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Revista argentina de cirugía

versión On-line ISSN 2250-639X

Rev. argent. cir. vol.112 no.4 Cap. Fed. dic. 2020

http://dx.doi.org/10.25132/raac.v112.n4.imjma 

IN MEMORIAM

In memoriam: Prof. Dr. Jesús M. Amenábar

Jorge Ahualli

El viernes, en Tucumán, ilusionados porque nuestro amigo había mejorado de su grave cuadro por COVID, pensé “Qué abrazo te voy a dar cuando salgas”. A la mañana siguiente, el 12/09/20, nos despertó un te rrible golpe: después de muchos días de lucha de esas que solo él podía librar, la implacable pandemia se co bró una vida irreemplazable, la del Dr. Jesús Amenábar. El dolor, el vacío y el desconsuelo se adueñaron rápi damente de toda nuestra comunidad, que perdía un luchador generoso por la equidad y la justicia dedicado al servicio de la salud y de la vida.

Ex presidente de la Sociedad de Cirujanos de Tucumán 

Solo espero que, por mi profunda tristeza y desconcierto, lo que pueda decir con palabras en este momento no pierda objetividad y claridad; para ello me apoyaré en algunas de los que expresan mejor con ellas sentimientos tan intensos.

Hijo de un Maestro del la Cirugía de Tucumán, el Gran Profe Amenábar, de quien heredó sus condicio nes médicas y humanas, tenía muchas cosas en común con él, valiosos genes que también recibieron sus her manos médicos, Pilolo y Fufa.

Se graduó en la Facultad de Medicina de la Uni versidad Nacional de Tucumán (UNT) el 27 de febrero de 1981.

Realizó la Residencia de Cirugía General y ejer ció su Jefatura en el Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires, y la Residencia de Cirugía Oncológica, en el Insti tuto Ángel Roffo.

Desde 1988 hasta 1994 se perfeccionó en Fran cia, en destacados Centros Quirúrgicos de París: Colegio de Medicina de los Hospitales de París, Centro Médico Quirúrgico Porte de Choisy, Hospital Tenon, Facultad de Medicina Saint Antoine, I. de Oncología Gustave Roussy.

Regresó a Tucumán en 1994.

En la Asociación Argentina de Cirugía (AAC) participó activamente, fue MAAC y candidato a Presi dente en 2014.

Fue ex Presidente de la Sociedad de Cirujanos de Tucumán.

Se desempeñó como especialista certificado en Cirugía General, Coloproctología, Cirugía Torácica y Oncológica.

En el ámbito de la docencia, pasó todos los es tamentos desde Jefe de Trabajos Prácticos hasta Profe sor Titular de la II Cátedra de Cirugía de la UNT, siendo a su vez docente de posgrado e Instructor de las Resi dencias de Cirugía del Hospital Centro de Salud y del Sanatorio Modelo de Tucumán.

Desarrolló su tarea asistencial en el Servicio de Cirugía General del Hospital Centro de Salud Zenón J. Santillán y en el Sanatorio Modelo Tucumán desde 1995.

Por sus brillantes condiciones y formación hu biera podido continuar su carrera en Francia o en cual quier otro país, donde sin duda se habría destacado; afortunadamente para sus comprovincianos decidió volver a su ciudad a desarrollar su actividad y cumplir otro de sus sueños, formar una familia con una compa ñera de profesión, María Emilia Caram, con quien tuvo dos hijos, Delfina y Alejandro.

Nos conocimos hace unos 30 años, comparti mos el Hospital Centro de Salud, el Sanatorio Modelo y la Facultad de Medicina; sabía que contaba con él las 24 horas. Siempre nuestro trato fue de admiración, respe to, incondicionalidad y afecto.

Vivía la Medicina, la Cirugía y la Docencia, con su sello distintivo: la pasión, con una capacidad de tra bajo, vocación de servicio y desmedida entrega, pocas veces vistas.

Como recuerda Alfredo, su inseparable herma no, desde joven fue exigente y trataba de buscar lo me jor, con una fuerza de voluntad admirable y condiciones personales que le permitieron concretar lo que se pro puso al mayor nivel: así fue gran nadador; gran músico (aún escucho Adiós Nonino interpretado en su piano, en el Virla, a la perfección); formarse en los mejores centros quirúrgicos; como docente Profesor Titular de Cirugía; en lo Social, un luchador por los derechos de los trabajadores de la salud, referente indiscutido, con su megáfono a veces rodeado de 3 o 4 personas y otras por cientos, pero siempre con fuerza arrolladora, en de fensa de justos ideales, sin bandería política; su palabra lo exponía, pero arriesgó todo, incluso la vida, con su presencia en primera línea.

Si las condiciones que debe reunir un líder en nuestra tarea son: Médico-Cirujano-Maestro-Mentor- Amigo, las tenía con creces; como médico, se destacó por su capacidad y temple; con sus pacientes, una de dicación ética y humana intachable; maestro de voca ción, le encantaba transmitir sus conocimientos, tenía una gran capacidad de motivar y compartir el amor por la cirugía, dio herramientas para una formación íntegra a alumnos, residentes y personas cercanas, tanto a ni vel académico como moral y humano. La tristeza de los residentes y colegas ante su partida lo demuestra; fue un fuera de serie, honesto, leal, un amigo de verdad, un modelo para seguir y que nos hace lamentar tanto su pérdida.

Vale un par de recuerdos de su pasión: una noche-madrugada, partiendo solo en su auto a Jujuy a realizar una reparación de VBP, es abordado por un de lincuente armado en un semáforo, acelera y es baleado en una mano. Va al Sanatorio, se hace algún estudio, se cura la herida y se va a Jujuy a operar; esa herida demo ró mucho en curar.

Muestra su pasión por la docencia cuando una noche en que estábamos reunidos por meet tratando temas de las dos Cátedras, nos dice: Estoy con COVID+. Le digo: Dejemos, descansa. No, sigamos -responde-estoy bien; luego, con máscara de oxígeno, daba indica ciones a su profesor adjunto.

Fue un grande, un apasionado de la vida y de la medicina, un médico de alma, un cirujano brillan te y prestigioso, de los mejores de nuestra provincia, modelo de profesional y persona, cuyo ejemplo vivirá siempre entre nosotros.

Sí, amigos, ayer me quebré, sentí que perdía mos algo muy valioso, compartí mucho con él, fui su compañero y jefe; nunca pude (ni quise) frenar su a ve ces excesivo empuje, siempre al límite; solo quería pro tegerlo; era valioso, sabía que siempre había buena fe y verdad en él; los residentes aceptaban sus vehementes retos, durante las revistas de sala o ateneos, por erro res ortográficos o fallas en la presentación; sabían que era por hacerlos mejores.

¡¡Qué calidad de persona!!, cuánto mejor se ría el mundo con varias así. Podremos recordar, cuando afloje este dolor, las mil historias vividas y los ejemplos de cómo ser y actuar en esta bella y dura profesión.

Prof. Dr. JESÚS AMENÁBAR, contigo la muerte no tendrá la última palabra. Tu esfuerzo no fue en vano; por suerte, gracias a tu ejemplo, habrá muchos que da rán su vida por la medicina, la cirugía, el país y la vida, gracias al intenso legado de fe y esperanza que hoy nos dejas.

Que descanses en paz, querido amigo.

13 de septiembre de 2020

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