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Historia de la educación - anuario

versão On-line ISSN 2313-9277

Hist. educ. anu. vol.15 no.2 Ciudad autonoma de Buenos Aires. dez. 2014

 

RESEÑAS DE TESIS

Transiciones y conflictos en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires al inicio y al final del primer peronismo.

 

Por Guido Riccono

griccono@gmail.com

Tesis de Maestría en Ciencias de la Educación (Facultad de Filosofía y Letras, UBA).
Tesista: Guido Riccono (UBA, IICE).
Directora: Judith Naidorf.
Miembros del jurado: Laura Rovelli (Universidad Nacional de La Plata, Conicet) Nicolás Arata (Universidad de Buenos Aires, Conicet) y Diego Hurtado (Universidad de Buenos Aires, Conicet).
Lugar y fecha de presentación: Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, 26 de septiembre de 2014.
Calificación obtenida: Tesis Aprobada, con mención del jurado y recomendación de publicación.

Introducción

Esta tesis de maestría abordó un período conflictivo de la historia de las universidades argentinas -como lo fueron los años 1943 a 1956- haciendo foco en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Si bien el centro del análisis estuvo situado allí, la UBA en su conjunto fue tomada como objeto de estudio particular en sendos tramos de la investigación aquí reseñada.
El objeto de esta investigación fue evidenciar y analizar los cambios que se produjeron al interior de la Facultad de Filosofía y Letras antes y durante el peronismo, en primera instancia. De esta manera, utilizamos las Resoluciones de Consejo Superior y Consejo Directivo, Ordenanzas y Expedientes de: Confirmación de cargos, Designación de Profesores y Concursos.
En segunda instancia, la propuesta de indagar en profundidad los acontecimientos que llevaron a estos cambios implicó relevar los Legajos y Curriculum Vitae de los archivos de Filosofía y Letras así como los propios de la Universidad. De allí, se relevaron 94 carpetas de Legajos y Curriculum Vitaes correspondientes al período 1943 - 1956. Con ellos se reconstruyeron las trayectorias académicas y profesionales de los profesores que integraron las cátedras durante el peronismo.
En tercer lugar, la inclusión de las leyes y decretos específicos de educación emanados del Poder Ejecutivo fueron el marco de referencia en el análisis de la universidad durante el peronismo.
Finalmente, incluimos el análisis de los discursos que los funcionarios públicos y el propio mandatario realizaron antes y durante sus respectivas gestiones políticas al frente del gobierno del estado.
En contraposición a los estudios clásicos sobre la temática, hace una década que nuevas investigaciones vienen revisitando el tema descubriendo complejidades, contradicciones y –también- confirmaciones en el discurso hegemónico que se creó alrededor de nuestro objeto de estudio particular, la relación universidad y peronismo. Como parte de ese campo, esta tesis de maestría se propuso analizar una unidad específica de la UBA, la Facultad de Filosofía y Letras, procurando alejarse de las lecturas polarizantes e indagando al peronismo desde el supuesto de considerarlo un fenómeno esencialmente heterogéneo; tomando en cuenta actores, situaciones y procesos al interior de la universidad y relacionarlos con la política implementada desde el vértice de poder de las facultades o universidades y desde el estado; promoviendo el interés por analizar los efectos de las políticas y los intérpretes de las mismas al interior de las instituciones académicas, no de manera lineal, sino rastreando cómo se tradujeron en los espacios académicos. Al considerar al peronismo como un espacio heterogéneo, se puso en el centro del debate a los actores que lo integraban, originando la necesaria pregunta que se dirige a conocer las trayectorias de esos actores y las redes académicas y políticas que mantenían entre sí.

El peronismo, la universidad y la facultad

A pesar de que muchos de los aspectos que se desarrollaron durante el peronismo tenían antecedentes en los años previos, lo que encontramos fue un conflicto de tradiciones entre lo nuevo que vino a encarnar el peronismo en el poder y lo que existía como poder universitario. Esto no significó una total renovación de las estructuras de poder al interior de la universidad o una radical modificación de las plantillas docentes: más bien, evidenciamos cierta continuidad entre los profesores entrantes y salientes de los años 1946 y 1947; es decir, vinculaciones académicas entre dos grupos de docentes que han sido caracterizados como opuestos: los docentes que perdieron sus cargos durante el peronismo y quienes se quedaron ejerciendo funciones, conocidos como profesores Flor de Ceibo.
Esta tesis se separa de la tradicional visión que considera a la política universitaria del peronismo como un retroceso. Sin entrar en ese tipo de juicios, interesó analizar de forma separada los siguientes tres elementos: la democratización de la universidad frente a la sociedad, el rol asumido por ella frente a la sociedad y su relación con el estado. A continuación detallaremos uno por uno estos elementos.
En relación a la democratización, el peronismo abogó y legisló una Universidad abierta a las clases populares y por eso se multiplicó la cantidad de estudiantes y de docentes durante esos años. Específicamente fueron importantes la eliminación de los exámenes de ingreso y de la gratuidad en el ingreso de los estudiantes.
Acerca del rol asumido frente a la sociedad, la Universidad desplegó una política de extensión vinculada con diversos aspectos que estrechaban los lazos entre ella y la sociedad, algo que venía haciéndose visible puntualmente en la Universidad del Litoral y en la Universidad de La Plata desde hacía años atrás. La creación de una editorial universitaria, la política de extensión universitaria, el incentivo a la investigación focalizada en las zonas geográficas del país, la publicidad de los eventos universitarios como el Congreso Nacional de Filosofía, la creación de organismos que tendrán su equivalente años más tarde como el CONICET y la Comisión Nacional de Energía Atómica. Pero sobre todo la planificación de la política universitaria en el marco de un desarrollo específico de nación basado en la industrialización del país, fueron elementos centrales de una política universitaria tendiente a integrar a la universidad a un proyecto de desarrollo específico. Sin embargo, la intervención del Poder Ejecutivo sobre la universidad y la eliminación de la autonomía que poseía fueron los elementos negativos de la política universitaria peronista. Estas medidas fueron justificadas por Perón sosteniendo que eran inevitables si se quería que la Universidad acompañe ese cambio a nivel nacional.
En ese sentido, la intervención del estado fue un proceso complejo ya que desde la década de 1930 venía configurándose un escenario permeable a estrechar la relación incluso desde adentro de la universidad misma. La forma que asumió esa intervención sumado a los conflictos que sucedieron, la hizo inaceptable para un sector muy importante de la universidad, llegando hasta el punto de negarla como institución con fines académicos y, al retirarse hacia espacios alternativos como las revistas, difundieron una imagen de la universidad como asediada por elementos ajenos a ella y por un estado que habría tendido a convertirla en un espacio netamente político.
El análisis se centró en el año 1945 para rastrear las razones de esta intervención.
Allí, observamos que jugó un rol central la cultura académica militante asumida por la universidad durante los años 1943 a 1946; caracterizada por hacer porosa la frontera entre las actividades estrictamente universitarias y las políticas que desempeñaba la universidad.
La institución en su conjunto se caracteriza por la hegemonía de este perfil militante en contra de lo que se consideraba propio del espacio académico: el “hacer política” no estaba bien visto y hasta quienes actuaban políticamente desmentían que lo estaban haciendo. La universidad no sólo hacía política, sino que se coaligó en un partido político con un programa determinado, lo que la ubicaba en un terreno extrauniversitario y como competidor electoral. Al mismo tiempo, la universidad arrastraba el problema de la participación estudiantil en la designación de los docentes que apareció en la primera plana de los debates de los académicos y de los considerandos y decretos surgidos durante el primer año de gobierno de Perón. De este modo, hallamos que la cuestión de la política se vinculaba con el rol asumido por la universidad en el año 1945 y por los estudiantes al interior de las casas de estudios. Ésta fue la justificación que utilizó Perón para llevar adelante la intervención de las universidades y procuró vincular a la actuación política de la universidad y el rol de los estudiantes en las designaciones con las prácticas de la cuestionada década de 1930, caracterizada por el fraude y la corrupción.
El sector opositor no tenía ya lugar en una universidad que se había convertido en una herramienta de disputa política –en una universidad militante- y, por eso, se retiró a la sombra del vencedor: las revistas y los centros culturales paralelos. Como parte de su campaña se encargó de desprestigiar académica y políticamente a la universidad que funcionó durante el peronismo. Sin embargo, en Filosofía y Letras evidenciamos la relación entre los docentes entrantes y salientes de los años 1946 y 1947 en términos de curriculums y vínculos entre ellos antes de la llegada de Perón al gobierno. Es decir, allí esta transición no generó una nueva plantilla docente, sino que se produjo un movimiento de abajo hacia arriba por parte de profesores que compartían cátedra hasta la llegada de Perón al gobierno.
Es por eso que insistimos en la heterogeneidad del cuerpo de docentes de la facultad durante el peronismo, así como en relación a los decanos.
En la facultad, además de la información acerca de los docentes y de las trayectorias clave de la vida institucional durante el peronismo como fueron los decanos, rastreamos cómo se desarrolló una política estatal con miras a la planificación y centralización de la información, así como una presencia fuerte de la simbología estatal y la revisión histórica propuesta por el estado a partir del año 1948, año de estabilidad académica. Asimismo, se ve también como se ajustó la economía a partir de 1950, a través del análisis de los presupuestos donde observamos un estancamiento en un crecimiento que venía dándose desde 1946 y, finalmente, fue patente cómo los controles se extremaron en 1954 sobre la comunidad académica producto de la desestabilización que se vivía a nivel nacional.
Por último, la Revolución Libertadora en la facultad y en la universidad, provocó un escenario rico en complejidades, aunque destacamos que los conflictos menores que aparecieron se aglutinaban bajo un marco de relativa tranquilidad ya que estuvo claro desde un principio que los movimientos en la plantilla docentes se efectuarían con un criterio netamente político. En ese sentido, a diferencia de 1946, en 1955 la propuesta era barrer lo antes posible con todo signo peronista.

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