencias bibliográficas

1.  Gutérrez V. Acta 3217 Academia Nacional de Medicina. 27 de noviembre de 2014.

2.  Fontana JJ, Oría A, Diez J. Relato: Adelantos en el diagnóstico y tratamiento de la patología biliopancreática. Rev Argent Cirug. 1989, Número extraordinario.

3.  Oría A. Rev Argent Cirug. 2005;88:5.

4.  Oría A. Boletin de la Academia Nacional de Medicina. 2008; 86(2):61-86.

5.  Oría A. Boletin de la Academia Nacional de Medicina, 2008; 86(2):213-225.

6.  Oría A, Kohan G. Cómo escribir un trabajo cientifico y publicarlo. PROACI módulo 4. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana; 2010.

7.  Oría A, Cimmino D, Ocampo C, et al. Early Endoscopic Interventon versus Early Conservative Management in Patentis with Acute Gallstone Pancreattis andBiliopancreatic Obstructon. A Rando-mized Clinical Trial. Ann Surg. 2007; 245: 10-7.

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