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Historia de la educación - anuario

versión On-line ISSN 2313-9277

Hist. educ. anu. vol.9  Ciudad autonoma de Buenos Aires. dic. 2008

 

RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

Reseña bibliográfica de "Going to School in Latin America", editada por Silvina Gvirtz y Jason Beech América Latina - una y muchas

 

Sofía se viste con su túnica blanca y moño azul, símbolos de la educación pública uruguaya, y se prepara para su jornada de cuatro horas en una escuela urbana de Montevideo. En la orilla opuesta del Río de la Plata, Diego lucha con su sueño matinal y se pone el uniforme: lo espera una jornada escolar que dobla en cantidad de horas a la de Sofía, pero también a la de Ariel, quien vive en su mismo barrio pero va a la escuela pública en guardapolvo. Ariel y Sofía no tienen largas clases de inglés, como las de la escuela privada a la que asiste Diego... Vanessa camina durante veinte minutos con mucha cautela por el tránsito vehicular intenso de Juitepec, en las afueras de Cuernavaca, una gran urbe mejicana, cargando una mochila pesada con todos los libros de texto que le dieron en la escuela para que los use sólo ella. Wara, en cambio, tarda más de una hora en atravesar los campos tranquilos del altiplano boliviano, cantando en Aymara con sus amigas camino a la escuela. Wara sólo lleva un cuaderno en el que anotará los ejercicios que le indique su señorita, y se lo mostrará a su mamá cuando regrese a su casa al mediodía.
La realidad escolar de América Latina es tan diversa como cada una de estas historias, y así lo ilustra este libro, editado por Silvina Gvirtz y Jason Beech, ambos investigadores de la Universidad de San Andrés con amplia trayectoria en la temática. Se trata de uno de los nueve volúmenes de la serie "El Aula Global", de Greenwood Press, que explora la historia de los sistemas educativos de todo el mundo, dividido en nueve sub-regiones, entre las cuales América Latina es la que nos convoca.
El libro está organizado en capítulos individuales para cada uno de los trece países cuyo sistema educativo se presenta, en lo que los editores señalan como "una muestra representativa de las diversas experiencias históricas que pueden encontrarse en la región". A su vez, cada capítulo desarrolla un recorrido a lo largo de los principales factores históricos que han ido moldeando los respectivos sistemas educativos, sintetizado en una línea de tiempo al final. A modo de cierre, cada capítulo describe brevemente "Un Día en la Vida" de un alumno de cada país, con detalles vívidos acerca de la experiencia cotidiana de cada uno de ellos, acercándonos a sus emociones y, en algunos casos, también a sus sueños y aspiraciones. Finalmente, para aquellos interesados en explorar en mayor profundidad la historia individual de cada país, cada capítulo ofrece una lista de fuentes recomendadas.
Si bien la "conquista" europea de América Latina y su correlato colonial forjaron una impronta común, esta obra demuestra lo diverso de los recorridos de cada país, dando cuenta de las tensiones propias de los procesos emancipatorios y de surgimiento de los distintos proyectos de estados nacionales, de los cuales devienen sus respectivos sistemas educativos. Así, cada capítulo hace hincapié en las particularidades priorizadas por sus autores, en consonancia con la intención de los editores - en sus propias palabras - de "evitar la construcción de una historia comparada general", a fin de que sea el lector quien "una un rompecabezas del que no necesariamente tiene todas las piezas".

Desafío histórico: educar a todos y todas

Dando curso a la invitación de los editores, el lector encontrará que algunas cuestiones centrales que atraviesan a varios países han sido dirimidas de modos muy diversos en los distintos escenarios. Por ejemplo, la cuestión de la cobertura escolar en todo el territorio nacional y sus consecuentes desafíos en términos de calidad y equidad ha cobrado formas diferentes. En el caso de Brasil, por ejemplo, Diana Goncalves Vidal y Luciano Mendes de Faria Filho señalan que hasta la sanción de la primera ley que unificara todo el sistema educativo del país recién en 1961, durante siglos se mantuvo una pluralidad de sistemas educativos provinciales que resultó en una provisión muy desigual de educación en todo el territorio nacional. En Argentina, por otro lado, Silvina Gvirtz y Jason Beech describen el proceso inverso, pero con similares resultados: la política educativa pasó de ser centralizada en los comienzos del sistema educativo a fines del siglo XIX, para luego descentralizarse con la Ley Federal de Educación de 1993, y volver a centralizarse - al menos en varios aspectos - en la reciente Ley de Educación Nacional (2006). Sin embargo, los largos años de tradición de centralización no bastaron para asegurar una enseñanza de igual calidad en todo el territorio argentino, lo cual es un desafío pendiente de importancia acuciante. En Costa Rica, en cambio, Alejandrina Mata Segrega indica que ya desde 1885 la Ley General de Educación Común creaba un sistema educativo integrado desde el nivel inicial hasta el universitario, proponiéndose la provisión de una educación de calidad en todo el territorio. Y si bien aún se perciben disparidades entre el entorno urbano y el rural, las políticas educativas de los últimos cuarenta años han mejorado significativamente los indicadores de calidad educativa globalmente difundidos por agencias internacionales como UNESCO, y lo han hecho de manera equitativa en todo el territorio costarricense. Asociada a cuestiones de equidad y calidad educativa, la dicotomía entre la educación pública y la privada también ha marcado la trayectoria educativa de distintos países en modos diversos. Mientras que la matrícula para el sector privado ha alcanzado magnitudes significativas en países como Argentina y Chile, y la composición de esa matrícula en términos socio-económicos también revela grandes diferencias entre un sector y otro, en países como Bolivia, Paraguay y Méjico la educación privada es sólo un lujo al que acceden las élites y en porcentajes muy minoritarios. En Nicaragua, por otro lado, los cinco autores del capítulo comentan que las medidas recientes del gobierno Sandinista de Daniel Ortega incluyen el desmantelamiento de todas las escuelas de gestión privada, en una "Cruzada" en contra de las medidas adoptadas en los previos dieciséis años de gobierno neoliberal. Y en Cuba, finalmente, Hernández Galano y Rodríguez Fuentes describen cómo la revolución de 1959 trajo aparejada la nacionalización de la educación privada, que había sido proporcionalmente importante en la historia educativa de ese país.

Ser o no ser en la Babel latina

Si bien es indiscutible que la conquista europea impuso un común denominador cultural dominante en América Latina, también es cierto que las reacciones de los pueblos originarios - y las consecuencias de esas acciones - tienen mucho que ver con la actual diversidad cultural de la región. La cuestión étnica tiene una resonancia mucho mayor en países como Perú, Bolivia y Méjico, donde las culturas prehispánicas han tenido mucha preponderancia, y su numerosa descendencia reclama a viva voz el reconocimiento igualitario de su identidad. En Argentina y Uruguay, en cambio, la preocupación por este choque cultural ocupa un espacio mucho menos significativo; y en el caso de Brasil, por otro lado, el único dato al respecto de la cultura precolonial con el que contamos da cuenta de la prohibición del uso de la lengua previa al portugués: el Tupi, en 1727.
En Paraguay, tal como lo indica Rodolfo Elías en su capítulo, la política de "hispanización" a través del sistema educativo perduró desde tiempos coloniales hasta 1973, año en que la reforma educativa incluyó la enseñanza del Guaraní en todas las instituciones del país. Este dato es particularmente relevante si se tiene en cuenta que, de acuerdo al censo de 2002, casi el 60% de la población hablaba esa lengua. Sin embargo, recién en 1994 comenzó a funcionar el Programa de Educación Bilingüe, que implica el uso de ambos idiomas como vehículo de enseñanza de otras áreas del conocimiento.
Quizás el caso más paradigmático ilustrado por este libro es el de Bolivia. En su capítulo, Aurolyn Luykx y Luis Enrique López indican que el 50% de la población boliviana se identifica a sí misma como indígena. En este contexto, el recorrido histórico ofrecido habla de una marcada exclusión de la población indígena de toda iniciativa educativa. La "castellanización", al igual que en Paraguay, impuso al español como única lengua oficial y de instrucción desde la época colonial, a pesar de que la mayoría de los bolivianos no lo hablaban hasta los 1970s. Las lenguas indígenas no fueron reconocidas oficialmente sino hasta el año 2000, y aunque la alfabetización en lenguas indígenas está creciendo - en especial Quechua y Aymara - todavía no está generalizada. Como es de esperarse, la histórica falta de reconocimiento simbólico tiene su correlato en recursos materiales y humanos para la empresa educativa, por lo que convergen en los sectores rurales indígenas las problemáticas de pobreza, exclusión y baja calidad educativa.
A partir de los 1990s, vemos que han aumentado en América Latina las iniciativas de educación bilingüe y multicultural orientadas a paliar la problemática de exclusión, acercando la realidad cultural y lingüística de la escuela a la realidad cotidiana de los niños y niñas de las zonas rurales. Sin embargo, en el caso peruano estas iniciativas todavía son incipientes, y si bien, por ejemplo, los indicadores dan cuenta del crecimiento en el número de escuelas secundarias en las comunidades rurales - inexistentes hace tan sólo décadas atrás - todavía hay evidencia de considerables desigualdades de género, reflejadas en indicadores como la matrícula. En Méjico, Aurora Loyo Brambila señala que la falta de articulación entre las políticas educativas y las políticas culturales en un sentido más amplio da cuenta de que la cuestión del reconocimiento sigue siendo una cuenta pendiente, como se ve reflejado en los indicadores de calidad educativa para las poblaciones indígenas.

Cuestión de fe

Es poco lo que sabemos acerca de la educación en el territorio de la actual América Latina en tiempos anteriores a la conquista europea, pero sí sabemos que ya desde entonces la educación estaba íntimamente ligada a la religión en varias culturas. Ejemplo de esto son las descripciones de las actividades educativas del Imperio Inca que ofrece el capítulo sobre Perú, y las del la Tenochtitlán mejicana. En línea con esta cuestión, el rol de la Iglesia Católica en la época colonial puede identificarse como una parte de la impronta común latinoamericana de la que hablábamos al principio: la misión de la Iglesia fue, como señalan los editores de esta obra, impartir educación para "civilizar a los pueblos indígenas promoviendo la 'civilización europea' y la doctrina cristiana". Varias órdenes religiosas llevaron a cabo esta empresa, entre las cuales se destacaron los Jesuitas - antes de ser expulsados en 1759 de territorios portugueses y en 1767 de territorios españoles.
Pero despojarse del sesgo religioso que le dio origen resultó una empresa compleja para los sistemas educativos, cuya historia está poblada de conflictos y pugnas entre sectores intelectuales laicos y religiosos. Así, un claro ejemplo se desarrolla en el capítulo sobre Colombia, que relata una larga tradición de esfuerzos por desplazar a la Iglesia del escenario educativo: la libertad de enseñanza proclamada por la ley de 1848, la reforma de 1870 que oficializó la educación laica, su fracaso por la oposición católica y conservadora en 1876, y la Constitución confesional de 1886 son algunos ejemplos de esa lucha por separar la cuestión religiosa de la educación. Pero esto no sucedería hasta la Reforma Constitucional de 1936, contestada por la llegada al poder del Partido Conservador en 1946 y su "re-catolización" de la educación pública, proceso del cual perduran vestigios en la vida escolar aún hoy en día, después de la Nueva Constitución de 1991 y la Ley General de Educación de 1993.
Los capítulos sobre Argentina, Bolivia, Chile y El Salvador, entre otros, dan cuenta de los conflictos de intereses que desató la cuestión de escindir la religión de la misión educadora de la escuela.

"América Latina" - ¿qué hay en un nombre?

En palabras de sus editores: "este libro sirve como útil recurso para estudiantes de educación o docentes en distintas partes del mundo que estén interesados en ampliar sus perspectivas acerca de la educación, aprendiendo cómo el problema de universal de educar a las nuevas generaciones ha sido abordado por distintas sociedades dentro de América Latina". Puede agregarse que, por la selección de países y, dentro de ellos, la variedad de miradas abocadas a destacar diversos aspectos de la historicidad de cada uno, este libro constituye un necesario aporte para comprender la naturaleza diversa de América Latina. Diversidad que suele ser ignorada, estereotipando sus identidades en un conjunto de representaciones que remiten a sus paisajes exóticos, su actividad política efervescente y sus manifestaciones culturales coloridas.
Es sabido que América Latina toma su nombre por el hecho de haber sido colonizada por países como España, Portugal y Francia, cuyas lenguas derivan del latín. Así, brasileños, mejicanos y haitianos son todos "latinoame ricanos" que pueblan paisajes muy diferentes y llenan el aire con la melodía de sus lenguas muy distintas. No faltan quienes cuestionan esta denominación por el hecho de hacer hincapié en el proceso de aculturación precolonial en pos de la cultura hegemónica europea. El énfasis - dicen - queda así en la herida, en la pérdida de lo propio, lo singularizante. Quizás la lectura de este libro sirva para repensar esta postura: las heridas cicatrizan en marcas identitarias, y está claro que la identidad de América Latina es fuerte, dinámica, rica y diversa, al igual que los desafíos que propone la educación de sus generaciones venideras.

Carla Sabbatini

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