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Revista argentina de cirugía

versión impresa ISSN 2250-639Xversión On-line ISSN 2250-639X

Rev. argent. cir. vol.114 no.4 Cap. Fed. oct. 2022

http://dx.doi.org/10.25132/raac.v114.n4.imlhml 

IN MEMORIAM

In memoriam: Dr. Leonardo Horacio Mc Lean

Juan Luis Uriburu1 

1 Jefe del Servicio de Mastología del Hospital Británico de Buenos Aires

Expresidente de la Asociación Argentina de Cirugía

El 1.° de octubre, a los 88 años, falleció el Dr. Leonardo H. Mc Lean en Pilar, provincia de Buenos Aires. Descendiente de inmigrantes escoceses que llegaron a nuestras tierras a fines del siglo XVIII, Patucho ‒como todos lo conocen desde su infancia‒ había nacido en la ciudad de Buenos Aires el 24 de octubre de 1933. Obtuvo su título de médico en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires en 1958 y, 10 años después, defendió su tesis doctoral Oclusión intestinal de colon en asa cerrada, con la que obtuvo el título de Doctor en Medicina, con calificación sobresaliente.

Desarrolló una extensa y comprometida carrera en el seno de nuestra Asociación Argentina de Cirugía, de la que fue presidente en 1999, luego de haber presidido el 68.° Congreso Argentino en 1997. Fue también presidente de la Academia Argentina de Cirugía en 2003.

Se formó en el Servicio de Cirugía General del Hospital Británico de Buenos Aires, junto al Dr. Alberto Laurence y, en su momento, solicitó al Dr. Julio V. Uriburu ser admitido como adscripto a su Servicio de Cirugía del Hospital Piñero para formarse junto a él en Cirugía Mamaria y así se convirtió en su discípulo y amigo. En 1975, luego de una pasantía en el Servicio de Patología Mamaria del Memorial Hospital de Nueva York, al lado del Dr. Jerome Urban, decidió abocarse de lleno a esta especialidad y en 1979 fundó el Servicio de Patología Mamaria del Hospital Británico, cuando aún no existían en la Argentina servicios de mama independientes de los de Cirugía General o de Ginecología y allí fue creando su propia escuela, a la que nutrió de discípulos, seleccionados más por sus valores personales que por sus antecedentes académicos, que luego él se encargaría de estimular. Y así creció este Servicio, hasta transformarse en uno de los más importantes del país y del continente, manteniéndose, al momento actual, con el mismo prestigio, continuando con la filosofía y el modo de trabajo que el Dr. Mc Lean impulsó y destacándose, entre otros avances, por la reconstrucción mamaria posmastectomía, de la que Mc Lean fue pionero en nuestro país, como parte del tratamiento integral del cáncer de mama dentro de un servicio de patología mamaria. Formó muchos discípulos, no solo en la Argentina, sino en la región y también en Europa, especialmente en España, de donde vinieron a formarse con él muchos colegas, que nunca dejaron de estar en contacto, por los fuertes lazos formados, científicos y de amistad.

En el ámbito científico y societario de la Mastología, especialidad en la que descolló, fue miembro fundador de la Sociedad Argentina de Mastología y su presidente en el año 1988. Fue también presidente de la Sociedad Internacional de Senología (SIS) en 1988-1989 y presidente del 5.° Congreso Mundial de Senología, desarrollado en Buenos Aires en el año 1988, con la concurrencia de los especialistas más destacados del momento a nivel internacional. Fue director de la Escuela Argentina de Mastología en 1989 y 1990 y posteriormente director del 3.er Curso Bienal Superior de Mastología.

Fue designado Maestro Ilustre de la Mastología Argentina en 2004 y este año 2022, Maestro de la Mastología Latinoamericana. Fue también Maestro de la Medicina Argentina. Participó en más de 100 congresos y cursos nacionales e internacionales. Fue autor de 55 trabajos publicados y coautor de 5 libros. Entre sus premios cabe mencionar el de la Academia Argentina de Cirugía en 1983, el premio de honor Hospital Británico de Buenos Aires en 1991 y el Premio Sociedad Argentina de Mastología bienio 2004-2005. En su actividad societaria internacional, además de en la SIS, fue miembro de la Sociedad Europea de Oncología Ginecológica, de la Asociación Española de Senología y Patología Mamaria, de la Sociedad de Mastología de Brasil, Miembro de Honor de la Fundación Española de Mastología (FEMA), y del comité editorial y de la Revista Española de Senología y Patología Mamaria. Fue también Fellow del American College of Surgeons.

Y cuando estaba cerca de la edad de la jubilación en el Hospital Británico, etapa en la que muchos piensan en el retiro o en cosechar con tranquilidad lo mucho que se sembró, Mc Lean, por el contrario, se abocó a su proyecto más ambicioso, la creación del Hospital Universitario Austral, en el año 2000, en Pilar, provincia de Buenos Aires, junto con sus amigos, los Dres. César Bergadá, Ricardo Dodds y Enrique Malbrán, entre otros, y gracias a la generosa colaboración de Gregorio Pérez Companc. Allí fue Profesor Titular de Cirugía, luego Decano de la Facultad de Ciencias Biomédicas y finalmente profesor Emérito. Allí también creó y dirigió hasta 2011 un Centro Mamario de excelencia. Es que para Mc Lean había una sola forma de hacer las cosas: bien. Y, una vez más, soñó en grande y se quedó corto.

En el año 2006 ingresó como Miembro de Número a la Academia Nacional de Medicina de Buenos Aires. También fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas y miembro académico correspondiente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España. Especial inclinación tuvo por la bioética y fue presidente de la Sociedad Argentina de Ética y Moral Médica y Biológica.

En su juventud fue un buen deportista y amante del tango. Además de la medicina, su otra fascinación fue el campo, al que se dedicó durante muchos años, creando una cabaña de cría ganadera y, en los últimos años, también una cabaña de cría de caballos percherones, su debilidad. Fue una persona de firmes principios morales, éticos, religiosos y también nacionales y de una capacidad de trabajo incansable y actuó como un verdadero apóstol, llevando todos esos valores a donde quiera que fuera, desde su hogar hasta cada ámbito social y laboral en que se moviera. En la familia que formó con Inés, dejaron una fuerte genética en sus diez hijos, que se prolonga en sus 27 nietos y 3 bisnietos. No es genética, aunque se le parece mucho, pero en sus discípulos también dejó una gran impronta. Es que Mc Lean marcó una huella muy profunda en su camino, de esas de las que es casi imposible salirse, aunque se intentase dar un volantazo.

Muchas gracias por tu legado, Patucho. Descansa en paz.

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