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Historia de la educación - anuario

versión On-line ISSN 2313-9277

Hist. educ. anu. vol.13 no.1 Ciudad autonoma de Buenos Aires. ene./jun. 2012

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

La universidad de Buenos Aires en la trama del discurso peronista. De la euforia a la desazón (1973 - 1976)

 

Sofía Dono Rubio1 - Mariana Lázzari2

1 (IICE/UBA) sofiadonorubio@fibertel.com.ar
2 (IICE/UBA) mlazzari05@yahoo.es

1Lic. En Ciencias de la Educación. Jefa de Trabajos Prácticos de la cátedra de Historia General de la Educación. Doctoranda e investigadora tesista en el Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Educación - Facultad de Filosofía y Letras - Universidad de Buenos Aires.
2 Lic. En Ciencias de la Educación. Docente de la cátedra de Historia General de la Educación. Especialista en Ciencias Sociales con mención en Historia Social. Investigadora tesista en el Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Educación - Facultad de Filosofía y Letras - Universidad de Buenos Aires.

 


Resumen

El presente artículo analiza el proceso de configuración del discurso que se despliega sobre el sentido, misión y estructura de la universidad de Buenos Aires durante el tercer gobierno peronista (1973 -1976). Focaliza en las condiciones de posibilidad en las que este discurso emerge y los modos de subjetivación que produce.
En esta dirección recupera diversas fuentes - documentos y prácticas institucionales- abordadas desde algunas categorías conceptuales provenientes de la teoría de M. Foucault, escogidas por su potencial explicativo.
El período seleccionado inscribe la producción discursiva en un régimen democrático, caracterizado por un alto nivel de conflictividad social y antagonismo político que se agudiza al interior del partido gobernante. La complejidad y densidad de este momento histórico posibilita profundizar en la comprensión de relación entre política y universidad.

Palabras clave

Peronismo; Discurso; Condiciones de posibilidad; Modos de subjetivación; Universidad

Abstract

This article analyzes the configuration of discourse that develops on the structure, mission and function of the University of Buenos Aires during the third Peronist government (1973 -1976). Focuses on the conditions of possibility in wich this discourse emerges and modes of subjectivity that produces.
In this way retrieves a variety of sources - documents and institutional practices, approached from some conceptual categories from the theory of M. Foucault, chosen for their explanatory power.
The selected period incribes the production of discourse in a democratic regime, characterized by a high level of social unrest and political antagonism is exacerbated within the party. The complexity and density of this historic moment possible to deepen the understanding of relationship between politics and university.

Key words

Peronist government; Discourse; Conditions of possibility; Modes of subjectivity; University


 

Introducción

Entre 1973 y 1976 accede al poder el peronismo por tercera vez. Esta fuerza política alberga en su seno tanto a representantes de la derecha y fuerzas sindicales, como a una nueva facción, conformada por sectores juveniles radicalizados provenientes de distintos sectores de la izquierda. La presencia de grupos antagónicos en el gobierno se expresa en pugnas que en un principio parecen dirimirse a favor de la izquierda. Sin embargo, paulatinamente, se afianzan en el poder, políticos provenientes del peronismo histórico.

Esta trama significante constituida por y constituyente del discurso peronista de los '70, es condición de posibilidad para la emergencia de un discurso sobre la universidad que incorpora elementos del peronismo a la vez que recupera y resignifica otros enunciados de diversas procedencias. Así, este discurso es redefinido a partir de prácticas que se reagrupan y desagregan, producen rupturas y enrarecimientos del discurso, configurando nuevos juegos de verdad y modos de subjetivación.

El objetivo del presente trabajo es describir y analizar el proceso de configuración del discurso universitario en una coyuntura de enfrentamiento entre tendencias ideológicas opuestas pero al mismo tiempo inscriptas dentro del peronismo. En pos de este objetivo, y desde una perspectiva teórico - metodológica que recupera aportes de M. Foucault, se focaliza el análisis en la Universidad de Buenos de Aires y se seleccionan como enunciadores a algunas autoridades políticas y académicos universitarios.

Se examinan distintas fuentes referidas a prácticas académicas, piezas oratorias de actores políticos y de universitarios, documentos institucionales, entre otras; enmarcando su selección en una concepción de discurso que lo entiende como totalidad lingüística y extralingüística. Asimismo se aborda al discurso en términos de modos de subjetivación que escinden al sujeto y a sus prácticas por medio de formas de delimitación, exclusión y apropiación de ese mismo discurso. En esta dirección, se identifican sus modificaciones y desplazamientos así como los intereses que lo impulsan y los efectos que producen.

El discurso sobre la universidad. Sus condiciones de posibilidad

En marzo de 1973, el peronismo retorna al poder y se construye una coyuntura histórica, efímera y singular en la que se propone la reconstrucción de la Nación a partir de la liberación popular. El movimiento accede al gobierno apoyado en una precaria alianza, entre los que creen que Perón es el estratega de la inminente revolución socialista y aquellos para quienes el líder encarna la única posibilidad de pacificación y unión nacional frente a la agitación social y política. Los propios actores son concientes de la inestabilidad de esta coalición y de que el triunfo electoral es sólo el prólogo de una lucha política por concretar sus aspiraciones particulares (Sigal, S. y Verón, E., 2008)

Esta lucha se torna visible en distintas ocasiones. El mismo día de la asunción de H. Cámpora a la presidencia de la Nación cobra materialidad el conflicto. Gillespie (1987) describe como carnavalesca la atmósfera que invadió el centro de Buenos Aires ese día; al mismo tiempo sostiene que la tensión cubría dicha atmósfera,

Se produjeron peleas a puñetazos entre grupos sindicales que gritaban exigencias para la Patria Peronista y jóvenes que pedían la Patria Socialista. También la represión estaba presente: en respuesta al lanzamiento de piedras, a los insultos y al desarme de policías aislados por los manifestantes, las fuerzas de seguridad hirieron al menos a una docena de personas; y la represión continuaría aquella misma noche. (Gillespie, 1987, p. 159)

Esta trama de conflictividad se torna condición de posibilidad del discurso universitario. Éste se reconfigura como resultado de una constelación heterogénea que integra elementos de la liturgia peronista, a la vez que recupera y resignifica otros, vinculados a la tradición universitaria.

El análisis del discurso posibilita indagar este proceso de configuración, a partir de la descripción de las condiciones de su surgimiento. Los juegos que generan las condiciones de aparición de un enunciado forman un haz complejo de relaciones entre instituciones, procesos económicos, sociales, formas de conocimiento. Estas condiciones no son meramente objetivas, sino que se presentan como condiciones de producción del sentido que posibilitan la aprehensión del orden simbólico, matriz de las acciones de los sujetos y del imaginario social. Son relaciones que permiten la emergencia o desaparición de un discurso y las que delimitan lo que se debe pronunciar o silenciar. (M. Foucault, 1984, 1986)

Las condiciones de surgimiento del discurso universitario entre 1973 y 1976 resultan de una complejidad socio - política que posibilitan su emergencia, enmarcan sus sentidos y delimitan sus márgenes.

Respecto de estas condiciones, afirma Svampa (2007)

El período que va de 1973 a 1976 presenta una especificidad propia, pues encarna como pocos un punto de máxima condensación de tensiones y contradicciones ilustradas de manera acabada por el desencuentro que se produce entre la sociedad civil movilizada y el líder recién vuelto del exilio; por la imposibilidad de implementar con éxito el modelo populista del "pacto social", así como de encapsular todo ese movimiento dispar dentro de los tradicionales moldes nacionales y populares. (Svampa, 2007, pp. 384-385).

En esta etapa se producen en el espacio público, a través de un juego de oposiciones y enfrentamientos, diferentes redefiniciones que construyen focos de poder, frágiles e inestables. Esta tensión permanente es la que le imprime al período un alto nivel de radicalización, carácter que se expresa en el ritmo acelerado de los cambios en la esfera política y - de forma concomitante - en el ámbito universitario.

Renovadas las condiciones de surgimiento, se generan desplazamientos, irrupciones y ocultamientos en el discurso que se produce sobre la universidad. Nuevas interpelaciones redefinen el sujeto universitario; se reformulan la estructura, la misión, y el sentido de la universidad; un nuevo marco normativo regula y consolida estas transformaciones. Abordar estos cambios articulando en el análisis el concepto de poder, permite pensarlos como encadenamientos sucesivos, que se anclan en enlaces precisos, a la vez de sostenerse en una compleja red de relaciones. Darles visibilidad y vincular los cambios y permanencias con las sucesivas distribuciones de poder, posibilita esbozar un esquema de modificaciones de las relaciones de fuerza, entendiéndolas como cortes instantáneos de un proceso continuo.

Desde los aportes de Foucault (1983, 1986) se entiende al discurso como acontecimiento, en referencia a su materialidad y pertenencia al orden de lo visible. Definido en términos de una "relación de fuerzas que se invierte, un poder confiscado, un vocabulario retomado y que se vuelve contra sus utilizadores, una dominación que se debilita, se distiende, se envenena a sí misma, algo distinto que aparece en escena, enmascarado" (Foucault, 1992, p.19); es la arena en la que se despliega la lucha ideológica. Su teorización se orienta al análisis crítico de las prácticas sociales de su producción y de reconocimiento de su significado.

En un escenario fragmentado, las diferentes facciones del peronismo pugnan por fijar los significados. Se despliegan acciones diversas, con resultados parciales y transitorios, en pos de definir quiénes son los peronistas; por señalar a los genuinos portadores del legado de Perón; por identificar al enemigo, entre otras. Se desencadena un proceso de alterización que implica la producción de enunciados con esta finalidad.

Respecto de este proceso cabe destacar que, desde sus orígenes, el peronismo se configura como un movimiento. Esta condición posibilita visualizar la composición de fuerzas sociales y clases verticalmente integradas al peronismo y la particularidad de que la condición de miembro del partido era más un asunto de identificación que de afiliación (Gillespie, 1987).

En esta dirección, Sidicaro (2010) describe al peronismo como un "movimiento político de organización e ideología imprecisa". En referencia a la configuración particular que se articula hacia 1973, el autor distingue al grupo de notables o históricos, políticos de la primera hora que asientan su legitimidad en su trayectoria y en sus vínculos con Perón, con mayor ascendencia en el interior del país; a la rama sindical, que aumenta sus posibilidades de incidir en los destinos del movimiento a partir de la proscripción política de 1955; y a la juventud que asoma a escena a partir del inicio de la década del '70, vinculada a acciones de grupos guerrilleros urbanos que se identifican con la resistencia peronista, surgida también en el año de la caída de Perón. Los tres sectores comparten la adhesión a la figura de Perón y un núcleo de ideas referidas a la defensa de los intereses de Pueblo frente a la explotación imperialista y la oposición a la oligarquía.

Con la victoria electoral de la fórmula Cámpora - Solano Lima en marzo de 1973, las contradicciones del movimiento estallan, cada facción exige a su conductor la definición acerca de quiénes son los peronistas y quiénes son sus enemigos. Ante la reticencia de Perón por delimitar al "verdadero peronista" cada grupo se autodefine como tal, a la vez que acusa a sus opositores de traidores a la agrupación. Vertiginosamente, el antagonismo ideológico entre las tendencias se agudiza, cobrando materialidad en prácticas sociales cada vez más violentas.

La vuelta de Perón al país, la renuncia de H. Cámpora, la incorporación de Isabel Perón a la nueva fórmula presidencial en vista de las elecciones de septiembre del '73, son algunos de los acontecimientos que expresan las primeras definiciones del líder y el consecuente desplazamiento de fuerzas. Este movimiento quedaría en evidencia, siendo ya Perón presidente con la exclusión de la izquierda peronista que cobra materialidad en el acto del 1° de mayo de 1974.

La muerte de Perón, dos meses después, y la asunción de Isabel, rodeada de un grupo de los más conspicuos representantes de la derecha aceleran la descomposición del gobierno en el marco de una situación de violencia generalizada, antesala de la represión estatal que continuaría la dictadura militar.

Como resultado de las pugnas entre sectores se redefinen las alianzas y se producen fracturas y reacomodamientos en la distribución del poder. Con la asunción de Cámpora a la presidencia, se designa al frente del Ministerio de Cultura y Educación a un peronista histórico, Jorge Alfredo Taiana", mientras que Rodolfo Puiggrós™, hombre proveniente de la izquierda peronista, es nombrado rector interventor de la UBA, bastión entonces de la izquierda del movimiento. Estas designaciones expresan criterios de parcelación y distribución de espacios de poder en el terreno educativo. La universidad de Buenos Aires queda en manos de sectores radicalizados del peronismo a cambio de una figura poco controversial, en el ministerio de Educación (Suasnábar, 2004). Con la renuncia de Cámpora, Taiana continúa en sus funciones; mientras que en el rectorado de la UBA se suceden aceleradamente seis rectores - ver anexo cuadro N° 1-. Entre ellos se destacan, Ernesto Villanueva, elegido por los estudiantes que habían tomado las Facultades - la más prolongada gestión con 6 meses en el cargo-, Vicente Solano Lima, - 4 meses de gestión- y Raúl Laguzzi, apoyado por las organizaciones estudiantiles radicalizadas -2 meses en la conducción-. La renuncia de éste último es acelerada por la bomba que la Triple A coloca en su casa, matando a su hijo el 7 de septiembre de 1974.

Se visualiza así que la llegada a la presidencia de Isabel Perón está signada por la represión dirigida contra las ya raleadas posiciones que contaba la izquierda peronista, al interior de la universidad. Las designaciones de Oscar Ivanissevichiv como ministro de Educación y del no menos reaccionario Oscar Ottalaganov como interventor de la UBA, marcan el inicio de la tarea de purificación y ordenamiento del espacio universitario, acciones enmarcadas en la denominada "Misión Ivanissevich - Ottalagano".

El discurso universitario refleja no sólo estos vaivenes políticos sino también el grado de fragmentación y confrontación que vivía la sociedad en su conjunto. A fines de organizar el análisis se segmentan entonces, dos períodos. El primero, corresponde a las gestiones que comienzan con el rectorado de R. Puiggrós, finalizan con R. Laguzzi y abarca desde mayo de 1973 a setiembre de 1974. Un segundo momento se inicia con la intervención de A. Ottalagano, al que suceden diferentes rectores" y se extiende hasta el golpe de estado de 1976. Esta periodización se propone con meros fines analíticos y está determinada por hitos institucionales que señalan puntos de clivaje en la configuración del discurso sobre la Universidad de Buenos Aires.

El peronismo, en ejercicio del gobierno tiende a subordinar las actividades sociales, académicas y culturales de la universidad a las reglas de su discurso político. (Puiggrós, 2003). Sus enunciados ingresan a la universidad y mediante mecanismos de conservación, yuxtaposición, exclusión, omisión y resignificación, el discurso universitario se transforma, produciendo a la vez nuevas y diversas posiciones de subjetividad.

Pensar al discurso como modo de subjetivación y como prácticas que dispersan al sujeto en nuevas posiciones y funciones, remite a las formas de delimitación, exclusión y apropiación de ese discurso, sus modificaciones y desplazamientos, a la identificación de los intereses que lo impulsan y de los efectos que produce. Bajo estos supuestos, surgen como interrogantes, ¿A qué nuevas subjetividades se interpela en la trama del discurso universitario en cada período reseñado? ¿Mediante qué formas de delimitación? ¿Cuáles son los intereses que se ponen en juego?

De la universidad revolucionaria a la universidad reaccionaria

En el contexto signado por el retorno del peronismo en marzo del '73, grupos de políticos e intelectuales pertenecientes a la izquierda peronista, y vinculados con la Universidad de Buenos Aires, demandan cambios que garanticen que la producción y difusión del conocimiento se realicen en estrecho compromiso político y social con el Pueblo y la Nación. A estos pedidos se suman la exigencia de democratización en las políticas de ingreso a la universidad, la ampliación de participación en la gestión y un plan de reformas pedagógicas.

Estas demandas son acompañadas por la amplia mayoría de los estudiantes, quienes recuperan su espacio en la política universitaria. Durante el régimen de facto de Onganía grupos de izquierda y peronistas se unen y articulan acciones a través de las cuales expresan su oposición a la intervención universitaria. En esos años la conducción peronista de izquierda se consolida, aumentando su poder de movilización y convocatoria. (Puiggrós, 2003). Así, la política universitaria se caracteriza por un particular desarrollo de los sectores ligados a montonerosVII.

Si bien hasta 1973 los estudiantes de afiliación peronista se abstienen de participar a través de los mecanismos de representación política en la universidad, como forma de repudio a la proscripción de su partido, con la llegada Cámpora a la presidencia, se presentan a elecciones nucleados en la Juventud Universitaria Peronista (JUP). Esta agrupación consigue en la UBA el triunfo electoral con el 44% de apoyo sobre un 50% del electorado estudiantil que votó en las elecciones.

A partir de esta victoria electoral, la JUP desarrolla un rol protagónico en los debates relacionados con las transformaciones que se llevarían adelante en la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. En esta dirección sienta las Bases para la reconstrucción universitariaVIII, en las cuales se explicitan los principios y líneas de acción a seguir. La declaración de estos principios concluye con la siguiente afirmación, que condesa el sentido del documento, "No puede haber universidad nacional en un país colonizado, ni habrá universidad colonizante en un país liberado" (Revista Militancia, N°5, 12 de julio de 1973, p. 19).

En el mismo escenario, y como contrapartida, tienen presencia en el ámbito universitario grupos de derecha nacionalista, organizados en la CNU (Concentración Nacional Universitaria), que se autodefinen como patrióticos y peronistas y que consideraban traidores a quienes "... desvirtúan el sentido de la ortodoxia peronista que no sabe de izquierdas ni de derechas y sólo sirve a la Nación, al Pueblo y a su Líder." (Corres, H, miembro de la CNU, cit. en Díaz, M., 2010, p. 87).

Al fragor de estas disputas, se construye discursivamente un imaginario donde lo nacional y lo popular se fusionan. La Universidad de Buenos Aires se convierte en la Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires y se exhorta a sus miembros a integrarse a un proyecto alternativo de universidad y de país. Los programas de reforma de la UBA, se constituyen como bastión de un plan de transformación integral que abarca la totalidad de las dimensiones de la realidad nacional.

En esta dirección, el considerando del decreto N° 35 de intervención a las universidades nacionales, establece que, "La Liberación Nacional exige poner definitivamente las Universidades Nacionales al servicio del pueblo, siendo por lo tanto necesaria la reformulación de los objetivos, contenidos y métodos de enseñanza de todos los sectores vinculados a la vida universitaria" (M.C. y E., 1973)

Se inicia a partir de estos propósitos un período de profundos cambios, en el que se resignifican el rol de la universidad, sus tradiciones y conceptos fundantes; enmarcándola en el destino de la nación y de los argentinos. El discurso universitario se reconfigura como efecto de una nueva composición de las relaciones de poder.

A medida que la derecha logra institucionalizar su racionalidad, las relaciones de fuerza se invierten y en este proceso, las palabras se vuelven contra sus enunciadores.

El discurso sobre la universidad que se había pretendido consolidar se percibe como peligroso, y en consecuencia se despliegan diversas acciones tendientes a redefinir una nueva legitimidad, fijando otras exclusiones y limitaciones que determinan quienes son los enunciadores y los discursos válidos. Los enunciados que se privilegiaron para la construcción de este discurso - la liberación nacional y popular - son ahora denostados.

En una alocución dirigida a la juventud, por cadena nacional, el nuevo ministro de Educación, Oscar Ivanissevich, asevera,

¿Es ésta la liberación que nos prometieron los pseudos dirigentes, que malograron los mejores días de nuestra juventud? ¿Es esta la liberación que traducida en hechos reales nos entrega a la tiranía de la izquierda que vive prisionera de un muro de Berlín, de una cortina de hierro, de una Siberia muy confortable? (M.C.y E., 1974a)

De este modo, en cada etapa política, se perfilan diferentes concepciones sobre la universidad y su misión, desde un juego de oposiciones que, desde un diagnóstico negativo de la universidad legada, propone un proyecto alternativo de universidad anhelada. La racionalidad de esta dinámica resulta recurrente en ambos períodos.

Así, el presidente H. Cámpora caracteriza a la situación de la universidad al iniciar su gestión en la Asamblea Legislativa el 25 de mayo de 1973,

La Universidad nos ofrece en estos momentos una caótica coyuntura. Resulta ello lógico si se analiza el proceso de los últimos años, viciado por la falta de una política coherente con el país e incluso consigo misma (...) [se] configura un difícil cuadro de situación que para ser superado, necesitará de un profundo y sistemático esfuerzo que apunta más hacia logros futuros que a eventuales éxitos inmediatos. (H. Cámpora, en U.B.A., 1973a, p.16)

Con el mismo tenor, en la conferencia al Parlamento del 1° de mayo de 1974, el presidente Perón refuerza la alianza entre universidad y destinos de la Nación,

No puede concebirse a la universidad como separada de la comunidad, y es inadmisible que proponga fines ajenos o contrarios a los que asume la Nación. No puede configurarse como una isla dentro de la comunidad, como fuente de interminables discusiones librescas. (J.D.Perón, 1974, en I.N.J.D.P., 2006)

Este primer juego de oposiciones es legitimado discursivamente en términos de una relación antagónica entre lo que se denomina la universidad isla y la universidad nacional y popular. Ejemplo de esta mirada dicotómica, son las palabras de Rodolfo Puiggrós quien al avalar el programa de reconstrucción universitaria propuesto, incrimina a la universidad reformista los yerros del pasado

...no queremos repetir los errores, ni caer en el verbalismo de la Reforma del 18. (...) tenemos inconvenientes en repetir una reforma, apoyada y en gran parte inspirada por Hipólito Yrigoyen, cuyo efecto 12 años después fue que los propios estudiantes derrocaran a Hipólito Yrigoyen, no comprendieran luego al peronismo y estuvieran por su caída. (Puiggrós, R. en U.B.A., 1973b, p.15).

Los principios de la Reforma del '18 son identificados así como parte de un esquema demoliberal, que atenta expresamente contra los nuevos objetivos de la enseñanza universitaria, ahora direccionada a brindar respuestas a las necesidades de una democracia popular y nacional.

Adriana Puiggrós, decana de la Facultad de Filosofía y Letrasix analiza retrospectivamente este escenario,

En 1973 creíamos fervientemente que la autonomía universitaria, la libertad de cátedra, el cogobierno, la autogestión, yacían en el cajón de los objetos en desuso; que la discriminación, el elitismo, la extraterritorialidad universitaria, el divorcio entre la universidad y la realidad nacional, habían sido superados por nuestra gestión. (.) La universidad, puesta de espaldas con su propia historia, debía ser reinstitucionalizada desde el Estado. (Puiggrós, 1999, p. 175)

El juego de opuestos se renueva cuando funcionarios del peronismo histórico recuperan espacios de gobierno. Son innumerables las referencias a una universidad caótica, violenta, sin rumbo cierto, para caracterizar a la universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. En un mensaje emitido por cadena nacional, el Ministro de Educación, Oscar Ivanissevich, subvierte los elementos que habían sido jerarquizados en el discurso por la gestión anterior y expresa la necesidad de recuperar los valores nacionales perdidos, "Hablar ahora de volver a la universidad roja, es negar los más sublimes sentimientos argentinos y cristianos" (O. Ivanissevich, en M.C.y E., 1975)

En otra disertación, responsabiliza por la crisis que atraviesa la universidad a la acción disolvente de lo que él define como infiltración comunista,

Hace muchos años dirigentes comunistas, ante el fracaso político en las elecciones (.) cambiaron su objetivo, volcándose a las mentes juveniles estudiosas, porque al estudiante argentino le gusta hacer especulaciones teóricas, para las cuales nada mejor que la dialéctica marxista, que llena las facultades de filosofía de toda la Argentina. (.) Todo lo que Perón había logrado con su doctrina cristiana, argentina, justicialista, se fue desvaneciendo ante la avasallante infiltración roja. (Ivanissevich, en M.C. y E.,1974b)

También la concepción y misión de la universidad son encuadradas según los principios enarbolados por cada gestión a través de prácticas discursivas. Entre ellas, tiene lugar la modificación de la fórmula de juramento de los egresados. Esta reformulación se concreta en las distintas unidades académicas de la UBA. A modo de ejemplo, se cita la fórmula que se adopta en la Facultad de Filosofía y Letras, a la que mediante una resolución del Delegado Interventor J. O'Farrellx se le agrega al texto tradicional, el siguiente enunciado,

¿Juráis (...) poner todos los conocimientos adquiridos al servicio de la Nación y del Pueblo al que pertenecéis, sin permitir que sean utilizados por intereses subalternos y haciendo todo lo posible para colaborar en la realización de una comunidad justa, soberana y solidaria con los pueblos del Continente y del Tercer Mundo?" [Ante la respuesta del egresado, la persona que tomaba el juramento debía responder] "El pueblo argentino demandará el cumplimiento de este juramento" (Res del Delegado Interventor, O'Farrell, N° 1175, de noviembre de 1973).

Esta modificación a la fórmula de juramento se deja sin efecto en la resolución del Delegado Interventor Sánchez Abelenda N° 46, de diciembre del año siguiente.

El mismo movimiento pendular se registra en los cambios de nombres de Institutos de Investigación, bibliotecas, como así también en conmemoraciones, actos y homenajes, cargados de significación. Muestra esta dinámica la creación del Instituto del Tercer Mundo en la Facultad de Filosofía y Letras con el objetivo de "desarrollar estudios y compromisos políticos inherentes al Tercer Mundo" (Res del Delegado Interventor O'Farrell, N° 79, de junio de 1973). En diciembre de 1974, con la finalidad de contribuir al "mejor conocimiento del pensamiento del sabio medieval" se funda en la misma facultad el Centro de Estudios Filosóficos "Dr. Santo Tomás de Aquino". En la resolución que lo origina se fundamenta tal decisión en la significación que tuvo su obra filosófica, ".su tan importante obra filosófica permitió la perduración definitiva del pensamiento de los griegos (...) adaptándolo y alumbrándolo merced al espíritu cristiano (...) que fertilizó el pensamiento de la América Hispana desde sus orígenes y perduró incólume después de nuestra vida colonial " (Res. Del Delegado Interventor Sánchez Abelenda, N°40 del 10 de diciembre de 1974.)

En el mismo juego de oposiciones y enfrentamientos, el discurso fija nuevos límites regulando lo que puede constituirse en objeto de investigación y aquello que debe quedar excluido. Durante la primera etapa se promueven proyectos capaces de abrir líneas de acción vinculadas a satisfacer las necesidades e intereses populares y de la Nación, y cuya fundamentación teórica manifestara clara oposición a los marcos referenciales de la denominada dependencia cultural. Se acusa a la universidad liberal heredada de que, tras una aparente postura neutral había orientado la producción del conocimiento científico hacia intereses ajenos a los del pueblo,

Debemos recordar que el 'apoliticismo' de la ciencia ha sido férreamente defendido por la Universidad liberal-burguesa en cuyo seno los representantes de la oligarquía se oponen, con los más sutiles argumentos, a la orientación del conocimiento que pueda poner en peligro la base de sustentación de sus posiciones (UNPBA, 1973c, p.66)

En ruptura con este modelo, se estimulan proyectos de investigación relacionados con las condiciones de las clases populares -salud, vivienda, educación-, y la situación de dependencia - económica, social y cultural- del Tercer Mundo. Bajo la presunción de la naturaleza neocolonial de los proyectos investigación financiados por entidades extranjeras, se revoca todo vínculo entre las actividades de investigación de la universidad y empresas multinacionales, como era el caso de la Fundación Ford. Extensivamente se prohíbe a los investigadores y docentes percibir subsidios o becas de entidades privadas. Estas restricciones quedan expresadas en la Ley Orgánica de las Universidades Nacionales N° 20.654/74,

Es incompatible con el ejercicio de la docencia universitaria o funciones académicas que le sean correlativas, el desempeño en funciones jerárquicas o de asesoramiento, remuneradas u no, al servicio de empresas multinacionales o extranjeras, como así también la pertenencia a organizaciones u organismos internacionales cuyos objetivos o accionar se hallen en colisión con los intereses de la Nación. (Ley 20.654/74, art. 11)

Un renovado juego de fijación de límites cobra materialidad en las palabras que O. Ivanissevich pronuncia por Cadena Nacional en abril de 1975, quien criticando con ironía los proyectos desarrollados, sienta los criterios "válidos y aceptables" para la investigación en la universidad

El pueblo que paga todos los estudios y mantiene el parasitismo temporario de los estudiantes, tiene el derecho de saber en qué se gasta su dinero. (.) Es o no derrochar el dinero utilizándolo en investigar "El folklore en la islas del Paraná "o investigar "Los orígenes del voceo y del checheo" (MCyE, 1975) Los criterios validados se traducen en medidas tales como la creación del ya mencionado Centro de Estudios Filosóficos Santo Tomás de Aquino. Las líneas de investigación que se esperan desarrollar a partir de esta institución quedan esbozadas en los fundamentos de la resolución que le da origen. En el considerando se postula la importancia de estudios humanísticos y sociales en los cuales pueda hallarse "una clara concepción acerca de la coordinación entre la ciencia y la fe y la exacta delimitación de los campos filosófico y teológico" (op. cit.)

Estos lineamientos condicen con el carácter que le imprime a su gestión como ministro de educación, la propia impronta científica e ideológica de O. Ivanissevich, un médico, católico, de ultraderecha y conservador (Puiggrós, A. 2003).

De este modo, se delimitan en cada momento político, nuevas formas de exclusión e inclusión - universidad liberal y reformista vs. universidad nacional y popular; universidad roja vs universidad argentina y cristiana, universidad socialista vs universidad peronista.

Estas concepciones se articulan con un proyecto universitario de reconstrucción que apela a subjetividades, también dicotómicas. La universidad Nacional y Popular privilegia y exalta el rol que la juventud debe cumplir en esta misión. En el ya citado mensaje ante la Asamblea Legislativa del 25 de mayo de 1973, el presidente Cámpora apela a iniciar

...un proceso orientado por la dinámica generacional, pues es la juventud universitaria a la que asignamos un papel definitivo como creador, hacia el futuro, de un espíritu definitivamente nacional para la inteligencia argentina, capaz de conjurar los contenidos de la ciencia, la tecnología y la cultura con una sustancial vivencia del país. (H. Cámpora, en U.B.A., 1973a, p.16)

Por su parte, la universidad argentina y cristiana presenta a este mismo sujeto como preso del encantamiento de una utopía que encierra en sí misma la disolución de lo que se define como la esencia universitaria. En una alocución dirigida a "la juventud argentina y en especial a la juventud estudiantil", el ministro afirma,

Muchos de ustedes saben del desorden reinante (.) Eso no puede continuar, y no continuará, volvemos a la tarea para mejorar la apariencia de los locales y la efectividad de la enseñanza que fue en nuestro tiempo, ejemplo internacional. No se dejen ustedes engañar y seguir engañándose con las facilidades ofrecidas (.) Hay que estudiar y trabajar fuerte para recuperar todo lo perdido. Sabemos que el tránsito de la molicie a la recuperación de energías no es fácil pero lo lograremos con la ayuda de ustedes y de Dios. (Ivanissevich, en M.C.y E., 1974a) Estos modos de subjetivación encuentran su correlato en el marco normativo. Cada período se inaugura con la renovación de las autoridades y de gran cantidad de docentes, a través de pedidos de renuncia, cesantías y nuevos nombramientos". De esta manera se redefine quiénes son sujetos legítimos para llevar adelante el proyecto de reconstrucción universitaria, y quienes deben ser excluidos.

En la misma dirección se busca definir al estudiante universitario. Durante la primera etapa, numerosas prácticas discursivas buscan ampliar la inclusión de estudiantes, como modo de consolidar el vínculo universidad - pueblo.

En el informe de gestión correspondiente al rectorado de Puiggrós se asevera que

...el evidente limitacionismo al acceso de los grandes sectores nacionales al estudio universitario (.... ) [que] tendría como resultado a un profesional ausente por completo de la realidad nacional, o al cúmulo de miles de estudiantes que abandonaban su carrera ante la imposibilidad de absorber este sistema limitacionista. (Puiggrós, en U.B.A., 1973b, p.27).

Desde estas premisas se eliminan los exámenes de ingreso, se amplían los horarios de cursada, se crean becas estudiantiles y se implementa un sistema de atención médica gratuita para el estudiantado. En pos de disminuir el alto grado de deserción de los estudiantes se implementan títulos intermedios, habilitantes para el ejercicio laboral.

Durante la intervención de Ottalagano, se revierte en la UBA esta política de inclusión al dejar sin efecto las medidas implementadas por la conducción antecesora. Con la finalidad de limitar el número de estudiantes universitarios, se restringe el acceso y la permanencia en los estudios; se instrumentan medidas de seguridad, que van desde el retiro de libretas universitarias hasta la habilitación de las fuerzas públicas para intervenir en caso de desorden, y el establecimiento de distintos mecanismos de control en el ingreso a las dependencias de la universidadxii.

La intencionalidad restrictiva queda expresada en numerosas oportunidades en las palabras del ministro de Educación, mediante las cuales intenta desalentar las aspiraciones de ingreso a la universidad, alegando que existen caminos alternativos para llegar a ser una persona digna.

Ser universitario no es haber alcanzado un título de un ser superior. Ser universitario es apenas una tremenda responsabilidad que hemos visto subalternizada en los últimos tiempos. No olvidemos que la universidad no otorga a nadie la felicidad ni la dignidad permanente, que sólo se logran con el trabajo y la conducta moral. (Ivanissevich, en M.C.y E., 1974a)

El propósito de revertir el proceso de democratización en el ingreso a través de acciones para disminuir la matrícula universitaria y direccionarla hacia otras carreras no universitarias, es explícita. En el citado mensaje el ministro profundiza su argumentación disuasiva, "No compartimos la idea de formar un proletariado de profesionales sin horizontes ni esperanzas, mientras mil actividades útiles, rentables e imprescindibles en la sociedad actual esperan ávidamente que nuestra juventud se decida a aportarlas" ( Ibíd.)

El análisis de las prácticas discursivas, remite a la descripción de las condiciones de surgimiento de los discursos y de las racionalidades por las cuales algunos objetos se incluyen y otros excluyen en su construcción. En esta dirección, se examinaron diversas fuentes que remiten al complejo haz de relaciones entre actores, instituciones y procesos sociopolíticos que posibilitaron en cada etapa del tercer gobierno peronista, la producción de un discurso sobre la universidad, en tanto matriz de un orden simbólico que produce subjetividades y posibilita las acciones de los sujetos.

A modo de conclusión. Continuidades y rupturas en el discurso universitario

El discurso peronista interpela a las universidades para direccionarlas a favor del proyecto político imperante. En un primer momento, se constituyen como vectores de esta operación principios vinculados con la liberación nacional. Los cambios de condiciones de posibilidad que se avecinan al momento en que la derecha domina el escenario político, jerarquizan otros valores, de corte nacionalista y cristiano.

Allí donde una heterogénea franja de sectores de izquierda visualizan el inicio de una transformación revolucionaria de la sociedad y la universidad, los segmentos conservadores registran un ataque generalizado a las ideas e instituciones, que constituye una amenaza no sólo al orden del discurso universitario sino a las bases político - ideológicas del orden nacional. De este modo, los principios que se privilegian en cada etapa, se presentan configurando un nuevo juego de verdad que se legitima a partir de un posicionamiento antagónico respecto del escenario que se pretende transformar. En cada período se apela a un modelo de universidad, que convoca a un sujeto y promueve prácticas capaces de materializar dicho modelo.

A partir del análisis de fuentes se detectaron núcleos en los que se condensan sentidos y, a partir de los cuales esta dinámica de oposiciones cobra visibilidad. A modo de ejemplo, se seleccionaron aquellos núcleos de sentido referidos a la definición de la universidad, sus misiones, los intereses a los que debía responder y la direccionalidad que asumían sus investigaciones. De esta manera se revelaron pares discursivos que oponen universidad nacional y popular - universidad argentina y cristiana, universidad para la transformación - universidad para la preservación, universidad para el pueblo- universidad para una minoría. Esta misma dinámica se replica al definir el perfil de quienes llevarían adelante la gesta, juventud esclarecida, consciente de su destino político - juventud confundida, a la que es necesario encauzar.

El análisis del discurso sobre la universidad, entendiéndolo en términos de acontecimiento, permitió interpretar y confrontar las transformaciones operadas en cada etapa política como rupturas que producen nuevos reticulados a partir de los cuales quedan escindidos los sujetos universitarios y sus prácticas.

Bajo la misma denominación de universidad peronista, se construyen discursivamente sucesivos modelos opuestos de universidad. Los documentos institucionales, las palabras de los actores, la intencionalidad en la toma de decisiones, la legislación, dan cuenta de la racionalidad de cada momento político y habilitan a pensar a la universidad del período como dos formas de cristalización institucional que expresan los movimientos de oposición y enfrentamiento que se consolidan en focos de poder frágiles y vacilantes.

Dar visibilidad a estos movimientos y pensarlos como encadenamientos, resultados provisorios de pugnas entre diversos intereses y de las sucesivas distribuciones del poder y de sus efectos, permite profundizar la comprensión de la relación entre política y universidad.

ANEXO

Rector Período

Cargo Dr. Rodolfo Puiggrós29-05-1973 a 2-10-1973In InterventorIng. Enrique Martínez7-09-1973 a 2-10-1973In Interventor suplenteDr. Alberto Banfi 2-10-1973 a 4-10-1973No asumióLic. Ernesto Villanueva
4-10-1973 a 28-03-1974a/c despachoDr. Vicente Solano Lima 28-03-1974 a 25-07-1974Rector normalizadorDr.Raúl Federico Laguzzi 25-07-1974 a 17-09-1974Rector normalizadorDr. Alberto Ottalagano 17-09-1974 a 26-12-1974InterventorDr. Julio Lyonnet 26-12-74 al 27-08-75InterventorDr. Eduardo Mangiante 27-08-1975 a 12-02-1976Rector normalizadorDr. José Alocén 12-02-1976 a 24-03-1976Rector normalizador
Cuadro 1: UBA. Rectores que se suceden en el período 25-5-73 al 23-3-76. Fuente: Breve historia institucional de la Universidad de Buenos Aires.
Disponible en www.uba.ar/institucional

Notas

iReferimos como discurso universitario los enunciados y prácticas que buscan delimitar el sentido, las misiones y estructura de la universidad, constituyendo una red en la cual el sujeto universitario se configura.

N Jorge A. Taiana, destacado médico cirujano que, desde el comienzo de su carrera alterna la práctica profesional y la investigación con el seguimiento de los problemas de la educación, especialmente los vinculados con la política universitaria. En 1952 asume como Decano de la Facultad de Medicina y en 1953 fue nombrado Rector de la Universidad de Buenos Aires, cargo que desempeña hasta 1955. Ligado al núcleo íntimo de J. D Perón, fue su médico personal y el de su esposa Eva Duarte. Cuando se produjo el golpe militar de 1976, es detenido en el penal de Magdalena, a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, sin causa, sin cargos en su contra y sin juicio. Recién es puesto en libertad en septiembre de 1982. Con el regreso de la democracia, es nombrado Embajador en 1984 y 1989 ante la República Federativa de Yugoslavia y hasta 1993, como Embajador argentino en Austria. Ejerce la Presidencia honoraria de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

Rodolfo Puiggrós, afiliado al Partido Comunista en 1926, se destaca como su principal historiador y elabora una interpretación marxista de la Historia Argentina. Entre 1938 y 1946, se desempeña como docente en el ILSE y sigue desarrollando tareas de investigación al interior del partido. Frente al triunfo electoral de Perón se agudizan las disputas al interior del PC entre quienes repudian a los partidarios del nuevo líder y quienes valoran positivamente al peronismo. Puiggrós, como parte del grupo que reconoce al peronismo como vector de la revolución posible, es exonerado del PC. Esta ruptura lo inscribe en lo que se conoce contemporáneamente como la Izquierda Nacional, cuya meta era reorientar la izquierda hacia el peronismo. En 1966 funda un grupo ideológico y militante que promueve el Nacionalismo Popular Revolucionario, postura que reivindica la unión entre el líder proscripto y las masas proletarias. Estas ideas provocan la adhesión de nuevos militantes provenientes de sectores medios y universitarios. En 1973, con el apoyo de la izquierda peronista y el movimiento estudiantil, es nombrado rector de la Universidad de Buenos Aires. (Gillespie, 1987; Myers, 2002)

iv Oscar Ivanissevich, cirujano, médico personal de Eva Duarte. Profesor universitario ejerce la docencia en la Universidad Autónoma de México y en la Universidad de Buenos Aires. Se desempeña como Rector Interventor de esta última entre 1946 y 1949. Es ministro de Educación durante la segunda y tercera presidencia de J.D. Perón (1948-1950/1974-1975). Durante el gobierno de facto de J.C. Onganía es asesor en Salud Pública. E. Anguita y M. Caparrós (2007) lo caracterizan como un "fascista confeso", vinculado con José López Rega y el accionar de las AAA.

v A. Ottalagano se incorpora a las filas del peronismo desde sus inicios y funda el Movimiento de Centros Cívicos Peronistas. En 1946 interviene en la fundación de la Confederación General Universitaria (CGU). A partir de 1955 participa activamente en la resistencia peronista y sufre cárcel por su participación en el levantamiento de junio de 1956. Durante los años de exilio de Perón, es miembro del Comando Estratégico y Táctico del peronismo. Con su prédica exhorta al movimiento a convertirse en el acristianamiento más puro del fascismo, al tiempo que juzga que esa doctrina constituía la afirmación viril de la catolicidad. Ottalagano se presenta a sí mismo como nacionalista y católico, niega acusaciones de antisemitismo y expresa su rechazo a la subversión marxista. Vinculado al grupo Tacuara, su gestión en la UBA es apoyada por organizaciones juveniles de derecha y ortodoxas que forman la CEUP ó Coordinadora de Estudiantes Universitarios Peronistas, integrada por el Movimiento Universitario Nacional, la Concentración Nacional Universitaria (CNU), la Legión Universitaria Peronista, la Alianza Universitaria Nacionalista, el Centro Universitario Peronista del Comando Evita y el Comando Nacional 8 de Octubre.

vi Ver Cuadro 1 en Anexo del presente trabajo.

vii Los montoneros convocaron distintas organizaciones de masas que respondían a las diferentes necesidades de los movimientos sociales más importantes. Entre ellas se destacan la Juventud Peronista Regional, Juventud Universitaria Peronista (JUP), Juventud Trabajadora Peronista (JTP), Unión de Estudiantes Secundarios (UES), el Movimiento de Villeros Peronistas (MVP). Estas organizaciones formaron colectivamente la Tendencia Revolucionaria del Movimiento Peronista. ( Gillespie, 1987)

viii Cfr. "Juventud Universitaria Peronista. Bases para la Reconstrucción Universitaria", Militancia, N° 5 (12 de julio de 1973), pp. 18 -19.

ix Adriana Puiggrós, sucesora de Justino O'Farrell, desempeña la función de decana de la Facultad de Filosofía y Letras desde abril hasta setiembre de 1974.

x Justino O' Farrell -1924-1981- sacerdote, teólogo y sociólogo. Promovió e integró las Cátedras Nacionales de la Universidad de Buenos Aires e intervino activamente en la agrupación Montoneros. Participó de diversas experiencias dentro del movimiento católico, que proponían la actualización y la renovación de muchos de sus contenidos doctrinarios y políticos. Entre ellas podemos mencionar a los movimientos especializados de la Acción Católica, como son la Juventud Universitaria Católica, la Juventud Estudiantil Católica y la Juventud de la Acción Católica Rural, al Centro Argentino de Economía Humana, a la revista Tierra Nueva, o a las discusiones dentro del Partido Demócrata Cristiano, y sobre todo al Movimiento de Sacerdotes por el Tercer Mundo que suponían una elección, en mayor o menor grado, por el peronismo y el socialismo nacional como horizontes utópicos. (Mallimaci, F y Giorgi, G, 2007)

x cfr. Resoluciones del Consejo Superior N° 8, N° 12, N° 17 y N° 34 el año 1974- Resoluciones del Delegado Interventor de la Facultad de Filosofía y Letras J. O'Farrell N° 15, N° 35, N° 36 y N° 86 del año 1973 ; Resoluciones Delegado Interventor R. Sánchez Abelenda N° 5,N° 37,N° 42, N° 47 del año 1974

xii cfr. Resoluciones del Consejo Superior N° 41, N° 203 y N° 368. Resoluciones Delegado Interventor R. Sánchez Abelenda N° 57, N° 58, N° 83 bis, N° 303, N° 446 del año 1974.

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- Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires. (1973c). Aportes para la nueva Universidad.

- Universidad Nacional y Popular de Buenos Aires, (1973d) Facultad de Filosofía y Letras. Boletín Informativo, octubre de 1973.

Recibido el 04 de marzo de 2011
Aceptado el 11 de mayo de 2011

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